IV Domingo del Tieempo Ordinario, Ciclo A mundo”, “ha escogido la gente baja del mundo, lo Queridos hermanos y hermanas, San Pablo nos está diciendo: “Tenéis que ser pequeños, humildes”. Valores contrarios a los que el mundo nos propone. Al escuchar las bienaventuranzas quedamos un poco desconcertados porqué lo que se nos propone es ¡¡¡ tan diferente de lo que vive el mundo...!!!. Si algún día alguien os pregunta cuál es el texto que resume perfectamente toda la enseñanza de Jesús le podéis decir sin miedo a equivocaros: Las bienaventuranzas. El Papa en su libro sobre Jesús de Nazaret dice que las bienaventuranzas son la nueva torah que Jesús ofrece al mundo. Moisés comunicó al Pueblo de Israel la torah (los 10 mandamientos) y Jesús comunica –sin eliminar la antiguauna nueva torah: las bienaventuranzas. Por tanto, estamos delante de un texto esencial para el cristianismo, y por tanto, para nuestra vida. Vale la pena destacar las lecturas que hoy acompañan e iluminan las bienaventuranzas. Algunas expresiones de la primera lectura: “Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos”. “Buscad la humildad”. ”Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde”. San Pablo nos presenta una contraposición muy clarificadora entre: “Los sabios, los poderosos, los aristócratas” y ”lo necio del mundo”, “lo débil del despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta”. En las bienaventuranzas vemos que la escala de valores de Dios no es la del mundo. Los valores del mundo: bienestar, el poder, la influencia, el dinero, apariencia, placer, diversión. Y frente a ello Jesús propone: pobreza de espíritu, humildad, pequeñez, solidaridad, compasión, justicia, misericordia, pureza de corazón,… Mirad la tele con esta pregunta en la cabeza: ¿qué valor me están proponiendo? El valor siempre es: poder, dinero, placer, consumo, bienestar, diversión… Y la pobreza de espíritu, la humildad, la pequeñez, la limpieza de corazón, no aparecen en ningún lugar… Por esto los valores de las bienaventuranzas nos cuestan de entender y de hacerlos nuestros, porqué son valores contraculturales. Un par de ejemplos: Cuando compramos un coche, ¿qué valores nos mueven, los del mundo o los de las bienaventuranzas?, ¿qué nos mueve, la ostentación, la apariencia, el poder, el bienestar, el qué dirán, o la humildad, la solidaridad, la justicia, la sencillez? Y lo mismo podemos decir de la casa, de la ropa, de los complementos,... Otro ejemplo: cuando hablamos con los demás, ¿qué valores están presentes? ¿el juicio, el control, la comparación, el enaltecimiento de uno mismo o la pureza de corazón, el amor, la escucha atenta, la pequeñez...? Nos hace falta revisar nuestra vida, nuestras actitudes, a la luz de las bienaventuranzas. No sería mala idea, de tanto en tanto, hacer un examen de conciencia a partir de las bienaventuranzas. Es conveniente destacar que las bienaventuranzas vienen precedidas de una palabra: “Felices”. Jesús con estos valores que nos comunican las bienaventuranzas nos indica el camino de la felicidad. Los valores del mundo no dan la felicidad, entretienen, divierten, pero no llenan el corazón del hombre. El corazón del hombre desea mucho más que un poco de diversión… Un signo de esta infelicidad son los suicidios. En España, el año 2008, hemos tenido 3.421 (según el Instituto Nacional de Estadística). Cada día hay 9 suicidios. ¡¡Es un escándalo!! Pensemos en toda la movida mediática, jurídica y política que se ha hecho con la violencia de género, hacía falta hacerlo y muy bien hecho, pero las víctimas no llegan a 100 al año. Y en el caso del suicidio hablamos de 3.421 víctimas anuales. Y no se hace nada... Estamos edificando una sociedad sobre unos valores que no hacen feliz a la persona. Y por eso todo cruje … ¿Y nosotros qué debemos hacer? Nos hemos de llenar del espíritu de las bienaventuranzas para proponerlas con nuestra vida, con nuestras actitudes, con nuestras palabras... ¡Tarea urgente esta!. En la película “La última cima”.... se exponían los 4 mandamientos del mundo moderno: 1. Tú a lo tuyo, y si una persona te sirve para algo utilízala, y si no pasando de ella. 2. Aparenta más de lo que eres. 3. Compra cosas, muchas cosas, bonitas y caras, cuantas más mejor. 4. Date prisa en disfrutar, que la vida son dos días. Delante de esto nosotros proponemos las bienaventuranzas... pobreza de espíritu, humildad, pequeñez, solidaridad, compasión, justicia, misericordia, paz, limpieza de corazón… como modelo de vida. ¡Qué distinto! Que el Señor nos ayude a vivirlo, porqué sin El nada podemos…