SECCIÓN V: PROSAS POÉTICAS DE `DESOLACIÓN` (APÉNDICES)

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Gabriela Universal - Santiago Borda-Malo Echeverri
SECCIÓN V:
PROSAS POÉTICAS DE ‘DESOLACIÓN’ (APÉNDICES)
Esta hermosa sección complementaria de los 63 poemas de ‘Desolación’
incluye 11 partes. La Parte I empieza con la perla de la “Oración de la
Maestra” (Dedicada a César Duayen). En esta plegaria vierte Gabriela
su corazón inmolado en el altar del quehacer pedagógico, mediante el
cual llega a ‘ser más madre que las madres’, haciendo de sus niñas ‘el Verso
Perfecto, su más penetrante sinfonía’. La Maestra-Poeta en este binomio
refulgente (y según este indisoluble orden de prioridades) se siente la
‘batalladora del Evangelio’ en su tiempo, desde su ‘desvalimiento de mujer
pobre, despreciadora de todo poder impuro’. He aquí su ‘doctrina cabal
y su quemante verdad’ que la dejó siempre ‘sin los mundanos’, a merced
de la ‘soledad y el desamparo’. ¡Qué corazón tan evangélico el de esta
constructora de la escuela democrática: reprendía ‘con dolor, para saber que
se corrige amando’! (“Disciplina con amor” la llaman hoy psico-pedagogas
modernas). Efectivamente, ‘Escuela de espíritu’ fue el ideal mistraliano...
‘¡Porque enseñar y amar intensamente sobre la Tierra es llegar al último
día con el lanzazo de Longinos en el costado ardiente de Amor!’ (Así era la
versión prístina, primigenia, que ella cambió para hacerla más accesible y
asequible). Y no entramos en minucias literarias ni exegéticas...
En la versión original de “Desolación”, a continuación sigue el poemita en
prosa “Los cabellos de los Niños”, en el que ella desea “que las cabelleras de
los niños que amé, pasen en el viento sobre mi rostro eternamente”...
La Parte II de la sección está conformada por “Poemas de las Madres”.
Son 17 poemitas elementales en prosa, que están a la altura lírica de
los poemas maternales de RabindranathTagore. Fueron dedicados por
Gabriela Mistral a la madre del famoso poeta chileno creacionista Vicente
Huidobro. “Me ha besado”, “¿Cómo será? y “Sabiduría” –los tres primeros-,
nos muestran a la madre ‘como el racimo azulado, que traspasó la luz para
la dulzura que entregaría: su verso, brasa de belleza de ardor inextinguible”.
“Dulzura” –primera prosa que Gabriela destaca- es la destilación del
‘corazón religioso’ de la madre portadora del ‘misterio’; éste la sume en
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