Tesoro de la Juventud MODO DE TRAZAR UN SILUETA 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales Tesoro de la juventud MODO DE TRAZAR UN SILUETA Del libro de los juegos y pasatiempos En días ya lejanos, antes de haberse inventado la fotografía, nuestros antepasados solían hacerse retratar de perfil, y a semejantes retratos se les daba el nombre de siluetas. No se empleaba para ello la máquina fotográfica, ya que, según hemos dicho, no era todavía conocida, sino que se recortaba en fino papel negro, que se pegaba luego encima de una cartulina blanca. La palabra sillteta proviene del nombre de Mousieur Esteban de Silhouette, ministro de Hacienda francés en 1759, que pasaba por ser de carácter en extremo sórdido y avaro, y se aplicó a esta clase de retratos por estar reducidos a su mínima expresión, si así puede decirse, ya que no consisten más que en una línea que dibuja el contorno suprimiendo todos los demás detalles. Hasta hace pocos años, podían verse por las calles de Buenos Aires, o de cualquiera otra ciudad de importancia, artistas ambulantes que, por cantidad una insignificante trazaban la silueta de quien estuviera dispuesto a dedicarles unos minutos. Estos retratos tenían el tamaño de una tarjeta de visita y ofrecían con frecuencia extraordinario parecido, si concurría la circunstancia de una regular habilidad por parte del artista callejero; aunque, como ya puede presumirse, en el caso de faltarle la destreza necesaria para trazar y, cortar los contornos, su labor no valía gran cosa. En tiempos aun más lejanos, cuando la caprichosa diosa de la moda prestaba sus favores a los retratos de silueta, se usaba un procedimiento más científico que el que se ha venido empleando después. La persona cuyo retrato quería sacarse ocupaba un asiento, colocándose de perfil ante un biombo o pantalla, poniendo la luz del otro lado encima de la mesa, y de este modo se proyectaba claramente su sombra en la pantalla, obteniéndose así con exactitud su propia figura, si la persona y la luz estaban dispuestas convenientemente. En el biombo se trazaba luego el contorno, que era trasladado después en menor escala y por medios mecánicos a una hoja de papel negro, fabricado exclusivamente para este uso ; a continuación se recortaba la silueta y se pegaba encima de una cartulina. Gran número de estos antiguos retratos de silueta han llegado hasta nosotros. Es famoso el del historiador Eduardo Gibbon, que reproduce no sólo sus facciones sino toda su persona, y se considera el mejor retrato que de él se ha hecho. Célebre es también la silueta de Roberto Burns, el poeta escocés. Con un poco de cuidado y habilidad, cualquier niño o niña puede trazar la silueta de sus amiguitos. No es necesario para ello poseer un biombo preparado al efecto, congo se creía indispensable para los antiguos retratos ; bastará que tomemos una hoja de papel de tamaño suficiente, y la fijemos por medio de puntas de París en la pared, que ha de ser enteramente lisa. De perfil, ante esa hoja, se coloca la persona cuyo retrato queremos hacer; y al otro lado, encima de la mesa, pondremos una lámpara o bujía si así lo preferimos, con tal de que nos den luz suficiente. Luego se traza cuidadosamente el contorno de la sombra con un lápiz y se recorta. Para ello podemos usar aquella clase de papel que tiene blanca una cara y negra la otra, empleando la primera para retrazar el dibujo, y pegándolo después en la cartulina de modo que se vea la cara negra. Y, si no tenemos papel de esta clase, tomemos una hoja blanca, y después de trazar allí el retrato, recortémoslo, y colocándolo encima de una hoja de papel negro, saquemos una copia de él. En el grabado de la página anterior se ve claramente cómo se ha de colocar la persona cuya silueta se desea trazar; y en la parte superior de la misma página vense siluetas de niños. Éstos han de estar muy quietecitos mientras se dibuja su retrato, y si es necesario, se les hace apoyar en alguna parte la cabecita para evitar cualquier movimiento que echaría a perder el dibujo. Los retratos de silueta se trazan siempre de perfil, porque si se dibujaran de frente no habría en ellos ningún rasgo característico que indicara cuyo es el retrato, mientras el solo contorno de la nariz y la barbilla nos dan el parecido de una persona. Al colocar la lámpara hemos de procurar que nos dé buena luz y al mismo tiempo que esté algo apartada de nosotros, para evitar que se venga al suelo, al hacer algún movimiento brusco con el brazo. Manera de trazar una silueta ________________________________________ W. M. JACKSON, INC., Editores Súmese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusión de la Biblioteca Virtual Universal. Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el siguiente enlace.