(# 233) Hijos pequeños en el lugar de trabajo

Anuncio
HIJOS PEQUEÑOS EN EL LUGAR DE TRABAJO
Un amigo que trabaja en la industria cinematográfica acostumbra llevar de vez en cuando
a sus hijos al lugar donde se desempeña para que vean cómo es la filmación de una película.
Según me comentó nunca tuvo problemas al respecto ni sus niños causaron complicaciones.
Otro conocido me contó que uno de sus hijos quería ver cómo y dónde trabajaba y que por este
motivo un día lo llevó a su oficina. No se presentó ningún problema. El muchachito no molestó y
jugó con lo que había llevado desde su casa. Una señora tenía una empleada que la ayudaba en
los quehaceres domésticos. Ésta se casó, tuvo un hijo y después de un tiempo regresó a su
trabajo habitual. A medida que transcurría el tiempo, a veces lo llevaba a su lugar de trabajo.
Tuvo un segundo hijo y la señora estimó que a su empleada le iba a ser difícil cumplir con sus
obligaciones. El vínculo laboral llegó a su fin.
Los ejemplos anteriores tuvieron lugar en un país latinoamericano y los dos primeros
parecen querer demostrar que llevar a los hijos al lugar de trabajo no ofrece mayores
dificultades. El tercero, el hecho de que la ubicación en la jerarquía laboral puede afectar tal
posibilidad.
En una época en la que muchos de los dos cónyuges trabajan y en la que abundan los
hogares de madre sola con hijos o padre solo con hijos se presentan situaciones inesperadas o
de emergencia en las que lo más inmediato consiste en llevar a los niños a la empresa.
¿Es fácil hacerlo?
Numerosas organizaciones se oponen o no permiten la presencia de niños en el lugar de
trabajo (en general no se permite su presencia en fábricas o laboratorios de investigación). Las
razones que se citan son las siguientes: a) el ruido y la interferencia con el trabajo que causan
los niños rebeldes; b) los riesgos y la consecuente responsabilidad referidos a la seguridad de
los niños; c) las distracciones que originar en padres y colegas; d) la posibilidad de que los
clientes puedan opinar que el comportamiento que observan no es profesional; e) los costos
adicionales que pudieran surgir como consecuencia de brindar un área de juegos o una
guardería; y f) la necesidad de redactar al efecto una política formal.
Sabrina Parsons, CEO de Palo Alto Software, una pequeña empresa de alta tecnología en
rápida expansión, sita en Eugene, Oregon, opina lo contrario. En un artículo titulado Why I Tell
my Employees to Bring Their Kids to Work (Harvard Business Review Blog Network, 22 de abril
de 2014) expresó que era madre de tres niños de 9, 7 y 4 años y que se enorgullecía de estar
muy involucrada en sus vidas. Explicó que en los últimos 10 años había tenido que hacer
malabarismos entre los niños y su carrera. No podía separar su trabajo de su familia y estaba
sujeta a mucha presión y estrés. Agregó lo siguiente:
2
Trato de integrar ambos aspectos. Traigo a mis niños a la oficina y trabajo en
mi casa lo que sea necesario. No los traemos todos los días ni utilizamos esta
posibilidad en reemplazo de una guardería. Cuando la babysitter necesita una tarde
libre, se suspenden las clases de repente o el hijo de alguien no se siente bien, los
alentamos a que pasen el día en la oficina. Inclusive tenemos una habitación donde
los niños que vienen se puedan entretener. Los beneficios y la cultura de la
empresa son importantes a medida que las compañías compiten por empleados
talentosos. Todos hemos oído acerca de los beneficios ridículos ofrecidos en sus
respectivas sedes por las empresas de Silicon Valley, tales como peluquería,
carritos de café, habitaciones para juegos y limpieza a seco gratis. […] Estos
beneficios son bastante superficiales y nadie ignora que su objetivo no es mantener
a los empleados contentos sino que se queden en sus oficinas la mayor cantidad de
tiempo posible. […] ¿Son mis empleados menos productivos? Nunca hemos crecido
tanto como ahora.
Los beneficios citados en casos como el anterior son los siguientes: a) ausencias más
breves por maternidad; b) padres dispuestos a trabajar más horas o días; c) lealtad más intensa
hacia la empresa; d) beneficio laboral de bajo o ningún costo; e) tranquilidad de los padres, tanto
mental como económica; y e) cultura de trabajo más comprensiva.
Un artículo de The New York Times de 2008 informó que The Society for Human
Resource Management estimaba que el 29 por ciento de las empresas permitía que niños de
distintas edades fueran llevados ocasionalmente. Otros estudios señalaron un porcentaje algo
mayor y otros, algo menor; pero lo que se destacó fue el hecho de que las empresas más
pequeñas eran más flexibles que las grandes al momento de autorizar a los padres a llevarlos.
También surgió, según otra publicación, la tendencia a conceder a lo largo de los años más
beneficios para facilitar el equilibrio trabajo-familia1.
Tal vez algún padre que no pudo llevar a sus hijos a su lugar de trabajo piense en estos
versos del tango2: Hubiera querido estar siempre cerca, / en todo momento brindarte calor, /
pasarte la posta de aquello vivido, / todo lo aprendido pasártelo a vos. / Hubiera querido
brindártelo todo / ─luché porque vieras un mundo mejor─, / hubiera querido que no tengas
penas, / que solo supieras de risa y fulgor.
¿Usted, lector, qué opina al respecto?
Guillermo S. Edelberg DBA
Profesor Emérito, INCAE Business School
www.guillermoedelberg.com.ar
1
2
Ver artículo # 19 “Work-Family Balance” en www.guillermoedelberg.com.ar
A mi hijo. Música: E. De La Peña. Letra: E. Pierro
Descargar