Primera Parte 133 se niegan de modo rotundo y sistemático, creándose así un verdadero caos en materia de tanta entidad y trascendencia”151. Esta división en acción pública y privada se presentaba por el sentido de los intereses vulnerados con los actos de la Administración demandados; es así, que si un acto de la Administración afectaba intereses generales y la acción pretendía el restablecimiento del orden legal quebrantado, se estaba frente a la acción pública; por el contrario, si el acto vulneraba derechos de orden particular o privado o como se les denominaba derechos de orden civil, se estaba frente a una acción típicamente privada, por lo que la acción a instaurar era la denominada acción privada. En este sentido se manifestó el Consejo de Estado cuando dijo: “Lo primero que puede observarse es que en el presente caso se trata de un acto de la Administración que afecta, en sentir del demandante, derechos particulares o privados; que no se trata de ejercer la tutela legal establecida a favor de todos los ciudadanos para la conservación del orden jurídico, sino de proteger intereses privados que se reputan lesionados por el acto demandado. Quiere esto decir que sólo es pertinente la acción privada para ocurrir a la vía contenciosoadministrativa en demanda del restablecimiento del derecho que se cree vulnerado. No basta expresar en la demanda que se ejercita la acción pública o de nulidad, porque es el contenido del acto demandado y la relación de éste con los hechos que se aducen en la demanda y los derechos que se invocan lo que determinan la calidad de la acción impetrada. Si contra las resoluciones acusadas cupiera la acción de nulidad, podría cualquier ciudadano, en interés de la ley, demandar esa nulidad. Pero si ello ocurriera, la demanda sería inadmisible por falta de interés de orden privado por parte del actor. De suerte que, como ya lo tiene establecido el Consejo de Estado, en forma explícita, en los casos en que el acto administrativo hiere vulnerado un derecho patrimonial, privado, solamente puede intentar la respectiva acción el lesionado”152. Tascón, op. cit., p. 148. Consejo de Estado. Sentencia de Agosto 09 de 1944, Consejero Ponente doctor Diógenes Sepúlveda Mejía. En: Anales del Consejo de Estado números 3419, 346, p. 264. 151 152