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Significados Sociales En Las Relaciones De Pareja.
(Relaciones Interpersonales)
Driceida Pérez R.
I- Introducción
Desde su inicio, la Psicología Social se planteó explicar los fenómenos sociales
relevantes para las sociedades. Hoy más que nunca las relaciones interpersonales, y en entre
ellas, las relaciones de pareja nos plantean nuevas formas de pensar y explicar los aspectos
psicosociales involucrados en estos procesos.
El estudio de las relaciones de pareja es un tema interesante desde el punto de vista de la
psicología social en la exploración de factores que puedan contribuir a explicar el éxito o
fracaso de éstas, y conocer la dinámica dentro de ellas.
En este ensayo pretendo mostrar una revisión de estudios efectuados en este campo, en
los cuales están involucrados interesantes procesos cognitivos, los cuales creo, tienen una
importante relación con procesos de significación social. Mi planteamiento es que el marco
de las teorías que resaltan el rol del lenguaje puede ofrecer una perspectiva a integrar en los
abordajes de estos temas, y que puede orientar hacia formas de aplicación de los resultados
hacia la comunidad.
II- Los Procesos de Significación en la Vida de Pareja
Mucho se ha discutido acerca de los procesos cognitivos y la medida en que éstos logran
traducir lo que ocurre en el espacio psicológico y el espacio físico. Concuerdo plenamente
con Murray y Holmes (1997) respecto a que el conocimiento al interior de las relaciones
estrechas, es incierto; el futuro no se comporta como un espejo del pasado y en
consecuencia los acontecimientos suelen ser impredecibles, hasta caprichosos. Pienso que
un grado importante de incertidumbre está presente en gran parte de la experiencia humana.
En el estudio de las relaciones de pareja Holmes (2000) en su artículo Social
Relationships: the nature and function of relational schemas, hace una profunda revisión de
los desarrollos en el campo de las relaciones de parejas desde una perspectiva psicológica
social y basada en aspectos cognitivos e interaccionales. Tomando la perspectiva
cognitivista, que es la que voy a privilegiar en mi ensayo, el autor describe abundante
evidencia donde operan mecanismos de interpretación, compensación, ilusión, reducción
de la disonancia, evaluación, los cuales parecen mostrar una mayor capacidad predictiva y
explicativa de la estabilidad y el grado de satisfacción en la pareja, en comparación con
aspectos conductuales u “observables”.
Kelley (1979), utilizando su modelo de la
interdependencia, enfoca las relaciones de pareja considerando los efectos de la interacción.
Su interés ha sido estudiarlo a través de procesos de recompensa y costos en la pareja,
observando que el transcurso de la relación no sólo involucra una producción individual de
costos y beneficios, sino también una generación conjunta de éstos. En sus estudios, sin
embargo, ha encontrado que las parejas tienden a percibir como recompensa o costo,
aspectos individuales y de interacción traducidos en predisposiciones personales más que
en conductas observables. Al preguntar por los principales problemas en la pareja, las
personas tienden a entregar respuestas en base a disposiciones personales.
Así, apreciamos que la evolución de las relaciones, desde una perspectiva “objetivista”,
pero también cargada de valor, tiende a ser en cierto sentido distorsionadora.
Holmes (2000) explica que existe una influencia de los procesos de evaluación sobre la
cualidad de las relaciones mayor que los resultados de interacciones de recompensa. Por
ejemplo, describe que las teorías o ideas que las personas tienen en torno a principios que
asocian con el éxito en las relaciones, inciden significativamente en el comportamiento de
éstas. En esta línea, se encontró que las personas que tenían una idea basada en “el destino”
respecto a encontrar el ideal de pareja, tendía a presentar más quiebres de la relación
cuando vivían experiencias de temprana insatisfacción, en comparación con quienes
sustentaron teorías de crecimiento que enfatizaban la capacidad de las relaciones de
desarrollarse en el tiempo.
Siguiendo con lo planteado por Holmes (2000), otro proceso cognitivo que tendería a
operar es la apreciación de aspectos positivos en relación a los negativos, encontrando
evidencia que muestra un mecanismo de balance a partir del cual se pueden clasificar las
parejas como reguladas o no reguladas. A partir de esta evidencia, el autor sostiene que la
simple percepción de virtudes no es suficiente para explicar la percepción de satisfacción y
la estabilidad de las parejas.
Una línea de estudio interesante respecto de cómo operan los procesos de interpretación
y significación al interior de las parejas es aquella que se ha abocado al tema del
compromiso. Diferentes estudios han observado la relación que existe entre el compromiso,
y la compensación de la disonancia cognitiva en la percepción de costos y beneficios de la
relación. Por ejemplo las personas ‘comprometidas’ ven a sus parejas más positivamente
que el promedio de parejas, su relación como menos vulnerable al divorcio y no se
interesan por pensar ni observar a parejas alternativas. Holmes (2000) destaca que el
compromiso predice cambios a lo largo del tiempo en los esfuerzos por desarrollar
significados que convierten los “costos” de una relación en “inversión” y las amenazas y
sufrimientos en “desafíos”. Textualmente señala: “…el compromiso motiva a los individuos
a involucrarse en una apreciación cognitiva que ayude a sustentar y justificar la relación”
(p. 464).
Sin embargo, lo que no aclara este autor es cómo define y operacionaliza el término, lo
que por tratarse de un constructo cargado valor tiene gran relevancia práctica y teórica en
estos estudios.
Otro modo en que los investigadores explican la manera en que las personas atribuyen
significados en sus relaciones tiene que ver con la necesidad de experimentar seguridad
con la pareja. Así, se tiende a reinterpretar las fallas como virtudes apuntando a un proceso
de construcción de significados lo que fundamenta Holmes por la imposibilidad de percibir
directamente los defectos y virtudes, debiendo recurrir a impresiones e interpretaciones.
Otro fenómeno atribucional observado es que, las parejas con altos grados de
satisfacción hacen atribuciones causales de comportamientos específicos negativos de sus
parejas a aspectos transitorios de las situaciones y no a debilidades disposicionales y más
estables de sus parejas. Dicho de otra manera, tienden a justificar y a mostrarse indulgentes
hacia el comportamiento de sus parejas. Esta actitud indulgente y altruista, puede tener
diferentes perspectivas de análisis, siendo asociada por algunos investigadores a
expectativas de retribución o reciprocidad (Holmes, 2000).
Sin embargo, puede tener un carácter de retribución instantánea para quien emite esa
atribución en el sentido que también está realizando evaluación sobre sí mismo, en un
ámbito con el cual se identifica, en término de responsabilidad pero también como fuente
de satisfacción personal. Para algunas personas ser indulgente con su pareja, de alguna
manera puede ser equivalente a ser indulgente con ellos mismos. Esta es una interpretación
sin embargo que habría que explorar.
Un aspecto interesante que se ha estudiado siguiendo con el tema de las significaciones,
es el comportamiento que ha sido definido como “iluso”. Aún cuando lo han definido en
términos negativos, en cuanto a que desarrollarían percepciones con pocas bases en la
realidad, se han encontrado resultados controvertidos.
Las investigaciones han demostrado que las personas que manifiestan fuertes ilusiones
reportan mayor satisfacción, confianza y amor, menos conflictos y ambivalencia, creen que
sus propias relaciones son relativamente inmunes al daño, idealizan a sus parejas y
presentan exagerados sentimientos de control y optimistas acerca del futuro. Según Murray
y Holmes (1997) “(...) correspondería a un sentido de convicción y confianza que aparece
como una construcción idiosincrática, reflejando la proyección de esperanzas íntimas” (p.
597). Estas características se asocian a estabilidad y mayor satisfacción en las parejas, lo
que lleva a los investigadores a postular una positiva función de las ilusiones como
profecías o metas que tienen efectos de autocumplimiento a lo largo del tiempo. Esto
plantea una perspectiva interesante en términos de la necesidad de redefinición del tema.
Pretendo volver a este punto más adelante.
Otros estudios realizados por Simpson, Blackstone y Ickes (1995) en relación a la
habilidad de apreciación empática en la pareja señalan a la empatía no asociada a
habilidades particulares de los integrantes, ni necesariamente con las resultados positivos
para la relación, sino a mecanismos de consistencia y balance. Así por ejemplo, se señalan
estudios en que parejas que muestran altos grados de satisfacción tienden a ser más precisos
en identificar el tipo de afecto, metas e intenciones que presentan sus parejas durante una
discusión. Otros estudios demuestran que estas parejas presentan mayor coincidencia en la
interpretación de claves no verbales.
Por otra parte, se ha observado una relación negativa entre empatía y calidad de la
relación cuando se confrontan situaciones más conflictivas y amenazantes lo que ha llevado
a los autores a postular que la empatía puede ejercer efectos profundamente negativos en la
calidad de las relaciones. Esto es coherente con lo plateado por Holmes (2000) respecto a
que personas que perciben positivamente su vida de relación, realizan “atribuciones
benignas” frente a comportamientos negativos de la pareja, lo que interpreta como una
forma de mantener el estado de satisfacción.
III- Un Abordaje desde El Lenguaje
El modelo narrativo provee una perspectiva que puede permitir abordar las deficiencias
de los procesos desde un ángulo diferente, que pueda ofrecer una base para la investigación,
complementando la expuesta por los autores que se he revisado. Estos postulados señalan
que nuestras percepciones acerca de nuestras vidas, están contenidas en relatos o
narraciones. Cada persona elabora un relato “dominante” de su vida, quedando fuera
contenidos que no confirman esa versión original. Volviendo a mi argumento inicial de este
artículo respecto a las limitaciones del conocimiento humano, este enfoque explica que
éstas se basan en capacidades limitadas de los relatos. Así, las personas no guardaríamos las
imágenes del pasado, sino que tenderíamos a comprimirlo, estructurando nuestras
narraciones en base a selección de eventos y llegando a conclusiones que resultan en una
“edición” de los eventos originales que generaron esos relatos (White & Epston, 1990).
Gergen (1999) por su parte, señala que el patrón de construcción narrativa debe seguir
un proceso para constituirse en una narrativa bien formada, en el sentido que será
comprendida y aceptada en el espacio social. Las reglas estarían dadas por la estructura de
los relatos y su aplicabilidad al contexto social local.
Holmes (2000) también ofrece un planteamiento que es coherente con este marco de
análisis. El señala que la libertad interpretativa que se observa en las parejas se asocia a las
ambigüedades inherentes de la memoria, señalando que las personas tienden a utilizar
características personales como bases sobre las cuales reconstruyen los eventos del pasado
de sus relaciones.
IV- Los Significados en El Contexto Social
Resultados interesantes han sido encontrados estudiando patrones de comparación entre
los miembros de la pareja. O’Mahen, Beach y Tesser (2000), apoyándose en los postulados
de la psicología social en cuanto a que, como seres sociales, las personas nos evaluamos en
relación a los comportamientos de otros similares, estudiaron cómo opera este mismo
principio en las relaciones de pareja. Sus resultados son consistentes señalando que las
necesidades de las personas de mantener una determinada evaluación de sí mismos tienden
a influenciar las relaciones en la pareja. A partir de estos resultados, los autores plantean
como un recurso para las parejas, el que éstas puedan “crear nichos en los cuales cada
miembro de la díada pueda desempeñarse exitosamente sin perturbar las necesidades de
realización del otro miembro. De acuerdo a esta perspectiva, la armonía en las relaciones
está basada en la habilidad de las parejas para labrar nichos únicos de realización” (p.1350).
Este fenómeno interaccionar O’Mahen y col. lo denominan ecología del desempeño, en
cuanto a que serviría a sostener necesidades del sí mismo sin sacrificar la cercanía de la
relación. Creo que en la forma como se desarrollan esos nichos y en las relevancias en los
dominios de desempeño que selecciona cada miembro de la pareja, intervienen factores
personales pero también sociales, y los últimos tienen un peso importante de valores
surgidos de la cultura y la tradición local.
Una manera de abordar la comprensión de estos fenómenos desde la psicología social es
como procesos y resultados de construcción de significados sociales. Lo que pretendo
plantear, siguiendo la línea de los teóricos narrativos y los modelos posmodernos es que
además operan en esas construcciones, esquemas sociales y culturales que tienen gran peso
y que obviamente son filtrados por las características individuales. Otro ejemplo de esto es
la disminución en las barreras para tomar la decisión de separarse que en mi opinión tiene
como base importante el surgimiento de nuevos esquemas culturales. Holmes (2000)
muestra que la percepción de dificultades en las consecuencias de la separación también
opera en esta toma de decisión. En la actualidad ha habido un aumento de los divorcios y
las separaciones, observándose un discurso ambivalente en torno a las relaciones estables
donde coexisten las ideas acerca del “matrimonio para toda la vida” con la idea “si nos va
mal nos separamos”. Este contexto probablemente explica la observación de Holmes en
cuanto a que han disminuido las barreras y ha aumentado la tensión en las parejas que
intentan lograr estabilidad. Así, este modelo permite apreciar el peso de los procesos
sociales en la construcción de narrativa que se orienta hacia la estabilidad y satisfacción en
las relaciones de pareja o hacia el quiebre y la insatisfacción.
V- Hacia Nuevas Exploraciones
La pregunta que cabe hacerse aquí es ¿Cómo se estructuran esos relatos? ¿Qué hace que
las personas hagan determinadas interpretaciones o elijan determinados eventos y no otros
para desarrollar una idea dominante acerca de sí mismos y de su relación de pareja? El
mecanismo de compensar la disonancia cognitiva es un mecanismo probado y aquí
nuevamente vuelto a demostrar. Pero, ¿Qué ideas, valores, expectativas, disposiciones
influyen en la forma en que es resuelta la disonancia? En el lenguaje de la narrativa, ¿qué
creencias, ideas o prejuicios influyen en los relatos dominantes de las personas acerca de
sus expectativas para las relaciones de pareja y de la cualidad interaccional con la cual se
identifican, es decir las capacidades que perciben en ellos mismos para entrar en relación de
intimidad con otro? Estas preguntas tienen implicancias pensando en el estudio de factores
predisponentes o predictivos. Aquí, nuevamente las teorías que reconocen el factor
contextual tienen algo que decir. ¿Cómo operan los acontecimientos sociales en las ideas de
las personas? ¿Cuáles planteamientos socialmente aceptados inciden en una determinada
disposición hacia relaciones estables y cuáles planteamientos tienen un efecto negativo?.
Holmes (2000) plantea que el grado de satisfacción en relaciones de intimidad se asocia
positivamente con el grado de felicidad y negativamente con factores de angustia y
aflicción que las personas perciben en sus vidas. En un período histórico de grandes
cambios en modos de vida social, esto plantea un marco para el estudio de estas dinámicas
humanas, especialmente de cómo se proyectan hacia el futuro. Podemos estudiar ¿cuáles
son los principios que operan en la estabilidad de las relaciones y cómo esos principios
están cambiando? Parece una evidencia difícil de refutar que la estabilidad de las relaciones
ha ido disminuyendo, sin embargo, ¿podemos asistir este proceso sólo desde un punto de
vista descriptivo, desde una posición higiénica respecto de los valores, señalando los
esquemas conceptuales que explican esas nuevas disposiciones?
Si tomamos la postura que señala Kelley (1979), asumiendo que la cualidad de las
relaciones de pareja es un factor de salud psicológica, es necesario orientar esos estudios en
una perspectiva preventiva y promocional. ¿Cómo puede la sociedad
modificar sus
dinámicas hacia generar disposiciones a relaciones más satisfactorias y estables?
VI- Hacia nuevas propuestas en El Lenguaje y Espacio Social
Quisiera retomar aquí el tema de las personas “ilusas”, que pese a la connotación del
término, demuestran resultados comparativamente positivos en términos de estabilidad y
satisfacción de pareja. Cabe plantearse ¿cómo opera como categoría de referencia un
término o cualidad que es percibido socialmente en forma negativa? Así como han
trascendido hacia el lenguaje cotidiano conceptos surgidos del ámbito intelectual y
científico, como por ejemplo el de “resiliencia”, cabe plantearse la redefinición de ciertos
términos que puedan tener efectos en la generación de nuevos significados en el
intercambio social en dirección a generar formas de resolución o prevención de problemas.
Así, por ejemplo, Holmes (2000) profundizando en el término considera que las
ilusiones positivas acerca de la relación y no acerca de sí mismo, están más asociadas con
la característica de generosidad que con un aspecto de distorsión de la realidad. Habría que
preguntarse ¿cuáles son las consecuencias de los ilusos acerca de sí mismos? El tema que
me parece relevante aquí es en qué basar nuestras percepciones de la realidad. No parece
este un tema fácil de resolver. El propio Holmes (2000) reconoce que tendemos a operar
con ideas acerca que aquello a lo cual no tenemos acceso directo. Por ejemplo, siguiendo
con el tema de la “resiliencia”. Tal como está definido, este término consiste en la
capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas
fortalecido o transformado. Los mismos autores Murray y Holmes (1997) en su artículo se
refieren a las ilusiones como ilusiones “resilientes”. El término resiliencia sin embargo, ha
tomado una fuerza propia tal que se han desarrollado innumerables programas orientados a
las poblaciones más carenciadas, apoyándose en el carácter novedoso de constructo teórico,
pero a la vez confiable debido a su origen científico, para superar circunstancias de vida
que aparecen como altamente complejas.
Las teorías psicológicas tienen importantes efectos en la conducta de la sociedad
tendiendo a producir muchas veces cambios en los fenómenos que estudian, entre otras
explicaciones, debido al peso que tienen los temas estudiados en la autoevaluación de las
personas en la sociedad y siguiendo algunos principios que he expuesto, se apoyan en la
puesta en acción de procesos de regulación y mantenimiento de las ideas de sí mismo
(Gergen, 1973).
No podemos dejar esa evidencia de lado al momento de abordar científicamente temas
tan relevantes para la vida en la sociedad actual como las relaciones de pareja. El lenguaje
por lo tanto, no es inocuo y los interpretaciones producirán efectos. Los psicólogos
debemos también hacernos cargo de eso, ya que uno de los objetivos principales que
orientan nuestra investigación, es la promoción de formas de vida más sanas y positivas
para la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
Gergen, K. (1973). Social Psychology as History. Journal of Personality and Social
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Gergen, K. (1999). An invitation to Social Construction. Sage Publications, London.
Holmes, J. (2000). Social relationships: the nature and function of relational schemas.
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Kelley, H. (1979). Personal relationships: Their structure and processes. Hillsdale, NJ:
Earlbaum. Cap. 2 ( pp.13-55).
Murray, S. & Holmes, J. (1997). Leap of faith? Positive Illusions in romantic relationships.
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O’Mahen, H., Beach, S. & Tesser. (2000). A relationship ecology and negative
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Personality and Social psychology, Bulletin, 26, 1343-1352.
Simpson, J., Blackstone, T., &. Ickes, W. (1995). When the head protects the hart: Empathic
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White, M. & Epston, D. (1990). Narrative means to Therapeutic ends. W.W. Norton&
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