(96) l a boca alguna blasfemia de enojo que tenga por lo que se dice a q u i , diciendo que son prolijidades y cosas de nunca acabar; cada uno tome y pruebe lo que quisiere, ó lo que no le agradare ó no quisiere hacer haga cuenta que nunca lo vido, ni l e y ó , y haya paciencia. Pues tornando al propósito dice Paladio y aun P l i n i o , que si toman unas a g a l l u d a s , digo las pelotillas del estiércol de las cabras, y con una alesna las paran huecas, y les sacan sotilmente todo lo que tienen dentro, y en aquello hueco ponen una simiente de lechuga y otra de mastuerzo y de rábano, y de oruga y albahaca, y después embarran aquella pelotilla con mas estiércol de aquello, y la ponen en tierra bien estercolada, y la simiente del rábano eresce hacia bajo como suele, y la lechuga hacia riba, y terna en sí algo del sabor de las otras plantas ó simientes. Mas esto se ha de hacer en las lechugas que no se han de trasponer; y esto tal es para enpresentar una lechuga por excellencia, y para que lo prueben personas deseosas de experiencias y secretos naturales, y lo egerciten los que tienen cargo de jardines de grandes Señores, que no es de mi consejo que lo haga el hortelano que lo vende en la plaza por tanto lo bueno como lo malo : mas á mi parescer esto se haria m u y mejor y mas perfectamente, y tomarle el sabor de aquellas semillas, quebrantándolas todas un p o c o , y poner mas de otras mas oloriosas yerbas, como son eneldo, anís, ajedrea, yerbabuena, ó 'las que mas quisiesen, y que solamente aquella v a y a entera, q u e no la quebranten, que quiere que nasca, y masen un poco de estiércol de cabras ó de ovejas, y métanlas todas en sí juntas, y pónganlas como dije; mas esto tal es mejor en lechugas que no se hayan de regar, sino en las que ponen la primavera en las solanas, que el agua quita mucho el olor á , cualquiera planta, y por esto asi en las frutas como en las yerbas son mas oloriosas y aun sabrosas las de sequera que las de regadío; y si es necesario regar, que quieren que sea en el estío, esté la tierra húmida cuando lo sembraren, y n o l o rieguen hasta que nasca, que será al mas tardar al sexto dia, y en aquel poco tiempo tomará parte de aquellos olores de las otras yerbas; y por poco que entonce tome, siempre crescerà con la otra y e r b a , que como el Teofrasto dice, por poca que sea la mudanza en la planta cuando chica, ó en la simiente,