Simbolismo de la imagen femenina en el arte de la India Antigua Benjamín Preciado-~--. En el arte de la India destaca inmediatamente a la vista la presencia constante de la figura femenina. Cualquiera que haya visitado los monumentos o los museos, o simplemente contemplado las reproduccion~ en libros y revistas, no puede menos que notar la multiplicidad de las formas femeninas en el arte indio. Figuras llenas de sensualidad, de una belleza exuberante y voluptuosa, de formas plenas, pródigas y abundantes. ¿Por qué tanto derroche de sensualidad en un arte exclusivamente religioso? También es sabido que las religiones indias predican el desapego y renunciamiento, la falsedad del mundo y su futilidad. El seguidor de las religiones indias debe comprender la irrealidad de las formas mundanas y concentrarse únicamente en alcanzar el espiritu eterno que se encuentra más allá de las formas. ¿Cómo entonces se explica esta obsesión lujuriosa por las sensuales curvas femeninas? Primero hay que notar que todo en el arte indio manifiesta un significado específico. Todas las formas son simbólicas. Los mensajes de la religión y la filosofía se manifiestan en el arte a través deun simbolismo bien establecido. En segundo lugar tenemos que señalar que el hecho de que el arte indio, por lo menos el que ha perdurado hasta nuestros días, fue producido muchos siglos después que los textos religiosos del brahmanismo, el budismo y el jainismo. Si queremos entonces examinar la figura femenina y su simbolisrno en el arte indio, debemos remontarnos a los textos originales de estas religiones antes de pasar al examen detallado de las imágenes. El Veda, conjunto de textos religiosos de los invasores arios de la India, no contiene muchas expresiones de la divinidad femenina. Los arios, pu~blo~, de raza indoeuropea, arribaron a la India a mediados del segundo milenio antes de nuestra era. Eran tribus nómadas pastorales que adoraban a divinidades, generalmente masculinas, representación de las fuerzas y los fenómenos de la naturaleza. Su dios principal era Indra, Dios de las tormentas y caudillo guerrero que da a los dioses y a los arios la victoria sobre sus enemigos. Es comprensible que en una concepción del mundo nómada y pastoril, en la que el varón representa la fuerza y el mando, la mujer no ocupara un lugar importante. Pese a esto encontramos algunas divinidades femeninas que ya poseen algunas de las características de las representaciones femeninas postoariores. Los arios reconocieron muy pronto la importancia esencial del elemento femenino en el proceso de la creación del mundo. Los animales, las plantas, Benjamín Preciado. Doctor en Filosofía. Especialista en estudios de la India. Investigador del Centro de Estudios de Asia y Africa del Colegio de México. Autor de libros y numerosos ensayos sobre la India. artes los hombres y los dioses se reproducen y multiplican gracias a la unión de los sexos. El demiurgo, creador del universo a partir de la nada, tiene que recurrir muy pronto a la división sexual para procrear a los seres del mundo a partir de sí mismos. Aditi es la madre de los dioses y la personificación primera de la potencialidad femenina para la reproducción. El mundo no existiría sencillamente sin la presencia del elemento femenino. La reproducción es fundamental para la mujer, y viceversa, pero no es el único aspecto que destaca en las divinidades femeninas. Además de procrear, la mujer nutre y sostiene, protege y conforta a sus hijos. Las aguas y las plantas son manifestaciones primordiales de la feminidad. La Tierra es la madre por excelencia, la que sostiene y alimenta a la humanidad, la esposa del cielo y de sus representantes en la tierra: el rey. El monarca indio es llamado bhupati, el señor o esposo de la Tierra. Siguiendo estas caracterizaciones, los arios védicos contaban con algu nas divinidades femeninas, que como dijimos no alcanzan la importancia de la masculina, pero sí representan claramente las funciones esenciales de la feminidad. Así tenemos a los grandes ríos personificados como diosas, principalmente Sarasvati, Ganga (el Ganges) y Yamuna. Estos ríos o diosas del río representan las aguas nutricias que dan vida a las calurosas planiciee de la India. Las plantas también son representadas como diosas, y hay una diosa en especial: Arandhati, que representa a las plantas en general y a las plantas medicinales y sus poderes salutíferos en particular. Otro aspecto de la creación presentado por una diosa, es el poder creador de la palabra. Aquí entramos en un terreno más simbólico. La palabra representa la manifestación creadora del sonido primordial, la vibración del universo. La diosa Vac (en latín Vox) representa este poder creador del sonido que se manifiesta claramente en las palabras sagradas del Veda. No hay que olvidar tampoco que el ritual del sacrificio védico encerraba un simbolismo de la fertilidad y la reproducción sexual. A cada elemento del culto se le acoplaba con una pareja para manifestar el poder creador del rito; aunque la mujer mantiene un papel subordinado en la sociedad védica, en el terreno del culto y el simbolismo obtiene su lugar como generadora y reproductora.1 Todas estas divinidades femeninas aparecen posteriormente en los textos como yaksi-s y apsaras, las driadas y ninfas del mundo helénico. Los bosques y los ríos, las montañas y las nubes están pobladas por estas bellísimas yencantadoras jóvenes que de vez en cuando aparecen ante los asombrados ojos humanos. 5 ten nunca los detalles del clásico episodio.2 El otro motivo, el de dohada o anhelo, el de la joven que toca al árbol con la planta del pie es posiblemente tan antiguo como el anterior. Se refiere a una bien conocida creencia, atestiguada muchas veces en la literatura, en que un árbol de ashoka anhela el toque de los pies de las doncellas, y que sólo con ese contacto florecerá. La poesra y el drama refieren muchas veces esta antigua creencia y gustan de comparar el anhelo del árbol por el contacto con los pies de la doncella, con el que siente un amante por su enamorada. Doncella colocándose las ajorcas. Templo Rajarani. Bhubanesuar, Orissa Los cultos a los espíritus o divinidades de la tierra, del aire y de las aguas (yaksas, gandharvas y nagas) existieron en la India desde las épocas más antiguas. Precedieron al brahmanismo, al budismo y al jainismo y convivieron con ellos en el corazón de la gente del país. Fueron estos cultos los que dieron a las religiones establecidas sus primeras imágenes. Yaksas y yaksis, gandharvas y apsaras aparecen primero en los monumentos budistas y luego en los más antiguos de los monumentos hinduístas, muchos siglos después de los inicios del arte budista. La más antigua de las imágenes que aquí nos concierne es la de la divinidad arbórea (vriksha de va tá), representación de aquellos espíritus de los bosques que aparecían ya en el Veda, manifestación de las propiedades curativas y benéficas de los árboles. La figura femenina aparece asociada al árbol desde los inicios bajo dos formas principales: colgándose de la rama del árbol (sa/abhanjika), o tocando su tronco con el pie, (dohada). El primero representa en sus versiones más antiguas (las puertas de la stupa de Sanchi) la práctica de un juego que era popular entre las mujeres dela parte oriental de la India alrededor del siglo V antes de Cristo. A las jovencitas les gustaba acercarse a un árbol sala (shorea robusta) y columpiarse colgándose de una de sus ramas. Figuras representando este juego se utilizaron luego comúnmente para adornar las ménsulas que sostenían las vigas del techado. Una imagen que asume por lo regular la misma posición de la sa/abhanjaika es la de la reina Maya en el momento de dar a luz al Buda. Efectivamente, la leyenda de la vida del Buda narra que, poco antes de su nacimiento su madre quiso entrar a un jardín de árboles sala, y ahí, mientras se sostenía de una de las ramas, nació milagrosamente de su costado el Buda Siddharta Gautama. Las representaciones del nacimiento del Buda no omi- 6 Estos motivos fueron representados incansablemente en los monumentos budistas y jainistas, sobre todo en los pilares de las balaustradas de los stupa. La representación de voluptuosas doncellas semidesnudas en los pilares llevó luego a la designación de este motivo ornamental como stambhaoshitá, la doncella del pilar. Hasta doce diferentes variedades de doncellas del pilar se han encontrado. Estas son, aparte de las dos antes mencionadas: la doncella jugando ala pelota; la doncella jugando con un pájaro; la doncella en una cita nocturna; la doncella ofreciendo una copa de vino; la danzante; la que se ve en el espejo; la que ofrece alimentos; la que se baña; la que se desnuda y la que toca un instrumento musical. En todas estas diferentes posturas se representó a la doncella alrededor de las reliquias del Suda. Representando las cualidades auspiciosas de protección y generación, de salvación y abundancia. La representación de estas sensuales mujeres no falta en ninguno de los monumentos de la India. Posiblemente haya ido asociada también a la antigua práctica de la prostitución sagrada. Las hierodulas, o prostitutas sagradas, han sido un elemento común en muchas de las grandes religiones de la antigüedad. Así como las representaciones femeninas en piedra eran auspiciosas, así era la presencia de sus contrapartes de carne y hueso, las danzarinas que halagaban al dios y a los visitantes de su Diosa del rlo Yamuna. Aihole, Karnataka. ~ II~ --i (1' Nacimiento de Suda. Nagarjunikonda. Andhra Pradesh. Museo Nacional, Nueva Delhi. templo. Cada una de estas representaciones tomó también su lugar en la literatura. Y estas variedades se convirtieron en los ejemplos favoritos de los poetas para celebrar la belleza de alguna dama. En un principio, el templo hinduísta adapta estas representaciones de driadas y ninfas únicamente alrededor delasportadas y prominentemente a ambos lados de la entrada bajo la forma de las diosas de los ríos, el Ganges y el Yamuna. En ese sitio, esas imágenes cumplen la misma función auspiciosa que cumplieron las doncellas del pilar en las estupas budistas y jainistas. Sin embargo, el templo hindú muy pronto adaptará todas las variedades de la doncella voluptuosa dentro de su plan bien definido y explicado. El templo hinduísta está construido sobre un plano que simboliza el cuerpo de una persona (vastu-purusha manda/a). Adquiere así dimensiones y proporciones que están relacionadas mediante símbolos con las del cuerpo humano. El cuerpo tanto físico como psíquico o como espiritual, es decir la persona (purusha), el Yo interno, el atman o identidad absoluta. El manda/a y el yantra son representaciones gráficas de visiones del mundo interior y exterior. Encierran una simbología para concentrar las energías mentales y tratar de alcanzar una identificación con la realidad allí representada. La persona concebida en los yantra y manda/a cuenta con una variedad de facultades y fuerzas, energías físicas, psíquicas y espirituales.3 Una explicación del significado del Shri Yantra, el diseño simbólico más sagrado para los devotos de la Diosa Madre en la India, asigna a cada uno de los dieciséis pétalos del loto dibujado en el yantra como residencia de una deidad. Esta es representada como una joven hermosísima, encarnación de las facultades del hombre. Facultades que pueden funcionar como ataduras, por lo que se les denomina "atracciones" (akarshim). Ellas son: la doncella del placer, la doncella de la inteligencia, la doncella del ego, la doncella del oído, la doncella del tacto, la doncella de la forma, la doncella del gusto, la doncella del olfato, la doncella de la mente, la doncella de la resolución, la de la memoria, la del nom- ". )" '\ // Vastu Purusa Manda/a. de un templo. Disei'\o simbólico usado en la construcclon 7 bre, la de la semilla, la del Yo, la de la inmortalidad y la del cuerpo. Estas dieciséis ocupan todas su lugar como poderes de reintegración, como mensajeras del centro de la persona.4 Así vemos que las imágenes esculpidas alrededor de los templos tienen un significado preciso dentro de un programa iconográfico establecido. No contamos con textos budistas de Arquitectura que nos señalen si las Yakshis representadas en columnas y portadas ocupaban lugares y posturas predeterminadas para aludir a una simbología de las fuerzas internas y externas al hombre. Lo que sí es claro es que los budistas trataron de encontrar un lugar para estas imágenes dentro del mensaje moral del Dharma. Las formas seductoras de las bellas tienen que ser entendidas como efímeras y pasajeras, como signos claros de la inevitabilidad de la muerte y de la necesidad de pasar más allá de lo perecedero: Entonces, rodeado por las mujeres, el príncipe vagaba por el jardín, como un elefante acompañado por el rebaño de sus hembras. En aquel bosque solitario brillaba esplendente, con las bellezas que lo regalaban, como el Sol radiante en medio de las ninfas (apsaras). Entonces, algunas de las más jóvenes, fingiendo estar ebrias, lo acariciaban con sus pechos jóvenes, firmes y redondos. Doncellatambori/ere.Belur, Karnatake.MuseoBritánico. Doncella jugando 8 a la pelota. Kajuraho, Madhya Pradesh. Otra damisela dejaba caer una y otra vez su manto azul, pretendiendo la embriaguez, y con la cadena de su vientre a la vista parecía la noche llena de resplandores. Algunas caminaban de aquí a allá para hacer tintinear las cadenillas en sus caderas y le mostraban así los muslos cubiertos por velos transparentes. Otras cogían ramas de mango llenas de botones en flor y se columpiaban en ellas, mostrando sus pechos como vasijas de oro. Una de ellas, caminando como hombre y pretendiendo parecer uno, le dijo: Señor, has sido conquistado por las mujeres, conquista a la tierra ahora. Considera el gran poder de las mujeres; por ejemplo el ganso en el agua, que obedientemente sigue a su compañera como un sirviente. Desde los tiempos más antiguos en verdad. Tienes por ejemplo el gran sabio Vyasa, con quien aún los dioses apenas se podían comparar, quien fuera tratado a puntapiés por la cortesana Kashi-sundarí. Así estas doncellas, alocadas por el amor, asaltaron al príncipe con juegos y caricias de todas clases. Pero, a pesar de tales tentaciones, el príncipe mantuvo firmemente a sus sentidos controlados, y, en su preocupación por la inevitabilidad de la muerte, ni se alegraba ni se entristecía.5 Estos versos aparecen en el Buddha-charita, historia de los hechos del Buda, poema sánscrito del siglo.prime- Las a/asa Kanyá del Shilpa Prakasha son: La indolente La que tiene capullos La de la puerta La que abraza un niño La inocente La que tiene un espantamoscas La resentida La que se oculta La que jala una rama La danzarina La que huele una flor La que t!en~ un pajarito La que se ve en el espejo La que tiene ajorcas La meditabunda La que toca un tambor6 De todas ellas encontramos ejemplos en la ornamentación arquitectónica de Orissa, en los templos de la capital Bhuvaneshvar y en los santuarios de Puri y Konarak. En otras regiones, como la India central y la India occidental, encontramos otras posturas que tal vez vienen a sustituir a algunas de las que se mencionan en el Shilpa Prakasha, desgraciadamente no se ha editado ninguno de los Shilpa Shastras, manuales de constructores, pertenecientes a las escuelas de estas regiones. En Khajuraho, y otros lugares de Madhya Pradesh, Gujarat y Rajasthan, se encuentran ejemplos de otras kanyás, o doncellas: la que escribe una carta; la que se desnuda porque se le ha subido un escorpión a la falda; la que juega a la pelota; las que tocan diversos instrumentos musicales; las que se pintan los ojos, o los pies, etcétera. Cada una de ellas tiene una norma iconográfica que cumplir. Después de describir el yantra o dibujo básico, como un rectángulo con dos divisiones verticales y cuatro horizontales y cruzado por seis Irneas oblicuas, el Shilpa Prakasha describe asr la constFuc- Doncella mirándose al espejo. Belur, Karnataka. Museo Nacional Nueva Delhi. ro d.C., compuesto por Asvagosha. Obras de este tipo re-flejan al T1ismotiempo la vida cotidiana de un príncipe con su harem, la imaginación poética del autor sobre la belleza femenina, y el uso de la imaginería poética y plástica para la presentación de un mensaje religioso. Las imágenes de las doncellas incitantes fueron desde un principio reconocidas como símbolos. Los budistas los interpretan de un modo, los hinduístas les dan otros significados. Alrededor del templo, en las paredes exteriores, en las pilastras y en los recesos, las doncellas indolentes (a/asa Kanyá) se exhiben seductoramente en una variedad de posturas bien establecidas por los cánones arquitectónicos. En el Shilpa Prakasha (siglo XII), obra preceptiva para constructores, de la región de Orissa en la India oriental, se describen las dieciséis clases de 'doncellas indolentes', nombre que pasa a ser genérico en esta tradición, y la manera de representarlas mediante un solo yantra o diagrama. Tal vez podría encontrar una correspondencia entre estas dieciséis doncellas indolentes en las dieciséis 'atracciones' que se encuentran alrededor del yantra de la Diosa. La simbología de las posturas y actividades de las doncellas puede interpretarse también en un sentido esotérico sobre el hombre y sobre el cosmos, o el hombre cósmico que es el purusha del templo. El templo es un símbolo en sí y un catálogo de símbolos particulares. Las dd'ncelIas indolentes se exhiben, pero guardan su significado para ~-\. ,"_1.-'"'el que sabe entender su mensaje. También son llamadas Doncella desnudándose. Kajuraho, Madhya Pradesh. Museo Indio de dutis, mensajeras. Calcula. 9 Maituna ~desh. 10 5. ción de una doncella del tipo indolente (a/asa): Aliado izquierdo de la línea media queda la cabeza. El pecho se debe hacer con cuidado en la tercera divisi'ón horizontal. En el centro de la división superior, a lo largo de las diagonales, los brazos deben ponerse sobre la cabeza. El ombligo está en el punto central, y la cadera en el lado izquierdo. Em pezando desde el punto central (madhya bindu) , la pierna derecha debe estar graciosamente curvada; la pierna izquierda, de una hermosa forma alargada, sigue la diagonal.? Como vemos, la postura y las proporciones del cuerpo estaban claramente señaladas. Los Shilpa Shastra no mencionan el significado de estas figuras, ni de muchos otros motivos ornamentales que aparecen en la arquitectura, sin embargo, el conocer los programas iconográficos generales y particulares para cada figura nos permite comparar esos datos con los que nos proporcionan la mitología, el ritual y la literatura, para acercarnos un poco a la interpretación de la simbología. El motivo de la ninfa incitante y seductora repetido sin cesar en el arte y la literatura indios, tiene un fondo simbólico muy amplio que se remonta a la historia más antigua del subcontinente y que se prolonga hasta nuestros propios días. La figura femenina sirve al artista indio para repetir un mensaje que es parte esencial de su cultura, una simbología cósmica de la feminidad. O (Pareja amorosa). Kajuraho, Madya NOTA1 4. S.A. Dange. Sexual Symbolism from the Vedic Ritual. Delhi, Ajanta Publications, 1979. XXIV+251 págs. ils. M.C.P. Srivastava. Mother Goddess in Indian Art, Archaeologyand Literature. De!hi, Agam Kala Prakashan, 1979. 231 págs. ils. U.N. Roy. Salabhanjika in Art, Phílosophy and Literature. Alahabad, Lokbharati Publications, 1979. 74 págs. ils. Stella Kramrisch. The Hindu Temple (1946) 2 vals. reimp. Delhi, Motilal Banarsidass, 1978. págs. 338-340. Saundarya Lahari, con el comentario de Laksmídhara, Trad. por S.S. Sastri y T.R.S. Ayyangar, Adyar Madras,Theosophical PublishingHouse (1937), reimp. 1965. pág. 113. Asvagosha, Buddha Carita 4. 27-48. citado en U.N. Roy, Salabhan.jika. págs. 62-63. Shílpa Prakasha, incluido como apéndice al libro Early Stone Temples of Orissa, por Vidya Dehejia, Nueva Delhi, Vikas, 1979. págs. 189-198. Ibidem. pág. 191 Doncella decorándose la planta del pie. Templo Amba Mata. Jagat. Rajasthari. Doncella indolente. Templo Amba Mata. Jagat, Rajasthan. 11 Doncella maquillándose. 12 Templo Rajarani. Bhubanesuar, Orissa.