67 Revisión Consideraciones clínicas sobre la importancia de la sensibilidad a la insulina, su resistencia y la intolerancia a la glucosa. Dr. Eric Mora Morales, Dra. Mary V. Vinocour Fornieri1 Resumen Se presentan los principales hechos clínicos y de laboratorio en relación con la resistencia a la insulina y los sucesos etiopatogénicos y fisiopatológicos que llevan a la aparición de Diabetes Mellitus tipo 2, desde la disminución de la sensibilidad a la insulina hasta la intolerancia a la glucosa, señalando la importancia de su conocimiento para el médico que trata a personas con o sin herencia familiar de Diabetes Mellitus, bien obesas o diabéticas sintomáticas que manifiestan enfermedades cardiovasculares y otras como la diabetes gestacional y la poliquistósis ovárica, principalmente. Se comenta que cuando hay tolerancia normal a la glucosa con resistencia a la insulina como sucede en un porcentaje elevado de personas, un 80% obesas, en el período que antecede a la Diabetes Mellitus sintomática de hasta 8 a 10 años, el páncreas aumenta en forma compensatoria la secreción de insulina y el 40% llegan finalmente a ser diabéticas. Es importante entonces estudiar en ellas la resistencia a la insulina que la precede y correlaciona con el indice de masa corporal con un valor estadísticamente significativo, para conocer mejor sus posibilidades de llegar a padecerla. Debe tomarse en cuenta que una cuarta parte de las personas que no padecen Diabetes Mellitus ni obesidad presentan resistencia a la insulina, lo que indica que todavía hay mucho que conocer de esta condición. Otros autores señalan un período de 10 a 12 años en la evolución natural de la sensibilidad a la insulina hasta la aparición de su resistencia, terminando en la intolerancia a la glucosa, todo lo cual se acelera en las personas obesas con aumento de la grasa abdominal, principalmente cuando tienen una vida sedentaria, se alimentan con altas cantidades de carbohidratos y grasas, les aparece hipertensión arterial y tienen el hábito de fumar. En ellas generalmente aparece hiperinsulinismo en ayunas y postprandial. Se señala que estos hechos fisiopatológicos son más precoces cuando hay herencia familiar de Diabetes Mellitus. En el Síndrome Metabólico se reúnen las principales condiciones patológicas que aceleran las complicaciones crónicas vasculares, principalmente, en el paciente obeso sin o con Diabetes Mellitus, lo cual se describe en detalle, enfatizando que las personas que padecen una o varias de las siguientes condiciones, dislipidemia aterogénica, hiperglucemia, hipertensión arterial, estado protrombótico y proinflamatorio tienen un riesgo 2.9 a 4.2 veces mayor de morir de enfermedad coronaria y global cardiovascular 2.6 a 3 más elevada que en la población general. Las personas que padecen Síndrome Metabólico en general desarrollan Diabetes Mellitus en un plazo promedio de 5 años, señalándose entonces que el 80% de las personas con esta enfermedad mueren de enfermedad vascular prematura y en el 40% de las que presentan infarto del miocardio el 40% son diabéticas, agregándose en los últimos años el conocimiento del papel etiopatogénico de la inflamación asociada. El papel del conocimiento precoz de las alteraciones metabólicas subyacentes a estas condiciones es fundamental. Se presentan y discuten con amplitud las que corresponden a la secreción pancreática de insulina y su antagonismo en la resistencia de insulina, detallando el método más económico y fácil para medirla, el indice HOMA, el cual con valores mayores a 3.99 orienta a pensar que la persona ya tiene esta condición, sobre todo si tiene indice de masa corporal mayor de 25, triglicéridos elevados más glucemia e insulina elevados, en una muestra tomada en ayunas. La correlación de este índice con el clamp euglucémico ha sido validada. Al final se describe el valor de las diferentes categorías de tolerancia a la glucosa, particularmente la prueba de tolerancia oral que permite definir si una persona padece diabetes, tiene intolerancia a la glucosa o no es diabética. Trabajo recibido y aceptado el 19/09/07 1Especialista en Endocrinología, Diabetes y Lípidos. Universidad de Costa Rica Dirección Postal: Dr. Eric Mora Morales Especialista en Endocrinología, Diabetes y Nutrición, Maestría en Ciencias Médicas, Universidad Nacional Autónoma de México- Edificio Centauro, Guadalupe - Costa Rica, Centro América. Código Postal 25-2300 E mail [email protected] 68 Consideraciones clínicas sobre la importancia de la sensibilidad a la insulina, su resistencia y la intolerancia a la glucosa. Summary The following summary presents the clinical and laboratory facts in relationship with the insulin resistance and the etiological and physiopathological events leading to the development of Diabetes type 2. Exploring aspects such as diminished insulin sensitivity to glucose intolerance, emphasizing the importance in knowledge of this matter by the treating physician, in patients diagnosed with Diabetes Mellitus with or without family history, diabetics with a history of obesity and other related illness such as cardiovascular disease, gestational diabetes and the polycystic ovarian syndrome. As it is stated in this paper, between 8 to 10 years before the onset of Diabetes Mellitus, 80% of obese patients have a normal glucose tolerance with an increased insulin resistance, the pancreas of these patients increases its insulin secretion, and finally 40% of these patients will develop diabetes. It is of interest, to study the phenomenon of insulin resistance which precedes the disease, which statistically correlates with the Body Mass Index of the patient. It is important to take into account that one forth of the patients with insulin resistance does not have diabetes and are not obese, which just emphasizes to importance regarding research on this condition. Some authors have stated that the period between 10 to 12 years during the natural evolution of the disease from insulin sensitivity to insulin resistance, leading to glucose intolerance is accelerated in obese patients. Especially if these patients have central obesity, are sedentary, have a high food intake of carbohydrates and fats, have hypertension, and smoke. These patients generally experience fasting and postprandial hyperinsulinism. It is stated that these physiopathological events occur earlier when there is a family history of Diabetes Mellitus. In the Metabolic Syndrome, in patients with and without Diabetes Mellitus, the major pathologic conditions which accelerate chronic vascular complications are united, like atherogenic hyperlipidemia, hyperglycemia, hypertension, prothrombotic and proinflammatory states, which increase the risk of dying from coronary disease 2.9 to 4.2 times, and have a 2.6 to 3 times greater risk of general cardiovascular disease. Patients with Metabolic Syndrome, on average, develop Diabetes Mellitus within 5 years, 80% of these patients die of premature vascular disease, and 40% of patients with myocardial infarction are diabetic, which suggests the pro inflammatory etiopathological role in these cases. The role knowledge plays in understanding these underlying conditions in fundamental. These conditions are presented and discussed fully in this article, like the ones that correspond with the pancreatic insulin secretion and the antagonism present in insulin resistance, detailing the fastest and most economic method to measure it, the HOMA index, in which values of more than 3.99 will suggest that the person has the condition, especially if the patient has a body mass index of 25, elevated triglyderides, and a fasting elevated glycemia and insulin level. The correlation between this index and the euglycemic clamp has been validated. Finally the value for the different categories of glucose tolerance are described, particularly with the oral glucose tolerance test which helps define if a person has Diabetes, glucose intolerant or does not have diabetes. Resumo Apresentam-se os principais fatos clínicos e de laboratório em relação com a resistência à insulina e os sucessos etiopatogênicos e fisiopatológicos que levam à aparição de Diabetes Mellitus tipo 2, desde a diminuição da sensibilidade à insulina até a intolerância à glicose, apontando à importância do seu conhecimento para o médico que trata a pessoas com ou sem herança familiar de Diabetes Mellitus, tanto obesas quanto diabéticas sintomáticas que manifestam doenças cardiovasculares e outras como a diabetes gestacional e a poliquistose ovárica, principalmente. Indica-se que quando há tolerância normal à glicose com resistência à insulina como acontece numa percentagem elevado de pessoas, 80% obesas, no período que antecede ao Diabetes Mellitus sintomático de até 8 a 10 anos, o pâncreas aumenta em forma compensatória a secreção de insulina e o 40% tornam finalmente diabéticas. É importante então estudar nelas a resistência à insulina que a precede e correlaciona com o indice de massa corporal com um valor estadisticamente significativo, para conhecer melhor as possibilidades que elas têm de chegar a padecê-la. Deve-se ter em conta que uma quarta parte das pessoas que não padecem Diabetes Mellitus nem obesidade apresenta resistência à insulina, o que indica que ainda há muito que conhecer dessa condição. Outros autores apontam um período de 10 a 12 anos na evolução natural da sensibilidade à insulina até a aparição de sua resistência, o que acaba em intolerância à glicose, todo o que é acelerado nas pessoas obesas com aumento da gordura abdominal, principalmente quando têm uma vida sedentária, alimentam-se com grandes quantidades de carboidratos e gorduras, aparece hipertensão arterial e têm o hábito de fumar. Em essas pessoas geralmente aparece hiperinsulinismo em jejum e pósprandial. Indica-se que estes fatos fisiopatológicos são mais precoces quando há herança familiar de Diabetes Mellitus. Na síndrome metabólica reúnem-se as principais condições patológicas que aceleram as complicações crônicas vasculares, principalmente, no paciente obeso sem ou com Diabetes Mellitus, o que foi descrito em detalhe, enfatizando que as pessoas que padecem uma ou várias das seguintes condiciones, dislipidemia aterogênica, hiperglicemia, hipertensão arterial, estado protrombótico e proinflamatório têm um risco 2.9 a 4.2 vezes maior de morrer de doença coronária e global VOL. XV - Nº 2 - Año 2007 Dr. Eric Mora Morales, Dra. Mary V. Vinocour Fornieri cardiovascular 2.6 a 3 mais elevada que na população geral. As pessoas que padecem síndrome metabólica em geral desenvolvem Diabetes Mellitus num prazo médio de 5 anos, apontando-se então que 80% das pessoas com esta doença morrem de doença vascular prematura e do 40% das que apresentam infarto do miocárdio 40% são diabéticas, agregando-se nos últimos anos o conhecimento do papel etiopatogênico de la inflamação associada. Introducción Actualmente se reconoce que el grado de actividad de la insulina en los tejidos es un factor determinante en el desarrollo de la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, cuyo conocimiento es fundamental para comprender la compleja interrelación etiopatogénica y metabólica de la fisiopatología de estas dolencias y sus consecuencias orgánicas. Su importancia epidemiológica y el impacto sobre la salud de las personas afectadas están fehacientemente corroborados en todo el mundo. Por lo tanto el médico que se aboca a su prevención o curación, debe conocer a fondo los detalles clínicos que las caracterizan. Definición La sensibilidad a la insulina es la respuesta normal de los tejidos a su acción en tanto que la resistencia a la Insulina es la respuesta biológica disminuida en los tejidos blancos, principalmente músculo, hígado y grasa a los efectos biológicos de esta hormona. Esta última condición es prácticamente sinónima de intolerancia a la glucosa y los tres conceptos se relacionan entre sí, en un complejo mapa metabólico y clínico cuya denominación más amplia es Síndrome Metabólico (1,2,3), que se relaciona prácticamente con todas las especialidades de la medicina interna. Etiopatogenia Se señala que en individuos predispuestos genéticamente la Resistencia a la Insulina está presente desde edades tempranas, cuando todavía no es posible identificar enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus. Precede a los defectos de secreción de insulina, los cuales en la mayor parte de los casos se asocian a disfunción de los receptores tisulares de la insulina, dando como consecuencia la Diabetes Mellitus Tipo 2, la cual se define como “grupo heterogéneo de desórdenes caracterizados por grados variables de resistencia a la insulina, alteración en la secreción de insulina y aumento en su producción por las células beta insulares del páncreas” (3). Se ha encontrado que la resistencia a la insulina es un hecho prominente en 69 la obesidad y la pérdida de peso, aún en grado moderado, puede asociarse con mejoría de la sensibilidad a la insulina (1,2) y se señala que el 40% de los individuos con intolerancia a la glucosa desarrollan diabetes en la siguiente década y es un hecho demostrado también que en presencia de tolerancia normal a la glucosa la resistencia a la insulina se asocia a hiperinsulinemia compensatoria y la obesidad por si sola, en individuos con más del 150 % del peso ideal produce hasta doce veces aumento de la mortalidad (1). Con el paso de los años, la vida sedentaria o la exposición a dietas altas en calorías, la grasa visceral aumenta y la sensibilidad a la insulina disminuye, alterando la función de las células beta pancreáticas, haciendo más manifiesta la alteración en la secreción de insulina y disminuyendo las señales de regulación del apetito en el Sistema Nervioso Central, lo que predispone a la ganancia de peso, particularmente de la grasa abdominal, acompañándose de resistencia a la insulina hasta llegar a la Diabetes Mellitus, como uno de los hechos más prominentes de la obesidad. Es importante entonces identificar en los obesos, el subgrupo con insulino resistencia, demostrándose que su presencia por infusión de glucosa correlaciona con el índice de masa corporal con r = 0.58, y existen estudios en los cuales se demuestra un alto grado de resistencia a la insulina. El 10% tienen IMC menor de 25, el 40% 25-29.9 y el 50% más de 30, lo que demuestra la relación entre estos dos factores, señalando que la obesidad empeora la resistencia a la insulina, así como el descenso de peso la mejora, aunque no en todos los obesos; incluso es posible ser un obeso metabólicamente sano. A su vez, una cuarta parte de las personas no obesas ni diabéticas tienen el mismo grado de resistencia a la insulina, lo que sugiere que su causa es en gran parte desconocida (4). Los estudios de la investigación “Progresión de intolerantes a la glucemia de ayuno a Diabetes tipo 2”, en poblaciones o grupos controles sin intervención, demostraron diferentes porcentajes de conversión: a los 6 años de evolución, 58%, 43% y 68% indicando también la importancia de la intolerancia en ayunas (5). Así, la hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina son hechos dominantes de la obesidad, las que aumentan con el aumento de peso y disminuyen con su pérdida. Los factores principales en investigación son la insulina por si misma, induciendo “down regulation” en sus receptores, los ácidos grasos libres que dificultan la actividad de la insulina, la acumulación intracelular de lípidos, la presencia de péptidos circulantes producidos por los adipositos, incluyendo las citoquinas TNF Alfa, la interleuquina, las adipoquinas, adiponectina y resistina producidas por los adipositos que tienen alterada su expresión en los obesos y son capaces de modificar la acción de la insulina. Alrededor del 80% de los diabéticos tipo 2 son obesos y “a pesar de la casi universal resistencia 70 Consideraciones clínicas sobre la importancia de la sensibilidad a la insulina, su resistencia y la intolerancia a la glucosa. a la insulina, la mayoría de los obesos no desarrollan diabetes, sugiriendo que su establecimiento requiere de una interacción entre la obesidad inducida por la resistencia y otros factores como la secreción alterada de insulina” (2). La interrelación de los factores enunciados hace que la hiperinsulinemia y la alteración de la glucemia precedan al diagnóstico clínico de Diabetes Mellitus tipo 2 por períodos tan prolongados como 8 a 10 años. Agravan lo anterior el tabaquismo, la inactividad física y la edad cronológica. (6) Implicaciones clínicas Las descripciones clínicas de la importancia de lo descrito se analizan con precisión, elegancia, exactitud y correlación epidemiológica en el Síndrome Metabólico (7,8,9) que reúne cinco factores de riesgo de origen metabólico: dislipidemia aterogénica, hipertensión arterial, hiperglucemia, estado protrombótico y proinflamatorio, los cuales comúnmente están juntos. La literatura médica contiene decenas de publicaciones sobre esta entidad, con seguridad una de las más estudiadas y controversiales en la medicina actual (10,11). Los nuevos criterios de la IDF para este síndrome, en el año 2005 (IDF, OMS,NCEP), establecen la circunferencia abdominal en mujeres ≥ de 80 cms y en el hombre ≥ 90 cms aunado a dos o más de los siguientes componentes: triglicéridos ≥ 150 mg/dl o en tratamiento, colesterol HDL < 40 mg/dl en hombres o en tratamiento y < 50 mg/dl en mujeres o en tratamiento; presión arterial ≥ 130/85 mmHg o en tratamiento y glucemia en ayunas ≥ 100 mg/dl o diagnóstico previo de Diabetes Mellitus. Los diferentes nombres con que se le ha conocido: síndrome x, síndrome de insulina resistencia, prediabetes, Síndrome Metabólico, síndrome plurimetabólico, síndrome cardiometabólico, hipertensión dislipidémica, hipertrigliceridemia y cintura, cuarteto de la muerte; ponen en guardia sobre su complejidad. Se dice así que no hay duda que la presencia del síndrome está asociada con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y dislipidemias principalmente, a las que se asocia el cáncer de mama entre otras. Así, en su presencia, el riesgo de morir por enfermedad coronaria es 2.9 a 4.2 veces más alto; de mortalidad cardiovascular global, 2.6 a 3.0. Se señala que hasta el 20% de las personas no diabéticas portadoras del Síndrome Metabólico, pueden presentar Diabetes Mellitus en menos de 5 años y entonces aumenta en forma significativa el riesgo de enfermedad cardiovascular y cerebro vascular (7). Es clásico señalar que el 80% de las personas con Diabetes tipo 2 mueren de enfermedad vascular prematura y el 40% de las personas con infarto del miocardio tienen diabetes y un 40% más, intolerancia a la glucosa. Se conoce hoy que las manifestaciones cardiovasculares del síndrome de resistencia a la insulina con diabetes constituyen una serie de procesos aterobrombóticos, infiltración de macrófagos, ateromas ricos en lípidos, alteración de la estructura de la fibrina, de la coagulación y de las plaquetas. Se sabe también que en la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia, el fumado y la enfermedad renal existe una disminución del vaso dilatación mediada por el óxido nítrico, aumentando el conjunto de factores implicados. Se afirma que la inflamación puede estar subyacente en ellos en dos formas, como inflamación crónica asociada a progresión lenta y procesos inflamatorios agudos, con un 4% de pacientes con bacteriemia que hicieron infarto del miocardio en el mes siguiente y un 10% precediendo a los accidentes vasculares cerebrales (8). Se señala también que el síndrome de ovarios poliquísticos es muy prevalente en mujeres en edad reproductiva con alto riesgo de padecer diabetes gestacional y diabetes tipo 2, dada la alta frecuencia de su asociación con la resistencia a la insulina. Sin embargo esta no estaría presente en el 30 a 40% de las pacientes, las cuales no deben ser sometidas a tratamiento con medicamentos insulino sensibilizadores, los que sí son útiles cuando presentan este fenómeno. (13) Evolución de la disminución de la sensibilidad a la insulina y de la intolerancia a la glucosa. En la persona obesa, sin herencia de diabetes ni de Síndrome Metabólico, comienza a disminuir la sensibilidad a la acción de la insulina en la edad adulta cuando se vuelve obeso, principalmente con acumulación de grasa abdominal. Si esta situación se mantiene con los años, lleva una vida sedentaria, ingiere una alimentación rica en harinas y grasas y agrega otros factores de riesgo como hipertensión arterial y fumado, por los factores fisiopatológicos anotados, comienza a desarrollarse el fenómeno de la resistencia a la insulina y poco a poco las células beta de los islotes pancreáticos aumentan la producción de esta hormona y el paciente tiene hiperinsulinismo en ayunas y postprandial por varios años, ante el mecanismo de resistencia tisular periférica, con el fin de mantener la glucemia normal (17). Cuando el páncreas se agota en su capacidad de secretar insulina se inicia el proceso de hiperglucemia, primero en ayunas y después postprandial y aparece la Diabetes Mellitus, con todas sus consecuencias metabólicas y lentamente se manifiestan las complicaciones crónicas de esta enfermedad, principalmente vasculares y neurológicas. Los triglicéridos aumentan en sangre, el colesterol HDL protector disminuye y se inician los trastornos aterotrombóticos. Todo este proceso puede tener una duración de 10 a 15 años (2). En situaciones menos frecuentes, personas no obesas, por aumento de los mecanismos hormonales reguladores de la secreción de insulina: glucagón, hormona de crecimiento, prolactina, adre- VOL. XV - Nº 2 - Año 2007 71 Dr. Eric Mora Morales, Dra. Mary V. Vinocour Fornieri nalina, cortisol, generalmente con el telón de fondo de estrés psicosomático acentuado, se vuelve insuficiente la producción de insulina y el humano, casi siempre el varón, inicia la cascada fisiopatológica de la diabetes sin obesidad. Menos frecuentemente todavía, este proceso puede ser secundario a la producción tumoral de estas hormonas. Por el contrario, cuando existe herencia de Diabetes Mellitus con o sin herencia de Síndrome Metabólico, el proceso de enfermedad se desarrolla en edades más tempranas con respuesta a la secreción de insulina subnormal. En la mujer en edad reproductiva puede aparecer la diabetes gestacional con sus consecuencias maternales y fetales si no tiene la oportunidad de un tratamiento oportuno y efectivo. Conocido es el hecho de que la Diabetes tipo 1, tiene una secuencia de hechos diferente que se inicia por la disminución brusca de insulina ante la destrucción de las células beta por anticuerpos, cuya producción es casi siempre desencadenada por procesos virales, sintomáticos o silenciosos. En este caso, las manifestaciones microvasculares y neuropáticas comienzan en la juventud, con daño manifiesto en los ojos con retinopatía diabética; riñones con insuficiencia renal; neuropatía periférica y visceral, miocardiopatía microvascular a las que suman con el avance en la edad, las complicaciones macrovasculares conforme se desarrolla el trastorno completo de la diabetes. (1,2,3,4,6,14,15) Determinación de la sensibilidad y de la resistencia a la insulina En la práctica clínica existen varios análisis de laboratorio para medir ambos fenómenos fisiopatológicos, unos sencillos y otros complicados en su metodología. Sin embargo, la Insulinemia basal ofrece una información muy valiosa (16). Normalmente en ayunas la insulina basal puede alcanzar hasta 12.5 uU/ml; durante la prueba de sobrecarga de glucosa con 75 gramos a los 90 minutos, la insulina debe estar por debajo de 100 uU/ml y a los 120 minutos no pasar de 55 uU/ml. Debe tomarse en cuenta que en pacientes con tolerancia normal a la glucosa, los niveles elevados de insulina durante la sobrecarga de glucosa, reflejan imperfectamente la magnitud de la resistencia insulínica. Cuando existe intolerancia a la glucosa, con glucemia a las 2 horas entre 140 y 200 mg/dl las insulinemias pierden su valor porque hay una moderada falla de las células beta y desde luego en Diabetes Mellitus de características severas, lo normal es una producción insulínica pobre, en presencia de importante resistencia a la insulina (1,2). Otros datos prácticos para evaluar la resistencia a la insulina es considerar un valor ≥ 16.7 uU/ml en mujeres y 15.7 uU en hombres; glucemia en ayunas > 110 mg/Dl. Índice de masa corporal > 25 kg/m2 y triglicéridos ≥ 110 mg/dl. Índice HOMA RI. (17). Actualmente es un método validado para evaluar la insulino resistencia. Se correlaciona con el clamp euglucémico en individuos con diferentes grados de tolerancia a la glucosa y sensibilidad insulínica. La fórmula para calcular este índice es la siguiente: Insulina sérica uU/ml x Glucosa plasmática en ayunas mmol/l 22.5 Interpretación: entre mayor es el índice, menor la sensibilidad a la insulina y más severa la resistencia a la insulina. Según Javier y colaboradores (18), en su excelente artículo de revisión que hace necesaria su lectura “El índice HOMA es de bajo costo, fisiológico y de precisión relativamente importante para evaluar la secreción de insulina y la insulinosensibilidad. Estas ventajas lo erigen en el mejor método de fenotipificar a gran escala poblaciones de individuos con obesidad, en test corto de tolerancia a la insulina o diabetes no insulino dependiente”. Aunque el índice HOMA es considerado el mejor test para valorar la secreción y la sensibilidad a la insulina en estudios de población para conocer el grado de resistencia a esta hormona y deducir conclusiones clínicas aplicables en Salud Pública, su uso en la evaluación individual no ha sido validado, teniendo elevados coeficientes de variación, en particular por las diferentes técnicas y métodos de laboratorio para determinar la cantidad de insulina y de glucosa. Es indispensable llegar a un acuerdo internacional en lo anterior para obtener reproductibilidad. En general se considera que entre mayor sea el valor del índice, menor es la sensibilidad a la insulina y se ha definido como resistencia valores iguales o mayores de 3.99. Bonora y colaboradores encontraron correlación entre el índice HOMA y el clamp euglucémico en individuos con diferentes grados de tolerancia a la glucosa y sensibilidad insulínica (19). Alan Sinalko, citado por Bloomgarden (5), revisó la relación entre la resistencia a la insulina en la infancia y en la edad adulta y sugiere que es inapropiado relacionarlas. Otros métodos que utilizan glucosa marcada con isótopos radioactivos son más específicos y sensibles, pero de alto costo y destinados a investigaciones clínicas muy específicas. La resistencia a la insulina juega un papel principal en el desarrollo de diabetes tipo 2 y también puede estar implicada en el proceso de aterogenésis y la medición de la sensibilidad a la insulina se ha hecho una necesidad para los investigadores, epidemiólogos y clínicos. Categorías de tolerancia a la glucosa. La prueba de tolerancia a la glucosa permite conocer si una persona no es diabética, tiene intolerancia a la glucosa o es francamente diabética. Administrando 75 gramos de glucosa anhidra disuelta en agua y manteniendo un período de ayuno de 8 horas, según lo recomendado 72 Consideraciones clínicas sobre la importancia de la sensibilidad a la insulina, su resistencia y la intolerancia a la glucosa. por la Organización Mundial de la Salud, en ayunas la glucemia plasmática < 100 mg/dl es normal; valores entre 100 y 125 mg/dl indican intolerancia, ≥ 126 mg/dl indica diabetes, en tanto que a las 2 horas postcarga se considera normal con glucemias <140 mg/dl, intolerancia a la glucosa con valores ≥ 140 y < 200 mg/dl y diabetes; valores ≥ de 200 mg/dl. (20). Las categorías anteriores permiten conocer el grado de hiperglucemia, pero no la sensibilidad o resistencia a la insulina. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. HARRISON’S Principles of Internal Medicine. Self Assessment and Board Review. 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