La falta de sueño profundo aumenta el riesgo de diabetes

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02/01/08
Según una investigación
La falta de sueño profundo aumenta el riesgo de diabetes
El sueño profundo y reparador podría ser importante para mantener a raya a la diabetes de tipo 2,
según reveló esta semana un grupo de investigadores
Según el equipo, un grupo de adultos jóvenes, delgados y sanos a los que se les privó de
la fase más profunda del sueño desarrollaron resistencia a la insulina, un rasgo
relacionado con la diabetes de tipo 2, después de sólo tres noches. El efecto era
comparable al de engordar entre 9 y 13 kilos.
"Demuestra la importancia del sueño profundo no sólo para el cerebro, sino para el resto
del cuerpo", indicó en una entrevista telefónica Eve Van Cauter, profesora de medicina
en la Universidad de Chicago. "Resulta que el sueño profundo también está relacionado
con el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes", afirmó Van Cauter, cuyo
estudio aparece en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencia de
Estados Unidos.
La diabetes de tipo 2 está asociada con el sobrepeso, una dieta abundante y un estilo de
vida sedentario. Y la mala calidad del sueño se ha relacionado con cambios en el apetito
y el metabolismo. El equipo de Van Cauter estudió a nueve adultos de entre 20 y 31
años, que pasaron dos noches consecutivas en un laboratorio de sueño donde durmieron
sin ser molestados durante 8 horas y media cada noche.
Después, durante tres noches, los investigadores perturbaron su sueño con ruido cuando
su actividad cerebral indicaba que estaban cayendo en sueño profundo.
Los sonidos eran lo bastante altos para interrumpir su sueño profundo, y lo
suficientemente sutiles como para no despertarles. Así, se redujo su sueño profundo en
torno a un 90 por ciento sin modificar el tiempo total de sueño. Después, los
investigadores medían la respuesta de los voluntarios a la insulina, la hormona que
regula la glucosa.
Después de tres noches de sueño interrumpido, ocho de los nueve voluntarios eran
menos sensibles a la insulina, sin aumentar la producción de esta sustancia. Dado que la
insulina le indica al cuerpo que ha consumido energía, esta deficiencia puede llevar a
ganar peso y a la diabetes.
Unos 194 millones de personas son diabéticas en el mundo, y la mayor parte de ellos
padecen diabetes de tipo 2, en la que la producción de insulina disminuye o el cuerpo se
vuelve menos capaz de utilizarla.
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