62 EL VIGÍA JUNIO DE 2011 SIL 2011 TRIBUNA seguridad, nuevas tecnologías… retos que afrontamos conscientes de su dificultad, pero también de las oportunidades que brindan; del papel estratégico de nuestro sector, y aportando nuestra visión europea para la aviación en 2050. Incrementar la competitividad de las compañías europeas exige un mayor control sobre las ayudas de Estado y una mejor definición de las reglas del mercado interior, a la vez que avanzar en la eliminación de restricciones en el mercado exterior (cielos abiertos). Europa necesita profundizar en el proceso de liberalización y masa crítica para poder competir. Un cielo limpio y sin límites Manuel López Colmenarejo Presidente de Aceta La Comisión Europea presentó el 28 de marzo El Libro Blanco de Transporte 2050. Se trata de una hoja de ruta hacia un espacio único europeo de los diferentes modos de transporte, una estrategia global para alcanzar un sistema más competitivo y sostenible, que aumente la movilidad, elimine los obstáculos existentes en zonas clave y potencie el crecimiento y el empleo. Todo un desafío. La Comisión Europea pasa revista a la evolución de los diferentes modos de transporte, evalúa desafíos, presenta su visión del sector hasta 2050 y desgrana un amplio paquete de iniciativas políticas. Es, sin duda, un plan ambicioso que persigue aumentar la movilidad y reducir “drásticamente” las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La Comisión recuerda que viajar es un derecho fundamental de los ciudadanos europeos, y que el sector del transporte por sí solo representa una parte importante de INFRAESTRUCTURAS Y CIELO ÚNICO Las infraestructuras determinan la movilidad. Alrededor de 60 aeropuertos europeos estarán congestionados en 20 años. No es el caso de España, que ha hecho bien sus deberes, pero Europa precisa aprovechar mejor la capacidad de sus aeropuertos, lo que exige mejorar la conectividad, Europa necesita profundizar en el proceso de liberalización y masa crítica en el sector aéreo para poder competir El Libro Blanco es un plan ambicioso que persigue aumentar la movilidad y reducir “drásticamente” los gases de efecto invernadero la economía de la Unión Europea, proporciona trabajo directo a casi 10 millones de personas y supone cerca del 5% del PIB. Y advierte de que un sistema de transporte más competitivo y sostenible precisa de una menor dependencia del petróleo, requiere disminuir la congestión, a la vez que necesita crecer para incrementar ingresos, crear empleo, y proporcionar más seguridad y servicios de calidad. Para ello, el Libro Blanco propone objetivos “difíciles” hasta 2050: automóviles sin combustible convencional en las ciudades; que el 40% del combustible de la aviación sea sostenible; un 50% de transferencia modal al ferrocarril en dis- EFE tancias medias interurbanas y una reducción del 60% de emisiones GEI para 2050, porque, subraya, poner freno a la movilidad no es una opción. La Comisión aborda las condiciones de competencia equitativas para los desplazamientos a larga distancia de pasajeros y mercancías; destaca la dimensión mundial de la aviación, y pone el acento en la necesidad de seguir mejorando la eficiencia de los aviones y la gestión del tráfico aéreo, al objeto de reducir emisiones y obtener ventaja competitiva. Pero, afirma, “es preciso no imponer cargas excesivas a las operaciones aéreas en la UE, ya que se podría poner en peligro el papel de la UE como hub global de la aviación”. Y añade que será preciso optimizar la capacidad aeroportuaria e, incluso incrementarla, Para lograr un transporte competitivo y sostenible, es necesario conectar los grandes aeropuertos a la red de alta velocidad para hacer frente a la demanda de desplazamientos hacia y desde terceros países y zonas de Europa mal comunicadas. El Libro Blanco hace una decidida apuesta por la inter- modalidad. Así recoge la necesidad de conectar los grandes aeropuertos a la red ferroviaria de alta velocidad, como uno de los 10 objetivos imprescindibles para alcanzar un sistema de transporte competitivo y sostenible. Esta intermodalidad permitirá sustituir vuelos de una hora por recorrido alternativo en alta velocidad, para conectar en los aeropuertos hub con vuelos de larga distancia. La intermodalidad es, precisamente, la asignatura pendiente que tienen los grandes aeropuertos españoles. Son muchos los retos que el Libro Blanco plantea al transporte aéreo: competitividad, capacidad, Cielo Único Europeo, sostenibilidad, especialmente con la alta velocidad. El Cielo Único Europeo es el gran reto. Su implementación reducirá el consumo de combustible, costes y emisiones de CO2; aumentará la capacidad del espacio aéreo, incrementará la eficiencia de la red, y optimizará la seguridad de los aeropuertos. La aviación ha hecho importantes avances en medio ambiente. La industria dedica el 15% de sus ingresos a la investigación, lo que se traduce en aviones más seguros, limpios y eficientes. La hoja de ruta de la aviación (Flightpath 2050), que recoge la visión del sector, estima que en una Europa con 25 millones de vuelos, frente a los 9,4 actuales, las inversiones tecnológicas y el Cielo Único permitirán reducir las emisiones de CO2 en un 75% y el ruido en un 65%, al tiempo que situarán el índice de puntualidad de los vuelos en más/menos 1 minuto. La crisis del volcán islandés evidenció dramáticamente que el transporte aéreo es vital para empresas y ciudadanos. Tengo la convicción de que nuestro sector puede ayudar a salir de la crisis. Solo en 2009 generó en Europa alrededor de 220.000 millones de euros y 4,5 millones de empleos. Se abre un mercado mucho más amplio. Es una gran oportunidad.