CÓMO CAMBIA LA GENTE Aplicaciones en los comportamientos adictivos James O. Prochaska Carlo C DiClemente John C. Norcross Cancer Prevention Research Consortium University of Rhode Island University of Houston University of Scranton Los científicos del comportamiento no entienden muy bien como la gente, con o sin tratamiento, modifica sus comportamientos adictivos. Este artículo resume la investigación de como auto-iniciados en el cambio y otros con ayuda profesional cambian sus comportamientos adictivos utilizando la clave de construcción transteórica de etapas y los procesos de cambio. La modificación de los comportamientos adictivos progresa a través de cinco etapas : precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento; los individuos normalmentecubren estas etapas varias veces antes de acabar con la adicción. Estas están apoyadas por múltiples estudios y por un número indefinido de procesos de cambio personales o comunes utilizados para evolucionar a través de ellas. Las investigaciones realizadas hasta hoy en diferentes teorías de psicoterapia apoyan un modelo transteórico de cambio, que integra sistemáticamente las etapas en los procesos de cambio . Numerosos estudios realizados de psicoterapia han demostrado que las personas cambian con éxito con la ayuda de tratamiento profesional (Lambert, Shapiro& Bergin, 1986; Smith, Glass& Miller, 1980). Sin embargo, estos resultados nos han enseñado relativamente poco sobre cómo la gente cambia con psicoterapia (Rice& Greenberg, 1984) y cómo la gente cambia por sí misma.También numerosos estudios han demostrado que muchas personas pueden modificar problemas de comportamiento sin la ayuda de la psicoterapia formal (Marlatt, Baer, Donovan&Divlahan, 1988; Schachter, 1982; Shapiro et al, 1984; Veroff, Douvan&Kulka, 1981a, 1981b). Se han hallado resultados similares en estudios sobre comportamientos adictivos. Ciertos métodos de tratamiento demuestran resultados con éxito con el alcoholismo y otros comportamientos adictivos (Miller&Hester, 1980, 1986). Se ha comprobado que el auto-cambio ocurre con el abuso de alcohol, tabaquismo, obesidad y uso de opiáceos (Cohen et al, 1989; Orford, 1985; Roizen, Cahaland&Shanks, 1978; Shachter, 1982; Tuchfeld, 1981). A menudo se llama equivocadamente “remisión espontánea” al auto-cambio de los comportamientos adictivos, pero aunque también incluye influencias externas y compromisos individuales (Orford, 1985; Tuchfeld, 1981). Estos estudios demuestran que la intencionalidad de la modificación de comportamientos adictivos ocurre con o sin ayuda de expertos. Además estos cambios incluyen un proceso que no está muy bien entendido. En los ultimos 12 años, nuestro programa de invesRET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 tigación se ha dedicado a resolver el puzzle de cómo la gente cambia intencionalmente su comportamiento con y sin psicoterapia. Hemos buscado la estructura de cambio que subyace tanto en la modificación de comportamientos adictivos u otros problemas de comportamiento a través de un tratamiento, como mediante uno mismo. Nos hemos concentrado en el fenómeno de cambio intencional como oposición al cambio social de desarollo o impuesto. Nuestro tema básico puede formularse como sigue : ya que se puede demostrar el cambio con éxito de adicciones complejas, tanto en psicoterapia cómo en auto-cambio, podemos deducir que hay principios comunes básicos que pueden revelar la estructura de cambio acaecida con y sin psicoterapia. Este artículo proporciona un resumen de la investigación realizada en la construcción de un modelo que nos ayuda a entender los cambios de comportamientos adictivos en auto-cambio en iniciados y con ayuda profesional. Se examina la clave de los conceptos transteóricos de las etapas y procesos de cambio, y se revisan sus aplicaciones en una variedad de comportamientos adictivos y poblaciones. Este modelo transteórico ofrece una prespectiva integrada de la estructura intencional de cambio. Fases de Cambio Uno de los objetivos como resultado de la investigación del tratamiento de las adicciones, es establecer la eficacia de las intervenciones. De todas formas, estos estudios demuestran que no todos los pacientes que padecen un desorden adictivo mejoran, algunos dejan el tratamiento, 3 otros recaen después de una breve mejora (Kanfer, 1986; Marlatt&Gordon, 1985). Motivación inadecuada, resistencia a la terapia, defensividad y capacidad para relacionarse son variables frecuentes a tener en cuenta en los resultados de la empresa de cambio. Técnicas inadecuadas, teoria e inhabilidad en las relaciones por parte del terapéuta son variables de intervención frecuentemente censuradas por la falta de éxito terapéutico. En investigaciones anteriores vimos necesario preguntar cuándo ocurre el cambio, a fin de explicar las contribuciones del paciente y las variables de intervención para entender la estructura que subyace al cambio de conducta (DiClemente&Prochaska, 1982; Prochaska& DiClemente, 1983). Los individuos que modifican sus comportamientos adictivos se mueven a través de una serie de etapas desde precontemplación a mantenimiento. El esquema lineal de las etapas se descubrió en una investigación con fumadores que intentaban dejar de fumar por sí mismos y con fumadores en programas de tratamiento profesional (DiClemente&Prochaska, 1982). Se percibían las personas en progresión lineal desde precontemplación a contemplación, desde preparación a acción y finalmente a mantenimiento. Percursores de este modelo de etapas se pueden encontrar en los escritos de Horn y Waingrow (1966), Cashdan (1973) y Egan (1975). Se pueden encontrar variaciones y alternativas a nuestro modelo de etapas en escritos más recientes de Beitman (1986); Brownell, Marlatt, Lichtenstein y Wilson (1986); Dryden (1986); y Marlatt y Gordon (1985). Diversas líneas de investigación apoyan el establecimiento de las etapas de cambio (Prochaska&DiClemente, 1992). Se han evaluado etapas de cambio en pacientes de terapia tipo ambulatorio así como -cambiadores- los que cambian por sí mismos (DiClemente&Hughes, 1990; DiClemente&Prochaska, 1985; DiClemente. Prochaska &Gilbertini, 1985; Lam, McMahon, Priddy&GehredSchultz, 1988; McConnaughy, DiClemente, Prochaska &Velicer, 1989). Encontramos grupos de individuos en cada etapa de cambio, tanto si los individuos se presentaban para psicoterapia como si intentaban cambiar por sí mismos. Se han determinado etapas de cambio por dos métodos diferentes por, una discreta medida de categorías, que determinan la etapa desde una serie de cuestiones mutuamente exclusivas (DiClemente et al, 1991) y una contínua medición, la cual produce escalas diferentes para precontemplación, contemplación, acción y mantenimiento (McConnaughy et al, 1989; McConnaughy, Prochaska&DiClemente, 1982). En nuestra investigación original identificamos cinco etapas (Prochaska&DiClemente, 1982). Pero en 4 el análisis de los principales componentes de la contínua medición de las etapas, encontramos sólo cuatro escalas coherentes (McConnaughy et al, 1983, 1989). Interpretamos mal estos datos en los que habían sólo cuatro escalas. Durante siete años trabajamos con un modelo de cuatro etapas, omitiendo la etapa entre contemplación y acción (Prochaska & DiClemente, 1983, 1985, 1986). Nos damos cuenta ahora que en los mismos estudios de las continuas mediciones, los investigadores han identificado grupos de individuos que se encontraban en etapa de preparación (McConnaughy et al, 1983, 1989). Puntuaron alto en ambas escalas de contemplación y acción. Desafortunadamente, prestamos mayor atención a los análisis de los componentes que a los grupos de análisis e ignoramos la etapa de preparación. Investigaciones recientes han apoyado la importancia de fijar la preparación como una quinta etapa de cambio (DiClemente et al, 1991; Prochaska&DiClemente, 1992). Seguidamente describimos brevemente cada una de las cinco etapas. Precontemplación es la etapa en la cual no hay ninguna intención de cambiar el comportamiento en un futuro próximo. Muchos individuos en esta etapa no se dan cuenta de sus problemas o los minimizan. Como dijo G.K.Chesterton, “No es que no puedan ver la solución, es que no pueden ver el problema”. De todas formas, a menudo, la familia, amigos, vecinos o empleados son conscientes de que los precontempladores tienen problemas. Cuando éstos se presentan a psicoterapia, es a menudo por la presión de los otros. Normalmente se sienten coaccionados para cambiar el comportamiento adictivo por una esposa que amenaza con irse, un empleado que amenaza con despedirse, padres que amenazan con repudiarlos, o la justicia que amenaza con el castigo. Pueden incluso demostrar intenciones de cambio mientras existe la presión. De todas formas, cuando la presión desaparece, a menudo vuelven rápidamente a sus hábitos anteriores. En nuestros estudios, utilizando la discreta categorización en la medición de las etapas de cambio, les preguntamos si intentaban seriamente cambiar su problema de comportamiento en un futuro próximo, particularmente durante los siguientes seis meses. Si no, ellos mismos se clasificaban como individuos en etapa de precontemplación. Incluso los precontempladores pueden desear cambiar, pero esto parece ser algo diferente a intentar o considerar seriamente cambiar en los próximos seis meses. Las preguntas utilizadas para identificar la precontemplación en la continua etapa de medición de cambio incluye “Hasta dónde sé, no tengo ningún problema que necesite cambiar” e “Imagino que tengo fallos pero no hay nada que en realidad RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 necesite cambiar”. La resistencia a reconocer o a modificar un problema es la señal de la precontemplación. Contemplación es el estado en que las personas son conscientes de que existe un problema y piensan seriamente superarlo pero aún no se han comprometido a pasar a la acción. Los individuos pueden quedarse atascados en la etapa de contemplación durante largo tiempo. En un estudio sobre “cambiadores”, hicimos el seguimiento de un grupo de 200 fumadores en la etapa de contemplación durante 2 años. La respuesta modal de dicho grupo era mantenerse en la etapa de contemplación a lo largo de los dos años sin moverse nunca hacia una acción significativa (DiClemente&Prochaska, 1985; Prochaska&DiClemente, 1984). La esencia de la etapa de contemplación la explica Benjamín (1987) a través de un incidente que le ocurrió. Una noche en que iba caminando hacia casa se le aproximó un extraño y le preguntó por cierta calle. Benjamín le señaló la calle al extraño dándole ciertas instrucciones específicas. Después de comprender y aceptar las instrucciones, el extraño comenzó a caminar en dirección opuesta. Benjamín le dijo “Se esta dirijiendo en la dirección opuesta”. El extraño replicó, “Si, ya lo sé, es que aún no estoy del todo preparado”. Esto es contemplación, saber donde se quiere ir pero no encontrarse todavia preparado. Otro aspecto importante de la etapa de contemplación es sopesar los pros y contras del problema y la solución. Los contempladores parecen luchar con sus evaluaciones positivas de comportamiento adictivo y pierden una gran cantidad de esfuerzo y energía para superar el problema (DiClemente, 1991; Prochaska& DiClemente, 1992; Velicer, DiClemente, Prochaska& Brandenburg, 1985). Los individuos que están considerando seriamente cambiar el comportamiento adictivo, en los próximos seis meses, se clasifican como contempladores. En las contínuas mediciones éstos individuos realizan afirmaciones como “Tengo un problema y realmente pienso que debería trabajar en él”, “He pensado que podría cambiar algo de mi mismo”. El elemento central de la etapa de contemplación es la firme consideración en la resolución del problema. Preparación es la etapa que combina intención y criterio de comportamiento. Los individuos en esta etapa intentarán pasar a la acción el próximo mes y pasaron sin éxito a la acción durante el pasado año. Como grupo, los individuos que se encuentran preparados para la acción informan de pequeños cambios de comportamiento como fumar cinco cigarillos menos o retrasar su primer cigarillo del dia 30 minutos más que los precontempladores o contempladores (DiClemente et al, 1991). Aunque han hecho mejoras en sus problemas de comportamiento, los individuos en la etapa de preparación no han alcanzado RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 aún el criterio para una acción efectiva, como la abstinencia de fumar, abuso de alcohol, o utilización de heroína. De todas formas intentan ponerse en acción en un futuro próximo. En las continuas mediciones realizadas puntuan alto en las dos escalas de contemplación y acción. Algunos investigadores prefieren conceptualizar la etapa de preparación como un principio de movimiento hacia la etapa de acción. Originariamente lo llamamos toma de decisión. Acción es la etapa en la que cada individuo modifica su comportamiento, experiencias o entorno con el fin de superar sus problemas. Acción implica cambios de comportamiento más visibles y requiere un considerable compromiso de tiempo y energía. Las modificaciones del comportamiento adictivo hechas en la etapa de acción tienden a ser más visibles y reciben el máximo reconocimiento externo. Personas, incluyendo profesionales, a menudo igualan erroneamente acción con cambio, como consecuencia, pasan por alto el trabajo que prepara al cambio para la acción y los importantes esfuerzos necesarios para mantener los cambios que siguen a la acción. Los individuos se clasifican en la etapa acción si han modificado con éxito el comportamiento adictivo durante un período de entre un dia a seis meses. Modificar con éxito el comportamiento adictivo significa conseguir la abstinencia. Por ejemplo, con los fumadores, bajando un 50% y cambiando a cigarillos bajos en nicotina son cambios de comportamiento que pueden preparar mejor a las personas para la acción pero que no satisfacen el campo de criterio para una acción con éxito. En las continuas mediciones, los individuos en la etapa de acción sostienen frases como “Estoy esforzándome mucho en cambiar”,“Cualquiera puede hablar de cambiar pero yo estoy haciendo algo al respecto”. Puntuan alto en la escala de acción y bajo en las otras escalas. Desde la modificación del objetivo de cambio a un criterio aceptable y visibles esfuerzos significativos para cambiar son las señales para la acción. Mantenimiento es la etapa en la cual las personas trabajan para prevenir una recaída y consolidar los resultados obtenidos durante la acción. Tradicionalmente la etapa de mantenimiento se veía como una etapa estática. De todas formas, mantenimiento es una continuación, no una ausencia de cambio. Para comportamientos adictivos esta etapa se extiende de seis meses a un período indeterminado posterior a la acción inicial. Para algunos comportamientos el mantenimiento puede ser considerado para toda la vida. El criterio para considerar que alguien se encuentra en la etapa de mantenimiento es ser capaz de mantenerse alejado del comportamiento adictivo y ser capaz de comprometerse consistentemente en su nuevo 5 comportamiento durante más de seis meses. Ejemplos representativos de esta etapa son “Ahora puedo necesitar un empujón para que me ayuden a mantener los cambios que ya he hecho” y “estoy aquí para prevenir la recaída”. Estabilizar el cambio del comportamiento y evitar la recaída son los signos de la etapa de mantenimiento. n regresión a la etapa anterior. Algunos recaidos se sienten fracasados, desconcentrados, avergonzados y culpables. Estos individuos se desmoralizan y se resisten a pensar sobre el cambio de comportamiento como resultado, vuelven a la etapa de precontemplación y se quedan ahí durante largos periodos de tiempo. Aproximadamente el 15% de los fumadores, que recaen en nuestras investigaciones de auto-cambiadores, vuelven a la etapa de Patrón espiral de cambio precontemplación (Prochaska&DiClemente, 1986). Como ya se sabe, muchas personas que utilizan la Afortunadamente, esta investigación indica que la acción para modificar la adicción no obtienen resultados amplia mayoría de recaídos el 85% de fumadores por al primer intento. Con el hábito de fumar, por ejemplo, los ejemplo, avanzan de nuevo a las etapas de contemplación o que lo intentan por sí mismos logran un promedio de tres preparación (Prochaska&DiClemente, 1984). Empiezan a a cuatro intentos por acción antes de convertirse en hacer planes para su próximo intento de acción mientras mantenedores a largo plazo (Schaters, 1982). tratan de aprender de sus recientes esfuerzos; otro ejemMuchos de los que lo intentan por Año Nuevo hablan plo el 60% de los que no consiguieron dejar de fumar por de cinco o mas años de promesas consecutivas antes de Año Nuevo hacen la misma promesa al año siguiente mantener el objetivo ( N o r c r o s s , Figura 1 del comportamiento Ratzin&Payne,1989; Modelo Espiral de las Etapas de Cambio durante al menos seis Norcros&Vangarelli, ). meses (Norcross & El modelo espiral suTERMINACIÓN Vangarelli, 1989). giere que muchos recaídos no se mueven La recaida y el en círculos y no hacen proceso a través de las una regresión total a etapas ocurre frecuendonde comenzaron. temente a medida que los individuos intentan En cambio, cada modificar o cesar su vez que los recaídos se mueven a través de las comportamiento Mantenimiento ó ci etapas, aprenden poadictivo. Cada vez más Ac Precontemplación Contemplación Preparación tencialmente de sus los especialistas están errores e intentan algo utilizando variaciones diferente la próxima vez del modelo de etapa en n (DiClemente et al, 1991). cambios de comporó Acci Precontemplación Contemplación Preparación tamientos para investiEn un ensayo, el gar las dinámicas de la cambio con éxito del recaída (ej., Brownell et al 1986; Donovan & Marlatt, 1988). comportamiento es limitado al número absoluto de individuos que son capaces de conseguir el mantenimiento (Cohen Ya que la recaída es la norma más que la excepción et al, 1989; Schachter 1982). No obstante, en una cohorte en las adicciones, nos encontramos con la necesidad de de individuos, el número de éxitos continúa incrementándose modificar el modelo original de etapas. Inicialmente gradualmente con el paso del tiempo. Sin embargo, un conceptualizamos el cambio como una progresión lineal gran número de individuos permanece en las etapas de a través de las etapas; se supone que las personas progrecontemplación y precontemplación. Ordinariamente, san paulatinamente por cada etapa. La progresión lineal cuanta más acción, mejor pronóstico. Son necesarias más es un fenómeno posible pero relativamente raro en los investigaciones para distinguir mejor entre aquellos que se comportamientos adictivos. benefician de progresar de aquellos que acaban. La Figura 1 representa un modelo en espiral que ilustra cómo muchas personas se mueven actualmente a Serán necesarias muchas investigaciones para explicar través de las etapas de cambio. En este modelo de espiral, los patrones indiosincrásicos del movimiento a través de las las personas pueden progresar de contemplación a preparaetapas de cambio. Aunque algunas transiciones como de ción, a acción y a mantenimiento, pero muchos indivicontemplación a preparación, son mucho mas probables que duos recaen. Durante la recaída, los individuos hacen una otras, algunas personas pueden moverse de una etapa a otra 6 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 Implicaciones terapéuticas Los profesionales diseñan frecuentemente excelentes tratamientos orientados a la acción y programas de autoayuda, pero se decepcionan cuando sólo se inscriben un pequeño porcentaje de personas adictas, o cuando un gran número de ellos deja el programa después de inscribirse. Por ejemplo, en una importante organización de mantenimiento de la salud (HMO) en la costa Oeste, sobre una muestra , el 70% de fumadores dijeron que si se les ofrecía, se inscribirían en un programa de auto-ayuda profesional (Orleans et al, 1988). Se llevó a cabo con grandes medios publicitarios un sofisticado programa orientado a la actuación, pero se inscribieron sólo un 4% de fumadores. Otro ejemplo, Schmid, Jeffrey, y Hellerstedt (1989) compararon cuatro estrategias diferentes de reclutamiento de pacientes para programas basados en intervención casera para dejar de fumar y otro para control de peso. La proporción de reclutamiento iba del 1% al 5% para los que habian elegido el programa de dejar de fumar y del 3% al 12% para los que habian elegido programas de control de peso. La gran mayoría de personas adictas no se encuentran en la etapa de acción. En conjunto sobre estudios y poblaciones (Abrams Follick&Biener, 1988; Gottleib, Galavotti, McCuan&McAlister, 1990; Pallonen, Fava, Salonen&Prochaska, in press), del 10% al 15% de los fumadores están preparados para la acción, del 30% al 40% están en la etapa de contemplación y del 50% al 60% se hallan en la etapa de precontemplación. Si estos datos son los mismos para otras poblaciones y problemas entonces los profesionales que se acerquen a comunidades y lugares de trabajo con sólo programas orientados a la etapa de acción, pueden utilizarlos equivocadamente o no servir a la mayoria de la población a las que va dirigido. Pasando de los índices de reclutamiento a los resultados del tratamiento, hemos encontrado que la cantidad de progresos que hacen los clientes después de la intervención terapéutica se halla en función de la etapa de cambio en que se hallaban antes del tratamiento (ej. Prochaska &DiClemente, 1992; Prochaska, Norcross, Fowler, Follick & Abrams, 1992). La Figura 2 representa el porcentaje de 570 fumadores que no fumaban en los cuatro seguimientos realizados posteriormente, durante un periodo de 18 meses (en función de la etapa de cambio antes de la asignación al azar de cuatro programas de auto-ayuda realizados en casa). Así mismo la Figura 2 indica que la cantidad de RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 fumadores con éxito después del tratamiento estaba directamente relacionado con la etapa en que estaban antes del tratamiento (Prochaska& DiClemente, 1992). Tratar a todos estos fumadores por igual sería ingenuo. Aunque esto es lo que tradicionalmente se ha venido haciendo en muchos de nuestros programas de tratamiento. Si los pacientes avanzan de una etapa a otra durante el primer mes de tratamiento, pueden duplicar sus posibilidades de entrar en acción durante los seis meses iniciales del programa. De los precontempladores que aún se encontraban en precontemplación después de un mes, sólo un 3% pasaron a la acción en los seis meses siguientes. Figura 2 Porcentaje de abstinencia en 18 meses para fumadores en Precontemplación (PC), Contemplación (C), y Preparación (P/A) Etapas antes de tratamiento (N=570). 30 ● ▲ ■ PORCENTAJE en cualquier momento. Cada etapa representa un período de tiempo, grupos de trabajo que son necesarios para el movimiento a la etapa siguiente. De todas formas el tiempo que un individuo pasa en cada etapa puede variar se asume que los trabajos a l ser cumplidos son invariables. PC C P/A ● 20 ● ▲ ● ▲ ▲ 10 ■ ■ ● ▲ ■ 1 6 0 Pretest 12 18 PERIODOS DE EVALUACIÓN Para los precontempladores que progresaron a contemplación en un mes, un 7% pasaron a la acción en seis meses. De manera similar, para los contempladores que se mantuvieron en contemplación durante un mes, sólo un 20% pasó a la acción en seis meses. En un mes, el 41% de los contempladores que avanzaron a la etapa de preparación intentaron dejarlo a los seis meses. Estos datos demuestran que los programas de tratamiento diseñados para ayudar a las personas a progresar una etapa en un mes, pueden duplicar las posibilidades de pasar a la acción por sí mismos en un futuro próximo (Prochaska& DiClemente, 1992). Etapa no específica y tratamiento La etapa de cambio de una persona proporciona información proscriptiva así cómo prescriptiva en las opciones de tratamiento. Terapias orientadas a la acción 7 pueden ser efectivas con individuos que se encuentran en etapas de preparación o acción. De todas formas, estos mismos programas pueden ser no efectivos o ir en detrimento de individuos que están en etapas de precontemplación o contemplación. El programa intensivo para dejar de fumar y de mantenimiento para pacientes cardíacos, tuvo gran éxito para aquellos pacientes en acción y preparados para ella. Sin embargo, este mismo programa fracasó con fumadores que estaban en las etapas de precontemplación y contemplación (Ockene, Ockene & Kristellar, 1988). Los pacientes de este programa recibieron cuidados especiales, por medio de tratamiento personalizado en el hospital y a través de llamadas telefónicas, todo ello durante seis meses tras la hospitalizacion. De los pacientes que empezaron el programa en las etapas de acción o preparación, un 94% no fumaban durante el seguimiento que duró seis meses. Este porcentaje es significativamente más alto que la escala del 66% de pacientes no fumadores en etapas similares y que recibieron ayuda regularmente. Sin embargo, el programa de cuidados especiales no tuvo resultados significativos con pacientes de las etapas de precontemplación y contemplación. Aunque el cuidado regular fuera igual de bueno o mejor. Independientemente del tratamiento recibido, había una clara relación entre la etapa de pretratamiento y resultados. El porcentaje de los pacientes que no fumaron durante los 6 meses siguientes al tratamiento eran un 22% precontempladores, 43% contempladores y 76% preparados para la acción o en acción. Con otro programa de fumadores ocurrió un desajuste de etapas. Un programa para mujeres embarazadas basado en la HMO para dejar de fumar tuvo éxito con pacientes preparadas para la acción pero fue negativo en aquellas que estaban en etapa de precontemplación. De las mujeres en etapa de preparación que recibieron una serie de siete libros de auto-ayuda por correo, el 38% no fumaban al finalizar su embarazo (lo cual era aproximadamente 6 meses después del tratamiento). Este resultado supuso el triple de la tasa de éxito (un 12%) obtenida por aquellas que recibieron ayuda regular en consejos y hojas. Del 6% de los precontempladores con cuidados especiales y el 6% con ayuda regular no fumaban al finalizar el embarazo (Ershoff, Mullen & Quinn, 1987). Estos dos estudios pretenden señalar la importancia potencial que tiene ajustar los tratamientos a las etapas de cambio del cliente (DiClemente, 1991; Prochaska, 1991). Movimientos de etapas durante el tratamiento ¿Qué progresos hacen los pacientes en un tratamiento formal durante las etapas de cambio?. En un estudio seccional-cruzado comparamos las 8 puntuaciones en las etapas de cambio, 365 individuos en psicoterapia con 166 pacientes comprometidos con la terapia (Prochaska & Costa, 1989). Los pacientes que han iniciado la terapia podian caracterizarse cómo preparados para la acción ya que su puntuación más alta se encontraba en la escala de contemplación y su segunda puntuación más alta en la escala de acción. Las puntuaciones de las etapas de contemplación y de acción se cruzan para los pacientes en el punto medio del tratamiento. Los pacientes en el punto medio de terapia se caracterizaban por estar en la etapa de acción ya que su puntuación más alta estaba en la escala de acción. Comparado con pacientes en el inicio del tratamiento, aquellos en el punto medio de la terapia eran significativamente más altos en la escala de acción y significativamente menores en las escalas de contemplación y precontemplación. Interpretamos estos datos cruzados-seccionales como indicativos a través del tiempo; los pacientes que continúan en tratamiento van de estar preparados para la acción a pasar a la acción. Esto es, pasaron de pensar en sus problemas a hacer cosas para superarlos. Las puntuaciones bajas en la etapa de precontemplación también indicaron que, a medida que se involucraban en la terapia los pacientes reducían su defensividad y resistencia. La gran mayoría de los166 pacientes que se hallaban en la etapa de acción participaban en psicoterapias orientadas a la introspección mas tradicionales. La progresión de contemplación a acción es esencial para un resultado positivo, sin mirar si el tratamiento está “orientado a la acción” o está “orientado a la introspección”. Este patrón cruzado de contemplación a acción, también se encontró en un estudio longitudinal de terapia de comportamiento en un programa de control de peso (Prochaska, Norcross, et al, 1992). La Figura 3 presenta los estadios de cambio de las puntuaciones antes y en el punto medio del tratamiento. Como grupo, estos pacientes que ya han iniciado el tratamiento pueden definirse como preparados para la acción. Durante la primera mitad del tratamiento, miembros de este grupo avanzaron a la etapa de acción, donde las puntuaciones de contemplación bajaron significativamente y las puntuaciones de acción aumentaron significativamente. Al finalizar el tratamiento los pacientes que antes alcanzaban la etapa de acción, antes lograban su objetivo de perder peso. La puntuación de las etapas de cambio era la más efectiva, mejor que la edad y el estatus socio-económico, la gravedad del problema y su duración; las expectativas y los objetivos; la auto-eficacia y la ayuda social. Las únicas variables que representan las etapas de cambio como predictores de resultado eran los procesos de cambio que los pacientes utilizaban al principio de la terapia. RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 Procesos de Cambio Las etapas de cambio representan una dimensión temporal que nos permite comprender cuándo ocurren cambios particulares en las actitudes, las intenciones o los comportamientos. Los procesos de cambio son la Figura 3 Comparación longitudinal de las puntuaciones en las etapas de cambio de los pacientes antes (1 semana) y durante (5 semanas) en un programa de pérdida de peso. ETAPAS DE CAMBIO 35 CONTEMPLACIÓN 33 31 ACCIÓN 29 MANTENIMIENTO 27 N=53 5 1 SEMANAS segunda mayor dimensión del modelo transteórico que nos lleva a comprender cómo suceden estos cambios. Los procesos de cambio son actividades y experiencias cubiertas y abiertas con las que los individuos se comprometen cuando intentan modificar los problemas de comportamiento. Cada proceso es una amplia categoría que abarca múltiples técnicas, métodos e intervenciones tradicionalmente asociados con dispares orientaciones teóricas. Estos procesos de cambio pueden utilizarse dentro de sesiones de terapia, entre sesiones o sin sesiones de terapia. Los procesos de cambio se identificaron teóricamente en un análisis comparativo de los sistemas de guia de la psicoterapia (Prochaska, 1979). Se seleccionaron los procesos tras examinar técnicas de cambio con diferentes teorias, lo cual explica el término transteórico. Al menos 10 componentes principales generaron patrones similares deducidos al analizar los items del proceso de cambio, mediante diferentes formatos de respuestas y diferentes muestras (Norcross & Prochaska, 1986;Prochaska & DiClemente, 1983, Prochaska &Norcross, 1983; Prochaska, Velicer, DiClemente&Fava, 1988). RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 Se ha comprobado la validez y veracidad de los datos en dichos procesos (Prochaska et al, 1988). Los procesos se evalúan a través de auto-informes y se identifican como veraces en las transcripciones de las sesiones de psicoterapia (O’Conell, 1989). Nuestros investigadores descubrieron, que personas desconocedoras del método y en proceso de cambio utilizaron los mismos métodos que se hallan en el núcleo de los sistemas de psicoterapia (DiClemente&Prochaska, 1982, 1985; Prochaska&DiClemente, 1984). Aunque otras teorias dan importancia a ciertos procesos de cambio, la extensión que hemos identificado de procesos parece capturar las actividades básicas de cambio utilizadas por auto-cambiadores, pacientes en psicoterapia y profesionales de la salud mental. Los procesos de cambio representan un nivel intermedio de abstracción entre asunciones metateóricas y técnicas específicas. Goldfriend (1980-1982), con la llamada a un acercamiento entre terapias, recomendaba cambiar los principios o los procesos para llegar al nivel más fructífero en la integración de la psicoterapia. Investigaciones subsecuentes a las propuestas terapéuticas (Grencavage&Norcross, 1990) y la coincidencia en las recomendaciones del tratamiento (Giunta, Saltzman& Norcross, 1991) han apoyado la visión de Goldfriend de los procesos de cambio como el área de satisfacción o el nivel de abstracción mas cercano a la convergencia teórica. Aunque existen de 250 a 400 terapias psicológicas diferentes (Herink, 1980; Karasu, 1986) basadas en asunciones teóricas divergentes, hemos podido identificar solo12 procesos diferentes de cambio basados en los principales componentes de análisis. Igualmente, aunque los autocambiadores utilizan unas 130 técnicas para dejar de fumar, estas técnicas pueden resumirse en un grupo de procesos de cambio menor (Prochaska et al, 1988). La Tabla 1 representa los 10 procesos, que en nuestro trabajo reciben mayor apoyo teórico y empírico, acompañados de definiciones y de ejemplos representativos de intervenciones específicas. Un grupo común y definitivo de procesos de cambio se ha identificado repetidamente a través de diversas áreas, como el dejar de fumar, la angustia psicológica y la obesidad (Prochaska& DiClemente, 1985). Hay manifiestas similitudes en la frecuencia con que los procesos de cambio se utilizaron en estos problemas. Cuando se clasificaron los procesos en términos de cuán frecuentemente eran utilizados para cada uno de éstos problemas de comportamiento, las clasificaciones resultaron ser casi idénticas. Por ejemplo los tres procesos con mayor puntuación en los problemas eran ayudar a relacionarse, aumentar la conciencia y la auto-liberación, 9 Tabla 1 Títulos, definiciones e intervenciones representativas de los procesos de cambio. Procesos Aumento conciencia Auto-evaluación Auto-liberación Contracondicionamiento Control de estímulos Autogobierno Relaciones de ayuda Relieve dramático Revaluación ambiental Liberación social Definiciones e intervenciones Mas información sobre uno mismo y su problema: Observaciones, confrontaciones, interpretaciones, biblioterapia. Evaluación sobre los propios sentimientos y pensamientos respecto a un problema: clarificación de valores, imaginación, corrección de experiencias emocionales. Escoger y comprometerse a actuar o creer en la propia capacidad de cambio: terapia para tomar decisiones, resoluciones Nuevo Año, técnicas de logoterapia, técnicas para el realce de propósitos. Alternativas sustitutorias para problemas de conducta: relajación, desensibilización, aseveración, autoestados positivos. Evitar o limitar los estímulos que posibilitan los problemas de conducta: reestructurar el propio entorno por ej. evitar alcohol o comidas grasas, evitar señales de alto riesgo, técnicas fading. Vigilancia por parte de uno mismo o por otros en los cambios: contratos de contingencia, refuerzo cubierto o encubierto, autovigilancia. Ser abierto y ofrecer confianza a quien la necesite: alianza terapéutica, soporte social, grupos de auto-ayuda. Practicar y expresar sentimientos ante los propios problemas y soluciones: psicodrama, pérdida de aflicción, representación de roles. Evaluación sobre como los propios problemas afectan el entorno físico: entrenamiento empático, documentales. Incremento de alternativas para conductas no problemáticas posibles en la sociedad: abogar por el derecho a reprimirse, autorización, intervenciones en la línea de conducta. mientras que los de menor puntuación eran control de estímulo y contratos de contingencia. De todas formas hay diferencias significativas en la frecuencia de utilización de los procesos de cambio de los problemas. Los individuos para superar la angustia psicológica se apoyaban más en el aumento de conciencia y en la ayuda de las relaciones que en el control de peso o el dejar de fumar. Personas con sobrepeso se apoyaban más en la autoliberación y en el control del estímulo que los individuos angustiados (Prochaska&DiClemente, 1985). Los Procesos como Predictores de Cambio Los procesos han sido grandes predictores de cambio en los dos tipos de terapia. Como indicabamos anteriormente, en un programa de control de peso, los procesos utilizados al inicio del tratamiento eran los mejores predictores de rehabilitación (Prochaska & Norcross, et al, 1992). Para los auto-cambiadores fumadores, los procesos de cambio eran los mejores predictores de progreso, a saber, durante las etapas de cambio de un grupo de 17 variables predictoras, la demografia, historia problemática y gravedad, historial médico, síntomas de recaída y razones para fumar (Prochaska, DiClemente, Velicer, Ginpil,&Norcross, 1985; Wilcox, Prochaska, Velicer& DiClemente, 1985). 10 Las etapas y los procesos de cambio combinados con un balance de medidas decisionales, eran capaces de predecir con un 93% de efectividad, que número de pacientes abandonarían prematuramente la psicoterapia. Los pacientes que abandonaban el programa al inicio de la psicoterapia era probablemente debido a que se encontraban en la etapa de precontemplación. Puntuaban los contras de la terapia igual de altos que los pros, y confiaban más en su poder y en el control de los estímulos que los pacientes que continuaban en terapia o que la finalizaron adecuadamente (Medieros&Prochaska, 1992). Integración de los Procesos y Fases de Cambio El quid de la cuestión en psicoterapia es la integración de los sistemas líderes en psicoterapia (Norcross& Goldfried, 1992; Norcross, Alford&DeMichele, 1992). La psicoterapia puede intensificarse con la integración de las profundas visiones del psicoanálisis, las poderosas técnicas del comportamiento, los comprobados métodos de la terapia cognitiva y la liberal filosofia del existencialismo. Aunque algunos psicoterapeutas insisten en que esta teórica integración es filosóficamente imposible, personas comunes encuentran formas prácticas de sintetizar los poderosos procesos de cambio. Lo mismo reza para tratamientos de adicciones y métodos de investigación. Hay múltiples teorías pero RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 pocas fórmulas integradoras (Miller&Hester, 1980). Una prometedora aproximación a la integración sería empezar a adaptar tratamientos particulares con claves características del paciente. Los informes del Instituto de Medicina (1989) en la prevención y tratamiento de problemas de alcoholismo identifica las etapas de cambio como una clave variable. Un informe del Instituto Nacional del Cáncer en intervenciones de auto-ayuda para fumadores, también utiliza las etapas como un marco para integrar una gran variedad de intervenciones (Glynn, Boyd& Gruman, 1990). Los modelos transteóricos ofrecen un abordaje prometedor a la integración combinando las etapas y procesos de cambio. Perspectiva Seccional-Cruzada Uno de los descubrimientos más importantes que surgieron de la investigación del auto-cambio, fué la integración entre los procesos y las etapas de cambio (DiClemente et al, 1991; Norcross, prochaska & DiClemente, 1991; Prochaska &DiClemente, 1983, 1984). La Tabla 2 demuestra esta integración desde una investigación seccionalcruzada que incluye miles de auto-cambiadores y representa cada una de las etapas de cambio para dejar de fumar y perder peso. Utilizando los datos como punto de partida, hemos interpretado como los procesos particulares pueden aplicarse o evitarse en cada etapa de cambio. Durante la etapa de precontemplación, los individuos utilizan ocho menos de los procesos de cambio que las personas en las otras etapas. Los precontempladores procesaban menos información sobre sus problemas, dedicaban menos tiempo y energía en reevaluarse y experimentaban menos reacciones emocionales ante los aspectos negativos de sus problemas. Además, se comunicaban menos con su propio entorno, y hacían poco por atraer la atención de l entorno para superar sus problemas. En terapia, estos serán los pacientes más resistentes o menos activos. Los individuos en la etapa de contemplación estaban más abiertos a las técnicas de aumentar la consciencia, confrontaciones e interpretaciones, y aceptaban utilizar bliblioterapia y otras técnicas educacionales (Prochaska&DiClemente, 1984). Los contempladores dramatizaban experiencias de alivio las cuales provocaban emociones que conducían a un descenso del sentimiento negativo si la persona cambiaba. Así pues, los individuos se volvían más conscientes de sí mismos y de la naturaleza de sus problemas, eran más capaces de reevaluar sus valores, problemas, y a ellos mismos tanto afectivamente cómo cognitivamente. Cuanto más se centraban sus problemas en la auto-identidad más la reevaluación indicaba alteración del sentimiento del yo. Los contempladores también reevaluaban los efectos que sus comportamientos adictivos tenían sobre el entorno y especialmente sobre las personas más cercanas. Batallaban con preguntas cómo “¿Qué pienso y siento al vivir en un entorno deteriorado, que sitúa a mi familia y/o a mis amigos en un entorno en el que aumenta el riesgo de enfermedades, pobreza o encarcelamiento?”. El movimiento de precontemplación a contemplación y en el de la etapa de contemplación supone un aumento de la evaluación de los procesos de cambio, cognitivo y afectivo. Algunos de éstos cambios continúan durante la etapa de preparación. Además, individuos en preparación empiezan a dar pequeños pasos hacia la acción. Utilizan contracondicionamiento y control del estímulo para empezar a reducir el uso de substancias adictivas o para controlar las situaciones en las cuales se apoyaban estas substancias (DiClemente et al, 1991). Durante la etapa de acción, las personas confian en sus altos niveles de auto-liberación o de fuerza de voluntad. Creían que tenían la autonomia de cambiar sus vidas en puntos claves. Una acción con éxito también trae consigo el uso efectivo de procesos de comportamiento, como contracondicionamiento y control del estímulo, a fín de modificar el estímulo condicional que frecuentemente provoca la recaída. Hasta donde la acción era una Tabla 2 Estados de cambio en los que particulares procesos de cambio se encuentran enfatizados. Precontemplación Contemplación Preparación Acción Mantenimiento Aumento de conciencia Alivio dramático Reevaluación del entorno Auto-evaluación Auto-liberación Autogobierno Relaciones de ayuda Contracondicionamiento Control de estímulos RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 11 Una Perspectiva Longitudinal Estudios seccionales-cruzados tienen limitaciones inherentes para evaluar cambios de comportamiento, y por ello, tomamos la investigación a través de unos patrones longitudinales de cambio. Realizamos un estudio longitudinal de dos años de duración sobre fumadores e identificamos cuatro patrones de cambio de comportamiento (Prochaska, DiClemente, Velicer, Rossi&Guadagnoli, 1992) a saber, (a) Patrones estables, incluyen sujetos que permanecían en la misma etapa a lo largo de los dos años; (b) patrones progresivos, incluyen un movimiento lineal de una etapa a la siguiente (c) patrones regresivos, incluyen el movimiento hacia una etapa de cambio inicial (d) patrones de reciclaje, incluyen dos o más evoluciones a través de las etapas de cambio durante el periodo de dos años. El patrón estable puede ilustrarse por los 27 fumadores que se quedaron en la etapa de precontemplación en las cinco veces que recogimos datos. La Figura 4 presenta estas puntuaciones estandarizadas de los precontempladores (M=50, SD= 10) en los 10 procesos de cambio, utilizados en intervalos de seis meses en un periodo de dos años. Los 10 procesos se mantuvieron estables durante el período de dos años, mostrando poco incremento o descenso. Esta figura ilustra graficamente que es lo que experimentan y hacen los individuos que se resisten a cambiar. Ocho de los 10 procesos de cambio, como auto-evaluación y auto-liberación, se encontraban entre 0.4 y 1.4 desviaciones estandar inferiores a la media (ej.50). En resumen estos sujetos no se esforzaban por controlarse o modificarse a sí mismos o a sus problemas de comportamiento. A lo largo de los dos años de estudio este patrón estático se encontraba en marcado contraste con el patrón que representaba a personas que progresaban de la etapa 12 de contemplación a la etapa de mantenimiento. Significativamente muchos de los procesos de cambio no aumentaban simplemente linealmente así que los indiviFigura 4 Proceso de cambio (puntuaciones T), para 23 fumadores que permanecieron en la etapa de preobservación en cada uno de los 5 puntos de Evaluación durante 2 años. 58 56 Proceso 54 52 50 FRECUENCIA etapa particularmente estresante, los individuos confiaban en el apoyo y comprensión de las amistades positivas. Al igual que la preparación para la acción era esencial para el éxito, también lo era la preparación para la etapa de mantenimiento. Una etapa de mantenimiento con éxito se construye en cada uno de los procesos anteriores. La preparación específica para la etapa de mantenimiento comprende una evaluación de las condiciones bajo las cuales la persona se acerca a la recaída; el desarollo de respuestas alternativas para afrontar las condiciones sin poner defensas negativas ni respuestas patológicas. Quizá lo más importante era la sensación de que uno se estaba convirtiendo en la persona que quería. La aplicación continuada de contracondicionamiento y control del estímulo es más efectiva cuando se basa en la convicción de que el mantenimiento del cambio apoya un sentimiento de autoestima valorado por uno mismo y por los demás. 48 ● ■ 46 ■ ● ■ ◆ 44 ◆ ▼ 42 40 ▼ ■ ■ ● ● ● ◆ ◆ ▼ ▼ ◆ ▼ ▲ ▲ 38 ▲ ▲ ▲ 36 34 1 2 3 4 5 CICLO VALORES ● ● Aumento conciencia ▲ ▲ Auto liberación Relaciones sociales Reevaluación ambiental ◆ ◆ Relieve dramático ▼ ▼ Condicionamiento Liberación social Reevaluación propia ■ ■ Control estímulos Autosugestión duos progresaban de la etapa de contemplación a la etapa de mantenimiento. Auto-reevaluación, aumento de consciencia, y dramatismo, mayoria de procesos asociados con la etapa de contemplación, demostraban descensos significativos a medida que los auto-cambiadores se movían a través de la etapa de acción a la etapa de mantenimiento. A la inversa, auto-liberación, control del estímulo, control de contingencia y contracondicionamiento, la mayoría de procesos asociados a la etapa de acción evidenciaban dramáticas subidas, así que los auto-cambiadores se movían de la etapa de contemplación a la acción. Entonces estos procesos de cambio aumentaban o descendían cuando alcanzaba la etapa de mantenimiento (Prochaska, DiClemente et al, 1992). Los auto-cambiadores progresivos demostraban un patrón ideal de como los procesos de cambio pueden utilizarse efectivamente casi todo el tiempo. Parecían incrementar los procesos cognitivos mas particulares en la etapa de contemplación y aumentaban los procesos conductuales en las etapas de acción y de mantenimiento. Antes de idealizar la cordura de los auto-cambiadores, observé que solo nueve de los 180 contempladores enconRET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 traron el camino a través de este patrón progresivo sin recaer ni una vez. Los resultados longitudinales de los 35 pacientes que completaron un programa de terapia del comportamiento para el control de peso suministra apoyo adicional en la integración de los procesos y las etapas de cambio (Prochaska, Norcross, et al, 1992),como se ha mencionado con anterioridad, este grupo progresa de la etapa de contemplación a la etapa de acción durante las 10 semanas del programa terapéutico. La Figura 5 presenta los 6 procesos de cambio que evidencian diferencias significativas durante el tratamiento. Como predijo el modelo transteórico, los pacientes informaron de un significativo mejor uso de los cuatro procesos de cambio de acción: control del estímulo, control interpersonal, y manejo de la contingencia. También aumentaron su confianza en la liberación social y Figura 5 Procesos de cambio que aumentan o disminuyen significativamente durante un programa de 10 semanas, para pérdida de peso en una escala Likert de 1 (nunca) a 5 (casi siempre) (N=53). 4 Pensamientos esperanzadores FRECUENCIA 3 Contracondicionamiento Autoliberación Autosugestión Minimizar problemas 2 Control estímulos Control interpersonal 1 Medicación Semanas 1 5 10 redujeron la confianza en los medicamentos, pensamientos ansiosos y a minimizar las amenazas. En otras palabras estos pacientes se encontraron formulando respuestas alternativas para comer así como restructurando su entorno con el fin de incluir mayores estímulos que produjesen la sobrealimentación; modificaron sus relaciones para animarse a comer sano; y prestaron mayor atención a alternativas sociales que permitían mayor libertad para alejarse del exceso de comida . Conclusiones Integrantes Nuestra busqueda de cómo la gente modifica intencionadamente sus comportamientos adictivos abarca miles de investigaciones que intentan alterar, con o sin psicoteRET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994 rapia, inumerables comportamientos adictivos, como dejar de fumar, el abuso de alcohol y la obesidad. Hemos descubierto factores comunes de cómo la gente modifica su comportamiento. Desde nuestra perspectiva la estructura de cambio no es ni una técnica orientada ni un problema específico. La evidencia justifica la vinculación de un modelo transteórico (a) un patrón cíclico de movimiento a través de las etapas de cambio específicas, (b) un grupo común de procesos de cambio y (c) una sistemática integración de las etapas y de los procesos de cambio. Probablemente la implicación más obvia y directa de nuestro estudio es la necesidad de evaluar la etapa en la que se encuentra el paciente en su disposición al cambio y ajustar las intervenciones a su medida. Aunque este paso puede ser intuido por muchos expertos profesionales, hemos hallado pocas referencias (Beutler&Clarkin, 1990, Norcross, 1991). Un modelo más explícito podria intensificar de una manera más eficiente, integral y prescriptiva los planes de tratamiento. Además, este paso de evaluar las etapas e intensificar los procesos es raramente acogida por los auto-cambiadores de forma consciente y significativa en su entorno natural. Vagas nociones de fuerza de voluntad, misticismo y revolución biotecnológica dominan sus perspectivas de auto-cambio (Mahoney & Thoreson, 1972). Hemos determinado que un eficiente auto-cambio depende de hacer las cosas correctamente (Procesos) y en el momento preciso (etapas). Hemos observado dos errores frecuentes. Primero, algunos de los auto-cambiadores parecen confiar primariamente en los procesos de cambio, más indicado para la etapa de contemplación (aumento de la consciencia, auto-reevaluación) mientras se encuentran moviéndose hacia la etapa de acción. Intentan modificar sus comportamientos a partir de volverse mas conscientes, una crítica común del psicoanálisis clásico : Solo Insight no aporta necesariamente un cambio de comportamiento. Segundo, otros auto-cambiadores confian primariamente en procesos de cambio más indicados para la etapa de acción (manejo del refuerzo, control del estímulo, contracondicionamiento) sin el requerido conocimiento, toma de decisión y preparación, proporcionado en las etapas de contemplación y preparación. Tratan de modificar la conducta sin conocimiento, una crítica común del conductismo radical : acción abierta sin introspección es probable que conduzca a cambios temporales. Hemos generado un número de conclusiones de nuestro estudio que requiere confirmación empírica. El éxito en el cambio de las adicciones incluye una progresión a través de una serie de etapas. Muchos auto13 cambiadores y pacientes de psicoterapia se reciclarán varias veces a través de las etapas antes de conseguir un mantenimiento de larga duración. En consecuencia, los programas de intervención y las expectativas de las personas de progresar linealmente a través de las etapas generan resultados decepcionantes y desalentadores. En cuanto a los procesos de cambio, hemos determinado que son precisos y medibles tanto para autocambiadores como para los que cambian a través de terapia . Parecen utilizarse procesos similares para modificar diversos problemas, y se utilizan en, entre y sin sesiones de psicoterapia. Mediciones dinámicas de los procesos y etapas de cambio parecen sobre ejercer variables estáticas, como demográficas y problemas de la historia, al predecir resultados. Otros sistemas de psicoterapia han promulgado aparentemente procesos rivales de cambio. De todas formas, procesos ostensiblemente contradictorios pueden volverse complementarios cuando encajan en las etapas de cambio. Específicamente, durante las etapas de precontemplación y contemplación los procesos de cambio tradicionales asociados con la persuasión empírica, cognitiva y psicoanalítica son muy beneficiosos. En contraste, tradicionalmente los procesos de cambio asociados con las tradiciones existenciales y comportamentales son muy beneficiosas durante las etapas de acción y mantenimiento. Las personas que han cambiado los comportamientos adicctivos con y sin terapia, pueden ser ingeniosas al encontrar formas prácticas de integrar los procesos de cambio, incluso aunque los teóricos psicoterapeutas hayan sido históricamente reacios o incapaces de conseguirlo. Atender a los eficaces auto-cambiadores en su entorno natural e integrar procesos de cambio eficaces pueden ser dos claves que desbloqueen la esquiva estructura de cómo la gente cambia. 14 REFERENCIAS Abrams, D.B., Follick, M.J., & Biener, L. (1988, November). Individual versus group self-help smoking cesation at the workplace : Initial impact and 12-month outcomes. In T. Glynn (Chair), Four National Cancer Institute-funded self-help smoking cessation trials : Interim results and emerging patterns. Symposium conducted at the annual meeting of the Association for the Advancement of Behavior Therapy, New York. Beitman, B.D. (1986). The structure of individual psychotherapy. New York. Guilford Press. Benjamin, A. (1987). The helping interview. Boston: Hougthon Mifflin. Beutler, L.E., & Clarkin, J.F. (1990). Systematic treatment selection. New York: Brunner/Mazel. Brownell, K.D., Marlatt, G.A., Lichtenstein, E., & Wilson G.T. (1986). Understanding and preventing relapse. American Psychologist, 41, 765-782. Cashdan, S. (1973). Interactional psychotherapy: Stages and strategies in behavioral change. New York: Grune & Stratton. Cohen, S., Lichtenstein, E., Prochaska, J.O., Rossi, J.S., Gritz, E.R., Carr, C.R., Orleans, C.T., Schoenbach, V.J., Biener, L., Abrams, D., DiClemente, C.C., Curry, S., Marlatt, G.A., Cummings, K.M., Emot, S.L., Giovino, G., & OssipKlein, D.(1989).Debunking myths about self-quitting: Evidence from 10 prospective studies of persons quitting smoking by themselve. American Psychologist, 44, 1355-1365. DiClemente, C.C.(1991).Motivational interviewing and the stages of change. In W.R.Miller & S.Rollnick (Eds), Motivational interviewing: Preparing people for change (pp.197-202). New York: Guilford Press. DiClemente, C.C., & Hughes, S.L.(1990). Stages of change profiles in alcoholism treatment. Journal of Substance Abuse, 2, 217-235. DiClemente, C.C., Prochaska, J.O. (1982). Self-change and therapy change of smoking behavior. A comparison of processes of change in cessation and maintenance. Addictive Behaviors, 7, 133-142. DiClemente, C.C., Prochaska, J.O. (1985).Processes and stages of change: Coping and competence in smoking behavior change. In S Shiffman & T.A. Wills (Eds), Coping and substance abuse (pp. 319-343). San Diego, CA: Academic Press. DiClemente, C.C., Prochaska, J.O., Fairhurst, S.K., Velicer, W.F., Velasquez, M.M., & Rossi, J.S. (1991). The process of smoking cessation: An analysis of precontemplation, contemplation, and preparation stages of change. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 59, 295-304. DiClemente, C.C., Prochaska, J.O., & Gilbertini, M. (1985).Self-efficacy and the stages of self-change of smoking. Cognitive Therapy and Research, 9, 181-200. Donovan, D.M., & Marlatt, G.A. (Eds). (1988). Assessment of addictive behaviors: Behavioral, cognitive, and physiological procedures. New York: Guilford Press. Dryden, W. (1986).Eclectic psychotherapies: A critique of leading approaches. In J.C.Norcross (Ed.), Handbook of eclectic psychotherapy. New York: Brunner/Mazel. Egan, G. (1975). The skilled helper: A model for systematic helping and interpersonal relating. Monterey, CA: Brooks/Cole. Ershoff, D.H., Mullen, P.D., & Quinn, V. (1987, December). Self-help interventions for smoking cessation with pregnant women. Paper presented at the Self-Help Intervention Woorkshop of the National Cancer Institute, Rockville, MD. Giunta, L.C., Saltzman, N., & Norcross, J.C. (1991). Whither integration? An exploratory study of contention and convergence in the Clinical Exchange. Journal of Integrative and Eclectic Psychotherapy, 10, 117-129. Glynn, T,J., Boyd, G.M., & Gruman, J.C. (1990). Essential elements of selfhelp/minimal intervention strategies for smoking cessation. Health Education Quarterly, 17, 329-345. Goldfried, M.R.(1980). Toward the delineation of therapeutic change principles. American Psychologist, 35, 991-999. Goldfried, M.R.(1982). Converging themes in psychotherapy.New York: Springer. Gottlieb, N.H., Galavotti, C., McCuan, R.S., & McAlister, A.L. (1990). Specification of a social cognitive model predicting smoking cessation in a Mexican-American population: A prospective study. Cognitive Therapy and Research, 14, 529-542. RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 1 – 1994