año de la fe arciprestazgo palma-4

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AÑO DE LA FE
ARCIPRESTAZGO
PALMA-4
PARRÒQUIA SANT ANTONI ABAT
SON FERRIOL
16 de Junio de 2013
Lectura del libro segundo de Samuel (12, 7-10. 13)
En aquellos días, dijo Natán a David: -Así dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, te libré de
las manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor, puse sus mujeres en tus brazos, te entregué la Casa de
Israel y la de Judá, y por si fuera poco pienso darte otro tanto. ¿Por qué has despreciado tú la palabra del
Señor, haciendo lo que a él le parece mal? Mataste a espada a Urías el hitita y te quedaste con su mujer.
Pues, bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de
Urías. David respondió a Natán: -He pecado contra el Señor. Y Natán le dijo: -Pues el Señor perdona tu
pecado. No morirás.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los gálatas (2, 16. 19-21)
Hermanos: Sabemos que el hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por, creer en Cristo Jesús. Por eso
hemos creído en Cristo Jesús para ser justificados por la fe
Salmo 31
de Cristo y no por cumplir la ley. Porque el hombre no se
Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
justifica por cumplir la ley. Para la ley yo estoy muerto,
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
porque la ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios.
a quien le ha sepultado su pecado;
Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es
dichoso el hombre a quien el Señor
Cristo quien vive en mí. Y mientras vivo en esta carne, vivo
no le apunta el delito.
de la fe en el Hijo de Dios, que me amó, hasta entregarse
Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
por mí. Yo no anulo la gracia de Dios. Pero si la justificación
Había pecado, lo reconocí,
fuera efecto de la ley, la muerte de Cristo sería inútil.
no te encubrí mi delito;
propuse: “Confesaré al Señor mi culpa”
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7, 36-8,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado
3)
Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a
Tú eres mi refugio: me libras del peligro,
comer con él. Jesús, entrando en casa del fariseo se recostó
me rodeas de cantos de liberación.
a la mesa. Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al
Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino
Alegraos justos, y gozad con el Señor,
con un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a sus
aclamadlo, los de corazón sincero.
pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se
Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.
los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los
ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había
invitado, se dijo: -Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una
pecadora. Jesús tomó la palabra y le dijo: -Simón, tengo algo que decirte. El respondió: -Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: -Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como
no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más? Simón contestó: -Supongo que
aquel a quien le perdonó más. Jesús, le dijo: -Has juzgado rectamente. Y, volviéndose a la mujer, dijo a
Simón: -¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella en cambio me
ha lavado los pies con sus lágrimas y me las ha enjugado con su pelo. Tú no me besaste; ella en cambio desde
que entró, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella en cambio me ha
ungido los pies con perfume. Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho
amor: pero al que poco se le perdona, poco ama. Y a ella le dijo: -Tus pecados están perdonados. Los demás
convidados empezaron a decir entre sí: -¿Quién es éste,
que hasta perdona pecados? Pero Jesús dijo a la mujer:
Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Más tarde iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo
en pueblo predicando la Buena Noticia del Reino de Dios;
lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había
curado de malos espíritus y enfermedades: María la
Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
Juana, mujer
de
Cusa,
intendente de
Herodes;
Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Meditemos la PALABRA
No hay otro mandamiento que el del amor... No hay
otro camino de vida para realizarse como persona y
para construir un mundo nuevo. Dios mismo es amor.
Jesús vive y muere por el amor: hace a todos el
servicio de descubrirnos que el amor es la única razón
de la vida. El hombre, todo hombre, en consecuencia,
sólo se realiza en el amor.
Cuando no se vive en el amor los hombres nos
desintegramos, no somos nada, nos perdemos. Se vive
en la muerte y la destrucción. A esta situación de la
persona los cristianos la llamamos tradicionalmente
“pecado”. Hemos nacido del amor de Dios si nos
desviamos del amor, nos extraviamos de la Fuente de
la vida. Por eso también se dice desde siempre: el que
no tiene amor no tiene vida, permanece en la muerte.
Cuando nos damos cuenta que nos hemos perdido sólo
tenemos un camino de vuelta: el amor. El que ama
retoma de nuevo la vida, se regenera, se reconstruye.
El amor nos hace encontrarnos con los demás en una
relación y vibración positivas. El amor nos impulsa a
aceptarnos y a amarnos a nosotros mismos. Y cuando
estamos instalados en el amor vivimos en Dios, en
comunión con él; pues él es Amor y en el Amor se
encuentra todo amor. Los que tenéis la experiencia
del amor vivís en una cierta armonía, en un ámbito de
benevolencia, de bien, de gratuidad, de gracia.
Todo esto, hermanos, ha estado siempre presente en
la conciencia cristiana. Sin amor no hay perdón ni en la comunidad cristiana, ni dentro ni
fuera del Sacramento de la penitencia. Al que vive el amor, y en el amor, se le perdonan
los pecados. Sin embargo, el que no tiene amor, aunque celebre el sacramento de la
reconciliación, no recibe el perdón
de los pecados. Solamente la
ignorancia,
o
el
no
querer
convertirse de verdad, o un
comportamiento
mágico,
han
podido hacer creer que se
perdonan los pecados sin amor.
Esta perspectiva tan importante
del vivir cristiano tenemos que
tenerla muy presente para no vivir en la mentira. Si no vivimos en el amor, no hay perdón;
que nadie crea que se le perdonan los pecados si no ama de verdad. La conversión
verdadera es vivir en el amor. Un amor que no es un simple sentimiento, ni un mero deseo
de amor. El amor es siempre una realidad concreta: es amor mío hacia alguien al que de
un modo práctico me entrego y sirvo “Obras son amores, y no buenas razones”. El amor
es una obra de cara a los demás y, en consecuencia, entrega a Dios.
No importa lo que uno sea o lo que uno haya sido, “mujer de la ciudad; una pecadora”;
“un fariseo”. El amor borra el pecado, porque construye lo destruido, regenera lo
corrompido, resitúa a la persona en la realización del proyecto de Dios sobre el
hombre. “Sus muchos pecados están
perdonados, porque tiene mucho
amor”.
La Eucaristía que estamos celebrando
es también un Sacramento de perdón,
porque
es
por
excelencia
el
Sacramento del amor. Al hacer ahora
la acción fraternal del compartir, de
la entrega mutua, al vivir activamente
el amor que nos tenemos los unos a los
otros, Cristo está presente y Dios se
nos entrega gratuitamente, como perdón de todos los pecados. Este es el sacrificio de
expiación de los cristianos: el amor. El amor nos salva. En este banquete está Jesús
perdonando el pecado si, como la pecadora, celebramos las acciones del amor, del
servicio, la entrega y la atención desinteresada a los demás.
REFLEXIONEMOS:
Para perdonar hay que amar y para amar hay que perdonar. ¿Pongo en
práctica estas palabras?
¿Me he sentido amado o perdonado en alguna ocasión?
¿Siento necesidad de amar y perdonar?
OREMOS:
Haz Señor que sepa perdonar y amar en la misma medida.
Símbolo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador
del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su
único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de
Santa María Virgen; padeció bajo el poder de
Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y
sepultado; descendió a los infiernos; al tercer
día resucitó de entre los muertos; y subió a
los cielos; está sentado a la derecha del
Padre, y desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia católica, la Comunión
de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Símbolo Niceno-Constantinopolitano
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único
de Dios, nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, de la misma naturaleza del Padre; por
quien todas las cosas fueron hechas; que por
nosotros los hombres, y por nuestra salvación
descendió del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó en María La virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue
sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con
el Padre y el Hijo recibe una misma adoración
y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia que es Una, Santa,
Católica y Apostólica. Reconozco que hay un
solo bautismo para el perdón de los pecados,
espero la resurrección de los muertos y la vida
del mundo futuro. Amén.
¿Por qué llamamos a la Iglesia esposa de Cristo?
Llamamos a la Iglesia esposa de Cristo porque el
mismo Señor se definió a sí mismo como “el esposo”
(Mc 2, 19), que ama a la Iglesia uniéndola a sí con una
Alianza eterna. Cristo se ha entregado por ella para
purificarla con su sangre, “santificarla” (Ef 5, 26) y
hacerla Madre fecunda de todos los hijos de Dios.
Mientras el término “cuerpo” manifiesta la unidad de
la “cabeza” con los miembros, el término “esposa”
acentúa la distinción de ambos en la relación
personal. (CCIC*, 158)
¿Por qué la Iglesia es llamada templo del Espíritu
Santo?
La Iglesia es llamada templo del Espíritu Santo
porque el Espíritu vive en el cuerpo que es la Iglesia:
en su Cabeza y en sus miembros; Él además edifica la
Iglesia en la caridad con la Palabra de Dios, los
sacramentos, las virtudes y los carismas.
“Lo que nuestro espíritu, es decir, nuestra alma, es
para nuestros miembros, eso mismo es el Espíritu
Santo para los miembros de Cristo, para el Cuerpo
de Cristo, que es la Iglesia” (San Agustín). (CCIC,
159)
¿Qué son los carismas?
Los carismas son dones especiales del Espíritu Santo
concedidos a cada uno para el bien de los hombres,
para las necesidades del mundo y, en particular, para
la edificación de la Iglesia, a
cuyo Magisterio compete el
discernimiento sobre ellos.
(CCIC, 160)
*CCIC: Compendio del Catecismo de
la Iglesia Católica
ANY DE LA FE
ARXIPRESTAT
PALMA-4
PARRÒQUIA SANT ANTONI ABAT
SON FERRIOL
19 de Juny de 2013
Lectura del segon llibre de Samuel (12, 7-10. 13
En aquells dies Natan digué a David: -"Això diu el Senyor, Déu d'Israel: Jo t'he ungit rei d'Israel, i t'he
salvat de les mans de Saül. He posat als teus braços la filla del teu senyor i les seves dones, t'he donat el
poble d'Israel i de Judà i, si tot això fos poc, encara estava disposat a afegir-hi altres favors. ¿Per què,
doncs, has menyspreat el Senyor cometent això que és malvist per ell? Has fet matar Uries, l'hitita; has
pres per esposa la seva dona, i a ell l'has fet matar amb l'espasa dels ammonites. Per això, ja que tu m'has
menyspreat prenint per esposa la dona d'Uries l'hitita, l'espasa no s'apartarà mai més de ca teva". David
digué a Natan: -"He pecat contra el Senyor". Natan li respongué: -"Està bé: el Senyor passa per alt el teu
pecat; no moriràs".
Salm 31
Senyor, m'heu perdonat la culpa comesa.
Lectura de la carta de sant Pau als cristians de
Feliç el qui ha estat absolt de la falta
Galàcia (2, 16. 19-21)
i ha vist sepultat el seu pecat.
Germans, sabem que ningú pot ser just per haver
Feliç l’home a qui el Senyor no te en compte la
complert les obres que mana la Llei, sinó només per
culpa, que dins ell ja no manté l’engany.
haver cregut en Jesucrist. Per això també nosaltres,
Senyor, m'heu perdonat la culpa comesa.
jueus, hem cregut en Jesucrist, perquè ens faci justs,
M’he decidit a reconèixer la falta,
no el compliment de les obres de la Llei, sinó el fet
no us he amagat el meu pecat.
d'haver cregut en Crist, ja que Déu no hauria pogut
Tot d’una que m’ho he proposat, Senyor,
absoldre ni un sol home, si calia haver complert les
m’heu perdonat la culpa comesa.
obres que mana la Llei. Jo, per obra de la Llei, vaig morir
Senyor, m'heu perdonat la culpa comesa.
en quant a la Llei, a fi de viure per a Déu. Estic clavat a
En vós he trobat el meu recer.
la creu juntament amb Crist. La vida que ara visc, ja no
Vós em guardau del perill.
és la meva: és Crist que viu en mi. La vida que ara visc en
Tothom celebra al voltant meu
aquesta carn la visc gràcies a la fe en el Fill de Déu, que
el goig de veure’m lliure.
m'ha estimat i s'ha entregat ell mateix per mi. No vull
Senyor, m'heu perdonat la culpa comesa.
refuar la gràcia de Déu: Si qualcú pogués ser just per
Alegrau-vos, justs, celebrau el Senyor;
obra de la Llei, Crist hauria mort inútilment.
homes rectes aclamau-lo.
Senyor, m'heu perdonat la culpa comesa.
Lectura de l'evangeli segons sant Lluc (7, 30-8, 3)
En aquell temps un fariseu convidà Jesús a menjar amb
ell. Jesús, doncs, anà a casa del fariseu i es posà a taula. Hi havia en el poble una dona que duia una vida
pecadora. Quan sabé que Jesús era a taula a casa del fariseu, hi anà amb un gerret d'alabastre ple de
perfum, i es quedà enrera plorant als peus de Jesús. Amb les llàgrimes començà a mullar-li els peus, i els hi
eixugava amb els cabells; després li besava els peus i els hi ungia amb perfum. El fariseu que havia convidat
Jesús, en veure això, pensà: -"Aquesta dona que el toca és una pecadora. Si ell fos profeta sabria qui és i
quina vida duu". Jesús li digué: -"Simó, t'he de dir una cosa". Ell li contestà: -"Mestre, digau". Jesús
continuà: -"Dos homes devien diners a un prestador: un li devia cinc-centes monedes de plata, i l'altre,
cinquanta. Cap d'ells no tenia res per pagar, i el
prestador els perdonà el deute. ¿Quin d'aquests et
sembla que l'estimarà més?" Simó li respongué: -"Jo
diria que aquell a qui ha perdonat el deute més gran".
Jesús li diu: -"És així mateix". Llavors Jesús es girà cap a
la dona i digué a Simó: -"¿Veus aquesta dona? Quan he
entrat a ca teva, tu no m'has donat aigua per rentar-me
els peus, però ella me'ls ha rentat amb les llàgrimes i
me'ls ha eixugat amb els cabells; tu no m'has rebut amb
una besada, però ella, d'ençà que he entrat, no para de
besar-me els peus; tu no m'has ungit el cap, però ella
m'ha ungit els peus amb perfum. Per això et dic: Has vist
que aquesta dona estima molt, i és que eren molts els pecats que li han estat perdonats, però quan no hi ha
tant a perdonar, no hi ha tant amor" Després digué a la dona: "Els teus pecats et són perdonats". Els altres que eren a taula
començaren a pensar: -"¿Qui és aquest, que fins i tot perdona els
pecats?" Digué encara a la dona: -"La teva fe t'ha salvat. Ves-te'n
en pau".
Després d'això Jesús passava per cada vila i per cada poble,
predicant i anunciant la Bona Nova del Regne de Déu. Anaven amb
ell els dotze i algunes dones que havien tingut malalties i esperits
malignes i s'havien posat bé. Maria, coneguda amb el nom de
Magdalena, de la qual havien sortit set dimonis, Joana, la dona de
Cuzà, administrador d'Herodes, Susanna i moltes altres, que el
mantenien amb el seus béns.
Meditem la PARAULA
No hi ha un altre manament que el de l'amor... No hi ha un altre
camí de vida per realitzar-se com a persona i per construir un
mon nou. Déu mateix és amor. Jesús viu i mor per l'amor: fa a
tots el servei de descobrir-nos que l'amor és l'única raó de la
vida. L'home, tot home, en conseqüència, només es realitza en
l'amor.
Quan no es viu en l'amor els homes ens desintegrem, no som
res, ens perdem. Es viu en la mort i la destrucció. A aquesta
situació de la persona els cristians l’anomenam tradicionalment
“pecat”. Som nascuts de l'amor de Déu si ens desviem de
l'amor, ens extraviam de la Font de la vida. Per això també es
diu des de sempre: el que no té amor no té vida, roman en la
mort.
Quan ens adonem que ens hem perdut només tenim un camí de
tornada: l'amor. El qui estima reprèn de bell nou la vida, es
regenera, es reconstrueix. L'amor ens fa trobar-nos amb els
altres en una relació i vibració positives. L'amor ens impulsa a
acceptar-nos i a estimar-nos a nosaltres mateixos. I quan estam
instal·lats en l'amor vivim en Déu, en comunió amb ell; doncs ell
és Amor i en l'Amor es troba tot amor. Els que teniu
l'experiència de l'amor viviu en una certa harmonia, en un àmbit de benevolència, de bé, de gratuïtat, de
gràcia.
Tot això, germans, ha estat sempre
present
en
la
consciència
cristiana.
Sense amor no hi ha perdó ni en la
comunitat cristiana, ni dins ni fora del
Sagrament de la penitència. Al que viu
l'amor, i en l'amor, se li perdonen els
pecats. No obstant això, el que no té
amor, encara que celebri el sagrament de
la reconciliació, no rep el perdó dels pecats. Solament la ignorància, o el no voler convertir-se de debò, o
un comportament màgic, han pogut fer creure que es perdonen els pecats sense amor.
Aquesta perspectiva tan important del viure cristià hem de tenir-la molt present per no viure en la
mentida. Si no vivim en l'amor, no hi ha perdó; que ningú cregui que se li perdonen els pecats si no estima
de debò. La conversió veritable és viure en l'amor. Un amor que no és un simple sentiment, ni un mer
desig d'amor. L'amor és sempre una realitat concreta: és amor meu cap a algú al que d'una manera
pràctica m’entreg i servesc “Obres són amors, i no bones raons”. L'amor és una obra de cara als altres i,
en conseqüència, lliurament a Déu.
No importa el que un sigui o el que un hagi estat, “dona de la ciutat; una pecadora”; “un fariseu”. L'amor
esborra el pecat, perquè construeix lo destruït, regenera lo corromput, ressitua a la persona en la
realització del projecte de Déu sobre l'home. “Els
seus molts pecats estan perdonats, perquè té molt
amor”.
L'Eucaristia que estam celebrant és també un
Sagrament de perdó, perquè és per excel·lència el
Sagrament de l'amor. En fer ara l'acció fraternal del
compartir, del lliurament mutu, en viure activament
l'amor que ens tenim els uns als altres, Crist està
present i Déu se'ns lliura gratuïtament, com a perdó
de tots els pecats. Aquest és el sacrifici d'expiació
dels cristians: l'amor. L'amor ens salva. En aquest
banquet està Jesús perdonant el pecat si, com la pecadora, celebrem les accions de l'amor, del servei, el
lliurament i l'atenció desinteressada als altres.
REFLEXIONEM:
Per perdonar s’ha d’estimar i per estimar s’ha de perdonar. ¿Pos en
pràctica aquestes paraules?
¿Me he sentit estimat o perdonat en alguna ocasió?
¿Sent necessitat d’estimar i perdonar?
PREGUEM:
Fes Senyor que sàpiga perdonar i estimar en la mateixa mida.
Símbol dels Apòstols
Crec en un Déu. Pare totpoderós, creador del cel
¿Per que l’Església s’anomena l’esposa de Crist?
i de la terra. I en Jesucrist, únic Fill seu i
Perquè el mateix Senyor es va definir com l’«Espòs»
Senyor nostre; el qual fou concebut per obra de
(Mc 2,19), que ha estimat l’Església, unint-la a ell amb
l’Esperit Sant; nasqué de Maria Verge; patí sota
una Aliança eterna. Es va donar ell mateix per ella, per
el poder de Ponç Pilat, fou crucificat, mort i
sepultat; davallà als inferns, ressuscità el tercer
dia d’entre els morts; se’n pujà al cel, seu a la
dreta de Déu, Pare totpoderós; i d’allí ha de
venir a judicar els vius i els morts. Crec en
l’Esperit Sant; la santa Mare Església catòlica;
la comunió dels sants; la remissió dels pecats; la
resurrecció de la carn, la vida perdurable. Amén.
purificar-la amb la seva sang i «fer-la santa» (Ef 5,26)
i mare fecunda de tots els fills de Déu. Mentre que el
terme «cos» palesa la unitat del «cap» amb els
membres, el terme «esposa» posa en relleu la distinció
de tots dos en la relació personal. (CCEC*, 158)
¿Per què l’Església s’anomena temple de l’Esperit
Sant?
Perquè l’Esperit Sant resideix en el cos que és
Símbol Nicenoconstantinopolità
Crec en un sol Déu, Pare totpoderós, creador del
cel i de la terra, de totes les coses visibles i
invisibles. I en un sol Senyor, Jesucrist, Fill
Unigènit de Déu, nascut del Pare abans de tots
el segles. Déu nat de Déu, Llum resplendor de la
l’Església: en el seu Cap i en els seus membres; a més,
edifica l’Església en la caritat amb la Paraula de Déu,
els sagraments, les virtuts i els carismes.
“Allò que el nostre esperit, és a dir, la nostra ànima, es
per als nostres membres, això mateix es l’Esperit Sant
per als membres de Crist, per al cos de Crist, que és
Llum, Déu vertader nascut del Déu vertader,
l’Església” (Sant Agustí). (CCEC, 159)
engendrat, no creat, de la mateixa naturalesa del
¿Que són els carismes?
Pare: per ell tota cosa fou creada. El qual per
Els carismes són dons especials de l’Esperit Sant
nosaltres els homes i per la nostra salvació,
atorgats a cada u per al bé dels homes, per a les
davallà del cel, i per obra de l’Esperit Sant,
s’encarnà de la Verge Maria, i es va fer home.
Crucificat després per nosaltres baix el poder
de Ponç Pilat; patí i fou sepultat, i ressuscità el
necessitats del món i en particular per a l’edificació de
l’Església, al Magisteri de la qual pertoca de discernirlos. (CCEC, 160)
tercer dia, com deien ja les Escriptures, i se’n
pujà al cel, on seu a la dreta del Pare. I tornarà
gloriós, a judicar els vius i els morts, i el seu
regnat no tindrà fi. Crec en l’Esperit Sant que és
Senyor i infon la vida, que procedeix del Pare i
del Fill, i juntament amb el Pare i el Fill és
adorat i glorificat; que parlà per boca dels
profetes.
I en una sola Església, santa, catòlica i
apostòlica. Profés que hi ha un sol baptisme per
perdonar el pecat. I esper la resurrecció dels
morts, i la vida de la glòria. Amén.
CCEC: Compendi del Catecisme de l’
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