Propuesta Técnica-­‐Normativa para el Despliegue de Infraestructura de Telecomunicaciones EPM TELECOMUNICACIONES UNE Producto final del contrato No. 4200001329 G A N D O U R C O N S U L T O R E S L T D A . Propuesta técnica-normativa para el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones Gandour Consultores Ltda. Diciembre de 2011 Índice Párrafos Capítulo 1. Introducción Enfoque de la propuesta i. ii. iii. iv. Introducción Principios orientadores Objetivos Campo de aplicación 1 – 11 12 – 17 18 - 20 21 - 22 Capítulo 2. Mejores prácticas en asuntos técnicos y normativos Intervención sobre el espacio público i. Introducción 25 - 27 ii. Principios generales para la intervención del espacio público durante la instalación de infraestructura 28 - 35 Mimetización i. Necesidades y clasificación de la mimetización de infraestructura 36-48 ii. Estándares de mimetización aceptables 49 - 58 Subterranización de infraestructura i. Subterranización de infraestructura ii. Técnicas de subterranización 59 - 79 80 - 96 Infraestructura aérea y postación i. Infraestructura aérea y postación 97 - 103 Infraestructura de bajo impacto y de emergencia i. Infraestructura de bajo impacto ii. Infraestructura temporal de emergencia 104 - 109 110-112 Compartición de infraestructura i. ii. i. iii. iv. Introducción Compartición de infraestructura aérea y postación Obligaciones de los propietarios de infraestructura Compartición de infraestructura subterranizada Controles necesarios 113 - 121 122 - 125 126 - 128 129 - 133 Normatividad del uso del suelo i. Marco normativo asociado a la obtención de licencias y permisos urbanísticos para la instalación de infraestructura: multiplicidad de principios y normas involucradas, y creación de barreras de facto al despliegue de nueva infraestructura. 134 - 146 ii. Análisis de requisitos exigidos para la aprobación de despliegue de nueva infraestructura: en un gran número de municipios los requisitos se caracterizan por ser excesivos y en muchos casos dichos requisitos no son pertinentes para evaluar la instalación de nueva infraestructura. 147 - 152 Capítulo 3. Mejores prácticas en interlocución con stakeholders Introducción 152 - 154 Primera sección Relación con comunidades locales 155 - 177 Segunda sección Relación con entidades públicas Bibliografía 178 – 179 Introducción 1 E nfoque de la propuesta Enfoque de la propuesta Introducción 1. El despliegue de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones TIC se ha convertido en un objetivo central para las agendas políticas, económicas y regulatorias de varios países alrededor del mundo. Desde hace varios años se reconoce el impacto positivo que tiene el despliegue de TICs sobre el desarrollo económico y social de los países (Roller y Waverman, 2001; Waverman, Meschi y Fuss, 2005). Al respecto, el Banco Mundial sostiene que “las actividades basadas en el conocimiento se han vuelto cada vez más importantes y omnipresentes en el mundo entero. Las TICs son el soporte de este mundo basado en el conocimiento. Permiten a las economías adquirir y compartir ideas, competencias, servicios y tecnologías al nivel local, regional y mundial. También contribuyen a que la economía mundial esté más integrada que en el pasado. Las TICs pueden ayudar a crear y apoyar nuevas oportunidades de desarrollo económico. El traspaso acelerado del conocimiento y la difusión tecnológica amplifican los beneficios competitivos de las economías que aprenden rápidamente. A medida que las necesidades de información para la innovación en las actividades económicas y sociales aumenten, la importancia de las TICs para la agenda de desarrollo seguirá creciendo”. (Banco Mundial, 2009, Pg.1). 2. Algunos estudios han descubierto que existe una correlación negativa entre los niveles de penetración de Internet y la tasa de Pobreza de los países. De esa manera se puede afirmar que el desarrollo de las tecnologías de la información trae beneficios importantes para la población más vulnerable, especialmente dentro de los países en vías de desarrollo. Un Informe del año 2010 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) presentó datos que evidencian que a mayor número de usuarios de Internet por cada 100 habitantes, se reduce considerablemente la tasa de Pobreza del País (Ver gráfica 1). Así las cosas es evidente que lo dicho por el Banco Mundial, en cuanto al impacto positivo de la innovación introducida por la tecnología en la economía tiene resultados probados y verificables. Grafica 1. Correlación entre el número de usuarios de Internet y la Tasa de Pobreza Nacional. Tomado de UNCTAD, 2010. 3. En varios países alrededor del mundo descubrir el impacto positivo de las TICs se ha traducido en una preocupación regulatoria dentro de sus agendas políticas y económicas. Momentos coyunturales como la crisis económica que afectó a varios países durante el 2008 han servido como punto de inicio de esfuerzos públicos para la masificación de los servicios TICs, en tanto se considera que ellos son un motor de desarrollo idóneo. “Australia por ejemplo ha anunciado planes para establecer una red nacional de Banda Ancha de carácter público-privada. La Ley de Recuperación y Reiversión de América del 2009 (ARRA por sus siglas en inglés), dedicó en los Estados Unidos de América una suma cercana a los siete mil doscientos millones de dólares para la prestación de servicios de Banda Ancha en regiones del país que no contaban con cobertura. De la misma forma, el Plan de Recuperación Económica para Europa del 2008 (EERP) incluye fondos dedicados a garantizar el acceso a Banda Ancha de alta velocidad. Varios países europeos, incluyendo el Reino Unido y Francia han anunciado el uso de fondos públicos para invertir en infraestructura TIC”. (Bauer, 2010, Pg. 66 Traducción propia) 4. De la misma forma, esos países han comprendido que la regulación del sector debe tener un enfoque de fortalecimiento del crecimiento hacia el futuro. En Estados Unidos por ejemplo se determinó que el costo de actualizar toda la infraestructura de Banda Ancha para adecuarla a las necesidades de las nuevas tecnologías TICs ronda los trescientos cincuenta mil millones de dólares. Una inversión tan considerable y necesaria, en tanto constituye un motor del desarrollo económico del país, llevó a reconsiderar el enfoque de la regulación sobre el sector, entendiendo que la intervención del Estado sobre las TICs tiene por objetivo moldear el futuro del sector de manera alineada con los objetivos generales de orden macroeconómico. ( Bauer, 2010, Pg. 66 Traducción propia) 5. Las autoridades colombianas son conscientes de esa realidad y de años para acá han expedido diversas normas que buscan alentar y fortalecer el desarrollo de las TICs, dentro de un marco regulatorio adecuado. En el ordenamiento jurídico nacional existen disposiciones como la Ley 1341 de 2009 cuyo objetivo contempla la creación de un marco general para la formulación de una política pública en materia de TICs, incluyendo dentro de esa visión el objetivo de desarrollar el sector y la penetración de los servicios que le presta a los ciudadanos. El “Plan Nacional de Desarrollo 20102014: Prosperidad para Todos”, también se ha preocupado por la creación de un entorno normativo en el que las TICs puedan desarrollarse, generando efectos positivos sobre la economía y la calidad de vida en el país. 1 6. En la misma línea, el Gobierno Nacional adoptó el “Plan Vive Digital”, una iniciativa de política pública que orienta los esfuerzos públicos para mejorar la penetración e impacto de las TICs en Colombia. El Plan tiene metas agresivas en términos de penetración y crecimiento de los servicios TICs y está alineado con las ideas que se han venido describiendo en tanto señala que “las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han dejado de ser una curiosidad tecnológica exclusiva de algunos pocos para convertirse en una herramienta esencial para el desarrollo de los países. Como lo confirman varios estudios, el desarrollo de la industria TIC y la masificación del uso de Internet conlleva importantes beneficios sociales y económicos. Este impacto es especialmente importante en los países en vías de desarrollo”. (MINTICS Colombia, 2011). 7. El Plan reconoce que en Colombia existen ciertas barreras al despliegue de TICs que deben ser eliminadas para fomentar los beneficios de la conectividad. Especialmente en lo que tiene que ver con despliegue de redes de Internet, el “Plan Vive Digital” señaló que “a partir del análisis que se ha hecho, hemos encontrado que en Colombia existen cuatro grandes barreras que dificultan la masificación del uso de Internet: • Ciudadanos y microempresas no ven la utilidad. Como muestran las encuestas, una de las grandes razones para no tener Internet, tanto para los ciudadanos como para las microempresas, es que no encuentran la necesidad o utilidad del servicio de Ley 1450 de junio 16 de 2011. Artículo 3°. Propósitos del Estado y el pueblo colombiano. Durante el cuatrienio 20102014 se incorporarán los siguientes ejes transversales en todas las esferas del quehacer nacional con el fin de obtener la Prosperidad para Todos: (…) Una sociedad para la cual la sostenibilidad ambiental, la adaptación al cambio climático, el acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones y el desarrollo cultural sean una prioridad y una práctica como elemento esencial del bienestar y como principio de equidad con las futuras generaciones. 1 Internet. Esto se debe en parte a la falta de contenidos y aplicaciones locales útiles para el ciudadano o microempresa nacional, así como a la falta de apropiación de la tecnología. • Bajo poder adquisitivo del ciudadano. El costo de los terminales y el servicio de Internet sigue siendo relativamente alto para los ingresos de la mayoría de ciudadanos, por lo que muchos de estos no tienen posibilidad económica de acceder a ellos. • Altos costos de desplegar infraestructura. En Colombia, actualmente sólo alrededor de 200 de los 1.102 municipios del país están conectados a través de la red de fibra óptica. Las características geográficas y de dispersión han limitado el despliegue de las redes de telecomunicaciones. También existen dificultades administrativas tanto en los territorios como en la última milla para el despliegue de infraestructura. • Recursos. La realidad colombiana hace que los recursos con los que cuenta el Estado para invertir en infraestructura sean limitados, por lo que es importante encontrar la mejor manera de invertirlos. 8. Una de las barreras más importantes es la de los altos costos para desplegar infraestructura, especialmente en lo que tiene que ver con las cargas que se generan para los operadores debido a las exigencias excesivas de las entidades territoriales al momento de instalar elementos de red dentro de sus jurisdicciones. Como es bien sabido, la Constitución Política de 1991 le otorgó a las entidades territoriales amplias facultades para que, haciendo uso de su autonomía, realizaran los procesos de ordenamiento del suelo y sus recursos. De esa manera hoy en día las ciudades y municipios tienen la posibilidad de exigir el cumplimiento de diversos requisitos para la instalación de redes TICs; esa posibilidad ha incentivado una dispersión y heterogeneidad normativa considerable que afecta de manera considerable a los operadores, quienes terminan por asumir mayores costos, que limitan las oportunidades de desarrollo y crecimiento económico asociadas a las TICs. 9. A pesar de lo anterior es necesario señalar que la imposición de requisitos por parte de las entidades territoriales en muchas ocasiones persigue la protección de otros fines tan importantes como la mayor penetración de TICs, tales como la salud humana, la armonía del ambiente y el desarrollo urbanístico sostenible. 10. El enfoque de esta propuesta técnico-normativa parte de reconocer la importancia de todos esos fines protegidos, generando una visión armónica que permita la realización de todos. El objetivo de este documento es proponer alternativas de regulación que permitan minimizar las barreras normativas impuestas sobre el despliegue de redes TICs desde el nivel local, a partir de una perspectiva que reconozca a las TICs como un motor de desarrollo económico y social cuyo despliegue puede realizarse en armonía con otros fines como la protección de la salud humana, el ambiente sano y el desarrollo urbano sostenible. 11. La propuesta reconstruye las barreras más importantes a las que se enfrentan los operadores en lo que tiene que ver con el despliegue local de infraestructura y luego, a partir de un recorrido por las mejores prácticas internacionales en la materia, presenta una propuesta general que podría ser aplicada en Colombia. Principios orientadores 12. Como se mencionó arriba, la instalación de infraestructura de TICs a nivel local involucra varios principios o fines a tener en cuenta. Esta sección reconstruye su alcance y dimensión. De esa manera, la propuesta busca alentar a los operadores a adoptar un enfoque de precaución en el diseño, operación y selección de los sitios e instalaciones de operación de redes, en el que las comunidades puedan ejercer cierta participación, dentro de un marco general que reconozca la necesidad de la expansión de las redes como requisito sin el cual no podrá expandirse la prestación del servicio (Communications Alliance, Australia, 2004). 13. Vistas así las cosas, el primer principio a tener en cuenta dentro de esta propuesta es la necesidad de incentivar el despliegue eficiente de las redes TICs a nivel local de manera que se maximicen los resultados en cobertura. Considerando que las TICs son un motor de desarrollo económico y social, no sólo los operadores se benefician de la expansión de los servicios, sino que principalmente son las comunidades las que reciben los efectos positivos de la masificación tecnológica. Como se mencionó antes, los flujos de información que favorecen la innovación y la generación de nuevas oportunidades económicas, son un beneficio directo para las comunidades locales. Las decisiones de política pública y empresariales que se tomen en torno al desarrollo de las TICs deben estar apoyadas en primera medida en la intención de incrementar la penetración y cobertura de manera eficiente, esto es, considerando que los recursos invertidos son escasos, de manera que debe dárseles el uso que garantice la mayor eficiencia en términos de cobertura. En concordancia con lo anterior, el artículo 2 de la Ley 1341 de 2009 señala que: “El Estado fomentará el despliegue y uso eficiente de la infraestructura para la provisión de redes de telecomunicaciones y los servicios que sobre ellas se puedan prestar, y promoverá el óptimo aprovechamiento de los recursos escasos con el ánimo de generar competencia, calidad y eficiencia, en beneficio de los usuarios, siempre y cuando se remunere dicha infraestructura a costos de oportunidad, sea técnicamente factible, no degrade la calidad de servicio que el propietario de la red viene prestando a sus usuarios y a los terceros, no afecte la prestación de sus propios servicios y se cuente con suficiente infraestructura, teniendo en cuenta la factibilidad técnica y la remuneración a costos eficientes del acceso a dicha infraestructura. Para tal efecto, dentro del ámbito de sus competencias, las entidades del orden nacional y territorial están obligadas a adoptar todas las medidas que sean necesarias para facilitar y garantizar el desarrollo de la infraestructura requerida, estableciendo las garantías y medidas necesarias que contribuyan en la prevención, cuidado y conservación para que no se deteriore el patrimonio público y el interés general”. 14. El segundo principio que se debe tener en cuenta es la libre competencia económica dentro del sector de las telecomunicaciones, en tanto favorece el acceso a los servicios TICs que requieren los ciudadanos en las mejores condiciones de precio y calidad. Las medidas que tomen las autoridades públicas en relación con la instalación de infraestructura de TICs debe tener como objetivo la generación de un entorno que favorezca la libre competencia entre los operadores. De esta manera se garantiza la concurrencia de múltiples sujetos al mercado, haciendo posible la generación de precios y niveles de calidad competitivos. La Ley 1341 también considera este principio como una de sus guías orientadoras y lo define así: “El Estado propiciará escenarios de libre y leal competencia que incentiven la inversión actual y futura en el sector de las TIC y que permitan la concurrencia al mercado, con observancia del régimen de competencia, bajo precios de mercado y en condiciones de igualdad. Sin perjuicio de lo anterior, el Estado no podrá fijar condiciones distintas ni privilegios a favor de unos competidores en situaciones similares a las de otros y propiciará la sana competencia”. 15. El siguiente principio a considerar es la protección de la salud humana, previniendo cualquier riesgo que la infraestructura de TICs pueda generar sobre ella. Debe promoverse la existencia de una política pública unificada de protección a la salud humana frente a los posibles riesgos a los que se someta por la instalación de infraestructura de telecomunicaciones. En general existe un consenso científico en torno a que no existen efectos perjudiciales sobre la salud humana, asociados a la exposición a emisiones de radio a niveles tan bajos como los que se generan con las infraestructuras TICs modernas (Communications Alliance, Australia, 2004). En cualquier caso es útil que desde el nivel central se coordine una política única de protección de la salud. 16. Por último debe tenerse como principio orientador la protección del ambiente sano y la armonía urbanística de las ciudades. Es cierto que en algunos casos la instalación de infraestructura de TICs genera un impacto sobre la armonía del ambiente. Por esa razón es necesario que los operadores y entidades territoriales se comprometan con la reducción de ese impacto dentro de un marco de respeto por los demás principios aquí enunciados, especialmente en lo que tiene que ver con la masificación y prestación eficiente de los servicios. 17. Esta propuesta presenta una visión integral de todos esos principios, generando alternativas de regulación enmarcadas dentro de esa premisa. La propuesta señala obligaciones y prácticas que los operadores, ciudadanos y entidades territoriales pueden poner en práctica a la hora de tomar decisiones relacionadas con la instalación de infraestructura de TICs de manera que se maximice la posibilidad de cumplir con los principios aquí descritos de manera armónica. Objetivos 18. El principal objetivo de este documento es proponer soluciones y alternativas frente a diversos temas relacionados con la instalación de infraestructura de TICs, armonizando todos los principios enunciados en la sección anterior. De esa manera, el documento propone un nuevo enfoque para el tratamiento de la instalación de infraestructura, buscando eliminar o por lo menos contrarrestar muchas de las barreras que actualmente se presentan a nivel nacional. 19. En sentido general busca alinear los procesos de regulación local con las metas de crecimiento y expansión del sector TIC que se han definido desde el nivel central. Lo anterior pues de lo dicho hasta ahora se hace evidente que es necesaria una coordinación que existe entre las políticas públicas del orden nacional, que buscan maximizar los beneficios derivados del uso masivo de nuevas tecnologías, y las políticas públicas formuladas en el nivel territorial, para que estas últimas no establezcan restricciones al crecimiento de las redes necesarias para cumplir el objetivo nacional. 20. Otros objetivos de naturaleza más específica apuntan a generar escenarios y mecanismos de difusión de las ventajas y beneficios de las TICs tanto entre los ciudadanos como con las entidades territoriales. El enfoque de la propuesta apunta a que cuando los operadores y entidades territoriales se comprometen con el cumplimiento de estándares generales en los procesos de instalación de infraestructura, generan un escenario de confianza entre todos los agentes involucrados en el proceso, permitiendo el desarrollo constante del sector. El mensaje central es que “los efectos del uso de las telecomunicaciones no solo benefician a los usuarios individualmente considerados y a los operadores, sino que benefician a la sociedad y la economía en general y; que un cierto nivel de organización en el desarrollo de la instalación de infraestructura es necesario para que esos beneficios se cumplan, por lo que las empresas están comprometidas con su cumplimiento”. (Hudson, 1984 citado por Andrew y Petkov, 2003). Campo de aplicación 21. Las propuestas aquí planteadas podrán ser aplicadas por las empresas operadoras de TICs, por la autoridad o autoridades de regulación del orden nacional y por las entidades territoriales, tanto en sus propias prácticas, como en su relación con las demás autoridades y las comunidades. Bajo ese entendido la propuesta hace énfasis en la necesidad de coordinar a los distintos agentes del sector de las telecomunicaciones, por lo menos en lo que tiene que ver con temas de instalación de infraestructura de redes, generando entornos de regulación eficientes. 22. De manera general la aplicación de esta propuesta permitirá a los agentes involucrados alcanzar los objetivos plasmados en el cuadro 1. Agente Formulador nacional de política pública Objetivo o comportamiento deseado Regulador nacional Entidades territoriales Operadores Generar directrices normativas que permitan el desarrollo de una red nacional para la prestación eficiente de servicios TICs, cuyas condiciones de operación y autorizaciones se definan desde el nivel central. Generar escenarios de coordinación entre distintas instancias del Gobierno Nacional y territorialque permitan la relación de los agentes TICs, con entidades de otros sectores, para fortalecer programas coordinados por ejemplo en temas de compartición de infraestructura. Diseñar políticas que faciliten, aseguren e incentiven la inversión en infraestructura TIC. Diseñar incentivos para la cobertura general y masificada de TICs El regulador nacional debe tener capacidad de generar procesos de concertación entre todos los agentes involucrados en el sector. Diseñar mecanismos de intervención regulatoria que estén acordes con las necesidades técnicas del servicio y tengan la capacidad de contrarrestar barreras impuestas por otras autoridades. Crear incentivos para promover la compartición de infraestructura cuando ella sea posible. Establecer mecanismos de solución de disputas entre los agentes del sector. Eliminar barreras normativas asociadas a determinaciones que corresponden a otros niveles de la administración central, como por ejemplo los temas relacionados con la protección de la salud humana. Asistir a los operadores en la obtención de mecanismos eficientes de compartición de infraestructura. Proveer información a los operadores y las comunidades en relación con las necesidades técnicas de instalación y demás aspectos relevantes. Promover la reducción de costos de los operadores, especialmente a través de la reducción de costos administrativos. Evaluar sus procesos de expansión de redes desde la perspectiva de compartición de infraestructura, antes de duplicación de la misma cuando ello sea técnicamente posible. Eliminar prácticas que limiten o restrinjan la compartición con sus competidores. Cooperar en los procesos de regulación. Mejorar la transparencia y los flujos de información hacia la comunidad y las autoridades públicas. Mejorar la coordinación con las entidades públicas. Cuadro 1. Campo de aplicación y objetivos deseables de acuerdo con agente involucrado. Elaboración propia a partir de información de “ICT Regularion Toolkit, Regulatory Best Practices” Disponible en línea en: www.ictregulationtoolkit.org/en/Section.3465.html Mejores Prácticas en asuntos técnicos y normativos 2 Capítulo 2. Mejores Prácticas en Asuntos Técnicos y Normativos. 23. Este capítulo presenta propuestas sobre diversos temas relacionados con la instalación de infraestructura de TICs. El esquema de cada subsección comprende un breve diagnóstico de la situación del tema puntual en Colombia, de las cuales se hizo un análisis más pormenorizado en el Documento de Política Pública de Infraestructura. Luego se propone una práctica a adoptar en Colombia la cual se relaciona con la experiencia internacional y finalmente se hace un análisis de utilidad de ésta. 24. Incluye en total ocho temas sobre los que se proponen prácticas a adoptar por parte de las autoridades nacionales y territoriales del país. Intervención sobre el espacio público; mimetización de infraestructura; subterranización de infraestructura; infraestructura aérea y postación; infraestructura de bajo impacto; infraestructura temporal de emergencia; compartición de infraestructura y normatividad sobre el uso del suelo. I ntervención sobre el espacio público Intervención sobre el espacio público Propuesta sobre la definición de principios generales de intervención sobre el espacio público: - El Código de Buenas Prácticas de la CRC debe incluir un manual de principios generales para la intervención del espacio público, construido a partir de un consenso con los operadores. Introducción 25. El despliegue de redes TICs genera un alto impacto sobre el espacio público pues la instalación de elementos físicos es necesaria de acuerdo con los requerimientos tecnológicos actuales. El estado actual de la tecnología aplicada a las redes TICs hace inevitable la instalación de elementos físicos de red, que además, en la medida en que la cobertura depende de la proximidad de algunos de ellos a la ubicación del cliente, deben ser instalados dentro del espacio urbano de las ciudades. 26. Un despliegue ordenado y guiado por estándares generales armoniza las necesidades de protección del espacio público con la de prestación eficiente del servicio. En esta sección se presentan prácticas generales que, atendiendo a un criterio de eficiencia técnica y económica, permiten minimizar el impacto sobre el espacio público en el proceso de despliegue de redes TIC. 27. La intervención sobre el espacio público abarca temas relacionados con la mimetización de infraestructura, su subterranización y en general todo lo que tenga que ver con la afectación del espacio y los servicios públicos. De esa manera, esta parte del documento introduce prácticas que pueden ser adoptadas por las entidades territoriales en su función de regulación y por los operadores en el momento de tomar decisiones sobre las características físicas de la red de expansión o la existente. Lo anterior, sin perjuicio de aquellas recomendaciones que, en función de la unificación nacional de requisitos, puedan ser adoptadas como regla general por el regulador o el desarrollador de política pública nacional. Principios generales para la intervención del espacio público durante la instalación de infraestructura Diagnóstico 28. En el ordenamiento jurídico colombiano no existen normas de carácter nacional que regulen íntegramente los procesos de instalación de infraestructura de telecomunicaciones o que sirvan de referente a los entes territoriales para regular aquello que sea de su competencia En el país los procesos de instalación de infraestructura de telecomunicaciones se encuentran regulados por normas del orden local que aplican en cada jurisdicción; a nivel nacional no existe una regulación integral. De esa manera, hace falta desarrollar un instrumento que establezca un parámetro general a este respecto. Por lo tanto se requiere en algunos temas regulación de carácter nacional o, en los casos que así lo requieran, criterios generales unificados que permitan el desarrollo coherente de normas locales, cuando se trate de temas de competencia municipal. Una alternativa viable, que se ha probado con éxito en varios países, es la expedición de un Código de Buenas Prácticas obligatorio para los agentes del sector (Empresas operadoras y Entidades Territoriales). Propuesta 29. Se propone que los operadores de TIC´s apoyen la labor de la CRC en la adopción de un manual de principios para la instalación de infraestructura, en el que se expliquen y estandaricen los procedimientos que sus funcionarios y contratistas deben cumplir antes, durante y después de instalar infraestructura de la respectiva empresa. Dichos manuales podrían hacer parte de un Código de Buenas Prácticas de la Industria y deberían contener cuando menos: i) formas estandarizadas de notificación y socialización con los vecinos y las autoridades municipales competentes. ii) criterios y guías para la reducción del impacto urbanístico y ambiental y iii) protocolos de intervención que reduzcan el impacto sobre otros servicios públicos, la seguridad y el entorno. 30. Los manuales deben contar con cierta fuerza vinculante, pero deben permitir a los operadores distanciarse de su cumplimiento cuando las necesidades del servicio lo ameriten. Es conveniente que estas guías tengan fuerza vinculante en tanto esa característica fomente el despliegue eficiente de las redes, por ejemplo, evitando que las entidades territoriales impongan requisitos adicionales sin sustento técnico. Sin embargo, teniendo en cuenta que las tecnologías TIC tienen ciclos de obsolescencia cortos, es necesario que el manual tenga un enfoque de recomendación que se puede reforzar aplicando un principio de cumpla o explique, es decir, acogiéndose a él o explicando la negativa a hacerlo cuando el ente competente a nivel nacional para resolver conflictos (es decir la CRC), así lo requiera. Experiencia Internacional 31. En los países a la vanguardia en regulación de telecomunicaciones existe unanimidad en torno a la necesidad de que tanto las entidades públicas como los operadores establezcan estándares claros y generales para la instalación de infraestructura. La “Western Australian Planning Comission” señala en su “Declaración de Política de Planeación 5.2” que es importante facilitar la provisión de infraestructura de telecomunicaciones de manera eficiente, con costos razonables y responsabilidad ambiental, cumpliendo tanto las necesidades de conectividad de la comunidad, como las de vivir en un entorno sano y armónico. Para eso, las entidades públicas y los operadores deben comprometerse con la expedición y cumplimiento de estándares uniformes en temas como la forma de intervenir el espacio público; los estándares arquitectónicos para hacerlo; la necesidad de subterranización de redes, etc. 32. A nivel internacional se recomiendan prácticas generales a la hora de intervenir el espacio público, que pueden ser consideradas como principios orientadores para los operadores. Los operadores de TIC´s en Australia consideran como principios generales para la intervención del espacio público en casos de instalación de infraestructura los siguientes: i) cuando la instalación de infraestructura comprometa otros servicios públicos, el operador deberá actuar de la manera más diligente con el fin de notificar a los prestadores de esos servicios y coordinar la alternativa de instalación que reduzca los impactos negativos que puedan generarse; ii) los operadores deben colaborar en la creación de registros uniformes y completos sobre sus instalaciones en espacio público; iii) debe protegerse el medio ambiente; iv) debe actuarse de acuerdo con las mejores prácticas de ingeniería, buscando proteger la seguridad de las personas y la propiedad, y v) debe buscarse la intervención de menor impacto sobre vías y caminos públicos. 33. Países como Irlanda han expedido manuales de alcance técnico que tienen carácter de recomendaciones, de manera que en tanto sean viables técnica y financieramente obligan a los operadores, pero eventualmente estos pueden distanciarse de la recomendación. Las “Recomendaciones para Trabajos con Cables Subterráneos de Telecomunicaciones” del “Department of Public Enteprise” (2001) de Irlanda son una guía técnica relativa a los procesos de subterranización de redes. Contiene ideas y principios generales sobre la forma en que se deben adelantar labores de despliegue de redes. Sin embargo, el tono de las disposiciones, si bien es lo suficientemente preciso para guiar el despliegue de la red, se limita al carácter de recomendación. De esa manera se garantiza que el operador pueda distanciarse de ellas legalmente, cuando una situación relacionada con la necesidad del servicio lo exija. Análisis de utilidad 34. La adopción de este tipo de documentos incentiva la coordinación y alineación entre las entidades territoriales y los operadores, beneficiando el despliegue eficiente de las redes. Cuando los operadores y las autoridades alcanzan acuerdos sobre temas fundamentales respecto al despliegue de redes se generan situaciones de eficiencia en las que ambas partes pueden reducir costos asociados a sus propias responsabilidades. De esa manera el despliegue de redes es más simple y económico, haciendo más fácil cumplir con las metas de crecimiento en cobertura a las que se han comprometido los operadores, respetando los principios que buscan proteger las autoridades. 35. Permitir que estos documentos de principios tengan un enfoque de recomendaciones garantiza la inexistencia de barreras a la innovación del sector. Los documentos que consignan los principios de intervención deben ser conscientes de la alta movilidad tecnológica del sector de TICs, por lo que es útil tener un enfoque de recomendación que permita que en casos sustentados, los operadores puedan distanciarse de lo allí propuesto. M imetización Mimetización Propuesta de mimetización: - - Los alcances y exigencias de la regulación de los procesos de mimetización debe subordinarse en primer lugar a la normativa de seguridad aeronáutica y, en segundo lugar a las necesidades técnicas y financieras de prestación y masificación del servicio. Para eso, los operadores definirán en coordinación con el Comité Interinstitucional los estándares de mimetización generales y aceptables. Los municipios podrán regular los procesos de mimetización en zonas de especial protección, como los centros históricos. Necesidades y clasificación de la mimetización de infraestructura Diagnóstico 36. La mimetización es el proceso mediante el cual la infraestructura de telecomunicaciones se integra de manera armónica con su entorno. La mimetización es la alteración de la presencia física de la infraestructura de telecomunicaciones con el objetivo de integrarla de manera más armónica con el entorno en el que está instalada. Los procesos de mimetización pueden incluir desde la simple homogenización en el color de la infraestructura, hasta su alteración física para hacerla parecer un elemento integrante del espacio en el que se instale. 37. De manera general debe entenderse que los procesos de mimetización, sin importar la jurisdicción territorial en que se reglamenten, están subordinados a la autoridad aeronáutica nacional, dado el peligro que las instalaciones pueden representar para la aviación. La determinación de las condiciones de señalización e identificación de obstáculos en tierra son competencia de la autoridad designada para el sector aeronáutico. En el artículo 1782 del Código de Comercio se establece que para todos estos efectos, es la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil (UAEAC) –antes Departamento Administrativo de Aeronáutica Civil-, la autoridad competente para la materia. De manera que cualquier determinación que adopten las entidades territoriales respecto a la mimetización y camuflaje de infraestructura, debe respetar lo ordenado por la UAEAC. 38. Actualmente en Colombia hay procesos de regulación en marcha que incluyen la obligación de mimetizar y camuflar la infraestructura instalada y por instalar. En la ciudad de Bogotá D.C., el Decreto Distrital 317 de 2006 obligó a los operadores de telecomunicaciones a realizar procesos de mimetización de su infraestructura de acuerdo con un manual que expedirá el Departamento Administrativo de Planeación Distrital. Si bien el proceso de expedición del manual no se ha cumplido en su totalidad, es previsible que los operadores deberán ajustarse a él en algún momento y se vean forzados a invertir recursos en la mimetización de su infraestructura. 39. Otras entidades territoriales también han incluido obligaciones de mimetización, por lo que es posible considerar esa situación como una tendencia que se generalizará a nivel nacional. Ciudades como Popayán en la Circular del 21 de febrero de 2005 y Calarcá en el acuerdo 14 de diciembre de 2009 han incluido dentro de las exigencias para autorizar la instalación de infraestructura de telecomunicaciones, que los operadores presenten un plan de mimetización para la instalación propuesta. Lo mismo ocurre en ciudades como Palmira y Armenia. Sin embargo los planes de mimetización del gobierno en general tienen los siguientes problemas: i) Implican inversiones enormes; ii) son hechos por la administración sin consultar la realidad técnica y financiera de los operadores; iii) son planes que no diferencian según tipo de instalación (bajo, mediano o al impacto) ni según ubicación (esto es, si se trata de zonas industriales, residenciales etc.) Propuesta 40. En primer lugar se sugiere que los operadores de telecomunicaciones elaboren a través de la CRC, manuales de clasificación de la infraestructura que utilizan en sus propias redes, estableciendo directrices generales sobre su instalación. Esos manuales deben hacer parte del Código de Buenas Prácticas que prepara la CRC. La elaboración de una guía general que clasifique la infraestructura utilizada por cada operador y guías generales para su instalación, permite que los operadores unifiquen procedimientos y reduzcan el impacto de su infraestructura. Un documento de ese tipo adicionalmente es útil para socializar entre las entidades territoriales, de manera que se unifiquen, desde una perspectiva técnica y financieramente viable, las exigencias urbanísticas que se hacen en relación con la instalación de infraestructura tanto a nivel local como nacional. 41. En cualquier caso debe entenderse que las necesidades de mimetización deben someterse a las de prestación del servicio. El diseño y aplicación de los criterios de mimetización debe someterse a la viabilidad técnica y financiera de los mismos, lo cual implica que el fin principal debe ser la ampliación de la cobertura del servicio prestado. 42. Se sugiere que en Colombia sean directamente los operadores, en coordinación con el Comité Interinstitucional del que trata el Documento de Política Pública UNE, en el que hagan presencia representantes de las autoridades nacionales y locales, quienes definan las condiciones de mimetización generales, mientras que de manera excepcional, las entidades territoriales establezcan obligaciones de mimetización para zonas sensibles dentro de sus jurisdicciones. Los operadores tienen información técnica y financiera precisa respecto a la instalación de infraestructura, razón por la cual deben ser los agentes que definan los criterios más razonables de mimetización. Las entidades territoriales de manera excepcional podrán imponer obligaciones de mimetización en zonas de especial protección cómo los centros históricos. 43. Para que los procesos de mimetización sean efectivos y tengan un impacto positivo sobre el desarrollo de TIC y de las ciudades se deben tener en cuenta varios aspectos. En primer lugar deben servir para eliminar otras barreras de expansión, como por ejemplo la prohibición de despliegue de infraestructura en postería de zonas residenciales de estratos altos, de manera que bajo un estándar de mimetización razonable, se permita el despliegue en esas zonas. En segundo lugar, deben estar apoyados en una base fuerte de conocimiento técnico, es necesario entender que las instalaciones tienen características técnicas que impiden cierto tipo de mimetización; por ejemplo, la infraestructura que funciona con frecuencias altas se afecta fácilmente por elementos metálicos que sean puestos cerca de los generadores. Por último, deben atender a un criterio de razonabilidad en cuanto a la obligatoriedad de sus disposiciones, es decir, deben evitar la imposición de obligaciones de imposible cumplimiento. Lo anterior implica que deben regir hacia el futuro, otorgando un tiempo razonable para ajustar la infraestructura antigua. 44. Por último, es recomendable que los operadores y las autoridades consideren la viabilidad de alternativas de compensación diferentes a la mimetización, que puedan beneficiar a las comunidades. En zonas donde el impacto visual de la infraestructura no sea considerable, pero exista obligación de mimetización, los operadores pueden concertar con las autoridades locales un mecanismo de incorporaciónn diferente, que puede consistir en dar uso de mobiliario urbano a la proximidad de la instalación, de manera que se beneficie a la comunidad de manera directa. Experiencia Internacional 45. A nivel internacional se evidencia que la mimetización es una exigencia común para la instalación de infraestructura, pues con ella se garantiza la reducción del impacto visual de la misma. Las autoridades de muchos países a la vanguardia en regulación de telecomunicaciones exigen, como parte de los requisitos para instalar infraestructura, que los operadores ejecuten un plan de mimetización y/o camuflaje de la misma con el fin de reducir el impacto visual generado. En India por ejemplo el “Telecom Regulatory Authority” (2011) ha dispuesto que es de obligatorio cumplimiento el cubrimiento de toda la infraestructura que se encuentre en áreas de herencia cultural y de importancia medioambiental o arquitectónica. Así mismo, en lo que tiene que ver con la mimetización de la infraestructura que no está en esas áreas, dicha autoridad ha dispuesto un plan gradual de implantación que debe ser respetado por los operadores. Otros países como España y Argentina han implementado códigos de buenas prácticas para la instalación de infraestructura desde el nivel nacional, y en ellos se especifican las necesidades y criterios de mimetización aceptables. 46. Los países a la vanguardia han optado por publicar los requerimientos de mimetización o camuflaje atendiendo al tipo de infraestructura de la que se trate en cada caso. España y Argentina en sus respectivos códigos de buenas prácticas para la instalación de infraestructura dividieron las modalidades de infraestructura de comunicaciones con el fin de señalar los requisitos de mimetización exigibles en cada caso. Se habla de edificaciones normalizadas, refiriéndose a la casetas que se utilicen para colocar infraestructura; sistemas radiantes ó antenas; apoyos sobre el suelo; mástiles sobre azoteas; y caminos de acceso. Análisis de utilidad 47. La mimetización es un mecanismo para reducir el impacto de la infraestructura de TICs y sirve para proteger otros intereses relevantes como lo son la armonía del entorno y el urbanismo. En todo caso, para que los procesos de mimetización sean efectivos, deben lograr un balance adecuado entre esos intereses y el despliegue eficiente de las redes. Con las propuestas aquí consignadas se generan espacios para compartir información y llegar a las mejores propuestas de mimetización posibles, en las que se maximice el respeto por todos los intereses involucrados. 48. De esta manera la mimetización deja de ser una barrera al despliegue y pasa a ser un elemento integral del mismo, construido con base en consideraciones técnicas y financieras razonables y aceptables para todos los agentes involucrados. Estándares de mimetización aceptables 49. Esta sección no presenta diagnóstico ni propuesta, se limita a hacer un recorrido por la experiencia internacional en materia de mimetización. Siempre que la propuesta en temas de mimetización es permitir que los operadores y las autoridades acuerden de manera centralizada los estándares aplicables, aquí no se presentará una propuesta puntual respecto de las posibilidades de mimetización, sino que únicamente se hará un recorrido por el estado de la materia a nivel internacional, de manera que pueda servir de guía para el proceso propuesto. Experiencia Internacional 50. La mimetización debe buscar que la infraestructura se integre al entorno en el que se instala y cuando sea posible debe convertirse en un elemento decorativo del entorno urbano. De acuerdo con la autoridad de telecomunicaciones de Australia (Western Australian Planning Comission, 1928) la infraestructura de telecomunicaciones que tenga potencial para ser visualmente intrusiva debe, en lo posible, ser instalada en zonas industriales, comerciales o rurales donde ese impacto se minimice. De lo contrario debe integrarse al entorno en función del diseño existente. A continuación se señalan algunos estándares aceptados de acuerdo con cada tipo de infraestructura. 51. Las edificaciones normalizadas o casetas pueden mimetizarse armonizando su color con el entorno inmediato. Por medio de mecanismos como la armonización de color, las edificaciones normalizadas pueden convertirse en elementos integrantes de la estructura general a la que se adosan. Ver por ejemplo la figura 1. Figura 1. Edificación normalizada o caseta mimetizada sobre terraza Tomada de: http://www.ort-telecomunicaciones.es/galerias/images/mimetizacion.jpg 52. Habrá casos en los que no será necesario mimetizar las casetas pues el entorno en el que se ubican no exige o permite armonización. Las zonas industriales son un ejemplo de lugares en los que la mimetización de casetas no es necesaria. Para tomar esa decisión el operador debe considerar si el impacto visual que genera la apariencia física de la instalación es relevante o no dentro del entorno. 53. La mimetización de sistemas radiantes (antenas) y mástiles o apoyos sobre el suelo debe realizarse en función del impacto visual que generan en la zona de ubicación. La mimetización de antenas y sus mástiles puede realizarse únicamente por medio de la armonización de color de la estructura. Sin embargo, en casos que lo ameriten por el impacto visual que se genera en una zona de especial protección (por ejemplo en zonas de alto flujo turístico, de conservación arquitectónica, etc.), el operador podrá recubrir la estructura haciéndola parecer un elemento decorativo del entorno. La figura 2 muestra un mástil con antenas mimetizado dentro de un aviso decorativo. De esa manera se reduce el impacto visual de la infraestructura y a la vez se dota a la comunidad de un elemento de utilidad y decoración urbana. Figura 2. Mástil con antena mimetizado http://www.stealthsite.com/projects/custom-structures/ Tomada de: 54. La mimetización de antenas también puede realizarse aprovechando elementos preexistentes del entorno urbano en el que se planea instalar la infraestructura. Esta fórmula puede reducir los costos del operador en tanto podrá utilizar el mobiliario urbano existente anteriormente (podrán utilizarse por ejemplo instalaciones publicitarias, relojes públicos, tanques de agua, etc.) 55. Para que esa propuesta sea viable se recomienda que las entidades territoriales flexibilicen los requisitos para instalar infraestructura en mobiliario urbano preexistente. De esa manera se crearán incentivos para que los operadores acudan a esa solución. Las entidades territoriales no deben solicitar permisos iguales a los necesarios para la instalación de infraestructura independiente. Para los casos de instalación de infraestructura de telecomunicaciones sobre mobiliario preexistente, debería bastar con un plan de mimetización aprobado y la autorización del propietario del mobiliario. De esa manera se incentiva la utilización de esa alternativa que reduce el impacto visual en las ciudades. 56. En todo caso, la decisión sobre el sistema de mimetización a utilizar en las antenas y torres debe dejarse al operador de acuerdo con criterios generales fijados por las autoridades. Las alternativas de mimetización de torres y antenas deben tener en cuenta las necesidades de expansión del servicio, razón por la cual aquellas alternativas que representan un costo elevado deben limitarse a casos excepcionales en donde las ganancias por la reducción del impacto superen las que se obtendrían por la cobertura económica del servicio. Esa información sólo puede ser ponderada por los operadores de manera que la sugerencia es que las entidades territoriales tengan planes generales de mimetización que pueden incluir una zonificación, pero no obligaciones específicas sobre la forma de camuflar la infraestructura. 57. En este punto es muy importante que se aproveche el conocimiento que tienen los operadores sobre sus propias redes. Los operadores son los agentes con mejor conocimiento respecto a las condiciones y exigencias técnicas de sus propias redes, de manera que es preciso reiterar la necesidad de que sean ellos quienes decidan sobre los procesos de mimetización. El cuadro 2 presenta como ejemplo la arquitectura de las redes móviles LTE de UNE, haciendo énfasis en las necesidades de mimetización que aceptan estas redes. El objetivo de la información es evidenciar el conocimiento específico del operador, incentivando de esa manera los procesos de concertación en este aspecto regulatorio. Desde el año 2007, se viene desarrollando una nueva evolución en las tecnología móviles a la cual se le ha denominado LTE – Long Term Evolution (Evolución de largo plazo). Ésta evolución pretende ser el camino hacia el cual confluirán todas las tecnologías móviles actuales. LTE se basa en una red de datos bajo el protocolo IP, factor que la convierte en una tecnología mucho más simple y flexible, permitiendo el camino hacia la convergencia entre servicios fijos y móviles. Desde el año 2009 ya se cuenta con despliegues comerciales de LTE a nivel global y según la mayor parte de los analistas internacionales, se prevé un crecimiento acelerado en su masificación y difusión en los próximos 5 años. ARQUITECTURA LTE En la figura anterior se observa que la arquitectura de la red LTE es muy similar a la correspondiente a las redes UMTS, dividiéndose también en dos secciones. El segmento de CORE denominado EPC – Evolved Packet Core (Núcleo de Paquetes evolucionado), donde los elementos de red están ubicados normalmente en las instalaciones propias del operador, y el segmento EUTRAN (RAN), que está conformado por todos los elementos de acceso, donde están incluidos los elementos que ocupan espacio público. La red de acceso permite a los terminales de usuario acceder al EPC y se le conoce como Red EUTRAN – Evolved UMTS Terrestrial Radio Access Network (Red de Acceso Radio Terrestre UMTS Evolucionada). En EUTRAN, el acceso al EPC se realiza vía radio, a través de una serie de elementos de red interconectados entre sí y con el EPC mediante interfaces de transporte terrestres. La red de acceso EUTRAN se compone de los nodos o estaciones base LTE, que manejan la transmisión y recepción hacia/desde el terminal sobre la interfaz de radio S1, el cual se le denomina en LTE eNodo B, pero que a nivel general se conoce también como estación base (EB). En los demás aspectos como ángulos de haz de radiación y sitios de implementación se manejan esquemas similares a las redes GSM y UMTs. En cuanto a la Red de CORE se manejan equipos análogos a los de UMTS, donde aparece un nuevo componente llamado MME - Mobility Management Entity (Entidad para el control y manejo de la movilidad) que cubre la mayor parte de las funciones del RNC que se utilizaba en UMTS. La otra parte de estas funciones se incorporan en los mismo eNodo B. Así mismo, se incluye otro elemento adicional, que también puede existir en las redes UMTS como lo es el PCRF – Policy & Charging Rule function (Función de políticas y reglas para la tasación), en el cual se definen todas las políticas que se aplicarán a los usuarios para el cobro de los servicios. Se debe hacer un énfasis adicional en que la aplicación de técnicas de mimetización de las infraestructuras de telecomunicaciones, con relación a la banda de frecuencia en la cual opera la red, ya que este un factor relevante debido a las diferentes condiciones de propagación que se presentan ante este tipo de elementos adicionales, es decir, las bandas de frecuencia bajas (por debajo de 1 GHz) presentan mejores características de propagación de la señal y penetración de estructuras en diferentes materiales que las que se tendrían en bandas de frecuencia más altas como 1700-2100 MHZ y 2.600 MHz que son las que se tienen inicialmente previstas para redes con tecnología LTE. Luego debe analizarse detalladamente y en forma específica para cada caso, la aplicación de estas técnicas de forma que no representen inconvenientes en la operatividad de los equipos en cuanto a la transmisión y recepción de las señales radioeléctricas. En cuanto a las opciones de micro y pico celdas, debe considerarse que para las tecnologías LTE, apenas se está iniciando su desarrollo por parte de los diferentes fabricantes por lo cual, no son aún una alternativa clara para la disminución del impacto en el entorno, aunque si lo serán en un futuro cercano. Cuadro 2. Arquitectura redes LTE y exigencias de mimetización. Elaboración UNE. 58. Finalmente, la mimetización de estructuras sobre terraza debe aprovechar en cuanto sea posible la ubicación de elementos típicos de esa zona de las edificaciones como por ejemplo las chimeneas. El impacto visual de la infraestructura sobre terrazas se puede reducir por medio de la simulación de elementos integrantes del edificio. Este tipo de alternativas permiten por ejemplo la instalación de infraestructura en zonas residenciales donde usualmente se prohíbe la colocación de infraestructura. La figura 3 presenta un ejemplo de mimetización sobre terraza. A la izquierda de la imagen se aprecian dos elementos camuflados y a la derecha uno que conserva su apariencia original. Figura 3. Mimetización de elemento de red en terraza Tomado de: http://www.ort-telecomunicaciones.es/galerias/images/instalacion-antigua.jpg S ubterranización de infraestructura Subterranización de infraestructura Propuesta de subterranización y redes aéreas: - - Debe evitarse la imposición de obligaciones generales de subterranización, de manera que los planes para realizarla estén sujetos a evaluaciones de costo-beneficio y a coordinación con las entidades locales de obras públicas. Es conveniente que las entidades territoriales solamente ordenen de manera expresa la subterranización en zonas de especial protección, como lo son los centros históricos o lugares de valor cultural. Cuando la subterranización es necesaria de acuerdo a lo anterior, es conveniente que se incentive el uso de las técnicas menos invasivas. También se recomienda fomentar la coordinación de los operadores con las oficinas de Obras Públicas de cada jurisdicción con el fin de adelantar procesos conjuntos de subterranización. Diagnóstico 59. En Colombia varias entidades territoriales han introducido obligaciones de subterranización dentro sus normas de ordenamiento territorial. Las restricciones a procedimientos de instalación de postación y la prohibición de instalación de nuevas redes aéreas, como por ejemplo las establecidas por la Resolución 033 de 2001 del Departamento Administrativo de Planeación Distrital de Bogotá D.C., obligan a los operadores a instalar cableado y elementos adicionales en infraestructura subterránea. 60. La regulación de subterranización no contempla casos específicos de inviabilidad técnica, por lo que se constituye en una barrera al despliegue de cierta infraestructura de TICs. Existen elementos de red que de acuerdo con la tecnología actual no pueden ser subterranizados, sea porque la exposición a la humedad afecta su vida útil o porque el calor que generan impide que sean colocados en cajas bajo tierra. Como la regulación es de carácter general, este tipo de infraestructura queda excluída tajantemente, con lo que se genera una barrera al despliegue sin fundamento técnico razonable. 61. De la misma forma, la regulación no cuenta con mecanismos para evaluar el impacto de las obligaciones generales de subterranización. Eso impide el despliegue de las redes en algunos casos y afecta a los usuarios. En ocasiones los costos asociados a la subterranización superan las posibilidades financieras del despliegue de la red, de manera que los operadores deben abstenerse de desarrollar sus planes de aumento de cobertura. La regulación actual no permite que la administración aplique análisis de costo-beneficio que exoneren de la obligación de subterranizar cuando el beneficio para la comunidad sea mayor en términos del acceso a TICs que se les garantiza. 62. De otro lado, en casos donde el costo beneficio no es relevante en términos de cobertura, las barreras de subterranización se convierten en limitantes a la libre competencia entre operadores. Especialmente en estratos altos, donde ya existen redes para la prestación de TICs, las normas que obligan a subterranizar se convierten en la práctica en barreras a la competencia entre operadores, pues no existe un control adecuado sobre la obligación de compartición de infraestructura, de manera que el operador que llega primero puede bloquear el acceso a los demás. 63. Adicionalmente, la regulación local en algunas ciudades de Colombia ha introducido otras barreras relacionadas con la subterranización, como es el caso de las licencias de intervención. Por ejemplo el Decreto 546 de 2008 en la ciudad de Cali, establece que la subterranización de infraestructura por ser procedimiento que involucra una intervención sobre el espacio público, requiere una licencia especial para ser realizada. Ese tipo de requisitos aumentan excesivamente los costos asociados al trámite administrativo de los procesos de subterranización. Si bien se entiende la necesidad de obtener permisos previos por parte de las autoridades municipales, deberían existir procedimientos especiales, más expeditos y sencillos, que facilitaran el cumplimiento de las obligaciones de subterranización por parte de los operadores. 64. Sin embargo, algunas ciudades como Bogotá han empezado a desarrollar mecanismos de coordinación entre sus Secretarías de Obras Públicas (por ejemplo el IDU) y los operadores, de manera que cuando éstas planeen intervenir el espacio público, los operadores puedan ejecutar procesos de subterranización paralelos. Estos mecanismos de coordinación son muy útiles pues reducen los procesos de intervención, los costos de implementación y el traumatismo que con ellos se generan. Sin embargo es necesario que esto se acompañe de la concesión de plazos razonables para que los operadores desplieguen la red subterránea al ritmo de las ciudades. Propuesta 65. Se recomienda no establecer obligaciones de subterranización absolutas, de manera que sea posible realizar evaluaciones particulares de la necesidad de subterranización a partir de criterios de costo beneficio para la comunidad. Las normas de subterranización no deben ser perentorias pues esa característica limita las posibilidades que tanto la administración como los operadores deben tener para evaluar la factibilidad del proceso en relación con la necesidad del servicio. Debe reconocerse que existirán casos en los que la subterranización limita de manera absoluta la cobertura, por lo que no habría sustento técnico suficiente para la norma general. Es necesario que las administraciones locales desarrollen mecanismos internos y de coordinación con los operadores, que les permitan tomar decisiones con fundamentos técnicos y que permitan cumplir con el objetivo de masificación de los servicios TICs, a la vez que se protegen otros intereses como el urbanismo. 66. Se recomienda que las obligaciones generales de subterranización se limiten a aquellas zonas de protección especial, como las de interés histórico y cultural. En esos lugares se entiende que el interés protegido, es decir la integridad del patrimonio histórico, es superior, de manera que sólo allí podrán establecerse obligaciones inalterables de subterranización. 67. Para que esta propuesta funcione de manera adecuada, las entidades territoriales y las empresas deben trabajar en crear instancias de coordinación eficientes que permitan tomar decisiones concertadas respecto a los procesos de subterranización. 68. Se recomienda que en este contexto las autoridades territoriales colombianas creen incentivos a la subterranización por medio de la eliminación de barreras normativas como la existencia de requisitos excesivos para la expedición de licencias. En los casos específicos en que se deba subterranizar, se podría diseñar un esquema de notificaciones a las autoridades competentes (titulares de otros servicios públicos afectados y oficinas de espacio público), que debe hacer el operador para coordinar sus labores de intervención. 69. Adicionalmente, cuando la subterranización es necesaria se debe fortalecer la coordinación entre las Secretarías de Obras Públicas de la respectiva entidad territorial y los operadores. Es útil incentivar la suscripción de acuerdos de los operadores con la oficina de obras públicas de cada entidad territorial, con el fin de que los primeros aprovechen los planes de intervención de la oficina pública para subterranizar sus propias redes. Para que esta última sugerencia tenga sentido las ciudades y municipios deben permitir que los operadores ajusten los tiempos de sus planes de subterranización con los tiempos de intervención de las Secretarías de obras públicas. Esta solución es beneficiosa para la comunidad y para las ciudades pues evita las dobles intervenciones y por esa vía el despilfarro de recursos. 70. Lo anterior implica que aquellas entidades territoriales que han impuesto planes de subterranización con fechas determinadas, deben relajar ese plazo de manera que sean las oficinas de obras públicas las que marquen el ritmo de intervención. 71. De otro lado, se recomienda diseñar un esquema de subterranización con responsabilidades compartidas entre todos los operadores con interés de penetración en zonas que requieran infraestructura subterránea. Las entidades territoriales deben tener la capacidad de coordinar intervenciones coordinadas sobre el espacio público por parte de los operadores, especialmente cuando se trata de subterranizar redes. Deben desarrollarse herramientas para que la administración identifique zonas de potencial expansión de cobertura TIC, en las que concurra el interés de varios operadores. A partir de eso se podrá coordinar la intervención común de esa zona, así: Zona de expansión que requiere infraestructura subterránea (La ciudad la identifica y coordina la intervención) Determinada la zona de expansión la autoridad territorial concertará una división de la misma, de manera que en cada subsección un operador asuma la obligación de subterranizar la red. Así: Zona responsabilidad de operador 1 Zona responsabilidad de operador 2 Zona responsabilidad de operador 3 Zona responsabilidad de operador 4 Para que esta propuesta sea posible la entidad territorial, con el apoyo del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y la CRC, debe asegurarse de que cada uno de los operadores responsabilizados cumpla con el deber de permitir la compartición de la infraestructura construida acorde con las normas legales. 72. En la sección correspondiente a compartición de infraestructura se presentará una propuesta relativa a la regulación de la obligación de compartición aquí mencionada. Experiencia Internacional 73. Los países a la vanguardia reconocen que las obligaciones de subterranización de infraestructura deben establecerse a partir de análisis de costo-beneficio. La autoridad de telecomunicaciones de Australia señala que “los cables de telecomunicaciones deben ser ubicados bajo tierra, a menos que sea poco práctico hacerlo o que genere un efecto visual insignificante” (Western Australian Planning Comission, 1928). También se reconoce que hay casos donde la subterranización debe postergarse si el beneficio que recibirá una comunidad es mayor en términos de tiempos y costos de la interconexión con una red de telecomunicaciones. 74. La inexistencia de obligaciones de subterranización absoluta facilita que la regulación se ajuste rápidamente a nuevas necesidades del servicio, surgidas especialmente del cambio tecnológico. Es posible que el avance tecnológico modifique las condiciones en que las redes pueden o no subterranizarse. Países como Irlanda cuentan con regulaciones de subterranización abiertas expedidas a manera de recomendaciones, que permiten la regulación diferencial ante nuevos desarrollos tecnológicos como el uso de redes de Fibra Óptica (Departamento de Comunicaciones, Energía y Recursos Naturales, 2011). De esta forma la regulación no se convierte en un obstáculo a la innovación TIC, y las ciudades y comunidades pueden maximizar la obtención de beneficios de la tecnología en el menor tiempo posible. 75. Los países a la vanguardia han desarrollado mecanismos de intervención subterránea más simples que la expedición de licencias, consistentes en la obligación de notificar y coordinar con las autoridades encargadas de los bienes públicos a intervenir. Por ejemplo en Australia (Western Australian Planning Comission, 1928), cuando un operador planea subterranizar infraestructura está obligado a notificar a la autoridad pública encargada de la utilidad pública que resulte intervenida –vías, redes de agua, etc.-. De esa manera las partes pueden coordinar la reducción del impacto sin necesidad de trámites complicados de obtención de licencias. Análisis de utilidad 76. Eliminar las obligaciones absolutas de subterranización constituye una ventaja para los operadores y para las entidades territoriales pues da lugar a un escenario regulatorio en el que se toman decisiones técnicas sobre la instalación de infraestructura. Una regulación basada en recomendaciones técnicas, que permite que los procesos de subterranización sean excepcionales, garantiza que las decisiones que se tomen al respecto sean las más acertadas armonizando los principios que se quieren priorizar (cobertura, urbanismo, etc.) 77. Adicionalmente, un régimen regulatorio que no limita opciones de manera anticipada permite hacer consideraciones excepcionales en casos en donde es relevante hacerlo. Esto tiene utilidad por ejemplo en casos donde algún elemento de red de un operador particular no puede ser subterranizado por razones técnicas o cuando se va a llevar cobertura a una zona alejada, pero los costos de instalación serían excesivos bajo la regla general. Nuevamente, estas alternativas garantizan la toma de decisiones alineadas con la política general de cobertura y protección de los demás intereses involucrados en el despliegue de infraestructura TIC. 78. La propuesta de zonificación de sectores para asignar responsabilidades de subterranización es beneficiosa para la administración y los operadores pues reduce sus costos e incentiva el despliegue subterráneo dentro de un esquema de costos razonable. Bajo ese esquema los operadores pueden reducir costos pues ya no tendrán que asumir todo el proceso de subterranización sino que sus gastos y cargas se repartirán entre quienes tengan interés en la zona a intervenir. La administración también reduce costos e incentiva las intervenciones ordenadas y programadas sobre el espacio público. En otras palabras, bajo este esquema las inversiones no las asume un solo operador y además, la compartición que debe hacer a los otros operadores involucrados le permite una recuperación gradual de su inversión por medio de los costos de arrendamiento. 79. Por último, la propuesta de coordinar con las oficinas de obras públicas y los operadores los procesos de intervención sobre el espacio público para subterranizar es útil en tanto permite el uso eficiente de recursos. Lo anterior considerando que de esta manera se reducen los costos asociados a la prestación del servicio, en tanto se logra aprovechar la inversión en espacio público que hace la entidad territorial, sin que ella recargue los costos del usuario final de TICs. Técnicas de subterranización Diagnóstico 80. En Colombia no hay normas o guías de orientación técnica que sean consideradas por las autoridades en relación con los procesos de subterranización. Por cuenta de lo anterior no existen mecanismos formales para diferenciar los tipos de redes que utilizan los operadores, sus necesidades y condiciones aceptables de subterranización. 81. Por ello la regulación no es consistente con las necesidades de las diferentes redes TICs en los procesos de subterranización. Como no existe claridad sobre las diferentes condiciones de red, la regulación se expide de manera general, generando dificultades en los asuntos técnicos que no son homogéneos. Situación que puede generar barreras para ciertos operadores e incluso limitaciones a la innovación del sector. 82. La regulación tampoco genera incentivos para que se utilicen técnicas de intervención menos invasivas a la hora de subterranizar. Como la regulación es general, no hay incentivos para aplicar otras técnicas de subterranización, como la microzanja, que traería beneficios a las ciudades por ser menos invasiva sobre el espacio público. En este punto, la regulación general impone barreras relacionadas por ejemplo con la profundidad de la instalación, con lo que se hacen inviables métodos de subterranización novedosos. 83. Adicionalmente, hay barreras prácticas para otras técnicas de subterranización consistentes en la precariedad de la información sobre redes existentes, de manera que el riesgo de causar daños a otro tipo de infraestructura es muy alto. Propuesta 84. El regulador nacional debe preparar, en concertación con todos los operadores TICs un Código de Buenas Prácticas en el que se especifiquen las condiciones técnicas de las redes de cada uno de ellos, de manera que se transmita un mensaje comprensible para las entidades territoriales. Con este documento las autoridades locales podrán comprender la viabilidad técnica de los procesos de subterranización y proponer alternativas que no afecten el normal desarrollo de las redes dentro un marco de libre competencia entre los operadores y masificación del acceso. 85. Con esa información las entidades territoriales tendrán mayor capacidad a la hora de determinar obligaciones de subterranización. Podrán saber qué tipos de elementos deben estar cerca de los usuarios; cuáles no; cuáles pueden o no pueden subterranizarse; etc. 86. En lo que tiene que ver con técnicas menos invasivas de subterranización, debe considerarse que las barreras prácticas relacionadas con la información sobre otras redes existentes son difíciles de superar en el corto plazo, de manera que podría aprovecharse inicialmente para desarrollos urbanísticos nuevos. Dado que técnicas menos invasivas como la microzanja pueden ser riesgosas para otro tipo de instalaciones, al utilizar mecanismos de corte precisos, es necesario contar con altos estándares de protección y seguridad que dependen en gran medida de la información disponible sobre el tendido de otras redes. Como varias ciudades de Colombia no cuentan con ese tipo de información la microzanja puede incentivarse en nuevos desarrollos urbanísticos o en aquellas zonas donde se haya regularizado la infraestructura existente. 87. En todo caso las entidades territoriales deben eliminar las barreras regulatorias existentes para técnicas menos invasivas. Por ejemplo deben eliminar las normas de profundidad mínima en los casos de microzanja, permitiendo que sea el operador el que considerando las necesidades de seguridad de la red, decida la profundidad requerida, y presente los estudios técnicos que sustenten la viabilidad. Así mismo, deben diseñar mecanismos ágiles de autorización; un punto importante al respecto es que la certificación de diseño y responsabilidad de un ingeniero debe permitir que se otorgue el permiso sin aplicar el principio de precaución sobre el posible impacto de la microzanja sobre la estabilidad del terreno. Lo anterior toda vez que con ese requisito la empresa asume la eventual responsabilidad por los daños que se generen, haciendo inútil aplicar la precaución como principio orientador. Experiencia Internacional 88. En la actualidad hay diversos tipos de redes para la prestación de servicios TIC, y es necesario entender sus condiciones técnicas y las necesidades que surgen a partir de ellas en relación con los procesos de subterranización. A continuación se realiza una breve explicación del esquema de redes que utilizan cableado. El propósito no es dar una guía técnica precisa sino plasmar el esquema general llamando la atención sobre aquellos elementos de red relevantes a la hora de pensar esquemas y técnicas de subterranización. 89. La mayoría de redes de transmisión de TIC consisten en una red troncal con varias redes de acceso dedicadas a llevar el servicio a los usuarios. “Las redes troncales consisten en un conjunto de nodos de transmisión con secciones de interconexión” (Department of Public Enteprise, Irlanda, 2001). Los puntos de interconexión permiten que redes de distintos operadores estén capacitadas para transferir datos entre ellas, por ejemplo cuando las redes de telefonía conectan llamadas generadas en terminales de distintos operadores. 90. El estado de la tecnología a la fecha implica que las redes troncales de infraestructura con cableado se construyen con fibra óptica. La fibra óptica es un medio de transmisión de información cuyas características permiten el tránsito de información a velocidades considerablemente más rápidas que las de otros medios que le preceden; en razón de lo anterior el uso de materiales como cable coaxial o de cobre se ha reducido considerablemente a nivel internacional, por lo menos para las redes troncales y cableadas de TIC. 91. Por su parte las redes de acceso continúan construyéndose con materiales como el cable de cobre (Teléfonos) y el cable coaxial (Televisión). Si bien existe una tendencia al acercamiento de las redes de fibra óptica hasta el usuario final, ciertas condiciones de despliegue, incluidas las características de las instalaciones de propiedad de los usuarios obligan a continuar usando materiales de este tipo. 92. En ese sentido, la tendencia mundial es construir redes HFC, que tienen carácter mixto combinando redes troncales de fibra óptica y redes de acceso de cobre. La eficiencia técnica de ese tipo de redes depende en gran medida de la facilidad para instalar elementos en proximidad al usuario. En el caso de las redes de cobre se recurre a elementos como los ADIN o los DSLAM Outdoor, que permiten prestar servicios de Banda Ancha a mayor velocidad. Las redes HFC usan elementos como los CDI, que permiten llegar más lejos con la señal de TV y Banda Ancha. Figura 4. Equipo DSLAM Outdoor Tomado http://www.garlipp.de/blog/wp-content/uploads/2010/07/IMG_8814.jpg de: 93. Como se dijo, el diseño de redes a nivel internacional busca acercar la fibra óptica a los usuarios de manera que sus conexiones sean mucho más rápidas. Esa exigencia impone la necesidad de instalar algunos elementos de red en proximidad a los usuarios. Las autoridades de otros países han reconocido esa necesidad y por lo tanto regulan de manera particular la forma de hacerlo (Departamento de Comunicaciones, Energía y Recursos Naturales, Irlanda, 2011). 94. Frente a los mecanismos de subterranización, a nivel internacional se reconoce que tradicionalmente ésta es un proceso de alto impacto sobre el espacio público. En la actualidad se han desarrollado mecanismos menos invasivos que deben ser incentivados. La subterranización de redes de telecomunicaciones generalmente tiene un alto impacto sobre otras utilidades sociales, tal es el caso de la restricción que se puede generar al uso de vías y andenes, o la afectación sobre otras redes de servicios públicos. En la actualidad existen técnicas como la instalación de redes por medio de microzanjas, las cuales reducen considerablemente el impacto generado. La figura 4 muestra las particularidades del proceso de instalación en microzanja. Figura 5. Particularidades del proceso de Microzanja Tomado de: http://www.telnet-ri.es/fileadmin/user_upload/img/soluciones/microzanjas.jpg 95. Las autoridades generan incentivos para que los operadores acudan a sistemas de impacto reducido como la microzanja. Ello puede implicar por ejemplo la eliminación de requisitos de solicitud de licencias; la eliminación de cobros a quienes acudan a procesos de microzanja; la modificación de normas que exijan una profundidad mínima de subterranización que haga imposible la microzanja, etc. Análisis de utilidad 96. La propuesta de generar mecanismos de información sobre las condiciones de las redes permite la toma de mejores decisiones a nivel público. Con una herramienta centralizada para explicar de manera simple las condiciones y requerimientos técnicos de las redes nacionales es esperable que las entidades territoriales tomen mejores decisiones sobre los procesos de subterranización, evitando la imposición de obligaciones generales que no consultan aspectos técnicos. Eso beneficia a las comunidades que tienen más y mejor cobertura TIC, y a las empresas operadoras que pueden expandir sus redes dentro de estándares técnicos y financieros razonables. I nfraestructura aérea y postación Infraestructura aérea y postación Diagnóstico 97. Como se mencionó anteriormente, algunas entidades territoriales han introducido normativa que limita la expansión de las redes aéreas de infraestructura de telecomunicaciones. Las restricciones a la instalación de redes aéreas incluyen prohibiciones por zonificación, limitación a la instalación de algunos componentes de red, limitación al reemplazo de elementos, etc. 98. Bajo ese esquema normativo los operadores de TICs se enfrentan a múltiples barreras para sus planes de expansión, especialmente las que tienen que ver con la restricción anticipada a alternativas de expansión viables. Con el esquema de prohibiciones generales que se presentan sobre los esquemas de postación aérea para la expansión de redes, los operadores están limitados desde el principio en sus procesos de evaluación de viabilidad de la ampliación de redes. De esa manera se causa un claro perjuicio a las comunidades, a las que el servicio no podría llegar dentro del esquema de costos y requisitos impuestos por las prohibiciones absolutas. Propuesta 99. Como ya se dijo, las entidades territoriales deben reconocer que en ocasiones la instalación de redes aéreas es necesaria, sobre todo cuando con ella se garantiza la conectividad rápida y económica para ciertas comunidades. 100. Las restricciones a la instalación de infraestructura aérea deben considerar las necesidades del servicio como un interés superior. De esa manera se recomienda que las políticas de restricción se limiten a ciertas zonas excesivamente sensibles urbanísticamente, como los centros históricos, mientras que en el resto del suelo se hagan análisis particulares sobre el impacto de la regulación en el crecimiento y costo de la conectividad. Para dicha evaluación de impacto los operadores presentarán el estudio de mercado junto con un análisis de los costos de instalación de infraestructura cuando esta se realiza en postería frente a la dispuesta en la normatividad. En caso que del análisis presentado se constate que el despliegue en postería permitirá el cubrimiento más eficiente de servicios en áreas determinadas en beneficio de los consumidores, la entidad territorial permitirá dicho despliegue sujetándolo a las condiciones de mimetización que se acuerde con el operador. 101. Con base a lo anterior, en zonas donde hoy está prohibida la red aérea, como en los estratos altos, debería permitirse bajo precauciones consistentes en mimetización de los elementos. 102. Adicionalmente, donde la instalación aérea es posible, deben eliminarse restricciones de otro tipo que hacen inviable la instalación. Algunas normas no prohíben de manera expresa la instalación de redes aéreas pero tienen efectos similares. Por ejemplo las normas o condiciones que imponen ciertos proveedores de infraestructura que limitan la infraestructura adicional, como fuentes de energía, limitan el potencial de redes aéreas permitidas. Las entidades públicas y los operadores deben trabajar en la eliminación de esas barreras, de manera que la reglamentación sea armónica. El cuadro 3 presenta elementos adicionales de las redes aéreas, sin ellos la red no funciona, por lo que es necesario que se permita su instalación. GABINETE Largo: 42cm Alto: 66 cm Ancho: 29 cm Peso: 11 kg Uso: Almacena la fuente XM300 y la batería FUENTE XM 300W Largo: 22cm Alto: 25 cm Ancho: 20cm Peso: 10.4kg Uso: Alimenta los amplificadores de la red. Se instala sobre el poste, fijándose con cinta de acero a este. Dispone de modulo UPS de respaldo ante cortes BATERIA GXL85 Largo: 23cm Alto: 21 cm Ancho: 14 cm Peso: 18kg Capacidad: 50 Ah Tiempo de respaldo: 1.8 horas Cuadro 3. Elementos adicionales de red aérea. Elaboración UNE. Análisis de utilidad 103. La subterranización y el uso de infraestructura aérea son temas íntimamente relacionados. Si las autoridades logran diseñar mecanismos para el análisis conjunto de las dos alternativas, se maximizan los beneficios generados por las TICs para las comunidades. Con el desarrollo de los mecanismos de información y toma de decisiones que se han mencionado en las secciones anteriores las autoridades territoriales se convierten en agentes con mejor capacidad de decisión, permitiendo que la expansión de las redes TICs se dé dentro un entorno de mayor racionalidad económica, permitiendo el uso más eficiente de los recursos destinados a la expansión de cobertura. I nfraestructura de bajo impacto y de emergencia Infraestructura de bajo impacto Propuesta sobre tipos especiales de infraestructura: -La infraestructura de bajo impacto y la de emergencia es importante para el despliegue de las redes de telecomunicaciones y la sostenibilidad en la prestación del servicio; el Código de Buenas Prácticas debe contener una regulación del tema que contemple una clasificación de la misma y facilidades para su instalación. -Esa regulación debe ser jerárquicamente superior a la normatividad local y por tanto debe obligar a las entidades territoriales. Diagnóstico 104. En Colombia algunas regulaciones locales incluyen excepciones a la regulación de cierto tipo de infraestructura, pero no existe regulación nacional en la materia. En la ciudad de Bogotá D.C., por ejemplo se excluyen del régimen general aquellas instalaciones sobre terrazas que no superen los 2,5 metros sobre la superficie. Sin embargo a nivel nacional no existe un marco legal que excluya ciertos tipos de infraestructura de la regulación general, impidiendo que elementos que no causen un impacto relevante puedan ser instalados sin necesidad de permisos o requisitos exigentes. 105. Esa situación impone cargas regulatorias y de control adicionales sobre las autoridades y los operadores, las cuales no tienen mayor justificación para el caso de la infraestructura que puede catalogarse como de bajo impacto. Propuesta 106. El regulador nacional debería regular la infraestructura de bajo impacto. Es conveniente que desde el orden nacional se clasifique la infraestructura de bajo impacto y las condiciones de instalación. Esa solución evita controversias que puedan suscitarse por tránsitos normativos de orden local. La regulación debe caracterizar zonas urbanas y tipos de infraestructura, y a partir de ello debe señalar en qué zona urbana, qué infraestructura es de bajo impacto y por lo tanto puede instalarse sin estar sujeta a regulación local exhaustiva. 107. La infraestructura de bajo impacto es aquella que causa un reducido impacto visual, de manera que puede ser fácilmente instalada en cualquier otra estructura preexistente. Este tipo de infraestructura puede definirse por múltiples factores, su tamaño, sus condiciones visuales, las posibilidades de adaptación, etc. En todo caso esas condiciones excepcionales permiten que tenga una regulación especial y más flexible respecto a sus condiciones y requisitos de instalación. Experiencia Internacional 108. Los países a la vanguardia regulan de manera particular la infraestructura de bajo impacto. En países como Australia la infraestructura de bajo impacto se regula desde el nivel nacional. Allí se toman determinaciones de clasificación y requisitos de instalación. Es útil diferenciar la infraestructura de bajo impacto de acuerdo a zonas de uso del suelo, pues lo que resulta de bajo impacto para una zona residencial no es lo mismo que resulta de bajo impacto para una zona industrial por ejemplo. Ese tipo de distinciones favorecen a los operadores en el nivel local. Análisis de utilidad 109. La regulación nacional de la infraestructura de bajo impacto sirve para reducir las cargas regulatorias y de control a cargo de las entidades territoriales. Facilita la unificación de normas desde una perspectiva técnica, reduciendo los escenarios de conflicto y dispersión normativa que pueden presentarse. En todo caso, como la regulación nacional debe incluir estándares de seguridad de la infraestructura de bajo impacto, se encuentran cubiertos todos los riesgos relacionados. Infraestructura temporal de emergencia 110. La infraestructura temporal de emergencia es aquella que el operador debe instalar ante un evento excepcional en su infraestructura regular. La infraestructura de telecomunicaciones está expuesta a riesgos de diversa índole que pueden ir desde vandalismo a desastres naturales. Las autoridades nacionales y territoriales y los operadores deben estar conscientes de la importancia de la continuidad del servicio, por lo que la infraestructura de emergencia debe ser autorizada y regulada. 111. En Colombia no existe regulación sobre la infraestructura de emergencia por lo que los operadores están en un entorno de inseguridad jurídica. A pesar de la importancia de la permanencia y sostenibilidad del servicio, el vacío en la regulación de instalación de infraestructura de emergencia expone a los operadores a sanciones administrativas por parte de las autoridades locales. 112. Se sugiere que se regule la instalación de infraestructura de emergencia de manera que los operadores no asuman riesgos jurídicos y económicos con su instalación. Debería permitirse la instalación bajo unos parámetros de responsabilidad civil que obligue a los operadores a garantizar la seguridad de las personas y la propiedad, sin que ello implique la solicitud de un permiso de instalación previo. C ompartición de infraestructura Compartición de infraestructura Propuesta de compartición: - Deben asignarse responsabilidades claras para los dueños de infraestructura compartida, en cuanto a la conservación del estado de la misma. Deben diseñarse mecanismos de intervención conjunta, que asociados a la compartición, pueden reducir los costos de los operadores y fomentar la masificación del servicio. Los mecanismos de control sobre los esquemas de compartición deben fortalecerse. Introducción Diagnóstico 113. La compartición de infraestructura es el mecanismo mediante el cual varios operadores de telecomunicaciones pueden desplegar sus redes mediante el aprovechamiento conjunto de un solo canal de infraestructura física. La compartición es posible y útil en todo tipo de red. Para el caso de las redes móviles se puede hacer uso compartido de elementos como las torres, antenas, mástiles o inclusive nodos y controladores; en las redes fijas se pueden compartir elementos importantes como los ductos. 114. La compartición garantiza el uso eficiente de recursos finitos dentro del sector. La infraestructura es por naturaleza un recurso finito, cuando sus condiciones técnicas se aprovechan de manera que sobre ella se presta la mayor cantidad de servicio posible, se maximiza su utilidad. De esa manera cuando, por ejemplo, un operador nuevo puede desplegar sus redes a menor costo, por cuenta de la compartición, se está generando un beneficio social considerable y positivo. 115. Dentro de los procesos de compartición se incluye una contraprestación por parte de quien aprovecha la infraestructura existente hacia quien la comparte, de manera que ambos agentes ganan. Quien cede un derecho de uso de su infraestructura adquiere el derecho a recibir una contraprestación, de esa manera empieza a recibir un ingreso que le ayuda a recuperar la inversión inicial en el despliegue de redes, de manera que a mediano plazo todos los operadores reducen sus costos de entrada al mercado pues estos son distribuidos de manera racional entre todos los agentes del mercado. Esta reducción de costos redunda en mejores condiciones de servicio para los usuarios finales y por tanto incentivos para la masificación del servicio. 116. La Legislación colombiana introduce la obligación de compartir infraestructura que tienen los operadores de TICs en varias disposiciones. Por ejemplo el numeral 3 del artículo 2 de la Ley 1341 de 2009 establece como principio orientador de la prestación de servicios TIC el uso eficiente de la infraestructura, promoviendo la compartición de la misma, dentro de un marco de viabilidad técnica y financiera. Ese principio es armónico con otras disposiciones como el artículo 14 de la Ley 555 de 2000, el 13 de la Ley 680 de 2001 y el 151 de la Ley 1151 de 2007. 117. Con ese marco normativo la Comisión de Regulación de Comunicaciones CRC expidió la Resolución 2014 de 2008 que regula las obligaciones de compartición existentes. Ese instrumento (i) reitera que la compartición es una obligación dentro de un marco de disponibilidad y viabilidad técnica; (ii) establece que la Comisión será un escenario de solución de controversias cuando las partes no logren llegar a acuerdos sobre los términos de la compartición; (iii) establece el derecho a la contraprestación económica, permitiendo los acuerdos de las partes sobre ella o estableciendo un método supletorio de determinación; (iv) impone topes de precios y; (v) impone obligaciones de capacidad de reserva para futura compartición. 118. Adicionalmente, algunas entidades territoriales como la ciudad de Bogotá, han empezado a incentivar la compartición señalándola como un mecanismo de eficiencia en la prestación del servicio. De esa manera se hace necesario fortalecer los procesos regulatorios en relación con la compartición, evitando que a nivel territorial se genere una dispersión normativa indeseable. 119. Actualmente, en los municipios no existe absoluta claridad sobre el alcance de las competencias de las autoridades locales y nacionales en materia de reglamentación de la compartición de infraestructura. Así, si bien de acuerdo con la Ley 1341 el diseño de la política general en la materia es del orden nacional, a nivel municipal se han generado confusiones sobre ello. En Bogotá por ejemplo, la Secretaría de Planeación Distrital está en proceso de expedición de normas que establecen la obligatoriedad de compartición en algunos casos, sin que se definan los elementos fundamentales tales como obligaciones de los propietarios de infraestructura, incentivos a la compartición o control de precios. La aproximación de la administración Distrital es que estos son aspectos que deben ser resueltos por los operadores, con lo cual en la práctica lo que se termina generando es una fuerte barrera de entrada al mercado, pues los operadores existentes no tienen ningún incentivo real para llegar a acuerdos razonables de compartición. 120. Es necesario considerar que en los procesos de regulación de la compartición convergen otros actores institucionales como la Comisión de Regulación de Energía y Gas CREG. Siempre que existen operadores de otros servicios públicos que también poseen infraestructura útil para compartición en TIC, es necesario tener en cuenta que los procesos de regulación que se dan en esos otros sectores impactan el de las telecomunicaciones. En lo que tiene que ver con energía por ejemplo es necesario considerar que existen normas técnicas de seguridad que deben considerarse antes de imponer obligaciones de compartición. En ese sentido, lo recomendable es que en temas de alta sensibilidad como ese, se fortalezcan las capacidades de centralización de la regulación en el nivel central, evitando que tanto entidades territoriales como los mismos operadores se separen de lo que allí se determine. 121. También es necesario reforzar algunos puntos de la regulación ya existente como los relativos a las obligaciones de los dueños de la infraestructura y los controles a la imposición de barreras de compartición. En ocasiones, los operadores se enfrentan a barreras impuestas por otros operadores, en el sentido de no permitir la compartición aludiendo la existencia de alguna dificultad que en realidad no tiene sustento técnico o fáctico. Las siguientes propuestas están elaboradas en el sentido de eliminar estos problemas. Propuestas Compartición de infraestructura aérea y postación Obligaciones de los propietarios de infraestructura 122. Los dueños de infraestructura deben tener responsabilidades claras definidas en relación con el mantenimiento de su propia infraestructura. De manera general los dueños de infraestructura deben garantizar que la red se mantenga apta para el despliegue de elementos. De allí que deben estar comprometidos con realizar o por lo menos permitir el reemplazo de elementos y las reparaciones necesarias. 123. Sin embargo, debe entenderse que esa responsabilidad no es absoluta pues debe ajustarse a la viabilidad financiera de la intervención, de manera que no se afecten los planes de expansión de cada operador. Ello quiere decir que no podrá obligarse al operador a mejorar elementos de su red si no tiene un interés comercial o el gasto está previsto dentro de sus planes de mejoramiento ordinarios. 124. La alternativa cuando el dueño de la infraestructura no puede realizar las mejoras a cargo de sus propios recursos, es que quien tiene la necesidad de compartición asuma el costo. En este caso es recomendable que, con el fin de proteger la integridad de la red y reducir los daños que pueden causarse en la misma, sea su propietario quien coordine o adelante los trabajos, pero con el valor a cargo de quien solicita el uso compartido. 125. La viabilidad de esta propuesta depende de que los operadores diseñen de manera coordinada mecanismos de interlocución que les permitan coordinar los trabajos sobre las redes y la distribución de sus costos. Compartición de infraestructura subterranizada 126. En la sección de este documento dedicada a la subterranización se propuso dividir zonas de expansión de redes subterráneas, de manera que los costos sean asumidos de manera conjunta entre varios operadores. En términos de compartición, para que dicha propuesta sea viable, es necesario que las entidades territoriales que coordinen esos procesos de intervención de responsabilidad compartida se aseguren, desde el momento en que estos se empiezan a estructurar, que todos los operadores respetarán la obligación de compartición que se genera a futuro. 127. Lo conveniente sería que desde el momento en que se planifican los procesos de intervención, los operadores suscribieran acuerdos de compartición. Estos acuerdos deben contener como mínimo el compromiso de compartir la infraestructura y una metodología adecuada para estimar la compensación o contraprestación económica que se generará a favor de cada operador. 128. Adicionalmente, el acuerdo inicial debe establecer unas condiciones técnicas uniformes para la intervención subterránea. Esto de manera que una vez concluido el proceso, todos los operadores participantes tengan certeza de que las redes construidas son útiles para sus propios requerimientos de expansión. Controles necesarios 129. En los antecedentes se mencionó la existencia de ciertas barreras asociadas a la negativa injustificada de ciertos operadores a compartir infraestructura. Esto se presenta porque a pesar de que el marco legal obliga a compartir, este mismo tiene un régimen de excepcionalidad amplio pues sujeta la obligación a la posibilidad técnica o a la disponibilidad, sin fijar criterios respecto a esas variables. Así las cosas, son muchas las razones que pueden alegar los operadores para negar la compartición. 130. Debe generarse conciencia en las entidades territoriales y los operadores sobre la utilización del mecanismo de solución de controversias de que trata la Ley 1341 de 2009 para que de manera imparcial, informada y técnica, dicha entidad tenga la última palabra en temas de compartición. La CRC servirá entonces como instancia para desarrollar un mecanismo fuerte de solución de controversias, cuyas decisiones tengan un sustento técnico fuerte, sean imparciales y cuyo cumplimiento sea exigible. 131. Esta instancia debe analizar las objeciones a la compartición presentadas por el dueño de la infraestructura. Si encuentra que ellas no tienen sustento técnico o fáctico suficiente debe tener la capacidad de llevar a un punto conciliatorio a las partes en disputa, de lo contrario debe estar en capacidad de imponer la obligación de compartición o de servidumbre sobre la infraestructura a partir de un análisis basado en la prevalencia del servicio. 132. En la sección de contexto también se señaló que el marco legal actual permite que se impongan topes sobre los valores que los operadores cobran como contraprestación por el uso compartido de la infraestructura. Sin embargo también se señaló que dentro del esquema institucional hay varias entidades con competencia legal sobre estos procesos, por ejemplo, la CREG con anterioridad a lo dispuesto en la Ley 1341 de 2009, podía regular los precios que establecen sus propios regulados. Aunque la competencia de regulación de la infraestructura es ahora competencia de la CRC, en la actualidad no se ha expedido un régimen que abarque el uso de infraestructura de energía y telecomunicaciones para el tendido de redes de telecomunicaciones, régimen que en este momento se encuentra en estudio por parte de la CRC en colaboración con la CREG. 133. La propuesta en este caso es que se agilice la expedición del régimen común del uso de la infraestructura apta para telecomunicaciones. Se deben establecer mecanismos técnicos para determinar los topes tarifarios máximos y la imposibilidad de restricciones técnicas en su utilización que no estén técnicamente sustentadas. Lo ideal es que la CRC ya incorpore en su propuesta la inviabilidad de condicionamientos técnicos basados incompatibilidades de infraestructura de energía y telecomunicaciones en la medida en que ya exista evidencia de que dichas inviabilidades no tienen sustento técnico. N ormatividad asociada a la obtención de licencias y permisos urbanísticos para la instalación de infraestructura. Normatividad asociada a la obtención de licencias y permisos urbanísticos para la instalación de infraestructura Propuesta sobre normatividad pertinente. - - El Código de Buenas Prácticas debe incluir una explicación y aclaración de las competencias a cargo de las diferentes autoridades, separando aquello que es del resorte del Gobierno Nacional o de alguna otra entidad del orden nacional, de aquello que le compete regular a los entes territoriales. Capacitar a las administraciones locales para que tengan claridad sobre los 3 tipos distintos de licencias y permisos, y que se aclare a nivel general que no siempre procede la obtención de una licencia de construcción y/o de ocupación de espacio público. Marco normativo asociado a la obtención de licencias y permisos urbanísticos para la instalación de infraestructura: multiplicidad de principios y normas involucradas, y creación de barreras de facto al despliegue de nueva infraestructura Diagnóstico 134. El marco normativo en el cual deben analizarse los problemas y soluciones frente a las barreras existentes a la instalación de infraestructura es complejo en la medida en que involucra autoridades de diferente nivel (entes nacionales y territoriales y en cada uno de ellos varias autoridades específicas), diferentes temáticas (promoción de las TICs, desarrollo urbanístico sostenible, salud humana), y diferente rango legal, sin que exista un principio o política que prime sobre los demás. Por ello, como en pocos temas, se debe desarrollar un trabajo de comprensión integral y de armonización de los regímenes involucrados. En este capítulo se hace un recuento del marco normativo integral que orienta el tema de la instalación de infraestructura y se señalan las dificultades derivadas de esta multiplicidad de aproximaciones. 135. En primer lugar, tenemos las normas y políticas sobre masificación de las TICs. Estas son normas generales que imponen una obligación más política que normativa a nivel nacional y territorial, lo cual le resta exigibilidad pues resultan más claras para la administración obligaciones expresas relacionadas con la protección de la salud o la conservación de un entorno urbano armónico, sobre las cuales la comunidad tiende a ejercer alta presión. Tal y como se mencionó en capítulos anteriores, es claro a nivel de política – y ello está reflejado en lo normativo- el interés primordial por la masificación de las TICs y la eliminación de barreras para el cumplimiento de este objetivo. Así, el artículo 2 de la Ley 1341 de 2009 establece que “El Estado fomentará el despliegue y uso eficiente de la infraestructura para la provisión de redes de telecomunicaciones y los servicios que sobre ellas se puedan prestar, y promoverá el óptimo aprovechamiento de los recursos escasos (…)”. Ese mismo artículo impone obligaciones genéricas a las entidades del orden nacional y territorial, las cuales “(…) están obligadas a adoptar todas las medidas que sean necesarias para facilitar y garantizar el desarrollo de la infraestructura requerida, estableciendo las garantías y medidas necesarias que contribuyan en la prevención, cuidado y conservación para que no se deteriore el patrimonio público y el interés general”. Sin embargo, a nivel práctico, estas obligaciones se convierten en declaraciones de voluntad en los planes de desarrollo municipales, pero no se traducen en objetivos concretos y medibles. Lo anterior, con el agravante de que temas como la salud o el aspecto visual de los municipios son realidades mucho más inmediatas para los ciudadanos, convirtiéndose por ende en la real prioridad de los gobernantes municipales. 136. En segundo lugar, se encuentran las normas sobre ordenamiento territorial, que buscan fortalecer las competencias municipales para definir el desarrollo urbano (por ejemplo usos del suelo). En la práctica, la regulación urbanística en los municipios tiende a ser restrictiva frente a la posibilidad de nuevas instalaciones ya sea (i) mediante normas excesivamente estrictas en materia de uso del suelo (por ejemplo prohibiendo por completo la existencia de antenas en zonas residenciales) o (ii) mediante la imposición de prohibiciones o limitantes que se refieren, más que al ordenamiento, a aspectos tales como la salud humana o la seguridad en las instalaciones de infraestructura. El artículo 311 de la constitución política de Colombia delega en los municipios la potestad de definir los aspectos fundamentales del ordenamiento urbano: “Al municipio como entidad fundamental de la división político-administrativa del Estado le corresponde (…) ordenar el desarrollo de su territorio (…)”. El artículo 313 atribuye a los Concejos la facultad de “Reglamentar los usos del suelo (…).” Por su parte, la Ley 388 es clara en reafirmar el carácter eminentemente descentralizado de las facultades relacionadas con el ordenamiento del territorio: “El ordenamiento del territorio municipal y distrital comprende un conjunto de acciones políticoadministrativas y de planificación física concertadas, emprendidas por los municipios o distritos y áreas metropolitanas, en ejercicio de la función pública que les compete, dentro de los límites fijados por la Constitución y las leyes, en orden a disponer de instrumentos eficientes para orientar el desarrollo del territorio bajo su jurisdicción y regular la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo socioeconómico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales.” (negrilla y subrayado fuera del texto). 137. Con base en lo anterior, se entiende que temas de la naturaleza misma del ordenamiento territorial tales como los usos del suelo deben ser definidos por los municipios. No existe discusión sobre el alcance de esta competencia. Las observaciones que se pueden hacer tienen que ver con la forma en que se aproximan algunos municipios a esta regulación de usos del suelo. La tendencia es a asociar de manera absoluta la instalación de infraestructura con destinaciones comerciales o industriales (en términos urbanísticos). Como consecuencia de ello, es cada vez más común encontrar restricciones absolutas a la instalación de cualquier tipo de infraestructura fuera de las zonas consideradas de alto o mediando impacto (en términos urbanísticos), tal y como ocurre en Pasto, Ibagué, Bucaramanga o Neiva entre otras ciudades, dificultando o impidiendo el despliegue de redes en zonas residenciales. 138. Aunque es indiscutible la competencia municipal sobre usos del suelo, hay vacíos con respecto al alcance de las facultades municipales en otros temas tales como la protección de la salud, o los aspectos técnicos relacionados con la instalación de infraestructura. Este vacío se ha resuelto en la práctica de acuerdo con el criterio de cada uno de los municipios. Así, mientras en ciudades como Bogotá la administración tiende a asumir facultades amplias con respecto a todos los temas que directa o tangencialmente se relacionen con el despliegue de infraestructura, en otros municipios se limitan a definir el uso del suelo y dejan en manos de la autoridad nacional el otorgamiento de cualquier otro permiso adicional (por ejemplo en Villavicencio). Ello se refleja en la expedición de multiplicidad de normas con enfoques opuestos, con aproximaciones técnicas diversas, lo que se traduce en la imposición de barreras de facto al despliegue de infraestructura. Pues adaptarse a tantos enfoques normativos diversos implica para los operadores la generación de planes de expansión comercial y técnica absolutamente distintos para cada Municipio. Lo anterior, sin contar con el desgaste y dificultad de uniformizar procedimientos administrativos y el consecuente aumento en costos de operación y retraso en los procesos de expansión. 139. En tercer lugar, encontramos en el ámbito de las normas de protección al medio ambiente un énfasis claro en la preeminencia de las facultades del nivel nacional sobre el local, lo cual riñe con la situación actual, en la que cada autoridad municipal define sus propios criterios. La Constitución Nacional, en sus artículos 79 y 80 dispone que “todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano y corresponde al Estado prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental.” La Ley 388 de 1997 a su turno limita el contenido de los planes de ordenamiento territorial en su componente ambiental al establecer que dichos planes “deberán tener en cuenta las siguientes determinantes, que constituyen normas de superior jerarquía, en sus propios ámbitos de competencia, de acuerdo con la Constitución y las leyes: 1. Las relacionadas con la conservación y protección del medio ambiente, los recursos naturales la prevención de amenazas y riesgos naturales, así: a) Las directrices, normas y reglamentos expedidos en ejercicio de sus respectivas facultades legales, por las entidades del Sistema Nacional Ambiental, en los aspectos relacionados con el ordenamiento espacial del territorio, de acuerdo con la Ley 99 de 1993 y el Código de Recursos Naturales, tales como las limitaciones derivadas de estatuto de zonificación de uso adecuado del territorio y las regulaciones nacionales sobre uso del suelo en lo concerniente exclusivamente a sus aspectos ambientales (…).” 140. En este punto particular (el de la protección del medio ambiente), las autoridades locales tienden a aplicar de manera general (y en muchas ocasiones sin fundamentos técnicos) el Principio de Precaución como medida para prevenir potenciales riesgos a la salud humana. El artículo 1º, numeral 6º de la Ley 99 de 1993 replica el principio internacional de Precaución de acuerdo con el cual “cuando exista peligro de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente.” Este principio tiende a ser usado como argumentación por parte de Concejos Municipales y Oficinas de Planeación para establecer normas que restringen la instalación de antenas en ciertos lugares (en cercanía de colegios, centros geriátricos y otros), sin atender al hecho de que tanto a nivel internacional como nacional (mediante el Decreto 195 de 2005) se han establecido los parámetros científicos con base en los cuales se debe analizar la potencial peligrosidad de una instalación de telecomunicaciones. 141. Con base en la prevalencia de las competencias nacionales y la existencia de parámetros científicos reconocidos a nivel internacional (en recomendaciones de la UIT y estudios de la OMS), se debería dar aplicación rigurosa al Decreto 195 de 2005 y la Resolución 1645 de 2005. El decreto 195 y la Resolución 1645 de 2005 traen una definición minuciosa de los límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos y definen procedimientos para la instalación de estaciones radioeléctricas, sustentados en amplios estudios hechos a nivel internacional por la UIT y la OMS. 142. En cuarto lugar, el marco general normativo está conformado igualmente por las normas sobre seguridad aeronáutica, las cuales tienen un carácter prevalente sobre cualquier principio de desarrollo urbano. El Código de Comercio, en sus artículos 1776 y 1777 trae la definición según la cual la Aeronáutica Civil se declara de utilidad pública y define que “el Gobierno podrá prohibir, condicionar o restringir, por razones de interés público la utilización de los espacios, la navegación aérea sobre determinadas regiones, el uso de ciertas aeronaves o el transporte de determinadas cosas.” En diferentes normas y Reglamentos Aeronáuticos se ratifica que cualquier tipo de normatividad asociada al ordenamiento territorial o la salud debe supeditarse ante todo a las normas expedidas por la Aeronáutica Civil. En este orden de ideas, las administraciones locales no pueden definir normas de seguridad (por ej. en cuanto a altura o ubicación) distintas a las de la Aeronáutica, y en lo que atañe a mimetización, cualquier política o normatividad en la materia debe ser concertada a nivel nacional y de manera previa con la Aeronáutica. En esta materia el caso de Bogotá es particularmente complejo en la medida en que la administración distrital ha asumido amplias competencias sobre la política de mimetización y se encuentra a punto de expedir normas obligando a los operadores a mimetizar de manera indiscriminada sus redes inalámbricas, lo cual supone inversiones millonarias y riesgos a nivel técnico. 143. En quinto lugar, se debe enmarcar cualquier proceso normativo en la reglamentación sobre requisitos y procedimientos para la expedición de permisos de instalación de infraestructura. Es necesario señalar que existe una confusión en la mayoría de los entes territoriales sobre el tipo de permiso y normatividad aplicable a dichos permisos. Los entes municipales no diferencian claramente: (i) las licencias urbanísticas de construcción, (ii) las licencias para la intervención del espacio público y (iii) los permisos para instalación de infraestructura en casos distintos a los dos anteriores (por ej. en el caso de antenas sobre edificios). Las licencias y permisos urbanísticos que deben obtener los operadores de telecomunicaciones para la instalación de infraestructura son de tres tipos: (i) licencias de construcción, que son las autorizaciones previas “para desarrollar edificaciones, áreas de circulación y zonas comunales en uno o varios predios” (tal y como ocurre por ejemplo en el caso de torres sobre suelo). Las licencias de construcción se encuentran reguladas a nivel nacional por el Decreto 1469 de 2010, su alcance está claro y la competencia para su otorgamiento está concedida de manera expresa a los curadores urbanos. Estos funcionarios, a su vez, deben otorgar las licencias con base en las normas de uso de suelo definidas por las administraciones locales; (ii) licencias de intervención y ocupación del espacio público, que son las autorizaciones previas “para ocupar o para intervenir bienes de uso público incluidos en el espacio público” (tal y como ocurre cuando es necesario subterranizar infraestructura). Las licencias de intervención y ocupación del espacio público se encuentran reguladas a nivel nacional por el Decreto 1469 de 2010, y su competencia está en cabeza de los municipios y distritos, que la ejercen usualmente a través de sus oficinas de planeación; (iii) por último, tenemos la normatividad y prácticas asociadas a la instalación de infraestructura que no corresponde a intervención del espacio público ni a licencias de construcción. Así, el decreto 992 de 1996, reglamentario del Decreto Ley 2150 de 1995, buscó traer claridad sobre el punto al reconocer la diferencia entre las licencias urbanísticas y los permisos para la instalación de antenas u otros elementos, introduciendo un artículo con el que facultó a las administraciones municipales y distritales para “para aprobar el diseño de los elementos de amoblamiento urbano y la ocupación temporal o permanente del espacio con redes de servicios públicos y comunicaciones, antenas parabólicas, repetidoras, etc., cuando ello se requiera”. Sin embargo, dicho artículo fue derogado por el decreto 1052 de 1998, quedando entonces un vacío en cuanto a la definición expresa de competencias con base en las cuales las autoridades municipales definen lo atinente a la ocupación temporal o permanente del espacio con redes de servicios públicos y comunicaciones, antenas parabólicas, repetidoras etc. Propuesta 144. El Código de Buenas Prácticas debe incluir una explicación y aclaración de las competencias a cargo de las diferentes autoridades, separando aquello que es del resorte del Gobierno Nacional o de alguna otra entidad del orden nacional, de aquello que le compete regular a los entes territoriales. Esta distribución de competencias debería operar en términos generales como se indica a continuación: TEMA COMPETENCIA HERRAMIENTA NORMATIVA Política sobre masificación Gobierno Nacional de las TICs y definición de Ministerio de TICs indicadores (que lo hagan – Política (Plan Vive Digital) exigible) para los Conpes entes territoriales Lineamientos guiar territorial el que deben Gobierno Nacional – Código de Buenas Prácticas ordenamiento Ministerio de TICs – CRC frente a la – ANE en concurso con instalación de infraestructura actores interesados y entidades territoriales según Documento de Política Pública de Infraestructura de UNE. Impacto sobre la salud Gobierno Nacional – Decreto Ministerio de y reglamentarias, o aquellas que eventualmente TICs 195 y normas Ministerio las sustituyan en caso de que de Salud se defina que herramienta es para una aportar claridad al marco jurídico de despliegue de infraestructura Requisitos de seguridad y Gobierno Nacional – Decreto o Resolución y en el técnicos de las instalaciones de – caso Ministerio Aeronáutica Civil TICs de la Aeronáutica Reglamentos Técnicos, en los que se definan las características técnicas que deben cumplir las instalaciones de acuerdo con el tipo de tecnología Normas de uso del suelo Municipios que podrán Acuerdos del Concejo y considerar los lineamientos Decretos de la Alcaldía, generales de instalación de atendiendo a limitaciones de infraestructura dispuestas competencia en las normas nacionales. atendiendo reseñados a y buenas prácticas consignadas en el Código de Buenas Prácticas Aclaración de las Gobierno Nacional – Modificación del Decreto competencias nacionales y Ministerio de TICs 195 (artículo 16), basado en municipales en relación con lo establecido en el Código la definición de requisitos de Buenas Prácticas expedido para licencias o permisos de por la CRC instalación (discriminando licencias de construcción, licencias de intervención y ocupación público del y instalación espacio permisos de de otros elementos) Cuadro 4. Propuesta de distribución de competencias entre autoridades. Experiencia internacional 145. El estudio de casos internacionales permite ver cómo se puede dar una mejor práctica de la distribución de las competencias normativas en la materia entre los niveles centrales y locales, de acuerdo con el campo de especialización de cada entidad. Así por ejemplo, en los casos de Australia o de la India, a nivel nacional se expiden: (i) normas nacionales sobre desarrollo del sector; (ii) código de buenas prácticas nacional sobre todos los aspectos inherentes a la instalación de infraestructura; (iii) normas desde el nivel central sobre temas de salud. Por su parte, las autoridades locales tienen plenas facultades para: (i) regular los requerimientos netamente urbanísticos (y para ello pueden hacer uso de las recomendaciones contenidas a nivel del Código de Buenas Prácticas) y (ii) para reglamentar y otorgar los permisos locales. Análisis de utilidad 146. La re-definición o aclaración de las competencias en cabeza de los entes nacionales y territoriales permite esperar una definición más rigurosa y adecuada de las reglas para la instalación de infraestructura. En la actualidad, la falta de certeza sobre la distribución de competencias ha hecho que los municipios en algunos casos interpreten que deben regular todos los aspectos inherentes al despliegue de infraestructura, y en su labor de regulación adoptan una aproximación conservadora y preventiva en la regulación de los aspectos ligados al despliegue de infraestructura. Estos desarrollos responden a: (i) la falta de información técnica suficiente y a (ii) la necesidad de responder a las inquietudes permanentes de la comunidad. La divulgación, mediante el Código de Buenas Prácticas, del esquema claro de competencias, atribuyendo a cada entidad aquello que es de su resorte y sobre lo cual tiene el conocimiento especializado, permitirá una racionalización en la definición de los requisitos, así como una mayor agilidad al permitir que la entidad respectiva asuma la validación del requisito correspondiente (así, no tendrían ya los entes de planeación que entrar a analizar normas técnicas sobre impacto a la salud, ni requerimientos técnicos esenciales de las características de las antenas o torres por ejemplo). Análisis de requisitos exigidos para la aprobación de despliegue de nueva infraestructura: en un gran número de municipios los requisitos se caracterizan por ser excesivos y en muchos casos dichos requisitos no son pertinentes para evaluar la instalación de nueva infraestructura. Diagnóstico 147. Las normas y procedimientos para la obtención de permisos urbanísticos son en gran número de municipios inadecuados tanto para facilitar el despliegue de infraestructura como para cumplir con los objetivos de protección de la salud y de desarrollo urbano armónico. Los requisitos tienden a ser excesivos y anti técnicos por diversas razones: (i) por la confusión que existe entre los diferentes tipos de permisos (de acuerdo con el tipo de red y de intervención requerida para su instalación); (ii) por la confusión existente entre las competencias del nivel nacional y del nivel local, o (iii) por el desconocimiento de los aspectos técnicos. Así por ejemplo, encontramos problemas tales como: (i) la solicitud de documentación excesiva, que no se relaciona con el tema de la infraestructura (comprobar el pago del predial de los últimos 5 años, presentar permisos de las copropiedades); (ii) la definición de exigencias de instalación que no están soportadas en fundamentos técnicos (altura máxima de una instalación, distancia mínima entre diferentes antenas); (iii) la exigencia de obtener licencias de construcción en casos en los que de acuerdo con las normas legales ello no procede (es decir, en los casos de instalación de antenas sobre edificios); (iv) la revisión de los aspectos técnicos (evaluación estructural, diseño etc.) de acuerdo con criterios subjetivos, que cambian de funcionario en funcionario. 148. Esta diversidad y antitecnicismo en los requisitos y procedimientos genera altos costos tanto para los operadores como para la comunidad pues: (i) los operadores se ven enfrentados al retraso y en algunos casos a la imposibilidad de obtener los permisos requeridos y (ii) ello se traduce en la imposibilidad para la comunidad de acceder a más y mejores servicios. Propuesta 149. A continuación se presenta una clasificación del tipo de requisitos usuales, la problemática asociada y la propuesta para ser incluida en el Código de Buenas Prácticas. Debemos anotar que esta clasificación y análisis debería hacerse de manera separada para cada tipo de permiso (licencia de construcción, licencia de intervención y ocupación del espacio público y permiso de instalación de infraestructura de telecomunicaciones). Sin embargo, dado que en un gran número de municipios se confunden los tres tipos de permisos, se hará una clasificación única general. TIPO DE REQUISITO JURÍDICO REQUISITO ESPECÍFICO Certificado de existencia y representación del solicitante y poder de quien presenta la solicitud Certificado de libertad y tradición Certificado catastral Licencia de construcción del inmueble (en el caso de antenas) NECESIDAD JURÍDICO Comunicaciones a vecinos NO OTROS Licencia de construcción previa para todos los casos (incluida instalación de antenas sobre edificios) SI cuando se requiere JURÍDICO JURÍDICO JURÍDICO TECNICO Evaluación estructural PROPUESTA SI SI SI SI NO en los casos de instalación de antenas sobre edificios SI Es vital capacitar a las administraciones locales para que tengan claridad sobre los 3 tipos distintos de licencias y permisos, y que se aclare a nivel general que no siempre procede la obtención de una licencia de construcción y/o de ocupación de espacio público. Se supliría con la ubicación de un aviso en el predio. Esto equivale a confundir las características de la licencia de construcción con los permisos para instalación de antenas. Este y los siguientes requisitos técnicos son necesarios. Sin embargo, la dificultad se presenta al momento de la evaluación por parte de cada funcionario (criterios subjetivos). Se propone buscar un organismo TECNICO TECNICO TECNICO TECNICO Diseño de la torre o antena Estudio de suelos Estudio de cimentación Diseño de la torre o monopolo Evaluación de cargas Garantía de no interferencia Planos del IGAC con identificación de puntos Ubicación georreferenciada SI SI SI SI OTROS Publicación en un diario de amplia circulación NO OTROS OTROS Plano de loteo Recibo de pago del predial SI NO OTROS Actas de Asambleas de copropiedad NO TECNICO TECNICO OTROS OTROS SI SI NO NO técnico a nivel nacional que certifique los estudios realizados, de manera que la autoridad municipal no deba entrar a revisar cada estudio sino revisar que esté el visto bueno otorgado por dicho organismo técnico. Otra alternativa es que el Comité Interinstitucional puede crear una oficina de asesoramiento técnico que supla esta necesidad y que establezca un manual uniforme de análisis de las condiciones técnicas. Mismo comentario Mismo comentario Mismo comentario Mismo comentario Mismo comentario En la revisión previa en la Aeronáutica ya se presenta y evalúa este requisito En la revisión previa en la Aeronáutica ya se presenta y evalúa este requisito Es un mecanismo ineficiente, que no tiene ningún efecto. Se propone reemplazar por un aviso en el lugar de la instalación Esto equivale a convertir la oficina de planeación en una ventanilla única en la cual se evalúan aspectos distintos al urbanístico, tal como este aspecto fiscal Se trata de un elemento de la relación contractual entre el operador y el privado. Se sugiere que el operador certifique que tiene todos los permisos necesarios, so pena de revocatoria de la licencia o permiso. Cuadro 5. Requisitos usuales para instalación de infraestructura y propuesta de simplificación. Experiencia internacional 150. La “Western Australian Planning Commission” ha expedido normas como el “Planning Bulletin” No 46 del año 2000, o el “Statement of Planning Policy No. 5.2” en el cual sugiere unos criterios de estandarización de requisitos. En particular, el Statement of Planning Policy No. 5.2 tiene como uno de sus objetivos primordiales “promover una aproximación consistente en la preparación, análisis y decisión de los permisos de las autoridades de planeación para la aprobación de instalación de infraestructura.” En consonancia con ello, el documento trae una lista exhaustiva de los requisitos y pasos a seguir para dichos permisos, clasificando dichos requisitos según el tipo de infraestructura. Análisis de utilidad 151. La estandarización de los requisitos y trámites específicos para la obtención de los permisos permitirá: (i) eliminar la barrera que se crea a la masificación de las TICs mediante la imposición de requisitos de difícil o imposible cumplimiento (ii) hacer más eficiente y ágil el proceso de expansión de TICs, con los consecuentes beneficios para la comunidad y los municipios en general (iii) suministrar a los funcionarios municipales un marco legal claro y seguro para ellos (en términos de sus responsabilidades) que les permita adoptar prácticas de autorización más eficientes sin por ello asumir riesgos en su gestión. Mejores Prácticas en interlocución con Stakeholders 3 Capítulo 3. Mejores prácticas en interlocución con stakeholders Introducción 152. Este capítulo presenta propuestas respecto al tipo de relación que deben tener los operadores con agentes relevantes dentro del proceso de instalación de infraestructura. En particular se abordan las relaciones de los operadores con las comunidades locales y con las autoridades territoriales. Se exploran los temas centrales que deben tenerse en cuenta en cada caso y a partir del diagnóstico de la situación actual se proponen prácticas que pueden adoptar los operadores con el fin de reducir las barreras que se presentan por la ausencia de relación o de coordinación con otros agentes. 153. El objetivo es sentar las bases iniciales para el diseño de una estrategia de intervención y manejo de las barreras que se generan en la relación con interesados en los procesos de instalación de infraestructura. 154. Se presentan dos secciones, la primera dedicada exclusivamente a la relación con las comunidades locales, la segunda con las autoridades locales. S ección 1: Relación con comunidades locales Primera sección Relación con comunidades locales Propuesta frente a la relación con las comunidades: -Los operadores deben tener un rol más activo de cara a la comunidad, pero de la mano de las autoridades nacionales y municipales, para evitar la negociación operadores-comunidad, para eso pueden hacer uso de las jornadas de capacitación propuestas en el Documento de Política Pública de UNE. Este rol debe basarse en: Fortalecer sustento técnico Socializarlo de manera comprensible para la comunidad Trabajar de la mano de los municipios Adelantar más capacitaciones y divulgaciones Actuar con transparencia (portales con información actualizada de manera permanente) Adelantar monitoreos cuando sea requerido Estrategias puntuales para “grupos sensibles”, de la mano de las autoridades municipales. Diagnóstico 155. Uno de los aspectos cruciales para lograr consenso en la estructuración de una política pública integral en la cual se comprometan los entes territoriales es el tema de la relación con las comunidades locales y la atención cuidadosa de sus inquietudes. La experiencia de los operadores enseña que la comunidad en general tiene una alta prevención hacia la instalación de cualquier tipo de infraestructura, y que esta prevención es amplificada por los medios de comunicación. Sus inquietudes primordiales se concentran en: Salud: efectos de las radiaciones sobre la salud humana, y de manera particular sobre los niños y adultos mayores. Se debe anotar que la preocupación está centrada no sólo en la emisión de las antenas sino también de las plantas y demás elementos conexos a la infraestructura instalada. Aspectos urbanísticos: la estética de la ciudad, de sus barrios, y en particular la afectación de las zonas residenciales. Seguridad: la afectación a las estructuras sobre las cuáles se instalan (por ej. azoteas de edificios) y sobre las personas (en caso de fallas en la estabilidad). 156. El tratamiento que se le ha dado en Colombia a la relación con las comunidades está caracterizado por el establecimiento de unas normas y procedimientos que a nivel formal parecen generar mecanismos para equilibrar la necesidad del desarrollo de las telecomunicaciones con las inquietudes de la comunidad. Las soluciones que se dan a nivel normativo son: 157. Obligación de las Alcaldías y oficinas de Planeación de desarrollar procesos de participación en la construcción de las normas urbanísticas que permitan llegar a soluciones convenientes tanto para la comunidad como para los operadores. 158. Reconocimiento de los derechos a la salud, a un ambiente sano, a un desarrollo urbano que posibilite a los habitantes el acceso a los servicios públicos domiciliarios, así como a un mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes. Un ejemplo de ello es la Ley 388 de 1997. 159. Por ejemplo, en lo que atañe a la salud, el decreto 195 de 2005 contiene los límites de exposición de las personas a campos electromagnéticos. Sin embargo, el mensaje es excesivamente técnico, de bajo impacto y poco apropiado para los entes territoriales y la comunidad, los cuales operan más desde un tema de presiones comunidad-operadores-necesidad de comunicaciones. Así por ej. en el caso de Santa Martha la negativa de la administración a la legalización de antenas se mantuvo sólo hasta el momento en el cual la misma comunidad reclamó por la pésima calidad en las comunicaciones. 160. A pesar de esas herramientas formales, las Alcaldías y Oficinas de Planeación en muchos casos no vinculan a los operadores a los procesos de concertación, y cuando lo hacen, tienden a atender con mayor facilidad las demandas de restricción de despliegue de redes. Lo anterior se da porque las entidades: (i) no cuentan con una política pública clara sobre el tema; (ii) carecen de suficientes conocimientos técnico-normativos y (iii) a nivel político, tienen un mayor incentivo a promover la aprobación de la comunidad de su gestión. 161. Las medidas tomadas a nivel local por Concejos Municipales y Alcaldías en los POT y/o en los Esquemas de Ordenamiento Territorial de cada Municipio se concentran en: (i) restringir la instalación de antenas a una distancia superior a 200 o 250 metros de, entre otros, colegios, universidades, hospitales, iglesias y cárceles; (ii) prohibir la instalación en zonas residenciales (sobre este último punto, cabe señalar que esta prohibición en zonas residenciales obedece tanto a la preocupación por los efectos sobre la salud, como por el impacto urbanístico, sin que se diga de manera clara en cada caso la fundamentación para la restricción); (iii) solicitar medidas indiscriminadas (esto es, que no toman en cuenta particularidades) para reducir el impacto urbanístico, tales como subterranización, mimetización y camuflaje, y (iv) exigir requisitos técnicos excesivos, cuya validez en muchos casos queda sujeta a la decisión discrecional del respectivo funcionario. 162. Estas medidas no cuentan con sustentos claros a nivel técnico-normativo. Así, tanto los concejos al discutir las normas de los POT y/o de los EOT, como las Alcaldías y las Oficinas de Planeación al reglamentar, establecen en sus considerandos principios de carácter absolutamente general relacionados con la salud y el medio ambiente, pero sin fundamentar de manera clara las razones para las medidas específicas. En particular, en ninguna de las normas se aclara porqué no se toman como referente los límites de exposición establecidos a nivel nacional por el decreto 195 de 2005. Tampoco se encuentran fundamentos técnicos sobre las razones que llevan a prohibir la instalación de cualquier infraestructura de telecomunicaciones en zonas residenciales, siendo en muchos casos una reacción a la presión de la comunidad. 163. Adicionalmente, en la reglamentación de los procesos de obtención de permisos locales, las administraciones exigen a los operadores notificar a los vecinos potenciales de la infraestructura a instalar y adelantar procesos de socialización. En la medida en que estos procesos no vienen respaldados por los Municipios, se convierten en escenario de negociaciones directas vecinos-operadores que usualmente solo logran acrecentar la desconfianza de los residentes de las diferentes zonas. Propuesta relativa a protección a la salud 164. En lo que tiene que ver con la protección a la salud humana, es necesario que las autoridades nacionales produzcan y difundan información confiable en torno a los tipos de radiaciones que produce la industria de TICs y sus riesgos asociados. La ANE y la CRC deben continuar coordinar un programa de difusión de información hacia las entidades territoriales y la comunidad, por medio del cual estas puedan enterarse con fundamentos técnicos, pero con un mensaje comprensible, sobre los riesgos reales de las emisiones que producen las instalaciones de telecomunicaciones. 165. Por su parte, los operadores deben garantizar que sus instalaciones cumplen con las normas de niveles de emisión. Por medio de comunicados públicos, que fomenten la transparencia de los operadores, se debe informar a la comunidad el tipo de infraestructura que se instala, y en apoyo con los programas públicos propuestos antes, se debe expresar el tipo de riesgo que tiene la infraestructura. Adicionalmente, los operadores deben tomar las medidas necesarias para evitar que el público tenga acceso a las zonas de mayor radiación cuando ella genere un impacto relevante sobre la salud. 166. En todo caso, debe garantizarse que la información se difunda de una manera sencilla, comprensible para la comunidad. Más allá de los niveles de radiación, se deben dar explicaciones simples para, por ejemplo, concientizar tanto a las administraciones municipales como a la comunidad que las antenas deben estar en lugares en los que técnicamente la señal funcione (sin obstrucciones) y que en la medida en que (i) no haya obstrucciones (ii) haya mayor número de celdas cercanas, es posible que la radiación sea menor. Incluso, se debe hacer énfasis en el hecho de que en las zonas de menor uso las celdas son de mayor tamaño y alcance, generan mayor radiación y están sobre torres y antenas de gran tamaño e impacto visual. 167. Adicionalmente, se debe fortalecer la transparencia por medio de la información constante. Se recomienda a los operadores mantener información actualizada sobre los últimos estudios en la materia y, en caso de ser solicitado, suministrar a quien lo requiera la información detallada sobre las características técnicas de su instalación. 168. También se recomienda reconocer la existencia de “lugares sensibles” (“community sensitive locations”) tales como colegios, hospitales, universidades. En estos casos, más allá de los argumentos técnicos, se deben desarrollar estrategias orientadas a reducir el impacto psicológico. Se deben desarrollar estrategias más puntuales que pueden involucrar acciones tales como mediciones permanentes o puntuales de niveles de emisión, en un esquema de transparencia y publicidad. Lo anterior no elimina la necesidad de que las autoridades competentes en cada Municipio desarrollen sus propias mediciones y monitoreos, y de hecho éste es considerado un elemento fundamental para generar confianza por parte de la comunidad. 169. Por último, existe la posibilidad de realizar mediciones en casos de extrema sensibilidad y preocupación y se puede mantener esa información disponible para el público. Experiencia Internacional en protección a la salud 170. En lo que tiene que ver con protección a la salud, en todos los países consultados existe una centralización de las normas sobre niveles de emisión, adoptando de manera general recomendaciones del ICNIRP (Internacional Commission on Non-Ionizing Radiation Protection) y la OMS (Organización Mundial de la Salud). Sin embargo, resulta claro de la experiencia de los distintos países (Australia, India, Reino Unido, España, Argentina) que la barrera no existe en el nivel técnico sino en los mecanismos de socialización y discusión con la comunidad. Así, en países como Argentina, Australia y España encontramos puntos comunes tales como: (i) existe el soporte normativo a nivel central (tal y como ocurre en Colombia con el decreto 195 de 2005 y normas reglamentarias); (ii) el Estado mismo, a nivel central o a nivel de las entidades territoriales, adopta mecanismos de información a la comunidad. 171. Un ejemplo de lo anterior es el proyecto consultateleco de la comunidad de Andalucía en España, donde la autoridad regional impulsó un portal en el que las autoridades locales pueden encontrar toda la información técnica necesaria para el despliegue de redes, incluyendo el tema de las radiaciones. El portal, cuya dirección es www.consultateleco.es, es de fácil acceso y entrega información en términos comprensibles, permitiendo a las autoridades el ejercicio de una función regulatoria sustentada y unificada. 172. Además, los operadores juegan un rol activo, (mediante la difusión de información, realización de campañas, distribución de cartillas etc.), pero siempre de la mano de las autoridades nacionales y locales. Este punto es de trascendental importancia. Dada la interrelación entre las competencias de los diferentes actores (el Gobierno Nacional, los entes territoriales y los operadores) es indispensable que la definición de la política y la expedición de normas a nivel nacional o local se produzca en un marco de estrecha negociación y relación entre todos los actores. Esto es vital tanto para asegurar la legitimidad del esquema como para que las normas y procedimientos sean adecuados a la realidad local, generando confianza en temas tan sensibles como la protección a la salud humana. 173. En especial debe hacerse énfasis en que: (i) No todos los elementos de las redes TICs generan radiaciones. Deben hacerse distinciones claras respecto a cuáles lo hacen y cuáles no; (ii) como regla general, los elementos de red que generan radiaciones, lo hacen en una proporción que no representa daños a la salud humana. El cuadro 2 amplía la explicación sobre los tipos de radiaciones existentes. Radiación que Radiación Las frecuencias a las que se propagan estas representa un ionizante radiaciones son tan altas que tienen la posibilidad peligro para la de alterar el estado de las células, causando salud alteraciones en el ADN. Estas radiaciones las generan por ejemplo equipos de rayos X. Radiación NO que Radiación no Las frecuencias de este tipo de radiación son muy representa ionizante bajas, no tienen el potencial de causar un efecto un peligro para ionizante, es decir de modificar las células. la salud Estas radiaciones las generan los equipos de telecomunicaciones. Cuadro 6. Tipos de radiación. Elaboración propia a partir de información de: http://www.consultateleco.es/faqs/¿que-diferencia-hay-entre-las-emisionesionizantes-y-las-no-ionizantes Propuesta relativa a la preocupación por el impacto urbanístico y la seguridad 174. Se ha hecho énfasis en que las preocupaciones entre los miembros de la comunidad por el impacto y la seguridad de la infraestructura generalmente no tienen un sustento técnico, sino que corresponden a mitos surgidos por el desconocimiento de la realidad técnica. De esa manera, la propuesta en este punto consiste en el diseño de una estrategia de generación de confianza a partir de la transparencia y el mejor relacionamiento con la comunidad. 175. Los operadores organizaciones deben destinar recursos humanos dentro de sus para coordinar los procesos de relacionamiento con la comunidad. Es necesario que existan oficinas de contacto con las comunidades, desde las que se coordinen de manera centralizada los procesos de acercamiento con las comunidades. Ello garantiza la existencia de un estándar único y de una asignación más eficiente de recursos. La dispersión de esta competencia al interior de las compañías lleva a que en el mediano plazo los procesos de negociación se adelanten de forma desordenada, generando mayores barreras y desconfianza por parte de las comunidades locales. 176. La creación de este tipo de dependencia ayudará a: (i) Enfocar los programas de responsabilidad social que habitualmente impulsa el operador, para que de manera estratégica sirvan para mejorar la relación con aquellas comunidades más sensibles a la instalación de infraestructura; (ii) generar estándares de negociación con la comunidad, incluyendo los mecanismos que se utilizarán y las contraprestaciones que podrá o no podrá conceder la empresa; (iii) crear canales de asesoramiento técnico a las entidades territoriales, de manera que el operador pueda influir positivamente en los procesos de regulación que se adelanten a ese nivel y (iv) fortalecer la transparencia de los operadores. Experiencia internacional relativa a la preocupación por el impacto urbanístico y la seguridad 177. En países como Australia los operadores han desarrollado de manera conjunta herramientas para generar confianza en las comunidades locales. El “Australian Communications Industry Forum” es una agremiación de los operadores de telecomunicaciones de ese país. Allí se han preparado herramientas como el Código de la Industria que tiene como objetivo difundir información relevante sobre el despliegue de las redes, incluyendo temas como el impacto sobre la salud y el entorno urbanístico. De esa manera se crean canales de generación de confianza que ayudan a reducir la resistencia de las comunidades a la instalación de elementos de red. S ección 2: Relación con autoridades publicas Relación con autoridades públicas. Diagnóstico 178. Uno de los aspectos que mayor dificultad y barreras ha generado en materia de instalación de infraestructura es la ausencia de canales y espacios de concertación y comunicación entre los operados, los entes nacionales y los entes municipales. Las relaciones entre ellos se desarrollan a un nivel informal, de contacto personal, sin un marco institucional que dé seguridad y permanencia a los acuerdos logrados. Por otra parte, esta ausencia de mecanismos institucionales genera en las autoridades municipales mayor dificultad para explorar alternativas y mejores prácticas, pues la informalidad existente representa para ellas un riesgo claro de ser acusados de no atender a sus responsabilidades en materia de ordenamiento urbano y de protección a la salud. Propuesta 179. La articulación entre los operadores y las diferentes autoridades debe desarrollarse en varios frentes, tanto a nivel de reglamentación como a nivel de creación de escenarios de discusión y concertación y de resolución de conflictos. Esta estrategia de articulación de los distintos niveles debe incluir: (i) la generación de espacios de discusión y concertación para proyectos específicos, promovidos desde el nivel central, que permitan la participación de todos los sectores en la discusión tanto del Código de Buenas Prácticas como de futuras propuestas y discusiones; (ii) la creación de un Comité Interinstitucional en el que tengan representación tanto los entes nacionales como territoriales, con un carácter más permanente, con funciones de seguimiento, discusión, y definición de agenda regulatoria; (iii) la aclaración de las competencias en cabeza de cada una de las entidades. Esta aclaración debe darse a nivel normativo (por ejemplo podría evaluarse la posibilidad de hacerlo mediante una modificación del decreto 195 de 2005, en particular en su artículo 16); (iv) el fortalecimiento de las funciones de resolución de conflictos en cabeza de la CRC, en particular en su rol de segunda instancia para “Resolver recursos de apelación contra actos de cualquier autoridad que se refieran a la construcción, instalación u operación de redes de telecomunicaciones.” Bibliografía Documentos AETIC (2005) “Código de Buenas Prácticas Para la Instalación de Infraestructura de Telefonía Móvil”. España. Andrew, T.N y Petkov, D. (2003) “The need for a Systems thinking approach to the planning of rural telecommunications infrastructure”. Telecommunications Policy, 27. Banco Mundial (2009) “Information and Communications for Development 2009: Extending Reach and Increasing Impact”. Banco Mundial. Bauer, J. 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Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014: Prosperidad Democrática Decretos nacionales: República de Colombia, Presidencia de la República: Decreto Ley 2150 de 1995 República de Colombia, Presidencia de la República: Decreto 195 de 2005 República de Colombia, Presidencia de la República: Decreto 1469 de 2010 Otra normativa: República de Colombia, Departamento Administrativo de Planeación Distrital de Bogotá D.C.: Resolución 033 de 2001 República de Colombia, Alcaldía Municipal de Popayan: Circular 21 de febrero de 2005. República de Colombia, Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.: Decreto Distrital 317 de 2006. República de Colombia, Alcaldía Municipal de Santiago de Cali: Decreto Municipal 546 de 2008. República de Colombia, Concejo Municipal de Calarcá, Quindío: Acuerdo del 14 de diciembre de 2009.