FÁTIMA Barreras y avances – II Parte

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FÁTIMA
Barreras y avances – II Parte
Este artículo es la continuación del Nº 107 de The Fatima Crusader. Es una
transcripción redactada de la alocución del Padre Gruner el primer día de la
conferencia ¡FATIMA: el único camino hacia la paz!
Por el Padre Nicholas Gruner, S.T.L., S.T.D. (Cand.)
En la primera parte de este artículo, he hablado sobre algunos de los diferentes
tipos de obstáculos que se interponen entre el Mensaje de Nuestra Señora de Fátima y el
cumplimiento de sus peticiones. Estos obstáculos van desde la directa oposición al
Mensaje de Nuestra Señora (bien sea de los enemigos de la Iglesia, o bien de hasta de
los mismos católicos tanto del clero como de los laicos), hasta una simple negligencia
por parte de muchos católicos que han fallado en dar a Nuestra Señora de Fátima la
atención e importancia que se merece.
Otro problema o barrera es que hoy en día muchas personas tienen miedo de
asociarse con el Mensaje de Fátima completo. La razón del por qué de este miedo en
abrazar la oferta del cielo para nuestra salvación, no lo puedo comprender. No quieren
escuchar ninguna cosa sobre Fátima que haya sido cuestionada por los falsos amigos de
Nuestra Señora de Fátima. (Vea el libro, False Friends of Fatima [Los Falsos Amigos
de Fátima] por Dr. Christopher Ferrara para aprender quiénes son estos falsos amigos y
cuáles son sus tácticas contra Fátima.) Por eso necesitamos encontrar el modo de
alcanzar a estas personas desafortunadas, a pesar de sus temores y desorientación
diabólica.
Rompiendo el silencio
También hemos hablado sobre el problema del silencio, el sudario de silencio
que cubre todo el Mensaje en tantas parroquias, escuelas y publicaciones católicas.
El Papa Pío XI es un buen ejemplo para nosotros en nuestros esfuerzos de
superar esta barrera. Dio cuenta de su deber de erguir la voz muchas veces contra los
males del Comunismo, y denunció “la conspiración del silencio” de las democracias
occidentales que rehusaran oponerse a la persecución de los católicos.
Pío XI denuncia el comunismo
En 1937 el último año del pontificado de Pío XI, escribió su encíclica Divini
Redemptoris, “Sobre el comunismo ateo”. Había denunciado ya los males del
comunismo, esforzada y repetidamente a lo largo de su pontificado − en una alocución
especial en 1924, y de nuevo en cinco encíclicas posteriores – sin embargo sabía que
aún después de haber dado todas estas advertencias, no había hecho lo suficiente.
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En su encíclica final sobre el tema, dijo que no estaba haciendo más que su
deber, o sea, lo que estaba obligado a hacer – como Papa – de erguir la voz una vez
más sobre una amenaza tan grave a la propia existencia de la civilización cristiana.
Como un pastor de almas, estaba moralmente obligado a hablar alto y claro
una y otra vez siempre que persistía la amenaza.
¿Por qué? Porque (como dio cuenta) la gente necesitaba oír este mismo mensaje
repetidas veces con el propósito de alejar de sus vidas y almas este peligro terrible.
Escribió él:
“El comunismo es intrínsecamente malo, y no se puede admitir
que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieren
salvar de la ruina la civilización cristiana. …
“Frente a esta amenaza, la Iglesia católica no podía callar, y no
calló. No ha callado esta Sede Apostólica, que sabe que es misión propia
suya la defensa de la verdad, de la justicia y de todos aquellos bienes
eternos que el comunismo rechaza y combate. …
“Nuestros predecesores llamaron abierta y explícitamente la
atención del mundo sobre las consecuencias de esta descristianización de
la sociedad humana.
“También Nos, durante nuestro pontificado, hemos denunciado
frecuentemente, y con apremiante insistencia, el crecimiento
amenazador de las corrientes ateas. Cuando en 1924 nuestra misión de
socorro volvió de la Unión Soviética, Nos condenamos el comunismo en
una alocución especial dirigida al mundo entero. En nuestras encíclicas
Miserentissimus Redemptor, Quadragesimo anno, Caritate Christi,
Acerba animi, Dilectissima Nobis, Nos hemos levantado una solemne
protesta contra las persecuciones desencadenadas en Rusia, México y
España.
Los peligros del comunismo
requieren la atención pública
“No se ha extinguido todavía el eco universal de las alocuciones
que Nos pronunciamos el año pasado…y del radiomensaje navideño. Los
mismos enemigos más encarnizados de la Iglesia, que desde Moscú
dirigen esta hucha contra la civilización cristiana, atestiguan con sus
ininterrumpidos ataques de palabra y de obra que el Papado, también en
nuestros días, ha continuado tutelando fielmente el santuario de la religión
cristiana y ha llamado la atención sobre el peligro comunista con más
frecuencia y de un modo más persuasivo que cualquier otra autoridad
pública terrena”.1
¿Cómo podemos comparar este tipo de atención al deber con el curso de acción
emprendido por el liderazgo actual de la Iglesia? Desde 1962 (cuando Juan XXIII entró
en el acuerdo Vaticano-Moscú, comprometiendo el poder eclesiástico y el deber de la
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Iglesia de denunciar el comunismo a cambio del favor extraño de tener observadores
rusos ortodoxos presentes en el Concilio Vaticano Segundo), los prelados vaticanos han
mantenido un silencio criminal casi completamente ininterrumpido al respecto del
comunismo.
El inmoral Acuerdo Vaticano-Moscú
El Acuerdo Vaticano-Moscú es un acto inmoral desde su inicio. Los pastores de
la Iglesia nunca han estado obligados a observar sus términos – ha sido y aún es un
crimen hacerlo. Lo peor de todo, es que ha sido precisamente esta negligencia criminal
de omitir denunciar el comunismo (uno de los “errores de Rusia” en el mismo corazón
de las profecías de Nuestra Señora de Fátima, y uno de los peligros espirituales más
grandes de nuestro tiempo), lo que ha estado detrás de este aparente silenciamiento del
Mensaje de Fátima.
Es por eso que Usted probablemente no ha oído hablar de Nuestra Señora de
Fátima y de su petición de la consagración de Rusia desde el púlpito de su parroquia
durante los últimos 50 años. Es por eso que los estudiantes de nuestro sistema de
escuelas católicas no han sido instruidos sobre las apariciones y el Mensaje de Nuestra
Señora de Fátima. Es por eso que Nuestra Señora está tan triste, como la Hermana Lucía
dijo al Padre Fuentes, y por qué todo el mundo está actualmente al borde de un desastre
tal, como nunca se ha visto antes.
Debemos romper este silencio sobre Fátima mediante la difusión de la verdad
del Mensaje de Nuestra Señora íntegramente y por todas partes, en la medida en que
somos capaces y por cualesquier medios que Dios nos da a cada uno de nosotros.
Debemos erguir la voz una y otra vez sobre las apariciones y el Mensaje
profético de Fátima. Debemos insistir a los laicos, sacerdotes y obispos de prestar
atención a Nuestra Señora de Fátima.
Debemos hablar en voz alta una y otra vez para implementar la Consagración
de Rusia. Es nuestra única esperanza para evitar la Tercera Guerra Mundial y la
imposición del reinado de un anticristo, o del Anticristo.
El mensaje de Nuestra Señora se hace
más urgente cada día que pasa
San Agustín nos dice que debemos odiar el pecado pero amar al pecador. Por
eso, debemos entrenar nuestras mentes para ser capaces de hacer juicios correctos, y
tener ideas claras. Esto requiere algún esfuerzo por parte nuestra. Debemos tomar
tiempo para meditar las verdades de la Fe católica que se nos ha enseñado – las
verdades garantizadas por la certidumbre infalible del dogma católico, y comprendidas
como siempre han sido enseñadas antes del Concilio Vaticano Segundo – y tenemos que
comprender también cómo esas enseñanzas nos aplican hoy.
Alguna gente pregunta:
¿“Nos aplica el Mensaje de Fátima a nosotros en el año 2014”?
El profesor William Thomas Walsh preguntó a Sor Lucía en 1946 en qué etapa
estuvo el mundo, en aquel entonces, en relación a las profecías de Fátima. Le contestó
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que estuvimos en la etapa de Rusia difundiendo sus errores por el mundo. El Profesor
Walsh le preguntó entonces hasta qué punto esos errores se esparcirían (excepción
hecha si la intervención de Nuestra Señora sucediese antes, habiendo sido sus peticiones
finalmente cumplidas). ¿Pensó Sor Lucía que todo el mundo estaría invadido por el
comunismo? Sor Lucía respondió categóricamente, “Sí”.
El profesor Walsh encontró difícil de creerlo. Recuérdese que esa entrevista tuvo
lugar en 1946, cuando los Estados Unidos eran sin duda la nación más poderosa del
mundo. Y en cierto sentido lo era, sí, porque en esa época constaba como la única
nación que poseía la bomba atómica. Por eso el Profesor Walsh pensó que tal vez Sor
Lucía no hubiese entendido la pregunta. Le preguntó lo mismo de nuevo, mas esta vez
preguntó específicamente si había querido incluir a los Estados Unidos de América. En
su contestación, Sor Lucía dijo simplemente, “Sí”.2
Enmascarando el mal
Ya no oímos hablar mucho sobre el comunismo porque supuestamente “se
murió” en 1989 o 1991. Si usted tiene acceso a la prensa alternativa, quizás haya leído
evaluaciones más realistas de la situación actual, y lo que los comunistas realmente han
dicho sobre ellos mismos. En verdad el Partido Comunista de los Estados Unidos ha
adquirido más seguidores en Norteamérica en los años 90 que en tiempo alguno de su
historia.
El Padre Gruner entregando esta alocución, “FÁTIMA: Barreras y avances”, en nuestra
conferencia, ¡“FÁTIMA: el camino hacia la paz”! el 9 de septiembre de 2013. Lea
cuidadosamente todo este artículo porque contiene información esencial para su bien
presente y futuro, así como el de su familia. Hay tanta información empaquetada en el
discurso que se ha dividido en tres artículos: se publicó la I Parte en el Nº 107 de The
Fatima Crusader, la II Parte en este Nº 110 y la conclusión, Parte III, se publicará en la
edición 111.
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Evidentemente, ahora operan bajo una bandera diferente, y porque las personas
dan tanta importancia a los nombres (en lugar de pensar en términos de la realidad
sustancial), no se produce ninguna alarma. Sin embargo como dijo Shakespeare, “Una
rosa con cualquier otro nombre olería [igual]”.
No importa realmente cómo llamamos a algo – por otro nombre, sigue siendo
todavía la misma cosa. Al presente podemos emplear los llamados eslóganes
“democráticos” tales como “separación de Iglesia y Estado”, pero si comprendemos el
comunismo como el ateísmo práctico que saca a Dios fuera de la plaza pública,
entonces posiblemente oleremos el aroma familiar del Comunismo aunque disfrazado
bajo una nueva terminología.
Gemelos nacidos en el infierno
El Papa León XIII señala en sus encíclicas contra la Masonería que el
comunismo y la masonería tienen los mismos objetivos, incluyendo (pero no limitado a)
la disolución de la familia y la posesión particular de la propiedad, y una lucha a muerte
contra el cristianismo – la sociedad europea que desde hace 1700 años ha reconocido a
Cristo como su Rey soberano sobre todas sus sociedades e instituciones públicas. Esta
semejanza de los dos movimientos (la masonería y el comunismo) no es una mera
coincidencia en la historia. La masonería y el comunismo tienen ambos el mismo autor
– son los dos la descendencia del demonio – y algunos de los miembros, líderes, y
gobernantes de cualquier uno de los dos grupos también pertenecen al otro grupo. E
históricamente, en el pasado y al presente, han obrado juntos para ayudarse
mutuamente.3
Esta afiliación doble del liderazgo comunista y masónico es evidente también a
partir de la historia del comunismo. Tanto Lenin como Trotsky eran masones del grado
33º, miembros de la logia Art et Travail de París. Y la revolución comunista en sí fue
financiada por los niveles más altos de la masonería en las personas de los banqueros
internacionales del lado este de la ciudad de Nueva York.
Cuando Leon Trotsky llegó en Nueva York en marzo de1917, tenía apenas $25
en el bolsillo. Cuando abordó un barco para Rusia en octubre, siete meses después, tuvo
consigo $25.000.000.000 en oro y también 300 hombres escogidos. (Eso fue un valor de
25 millones de dólares de oro real en la moneda de aquel entonces. Las mismas 100.000
libras de oro hoy tendrían el valor de casi dos MIL MILLONES de dólares)
El barco y sus pasajeros fueron interceptados y detenidos brevemente por la
marina canadiense, hasta que la presión por parte de los gobiernos y oficiales de los
Estados Unidos y Gran Bretaña consiguieron su liberación. Por eso veremos que los
errores de Rusia que están siendo difundidos a través del mundo hoy no son sólo rusos.
Son los errores de la masonería internacional, y fueron importados maliciosamente
dentro de Rusia “esa pobrecita nación” como Sor Lucía la llamó.
El Padre Denis Fahey lo documenta completamente y con gran detalle en su
libro The Rulers of Russia, Today! Expone los nombres de aquellos 300 hombres – tanto
sus nombres verdaderos como los nombres asumidos bajo los cuales estaban aún en el
poder en Rusia en 1938 cuando el Padre Fahey escribió su libro. El libro está aún
disponible; usted puede leerlo y comprobar esto por sí mismo.4
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La batalla todavía se libra hoy
La Revolución comunista opera bajo un nuevo nombre hoy, y ha cambiado
algunos de sus aspectos, pero, de ninguna manera ha muerto. Tampoco ha terminado la
masonería su guerra contra la Iglesia católica, o dejado de lado su meta de dominar el
mundo para establecer una sola religión pagana del anticristo a lo largo y ancho del
mundo.
Leímos en el Apocalipsis que Nuestro Señor se apareció a San Juan con el título
de Rey de los reyes y Señor de los señores escrito en sus vestidos y en su muslo.5 pero
los masones han declarado en su Libro de Constituciones escrito en 1730 que quieren
ellos ser el rey de los reyes y señor de los señores. Es su intención derrocar la soberanía
de Cristo Rey, y suplantar el Orden Social cristiano con un Nuevo Orden Mundial
ateísta de su propia hechura y bajo su propio control.
No es difícil comprender su plan. Si lo estudiamos, empezamos a ver que una
gran parte de lo que han intentado y anunciado desde el inicio ha sucedido ya. Hace
años han logrado muchos de sus propósitos impíos. Los efectos de esta revolución están
por todas partes a nuestro alrededor.
El plan de batalla de Nuestra Señora: la conversión de Rusia
Como vemos un cambio superficial en el exterior de la casa del demonio,
algunos de nuestros contemporáneos se engañan en pensar que nuestros problemas están
solucionados. Que no. Necesitamos la solución de Nuestra Señora.
Nuestra Señora tiene un plan que es total y directamente contrario al del
demonio, que quiere dominar el mundo por medio del comunismo y de la masonería.
Sólo puede haber un soberano en este mundo, o Jesucristo o el demonio. Nuestra Señora
nos ha dicho lo que es el plan de Cristo, y que ningún otro plan sirve. Nos ha prometido
que si su Mensaje es obedecido, Rusia se convertirá y el mundo tendrá paz.
Pues bien, esto nos lleva a otro ejemplo del ataque modernista contra el Mensaje
de Fátima. No debemos caer en su trampa; debemos esforzarnos para aclarar en nuestras
mentes el significado de las palabras católicas. ¿Qué quiere decir Nuestra Señora por la
palabra conversión? ¿Habla Ella de la “conversión” fuera del ateísmo militante hacia
algún tipo de ateísmo benevolente e inofensivo? ¿Hacia la ortodoxia rusa? ¿Hacia las
formas políticas y económicas seglares estilo-occidental?
Nuestra Señora busca la salvación de muchas almas
En verdad Nuestra Señora prometió algún tiempo de paz concedido al mundo
cuando sus peticiones fuesen atendidas, pero eso no era el propósito principal de Su
Mensaje. Vino en primer lugar por la salvación de las almas –
“Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz”.
Nuestra Señora vino a salvar almas, pero no podemos salvar nuestras almas a
menos que seamos católicos. Cristo fundó una sola Iglesia, la Iglesia católica, y fuera de
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ella absolutamente nadie se salva. Esto es la enseñanza infalible solemnemente definida
por la Iglesia. Por eso no hay duda de que cuando Nuestra Señora habla sobre la
conversión de Rusia, está hablando sobre el retorno íntegro de Rusia a la Iglesia
Católica – para abrazar la Fe católica, integra y entera, y el gobierno legitimo del Papa.
Conservando el dogma de la fe
Sabemos que el Tercer Secreto – la parte que los burócratas del vaticano rehúsan
a revelar al gran público – empieza con las palabras “En Portugal el dogma de la Fe se
conservará siempre”. ¿Cuáles son los dogmas de nuestra Fe? Los encontramos
explícitamente enseñados en las definiciones infalibles de la Iglesia.
La palabra infalible nos dice que estas definiciones no pueden fallar –que los
dogmas son absolutamente verdaderos. No pueden cambiar y nunca pueden dejar de ser
verdaderos. Siempre expresarán infaliblemente la verdad de la Fe católica, en aquellas
mismísimas palabras, con el mismo sentido e interpretación (eodem sensu, eademque
sententia).6
He aquí un ejemplo de una definición infalible, sobre la cual, a lo mejor Usted
no ha oído nada en años recientes, y que está en una alta posición en la lista de dogmas
de la fe en peligro de extinción que no están siendo conservados en muchos lugares al
presente:
“La Santa Iglesia católica y romana firmemente cree, profesa y
predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no sólo
paganos, sino también judíos y herejes y cismáticos, puede hacerse
partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado
para el diablo y sus ángeles, a no ser que antes de su muerte se uniere con
ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia, que sólo
a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los
sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás
oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más
limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de
Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la
Iglesia católica”.7
Es un dogma de la Fe (solemnemente definida repetidas veces), que fuera de la
Iglesia no hay salvación ni remisión de los pecados. La ofuscación y confusión actuales
sobre esta enseñanza debe ser el tema de una parte del aviso de Nuestra Señora en el
Tercer Secreto. Los enemigos de nuestra salvación han ido minando nuestra creencia en
este dogma durante 50 años, y han sido bastante exitosos en engañar a millones de
católicos contemporáneos. Hay nociones del ecumenismo que son totalmente falsas y
son tan ampliamente aceptadas al presente que muchos de los Fieles están persuadidos
de que no tienen que hacer caso a este dogma para ser católicos fieles y obedientes.
¡Tenemos que mantener nuestra fe católica!
Una tal actitud es ajena a la Iglesia. Dios espera de nosotros completamente lo
contrario. Como el Credo de Atanasio enseña:
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“Quienquiera que desea ser salvo, sobre todo necesita mantener la
Fe católica; a menos que cada uno conserve esta Fe íntegra e inviolada,
sin duda perecerá eternamente”.8
En primer lugar debemos adherirnos a los dogmas de nuestra Fe. Tal necesidad
es expresada dentro de la fraseología de las propias definiciones, que en casi todos los
casos incluyen una anatema o condenación pronunciada contra cualquier persona que
niega las enseñanzas definidas. “Quienquiera que no lo cree, anathema sit”. Quiere
decir esto: que vaya él al infierno. Eso es lo que significa.
San Atanasio desafía al 90% de los obispos
Las definiciones dogmáticas son nuestra segura y explicitada guía de la Fe
católica, independientemente de lo que cualquier persona de cualquier categoría en la
Iglesia, sea quien sea, diga ó contradiga.
Recordemos el ejemplo de San Atanasio, el gran campeón para la Fe verdadera
en la crisis del Cuarto Siglo con respecto a la Persona y naturaleza de Jesucristo. San
Atanasio desafió al 90% de los obispos de la Iglesia y hasta aguantó la apariencia de ser
excomulgado por el Papa Liberio, pues tal era su confianza en que su postura era
verdadera. ¿Era orgulloso? No. Se estaba adhiriendo a la enseñanza solemnemente
definida del Concilio de Nicea (A.D. 325), que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero
Hombre, consustancial con el Padre.
Dios Padre y Dios Hijo son dos Personas distintas poseyendo la única y misma
naturaleza divina. La definición del concilio había establecido más allá de cualquier
duda que esto es la verdad de la Fe católica. Pero a pesar de la definición, este dogma
quedó bajo ataque severo durante casi 50 años, desde A.D. 336 hasta cerca 381. En la
cumbre de aquellos años tenebrosos, en 357 A.D., el Papa Liberio pronunció una
excomulgación contra San Atanasio por su adherencia a la Fe verdadera.
En sentido práctico, esta “excomunión” fue un gran escándalo, pero hablando
teológicamente, fue totalmente sin sentido. San Atanasio no había cometido ningún
crimen, y por eso no fue sujeto a censura eclesiástica alguna. Para ponerlo en términos
simples, en realidad nunca fue excomulgado. El Papa Liberio era el primer Papa en la
historia de la Iglesia para no ser canonizado.
El gobierno por la ley − no por la casualidad
Tenemos hoy en día modos de pensar tan vagos e inexactos. Lo que digo tal vez
suene confuso para algunas personas. Tenemos la idea de que la ley es cualquier cosa
que el gobernante dice que sea. Santo Tomas nos puede dar una mejor comprensión de
la ley. La define como una ordenación sensata, debidamente promulgada por una
autoridad competente, y dirigida hacia el bien común.9
Nótese que hay cuatro partes a esta definición. Una ley tiene que ser
promulgada, y sólo puede hacerla quien está autorizado; sí, sin embargo esos dos
criterios, por sí solos, no bastan para hacer una ley. Lo que se promulga debe ser
sensato, y debe ser para el bien común.
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Hasta la autoridad de un Papa tiene sus límites.
Sus ordenanzas no pueden ser los caprichos de un dictador ni las vacilaciones de
un soberano débil. Ni siquiera un Papa puede excomulgar a un hombre por mantener la
Fe – a un hombre que no ha cometido ningún crimen.
No digo esto para atacar al Papa Liberio. Sin duda estaba bajo gran presión para
pronunciar aquella excomunión, tal vez bajo una amenaza de muerte, y se sabe que
lamentó su acción al cabo de un año. Lo que quiero decir, sin embargo, es que podemos
siempre confiar en las definiciones pero no necesariamente en las autoridades de la
Iglesia, para mostrarnos lo que enseña la Fe católica. Nuestra lealtad a Cristo y a la fe
verdadera exige que nos adhiramos al dogma católico y que lo defendamos lo mejor que
podamos. La lealtad a Jesucristo no necesariamente se expresa siempre por una lealtad
personal a aquellos que tienen la autoridad sobre nosotros en la Iglesia – ni tan siquiera
a un Papa o a un obispo.
La falsa obediencia
Hay tres cosas que nos hacen católicos: primero, nuestro Bautismo; segundo,
nuestra fidelidad a la Fe católica, “íntegra y entera”; y tercero, nuestra aceptación de la
autoridad legítima en la Iglesia. Debemos reconocer al Papa como Papa. Tiene
autoridad legítima sobre nosotros, y tenemos que obedecerle en todos los asuntos dentro
de su jurisdicción; pero hay cosas que no están dentro de su jurisdicción; y si nos manda
hacer cosas contrarias al bien común de la Iglesia, o creer cosas contrarias a la Fe
católica, entonces no debemos de “obedecerle”. Tal obediencia falsa, por el contrario,
podría enviarnos al infierno.
Toda autoridad en este mundo es limitada. Sólo Dios tiene autoridad sin límites.
San Pablo fue llamado por Nuestro Señor mismo para ser Apóstol, y fue le dado
mayores poderes de jurisdicción que obispo o cardenal alguno de la actualidad. Pero
reconoció que su autoridad era limitada. ¿Cuál es el propósito (y por eso uno de los
límites) de esta autoridad que Cristo ha dado a Sus ministros en la Iglesia? San Pablo
nos dice que existe para la edificación de los Fieles – y no para su destrucción.
“la potestad que el Señor nos dio [es] para vuestra edificación y no
para vuestra ruina”.10
Ninguna autoridad en este mundo, ni la de un Papa, puede requerirle a Usted a
negar la Fe de la Iglesia católica. Un error que es tan común hoy (y que se puede
encontrar aún entre los sacerdotes y los obispos) es que no importa la religión a la que
usted pertenece. Esto es una herejía. Si queremos salvar nuestras almas, tenemos que
resistir esta enseñanza falsa, a pesar de quién sea la persona que la está enseñando o de
cuánta autoridad tuviera en la Iglesia Católica.
La injusticia sigue
los errores y los engaños
Santo Tomás nos dice que el primer fruto del error es la injusticia. Este hecho da
más importancia aún a la verdad.
9
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¿Cómo se relaciona con el Mensaje de Fátima? De nuevo hemos vuelto al tema
de esta barrera de silencio que habíamos mencionado. Al Padre Fuentes, Sor Lucía le
describió un castigo de Dios descendiendo sobre la gente contemporánea sin que ellos
se diesen cuenta – un tipo de punición espantosa, que no conduce al arrepentimiento
sino a un mayor distanciamiento de Dios. ¡Y si siguiésemos por ese camino, nos
conduciría a la condenación eterna!
El silenciamiento injusto del Mensaje de Nuestra Señora es un ejemplo de este
mismísimo tipo de castigo. Estamos todos nosotros pagando un precio pesado por los
engaños y errores tan prevalentes hoy con respecto al Mensaje de Fátima. Tales
mentiras han conducido a esta barrera de silencio, que por consiguiente nos ha impedido
a todos, hasta algún punto, responder debidamente al Mensaje de Nuestra Señora – el
tipo de respuesta que podría salvar nuestras vidas y almas.
Continuación en el próximo número –
“Contrariando la Verdad”
NOTAS:
1. El Papa Pío XI, Divini Redemptoris, “sobre el comunismo ateo”, el 19 de marzo de
1937, Nº 4, 5, 58; énfasis añadido. Ver: https://w2.vatican.va/content/piusxi/es/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19370319_divini-redemptoris.html
2. William Thomas Walsh, Our Lady of Fatima, 1947, pág. 226; y Louis Kaczmarek, The
Wonders She Performs, 1986, pág. 160.
3. Esto se demuestra fuertemente en el libro de Deirdre Manifold, Fatima and the Great
Conspiracy (disponible de The Fatima Center), y en especial en el capítulo 8, “Handing
China over to the Communists” (entregando China a los comunistas)
4. Vea el texto completo online en http://www.whale.to/c/rulers-of-russia-by-denisfahey.pdf.
5. Apoc. 19:16
6. “Juramento contra los errores del modernismo”, el Papa San Pío X, Motu Proprio
Sacrorum Antistitum, el 1 de septiembre de 1910, Dz 2145.
7. Papa Eugenio IV, Bula Cantate Domino, 1441, Dz 714, D.S. 1351
8. Dz 39, D.S. 75.
9. Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, I-IIae, Q. 90, a 1-4.
10. 2 Cor. 10:8.
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