Modificación del impuesto al cheque: provincias que ganarían

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Modificación del impuesto al cheque: provincias que
ganarían, provincias que saldrían hechas y provincias que
perderían
Autores:
Nadin Argañaraz
Ariel Barraud
M. Eugenia David du Mutel de Pierrepont
INFORME ECONÓMICO Nº 44
Córdoba, 6 de abril de 2010
Juan Cruz Varela 2255 (5009) Ciudad de Córdoba
www.iaraf.org - Tel. 0351-4815037/4825661/4824859 - e-mail: [email protected]
Las claves ........................................................................................................................ 2
I.
Introducción ............................................................................................................ 5
II.
Coparticipación automática de recursos por habitante.......................................... 6
III. Coparticipación total o plena del Impuesto a los Débitos y Créditos
bancarios: no modifica la disparidad existente entre jurisdicciones. ................................. 9
IV. Modificación del impuesto al cheque: provincias que ganarían,
provincias que saldrían hechas y provincias que perderían ............................................. 12
1
Las claves

En un país federal se requiere un mecanismo que distribuya los recursos fiscales
entre los diferentes niveles de gobierno, de modo tal que se garantice la provisión de
bienes y servicios públicos de una manera equitativa a lo largo de todo el territorio.

La complicada situación financiera que atraviesan las provincias colocó en el centro
del debate, una vez más, la forma de incrementar las transferencias de recursos a las
provincias mediante la coparticipación de uno de los recursos más distorsivos de la
estructura tributaria actual: el Impuesto a los débitos y créditos bancarios (IDCB).

En virtud de la discusión generada en torno a los efectos de esta reforma sobre el
actual sistema de transferencias de fondos a provincias, este trabajo tiene dos
objetivos: en primer lugar, demostrar que las disparidades regionales intrínsecas del
sistema de coparticipación federal de impuestos no cambiarían si se modificara el
actual reparto de la recaudación del impuesto al cheque. Indiscutiblemente, lo que se
lograría es un importante avance en institucionalidad por el cambio hacia un mayor
reparto automático de recursos.

En segundo lugar, se utiliza un enfoque que permite visualizar qué provincias
ganarían, perderían o saldrían hechas con el cambio. Este último se hace bajo el
supuesto que una mayor coparticipación del impuesto para las provincias sería
financiada con una reducción equivalente de transferencias discrecionales que la
Nación hoy envía a las provincias. Resulta interesante como base para interpretar las
posturas que esgrimen diversos gobernadores y legisladores respecto a la
conveniencia o no de sancionar un nuevo reparto.

Una forma de asignación de recursos que plantee un mayor porcentaje de
distribución automática a las provincias, no implica necesariamente una mayor
asignación nominal de dinero a estas, dado que la cantidad de fondos totales
provenientes de la Nación dependen, además, de las transferencias que ésta realice de
manera no automática.
2

Es lógico suponer una situación en la que las mayores ganancias por alrededor de
$10 mil millones (año 2010) que obtendrían las provincias por la inclusión del total del
producido del IDCB a la masa coparticipable, se verían compensadas por el envío de
menos fondos a las provincias a través de una reducción en las transferencias no
automáticas.

De este modo, si bien habría una ganancia en institucionalidad en las relaciones
fiscales entre niveles de gobierno, puesto que los recursos llegarían de manera
automática y con un marco legal establecido, no a todas las provincias les puede
resultar conveniente el cambio desde el punto de vista del total de fondos recibidos.

Provincias como Santa Cruz y Buenos Aires resultarían claramente perjudicadas
toda vez que el gobierno Nacional recortara transferencias corrientes y de capital de
manera proporcional (siguiendo el patrón observado en los últimos años) como
consecuencia de la inclusión a la masa coparticipable de parte de un impuesto que
antes no formaba parte de ella. Provincias como Santa Fe y Corrientes podrían
encontrarse en la situación opuesta y preferir el cambio, puesto que les acercaría más
recursos en comparación a los que le llegan en promedio con el actual mix
interprovincial de transferencias automáticas y discrecionales. Asimismo, a otras
jurisdicciones como Córdoba, el cambio les resultaría aproximadamente indistinto en
cuanto a los montos totales que recibirían por parte del nivel central de gobierno.

En momentos de estrechez fiscal, más allá de la ganancia que traería una mayor
automaticidad de las transferencias, los gobernadores cotejan lo que podrían perder
por el lado de las transferencias discrecionales versus lo que ganarían por mayores
transferencias automáticas. Al no coincidir las participaciones de cada jurisdicción en
ambos repartos (automático y discrecional), surgen 13 ganadores, 4 indiferentes y 7
perdedores en caso de avanzar con la modificación del reparto y bajo el supuesto que
la nación lo financie con transferencias discrecionales.
3
Participación provincial en las Transferencias de origen nacional. En puntos porcentuales
(A)
Participación en
Transferencias no
Automáticas
28,5%
1,9%
0,8%
5,0%
1,7%
8,5%
1,8%
3,7%
2,2%
3,6%
1,8%
4,1%
2,6%
3,6%
1,0%
1,3%
2,3%
3,6%
0,7%
8,2%
5,4%
2,7%
0,7%
4,4%
Provincia
Buenos Aires
CABA
Catamarca
Chaco
Chubut
Córdoba
Corrientes
Entre Ríos
Formosa
Jujuy
La Pampa
La Rioja
Mendoza
Misiones
Neuquén
Río Negro
Salta
San Juan
San Luis
Santa Cruz
Santa Fe
Santiago del
T. del Fuego
Tucumán
(B)
Coeficiente efectivo de
Distribución
Secundaria (Transf. Automáticas)
20,7%
1,9%
2,6%
4,8%
1,7%
8,5%
3,7%
4,7%
3,5%
2,8%
1,9%
2,0%
4,1%
3,3%
1,8%
2,5%
3,8%
3,2%
2,2%
1,7%
8,7%
4,0%
1,3%
4,6%
Diferencia
(B) – (A)
-7,8%
0,0%
1,8%
-0,2%
0,0%
0,0%
1,9%
1,0%
1,3%
-0,8%
0,0%
-2,1%
1,5%
-0,2%
0,8%
1,2%
1,5%
-0,4%
1,6%
-6,5%
3,3%
1,3%
0,5%
0,2%
Diferencia entre coeficientes efectivos de distribución secundaria vs. coeficientes de
participación en transferencias no automáticas. En puntos porcentuales.
-6,5%
La Rioja
Santa Cruz
CABA
Córdoba
La Pampa
Chubut
Santa Fe
-9,0%
-7,8%
-0,8%
Jujuy
-7,0%
Buenos Aires
-0,4%
San Juan
-5,0%
-2,1%
-0,2%
0,2%
Tucumán
-3,0%
-0,2%
0,5%
T del Fuego
-1,0%
Chaco
0,8%
Neuquén
1,0%
Misiones
1,0%
Entre Ríos
Formosa
1,3%
1,3%
Salta
1,2%
1,5%
Mendoza
Río Negro
1,5%
San Luis
Sgo del Estero
1,8%
1,6%
Catamarca
1,9%
3,0%
Corrientes
5,0%
3,3%
7,0%
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
4
Modificación del impuesto al cheque: provincias que ganarían,
provincias que saldrían hechas y provincias que perderían
I.
Introducción
La distribución de los recursos fiscales entre los diferentes niveles de gobierno
en un país federal como la Argentina, requiere de un mecanismo que asegure que la
provisión de bienes y servicios públicos sea equitativa, implicando transferencias
interregionales de recursos (en general desde regiones “ricas” a regiones “pobres”).
En Argentina este mecanismo de distribución de recursos entre gobiernos se
conoce como la Coparticipación Federal de Impuestos, por medio de la cual el gobierno
federal concentra la recaudación de los impuestos más relevantes, y luego distribuye
una parte del total recaudado entre las Provincias, utilizando las participaciones que a
cada una de ellas les asigna la Ley 23.548, modificatorias y complementarias.
Junto a los envíos automáticos de coparticipación, las provincias reciben otras
transferencias de fondos por parte de la Nación, que no siguen en general un orden
preestablecido sino que son decididas en cada periodo a través de asignaciones de
fondos nacionales bajo los conceptos Transferencias corrientes y Transferencias de
capital. El análisis que sigue se refiere a estas transferencias automáticas y no
automáticas, es decir a las transacciones “sobre la línea” entre el gobierno federal y los
gobiernos subnacionales. Por razones de claridad en la presentación de los conceptos,
se excluyen otros que pueden incluirse en el análisis de las relaciones Nación-provincias,
como los vínculos financieros entre ambas (préstamos y refinanciaciones de deuda,
conocidas como operaciones “bajo la línea”), además de los diversos gastos que la
Nación ejecuta en los territorios provinciales.
En virtud de la discusión generada en torno de la coparticipación del total de lo
recaudado por el impuesto al cheque y sus efectos sobre el actual sistema de
5
transferencias de fondos a provincias, este trabajo tiene dos objetivos: en primer lugar,
demostrar que las disparidades entre provincias no cambiarían si se modificara el actual
reparto de la recaudación del impuesto al cheque. Indiscutiblemente, lo que se lograría
es un importante avance en institucionalidad por el cambio hacia un mayor reparto
automático de recursos.
En segundo lugar, y más allá del debate institucional o sistemático del federalismo,
no se puede dejar de considerar que los representantes de cada provincia están
interesados en el volumen de fondos que finalmente llegará a su jurisdicción. En esta
línea, se utiliza un enfoque que permite visualizar qué provincias ganarían, perderían o
saldrían hechas con el cambio. Este último se hace bajo el supuesto que una mayor
coparticipación del impuesto para las provincias sería financiada con una reducción
equivalente de transferencias discrecionales. Con este criterio se comparan las
participaciones de cada jurisdicción en ambos tipos de envíos de fondos nacionales.
Resulta interesante como base para interpretar las posturas que esgrimen diversos
gobernadores y legisladores respecto a la conveniencia o no de sancionar un nuevo
reparto.
II.
Coparticipación automática de recursos por habitante
Una medida homogénea de contabilizar la recepción de fondos por parte de las
diferentes jurisdicciones, surge de dividir el monto recibido en cada provincia por el
número de habitantes de la misma.
Analizando las cifras de la coparticipación per cápita en las provincias argentinas
durante el año 2009, se observaron marcadas diferencias entre jurisdicciones.
Para el análisis, se pueden agrupar a las 23 provincias más la CABA, en función
de características como el ingreso y la densidad poblacional, obteniéndose cuatro
grupos homogéneos. Los grupos considerados son:
6
-
Altos ingresos y alta densidad poblacional: conformado por Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (CABA), Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
-
Altos ingresos y baja densidad: Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, San Luis,
Santa Cruz y Tierra del Fuego.
-
Bajos ingresos y alta densidad: Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Misiones y
Tucumán.
-
Bajos ingresos y baja densidad: Catamarca, Formosa, La Rioja, Salta, San Juan,
Santiago del Estero.
A nivel promedio se puede advertir cómo, para las jurisdicciones más
densamente pobladas, el grupo de bajos ingresos recibe por coparticipación per cápita
prácticamente el doble que el grupo de provincias con altos ingresos. Esto estaría
marcando la existencia de cierto criterio redistributivo de recursos. Sin embargo, en las
provincias con pocos habitantes, la diferencia no resulta tan marcada, recibiendo
prácticamente lo mismo los grupos de altos y bajos recursos.
Gráfico Nº 1: Coparticipación per cápita por grupo de provincias- Año 2009
4000
3.558
3.539
Pesos corrientes per cápita
3500
2.768
3000
2500
2000
1500
1.235
1000
500
0
Altos IngresosAlta Densidad
Altos IngresosBaja Densidad
Bajos IngresosAlta Densidad
Bajos IngresosBaja Densidad
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
Ahora bien, desagregando el análisis por provincias, un aspecto que llama la
atención surge cuando se analizan las diferencias entre la distribución de recursos per
cápita dentro de cada uno de estos cuatro grupos, tal como se presenta en los gráficos a
7
continuación. Aquí se puede observar que en el grupo de bajos ingresos y pocos
habitantes, por ejemplo, un residente en la Provincia de Catamarca recibió, en
promedio, más del doble que uno que habita en una provincia de similares
características económicas y poblacionales como Salta. Del mismo modo, llama la
atención que un ciudadano de Tierra del Fuego reciba fondos por coparticipación que
resultaron casi tres veces más elevados que uno de Chubut o Neuquén. Claramente,
estas diferencias intrarregionales muestran que, si bien el sistema actual de
coparticipación posee características redistributivas, presenta fuertes disparidades que
resultan muy difíciles de explicar con algún criterio objetivo o explícito.
Gráfico Nº 2: Coparticipación per cápita por provincias- Año 2009
Altos Ingresos - Alta Densidad
Altos Ingresos - Baja Densidad
8000
2500
1500
1000
500
1942
1778
2041
pesos per cápita
pesos per cápita
7000
2000
6000
5000
4000
5440
4141
2000
994
1000
478
2698
CABA
Córdoba
Mendoza
Chubut
Santa Fe
5000
3000
pesos per cápita
pesos per cápita
Neuquén La Pampa Río Negro San Luis Santa Cruz Tierra del
Fuego
6000
3500
2500
1500
3784
3138
Bajos Ingresos - Baja Densidad
Bajos Ingresos - Alta Densidad
4000
2000
2447
0
0
Buenos Aires
7323
3000
3472
2769
2849
3099
2332
1000
2365
4000
3000
5039
4894
2000
4391
0
3492
3506
San Juan
Santiago del
Estero
2341
1000
500
0
Chaco
Corrientes Entre Ríos
Jujuy
Misiones
Tucumán
Catamarca
Formosa
La Rioja
Salta
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
8
III.
Coparticipación total o plena del Impuesto a los Débitos y Créditos
bancarios: no modifica la disparidad existente entre jurisdicciones.
La complicada situación fiscal y financiera que atraviesan las provincias colocó en
el centro del debate, una vez más, la necesidad de incrementar la masa de fondos
fiscales que le llega a las provincias mediante la coparticipación de uno de los impuestos
más distorsivos de la estructura tributaria actual: el Impuesto a los débitos y créditos
bancarios o Impuesto al cheque.
Actualmente, parte de su recaudación (15%) se distribuye entre las provincias,
en función de los coeficientes establecidos por la Ley de Coparticipación de Impuestos.
Ello implica que, de producirse la coparticipación total del impuesto entre Nación y
provincias, pasaría a repartirse un monto mayor de fondos pero de acuerdo a los
mismos criterios establecidos en la mencionada Ley, con lo cual se mantendrían las
disparidades actualmente observadas en términos per cápita entre las jurisdicciones (a
diferencia
de
algunas
opiniones
expresadas
recientemente
acerca
de
un
empeoramiento de la distribución de la coparticipación).
En el Gráfico Nº 3, se observa que el grupo de provincias que más recursos
resigna con el actual esquema de reparto versus la coparticipación plena de IDCB, en
términos absolutos, es el de Altos Ingresos- Alta Densidad ($ 3.909 millones de pesos en
2009). Mientras que, por su parte, el grupo que menos recursos obtendría con la
coparticipación total del IDCB, sería el de Altos Ingresos- Baja Densidad ($ 1.165
millones en 2009).
9
Gráfico Nº 3: Potenciales ganancias de las provincias si IDCB hubiera tenido una
coparticipación plena entre Nación y provincias (sin 15% para ANSES). En millones de pesos
corrientes. Año 2009.
Altos Ingresos - Baja Densidad
Altos Ingresos - Alta Densidad
Millones de pesos
1.800
250
1.795
1.600
1.400
1.200
1.000
792
778
800
600
Millones de pesos
2.000
370
400
224
201
200
150
149
113
100
0
Buenos Aires
CABA
Córdoba
Mendoza
Chubut Neuquén La Pampa Río Negro San Luis Santa Cruz Tierra del
Fuego
Santa Fe
Total de Grupo: $ 3.909 millones.
Total de Grupo: $ 1.165 millones.
Bajos Ingresos - Baja Densidad
Bajos Ingresos - Alta Densidad
438
400
400
430
420
338
350
300
350
Millones de pesos
Millones de pesos
149
50
0
450
166
174
200
500
162
304
254
250
200
150
100
293
300
250
365
347
319
238
182
200
150
100
50
50
0
0
Chaco
Corrientes Entre Ríos
Jujuy
Misiones
Total de Grupo: $ 2.184 millones.
Tucumán
Catamarca
Formosa
La Rioja
Salta
San Juan
Santiago del
Estero
Total de Grupo: $ 2.539 millones.
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
No obstante, si se realizara la misma comparación en términos per cápita (para
observar lo efectivamente resignado por cada habitante por jurisdicción), los resultados
se modifican. El grupo que más recursos por habitante provincial resigna con el actual
esquema de distribución del IDCB es el de Bajos Ingresos- Baja Densidad ($ 423 por
persona en promedio en 2009); mientras el que menos pierde es el de Altos IngresosAlta Densidad (un promedio de $ 147 por habitante en 2009).
10
Gráfico Nº 4: Potenciales ganancias de las provincias si el IDCB hubiera tenido una
coparticipación plena entre Nación y provincias (sin 15% para ANSES). Por habitante. Año
2009.
Altos Ingresos - Baja Densidad
Altos Ingresos - Alta Densidad
1000
300
900
200
147
150
231
100
50
243
211
pesos per cápita
pesos per cápita
250
800
700
600
500
200
100
57
493
321
291
Chubut
Neuquén
CABA
Córdoba
Mendoza
La Pampa
Río Negro
San Luis
Santa Cruz
Santa Fe
Tierra del
Fuego
Bajos Ingresos - Baja Densidad
Bajos Ingresos - Alta Densidad
450
700
400
600
329
350
pesos per cápita
pesos per cápita
450
373
0
0
300
250
200
871
647
300
118
Buenos Aires
421
400
413
329
150
339
369
277
281
100
500
423
400
300
599
582
522
200
50
0
415
417
San Juan
Santiago del
Estero
279
100
0
Chaco
Corrientes
Entre Ríos
Jujuy
Misiones
Tucumán
Catamarca
Formosa
La Rioja
Salta
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
Ahora bien, lo relevante de estas disparidades regionales es que son idénticas a
las analizadas en el inciso anterior sobre la coparticipación per cápita. Retomando los
ejemplos anteriores, dentro del grupo de Bajos ingresos-Baja densidad, un
catamarqueño continuaría recibiendo fondos por más del doble que un salteño, pese a
las similitudes económicas y poblacionales mencionadas anteriormente. Del mismo
modo, el ciudadano de Tierra del Fuego recibiría fondos por la coparticipación de IDCB
que casi triplican lo que obtendría un chubutense o un neuquino.
En síntesis, la distribución del impuesto al cheque o de cualquier impuesto o
fondo que utilice los coeficientes de distribución actuales, mantiene las disparidades
regionales relativas intrínsecas del sistema de coparticipación federal de impuestos.
Avanzar sobre la modificación de la forma en que se distribuyen actualmente los
recursos, es de vital importancia para de reducir dichas divergencias.
11
IV.
Modificación del impuesto al cheque: provincias que ganarían,
provincias que saldrían hechas y provincias que perderían
Teniendo en cuenta las diferentes vías por medio de las cuales llegan los fondos
a los sectores públicos provinciales, resulta conveniente notar que una forma de
asignación de recursos que plantee un mayor porcentaje de distribución automática a
las provincias, no implica necesariamente una mayor asignación nominal de dinero a
éstas, dado que la cantidad de fondos totales provenientes de la Nación dependen
además de las transferencias que ésta realice de manera no automática. Estos recursos
modifican la participación de las provincias en los ingresos tributarios totales, y, dado
que son esencialmente discrecionales, cambian la posición relativa de cada provincia
respecto al consolidado.
La participación promedio para los últimos cinco años de cada provincia en las
distintas transferencias (automáticas y no automáticas) se detalla en el Cuadro Nº 1. En
este se muestra en promedio qué porcentaje del total de cada tipo transferencias
correspondió a cada jurisdicción, y no existen razones a priori para suponer que los
envíos no automáticos guardarían relación alguna con la distribución de los recursos
automáticos (coparticipación efectiva).
La existencia de un fondo de recursos coparticipables, presenta una situación en
la que la ganancia o pérdida de un participante (Nación, por ejemplo) se equilibra con
exactitud con las pérdidas o ganancias de los otros participantes (el grupo formado por
provincias y CABA). La modificación del régimen vigente de coparticipación del IDCB
supone generar ganadores y perdedores de los recursos provenientes del tributo,
consecuencia del carácter de suma cero, propio del régimen. Es lógico entonces suponer
una situación en la que las mayores ganancias por alrededor de $10 mil millones (para
el año 2010) que obtendrían las provincias por la inclusión del total del producido del
IDCB a la masa coparticipable, se verían compensadas por el envío de menos fondos a
las provincias a través de una contracción en las transferencias no automáticas a
12
provincias, producto de la reducción de los fondos con los que contaría la Nación para
realizarlas1.
Cuadro Nº 1: Participación provincial en las Transferencias de origen nacional. En
puntos porcentuales
Provincia
Buenos Aires
CABA
Catamarca
Chaco
Chubut
Córdoba
Corrientes
Entre Ríos
Formosa
Jujuy
La Pampa
La Rioja
Mendoza
Misiones
Neuquén
Río Negro
Salta
San Juan
San Luis
Santa Cruz
Santa Fe
Santiago del Estero
T. del Fuego
Tucumán
(A)
Participación en
Transferencias no
Automáticas
(B)
Coeficiente efectivo de
Distribución
Secundaria (Transf. Automáticas)
28,5%
1,9%
0,8%
5,0%
1,7%
8,5%
1,8%
3,7%
2,2%
3,6%
1,8%
4,1%
2,6%
3,6%
1,0%
1,3%
2,3%
3,6%
0,7%
8,2%
5,4%
2,7%
0,7%
4,4%
20,7%
1,9%
2,6%
4,8%
1,7%
8,5%
3,7%
4,7%
3,5%
2,8%
1,9%
2,0%
4,1%
3,3%
1,8%
2,5%
3,8%
3,2%
2,2%
1,7%
8,7%
4,0%
1,3%
4,6%
Diferencia
(B) – (A)
-7,8%
0,0%
1,8%
-0,2%
0,0%
0,0%
1,9%
1,0%
1,3%
-0,8%
0,0%
-2,1%
1,5%
-0,2%
0,8%
1,2%
1,5%
-0,4%
1,6%
-6,5%
3,3%
1,3%
0,5%
0,2%
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
1
Ello suponiendo dada la restricción presupuestaria del gobierno Nacional, y teniendo en cuenta la inflexibilidad a la
baja del gasto nacional.
13
De este modo, si bien habría una innegable ganancia en institucionalidad en las
relaciones fiscales entre niveles de gobierno, puesto que los recursos llegarían de
manera automática y con un marco legal establecido, no a todas las provincias puede
resultarles conveniente el cambio desde el punto de vista del total de fondos recibidos.
Concretamente, una determinada provincia tendría más chances de resultar beneficiada
con la coparticipación total del IDCB, solamente en caso de que los recursos que
obtuviera luego de la aplicación de su coeficiente de distribución secundaria, superasen
en monto a los que dejaría de obtener por transferencias corrientes y de capital no
automáticas. En el Gráfico Nº 5 se detalla la diferencia entre los coeficientes de
distribución secundaria y los coeficientes de participación en el total de transferencias
no automáticas de cada jurisdicción.
Gráfico Nº 5: Diferencia entre coeficientes efectivos de distribución secundaria vs.
coeficientes de participación en transferencias no automáticas. En puntos porcentuales.
-6,5%
Santa Cruz
La Rioja
CABA
Córdoba
La Pampa
Chubut
Santa Fe
-9,0%
-7,8%
Jujuy
-7,0%
Buenos Aires
-0,4%
-0,8%
San Juan
-5,0%
-2,1%
-0,2%
Misiones
0,2%
Tucumán
-3,0%
-0,2%
0,5%
T del Fuego
-1,0%
Chaco
1,0%
1,2%
Río Negro
0,8%
1,3%
Sgo del Estero
Neuquén
1,3%
Formosa
1,0%
Entre Ríos
1,5%
1,5%
1,6%
San Luis
Salta
1,8%
Catamarca
Mendoza
1,9%
3,0%
Corrientes
5,0%
3,3%
7,0%
Fuente: Iaraf en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.
Nuevamente, se puede apreciar que se esperarían posturas contrapuestas si
cada provincia considerara solamente las cuestiones discutidas en este informe
respecto a la coparticipación del impuesto. Provincias como Santa Cruz y Buenos Aires
resultarían claramente perjudicadas toda vez que el gobierno Nacional recortara
transferencias corrientes y de capital de manera proporcional (siguiendo el patrón
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observado en los últimos años) como consecuencia de la inclusión a la masa
coparticipable de una porción de un impuesto que antes no formaba parte de ella.
Provincias como Santa Fe y Corrientes podrían encontrarse en la situación opuesta y
preferir el cambio, puesto que les acercaría más recursos en comparación a los que le
llegan en promedio con el actual mix interprovincial de transferencias automáticas y
discrecionales. Asimismo, a otras jurisdicciones como Córdoba y CABA el cambio les
resultaría aproximadamente indistinto en cuanto a los montos totales que recibirían por
parte del nivel central de gobierno.
En momentos de estrechez fiscal, más allá de la ganancia que traería una
mayor automaticidad de las transferencias, los gobernadores cotejan lo que podrían
perder por el lado de las transferencias discrecionales versus lo que ganarían por
mayores transferencias automáticas. Al no coincidir las participaciones de cada
jurisdicción en ambos repartos (automático y discrecional), surgen 13 ganadores, 4
indiferentes y 7 perdedores en caso de avanzar con la modificación del reparto, y bajo
el supuesto que la nación lo financie con transferencias discrecionales.
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