Tú llenas de alegría mi corazón Tú llenas de

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Cartilla N°°
Septiembre de 2010
Túllenasdealegríamicorazón
Túllenasdealegríamicorazón
“¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son como palomas!
¡Qué hermoso eres, amado mío, eres realmente encantador!
Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el
arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume.
¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía! Paloma mía, que anidas en las grietas de las rocas, en
lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz;
porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante” (Cantar de los Cantares 1,15-16; 2,12-14).
P. Ricardo E. Facci
CORAZON CONTENTO
(Palito Ortega)
que mi vida comienza
cuando te conocí.
Tú eres lo más lindo
de mi vida,
aunque yo no te lo diga,
aunque yo no te lo diga.
Si tú no estás
yo no tengo alegría,
yo te extraño de noche,
yo te extraño de día.
Yo quisiera que sepas
que nunca quise así,
Tú eres como el sol
de la mañana,
que entra por mi ventana,
que entra por mi ventana.
Tú eres de mi vida la alegría,
sos mi sueño en la noche,
sos la luz de mis días.
lleno de alegría.
Tengo el corazón contento
desde aquel momento
en que llegaste a mí.
Le doy gracias a la vida
y le pido a Dios
que no me faltes nunca,
yo quisiera que sepas
que nunca quise así
que mi vida comienza
cuando te conocí.
Tengo el corazón contento,
el corazón contento,
A través del compartir esta reflexión, previamente habiendo escuchado el tema musical
propuesto, es mi deseo que recuerden lo importante que cada uno es para el otro. ¡Cuánto dolor
experimento en las oportunidades en las que descubro tristeza en un corazón matrimonial, en el regazo
íntimo de los que se aman!
“Mi vida comienza cuando te conocí”. Cada uno puede decirle al otro, “cuando Dios te puso
en mi vida ‘aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oyó en nuestra
tierra el arrullo de la tórtola. La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalaron su
perfume’”. La vida comenzó a palpitar y sentir que un mundo nuevo se abría en el horizonte.
“Tú eres lo más lindo de mi vida, aunque yo no te lo diga”. En los muchos años que trabajo
con los matrimonios, encontré muy pocos que no se amaban; sí aparecieron en mi camino, unos
cuantos que no se lo demuestran, que no se dicen todo lo que se quieren y aman. La rutina y el
acostumbramiento de vivir juntos los invadió. Tal vez, también, el desgaste de los roces lógicos de la
convivencia entre personas diferentes. Por esto, es tan importante el descubrimiento de cada uno
respecto al otro, que lo que mejor les ocurrió a ambos fue encontrarse en el camino de la vida. Los
invito a que, en este momento, recuerden los primeros tiempos, las motivaciones que generaron el
enamoramiento, la decisión de ser el uno del otro, para toda la vida.
“Si tú no estás yo no tengo alegría, yo te extraño de noche, yo te extraño de día. Yo quisiera
que sepas que nunca quise así”. ¿Cómo no van a querer así, si a nadie le regalaron todo el ser como lo
hicieron con quien tienen a su lado? Brindaron lo más grande y único que poseen: la vida. El don
maravilloso de la vida que Dios les regaló hasta que Él lo permita, la única e irrepetible vida, se la
ofrecieron al amado, a la amada. El amor conduce a la profunda unidad de ambos, a ser una ‘sola
carne’ que significa mucho más que la unión de dos cuerpos, es la unidad de dos personas, espíritu y
cuerpo. Esto implica una sensación profunda que hace que se extrañen en la ausencia, o experimenten
que la distancia hace perder el sentido del sabor por la vida y la misma alegría de vivir.
El amor les dio la oportunidad de salir del ‘yo’ para encontrarse con el ‘tú’ del otro. La crisis
en la que están sumergidos muchos matrimonios en la actualidad, es fruto -en parte- del
individualismo que la sociedad actual siembra en el corazón de las personas, impidiendo que logren
encontrarse con el ‘tú’. Cuando surge una pequeña o gran crisis matrimonial se manifiesta generalmente- en el cerrarse cada uno en sí mismo, reclamando cambios del otro, señalando fallas o
defectos que en otros tiempos no molestaban y culpando o responsabilizando al otro de la situación
por la que se atraviesa. Allí se pierde la alegría de la vida matrimonial. En cambio, cuando se vive en
búsqueda del ‘tú’ saliendo del ‘yo’, en el constante querer construir el ‘nosotros’, todo es diferente, se
está creando un clima de felicidad, aunque sean los mismos dos que contribuyen con todo lo positivo
y maravilloso de sí mismo, y también, con aquello que falta o que sobra. Pero el amor, todo lo puede.
Asume, disimula, carga sobre sí, alienta ante la debilidad del amado. Conozco una esposa que cuando
él hacía lo que a ella no le gustaba, salía en el automóvil, por donde él estaba, cuidando que no le pase
nada. En lugar de reprochar, amaba cuidando. ¡Hoy ya no es necesario, el amor pudo más!
“Tengo el corazón contento, el corazón contento, lleno de alegría. Tengo el corazón contento
desde aquel momento en que llegaste a mí. Le doy gracias a la vida y le pido a Dios que no me faltes
nunca”. Dios quiso que la vida los entrelazara. ¿Acaso no es motivo de inmensa alegría? ¡Qué
maravilla descubrir un matrimonio que al mirarse a los ojos, estallan de felicidad!
Un matrimonio feliz, genera una sensación indescriptible para los esposos, brinda gran
seguridad a los hijos, por sobre todo, éstos crecerán en una sólida familia que les provocará el deseo
de construir, también ellos una familia semejante. Un matrimonio feliz hace una familia feliz. La
felicidad de una familia atrae, no solamente a los extraños, sino a los mismos miembros, dado que
todos desean volver a casa cada vez que, por un motivo determinado, debieron partir.
Una familia feliz, es el sueño de Dios, el sueño de los novios que se prestan a decidir sus
bodas matrimoniales, el sueño de los esposos que minuto a minuto de la vida van construyendo el
hogar, el sueño de los hijos cuando proyectan en el futuro la realidad que experimentan en sus padres.
¡Por una familia feliz existe, trabaja y evangeliza Hogares Nuevos! Que todos los esposos sean
capaces de brindar el hermoso y profundo testimonio de un corazón contento lleno de alegría. Por
esto, le dan gracias a la vida y a Dios y le piden que nunca le falte el uno al otro, sino que la felicidad
que hoy experimentan se proyecte en la eternidad.
Díganselo hoy y siempre, como quieran o con las palabras del Cantar de los Cantares: “¡Qué
hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Qué hermoso eres, amado mío, eres realmente
encantador!
Oración
Señor Jesús, tomados de la mano,
queremos agradecerte el habernos puestos juntos en el camino de la vida,
dándonos la oportunidad de ser felices en nuestro matrimonio y familia.
Desde que nos llamaste a construir una familia,
estamos muy contentos, nuestro corazón rebalsa de alegría, somos felices.
Ayúdanos a sostener nuestra familia desde tu fortaleza,
que nunca nos falte la gracia, para que hasta el final de nuestros días,
podamos gozar de la belleza de nuestro matrimonio y familia. Amén.
Trabajo Alianza
1.- Contarse mutuamente, cuánto vale cada uno para el otro.
2.- Como matrimonio: ¿están contentos y alegres por el otro? ¿Son un matrimonio feliz? ¿Qué
aspectos deben disponerse a hacer crecer para que brille más aún la felicidad matrimonial?
3.- Piensen y concreten una invitación mutua para celebrar lo contentos que están en el corazón por
quien tienen a su lado.
Trabajo Bastón
1.- Nuestra sociedad, ¿ayuda a valorar al cónyuge? ¿Qué riesgos concretos, en la desvalorización
social de la vida matrimonial, pueden afectar a los matrimonios hoy en día?
2.- Después del Encuentro, en general, ¿se valora más al esposo o a la esposa? ¿En qué aspectos lo
descubrimos?
3.- ¿Cómo sembrar en los jóvenes el deseo de construir una familia feliz?
4.- ¿Cuál es nuestro compromiso para ayudar a otras familias a que sean felices?
Damos gracias a Dios por todos los que están
respondiendo al proyecto “Si amas, aportas”
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