El cáncer de testículos se cura en más de un 90 por ciento de los

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El cáncer de testículos se puede curar hasta en un 90 por ciento de los casos. Aunque no es
tan frecuente como el de próstata o colon, se trata del tumor sólido más común en hombres
jóvenes, entre los 25 y los 35 años, en plena etapa reproductiva. “Sin embargo, es el tumor
que más se ha beneficiado de los avances quimioterápicos. Actualmente tiene una altísima
probabilidad de curación”, señala el Dr. Allona, del Servicio de Urología del Hospital
Ramón y Cajal de Madrid.
Se trata del tumor sólido más frecuente en hombres
jóvenes, particularmente entre los 25 y los 35 años
El cáncer de testículos se cura en más
de un 90 por ciento de los casos
OS expertos recomiendan la autoexploración
testicular a los varones
en edad de riesgo, ya
que de este modo se puede detectar la presencia de un posible
tumor dentro del escroto. El primer síntoma es un bulto duro
del tamaño de un garbanzo, que
normalmente no es doloroso al
tacto.
Aunque se han relacionado
diversos factores de riesgo que
aumentan las probabilidades de
desarrollar este tumor, el que
presenta una relación más clara
es la falta de descenso de los testículos al escroto. “Cuando tratamos un caso de criptorquidia”,
explica el Dr. Allona, “el objetivo es que el testículo esté palpable para que se pueda, a ser posible de forma precoz, detectar
cualquier anomalía. Así mismo,
los hombres con un tumor en
uno de sus testículos tienen
mayor probabilidad de desarrollarlo en el otro testículo”.
A través de una simple palpación, una ecografía y un análisis
de sangre se puede detectar un
cáncer de testículo. En algunos
casos, el tumor se presenta con
un cuadro de hidrocele y un
aumento del volumen del
hemiescroto. Si se diagnostica a
tiempo, casi todos son curables
y, en general, la supervivencia
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de los enfermos a los cinco años
del diagnóstico es superior al 90
por ciento.
Normalmente, el tumor testicular se trata con cirugía radical,
que consiste en extirpar el testículo afectado. Sin embargo, en
algunos casos, como cuando
existe un tumor testicular bilateral, se opta por la cirugía conservadora. Una vez que se ha sometido al paciente a la cirugía
radical, se analiza el tumor. A
través de una serie de pruebas
clínicas se confirma que el tumor
no se haya diseminado a otras
zonas fuera del testículo. En función de los resultados, se opta
por el tratamiento más adecuado.
En los casos en los que el tumor
ya se ha extendido, se utiliza la
cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
Los
hombres con
problemas de
fertilidad tienen
un mayor riesgo
de desarrollar
un cáncer de
testículo
La extirpación del testículo
no implica pérdida de virilidad,
ya que la capacidad que queda
en el otro testículo es suficiente
para mantener una función
sexual normal. Tampoco se
afecta la producción de hormonas significativamente. Si se
pierden los dos testículos habrá
infertilidad, pero aportando hormonas masculinas se puede
mantener una actividad sexual
normal.
Según un nuevo estudio que
se ha publicado recientemente en
la revista British Medical Journal, los hombres con problemas
de fertilidad tienen un mayor
riesgo de desarrollar un cáncer
de testículo. El aumento de la
incidencia de este tipo de tumor
en las últimas décadas parece
estar asociado con una disminución de la cantidad y calidad del
esperma.
Según el doctor Allona, es
más frecuente el tumor testicular
en pacientes infértiles. Es decir,
que los pacientes con cáncer de
testículos presentan una tasa de
fertilidad menor que el resto de
la población. “En muchas ocasiones, gracias a las biopsias que
realizamos a los pacientes infértiles para descubrir la causa de
su esterilidad, descubrimos de
manera casual un tumor en el
testículo”.
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