Consideraciones del claustro del IES Gran Tarajal sobre el

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CONSIDERACIONES PROIDEAC
Los integrantes del claustro del IES GRAN TARAJAL, queremos expresar nuestra opinión sobre la
aplicación PROIDEAC, sus fundamentos y las intenciones que tiene la Dirección General de
Ordenación para el próximo curso, ya que hasta el día de hoy no se ha pronunciado sobre las
mismas.
Por ello, nos queremos dirigir al Consejero de Educación, que parece ser el único que hasta ahora
ha mostrado algo de cordura, al señalar, ante el Consejo Escolar de Canarias, que los
planteamientos del Proideac y la evaluación por medio de rúbricas son solamente una más de las
posibilidades de actuación que la autonomía de los centros permite al profesorado al programar y
evaluar.
Primero.- Queremos señalar el carácter engañoso de la misma, ya que, si su aplicación se hace
obligatoria para el próximo curso, como aseguran, off the record, los asesores que trabajan en su
difusión, no será, como se dice, solamente una herramienta de ayuda para asistir al profesorado en
la programación y la evaluación, sino que mediatizará todo su quehacer académico, siendo utlizada
como excusa para generalizar el sistema de evaluación por rúbricas, ante el escaso éxito que los
diversos intentos previos han tenido y que tan poco acogida tuvieron entre el profesorado.
Segundo.- Plantea un modelo que hasta el momento ha generado poca aceptación y, pese a los
mensajes de pseudoobligatoriedad e imposición por parte de la Dirección General de Centros, su
aplicación en los centros no ha sido, ni muchos menos, generalizada, antes bien, lo único
generalizado, según nuestras noticias, es el rechazo a la misma.
Tercero.- No nos parece que el principal problema de la educación en las islas esté en los modelos
de programación y en los sistemas de evaluación. Aunque considerásemos las matrices o rúbricas el
sistema idóneo, éstas no solucionarían nuestro problema, porque nuestro problema no es el sistema
de evaluación. Emplear tanto dinero, tanto tiempo y tantos esfuerzos, es no comprender bien lo que
se cuece en las aulas de nuestros centros.
Cuarto.- Pretender generalizar las matrices como medio sistemático de evaluación, con la cantidad
de alumnos que tiene cada profesor, algunos pueden sobrepasar los doscientos, es totalmente
quimérico . Hacerlo en el año en que nos aumentan las horas lectivas, tenemos más alumnos y
menos horas destinadas a la preparación y corrección de clases, raya en el sadismo.
Quinto.- Consideramos que la obligatoriedad de programar y evaluar utilizando la aplicación
Proideac, si se produce, conllevará anular, de hecho, alguna de las disposiciones vigentes por la que
son los centros , en virtud de su autonomía, la CCP y los departamentos didácticos los responsables
de establecer las programaciones, los sistemas de evaluación y los proyectos educativos.
Sexto.- Nos parece profundamente antidemocrático que desde un pequeño grupo de personas que
coyunturalmente hoy ocupan puestos de responsabilidad en la Consejería de Educación se quiera
imponer, por decreto, un sistema concreto, sin tener en cuenta la opinión del resto del profesorado.
Aa pesar de que se invita a la participación, la decisión final ya está tomada de antemano: la
implantación de dicha aplicación web obligatoriamente en todos los centros el próximo curso.
Sexto. Se presenta un modelo como sinónimo de éxito y exquisitez pero no se aporta ningún estudio
que lo avale. ¿Dónde se ha aplicado, en Canarias, y cómo se cuantifica su éxito? Los expertos, de
la Consejería dicen que es mejor y tendremos que aceptarlo como dogma de fe, porque no
conocemos los datos que lo avalan.
Séptimo. Consideramos poco acertado, que ahora que la ley estatal ha cambiado y que hay
exámenes al final de cada etapa, la Consejería preconice la generalización de la enseñanza
mediante situaciones de aprendizaje, con la dificultad que ello conlleva para impartir todos los
contenidos de las diversas etapas y la posición marginal que los exámenes ocupan en este sistema
de enseñanza. ¿Nuestros alumnso saldrán mejor preparados para afrontar dichos exámenes?
Octavo.- Nos parece patético y expresamos nuestro rechazo a todo ese galimatías terminológico,
formal y burocrático en que se quiere convertir la enseñanza. Vamos a necesitar más tiempo para
redactar la programación de las actividades y de las rúbricas de evaluación de las mismas que para
preparar las propias actividades y corregirlas.
Por todo ello, nos dirigimos a Vd. para solicitarle que se implique este asunto y supervise que, por
medio de circulares, aplicaciones web u órdenes , no se atente, el próximo curso, contra la libertad
de los centros a programar de acuerdo a su proyecto educativo y que las decisiones sobre
programación y evaluación se sigan manteniendo dónde, hasta ahora, las leyes las han situado: en
los centros y en los departamentos didácticos y no en manos de la Dirección General de Centros.
NO A LA INSTAURACIÓN OBLIGATORIA DEL PROYECTO Y APLICACIÓN PROIDEAC EL
PRÓXIMO CURSO.
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