Inestabilidad docente. Remover para empeorar. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, que lleva gobernada por el PSOE desde 1982, casi 35 años ininterrumpidamente, no da con la tecla de garantizar la estabilidad del personal docente, elemento esencial en la calidad educativa. Hace tiempo apuntábamos que el tiempo de permanencia del profesorado en los centros es un elemento esencial que explica una parte importante de los resultados escolares. Y esto lo recoge además de los propios estudios de la CGT enseñanza, los informes de los organizamos internacionales y los propios estudios del Ministerio de Educación y universidades españolas. Citar dos ejemplos parece suficiente en el espacio de este texto: El informe sobre los indicadores internación de la OCDE, sobre entorno y procesos escolares (1999), dedica un apartado a este asunto confrontando los resultados escolares en más de 20 países con el factor estabilidad docente, medido en porcentaje de personal que tiene antigüedad de 5 o más años en los centros educativos. Una alta estabilidad permite que aumente, por una parte, la eficacia de la organización escolar en su conjunto y, por otra, el conocimiento recíproco entre docente, alumnado y familias. El informe de la OCDE afirma “La coherencia y consistencia del modelo educativo que se ofrece y un clima escolar satisfactorio parecen contribuir a mejorar los resultados conseguidos, por todas estas razones se considera que la estabilidad del personal es un factor que contribuye a la calidad de la enseñanza” Es una evidencia contrastada por las investigaciones en este campo que los aspectos organizativos y el funcionamiento del centro forman parte de la memoria colectiva con lo que el costo que supuso la puesta en marcha de las medidas se ha ido amortizando con el tiempo. El estudio realizado por el Ministerio de Educación y la universidad de Deusto. (Bilbao 2003) dedica un apartado titulado: “Mejorar procesos, mejorar resultados en Educación. Investigación europea sobre mejora de la eficacia escolar”, recogiendo lo siguiente: “La estabilidad del profesorado debería garantizarse cuando los centros educativos están mejorando, con el fin de no desaprovechar los esfuerzos realizados con los continuos cambios de quienes tienen que sostenerlos” y ello sustentado en la necesaria existencia del trabajo en equipo con carácter orgánico, ya que “Los esfuerzos de mejora que inicia un profesor suelen desaparecer, por ejemplo, cuando el profesor cambia de centro educativo, ya que el centro como organización no mantiene estos esfuerzos.” No se conformó la Consejería de Educación socialista con mantener la tasa de inestabilidad que de por sí tiene el sistema en su conjunto y la muy grave inestabilidad en centros de especial atención educativa. En la colocación de efectivos -nombramiento de personal provisional e interino que se hace cada año- ha permitido al personal definitivo cambiar de centro. Más aún, cuando introduce la enseñanza de un segundo idioma extranjero, -el francés- sin haberlo planificado con tiempo suficiente provocando el despido de más de 1.500 profesores en enseñanza primaria y su sustitución, que no incremento, por otro profesorado en su mayoría nobel. Quien estas decisiones toma no tiene ni la más ligera idea del impacto negativo que tanto cambio de profesorado tiene en los centros educativos públicos. En infinidad de empresas, que respetan profundamente la calidad de sus procesos productivos, los cambios, por introducción de innovaciones, se realizan de manera meditada, pausada, formando al personal, reciclándolo, ajustándolo a las nuevas exigencias del puesto de trabajo. En ningún caso se despide a la plantilla para contratar otra nueva. Un nuevo dislate que están pagando los despedidos y pagaran muy caro el alumnado, sus familias y los centros educativos. Fdo Rafael Fenoy Rico