CIUDAD PUERTA DE DIOS Transformación Sobrenatural del Corazón Cambia Tu Corazón de Acuerdo al de Dios Pastor Rafy Jiménez PhD. www.rafyjimenez.org Julio 7 de 2015 SANIDAD PARA UN CORAZÓN OFENDIDO “El Hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las conEendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar” (Proverbios 18:19) 5 VERDADES IMPORTANTES ACERCA DE LAS OFENSAS 1. En un mundo caído, las ofensas son inevitables. Jesús dijo: “Imposible es que no vengan tropiezos (skandalon); más, ¡ay de aquel por quien vienen! (Lucas 17:1). En esta declaración, Cristo uso una palabra poderosa: “imposible” como resultado de la caída, y de la naturaleza pecaminosa que los seres humanos heredamos, las ofensas se convirEeron en una parte inevitable y lamentable de nuestra relación. Sin embargo, cuando nos reconciliamos con Dios, por medio de Cristo, y nos converEmos en sus hijos, somos llamados a vivir de acuerdo a una naturaleza que refleje su corazón. Por tanto es fundamental que aprendamos a lidiar con las ofensas de manera efecEva. El primer paso es: • Determinar en oración Antes que nada suceda, como nos comportaremos cuando las ofensas vengan y cuál será la acEtud de nuestro corazón para lidiar con ellas. 2. Todos ofendemos de palabra o hecho Dado que somos miembros de la raza humana, en un momento u otro, vamos a ofender a los demás de palabra o hecho. Veamos lo que dice las Escrituras SanEago 3:2 Este versículo la palabra “ofender” es la traducción de la palabra griega ptaio que, en forma literal significa: • “trastabillar” (dar traspié o tropezar) • figuraEvamente quiere decir “errar” • “pecar” • “fallar” (en relación a la salvación); • “caer” • “equivocarse” • “ofender” Del mismo modo, más allá de donde o con quien vivamos, inevitablemente seremos ofendido por otras personas, puede ser un: • Esposo • Esposa • Hijos • Padres • Amigos • Jefes • Compañero de trabajo • Compañero de estudios • Pastores • Misioneros • Apóstoles A pesar de esto, debemos saber que, en la mayoría de los casos la gente que nos provoca la ofensa ni siquiera sabe que lo ha hecho; y como hemos visto, nosotros también podemos ofender a otros sin darnos cuenta. Nuestra cooperación con Dios en la transformación sobrenatural de nuestro corazón incluye, pedirle que nos ayude a soltar voluntariamente las ofensas, vivir libre de amarguras y resolver cualquier desacuerdo con otros. Tan pronto como podamos vea Romanos 12:17-­‐18. Cuando hagamos esto con sinceridad de corazón seremos bendecidos por Dios y llenos de su gozo. 3. Las ofensas son instrucEvas pero muchas son destrucEvas. Hemos observado que las ofensas generan reacciones, y que estas revelan lo que realmente, hay en nuestro corazón. A veces, podemos creer que ya hemos avanzado bastante en nuestra madurez espiritual; pero luego comprobamos que hay un asunto no resuelto en nuestro corazón cuando reaccionamos mal quizá con amargura y orgullo al sufrir alguna ofensa. Por tanto, cuando somos ofendidos, debemos usar esa circunstancia para nuestro bien, permitiendo que nos instruya acerca de la verdadera condición de nuestro ser interior, y que busquemos sanidad. Algunas personas cuando reciben una afrenta, ignoran a quien se la causo, dejan de comunicarse y hasta dan por terminada la relación; otras atacan al ofensor con insultos y peleas. En otras palabras, se comportan como niños y forman una pataleta o un berrinche cuando no se salen con la suya. Aun otros, exageran la ofensa y comienza a tramar venganza hacen acusaciones a espaldas del ofensor, envuelven a otra gente en la situación, y mucho más. A veces la gente que considerábamos inmadura nos sorprende, porque sabe lidiar mejor con las ofensas que aquellos que considerábamos maduro. En lugar de terminar una relación de buena a primeras, o en vez de gritarle a la otra persona o buscar venganza, ellos siguen el patrón bíblico; hablan en privado con quienes los ofendieron, y buscan la reconciliación y el perdón, especialmente si la ofensa fue intencional (Mateo 18:15-17). Ese es el patrón que todos deberíamos seguir cuando somos ofendidos. Permítame agregar algo más a este tema. Suponga que usted se ofende por un asunto sin importancia. Por ejemplo, alguien no lo saludo como usted esperaba o hizo un comentario que a usted no le gusto, pero la otra persona no está consciente de ábrelo ofendido; en ese caso, lo mejor es descargar la ofensa; pedirle a Dios por su actitud, y seguir adelante con su vida, sin decir ni hacer algo que pueda prolongar o empeorar el asunto. CUANDO USTED SE OFENDA, DISCIERNA EL ESTADO REAL DE SU CORAZÓN ARREPIÉNTASE DE CUALQUEIR PECADO, PÍDALE PERDÓN A DIOS Y SEA SANO. 4. Ofenderse puede ser válido o no En el mundo hay muchas ofensas validas que causan una alerta a la gente ofensas que produce: • dolor • confusión • desesperación Todos tenemos emociones y cuando somos tratados injustamente o vemos que tratan mal a alguien más, por naturaleza experimentamos emociones como ira, ansiedad, o angustia. Queramos o no los sentimientos de hostilidad y dolor pueden surgir en nuestro interior. Recuerde que Jesús también mostró ira cuando vio a la gente actuando de manera injusta o hipócrita en el templo. Juan 2:13-17 Por otra parte, como ya hemos dicho, hay ocasiones es que nos sentimos ofendidos por asuntos insignificantes o sin importancia. No es tanto el sentimiento inicial de ofensa lo que importa, sino lo que hacemos con esa emoción. Por tanto ya sea que nos hayamos ofendido de manera justa o injusta por cierta situación, siempre deberíamos elegir el perdón como respuesta. De otro modo, nuestro corazón se llenara de resentimiento y amargura, y nos llevara a tener actitudes y realizar actos destructivos que después lamentaremos. Jesucristo fue juzgado injustamente por los líderes religiosos de su época; ellos dijeron que era un blasfemo y lo entregaron a los romanos para que lo crucificaran. Sin embargo El perdono a sus asesinos Lucas 23:34. Con el fin de alcanzar un propósito mayor rindió su derecho a ofenderse. 5. Las Ofensas son señales de los últimos tiempos. “Muchos tropezaran entonces y se entregaran unos a otros, y unos a otros se aborrecerán……….. Y por haberse multiplicado la maldad el amor de mucho se enfriará” (Mate o 24:10,12) Antes establecimos que la maldad aumentara en los postrero tiempo de hecho ya está aumentando y eso empuja a la gente a enfriar su corazón. Por lo general, la gente de hoy parece mucho menos interesada en los sentimientos y necesidades de su prójimo. No importa si hiere, ofende, o maltrata a los demás, mientras pueda alcanzar sus propios objetivos. Lo peor parte es que muchas gente parece indiferente a la realidad de que su corazón se está enfriando y endureciendo cada vez más. Una de las principales razones de ese enfriamiento es que, a medida que la maldad aumenta, las ofensas se multiplican. Con el aumento de la maldad se desarrolla un patrón vicioso: las ofensas llevan a la frialdad, y la frialdad genera corazones endurecido, y esto a su vez llevan a nuevas ofensas. ¡Es muy peligroso entrar en ese ciclo! Si elegimos permanecer ofendidos, promoveremos el engañoso patrón descrito arriba. Lo mejor es dedicarnos a ser ejemplo viviente de las palabras proféticas de Cristo, que aparecen en (Mateo 24:13). Una manera de perseverar hasta el fin es no permitiendo que una ofensa corrompa o endurezca nuestro corazón. Cada vez que recibimos una afrenta de alguien, tenemos la oportunidad de escoger entre permanecer ofendidos o perdonar y dejar ir el resentimiento avanzando hacia la madurez espiritual y emocional. La causa de aferrarse a las ofensas es la inmadurez Ofenderse con facilidad y permanecer ofendido son las principales características de una persona espiritual y emocionalmente inmadura. Algunos eligen vivir en inmadurez perpetua porque no sueltan las ofensas; se atan a ellas y estás controlan su vida. Debemos darnos cuenta por nuestro bien y el de los demás. Que el inmaduro es fácilmente engañado y se convierte en presa fácil de falsas doctrinas. Veamos esta revelación en Efesios 4:14 Las siguientes características se evidencian en aquellos inmaduros espiritual y emocionalmente. La persona inmadura…… • se ofende fácilmente. • es fácilmente engañada. • es insegura. • es dominada por sus emociones. • no tiene dominio propio. • Se ofende cuando es corregida. • Se ofende cuando la responsabilizan de sus errores. • Es de doble ánimo. • Es incapaz de ejercer un liderazgo efectivo porque reproducen su inmadurez en los demás. Por lo contrario, cuando aprendemos a lidiar bien con las ofensas, tratándola de forma bíblica, desarrollamos madurez. Cuando maduramos la trampa de la ofensa pierde su poder sobre nosotros. Preguntas ???????? Estudio próxima semana Los costos de vivir con un corazón ofendido