La apertura de los ojos - Soka Gakkai International (SGI)

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La apertura de los ojos
[Fuente: Los escritos de Nichiren Daishonin, Alemania, Soka Gakkai, 2008,
págs. 231-316.]
Parte Uno
Hay tres categorías de personas que todos los seres humanos deberían
respetar: el soberano, el maestro y los padres. Hay tres clases de doctrinas que
todos deberían estudiar: el confucianismo, el brahmanismo y el budismo.
El confucianismo describe a los Tres Soberanos, los Cinco Emperadores y los
Tres Reyes, a quienes denomina los Honorables de los Cielos. Y presenta a
estos hombres como jefes de la función gubernamental y puentes de unión con
el pueblo. Antes de que vivieran los Tres Soberanos, los seres humanos, en el
mismo nivel de las aves o de las bestias, ni siquiera sabían quiénes eran sus
padres. Pero a partir de la época de los Cinco Emperadores, aprendieron a
reconocer a sus padres y madres, y a tratarlos de acuerdo con los dictados del
amor filial. Así pues, Ch’ung-hua1 prestó servicio reverente a su padre, aun
cuando este fue un hombre terco y obcecado. También el gobernador de P’ei2,
una vez ungido emperador, siguió respetando profundamente la honorable
majestad de su padre. El rey Wu, de la dinastía Chou, talló en madera una
estatua de su progenitor, el conde del Oeste,3 y Ting Lan mandó esculpir la
imagen de su madre.4 Todos estos hombres son respetados como modelos de
amor filial.
El supremo ministro Pi Kan, al ver que la dinastía Yin estaba al borde de la
destrucción, advirtió con severidad al gobernante, aun cuando ello terminó
costándole la cabeza. Hung Yen, al ver que habían asesinado a su amo, el
duque Yi, se abrió el vientre e introdujo allí el hígado de su señor, antes de
exhalar su último aliento. Estos hombres pueden ser considerados modelos de
lealtad.
Yin Shou fue maestro del emperador Yao; Wu Ch’eng fue mentor del emperador
Shun; T’ai-kung Wang lo fue del rey Wen,5 y Lao Tzu fue maestro de Confucio.6
A todos ellos se los conoce como los Cuatro Venerables. Hasta los Honorables
de los Cielos inclinan la cabeza ante ellos en señal de respeto, y toda la
población une las palmas de las manos en actitud de reverencia. Venerables
como estos nos dejaron más de tres mil volúmenes de escritos, y obras como
los Tres registros, los Cinco cánones y las Tres Historias. Pero, en última
instancia, ninguno de estos escritos va más allá de los tres misterios. El primero
es el misterio del Ser, expuesto por el Duque de Chou y otras figuras. El
segundo es el misterio del No Ser, explicado por Lao Tzu. El tercero es el
misterio del Ser y el No Ser, establecido por Chiang Tzu. «Misterio» denota
oscuridad. Algunos dicen que si uno se pregunta qué había antes de que
1
nacieran nuestros ancestros, verá que la vida nació de la fuerza primordial,
mientras que, para otros, la eminencia y la bajeza, la dicha y el pesar, el bien y
el mal, el beneficio y la pérdida ocurren, sencillamente, como parte del orden
natural.
Son teorías construidas con habilidad, pero no logran dar cuenta del pasado ni
del futuro. Como hemos visto, en la noción de misterio está implícita la idea de
oscuridad o de tinieblas, por la cual es justo emplear la palabra «misterio».
Estas teorías sólo tratan las cuestiones desde el punto de vista del presente.
Hablando desde la perspectiva del tiempo actual, los confucianos declaran que
hay que seguir los principios de la benevolencia y la rectitud,7 y de esa manera
procurar la seguridad personal, y la paz y el orden en el Estado. Si uno se
aparta de tales principios, aseveran ellos, condena a su familia a la desgracia y
provoca la ruina de su clan. Pero, aunque los eruditos y sabios que predicaron
esta doctrina sean aclamados como venerables, en lo que concierne a su falta
de conocimientos sobre el pasado se asemejan a la gente común que no puede
verse la espalda, y por su pobre comprensión del futuro, son como ciegos
incapaces de ver lo que tienen por delante.
Si, desde el punto de vista del presente, uno procura el orden en su familia,
cumple con los dictados del deber filial y practica fielmente las cinco virtudes
constantes, entonces logrará que sus allegados lo respeten y que su nombre
sea conocido en todo el país. Si la nación es gobernada por un sabio, este lo
invitará a uno a prestar servicio como ministro o maestro, o hasta quizá le ceda
su propia posición. Incluso el cielo acudirá a brindarle protección y amparo a
alguien que actúe de esta forma. Personas así fueron los Cinco Ancianos,8 que
se congregaron en torno al rey Wu de la dinastía Chou para cooperar con él, o
los veintiocho generales del emperador Kuang-wu de la dinastía Han posterior,
a quienes se llegó a comparar con las veintiocho constelaciones del firmamento.
Pero como estas personas nada saben acerca del pasado o del futuro, no
pueden ser de ayuda a sus padres, a su soberano o a su maestro a la hora de
tomar recaudos para sus próximas existencias y, por ende, no pueden saldar la
deuda de gratitud que tienen con todos ellos. Así que estas personas no son
verdaderos sabios o venerables.
Confucio declaró que no había sabios ni venerables en su país, pero sí en la
tierra situada al oeste, donde había vivido un venerable llamado «Buda».9 Esto
indica que los textos no budistas deberían ser vistos como un primer paso hacia
la doctrina budista. Confucio primero enseñó el decoro y la música,10 de tal
forma que cuando las escrituras budistas llegaron a la China, nociones como los
preceptos, la meditación y la sabiduría11 resultaron más fáciles de comprender.
Él enseñó cómo debían ser los gobernantes y ministros ideales, para dejar clara
la distinción entre lo superior y lo subordinado; expuso el ideal de la paternidad
para que se apreciara la importancia del amor filial, y explicó el ideal del maestro,
para que la gente aprendiera a seguir.
El gran maestro Miao-lo dice: «La propagación del budismo realmente depende
de esto. Primero se establecieron las enseñanzas sobre el decoro y la música, y
2
luego se introdujo el Camino verdadero».12 T’ien-t’ai señala: «En el Sutra de la
luz dorada está escrito que ―todas las buenas enseñanzas que existen en el
mundo derivan de este sutra. Tener un profundo conocimiento de este mundo
es, en sí, el budismo‖».13 En Gran concentración e introspección, leemos: «Yo
[el Buda] he enviado a los Tres Venerables14 para que eduquen a la tierra de la
China». En Comentario sobre «Gran concentración e introspección», leemos:
«El Sutra de la práctica de la Ley pura señala que el bodhisattva Luz de Luna
apareció en esa tierra con el nombre de Yen Hui, el bodhisattva Brillante y Puro
apareció allí como Confucio, y el bodhisattva Kashyapa apareció como Lao Tzu.
Puesto que el sutra habla desde el punto de vista de la India, se refiere a la
China como a ―esa tierra‖».
En segundo término, llegamos a las enseñanzas no budistas de la India. En el
brahmanismo, hay dos deidades: Shiva, de tres ojos y ocho brazos, y Vishnu.
Se las venera como el padre afectuoso y la madre compasiva de todos los seres
vivos; asimismo, se las llama Honorables de los Cielos y también soberanas.
Además, hay tres hombres: Kapila, Uluka y Rishabha,15 conocidos como los
tres ascetas. Estos ascetas vivieron unos ochocientos años antes de la época
del Buda. Las enseñanzas expuestas por ellos tres se conocen como los cuatro
Vedas y suman, en total, unas sesenta mil.
Más tarde, en tiempos del Buda, hubo seis maestros no budistas que estudiaron
y transmitieron estas escrituras no budistas y actuaron como tutores al servicio
de los reyes de las cinco regiones de la India. Sus enseñanzas se dividieron en
noventa y cinco, o noventa y seis ramas distintas, y dieron lugar a un sinfín de
escuelas. Los estandartes de su orgullo flameaban más altos que los cielos
donde no hay pensamiento ni no pensamiento,16 y su rigidez dogmática era
más dura que el metal o la piedra. Pero, en su capacidad y profundidad de
comprensión, superaban todo lo conocido por el confucianismo. Podían
internarse en el pasado y percibir dos, tres o hasta siete existencias a lo largo
de ochenta mil kalpas, y sabían lo que sucedería en los ochenta mil kalpas
próximos. Como principio fundamental de su doctrina, algunas de estas
escuelas enseñaron que las causas producían efectos; otras, que las causas no
creaban efectos, y algunas, que las causas generaban efectos en algunos
casos, y en otros, no. Estos fueron los principios fundamentales de dichas
escuelas no budistas.
Los seguidores devotos de las enseñanzas no budistas observan los cinco
preceptos y los diez buenos preceptos, practican la meditación aún sujeta a
ilusiones; y, como se elevan a los mundos de la forma y de lo informe,17 creen
haber logrado el nirvana cuando llegan al más alto de los cielos. Pero, aunque
asciendan palmo a palmo como gusanos, caen desde el cielo donde no hay
pensamiento ni no pensamiento sólo para descender a los tres malos caminos.
Ni uno solo de ellos logra mantenerse en el nivel del cielo, aunque creen que
una vez logrado este estado jamás descenderán de él. Cada uno aprueba y
practica las doctrinas expuestas por su maestro y las respeta a rajatabla. Así
pues, hay quienes se bañan en el Ganges tres veces por día, incluso en el frío
invierno, mientras que otros se arrancan los pelos de la cabeza, se arrojan
3
contra las rocas, se exponen al fuego, se queman el cuerpo o se pasean
completamente desnudos. Y también están los que creen poder acopiar buena
fortuna sacrificando caballos en cantidad, o quienes incendian árboles y
pastizales, o se postran ante cada árbol que encuentran.
Las enseñanzas erróneas como estas son tantas que contarlas resultaría
imposible. Sus adeptos honran y respetan a los maestros que las postularon,
así como las deidades celestiales lo hacen ante su señor Shakra, o como los
ministros de la Corte se inclinan ante el soberano del Imperio. Pero ni una sola
persona de las muchas que siguen estas noventa y cinco clases de enseñanzas
no budistas, superiores o inferiores, logra escapar jamás del ciclo de nacimiento
y muerte. Los que siguen a los buenos maestros, después de renacer dos o tres
veces, vuelven a caer en los malos caminos, mientras que aquellos que siguen
a los maestros malos terminan cayendo en los malos caminos en su existencia
inmediata.
Y, sin embargo, el núcleo de estas enseñanzas no budistas constituye un
importante medio de ingreso en el budismo. Algunas de ellas señalan: «Dentro
de mil años, el Buda aparecerá en el mundo»,18 mientras que otras indican: «El
Buda aparecerá en el mundo dentro de cien años».19 El Sutra del nirvana
observa: «Todas las escrituras y los escritos no budistas de la sociedad son, en
sí mismos, enseñanzas budistas; no son doctrinas no budistas». Y en el Sutra
del loto se lee: «Ante la multitud, parecen estar contaminados por los tres
venenos o abrazar ideas distorsionadas. De esa forma, mis discípulos utilizan
medios conducentes para salvar a los seres vivos».20
En tercer lugar, llegamos al budismo. Uno debería saber que El Gran Iluminado
Honrado por el Mundo es un gran líder de todos los seres vivos, un gran ojo
para todos ellos, un gran puente, un gran timonel, un gran campo de buena
fortuna. Los Cuatro Venerables y los tres ascetas de las escrituras brahmánicas
y confucianas suelen recibir el calificativo de ―venerables‖, pero en realidad son
sólo personas comunes que aún no han podido erradicar las tres categorías de
ilusiones. Se los llama eruditos, pero en verdad son apenas infantes, incapaces
de entender los principios de causa y efecto. Si alguien usara sus enseñanzas
como navío, ¿podría cruzar el mar de los sufrimientos del nacimiento y la
muerte? Si usara sus doctrinas como puente, ¿podría hallar la salida del
laberinto de los seis caminos? Pero el Buda, nuestro gran maestro, ha ido más
allá incluso de la transmigración con cambios y avances, para no hablar de la
transmigración con diferencias y limitaciones.21 Ha erradicado incluso la raíz de
la oscuridad fundamental, para no mencionar las ilusiones del pensamiento y
del deseo, que son pequeñas como ramas y hojas.
Este Buda, desde el momento en que obtuvo la iluminación a los treinta años,
hasta que falleció a los ochenta, expuso sus enseñanzas sagradas durante
cinco décadas. Cada palabra, cada frase que dijo fue verdad; no pronunció una
sola oración ni una sola estrofa que fuera falsa. Las palabras de los sabios y
venerables preservadas en las escrituras y enseñanzas del confucianismo y del
brahmanismo, como hemos notado, están libres de error, y las palabras
4
coinciden con el espíritu con que fueron expuestas. Pero ¡cuánto más cierto es
esto en el caso del Buda, quien no dijo una sola palabra falsa en incontables
kalpas! En comparación con las escrituras y enseñanzas no budistas, las
doctrinas que expuso en ese lapso de aproximadamente cincuenta años
representan el gran vehículo, las palabras veraces del gran hombre.22 Todo lo
que predicó, desde la alborada de su iluminación hasta el ocaso en que ingresó
en el nirvana, no es más que la pura verdad.
Sin embargo, cuando examinamos las ochenta mil enseñanzas del budismo,
expuestas durante casi cincuenta años y registradas en las escrituras, vemos
que abarcan varias categorías, como las de Hinayana y Mahayana, sutras
provisionales y verdaderos, enseñanzas esotéricas y exotéricas, discursos
detallados y generales, palabras verdaderas y falsas, nociones correctas e
ideas incorrectas. Pero de todas ellas, sólo el Sutra del loto representa las
enseñanzas correctas del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, las
palabras veraces de los budas de las tres existencias y de las diez direcciones.
El Gran Iluminado Honrado por el Mundo designó un período específico de
cuarenta años iniciales o más, y declaró que en los diversos sutras expuestos
durante ese período, numerosos como los granos de arena del Ganges,
«todavía no había revelado la verdad».23 Designó el Sutra del loto, predicado
durante los últimos ocho años, como el sutra en que por fin iba a «revelar la
verdad».24 Entonces, el buda Muchos Tesoros se presentó irrumpiendo desde
lo profundo de la tierra para testimoniar: «Todo lo que has expuesto [en el Sutra
del loto] es la verdad»,25 y los budas que son manifestaciones corpóreas de
Shakyamuni se congregaron y extendieron sus largas lenguas hacia el cielo de
Brahma para prestar testimonio.26 Estas palabras son claras por demás,
perfectamente comprensibles, más brillantes que el sol en un día despejado o
que la luna llena a medianoche. ¡Respétenlas y crean en ellas, y abríguenlas en
su corazón!
El Sutra del loto contiene dos enseñanzas importantes.27 Y las escuelas Tesoro
del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos,
Características del Dharma y Tres Tratados jamás han oído ni siquiera el
nombre de ninguna de las dos. Las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra
Verdadera, por otro lado, se han apropiado furtivamente de estas enseñanzas
para hacer de ellas el corazón de sus propios principios. La doctrina de los tres
mil aspectos contenidos en cada instante vital se encuentra en un solo lugar,
oculta en las profundidades del capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza
esencial del Sutra del loto. Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de ella,
pero no la revelaron en forma abierta. T’ien-t’ai Chih-che fue el único que la
abrazó y la mantuvo presente a cada momento.
La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital comienza
con el concepto de la posesión mutua de los diez estados. Pero las escuelas
Características del Dharma y Tres Tratados sólo hablan de ocho estados e
ignoran por completo la totalidad de los diez estados, para no hablar siquiera de
su posesión mutua. Las enseñanzas de las escuelas Tesoro del Análisis del
Dharma, Establecimiento de la Verdad y Preceptos derivan de los Sutras
5
Agama. Sólo tienen conocimiento de los seis estados y nada saben sobre los
cuatro restantes. Declaran que en las diez direcciones existe un solo buda, y no
predican siquiera que pueda haber un buda en cada una de las diez direcciones.
Por supuesto, nada dicen sobre el principio de que «todos los seres vivos
poseen la naturaleza de Buda por igual».28 Se niegan a reconocer que incluso
un ser humano posee la naturaleza de Buda. A pesar de ello, cada tanto uno
escucha a miembros de la escuela Preceptos o de la escuela Establecimiento
de la Verdad diciendo que hay budas en las diez direcciones o que todos los
seres vivos poseen la Budeidad. Esto se debe a que los maestros de estas
escuelas que aparecieron después de la muerte del Buda se apropiaron de
estas doctrinas del Mahayana y las incorporaron a las enseñanzas de sus
propias escuelas.
Para dar un ejemplo, en el período anterior a la aparición del budismo, los que
postulaban enseñanzas no budistas en la India no estaban tan aferrados a sus
propias ideas. Pero, después de la aparición del Buda, habiendo escuchado y
observado las enseñanzas budistas, tomaron conciencia de las limitaciones de
sus propias doctrinas. Entonces, concibieron la astuta idea de apoderarse de
elementos de la enseñanza budista e incorporarlos a sus doctrinas de origen; a
raíz de esta actitud erraron aún más que antes. Estos errores se conocen como
«apropiación del budismo» y «plagio al budismo».29
Lo mismo ocurrió con las escrituras no budistas en la China. Antes de que el
budismo ingresara en el territorio chino, el confucianismo y el taoísmo eran
filosofías bastante infantiles e ingenuas. Pero, en la dinastía Han posterior, el
budismo hizo irrupción en el país y planteó un reto a las doctrinas existentes. En
su debido momento, a medida que el budismo se fue popularizando, ciertos
sacerdotes budistas se vieron obligados a regresar a la vida secular porque
habían violado los preceptos. Otros eligieron sumarse a las filas de los credos
autóctonos. A través de estos hombres, las doctrinas budistas fueron robadas e
incorporadas a las enseñanzas confucianas y taoístas.
En el quinto volumen de Gran concentración e introspección, leemos: «En esta
época, hay muchos monjes diabólicos que violan los preceptos y regresan a la
vida laica. Temerosos de ser castigados por sus actos, se pasan a las filas del
taoísmo y, con la ambición de acumular fama y riquezas, ensalzan
exageradamente las virtudes de Lao Tzu y de Chuang Tzu, usurpan conceptos
budistas y creen leerlos en enseñanzas erróneas. Distorsionan lo que es noble y
lo encajan por fuerza en un contexto mezquino; destruyen lo excelso y lo
arrastran hacia lo más bajo, con el afán de poner ambas cosas en un mismo
nivel».
El Comentario sobre «Gran concentración e introspección» comenta este
mismo pasaje del siguiente modo: «Aunque son monjes, destruyen las
enseñanzas del budismo. Algunos violan los preceptos y retornan a la vida
secular, como lo hizo Wei Yüan-sung. Entonces, ya como laicos, actúan
destruyendo las enseñanzas budistas. Hombres de esta naturaleza roban y
usurpan las doctrinas correctas del budismo y se valen de ellas para suplir y
6
reforzar las enseñanzas erróneas. La frase ―distorsionan lo que es noble...‖
significa que, adoptando el enfoque de los taoístas, tratan de poner budismo y
taoísmo en un mismo nivel e intentan equiparar lo correcto y lo erróneo, aunque
la razón nos diga que esto jamás podría ser así. Habiendo sido seguidores de la
enseñanza budista, roban lo correcto y lo utilizan para apuntalar lo incorrecto.
Tuercen las ochenta mil nobles enseñanzas de las doce divisiones del canon
budista y las meten por la fuerza en el contexto mezquino de los dos capítulos y
las cinco mil palabras de Lao Tzu, utilizándolas para interpretar las doctrinas
ruines y erradas de ese texto. A esto se le llama ―destruir lo excelso y arrastrarlo
hacia lo más bajo‖». Habría que considerar estos comentarios muy atentamente,
pues explican el significado de las descripciones anteriores.
Y este mismo proceso tuvo lugar en la propia enseñanza budista. El budismo se
difundió en la China durante la era Yung-p’ing (58-75 d. C.) de la dinastía Han
posterior, y en su momento logró prevalecer sobre las doctrinas confuciana y
taoísta. Pero en el seno del budismo comenzaron a surgir diferentes opiniones,
que dieron origen a las tres escuelas de la China meridional y las siete escuelas
de la China septentrional y fueron proliferando aquí y allá, como crisantemos u
orquídeas. En tiempos de las dinastías Ch’en y Sui, sin embargo, el gran
maestro Chih-che venció a estas diversas escuelas y restauró en el budismo,
nuevamente, su objetivo primordial de salvar a todos los seres vivos.
Con posterioridad, desde la India llegaron a la China las enseñanzas de las
escuelas Características del Dharma y Palabra Verdadera; y también apareció
la escuela Guirnalda de Flores. Entre ellas, Características del Dharma se
presentó como acérrima opositora de la escuela T’ien-t’ai, porque sus
enseñanzas diferían entre sí tanto como el fuego y el agua. Sin embargo,
cuando el maestro del Tripitaka Hsüan-tsang y el gran maestro Tz’u-en
examinaron con detenimiento las obras de T’ien-t’ai, llegaron a comprender que
las nociones de su propia escuela eran erradas. Aunque jamás repudiaron
públicamente la escuela a la que pertenecían, todo parece indicar que, en su
fuero interno, adoptaron las enseñanzas de T’ien-t’ai.
Desde el comienzo, Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera fueron escuelas
provisionales, basadas en sutras provisionales. Pero los maestros del Tripitaka
Shan-wu-wei y Chin-kang-chih [quienes introdujeron en la China las
enseñanzas esotéricas de la escuela Palabra Verdadera] usurparon las
doctrinas de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital e hicieron de ellas el núcleo doctrinal de su propia escuela, añadiéndole la
práctica de mudras y de mantras y convenciéndose a sí mismos de que su
enseñanza superaba la de T’ien-t’ai. De resultas de ello, los estudiantes del
budismo que ignoraban los hechos reales llegaron a creer que la doctrina de los
tres mil aspectos contenidos en cada instante vital se encontraba en el Sutra
Mahavairochana que había sido traído de la India. De manera similar, en
tiempos en que vivió Ch’eng-kuan, patriarca de la escuela Guirnalda de Flores,
la doctrina de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital fue incorporada en forma subrepticia por esta corriente budista y utilizada
para interpretar el pasaje del Sutra de la guirnalda de flores que dice: «La mente
7
es como un diestro pintor». Y la gente no llegó a advertir que esto era lo que
estaba sucediendo.
En el caso del Japón, la escuela Guirnalda de Flores y otras que llegaron a
conocerse como las seis escuelas de Nara ingresaron en el país antes que las
escuelas T’ien-t’ai (o Tendai) y Palabra Verdadera. Por su parte, Guirnalda de
Flores, Tres Tratados y Características del Dharma mantuvieron polémicas y
enfrentamientos, tan distintas entre sí como el fuego y el agua. Cuando el gran
maestro Dengyo apareció en el Japón, expuso los errores de las seis escuelas y,
además, esclareció que Palabra Verdadera había hurtado los principios del
Sutra del loto expuestos por T’ien-t’ai para hacer de ellos el núcleo de su propia
enseñanza. El gran maestro Dengyo tomó uno por uno los diversos principios
propugnados por los líderes de las demás escuelas y, desde el punto de vista
exclusivo de los sutras, atacó sus conceptos. Como resultado de este análisis,
pudo derrotar a ocho sacerdotes eminentes de las seis escuelas; luego, a doce
monjes; después, a catorce, luego, a más de trescientos, como así también al
gran maestro Kobo. Pronto, no hubo en todo el Japón una sola persona que no
fuese leal a la escuela Tendai, y los grandes templos de Nara, el templo To-ji y
los demás diseminados por todas las provincias quedaron subordinados al
templo principal de la escuela Tendai en el monte Hiei. El gran maestro Dengyo,
además, dejó claro que los fundadores de las otras escuelas de la China, al
reconocer la supremacía de las doctrinas de T’ien-t’ai, habían evitado el error de
contravenir las enseñanzas correctas del budismo.
Sin embargo, tiempo después, las condiciones sociales fueron declinando, y la
sabiduría del pueblo se hizo cada vez más superficial. Las personas dejaron de
estudiar o de comprender las profundas doctrinas de la escuela Tendai, y las
demás corrientes se apegaron cada vez con más firmeza a sus propias ideas
prejuiciosas. Con el tiempo, las seis escuelas y la escuela Palabra Verdadera se
alzaron para atacar al budismo Tendai. Este, más y más debilitado, no pudo
seguir haciendo frente a las otras escuelas. Para colmo de males, comenzaron
a surgir nuevas corrientes absurdas, como el Zen y Tierra Pura, que también
sumaron sus ataques contra la escuela Tendai, de tal suerte que muchos de sus
seguidores laicos se volcaron a practicar estas enseñanzas erróneas.
Finalmente, hasta los sacerdotes de la escuela Tendai que el pueblo respetaba
como hombres de virtud eminente admitieron la derrota y prestaron apoyo a
estas escuelas. Y no sólo el budismo Tendai, sino también las seis escuelas y
Palabra Verdadera tuvieron que entregar sus tierras y fincas por la fuerza a
estas nuevas escuelas erradas; fue así como las enseñanzas correctas [del
Sutra del loto] cayeron en el olvido. A raíz de esto, la Diosa del Sol, la deidad
Hachiman, el Rey de la Montaña del monte Hiei y las otras grandes deidades
benevolentes que custodian la nación ya no pudieron deleitarse con el sabor de
la enseñanza correcta y, de tal forma, se alejaron del país. Cuando su lugar fue
ocupado por funciones demoníacas, todos vieron claramente que la nación se
hallaba condenada.
Y yo aquí, con mi humilde criterio de las cosas, me puse a analizar las
diferencias que había entre las enseñanzas expuestas por el buda Shakyamuni
8
durante los primeros cuarenta y tantos años de su vida, y las que enseñó en los
últimos ocho. Aunque unas y otras difieren en muchos sentidos, los eruditos
contemporáneos –con los cuales coincido— ya se han ocupado de establecer
que la diferencia más importante es que el Sutra del loto afirma que las
personas de los dos vehículos pueden manifestar la Budeidad, y que el buda
Shakyamuni, en realidad, logró la iluminación en un tiempo pasado
inconcebiblemente remoto.
Cuando examinamos el texto del Sutra del loto, vemos que allí se predice que
Shariputra llegará a ser El Que Así Llega Fulgor de Flor; Mahakashyapa llegará
a ser El Que Así Llega Brillo de Luz; Subhuti será El Que Así Llega Forma Única
y Extraordinaria; Katyayana será El Que Así Llega Luz de Oro Jambunada;
Maudgalyayana será el buda Tamalapattra Fragancia de Sándalo; Purna será El
Que Así Llega Brillo de la Ley; Ananda será el buda Rey del Poder Ilimitado de
la Sabiduría del Mar y de la Montaña; Rahula será El Que Así Llega Posado
sobre las Flores de los Siete Tesoros, los quinientos y los setecientos discípulos
que escuchan la voz serán Los Que Así Llegan Brillo Universal; los dos mil
discípulos que aún tienen cosas por aprender o que ya no tienen nada por
aprender serán Los Que Así Llegan Signo de la Joya; las monjas Mahaprajapati
y Yashodhara serán La Que Así Llega Contemplada con Agrado por Todos los
Seres, y La Que Así Llega Dotada de Mil Veces Diez Mil Marcas
Resplandecientes.
Por tal razón, si examinamos el Sutra del loto, veremos que todas estas
personas son dignas de un grandísimo honor. Pero cuando escrutamos las
enseñanzas predicadas antes que el Sutra del loto, lamentamos notar que la
situación es muy distinta.
El Buda, el Honrado por el Mundo, es un hombre de palabras veraces. Por eso,
se lo llama el Venerable y el Gran Hombre. En las escrituras no budistas de la
India y de la China, también hay personas llamadas venerables, sabios o
ascetas celestiales porque expresan palabras de verdad. Pero como el Buda los
supera a todos, a él se lo conoce como el Gran Hombre.
Este gran hombre [cuando expuso el Sutra del loto,] dijo: «Esta es la única gran
razón por la cual los budas aparecen en el mundo».30 También dijo: «Todavía
no he revelado la verdad»;31 «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo
exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad»,32 y
«Descartando honestamente los medios hábiles [predicaré sólo el Camino
insuperable]».33 El buda Muchos Tesoros agregó a las palabras del Buda su
propio testimonio, y las manifestaciones corpóreas del Buda extendieron la
lengua en señal de asentimiento. ¿Quién, entonces, podría dudar de que
Shariputra, en el futuro, llegaría a ser El Que Así Llega Fulgor de Flor, o que
Mahakashyapa sería El Que Así Llega Brillo de Luz, o que las demás
predicciones formuladas por el Buda habrían de cumplirse sin falta?
No obstante, los sutras anteriores al Sutra del loto también representan las
palabras veraces del Buda. El Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e
9
Inmenso señala: «Hay sólo dos lugares donde el Árbol del Gran Rey de la
Medicina, que es la sabiduría de El Que Así Llega, no crecerá ni dará beneficios
al mundo. No crecerá en el vasto vacío que es el profundo hoyo en que caen las
personas de los dos vehículos, ni crecerá en las aguas profundamente
distorsionadas y colmadas de ansias donde se ahogan los seres inapropiados
para la Budeidad, que destruyen sus propias raíces de bondad».
Este pasaje puede explicarse del siguiente modo. En las Montañas Nevadas
hay un inmenso árbol que posee incalculables raíces. Se lo conoce como el
Árbol del Gran Rey de la Medicina, monarca de todos los árboles que crecen en
la tierra de Jambudvipa. Mide ciento sesenta y ocho mil yojanas de altura.
Todos los demás árboles y plantas de Jambudvipa dependen de las raíces,
ramas, flores y frutos de este árbol para poder florecer y fructificar. Por lo tanto,
se lo emplea como metáfora de la naturaleza de Buda; y los otros muchos
árboles y plantas simbolizan a todos los seres vivos. Pero este gran árbol no
puede crecer en un pozo ígneo ni en un círculo acuoso.34 El pozo ígneo es una
alegoría que representa la mente de las personas de los dos vehículos, y el
círculo acuoso representa la mente de los icchantikas o personas de
incredulidad incorregible. La escritura dice que estas dos clases de seres jamás
manifestarán la Budeidad.
En el Sutra de la gran compilación se lee: «Hay dos clases de personas
destinadas a morir y a no renacer, y que, finalmente, jamás podrán comprender
o cumplir sus deberes. Una son los que escuchan la voz, y la otra, los que
toman conciencia de las causas. Supongamos que alguien cae en un foso
profundo. Esa persona no podrá beneficiarse ni brindar beneficios a los demás.
Los que escuchan la voz y los que toman conciencia de las causas son
personas así. Caen en el foso de la emancipación y no pueden beneficiarse a sí
mismos ni a los demás».
Los tres mil volúmenes o más que forman la literatura china confuciana y taoísta,
en su conjunto, recalcan dos principios: la devoción filial y la lealtad al soberano.
Pero la lealtad no es más que una extensión del amor filial. Esta constituye un
sentimiento elevado: aunque el cielo es elevado, no supera en altura el ideal del
amor filial. Este sentimiento también es profundo: aunque la tierra es honda, su
profundidad no supera la de la devoción filial. Los sabios y venerables son
producto de esta clase de amor. Por ende, no hace falta decir que las personas
que estudian las enseñanzas del budismo también deben [seguir el ideal de la
devoción filial y] comprender y cumplir sus deberes. Los discípulos del Buda, en
cualquier circunstancia, deben reconocer las cuatro deudas de gratitud35 y
saber cómo saldarlas.
Además, Shariputra, Mahakashyapa y los demás discípulos de los dos
vehículos observaron minuciosamente los doscientos cincuenta preceptos y las
tres mil reglas de conducta, dominaron las tres clases de meditación –conocidas
como la meditación sobre el sabor, la meditación pura y la meditación libre de
ilusiones— y los Sutras Agama, y se liberaron de las ilusiones del pensamiento
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y del deseo en los tres mundos. Por lo tanto, han de haber sido ejemplares en la
comprensión y el cumplimiento de sus deberes.
Y sin embargo, el Honrado por el Mundo declaró que eran hombres que no
reconocían sus obligaciones. Lo dijo porque cuando un hombre abandona su
hogar y se aleja de sus padres para escoger el sacerdocio, siempre debe
mantener como objetivo salvar a su padre y a su madre. Pero estos hombres de
los dos vehículos, convencidos de haber logrado la emancipación, no hicieron
nada por beneficiar a los demás. Y aun cuando hayan hecho algo en bien del
prójimo, condujeron a sus padres a un camino por el cual estos jamás llegarían
a manifestar la Budeidad. De tal modo, en contra de todo lo que uno esperaría,
estas personas pasaron a la historia como hombres que no supieron reconocer
sus obligaciones.
En el Sutra Vimalakirti leemos: «Vimalakirti una vez más interrogó a Manjushri
con estas palabras: ―¿Cuáles son las semillas de la Budeidad?‖. Manjushri
replicó: ―Todas las impurezas e ilusiones son las semillas de la Budeidad.
Aunque una persona cometa las cinco faltas capitales y se condene al infierno
del sufrimiento incesante, así y todo, sigue siendo capaz de albergar el gran
deseo de llegar al Camino‖».
El mismo sutra también dice: «Buen hombre, voy a darte una metáfora. En las
llanuras y en las tierras altas jamás germinarán los tallos y flores del loto azul o
del lirio de agua. Pero es en las ciénagas bajas, fangosas y húmedas donde
ellos crecerán».
También dice: «El que ya ha llegado a ser un arhat y ha logrado el nivel de la
verdad que acompaña el estado de los arhats, jamás puede albergar el deseo
de entrar en el Camino y manifestar la Budeidad. Es como el hombre que
destruye sus cinco órganos sensoriales y, por lo tanto, nunca más puede volver
a disfrutar los cinco deleites que aquellos proporcionan».
El objeto de este sutra es señalar que los tres venenos conocidos como la
codicia, el odio y la estupidez pueden convertirse en la semilla de la Budeidad, y
que las cinco faltas capitales, como matar al progenitor, pueden ser las semillas
de la Budeidad. Aunque en las altiplanicies pudiesen crecer flores de loto azules,
las personas de los dos vehículos jamás lograrían la Budeidad. El texto dice que,
cuando se comparan las bondades de las personas de los dos vehículos con los
males de la gente común, se ve que los males de estos pueden conducir a la
Budeidad, cosa que nunca llega a suceder con el bien de la gente de los dos
vehículos. Los diversos sutras del Hinayana censuran el mal y elogian el bien.
Pero esta enseñanza, el Sutra Vimalakirti, condena el bien de los practicantes
de los dos vehículos y elogia el mal de la gente ordinaria. Casi se diría que no
es una escritura budista, sino una enseñanza de alguna escuela no budista.
Pero lo cierto es que busca dejar absolutamente claro que las personas de los
dos vehículos jamás pueden llegar a ser budas.
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En el Sutra del dharani correcto e igual se lee: «Manjushri dijo a Shariputra:
―¿Puede un árbol marchito dar nuevos brotes? ¿Puede un río de montaña fluir
hacia arriba, en dirección a su fuente? ¿Puede una roca partida volver a unirse y
restaurarse sola? ¿Puede una semilla quemada germinar?‖. Shariputra
respondió: ―No‖. Manjushri dijo: ―Si tales cosas son imposibles, ¿por qué vienes
con el corazón alborozado y me preguntas si entre las predicciones referidas a
tu futuro se encuentra la Budeidad?‖».
Este pasaje significa que tal como un árbol marchito no vuelve a dar brotes, tal
como un arroyo de montaña no puede fluir contra la corriente, tal como una roca
partida no puede volver a unirse, tal como una semilla quemada no vuelve a
germinar, del mismo modo, las personas de los dos vehículos jamás pueden
manifestar el estado de Buda. En su caso, lo que se ha quemado son las
semillas de la Budeidad.
El Sutra de la sabiduría mayor dice: «Todos vosotros, hijos de dioses, si no
habéis concebido aún el deseo de la perfecta iluminación, es hora de que lo
hagáis. Si ingresáis aunque sea una vez en el reino de los que escuchan la voz,
ya no seréis capaces de concebir este deseo de lograr la iluminación perfecta.
¿Y por qué? Porque estaríais fuera del mundo del nacimiento y la muerte, lo
cual, de por sí, sería un obstáculo». Esta cita indica que el Buda36 no está
complacido con las personas de los dos vehículos, porque no conciben el deseo
de lograr la iluminación perfecta; quienes lo hacen sentir feliz son los seres
celestiales que albergan esta aspiración.
El Sutra del shuramgama afirma: «Si una persona que ha cometido las cinco
faltas capitales llegase a escuchar esta meditación shuramgama y concibiera el
deseo de lograr la iluminación perfecta, así y todo sería capaz de lograr la
Budeidad. Pero, Honrado por el Mundo, un arhat que ha puesto fin a las
ilusiones es como una vasija rota y jamás podrá recibir y practicar esta
meditación».37
El Sutra Vimalakirti dice: «Quienes os dan ofrendas no están cultivando ningún
campo de buena fortuna. Los que os dan ofrendas caerán en los tres malos
caminos». Este pasaje significa que los seres humanos y celestiales que dan
ofrendas a monjes venerables como Mahakashyapa y Shariputra sin falta
caerán en los tres malos caminos. Uno supondría que esta clase de monjes
venerables son como los ojos de los seres humanos y celestiales, y que son
líderes de todos los seres vivos, sólo superados por el mismísimo Buda. Debe
de haber sido totalmente inesperado que este, una y otra vez, hablara contra
hombres así ante las grandes congregaciones de seres humanos y celestiales,
como hemos visto que hizo. ¿Acaso trataba de matar con reprimendas a sus
propios discípulos? Pero además, utilizó incontables metáforas distintas para
expresar su condena a las personas de los dos vehículos: comparando la leche
de burra con la de vaca, dijo que eran leche de burra; comparando vasijas de
arcilla y de oro, dijo que eran como las de arcilla; comparando la luz de las
luciérnagas con la del sol, dijo que eran como la de los insectos.
12
No se refirió a esto con una o dos palabras; no lo hizo un día o dos; no lo hizo un
mes o dos; no lo hizo un año o dos, ni en uno o dos sutras, sino durante más de
cuarenta años, en sutras incontables, dirigiéndose a inmensas multitudes de
incalculables seres humanos, siempre condenando a las personas de los dos
vehículos sin una sola palabra atenuante. Así pues, todos pudieron apreciar que
su condena era verdadera. Lo supo el cielo y lo supo la tierra. Y lo aprendieron y
lo escucharon no sólo una o dos personas, sino cientos, miles y decenas de
miles, y también los seres celestiales, las deidades dragonas y los asuras de los
tres mundos, y todos los seres humanos y celestiales, las personas de los dos
vehículos y los grandes bodhisattvas reunidos en asamblea desde las cinco
regiones de la India, los cuatro continentes, los seis cielos del mundo del deseo,
los mundos de la forma y de lo informe, y los mundos de las diez direcciones. Y
luego, todos estos seres regresaron cada uno a su tierra de origen, para
explicar una por una las enseñanzas del buda Shakyamuni del mundo saha a
los habitantes de esos lugares, hasta que no quedó una sola criatura en los
incontables mundos de las diez direcciones que no comprendiera que
Mahakashyapa, Shariputra y el resto de las personas como ellos jamás
lograrían manifestar la Budeidad y que no era correcto darles ofrendas o
sustento.
Y sin embargo, en el Sutra del loto predicado durante los últimos ocho años de
su vida, el Buda de pronto se arrepintió, se retractó de su posición anterior y, en
cambio, enseñó que las personas de los dos vehículos sí podían lograr la
Budeidad. ¿Cómo esperar que le hayan creído los seres humanos y celestiales
reunidos en la inmensa asamblea para escucharlo? ¿No habría sido más
probable que rechazaran su afirmación y, además, comenzaran a dudar de
todos los sutras expuestos en ese período y en épocas anteriores?
Posiblemente hayan pensado que, tal vez, todas las enseñanzas expuestas
durante los cincuenta años de prédica del Buda en realidad habían sido
doctrinas falsas y erróneas.
Por cierto, una frase del sutra asegura: «En estos más de cuarenta años,
todavía no he revelado la verdad».38 Así y todo, uno podría pensar que, tal vez,
el demonio celestial se había apoderado de la figura del Buda para predicar en
esos últimos ocho años el Sutra del loto... Sin embargo, en este mismo sutra, el
Buda declara de manera muy específica que sus discípulos de los dos vehículos
manifestarán sin falta la Budeidad y revela en qué kalpas y en qué tierras estos
habrán de aparecer, con qué nombres se los conocerá y a qué discípulos
instruirán. Así pues, todo parece indicar que el buda Shakyamuni, señor de las
enseñanzas, está aseverando dos cosas distintas. Y esto claramente muestra
que está contradiciendo sus propias palabras. Por este motivo, los
brahmanistas se burlaron del Buda y lo llamaron el gran embaucador.
Pero cuando los seres humanos y celestiales de la gran asamblea empezaban a
sentirse abatidos por esta contradicción, apareció Muchos Tesoros El Que Así
Llega, morador del Mundo de la Pureza de los Tesoros situado al Este, en una
gigantesca torre adornada con siete clases de tesoros, de quinientos yojanas de
altura y doscientos cincuenta yojanas de ancho. Los seres humanos y
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celestiales reunidos en la inmensa asamblea acusaban al buda Shakyamuni de
estar contradiciendo sus propias palabras, y aunque este intentaba responder
de diversas formas, su incomodidad era considerable al ver que no lograba
disipar sus dudas. En ese momento, de las entrañas de la tierra surgió esa
Torre de los Tesoros que ascendió en dirección a los cielos. E irrumpió como lo
hace la luna llena cuando, en plena noche, asoma por detrás de las montañas
orientales. La Torre, con sus siete clases de tesoros, subió al firmamento sin
que la tierra la sostuviera y sin que nada la sujetase a la cúpula del cielo: allí
quedó, suspendida en el aire, y desde su interior se oyó una voz pura y potente
que brindó testimonio. [Como lo describe el Sutra del loto:] «En ese momento,
desde la Torre de los Tesoros reverberó una voz sonora que expresó palabras
de alabanza: ―¡Qué excelente! ¡Qué excelente, Shakyamuni, Honrado por el
Mundo, que puedas tomar la grandiosa sabiduría de la igualdad, la Ley con la
cual instruir a los bodhisattvas, conservada y recordada por los budas, el Sutra
del loto de la Ley prodigiosa, y que la estés predicando en bien de la gran
asamblea! Es como tú dices, como tú dices, Shakyamuni, Honrado por el
Mundo, todo lo que has expuesto es la verdad!‖».39
[En otra parte del Sutra del loto se lee:] «En ese momento, el Honrado por el
Mundo, en presencia de Manjushri y de otros incalculables cientos, miles,
decenas de miles, millones de bodhisattvas y mahasattvas que llevaban
muchísimo tiempo viviendo en el mundo saha, así como [...] de seres humanos
y no humanos, ante todos ellos, desplegó sus grandiosos poderes
sobrenaturales. Extendió su larga y ancha lengua hasta que llegó al cielo de
Brahma, y cada uno de sus poros [irradió inconmensurables, ilimitados rayos de
luz que alumbraron] todos los mundos de las diez direcciones. Los demás
budas, sentados en sus sitiales de león, bajo numerosos árboles alhajados,
hicieron lo mismo que él, y extendieron sus largas y anchas lenguas, y emitieron
incontables haces de luz».40
Y también dice: «El buda Shakyamuni hizo que regresaran a sus tierras de
origen todos los budas que eran manifestaciones corpóreas de su ser y que
habían llegado procedentes de las diez direcciones, y dijo: ―[Cada uno de estos
budas puede ir donde le plazca.] La Torre del buda Muchos Tesoros también
puede retornar a su posición anterior‖».41
En el pasado, cuando el Gran Iluminado Honrado por el Mundo entró en el
Camino por primera vez,42 aparecieron budas desde las diez direcciones para
alentarlo y aconsejarlo, y muchos grandes bodhisattvas también fueron
enviados adonde él se encontraba. Cuando predicó el Sutra de la sabiduría,
cubrió con su larga lengua el gran sistema planetario, y mil budas aparecieron
en las diez direcciones. Cuando predicó el Sutra de la luz dorada, los cuatro
budas43 se presentaron desde las cuatro direcciones, y cuando predicó el Sutra
Amida, los budas de las seis direcciones44 cubrieron con sus lenguas el gran
sistema planetario. Y cuando predicó el Sutra de la gran compilación, los budas
y bodhisattvas de las diez direcciones se congregaron en la Gran Cámara de los
Tesoros.
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Pero cuando comparamos los signos auspiciosos que acompañaron estos
sutras con los que marcaron la prédica del Sutra del loto, vemos que son como
piedras amarillas comparadas con el oro, como nubes blancas comparadas con
blancas montañas, como el hielo comparado con un espejo de plata o como el
color negro comparado con el azul: es fácil que alguien tuerto, de vista borrosa,
de vista distorsionada o de visión defectuosa los confunda.
Ya que el Sutra de la guirnalda de flores fue el primero en predicarse, no había
palabras anteriores del Buda que dicho sutra pudiese contradecir; por lo tanto,
naturalmente no hizo dudar a nadie. En el caso del Sutra de la gran compilación,
el Sutra de la sabiduría mayor, el Sutra de la luz dorada y el Sutra Amida, para
poder censurar el ideal de los dos vehículos postulado en los diversos sutras del
Hinayana, el Buda tuvo que describir las tierras puras de las diez direcciones;
de esa forma inspiró a la gente común y a los bodhisattvas a que depositaran en
ellas su aspiración. Esto hizo que las personas de los dos vehículos se sintieran
confundidas y enfadadas.
Pero, como existen ciertas diferencias entre los sutras del Hinayana y los del
Mahayana antes mencionados, vemos que en algunos casos desde las diez
direcciones aparecieron budas, y en otros, los que llegaron enviados desde las
diez direcciones fueron grandes bodhisattvas; en ciertos casos lo que se dice es
que ese sutra en particular había sido expuesto en los mundos de las diez
direcciones, o bien que desde las diez direcciones llegaron diversos budas para
reunirse en asamblea. En unos casos, se dice que el buda Shakyamuni cubrió
con su lengua el gran sistema planetario, y en otros, que los que extendieron la
lengua fueron los demás budas. Todas estas aseveraciones tienen como
finalidad combatir la noción enseñada en los sutras del Hinayana de que, en los
mundos de las diez direcciones, sólo existía un único buda.
Pero, en el caso del Sutra del loto, este difiere tanto de los anteriores sutras del
Mahayana que Shariputra y los demás discípulos que escuchaban la voz, los
grandes bodhisattvas y los diversos seres humanos y celestiales, al oírlo en
boca de Shakyamuni, se encontraron pensando: «¿No será este un demonio
que finge ser el Buda?».45 Y sin embargo, los hombres de visión borrosa de las
escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma, Tres Tratados,
Palabra Verdadera y Nembutsu parecen creer que sus propios sutras
particulares son exactamente iguales al Sutra del loto. ¡A eso llamo yo, sin duda,
visión defectuosa!
Cuando el Buda se encontraba aún en este mundo, con toda seguridad hubo
personas que descartaron los sutras expuestos durante los primeros cuarenta y
tantos años de su vida de prédica, y abrazaron el Sutra del loto. Pero cuando el
Buda murió, sin duda fue difícil hallar personas que abrieran y leyeran este sutra,
y aceptaran sus enseñanzas. Por empezar, los sutras expuestos antes suman
infinidad de palabras, mientras que el Sutra del loto es de limitada extensión.
Los sutras anteriores son muchos, pero el Sutra del loto constituye una sola y
única obra. Las enseñanzas previas fueron expuestas durante un largo tiempo,
mientras que el Sutra del loto sólo se predicó durante ocho años.
15
Y además, como ya hemos visto, al Buda se lo llamó gran embaucador; es difícil
que alguien, entonces, dé crédito a sus palabras. Si uno hiciera el gran esfuerzo
de creer en lo increíble, acaso podría aceptar los sutras anteriores, pero no el
Sutra del loto. Los hombres de la época actual parecen abrazar el Sutra del loto,
pero en realidad no creen en él. Y esta es la razón: cuando alguien les asegura
que el Sutra del loto es igual al Sutra Mahavairochana, o que es lo mismo que el
Sutra de la guirnalda de flores o que el Sutra Amida, esto los deja satisfechos y
entonces deciden creer en esa persona. Pero si alguien les dice que el Sutra del
loto es completamente distinto de todas las otras enseñanzas, a esa persona no
quieren seguir escuchándola; o, si le prestan oídos, no lo hacen pensando que
realmente diga la verdad.
Nichiren quiere decir lo siguiente. Ya han transcurrido setecientos años desde
que el budismo comenzó a difundirse en el Japón. Durante todo ese tiempo,
sólo el gran maestro Dengyo comprendió el Sutra del loto de manera cabal,
pero nadie está dispuesto a reconocer este hecho que Nichiren ha venido
enseñando. Es tal como afirma el Sutra del loto: «Tampoco sería difícil tomar el
monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos, hacia las inconmensurables tierras de buda.
[...] ¡Pero sí será difícil, indudablemente, predicar este sutra en la época de
maldad, cuando el Buda haya entrado en la extinción!».46
Las impactantes declaraciones que estoy formulando concuerdan con el sutra
en forma exacta. Pero, como afirma el Sutra del nirvana, predicado para
propagar el Sutra del loto, en los tiempos impuros de la última época los que
actúen contra la enseñanza correcta serán tantos como las partículas de polvo
que integran las tierras de las diez direcciones, mientras que aquellos que
practiquen la enseñanza correcta serán tan pocos como los granos de tierra que
caben sobre una uña. ¿Qué piensan de esto? ¿Dirían que el pueblo del Japón
puede ser apretujado hasta el punto de caber en la superficie de una uña?
¿Dirían que yo, Nichiren, ocupo las diez direcciones? Consideren atentamente
esta cuestión.
Durante el régimen de un monarca sabio, prevalece lo que concuerda con la
razón. Pero cuando gobierna un hombre necio, lo irrazonable pasa a ser lo
habitual. En forma análoga, uno debería entender que cuando aparece un
venerable en el mundo, se pone de manifiesto el verdadero significado del Sutra
del loto.
En mis observaciones, he venido contraponiendo los primeros sutras con la
enseñanza teórica del Sutra del loto; parecería como si las enseñanzas
tempranas estuvieran en posición de prevalecer. Pero si, en verdad, estas se
impusieran a la enseñanza teórica, ello significaría que Shariputra y las demás
personas de los dos vehículos nunca podrían manifestar la iluminación. ¡Y eso
sería, realmente, lamentable!
Ahora voy a analizar la segunda enseñanza importante del Sutra del loto.47 El
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, nació en el kalpa de continuación,
16
durante el noveno período de disminución, cuando la longitud de la vida humana
ascendía a cien años. Fue nieto del rey Simhahanu e hijo y heredero del rey
Shuddhodana. De niño, se lo conoció como el príncipe heredero Siddhartha, o
como el bodhisattva Logro de Todas las Metas. A los diecinueve años dejó a su
familia, y a los treinta, logró la iluminación. En el sitio donde se iluminó, el
Honrado por el Mundo reveló por primera vez la ceremonia del buda Vairochana
del Mundo de los Tesoros del Loto, una Tierra de la Recompensa Real, y
expuso los diez misterios, las seis formas, la fusión perfecta y recíproca entre
todas las cosas, y la sutil y prodigiosa gran enseñanza para lograr de manera
inmediata el fruto supremo. En ese momento, los budas de las diez direcciones
aparecieron en escena, y todos los bodhisattvas se congregaron como nubes a
su alrededor. Dado el lugar donde Shakyamuni predicaba, dada la capacidad de
sus interlocutores y la presencia de los budas, y puesto que ese era su primer
sermón, ¿había alguna razón por la cual el Buda pudiese haber ocultado o
mantenido en reserva la gran doctrina? Por lo tanto, en el Sutra de la guirnalda
de flores se afirma: «Desplegó su poder libremente y expuso un sutra de
perfección y de plenitud».
La obra, compuesta de sesenta volúmenes, es un sutra de perfección y de
plenitud en cada trazo y en cada ideograma. Es comparable a una gema dadora
de deseos, que, aun siendo una sola joya, equivale a infinidad de gemas. Pues,
en efecto, por sí sola puede hacer que lluevan diez mil tesoros, equivalentes a
los tesoros prodigados por diez mil joyas. De la misma manera, un solo
ideograma del Sutra de la guirnalda de flores equivale a diez mil caracteres. El
pasaje que expone la relación de identidad que hay entre «la mente, el Buda y
todos los seres vivos» representa el corazón, no sólo de la escuela Guirnalda de
Flores, sino también de las escuelas Características del Dharma, Tres Tratados,
Palabra Verdadera y Tendai.
En un sutra así de excelso, ¿cómo podría haber verdades ocultas a los
interlocutores? Y sin embargo, el sutra declara que las personas de los dos
vehículos y los icchantikas jamás podrán manifestar la Budeidad. Y aquí está el
defecto de la piedra preciosa. Además, en tres lugares, el sutra dice que el buda
Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en este mundo. Así pues,
oculta el hecho de que el buda Shakyamuni se iluminó realmente en el remoto
pasado, tal como se revela en el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del
loto. Por eso, en verdad, el Sutra de la guirnalda de flores es una gema
defectuosa, una luna velada por las nubes, un sol en eclipse. ¡Qué cosa en
verdad extraña!
Las enseñanzas de los períodos Agama, Correcto e Igual, y de la Sabiduría,
como el Sutra Mahavairochana, son obras espléndidas en la medida en que han
sido expuestas por el Buda. Y sin embargo, ni siquiera tienen punto de
comparación con el Sutra de la guirnalda de flores. Por eso, ¿cómo suponer que
las doctrinas ocultas incluso en este último sutra puedan estar reveladas en
aquellas otras enseñanzas? Así, el Sutra Agama misceláneo dice que el buda
Shakyamuni encontró el Camino por primera vez en esa existencia; el Sutra de
la gran compilación afirma: «Han transcurrido dieciséis años desde que El Que
17
Así Llega entró en el Camino por primera vez», y el Sutra Vimalakirti señala:
«Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol bodhi y, mediante su poder,
conquistó al demonio». De la misma manera, el Sutra Mahavairochana describe
la iluminación del Buda como algo acaecido «hace mucho tiempo, cuando‖ se
sentó ―en el sitio de la meditación», y el Sutra de la sabiduría de los reyes
benevolentes lo menciona como un incidente ocurrido en el pasado,
«veintinueve años atrás».
Difícilmente cause asombro que estos sutras hablen así. Pero hay algo que
resulta sorprendente a los ojos y oídos, y es que el Sutra de los infinitos
significados también hable de esa manera. En este sutra, el Buda niega las
grandes doctrinas, como el concepto del mundo fenoménico creado sólo por la
mente –expuesto en el Sutra de la guirnalda de flores—, el concepto de la
meditación de la impronta oceánica –establecido en los sutras del período
Correcto e Igual—, y el concepto de la no dualidad y la identificación mutua
–desarrollado en el Sutra de la sabiduría—, cuando declara: «Todavía no he
revelado la verdad». El Sutra de los infinitos significados considera las prácticas
enseñadas en los sutras anteriores como desarrollos cuya consumación
requiere muchos kalpas. No obstante, el mismo sutra declara: «En el pasado,
me senté erguido en el lugar de la meditación durante seis años, bajo el árbol
bodhi, y pude adquirir la suprema y perfecta iluminación», usando el mismo tipo
de lenguaje que el Sutra de la guirnalda de flores –el primero que predicó
Shakyamuni después de iluminarse— cuando menciona que el Buda obtuvo la
iluminación por primera vez en este mundo.
Por extraño que esto pueda parecer, cabe pensar que, como el Sutra de los
infinitos significados fue concebido como introducción al Sutra del loto,
deliberadamente se abstiene de mencionar las doctrinas que, luego, serán
reveladas en el Sutra del loto. Pero cuando nos centramos en este último sutra,
vemos que, en las partes en que el Buda analiza de manera abreviada y
extensa la sustitución de los tres vehículos por el vehículo único, dice: «El
verdadero aspecto de todos los fenómenos sólo puede ser comprendido y
compartido por budas»,48 «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo
exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad», y
«Descartando honestamente los medios hábiles, [predicaré sólo el Camino
insuperable]». Por otro lado, el buda Muchos Tesoros testifica la veracidad de
los ocho capítulos49 de la enseñanza teórica, proclamando que todos ellos son
auténticos. Así pues, uno supondría que en ellos no hay nada guardado u oculto.
Y sin embargo, el Buda oculta el hecho de que adquirió la iluminación
incontables kalpas atrás, pues dice: «Al principio, me senté en el lugar de la
meditación, y contemplé el árbol y caminé a su alrededor».50 Este, con
seguridad, es el hecho más sorprendente de todos.
En el capítulo «Irrumpir de la tierra», de pronto apareció una multitud de
bodhisattvas nunca vistos hasta ese momento en los cuarenta y tantos años
que el Buda llevaba predicando. Y el Buda dijo: «Les enseñé y los convertí, e
hice que buscaran el Camino por primera vez». El bodhisattva Maitreya,
intrigado por este anuncio, dijo: «[Honrado por el Mundo], cuando El Que Así
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Llega era príncipe heredero, te marchaste del palacio de los Shakya y te
sentaste en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde
lograste la iluminación perfecta y suprema. Desde ese entonces, han
transcurrido apenas cuarenta años o poco más. Honrado por el Mundo, ¿cómo
es posible que en tan corto tiempo hayas llevado a cabo una labor tan grande
como buda?».
Para disipar esta duda y esta perplejidad, el buda Shakyamuni, señor de las
enseñanzas, predicó entonces el capítulo «Duración de la vida». Primero, se
refirió a la versión de los hechos presentada en los sutras anteriores y en la
enseñanza teórica del Sutra del loto, diciendo: «En todos los mundos, los seres
humanos y celestiales, y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni, tras
abandonar el palacio de los Shakya, se sentó en el lugar de la meditación, no
lejos de la ciudad de Gaya, donde logró la iluminación suprema y perfecta».
Pero luego, para disipar sus dudas, agregó: «Pero, buenos hombres, han
transcurrido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles,
millones, nayutas de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad».
Todas las demás enseñanzas, como el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra
de la sabiduría o el Sutra Mahavairochana, además de ocultar que las personas
de los dos vehículos realmente pueden manifestar la Budeidad, omiten aclarar
que el Buda logró la iluminación hace incontables kalpas. Estos sutras
contienen dos defectos. Primero, por enseñar que los diez estados están
separados unos de otros, no pasan el nivel de las enseñanzas provisionales ni
logran revelar la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital, tal como se la expone en la enseñanza teórica del Sutra del loto. En
segundo lugar, porque enseñan que el buda Shakyamuni logró la iluminación en
este mundo por primera vez, y sólo se refieren a su aspecto provisional, sin
revelar lo que destaca la enseñanza esencial: que el Buda se había iluminado
incontables kalpas atrás. Estas dos grandes doctrinas representan la esencia de
toda la vida de enseñanzas predicadas por el Buda, y son el corazón y la
médula de todos los sutras.
El capítulo «Medios hábiles», que pertenece a la enseñanza teórica, expone la
doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital y esclarece
que las personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad. De esta
forma, elimina uno de los dos errores hallados en los sutras anteriores. Pero, así
y todo, conserva el aspecto provisional y no logra revelar el aspecto eterno de la
iluminación del Buda. Por tal motivo, la verdadera doctrina de los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital permanece sin aclarar, y tampoco se
afirma adecuadamente la iluminación de las personas de los dos vehículos.
Estas enseñanzas son como el reflejo de la luna sobre las aguas o como las
plantas sin raíces que flotan a la deriva sobre el oleaje.
Con todo, en la enseñanza esencial del Sutra del loto se desploma la creencia
de que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en esa existencia, y
caen también los efectos de las cuatro enseñanzas. Cuando se demuelen estos
efectos, también caen las causas51 de esas cuatro doctrinas. Así pues, se
19
derrumban la causa y el efecto de los diez estados, tal como aparecían
expuestos en los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, y
lo que se revela es la causa y el efecto de los diez estados52 según la
enseñanza esencial. Esta es la doctrina de la causa original y del efecto original,
y revela que los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin
comienzo, y que la Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo.
Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil
factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.
Cuando analizamos la cuestión desde este ángulo, vemos que el buda
Vairochana sentado sobre el pedestal de loto de las diez direcciones, descrito
en el Sutra de la guirnalda de flores, el pequeño Shakyamuni mencionado en los
Sutras Agama53 y los budas provisionales descritos en las enseñanzas del
período Correcto e Igual y en el período de la Sabiduría, como el Sutra de la luz
dorada, el Sutra Amida y el Sutra Mahavairochana, son sólo reflejos del Buda
del capítulo «Duración de la vida». Son como efímeras imágenes de la luna
reflejadas en la superficie de las aguas, en estanques grandes y pequeños. Los
estudiosos de las diversas corrientes budistas, equivocados sobre [la naturaleza
de los budas postulados por] sus propias escuelas y, más fundamentalmente,
sin conocer [al Buda de] el capítulo ―Duración de la vida‖ del Sutra del loto,
confunden el reflejo con la luna real; algunos de ellos incluso se internan en las
aguas y tratan de asirla con las manos, y otros hasta pretenden apresarla con
una soga. Como afirma T’ien-t’ai: «Nada saben sobre la luna que hay en el cielo,
porque tienen la vista posada en la imagen que refleja el estanque».54
Habiendo ponderado este asunto, opino que aunque el Sutra del loto enseña
que las personas de los dos vehículos pueden manifestar la Budeidad, esta
noción tiende a ser eclipsada por la afirmación opuesta contenida en las
enseñanzas anteriores al Sutra del loto. ¡Y lo mismo sucede, en mucho mayor
medida, con la doctrina de que el Buda logró la iluminación en el remoto
pasado! Pues, en este caso, no es todo el Sutra del loto lo que contradice los
sutras anteriores, sino sólo su enseñanza esencial, que entra en contradicción
con las enseñanzas previas y con los primeros catorce capítulos de la
enseñanza teórica del Sutra del loto. Además, dentro de los últimos catorce
capítulos de la enseñanza esencial, salvo «Irrumpir de la Tierra» y «Duración de
la vida», todos los restantes siguen conservando la idea de que el Buda logró la
iluminación por primera vez en esa existencia.
Los cuarenta volúmenes del Sutra Mahaparinirvana, predicados por el Buda en
el bosquecillo de árboles sal justo antes de morir, y también los demás sutras
del Mahayana –salvo el Sutra del loto— no contienen una sola palabra [sobre el
hecho de que el Buda logró la iluminación en el remoto pasado]. Afirman que el
cuerpo del Dharma del Buda no tiene comienzo ni fin, pero no revelan la
verdadera naturaleza de los otros dos cuerpos: el de la recompensa y el cuerpo
manifiesto.55 Entonces, ¿cómo esperar que las personas descarten el inmenso
conjunto de escritos representados por los sutras anteriores del Mahayana, el
Sutra del nirvana y gran parte de las enseñanzas teórica y esencial del Sutra del
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loto, para, en cambio, depositar su fe sólo en los dos capítulos «Irrumpir de la
tierra» y «Duración de la vida»?
Si examinamos los orígenes de la escuela Características del Dharma, vemos
que novecientos años después del fallecimiento del Buda en la India, vivió un
gran estudioso conocido como el bodhisattva Asanga. De noche, ascendía a la
corte interior del cielo de Tushita, donde se presentaba ante el bodhisattva
Maitreya y resolvía sus dudas concernientes a las enseñanzas sagradas
predicadas por el Buda durante su existencia. De día, trabajaba para propagar
las doctrinas de Características del Dharma en el estado de Ayodhya.56 Entre
sus discípulos se contaron muchos estudiosos notables, como Vasubandhu,
Dharmapala, Nanda y Shilabhadra.57 El rey Shiladitya, gran soberano, inclinaba
la cabeza en reverencia frente a él, y el pueblo de las cinco regiones de la India,
habiendo abandonado su arrogancia, se reconocía seguidor de sus
enseñanzas.
El maestro del Tripitaka Hsüan-tsang, de la China, viajó a la India, donde pasó
diecisiete años recorriendo más de ciento treinta estados del país. Rechazó
todas las otras enseñanzas del budismo, y sólo llevó de regreso a la China las
doctrinas de la escuela Características del Dharma, que obsequió al sabio
soberano, el emperador T’ai-tsung. Hsüan-tsang contó entre sus discípulos a
hombres como Shen-fang, Chia-shang, P’u-kuang y K’uei-chi. Predicó sus
enseñanzas en el templo Ta-tz’u-en-ssu y las propagó en más de trescientos
sesenta distritos de la China.
En el reinado del emperador Kotoku, trigésimo séptimo emperador del Japón,
Doji, Dosho y otros sacerdotes viajaron a la China y estudiaron estas doctrinas.
A su regreso, las predicaron en el templo Yamashina-dera.58 De esta forma, la
escuela Características del Dharma llegó a ser considerada la corriente budista
más prominente de las tres tierras de la India, la China y el Japón.
De acuerdo con esta escuela, en todas las enseñanzas del Buda, desde el
Sutra de la guirnalda de flores –el primero en predicarse— hasta el Sutra del
loto y el Sutra del nirvana –expuestos en último término—, se deja claro que los
seres animados sin la naturaleza de la iluminación y los que están destinados a
los dos vehículos jamás podrán llegar a ser budas. El Buda, afirman, jamás
contradice sus propias palabras. Por lo tanto, si alguna vez declaró que estas
personas nunca podrían manifestar la Budeidad, entonces aunque el sol y la
luna cayeran sobre la tierra, o aunque la gran tierra volteara sobre sí misma, esa
declaración nunca sería alterada. En los sutras anteriores, se decía que los
seres animados desprovistos de la naturaleza de la iluminación y los que
estaban destinados a los dos vehículos eran incapaces de manifestar la
Budeidad. Por ende, aquellos concluyen que ni siquiera el Sutra del loto o el
Sutra del nirvana afirman que tales personas puedan lograr el estado de Buda.
«Cierren los ojos y consideren la cuestión –tornaron a decir los miembros de la
escuela Características del Dharma—. Si, en verdad, en el Sutra del loto y en el
Sutra del nirvana se hubiera dicho con claridad que los que no poseían la
21
naturaleza innata de la iluminación y las personas destinadas a los dos
vehículos realmente podían lograr la Budeidad, ¿por qué grandes eruditos como
Asanga y Vasubandhu, o grandes maestros del Tripitaka como Hsüan-tsang y
Tz’u-en no advirtieron ese hecho? ¿Por qué no lo mencionaron en sus propios
escritos? ¿Por qué no aceptaron la creencia y la transmitieron a las épocas
posteriores? ¿Por qué Asanga no interrogó al bodhisattva Maitreya acerca de
este punto? Personas como usted, Nichiren, afirman basar sus palabras en el
texto del Sutra del loto, pero en realidad están aceptando las nociones
tergiversadas de hombres como T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo, e interpretando el
texto del sutra desde la óptica de las enseñanzas de estos últimos. Por eso,
ustedes afirman que el Sutra del loto es tan distinto de los sutras anteriores
como el fuego lo es del agua».
Y también están las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, de un
nivel incomparablemente más alto que el de las escuelas Características del
Dharma y Tres Tratados. Según estas afirman, la doctrina sobre la iluminación
de las personas de los dos vehículos y la doctrina sobre la iluminación del Buda
en el remoto pasado no sólo existen en el Sutra del loto, sino también en el
Sutra de la guirnalda de flores y en el Sutra Mahavairochana.
De acuerdo con estas escuelas, los patriarcas Tu-shun, Chih-yen, Fa-tsang y
Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, y los maestros Shan-wu-wei,
Chin-kang-chih y Pu-k’ung, de la escuela Palabra Verdadera, fueron mucho más
eminentes que T’ien-t’ai o Dengyo. Además, sostienen que las enseñanzas de
Shan-wu-wei descienden en línea ininterrumpida de Mahavairochana El Que
Así Llega. ¿Cómo podrían estar errados hombres como él, que son
manifestaciones del Buda?, se preguntan. Señalan la cita del Sutra de la
guirnalda de flores que dice: «Algunas personas perciben que han transcurrido
inconmensurables kalpas desde que Shakyamuni ingresó en el Camino del
Buda» o el pasaje del Sutra Mahavairochana que dice: «Yo [el buda
Mahavairochana] soy la fuente y el comienzo de todas las cosas». ¿Por qué, se
preguntan, alguien diría que el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto
es el único que expone la doctrina de que Shakyamuni logró la iluminación hace
un tiempo muy lejano? Quienes dicen esto son como sapos en el fondo del
estanque, que nunca han visto el ancho mar, o como montañeses que no saben
lo que es la capital.
«¡La gente como usted sólo contempla el capítulo ―Duración de la vida‖ e ignora
todo sobre el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y las
demás enseñanzas! –dicen—. ¿Piensa que en la India y en la China, y en Silla y
Paekche [Corea], las personas creen que estas dos doctrinas sólo se limitan al
Sutra del loto?».
Como hemos visto, el Sutra del loto, que fue enseñado durante ocho años, es
muy distinto de los demás sutras predicados antes durante más de cuarenta
años. Si uno tuviese que escoger entre ambos, con todo derecho debería elegir
el Sutra del loto que fue predicado después; y sin embargo, las enseñanzas
anteriores en muchos sentidos parecen tener mayor peso.
22
Mientras el Buda aún vivía, ya había razones suficientes para escoger el Sutra
del loto. Pero en el tiempo transcurrido desde que murió, los maestros y
estudiosos, en muchos casos, mostraron predilección por los sutras anteriores.
Por un lado, el Sutra del loto es difícil de creer; por el otro, con la llegada de la
última época, los sabios y venerables fueron desapareciendo en la misma
medida en que aumentaron las personas dominadas por la ilusión. La gente es
proclive a cometer errores incluso en las cuestiones más superficiales y
mundanas, ¿cómo entonces no va a equivocarse con respecto a las profundas
enseñanzas budistas que conducen a la iluminación?
Vatsa y Vaipulya59 fueron inteligentes y perspicaces, pero confundieron los
sutras del Hinayana con los del Mahayana. Vimalamitra y Madhava fueron muy
sagaces por naturaleza, pero no pudieron diferenciar correctamente las
enseñanzas provisionales y la verdadera enseñanza. Estos hombres vivieron
durante el período de mil años conocido como Primer Día de la Ley, no lejos de
la época en que vivió el Buda, y en su mismo país, la India. Y sin embargo,
como hemos visto, se equivocaron. ¡Cómo no esperar que se confundan las
personas en la China y el Japón, países que se encuentran lejos de la India y
donde se hablan idiomas distintos!
En esta época, los seres humanos se han vuelto cada vez más obtusos y el
término de su vida se ha ido acortando progresivamente;60 los venenos de la
codicia, el odio y la estupidez siguen multiplicándose. Ha pasado mucho tiempo
desde la muerte del Buda, y es común que se malinterpreten las escrituras
budistas. En esta época, ¿quién posee la sabiduría necesaria para
interpretarlas de manera correcta?
Así pues, el Buda predijo en el Sutra del nirvana que, en el Último Día de la Ley,
los que respeten la enseñanza correcta serán tan pocos como las partículas de
tierra que caben sobre una uña, mientras que aquellos que actúen contra ella
serán tan numerosos como el polvo de todas las tierras de las diez direcciones.
Según un pasaje del Sutra de la declinación de la Ley, los que denigren la
enseñanza correcta serán numerosos como los granos de arena del Ganges,
pero aquellos que la respeten serán apenas uno o dos guijarros. Aunque pasen
quinientos o mil años, será difícil hallar una sola persona que crea en la
enseñanza correcta. Los que caigan en los malos caminos a causa de delitos
seculares serán, numéricamente, insignificantes como las partículas de polvo
que caben en una uña, pero aquellos que caigan en los malos caminos por
infringir la Ley budista serán como las partículas de polvo que forman las tierras
de las diez direcciones. Y los que caerán en los malos caminos no serán tanto
los laicos, como los monjes; ni serán tanto las mujeres laicas, como las monjas.
Aquí Nichiren plantea lo siguiente: ya han transcurrido más de doscientos años
desde que el mundo ingresó en el Último Día de la Ley. Nací en una tierra lejana,
pero, además, soy un plebeyo de clase baja, y un sacerdote de humilde aspecto
y formación. Sujeto a nacer una y otra vez en los seis caminos, puede que a
23
veces haya sido un gran gobernante del mundo humano o del mundo celestial, y
que haya inclinado a las multitudes según mi voluntad, así como un vendaval
doblega las ramas de los árboles pequeños. Y sin embargo, ni siquiera en esas
ocasiones pude llegar a ser un buda.
Estudié los sutras del Hinayana y el Mahayana, primero como practicante
común sin ningún tipo de entendimiento, y luego ascendiendo gradualmente
hasta ocupar la posición de un gran bodhisattva. Durante un kalpa, dos kalpas,
incontables kalpas, me consagré a las prácticas de bodhisattva, hasta que
estuve a punto de alcanzar el nivel del cual no se retrocede. Así y todo, me vi
arrastrado por la influencia potente y sobrecogedora del mal, y nunca llegué a
manifestar la Budeidad. No sé si formé parte del tercer grupo61 de los que no
pudieron aceptar la fe cuando los hijos del buda Excelencia de la Gran
Sabiduría Universal predicaron el Sutra del loto y, luego, tampoco pudieron
lograr la Budeidad en los tiempos del buda Shakyamuni; tampoco sé si, ante la
duda, me aparté de las enseñanzas que escuché hace kalpas numerosos como
las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios y, por esa
razón, debí renacer en esta época.
Mientras uno practica las enseñanzas del Sutra del loto, es posible que deba
remontar toda clase de dificultades, ocasionadas por las influencias malignas de
la vida mundana o por la persecución de los gobernantes, de la gente no budista
o de los seguidores de sutras del Hinayana. No obstante, puede que uno se
encuentre con personas como Tao-ch’o, Shan-tao o Honen, sacerdotes que han
dado la impresión de conocer al dedillo las enseñanzas de los sutras
provisionales y del Mahayana verdadero pero que, en realidad, se dejaron
poseer por la función demoníaca. Esta clase de hombres parecen elogiar el
Sutra del loto enfáticamente, cuando, en realidad, desprecian la capacidad de
comprensión de la gente común; alegan que sus principios son muy profundos,
mientras que el entendimiento humano es ínfimo.62 Desorientan a los demás
diciendo que «ni una sola persona ha logrado jamás la Budeidad» mediante ese
sutra, o que «ni una sola persona en mil»63 podría ser salvada por dicha
enseñanza. Así pues, a lo largo de incontables existencias, la gente se deja
engañar tantas veces como granos de arena hay en el Ganges, hasta que
[abandonan la fe en el Sutra del loto y] descienden a las enseñanzas del
Mahayana provisional, para luego abandonarlas también y descender a las
enseñanzas del Hinayana y, por último, descartar también estas y llegar hasta
las enseñanzas y escrituras de las doctrinas no budistas. Entiendo
perfectamente de qué manera las personas, por esta vía, se dejaron caer en los
malos caminos.
Yo, Nichiren, soy la única persona en todo el Japón que lo comprende. Pero si
digo una sola palabra al respecto, con toda seguridad seré censurado por mis
padres, hermanos y maestros, y el gobernante del país tomará medidas contra
mí.64 Por otro lado, sé muy bien que si no digo lo que debo, estaré actuando sin
benevolencia. He ponderado qué rumbo tomar en vista de lo que enseñan el
Sutra del loto y el Sutra del nirvana. Si callo, tal vez esquive la persecución en
esta existencia, pero en mi próxima vida sin falta caeré en el infierno del
24
sufrimiento incesante. Si hablo, tengo plena conciencia de que me espera la
lucha contra los tres obstáculos y los cuatro demonios. Pero, de los dos
caminos, es seguro que habré de escoger el último.
Con todo, si ante la persecución del soberano mi determinación llegara a
flaquear, lo mejor sería que directamente no hablara. Mientras pensaba en esta
cuestión, recordé las enseñanzas del capítulo «La Torre de los Tesoros» sobre
los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles. Las personas como yo, de
escasa fortaleza, igual podrían levantar el monte Sumeru y arrojarlo por el aire;
las personas como yo, de nulos poderes sobrenaturales, igual podrían cargar un
fardo de paja a las espaldas y no quemarse en medio del fuego que estallará a
fines del kalpa de declinación;65 las personas como yo, carentes de sabiduría,
igual podrían leer y memorizar tantos sutras como los granos de arena que hay
en el Ganges. Pero estos actos no son arduos, nos dice el sutra, cuando se los
compara con la dificultad de creer en una sola frase o estrofa del Sutra del loto
durante el Último Día de la Ley. Así y todo, juré mantener el deseo potente e
inquebrantable de salvar a todos los seres, sin jamás flaquear en mis esfuerzos.
Ya han transcurrido más de veinte años desde que comencé a proclamar mis
doctrinas. Día tras día, mes tras mes, año tras año, me he visto sujeto a
persecuciones incesantes. Los trastornos y las hostilidades menores han sido
tantos que superan toda cuenta, pero las persecuciones importantes han sido
cuatro. De esas cuatro, dos fueron perpetradas por los gobernantes del país. 66
La más reciente casi me ha costado la vida. Y además, mis discípulos, mis
seguidores laicos, y hasta aquellos que apenas habían escuchado mis
enseñanzas se vieron sometidos a graves castigos, y tratados como si fuesen
culpables de traición.
En el cuarto volumen del Sutra del loto, leemos: «Puesto que el odio y los celos
hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto
peor será después de su muerte!».67 En el segundo volumen se afirma: «Si esta
persona actuara contra un sutra como este, o si al ver a los que leen, recitan,
copian y proclaman este sutra, los despreciara, odiara, envidiara o tratara con
rencor...».68 Y en el quinto volumen se dice: «[El Sutra del loto] provocará
mucha hostilidad en el mundo y será difícil creer en él».69 También señala:
«Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de
nosotros»,70 y «se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y
jefes de familia, así como a otros monjes, para calumniarnos y hablar mal de
nosotros, y difamarnos así: ―¡Estos son hombres de ideas perversas, que
predican doctrinas no budistas!‖». En el mismo volumen también se lee: «Una y
otra vez, seremos expulsados»71, y [en el séptimo volumen dice:] «Algunos en el
grupo tomaron palos de madera, o piedras y lajas, y lo azotaron y
apedrearon».72
El Sutra del nirvana consigna: «En ese momento, hubo incontables personas no
budistas que conspiraron y, en grupo, fueron a ver a Ajatashatru, rey de
Magadha, a quien le dijeron: ―En este momento hay un hombre de perversidad
incomparable, un monje llamado Gautama. [...] Toda clase de malas personas,
25
con la esperanza de recibir beneficios y limosnas, han ido en busca de él y se
han convertido en sus seguidores. Estas gentes no practican el bien; en cambio,
emplean el poder de la magia y utilizan conjuros para seducir a hombres como
Mahakashyapa, Shariputra y Maudgalyayana‖».
T’ien-t’ai afirma: «Será mucho peor en el futuro, porque los principios [del Sutra
del loto] son muy difíciles de enseñar».73 Miao-lo dice: «―Odio‖ se refiere a
aquellos que aún no se han liberado de los impedimentos; ―celos‖ se aplica a los
que no pueden sentir placer al escuchar la doctrina».74 Los maestros de las tres
escuelas del sur y de las siete escuelas del norte de la China, así como los
muchos otros estudiosos de dicho país trataron a T’ien-t’ai con resentimiento y
animosidad. Así pues, Tokuitsu expresó: «Veamos, Chih-i, ¿de quién eres
discípulo? ¡Con una lengua de menos de diez centímetros, calumnias las
enseñanzas predicadas por la larga y ancha lengua del Buda, capaz de cubrirle
incluso el rostro!».75
En el Tung-ch’un leemos: «Pregunta: Mientras el Buda vivió en este mundo,
hubo muchos que sintieron celos y resentimiento hacia él. Pero en la época
posterior a su muerte, cuando alguien predica el sutra [del Loto], ¿por qué son
tantos los que se le oponen? Respuesta: Se dice que el buen remedio tiene
sabor amargo. Este sutra, que es como un remedio excelente, disipa los apegos
a los cinco vehículos y establece el único principio supremo. Amonesta a las
personas comunes y censura a los venerables; niega el Mahayana [provisional]
y refuta el Hinayana. Habla de los demonios celestiales como si fueran insectos
ponzoñosos y llama funciones demoníacas a los no budistas.76 Censura a los
que se aferran a las enseñanzas del Hinayana, diciendo que son gente
mezquina y empobrecida, y cuestiona el valor de los bodhisattvas diciendo que
son principiantes en el saber. Por tal motivo, los demonios celestiales odian
escuchar este sutra, los no budistas consideran que ofende sus oídos, las
personas de los dos vehículos se muestran azoradas y los bodhisattvas huyen
despavoridos. Por eso, todas estas personas tratan de poner impedimentos [al
practicante del Sutra del loto]. El Buda no decía sandeces cuando afirmó que
abundarían el odio y los celos».
La obra Clarificación de los preceptos señala: «Los supervisores sacerdotales
[de la capital, Nara] dicen en sus informes al trono: ―Así como en la tierra situada
al oeste de la China vivió un brahmán llamado Elocuencia Demoníaca, ahora en
esta tierra oriental del Japón hay un monje cabeza rapada que profiere hábiles
palabras. Los espíritus malignos, de manera invisible, incitan a estas personas a
engañar y confundir al mundo‖. Yo [Dengyo] respondo a estos cargos diciendo:
―Tal como en la dinastía Ch’i de la China tuvimos noticias del arrogante
supervisor sacerdotal Hui-kuang, ahora, en nuestro propio país, vemos
aparecer a estos seis supervisores.77 ¡Cuán cierto fue [el vaticinio expresado
en] el Sutra del loto, advirtiendo que después de su muerte la situación sería
muchísimo peor!‖».
En Principios sobresalientes del «Sutra del loto» se afirma: «Hablando de la
época, [la propagación de la verdadera enseñanza empezará] cuando termine
26
el Día Medio de la Ley y se inicie el Último Día. Con respecto a la tierra, ella
comenzará en un lugar situado al este de T’ang y al oeste de Katsu. Y en
relación con la gente, se propagará entre personas manchadas por las cinco
impurezas, que vivirán en una época de conflictos. El sutra dice: ―Puesto que el
odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así
Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!‖. Hay buenas razones que
fundamentan esta declaración».
Cuando a un niño se lo cauteriza con moxa para tratarlo de alguna dolencia, es
seguro que reacciona enojándose con su madre; cuando a alguien gravemente
enfermo se le administra un buen medicamento, se queja sin falta de su amargo
sabor. Las quejas acerca del Sutra del loto son muy parecidas, e incluso ya lo
eran durante los tiempos del Buda. ¡Cuánto más acérrima es la oposición
después de su muerte, en especial en los días Medio y Último Día de la Ley, y
en un país lejano como el Japón! Así como las montañas se depositan sobre
montañas, y las olas secundan a las olas, las persecuciones se suceden unas a
otras y las críticas se suman a las críticas.
Durante el Día Medio de la Ley, un solo hombre, T’ien-t’ai, comprendió y expuso
el Sutra del loto y las demás enseñanzas. Las demás autoridades budistas del
norte y del sur de la China lo odiaron por esta razón, pero dos venerables
monarcas de las dinastías Ch’en y Sui le concedieron audiencias para que
pudiera establecer la rectitud de sus ideas debatiendo con sus oponentes. Y con
el tiempo, ya no tuvo opositores. A fines del Día Medio de la Ley, un solo
hombre, Dengyo, captó la esencia del Sutra del loto y de los demás sutras tal
como el Buda los había expuesto. Los siete templos principales de Nara se
alzaron contra él, pero dos soberanos sabios, el emperador Kammu y el
emperador Saga, se ocuparon personalmente de investigar las ideas de ambas
partes, establecieron cuál de las dos era correcta, y a partir de entonces no
hubo más problemas.
Ahora, han pasado más de doscientos años desde que comenzó el Último Día
de la Ley. El Buda predijo que las condiciones serían mucho peores después de
su muerte; vemos estos portentos en las peleas y reyertas que se producen en
la actualidad porque prevalecen doctrinas irrazonables. Como prueba de que
estamos viviendo en una época corrupta, yo no fui citado para mantener un
debate doctrinal con mis adversarios, sino enviado al destierro y expuesto al
peligro de perder la vida.
En lo que respecta a entender el Sutra del loto, sólo tengo una ínfima parte de la
capacidad inmensa que tuvieron T’ien-t’ai y Dengyo. Pero en cuanto a mi
capacidad de resistir persecuciones y a la magnitud de mi amor compasivo por
los demás, creo que T’ien-t’ai y Dengyo me respetarían profundamente. [Como
devoto del Sutra del loto] estoy convencido de que las deidades me brindarán
su protección, aun cuando no vea la menor señal de que esto ocurra y, por el
contrario, sea sometido a escarmientos cada vez más severos. En vista de ello,
¿será que, después de todo, no soy un devoto del Sutra del loto como creía?
27
¿O será que los dioses celestiales y las deidades benevolentes se han
marchado de esta tierra del Japón? Es algo que me deja perplejo...
Pero entonces recuerdo la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la
devoción», que aparece en el quinto volumen del Sutra del loto.78 Si yo,
Nichiren, no hubiera nacido en esta tierra del Japón, las palabras del Honrado
por el Mundo referidas a tales persecuciones habrían sido un gran embuste, y
los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas habrían sido culpables
de la misma falta que cometió Devadatta: mentir y descarriar a los demás.
El sutra dice: «Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y
hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, con piedras y
lajas».79 Miren a su alrededor y vean el mundo en que vivimos: ¿hay algún otro
sacerdote, además de Nichiren, que esté siendo insultado y calumniado por
causa del Sutra del loto o atacado con palos y espadas? Si no fuera por
Nichiren, la profecía expresada en esta estrofa del sutra sería una mentira
consumada.
En el mismo pasaje se anuncia: «En esa época corrupta, habrá monjes de
sabiduría perversa y de corazón malvado, aduladores y deshonestos»,80 y
«predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados
por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes
trascendentales».81 Así que, si no fuera por los sacerdotes de las escuelas
Nembutsu, Zen y Preceptos de nuestra época actual, el Honrado por el Mundo
sería un gran mentiroso.
La frase expresa, además: «En medio de la gran multitud [...], se dirigirán a los
gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia [...] [para
calumniarnos y hablar mal de nosotros]». Si los sacerdotes de la época actual
no me difamaran ante las autoridades y no hicieran que estas me condenaran al
exilio, este pasaje del sutra no se habría cumplido.
«Una y otra vez, seremos expulsados», afirma el sutra. Pero si Nichiren no
hubiera sido desterrado una y otra vez por causa del Sutra del loto, ¿qué
habrían significado las palabras, «una y otra vez»? Ni T’ien-t’ai ni Dengyo
pudieron cumplir esta predicción representada por las palabras «una y otra vez»,
para no hablar del resto de la gente. Pero como yo he nacido a comienzos del
Último Día de la Ley, que es la «época de miedo y de maldad» descrita en el
sutra, sólo yo he podido vivir tales palabras.
Al igual que en otros ejemplos de profecías cumplidas, según se lee en el Sutra
de los sucesores del Buda, el Honrado por el Mundo manifestó que cien años
después de su muerte aparecería un gobernante llamado Ashoka el Grande. En
el Sutra Maya, dijo que seiscientos años después de su muerte, aparecería un
hombre conocido como el bodhisattva Nagarjuna al sur de la India. Y en el Sutra
de la gran benevolencia, vaticinó que sesenta años después de su muerte, un
hombre llamado Madhyantika establecería su base en el palacio del dragón.
28
Todas estas profecías se han cumplido. A decir verdad, si así no hubiera sido,
¿quién creería en las enseñanzas del Buda?
Así pues, el Buda decidió el momento [en que debería aparecer el devoto del
Sutra del loto] y dijo que sería «una época de miedo y de maldad», «la última
época futura», «la última época futura, cuando la Ley estará a punto de
perecer» y «el último período de quinientos años», tal como dan cuenta las dos
versiones chinas del Sutra del loto: el Sutra del loto de la Ley correcta y el Sutra
del loto de la Ley prodigiosa.82 Si en ese período no aparecieran los tres
enemigos poderosos predichos en el Sutra del loto, ¿quién creería en las
palabras del Buda? De no ser por Nichiren, ¿quién habría cumplido las
profecías del Buda referidas al devoto del Sutra del loto? Las tres escuelas de la
China meridional y las siete escuelas de la China septentrional, junto con los
siete templos principales de Nara, fueron enemigos del Sutra del loto en el Día
Medio de la Ley. ¿Acaso los sacerdotes de las escuelas Zen, Preceptos y
Nembutsu en la época actual esperan salvarse de esa misma calificación?
Con este cuerpo que poseo, he cumplido las predicciones del sutra. Cuanto más
me atacan las autoridades del gobierno, mayor es mi deleite. Por ejemplo, hay
ciertos bodhisattvas del Hinayana, aún no liberados de la ilusión, que a través
de su propio juramento benevolente adoptan un karma negativo. Si ven que su
padre y su madre han caído en el infierno y están sufriendo muchísimo,
deliberadamente crean el karma apropiado con la esperanza de poder caer
también en el infierno y compartir los sufrimientos de sus padres asumiéndolos
como propios. Así pues, para estas personas, el sufrimiento es una alegría. Lo
mismo ocurre conmigo [con respecto al cumplimiento de las predicciones].
Aunque en este momento tengo que enfrentar pruebas casi imposibles de
soportar, me inunda el júbilo de sólo pensar que, en el futuro, podré dejar de
nacer en los malos caminos.
Y sin embargo, la gente duda de mí y hasta yo me cuestiono a mí mismo. ¿Por
qué las deidades no me ayudan? Las funciones celestiales y las demás
deidades guardianas han hecho su juramento ante el Buda. Aun cuando el
devoto del Sutra del loto fuese simio y no hombre, aquellas deberían tratarlo
como devoto y apresurarse a cumplir el juramento expresado ante el Buda. Pero
el hecho de que no lo estén haciendo ¿significa que no soy un devoto del Sutra
del loto? Dicha duda yace en la raíz de este trabajo que me encuentro
escribiendo. Y como es la preocupación más importante de toda mi vida, volveré
a plantearla aquí una y otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de intentar
responderla.
El príncipe Chi-cha, en su fuero interno, había prometido dar al señor de Hsü la
valiosa espada real que portaba. Por lo tanto, [cuando supo que el señor de Hsü
había fallecido], depositó la espada en su tumba.83 Wang Shou, habiendo
bebido el agua de un río, arrojó una moneda de oro al lecho fluvial como paga.84
Hung Yen, al ver que su señor había sido asesinado, se abrió el vientre e
introdujo allí el hígado de su amo antes de morir. Fueron, todos, hombres sabios
que supieron cómo saldar las deudas de gratitud. ¡Cuánto más lo habrán sido,
29
entonces, grandes venerables como Shariputra y Mahakashyapa, que
observaron todos y cada uno de los doscientos cincuenta preceptos y de las
tres mil reglas de conducta, y que se separaron de los tres mundos habiendo
cercenado las ilusiones del pensamiento y del deseo! Merecerían ser los líderes
de Brahma, Shakra y otras deidades celestiales, y los ojos de todos los seres
vivientes. Durante los primeros cuarenta y tantos años de prédica del Buda,
estos hombres fueron objeto de rechazo y de discriminación, con la advertencia
de que nunca podrían manifestar la Budeidad. Pero cuando probaron el remedio
de la inmortalidad contenido en el Sutra del loto, fueron como semillas
quemadas que germinan, como una roca hecha añicos que vuelve a unirse o
como un árbol marchito que vuelve a dar flor y fruto. En el Sutra del loto se
reveló que ellos, después de todo, llegarían a manifestar la Budeidad, aunque
todavía debiesen pasar por las ocho fases de la existencia de un buda. ¿Cómo,
entonces, podrían no hacer nada por saldar la profunda deuda de gratitud que
han contraído con el sutra? Pues si no lo hicieran, demostrarían ser inferiores a
los sabios que antes he mencionado, y, de hecho, serían simples animales,
incapaces de comprender lo que es una deuda de gratitud.
La tortuga salvada por Mao Pao no olvidó retribuir la bondad recibida en el
pasado.85 El gran pez del estanque K’un-ming, para recompensar al hombre
que le había salvado la vida, le obsequió una gema reluciente en mitad de la
noche.86 Hasta estas criaturas entendieron cómo saldar una deuda de gratitud.
¿Por qué no lo harían hombres que fueron grandes venerables?
El honorable Ananda fue el segundo hijo varón del rey Dronodana; el honorable
Rahula fue nieto del rey Shuddhodana. Ambos nacieron en familias muy
distinguidas y llegaron a ser arhats. Sin embargo, se afirmó que ninguno de los
dos podría manifestar el estado de Buda. Y no obstante, durante los ocho años
de asamblea en el Pico del Águila [durante los cuales se predicó el Sutra del
loto], se reveló que ellos llegarían a ser budas y que sus nombres serían El Que
Así Llega Sabiduría del Mar y de la Montaña [Rey del Poder Ilimitado] y El Que
Así Llega Posado sobre las Flores de los Siete Tesoros. Sus familias pudieron
haber sido muy distinguidas, y es cierto que ambos fueron grandes venerables,
pero de no haber sido por la revelación del Sutra del loto, ¿quién los habría
respetado?
El rey Chieh de la dinastía Hsia y el rey Chou de la dinastía Yin dirigieron un
ejército de diez mil carros de guerra y tuvieron en sus manos la lealtad de todos
los habitantes de sus reinos. Pero como gobernaron despóticamente y
provocaron la ruina de sus propias dinastías, la gente hoy habla de Chieh y de
Chou como los epítomes de la maldad humana.87 Hasta un hombre de humilde
condición o un leproso se sentirían ofendidos ante el insulto que supone ser
comparado con Chieh o con Chou.
Si no hubiese sido por el Sutra del loto, ¿quién habría oído hablar de los mil
doscientos discípulos que escucharon la voz88 y de los incontables otros
seguidores que escucharon la voz [y pudieron manifestar la Budeidad mediante
el sutra, y] quién habría prestado atención a sus voces? Nadie habría leído los
30
sutras budistas compilados por los mil discípulos que escuchaban la voz, 89 ni
existirían pinturas o tallas que los representen y que sean objetos de veneración.
Si estos arhats hoy son venerados y seguidos, es exclusivamente gracias al
poder del Sutra del loto. Si se apartasen del Sutra del loto, serían como peces
lejos del agua, como monos sin árboles, como niños sin el pecho materno,
como súbditos sin soberano. ¿Cómo podrían, entonces, abandonar al devoto
del Sutra del loto?
Mediante los sutras anteriores al Sutra del loto, los que escuchaban la voz
adquirieron el ojo celestial y el ojo de la sabiduría, además de los ojos físicos.
Mediante el Sutra del loto, obtuvieron el ojo del Dharma y el ojo del Buda.90 Su
vista puede atravesar cualquiera de los mundos de las diez direcciones. ¿Cómo,
entonces, podrían no verme a mí, al devoto del Sutra del loto, aquí en medio del
mundo saha? Nunca ocurrirá que me abandonen, mientras yo mantenga la fe
en el Sutra del loto y siga actuando como su devoto, aun cuando acaso sea una
mala persona y haya dicho una o dos palabras en contra de ellos, aunque haya
maldecido o difamado a los que escuchan la voz durante un año o dos, durante
un kalpa o dos, durante cien, mil, diez mil o un millón de kalpas, aunque los
amenazara con palos o espadas.
Un hijo es capaz de maldecir a sus padres, ¿pero acaso estos lo abandonarían
por ese motivo? Las crías del búho se comen a la propia madre; sin embargo,
ella no las abandona. La bestia conocida como hakei mata a su padre, pero este
no hace nada por impedirlo. Si hasta los animales se comportan de este modo,
¿por qué grandes venerables abandonarían al devoto del Sutra del loto?
Los cuatro grandes discípulos que escuchaban la voz, en el pasaje que expresa
su comprensión, proclamaron: «Ahora, en verdad, hemos llegado a ser
discípulos que escuchamos la voz, pues tomaremos la voz del Camino del Buda
y haremos que todos la oigan. Ahora hemos llegado a ser verdaderos arhats,
pues realmente merecemos recibir ofrendas en cualquier parte, entre seres
celestiales y humanos, entre demonios y Brahmas de los diversos mundos. El
Honrado por el Mundo, en su gran amor compasivo, se vale de algo
extraordinario, con su piedad y bondad nos enseña y convierte, y nos brinda
beneficios. ¿Quién podría retribuirle jamás, ni siquiera en incontables millones
de kalpas? Aunque le ofrezcamos nuestras manos y pies, inclinemos nuestra
cabeza en respetuoso gesto de sumisión y entreguemos toda suerte de
ofrendas, ninguno de nosotros podría jamás llegar a retribuirle. Aunque lo
alcemos y carguemos sobre nuestras cabezas, aunque lo llevemos en andas
sobre los hombros, aunque durante kalpas numerosos como los granos de
arena del Ganges lo reverenciemos de todo corazón, aunque vengamos con
finos manjares, con incontables ropas alhajadas, con mantas y edredones, con
clases diversas de pócimas y remedios, con sándalo ―cabeza de buey‖ y toda
clase de gemas exóticas, aunque construyamos torres en su memoria y
cubramos el suelo con túnicas tachonadas de joyas, aunque hiciéramos todo
esto a guisa de ofrenda, durante kalpas cuantiosos como los granos de arena
del Ganges, así y todo, jamás saldaríamos nuestra deuda con él».91
31
En los diversos sutras expuestos durante el período temprano de prédica del
Buda –que han sido comparados con los primeros cuatro sabores—, los que
escuchaban la voz fueron, muchas veces, descritos en posición de recibir
insultos y de sufrir escarnio ante la gran asamblea de seres humanos y
celestiales. Así pues, sabemos que los gemidos y llantos del honorable
Mahakashyapa resonaron en el gran sistema planetario;92 que la conmoción del
honorable Subhuti fue tal que estuvo a punto de marcharse y dejar la escudilla
de ofrendas93 que llevaba consigo; que Shariputra escupió la comida que
estaba masticando,94 y que Purna fue denostado por ser de los que ponen
inmundicias en una vasija preciosa.95
Cuando el Honrado por el Mundo se hallaba en el Parque de los Ciervos, exaltó
los Sutras Agama y urgió a sus discípulos a confiar en los doscientos cincuenta
preceptos como maestro, elogiando con fervor a quienes lo hacían. Pero, como
hemos visto, antes de que pasara mucho tiempo cambió de parecer y tornó a
denostar a esos mismos hombres. Entonces –uno tendría que decir—, el Buda
fue culpable de hacer dos declaraciones distintas y completamente
contradictorias entre sí.
Por ejemplo, en una ocasión el Honrado por el Mundo maldijo a Devadatta con
estas palabras: «¡Eres un idiota que lame los escupitajos ajenos!».
Devadatta sintió como si le hubieran clavado una flecha ponzoñosa en el pecho
y, montando en cólera, exclamó: «¡Gautama no es ningún buda! Yo soy hijo
mayor del rey Dronodana, hermano mayor del honorable Ananda, y pariente de
Gautama. Más allá de todas las maldades que pueda haber cometido, si quiere
amonestarme debería hacerlo en privado. Pero denunciar mis faltas
públicamente y de manera tan escandalosa, frente a esta gran asamblea de
seres humanos y celestiales, ¿es la forma correcta de proceder de alguien que
pretende ser un gran hombre o un buda? Ya en el pasado demostró ser mi
enemigo cuando me robó la mujer con quien planeaba casarme,96 y ahora, en
este encuentro de hoy, vuelve a mostrar que es mi adversario. ¡A partir de este
día, lo consideraré mi archienemigo de por vida, en existencia tras existencia,
durante todas las eras por venir!».97
Cuando nos detenemos a considerar este asunto, vemos que algunos de los
grandes discípulos que escuchaban la voz provenían de familias brahmánicas,
no budistas, o bien lideraban diversas órdenes no budistas, y eran hombres que,
habiendo convertido a reyes a la enseñanza que predicaban, gozaban de
prestigio entre sus seguidores. Otros eran de nobles familias o dueños de
grandes fortunas. Pero todos abandonaron sus posiciones de privilegio en la
vida, arriaron los estandartes de su orgullo, se despojaron de las ropas que
llevaban en su vida civil y se envolvieron el cuerpo en las túnicas bastas y mal
teñidas de los monjes budistas. Se desprendieron de sus matamoscas blancos,
de sus arcos y flechas, y tomaron como única posesión una escudilla de
limosnas; y entonces, ya pordioseros y mendigos, siguieron al Honrado por el
Mundo. No tenían morada donde guarecerse de la lluvia y de los vientos, y
apenas sustentaban su existencia con algo de comida y se cubrían con escasa
32
vestimenta. Además, todos los habitantes de las cinco regiones y de los cuatro
mares de la India eran discípulos o seguidores laicos de enseñanzas no
budistas, así que el mismo Buda, en nueve ocasiones, se vio obligado a sufrir
grandes penurias.
Por ejemplo, Devadatta le arrojó un inmenso peñasco, y el rey Ajatashatru soltó
un elefante embriagado directo hacia él. Al no recibir limosnas del rey Agnidatta,
el Buda debió alimentarse con forraje para caballos, y en una ciudad practicante
del brahmanismo, le ofrecieron un potaje de arroz putrefacto. Además, la hija de
un brahmán llamada Chincha se ató una escudilla al vientre y anunció que
estaba esperando un hijo de él.98
Como es obvio, los discípulos del Buda también se vieron obligados a sufrir
frecuentes penalidades. Así pues, incontables miembros del clan Shakya fueron
asesinados por el rey Virudhaka, y diez millones de seguidores del Buda
murieron pisoteados por estampidas de elefantes ebrios enviadas a propósito. A
la monja Utpalavarna la mató Devadatta; el honorable Kalodayin fue enterrado
en excremento de caballo, y el honorable Maudgalyayana murió apaleado por
miembros de un grupo brahmánico conocido como Bastón de Bambú.99
Además, los seguidores de los seis maestros no budistas se aliaron para
difamar al Buda ante el rey Ajatashatru y el rey Prasenajit, diciendo: «Gautama
es el hombre más malvado de toda la tierra de Jambudvipa. Donde él anda, se
desatan sin falta las tres calamidades y los siete desastres. Así como los
muchos ríos confluyen en el gran mar y como los bosques se apiñan sobre las
grandes montañas, así hay multitudes de malas personas que se congregan en
torno a Gautama. Por ejemplo, hombres como Mahakashyapa, Shariputra,
Maudgalyayana y Subhuti. Todos los que nacen con forma humana deberían
dar prioridad al amor filial y al sentimiento de lealtad hacia el soberano. Pero
estos hombres han sido tan engañados por Gautama que desdeñan las
lecciones aprendidas de sus padres, abandonan a sus familias y, desafiando las
órdenes reales, se marchan a vivir a los bosques de montaña. Habría que
expulsarlos del país. Justamente, por permitirles quedarse así, el Sol, la Luna y
las estrellas manifiestan un comportamiento errático, y muchas cosas extrañas
ocurren en la tierra».100
Los que escuchaban la voz no sabían ya de qué manera seguir tolerando esas
persecuciones. Pero, como si no bastara con lo que ya estaban padeciendo, [el
mismo Buda salió a denostarlos]. Así que seguir al Buda empezó a tornarse
algo cada vez más difícil para ellos. De tanto en tanto, tenían que escuchar que
él los condenaba reiteradamente frente a multitudes de seres humanos y
celestiales; sin saber cómo reaccionar, su confusión era cada vez mayor.
Y además de todo esto, tuvieron que vérselas con la mayor de todas las
adversidades, revelada en el Sutra Vimalakirti [cuando el Buda se dirigió a los
que escuchaban la voz y dijo:] «Quienes os dan ofrendas no están cultivando
ningún campo de buena fortuna. Los que os dan ofrendas caerán en los tres
malos caminos». Estas palabras fueron pronunciadas cuando el Buda se
encontraba en el Jardín de Ambapali.101 Allí, en inmensa muchedumbre se
33
habían congregado Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, los
cuatro reyes celestiales y las deidades celestiales de los tres mundos, los
dioses terrenales, las deidades dragonas y otros seres, numerosos como los
granos de arena del Ganges, para escuchar decir al Buda: «Los seres humanos
y celestiales que den ofrendas a Subhuti y a los demás monjes caerán en los
tres malos caminos». Después de escuchar tal admonición, ¿qué ser humano o
celestial daría limosnas a los discípulos que escuchaban la voz? En realidad,
parecía casi como si el Buda con sus palabras tratara adrede de infligir la
muerte a los que practicaban los dos vehículos. Seguramente, al ver el
comportamiento del Buda, las personas más sensatas de la asamblea tomaron
distancia. Así y todo, los que escuchaban la voz pudieron obtener una mínima y
magra porción de las ofrendas entregadas al Buda, suficiente para mantenerse
con vida.
Cuando considero esta cuestión, se me ocurre que, si el Buda hubiese fallecido
después de predicar los diversos sutras expuestos durante los primeros
cuarenta y tantos años de su enseñanza, y si no hubiera vivido lo suficiente para
exponer el Sutra del loto en los ocho años posteriores, ¿quién, entonces, habría
dado ofrendas a aquellos honorables? Habrían tenido que vivir en el reino de las
entidades hambrientas.
Pero, al cabo de cuarenta años de estar predicando sutras diversos, finalmente
fue como si irrumpiera el brillante sol primaveral y derritiese la gélida escarcha,
o como si un vendaval se llevara las gotas de rocío de infinitas briznas de hierba.
Con una sola sentencia, en un instante, el Buda arrasó con todas sus
declaraciones anteriores, cuando dijo: «Todavía no he revelado la verdad».
Como un fuerte viento que dispersa las oscuras nubes, como la luna llena en el
inmenso cielo, como el sol que brilla en el firmamento azul, proclamó: «El
Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es
momento de que revele la verdad». Con el fulgor del sol o el brillo de la luna, así
se reveló en el Sutra del loto que Shariputra llegaría a ser El Que Así Llega
Fulgor de Flor y que Mahakashyapa sería El Que Así Llega Brillo de Luz.
Gracias al Sutra del loto –fénix de las escrituras y espejo que refleja las
enseñanzas—, después de la muerte del Buda los que escuchaban la voz
pudieron ser respetados por los seguidores humanos y celestiales del budismo
con el mismo respeto deparado al Buda.
Si el agua es transparente, sin falta reflejará la luna. Si el viento sopla, sin falta
los árboles y la hierba se inclinarán a su paso. Si hay un devoto del Sutra del
loto, sin falta los venerables y los que escuchan la voz, acudirán a su lado,
aunque deban caminar entre las llamas o atravesar la piedra. Aunque
Mahakashyapa estuviera absorto en una profunda meditación, jamás ignoraría
las circunstancias.102 ¿Por qué, entonces, no hace nada ante esta situación? Mi
perplejidad es absoluta. ¿Acaso no estamos en el último período de quinientos
años? ¿Debo pensar que la profecía referida a la amplia propagación del Sutra
del loto es un total disparate?103 ¿Entonces Nichiren no es el devoto del Sutra
del loto? ¿Entonces los que escuchan la voz están protegiendo a las personas
que atacan el Sutra del loto diciendo que es una simple enseñanza escrita y que
34
hacen circular grandes mentiras sobre lo que, para ellos, es una «transmisión
especial»?104 ¿Están amparando a los que instan a «descartarlo, cerrarlo,
ignorarlo y abandonarlo»105 y proponen cerrar las puertas a la enseñanza del
Sutra del loto o desechar sus pergaminos, y provocan la ruina de los templos
dedicados a la práctica del sutra? Las diversas deidades celestiales juraron ante
el Buda proteger al devoto del Sutra del loto, pero ahora que ven la ferocidad y
la magnitud de las persecuciones de esta época impura, ¿acaso han desistido y
no piensan venir? El sol y la luna siguen en el firmamento; el monte Sumeru no
se ha desplomado. Las mareas oceánicas siguen subiendo y bajando
puntualmente, y las cuatro estaciones continúan sucediéndose en su orden
habitual. ¿Por qué, entonces, no hay señales de protección para el devoto del
Sutra del loto? Nunca mis dudas han sido tan profundas...
En los sutras expuestos antes que el Sutra del loto, el Buda aparece
prediciendo que, en el futuro, lograrán la Budeidad varios grandes bodhisattvas
y seres humanos y celestiales. Pero intentar comprender estas predicciones es
como tratar de apresar la luna sobre el agua, como creer que la imagen
reflejada es el objeto real: tiene la misma forma y el mismo color; lo que no tiene
es su realidad. De la misma manera, el Buda parecería estar haciendo gala de
una profunda consideración hacia tales predicciones; sólo que, en realidad, la
cortesía es mínima.
Cuando el Honrado por el Mundo manifestó por primera vez la iluminación, aun
antes de empezar a predicar, más de sesenta grandes bodhisattvas –como
Sabiduría del Dharma, Bosque de Méritos, Estandarte de Diamante y Acervo de
Diamantes— llegaron desde muchas tierras de buda en las diez direcciones y
se presentaron ante el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Allí, a
pedido de los bodhisattvas Jefe Sabio, Luna de Liberación y otros, predicaron
las doctrinas de los diez niveles de seguridad, los diez niveles de la práctica, los
diez niveles de devoción y los diez niveles de desarrollo, entre otros. 106 Las
doctrinas postuladas por estos grandes bodhisattvas no fueron las que
aprendieron del buda Shakyamuni. En ese momento, Brahma y otras deidades
de los mundos de las diez direcciones se congregaron y predicaron diversas
enseñanzas, pero no las que habían aprendido de Shakyamuni.
Estos grandes bodhisattvas, deidades, dragones y otros seres que aparecieron
en la asamblea descrita en el Sutra de la guirnalda de flores habían vivido en
una «emancipación inconcebible»107 desde antes de que el buda Shakyamuni
comenzara a predicar. Tal vez hayan sido discípulos de Shakyamuni antes,
cuando este llevó a cabo sus prácticas de bodhisattva en existencias anteriores,
o quizá lo hayan sido de budas precedentes, en los mundos de las diez
direcciones. Sea como fuere, lo cierto es que no habían sido discípulos del
Shakyamuni que logró la iluminación por primera vez en esa existencia [en la
India] y que expuso toda una vida de enseñanzas.
El Buda incorporó discípulos sólo cuando estableció las cuatro enseñanzas, en
los períodos Agama, Correcto e Igual, y de la Sabiduría. Y aunque estas fueron
doctrinas predicadas por el Buda en persona, ninguna de ellas llegó a expresar
35
la verdadera intención del Buda. ¿Por qué digo todo esto? Porque las
enseñanzas específica y perfecta, tal como figuran en los sutras del período
Correcto e Igual y del período de la Sabiduría, no difieren en significado de las
enseñanzas específica y perfecta que aparecen en el Sutra de la guirnalda de
flores. Las enseñanzas específica y perfecta de este sutra no son las
enseñanzas específica y perfecta del buda Shakyamuni; son las enseñanzas
específica y perfecta de Sabiduría del Dharma y de los demás grandes
bodhisattvas antes mencionados. Estos, a los ojos de la gente, dan la impresión
de haber sido discípulos del buda Shakyamuni, pero, en rigor de verdad, sería
más correcto decir que fueron sus maestros. El Honrado por el Mundo escuchó
la prédica de estos bodhisattvas y, luego de adquirir sabiduría y comprensión,
procedió a establecer las enseñanzas específica y perfecta de los sutras del
período Correcto e Igual, y del período de la Sabiduría. Pero, en esencia,
ninguna de estas difiere de las enseñanzas específica y perfecta del Sutra de la
guirnalda de flores.
Sabemos, por lo tanto, que estos grandes bodhisattvas fueron maestros de
Shakyamuni. Se los menciona en el Sutra de la guirnalda de flores, en donde se
los llama «buenos amigos». Cuando dice que alguien es su «buen amigo», está
diciendo que no se trata de su maestro ni de su discípulo. La enseñanza
conocida como Tripitaka y la enseñanza de conexión son derivaciones de las
enseñanzas específica y perfecta. Cualquiera que comprenda estas últimas
invariablemente entenderá también la enseñanza del Tripitaka y la de conexión.
Maestro es alguien que enseña a sus discípulos cosas que estos antes
ignoraban. Por ejemplo, en las épocas anteriores al Buda, los seres celestiales y
humanos, y los seguidores del brahmanismo habían sido discípulos de las dos
deidades108 y de los tres ascetas. Aunque sus doctrinas se ramificaron para dar
origen a noventa y cinco escuelas diferentes, estas no superaron nunca el nivel
conceptual de los tres ascetas. Shakyamuni, señor de las enseñanzas, también
estudió tales doctrinas y, durante un tiempo, fue discípulo de los maestros
brahmánicos. Pero, tras pasar doce años realizando diversas prácticas arduas y
cómodas,109 llegó a comprender los principios del sufrimiento, el vacío, la
transitoriedad y el no yo. Por ende, dejó de considerarse discípulo de las
enseñanzas brahmánicas y, en cambio, se proclamó dueño de una sabiduría
que no había sido adquirida de ningún maestro. Así pues, con el tiempo, los
seres humanos y celestiales llegaron a considerarlo un gran maestro.
De tal forma, es evidente que durante el período de prédica de los cuatro
primeros sabores, Shakyamuni, señor de las enseñanzas, fue discípulo de
Sabiduría del Dharma y de otros grandes bodhisattvas. Del mismo modo, fue el
noveno discípulo del bodhisattva Manjushri.110 Por esta misma razón, el Buda,
en los primeros sutras, reiteradamente declara: «Nunca prediqué una sola
palabra».
Cuando el buda Shakyamuni tenía setenta y dos años, estando en el Pico del
Águila, en el reino de Magadha, predicó el Sutra de los infinitos significados. En
ese momento, negó todos los sutras expuestos durante los más de cuarenta
36
años transcurridos hasta entonces, y negó también todas las enseñanzas
parciales derivadas de dichos sutras diciendo: «En estos más de cuarenta años,
todavía no he revelado la verdad». En ese momento, los grandes bodhisattvas y
los diversos seres humanos y celestiales se apresuraron a implorar al Buda que
revelara la doctrina verdadera. De hecho, en el Sutra de los infinitos significados
hizo una única declaración que pareció sugerir la doctrina verdadera, 111 pero no
la desarrolló. Fue como el instante en que la luna se dispone a asomar: sigue
oculta tras las colinas del Levante, y aunque su resplandor empieza a aclarar
las montañas del Poniente, los hombres no alcanzamos a ver todavía su silueta.
En el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto, en la parte que revela de
manera concisa la sustitución de los tres vehículos por el vehículo único, el
Buda explicó brevemente el concepto de los tres mil aspectos contenidos en
cada instante vital, la doctrina que había tenido en mente con miras a la
revelación final. Pero como era la primera vez que tocaba ese tópico, sólo fue
comprendido de manera difusa, como la primera nota que canta el cuclillo y que
la persona aún dormida apenas escucha a la distancia, o como la luna que
aparece sobre el borde de las montañas, aún velada por un manto de finas
nubes. Shariputra y los otros, atónitos, convocaron a los seres celestiales,
deidades dragonas grandes bodhisattvas y, suplicando ser instruidos,
manifestaron: «Los seres celestiales, dragones, funciones y otras criaturas,
numerosas como los granos de arena del Ganges, los bodhisattvas ávidos de
llegar a ser budas, que, en número de ochenta mil, sumaban una nutrida fuerza,
y los reyes que hacen girar la rueda, provenientes de diez mil millones de tierras,
todos juntan las palmas de sus manos y, con reverente actitud, ansían escuchar
la enseñanza perfectamente dotada».112
El pasaje indica que ellos pidieron escuchar una doctrina nunca antes conocida
en los más de cuarenta años transcurridos hasta entonces; una doctrina
diferente de los cuatro sabores y de las tres enseñanzas. Con respecto a la
parte que dice «ansían escuchar la enseñanza perfectamente dotada», hay que
reparar en algo que comenta el Sutra del nirvana: «Sad113 indica lo
perfectamente dotado». En Profundo significado de los cuatro tratados del
Mahayana se explica: «Sad denota ―seis‖. En la India, el número seis implica lo
perfectamente dotado». En su comentario, Chi-tsang escribe: «Sad se traduce
como ―perfectamente dotado‖».114 En el octavo volumen de su Profundo
significado del «Sutra del loto», T’ien-t’ai observa: «Sad es una palabra
sánscrita que se traduce como myo o ―prodigioso‖». El bodhisattva Nagarjuna,
en el corazón de su Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de mil
volúmenes, comenta: «Sad significa ―seis‖».
En el linaje del Buda, Nagarjuna fue el decimotercer sucesor, y fundador de
escuelas como Palabra Verdadera, Guirnalda de Flores y otras; también un
gran venerable del primer nivel de desarrollo, cuya verdadera identidad
correspondió a la de El Que Así Llega Rey de la Libertad como las Nubes del
Dharma.
37
Los ideogramas Myoho-renge-kyo son chinos. En la India, al Sutra del loto se lo
denomina Saddharma-pundarika-sutra. El siguiente es el mantra referido a la
esencia del Sutra del loto, compuesto por el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei:
namah samanta-buddhanam
om a a am ah
sarva-buddha-jna-sakshebhyah
gagana-sambhavalakshani
saddharma-pundarika-sutra
jah hum bam hoh vajrarakshaman
hum svaha
¡Alabados sean todos los budas! ¡Y Los Que Así Llegan con sus tres
cuerpos! Abre la puerta a la sabiduría y la visión de todos los budas,
muéstramelas, haz que tome conciencia de ellas y que en ellas penetre, ¡tú,
que eres como el espacio y que te has liberado de la forma! ¡Ah, Sutra del
loto blanco de la Ley correcta! ¡Haz que entre en ti, que, dentro de ti, pueda
estar en todas partes, que en ti habite y que en ti me deleite. ¡Ah,
Adamantino Protector! ¡Ah, sutra vacío, libre de aspectos y libre de
deseos!115
Este mantra, que expresa el corazón del Sutra del loto, fue hallado en una torre
de hierro, al sur de la India.116 En este mantra, saddharma significa «Ley
correcta». Sad significa «correcto», y «correcto» equivale a myo [prodigioso];
myo equivale a correcto. Por eso, hablamos del Sutra del loto de la Ley correcta
y del Sutra del loto de la Ley prodigiosa. Y cuando los dos ideogramas namu se
anteponen a Myoho-renge-kyo, o Sutra del loto de la Ley prodigiosa, obtenemos
la fórmula Nam-myoho-renge-kyo.117
Myo se refiere a lo perfectamente dotado. «Seis» alude a los seis paramitas,
que representan la totalidad de las diez mil prácticas. Cuando la gente pide
escuchar la enseñanza sobre lo perfectamente dotado, está preguntando cómo
puede adquirir esa naturaleza perfectamente dotada de los seis paramitas y de
las diez mil prácticas de los bodhisattvas. En la frase «perfectamente dotado»,
lo dotado se refiere a la posesión mutua de los diez estados, mientras que lo
perfecto significa que cualquiera de los estados contiene a los demás, porque
existe la posesión mutua de los diez estados, y esto, en sí, es «perfecto». El
Sutra del loto es una sola obra, que consta de ocho volúmenes, veintiocho
capítulos y 69.384 ideogramas. Todos y cada uno de ellos está dotado del
ideograma myo, cada uno es un buda que posee los treinta y dos rasgos, y las
ochenta características. Cada uno de los diez estados manifiesta su propia
Budeidad. Como escribe Miao-lo: «Ya que hasta la Budeidad se encuentra en
todos los seres vivos, por supuesto que los demás estados también están
presentes».118
El Buda respondió a la petición de sus interlocutores diciendo que «los budas,
los Honrados por el Mundo, desean abrir el portal de la sabiduría de Buda a
todos los seres vivos».119 El término «todos los seres vivos», en este caso, se
38
refiere a Shariputra y también a los icchantikas, las personas de incredulidad
incorregible. Además, se aplica a los nueve estados. Así pues, el Buda cumplió
sus palabras: «Los seres vivos son innumerables. Yo quiero salvarlos a
todos»,120 cuando declara: «Al principio, formulé un juramento, con la
esperanza de hacer que todas las personas fuesen iguales a mí, sin que
hubiese distinción alguna entre nosotros, y lo que ansiaba desde hacía tanto
tiempo ahora se ha cumplido».
Todos los grandes bodhisattvas, seres celestiales y demás criaturas, cuando
terminaron de escuchar la doctrina del Buda y la comprendieron, dijeron:
«Desde el pasado, muchas veces escuchamos predicar al Honrado por el
Mundo, pero nunca antes habíamos escuchado esta Ley profunda, prodigiosa y
superior».121
El gran maestro Dengyo comenta: «―Desde el pasado, muchas veces
escuchamos predicar al Honrado por el Mundo‖ se refiere al hecho de que lo
habían oído predicar las grandes doctrinas del Sutra de la guirnalda de flores y
de otros sutras, en las épocas anteriores a la prédica del Sutra del loto. ―Nunca
antes habíamos escuchado esta Ley profunda, prodigiosa y superior‖ significa
que nunca habían oído la enseñanza del vehículo único de la Budeidad,
postulada en el Sutra del loto».122
O sea, entendieron que ninguno de los sutras anteriores del Mahayana,
numerosos como los granos de arena del Ganges, entre los cuales se cuentan
las enseñanzas de los períodos Guirnalda de Flores, Correcto e Igual, y de la
Sabiduría –como el Sutra de los profundos secretos y el Sutra
Mahavairochana— había esclarecido jamás el gran principio de los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital, núcleo de todas las enseñanzas
expuestas por el Buda a lo largo de su vida. Y entendieron que tampoco habían
aclarado la médula y la raíz de tales enseñanzas: la doctrina de que las
personas de los dos vehículos podían manifestar la Budeidad, y la doctrina de
que el Buda había obtenido la iluminación en el remoto pasado.
Parte Dos
A partir de este momento, los grandes bodhisattvas, así como Brahma, Shakra,
las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales pasaron a ser
discípulos del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Entonces, en el
capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, el Buda trata a estos
grandes bodhisattvas como a discípulos suyos, y los reconviene e instruye con
estos términos: «Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando
yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener,
leer y recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un
paso adelante y pronuncie su juramento!». De esta forma solemne se dirigió a
ellos. Y entonces, para los grandes bodhisattvas, fue «como si un gran vendaval
sacudiera las ramas de los arbustos».123 Y se vieron atraídos al Buda, así como
39
la hierba del kusha124 se inclina bajo el fuerte viento o como los ríos y arroyos
son atraídos hacia el gran océano.
Pero hacía relativamente poco tiempo que el Buda había comenzado a predicar
el Sutra del loto en el Pico del Águila, y las cosas que decía resultaban irreales o
fantasiosas a aquellos que lo escuchaban. La Torre de los Tesoros había
aparecido, en principio, para confirmar la rectitud de la enseñanza teórica
contenida en la primera mitad del Sutra del loto; después de eso, la Torre abrió
el camino para que el Buda, en la segunda mitad, expusiera la enseñanza
esencial. Los budas de las diez direcciones se congregaron en asamblea, y el
buda Shakyamuni anunció que todos ellos eran manifestaciones corpóreas de
sí mismo. La Torre de los Tesoros permaneció suspendida en el aire, y los
budas Shakyamuni y Muchos Tesoros se sentaron en ella, uno al lado del otro,
como si el sol y la luna hubiesen aparecido juntos en el firmamento azul. La gran
asamblea de seres humanos y celestiales se concentró en el cielo como una
constelación, y los budas que eran manifestaciones corpóreas del buda
Shakyamuni permanecieron sobre la tierra, sentados en sus sitiales de león,
bajo árboles tachonados de joyas.
En el Mundo de los Tesoros del Loto, descrito en el Sutra de la guirnalda de
flores, todos los budas, con sus cuerpos de la recompensa, habitan en tierras
separadas. Los budas de otros mundos no vienen a este mundo ni se
denominan manifestaciones corpóreas [como sucedió en el Sutra del loto];
tampoco los budas de este mundo se dirigen a otros. Sólo van y vienen
Sabiduría del Dharma y los otros grandes bodhisattvas.
En lo que respecta a los nueve honorables sobre lotos de ocho pétalos, y a los
treinta y siete honorables125 descritos, respectivamente, en el Sutra
Mahavairochana y en el Sutra de la corona de diamantes, aunque parezcan ser
cuerpos de la transformación de El Que Así Llega Mahavairochana, en realidad
no son budas iluminados desde el remoto pasado ni dotados de los tres
cuerpos.
Los mil budas descritos en el Sutra de la sabiduría mayor y los budas de las seis
direcciones representados en el Sutra Amida jamás se reunieron en este mundo
[como lo hicieron las manifestaciones corpóreas del Buda en el Sutra del loto].
Los budas que se dieron cita cuando se predicó el Sutra de la gran compilación
no eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. Los cuatro budas de las
cuatro direcciones representados en el Sutra de la luz dorada son cuerpos de la
transformación del buda Shakyamuni.
Así pues, en los diversos sutras, salvo en el Sutra del loto, Shakyamuni no
congrega a budas que llevan a cabo diversas austeridades y prácticas, y que
poseen los tres cuerpos, ni tampoco los identifica como sus manifestaciones
corpóreas. [Sólo lo hace en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del
loto.] Entonces, este capítulo fue concebido como introducción al capítulo
«Duración de la vida», que vendría después. Hasta ese momento, todos
pensaban que Shakyamuni había logrado la iluminación en esa existencia por
40
primera vez unos cuarenta años antes, pero entonces este manda llamar a
budas que estaban iluminados desde hacía uno o, incluso, diez kalpas, y
declara que ellos son manifestaciones corpóreas de sí mismo. Esto es algo muy
distinto de la prédica habitual del Buda sobre la igualdad de todos los budas [en
sus cuerpos del Dharma] y, de hecho, causa gran asombro. Si Shakyamuni
había alcanzado la iluminación por primera vez hacía sólo cuarenta años, no era
posible que tantos seres de las diez direcciones hubiesen sido instruidos por él.
Y aunque tuviese el privilegio de contar con todas esas manifestaciones
corpóreas, ¿dónde estaba el beneficio de enseñárselas a sus interlocutores?
T’ien-t’ai, al describir lo que pasaba por la mente azorada de la asamblea,
afirma: «Fue evidente para ellos que el buda Shakyamuni poseía numerosas
manifestaciones corpóreas. Por ende, entendieron que este debía de haber
logrado la iluminación en un pasado muy remoto».126
Además, desde las profundidades de la tierra irrumpieron grandes bodhisattvas
numerosos como las partículas de polvo de mil mundos. Y ni siquiera podían
compararse con ellos bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, a
quienes se consideraba los discípulos más prominentes de Shakyamuni.
Comparados con estos bodhisattvas recién llegados, que aparecían entre ellos
como una multitud de Shakras, los grandes bodhisattvas presentes en las
asambleas descritas en los sutras de los períodos Guirnalda de Flores, Correcto
e Igual y de la Sabiduría, o los que se mencionan en el capítulo «La Torre de los
Tesoros» del Sutra del loto, o Vajrasattva y el resto de los dieciséis grandes
bodhisattvas del Sutra Mahavairochana [y del Sutra de la corona de diamantes],
parecían una horda de monos o de simios. Fue como si los grandes ministros de
la corte se hubieran mezclado con humildes montañeses. Hasta Maitreya, que
iba a ser el próximo buda después de Shakyamuni, se quedó estupefacto ante
ellos, por no hablar de los personajes menos importantes que había en la
asamblea.
Entre estos grandes bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de
mil mundos, había cuatro grandes venerables llamados Prácticas Superiores,
Prácticas Ilimitadas, Prácticas Puras y Prácticas Consolidadas. En presencia de
estos cuatro, los demás bodhisattvas suspendidos en el aire o sentados sobre el
Pico del Águila no podían soportar el peso de su mirada o vislumbrar siquiera la
magnitud de su dignidad. Hasta los cuatro bodhisattvas del Sutra de la guirnalda
de flores,127 los cuatro bodhisattvas del Sutra Mahavairochana128 o los dieciséis
grandes bodhisattvas del Sutra de la corona de diamantes,129 en presencia de
estos cuatro, parecían hombres cegados tratando de contemplar el sol o
humildes pescadores presentándose en audiencia ante el Emperador. Estos
cuatro eran como T’ai-kung Wang y los otros –conocidos como los Cuatro
Venerables de la antigua China—130 que brillaban ante la multitud. Y eran como
los cuatro ancianos eremitas131 del monte Shang, que asistieron al emperador
Hui: seres solemnes y dignos, de gran y noble estatura. Además de
Shakyamuni, también Muchos Tesoros y las manifestaciones corpóreas de
Shakyamuni, provenientes de las diez direcciones, eran merecedores de la
confianza de todos los seres, que podían considerarlos sus buenos amigos.
41
Entonces, el bodhisattva Maitreya empezó a considerar la cuestión que tenía en
mente. Se dijo: «Desde que el buda Shakyamuni era príncipe heredero, y
durante los cuarenta y dos años transcurridos desde que logró la iluminación a
los treinta, hasta el tiempo de esta asamblea en el Pico del Águila, he conocido
a todos los bodhisattvas de este mundo, y a todos los grandes bodhisattvas que
vinieron de los mundos de las diez direcciones para participar en las diversas
asambleas. Por otro lado, he visitado las tierras puras e impuras de las diez
direcciones, a veces como emisario del Buda; otras, por mi propia iniciativa, y he
entablado relación con todos los grandes bodhisattvas de dichos mundos. Pero
estos grandes bodhisattvas que irrumpieron de la tierra, ¿a qué clase de buda
han tenido por maestro? ¡Con seguridad, ha de ser un buda incomparablemente
superior a Shakyamuni, a Muchos Tesoros y a las manifestaciones corpóreas
del Buda provenientes de las diez direcciones! Por la intensidad de la lluvia uno
puede inferir la grandeza del dragón que la ha provocado; por el tamaño de la
flor de loto, uno puede calcular la profundidad del estanque donde ha crecido.
Ahora pues, ¿de qué tierra han venido estos grandes bodhisattvas, a qué buda
siguen y qué grandiosa enseñanza han practicado?».
Así cavilaba el bodhisattva Maitreya, mudo de perplejidad. Pero, tal vez gracias
al poder del Buda, finalmente pudo dar voz a sus dudas y decir: «Bodhisattvas
incontables, de a mil, diez mil y millones, en hueste tan grande, jamás se vio en
el pasado. [...] Esta hueste de bodhisattvas de inmensa dignidad, virtud y
diligencia ¿de quién escuchó predicar la Ley? ¿Quién les enseñó y los convirtió,
y los hizo llegar a ser así? ¿Bajo la guía de quién abrigaron por primera vez el
deseo de lograr la iluminación? ¿Y la Ley de qué buda elogian y proclaman? [...]
Honrado por el Mundo, ¡nunca he visto nada igual desde los tiempos pretéritos!
Te suplico me digas de dónde vienen, y cuál es el nombre de su tierra.
Constantemente he estado viajando de un lugar a otro, pero ¡nunca he visto
algo semejante! En toda esta multitud, no hay una sola persona que conozca.
De un instante para el otro, han surgido de las profundidades de la tierra... ¡Te
ruego me expliques la causa!».132
T’ien-t’ai comenta [repitiendo con otras palabras lo dicho por Maitreya]: «Desde
el momento en que el Buda se iluminó, en el sitio de su meditación, hasta la
asamblea actual, han llegado sin cesar grandes bodhisattvas desde los mundos
de las diez direcciones, para participar en las diversas asambleas. Su cantidad
es ilimitada, pero yo, con la sabiduría y el poder apropiados al buda siguiente,
he podido ver y conocer a cada uno de ellos. Y sin embargo, de la multitud de
recién llegados no conozco a una sola persona, pese a que he viajado en las
diez direcciones, pese a que prestado servicio a muchos budas y a que soy muy
conocido entre aquellos que los escuchan».133
Miao-lo comenta: «Los hombres sabios pueden percibir la causa de las cosas,
así como las serpientes reconocen los caminos de su propia especie».134
El significado de estos pasajes de las escrituras y comentarios es
perfectamente claro. En efecto, desde el momento en que Shakyamuni adquirió
la iluminación hasta que se congregó la asamblea [en el Pico del Águila], en esa
42
tierra y en todas las tierras de las diez direcciones, el bodhisattva Maitreya
jamás había visto u oído a aquellos bodhisattvas surgidos de lo profundo de la
tierra.
El Buda, en respuesta a las dudas de Maitreya, dijo: «Ajita,135 [con respecto a]
estos bodhisattvas [...] a quienes nunca has visto antes en el pasado: cuando yo
logré la iluminación perfecta y suprema en este mundo saha, convertí y guié a
tales bodhisattvas, forjé su pensamiento y les hice abrigar el ansia de transitar el
Camino».136
También dijo: «Cuando me hallaba en los alrededores de la ciudad de Gaya,
sentado bajo el árbol bodhi, logré la iluminación más elevada y correcta, e hice
girar la rueda de la Ley insuperable. A partir de entonces, les enseñé y los
convertí, e hice que buscaran el Camino por primera vez. Ahora, todos ellos
habitan en el nivel del que no se regresa. [...] En todo momento, desde el largo y
distante pasado, he venido enseñando y convirtiendo a esta multitud».
Pero estas palabras del Buda dejaron aún más perplejos a Maitreya y a los
demás grandes bodhisattvas. Cuando el Buda predicó el Sutra de la guirnalda
de flores, ante la asamblea se presentaron Sabiduría del Dharma y otros
incontables grandes bodhisattvas. Maitreya y los demás se preguntaron quiénes
podían ser, pero el Buda expresó: «Son mis buenos amigos», y entonces
pensaron que esto debía de ser cierto. Luego, cuando el Buda predicó [el Sutra
de la gran compilación] en la Gran Cámara de los Tesoros y [el Sutra de la
sabiduría mayor] en el lago de la Garza Blanca,137 se presentaron grandes
bodhisattvas ante la asamblea, y Maitreya y los demás supusieron que estos
también debían de ser buenos amigos del Buda.
Pero estos que acababan de irrumpir de lo profundo de la tierra parecían
incomparablemente más nobles que los bodhisattvas anteriores. Uno podría
haber pensado que eran maestros del buda Shakyamuni, pero, sin embargo, el
Buda había hecho que «buscaran el Camino por primera vez» y, cuando
aquellos todavía no habían alcanzado el debido grado de madurez, este los
había convertido y aceptado como discípulos. Era este aspecto lo que movía a
perplejidad a Maitreya y a los otros seres.
El príncipe Shotoku del Japón fue hijo del emperador Yomei, trigésimo segundo
soberano. Cuando tenía seis años, al país llegaron unos ancianos procedentes
de los estados de Paekche y Koguryo, en Corea, y de la China. Al verlos, el
Príncipe, de sólo seis años, exclamó: «¡Estos son mis discípulos!», y los
ancianos unieron las palmas de las manos en señal de reverencia y dijeron:
«¡Tú eres nuestro maestro!». Fue un episodio verdaderamente extraño.
Hay un relato similar que aparece en una obra no religiosa. De acuerdo con este
texto, alguien caminaba por una carretera cuando vio, a un lado, a un hombre
de unos treinta años que azotaba a un anciano de ochenta. El viajero quiso
conocer la razón, y el joven explicó: «Este anciano es mi hijo».
43
El bodhisattva Maitreya, sin poder disipar la duda, dijo: «[Honrado por el Mundo],
cuando El Que Así Llega era príncipe heredero, te marchaste del palacio de los
Shakya y te sentaste en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya,
donde lograste la iluminación perfecta y suprema. Desde ese entonces, han
transcurrido apenas cuarenta años o poco más. Honrado por el Mundo, ¿cómo
es posible que en tan corto tiempo hayas llevado a cabo una labor tan grande
como buda?».138
Los diversos bodhisattvas presentes en las numerosas asambleas anteriores,
convocadas durante los cuarenta y tantos años transcurridos desde que el Buda
predicó el Sutra de la guirnalda de flores, habían tenido dudas en cada
oportunidad y habían pedido al Buda que las resolviera en bien de la multitud.
Pero esta última duda era la más acuciante de todas. Superaba incluso el
interrogante del bodhisattva Gran Adorno y de los demás sobre los otros
ochenta mil bodhisattvas descritos en el Sutra de los infinitos significados,
cuando el Buda anunció que se podía lograr la iluminación rápidamente siendo
que en los cuarenta y tantos años anteriores de su enseñanza había dicho que
lograr la iluminación requería incontables kalpas.
De acuerdo con el Sutra de la meditación sobre el buda Vida Infinita, bajo la
pérfida influencia de Devadatta el rey Ajatashatru encarceló a su padre y estuvo
a punto de asesinar a su madre, la dama Vaidehi. Pero, llamado a la reflexión
por los ministros de la corte Jivaka y Chandraprabha, decidió perdonarle la vida
a su progenitora. En ese momento, esta suplicó que se le apareciera el Buda, 139
y entonces tornó a hacerle esta pregunta: «¿Qué falta he cometido en el pasado
para haber traído al mundo a este hijo depravado? Y, Honrado por el Mundo, ¿a
través de qué causa has llegado a relacionarte con una persona tan malvada
como tu primo Devadatta?».
De las dudas expuestas allí, la segunda es la que más inquieta: por qué el Buda
tuvo que vincularse con una mala persona como Devadatta. Se nos ha dicho
que los reyes que hacen girar la rueda jamás nacen en el mundo junto a sus
enemigos; y que a la deidad Shakra nunca se la encuentra en compañía de
demonios. El Buda era una figura benevolente desde hacía infinidad de kalpas.
Y sin embargo, el hecho de que Shakyamuni naciera junto a su archienemigo
quizá llevara a cuestionar hasta qué punto, realmente, era un buda. Sin
embargo, este no respondió la pregunta de la dama Vaidehi. Por lo tanto, si uno
lee y recita sólo el Sutra de la meditación y no examina el capítulo «Devadatta»
del Sutra del loto jamás conocerá la verdad acerca de esta cuestión.140
En el Sutra del nirvana, el bodhisattva Kashyapa planteó al Buda treinta y seis
preguntas, pero ni siquiera estas se comparan con el interrogante que presentó
Maitreya. Si el Buda no hubiera disipado las dudas de Maitreya, las enseñanzas
sagradas de toda su vida tendrían el mismo valor que la espuma sobre el agua,
y todos los seres vivos habrían quedado capturados en las redes de la duda.
Por eso, fue tan importante para él predicar el capítulo «Duración de la vida».
44
Luego, cuando el Buda expuso este capítulo, dijo: «En todos los mundos, los
seres humanos y celestiales, y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni,
tras abandonar el palacio de los Shakya, se sentó en el lugar de la meditación,
no lejos de la ciudad de Gaya, donde logró la iluminación suprema y perfecta».
Esta cita expresa la noción sostenida por todos los grandes bodhisattvas y por
el resto de la multitud, desde el momento en que el Buda predicó por primera
vez en el sitio de su iluminación hasta que expuso el capítulo «Prácticas
pacíficas» del Sutra del loto. «Pero, buenos hombres», agregó el Buda, «han
transcurrido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles,
millones, nayutas de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad».141
En tres partes del Sutra de la guirnalda de flores leemos que el Buda logró la
iluminación por primera vez durante el transcurso de esa existencia. En los
Sutras Agama dice que entró en el Camino por primera vez en esa existencia; el
Sutra Vimalakirti señala: «Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol
bodhi»; en el Sutra de la gran compilación, se lee: «Han transcurrido dieciséis
años [desde que El Que Así Llega entró en el Camino por primera vez]»; en el
Sutra Mahavairochana se afirma: «Hace mucho tiempo, cuando me senté en el
sitio de la meditación»; en el Sutra de los reyes benevolentes se señala:
«veintinueve años [transcurridos desde su iluminación]»; en el Sutra de los
infinitos significados, leemos: «En el pasado, me senté erguido en el lugar de la
meditación»; y en el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto se afirma: «Al
principio, me senté en el lugar de la meditación». Pero, luego, con una sola
declaración del capítulo «Duración de la vida», todos esos pasajes quedaron
expuestos como burdas mentiras.
Cuando el buda Shakyamuni reveló que había adquirido la iluminación en el
remoto pasado, fue evidente que todos los demás budas eran manifestaciones
corpóreas de Shakyamuni. Cuando el Buda predicó los sutras anteriores y la
primera mitad del Sutra del loto –también llamada «enseñanza teórica»—,
presentó a los demás budas en pie de igualdad con Shakyamuni, habiendo
todos ellos finalizado sus respectivas prácticas y disciplinas. Por lo tanto, las
personas que toman alguno de estos budas como objeto de devoción suelen
menospreciar al buda Shakyamuni. Sólo que ahora se ve claramente que el
buda Vairochana, descrito en el Sutra de la guirnalda de flores como un ser
sentado sobre un pedestal de lotos, y los diversos budas que aparecen en las
enseñanzas del período Correcto e Igual, y del período de la Sabiduría –como el
Sutra Mahavairochana—, en realidad son seguidores del buda Shakyamuni.
Cuando este entró en el Camino a los treinta años, le arrebató el mundo saha al
gran rey celestial Brahma y al Rey Demonio del Sexto Cielo, quienes hasta ese
momento venían teniéndolo bajo su dominio, y lo adoptó como propio. En los
sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, había afirmado
que las regiones de las diez direcciones eran tierras puras, y que este mundo
era un lugar impuro. Pero luego, en el capítulo «Duración de la vida», revirtió
estas afirmaciones diciendo que este mundo era la tierra pura y que las
llamadas tierras puras de las diez direcciones eran tierras impuras, simples
tierras provisionales.
45
Ya que allí se revela que el Buda [del capítulo «Duración de la vida»] es el que
obtuvo la iluminación en el remoto pasado [y que todos los demás budas son
sus manifestaciones corpóreas], se desprende que no sólo los grandes
bodhisattvas a quienes Shakyamuni enseñó personalmente con su identidad
provisional, sino también los grandes bodhisattvas de los otros mundos
[instruidos por los budas de sus propias tierras] son, en verdad, discípulos del
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Si del conjunto de los numerosos
sutras faltara este capítulo «Duración de la vida», sería como si no hubiese luna
o sol en el cielo, como si no hubiera soberano en un país, o piedras preciosas
en las montañas y los ríos, o como si no hubiera espíritu en los seres humanos.
No obstante, Ch’eng-kuan, Chia-hsiang, Tz’u-en, Kobo y los demás, en
apariencia ilustres exponentes de escuelas provisionales como Guirnalda de
Flores o Palabra Verdadera, a fin de elogiar los diversos sutras en los cuales se
basan sus doctrinas provisionales, llegan incluso a decir: «El Buda del Sutra de
la guirnalda de flores es el del cuerpo de la recompensa, mientras que el Buda
del Sutra del loto es sólo el del cuerpo manifiesto».142 O dicen: «El Buda del
capítulo ―Duración de la vida‖ del Sutra del loto habita en la región de la
oscuridad, mientras que el Buda del Sutra Mahavairochana ocupa el lugar de la
iluminación».143
Así como las nubes oscurecen la luna, así los ministros proclives a la calumnia
pueden oscurecer a la persona de verdadera sabiduría. Alabada por muchos,
una piedra amarilla puede ser erróneamente tomada por una gema; de la misma
manera, es fácil confundir a un ministro adulador con un sabio. En esta época
impura, los estudiantes y eruditos suelen dejarse confundir por las afirmaciones
erróneas de hombres como los que antes he mencionado, y no aprecian el
verdadero valor de la joya que es el capítulo «Duración de la vida». Aun entre
los seguidores de la escuela Tendai, algunos han llegado a tal grado de engaño
que no pueden distinguir las piedras del oro.
Hay que tener en cuenta que si el Buda no hubiera logrado la iluminación en el
pasado distante, no podrían haber existido tantos discípulos convertidos e
instruidos por él. La luna no es avara con su reflejo, pero si no hay agua, no
puede mostrarlo. El Buda podrá estar muy deseoso de convertir a todas las
personas, pero si el vínculo que comparte con la gente no es lo debidamente
fuerte, no podrá desplegar las ocho fases de la existencia de un buda. Por
ejemplo, los que escuchaban la voz lograron el primer nivel de seguridad o el
primer nivel de desarrollo, pero mientras siguieron las enseñanzas anteriores al
Sutra del loto y buscaron sólo su propia disciplina y su propia salvación, tuvieron
que postergar para una existencia futura el logro de las ocho fases de la
existencia de un buda.
Si el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, hubiera logrado la
iluminación por primera vez en esa existencia, en tal caso al momento en que
predicó el Sutra del loto tanto Brahma como Shakra, las deidades del Sol y de la
Luna, y los cuatro reyes celestiales sólo habrían sido discípulos del Buda
46
durante cuarenta y tantos años, aunque hubieran gobernado este mundo desde
el principio del kalpa de continuación. Eso significaría que ellos habrían
establecido su relación con el Sutra del loto por primera vez durante los ocho
años en que este fue predicado en el Pico del Águila. Y, en tal caso, habrían
sido como recién llegados, incapaces de aproximarse a su maestro sin reservas
y mantenidos a distancia por los que llevaban allí mucho más tiempo que ellos.
Pero, al revelarse que el buda Shakyamuni había logrado la iluminación hace
incontables kalpas, se desprende que todos esos seres ya eran discípulos del
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas: tanto los bodhisattvas Luz de Sol y
Luz de Luna, que asistieron a El Que Así Llega Maestro de la Medicina en la
región del Este, como los bodhisattvas Percibir los Sonidos del Mundo y Gran
Poder, que asistieron a El Que Así Llega Amida en la región del Oeste, junto a
los discípulos de todos los budas de los mundos de las diez direcciones, y a los
grandes bodhisattvas que son discípulos de El Que Así Llega Mahavairochana,
tal como se los muestra en el Sutra Mahavairochana y en el Sutra de la corona
de diamantes. Ya que los diversos budas son manifestaciones corpóreas de El
Que Así Llega Shakyamuni, no hace falta decir que sus discípulos también han
de ser discípulos de Shakyamuni. Y, desde luego, las diversas deidades del Sol,
de la Luna y de las estrellas, que han habitado este mundo desde el comienzo
del kalpa de continuación, también tienen que ser discípulos del buda
Shakyamuni.
No obstante, las diversas corrientes budistas, a excepción de la escuela Tendai,
se han desviado del camino correcto en lo que concierne al verdadero objeto de
devoción. Las escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la
Verdad y Preceptos toman como objeto de devoción al buda Shakyamuni que
eliminó las ilusiones y logró el Camino practicando las treinta y cuatro clases de
purificación espiritual.144 Es como si el heredero reconocido del supremo
monarca de un Estado, erróneamente, creyera ser hijo de un plebeyo. Las
cuatro escuelas –Guirnalda de Flores, Palabra Verdadera, Tres Tratados y
Características del Dharma— se agrupan en la categoría del budismo
Mahayana. De todas ellas, las escuelas Características del Dharma y Tres
Tratados honran a un buda comparable con el Buda del cuerpo manifiesto
superior.145 Sería como si el heredero reconocido del monarca supremo
creyese que su padre pertenece a la clase guerrera. Las escuelas Guirnalda de
Flores y Palabra Verdadera restan valor al buda Shakyamuni y declaran que sus
objetos de devoción son el buda Vairochana y el buda Mahavairochana,
respectivamente. Sería como si el heredero despreciara a su propio padre, el
monarca supremo, y rindiera honores a alguien de dudoso origen tan sólo
porque esta persona finge ser un soberano que acata los principios de la
rectitud. La escuela Tierra Pura se considera la más relacionada con el buda
Amida, que es una manifestación corpórea de Shakyamuni, y abandona a este
último, que es el señor de las enseñanzas. La escuela Zen se comporta como la
persona de baja estirpe que exagera sus pequeños logros y desprecia a sus
padres. Así pues, la escuela Zen desprecia tanto al Buda como a los sutras.
Todas estas escuelas se equivocan en lo que respecta al verdadero objeto de
devoción. Son como las personas que vivían en la época anterior a los Tres
47
Soberanos de la antigua China y no sabían quiénes eran sus propios padres. En
tal sentido, los hombres de aquellos tiempos no se diferenciaban mucho de las
aves o de las bestias.
Los practicantes de esas escuelas que ignoran las enseñanzas del capítulo
«Duración de la vida» también son como bestias. No entienden con quién
mantienen deudas de gratitud. Por lo tanto, Miao-lo señala: «De todas las
enseñanzas que expuso el Buda durante su existencia, no hay otro lugar [fuera
del capítulo ―Duración de la vida‖] donde se revele la verdadera longevidad del
Buda. Un ser humano debería saber qué edad tienen sus padres. Si un hijo ni
siquiera sabe cuántos años tiene su progenitor, tampoco sabrá con certeza
cuántas tierras él administra. Aunque sea elogiado vanamente por su talento o
capacidad, ¡difícilmente pueda considerárselo un verdadero hijo!».146
El gran maestro Miao-lo vivió en la era T’ien-pao (742-756), durante los últimos
años de la dinastía T’ang.147 Efectuó un profundo y concienzudo análisis de las
distintas escuelas, como Tres Tratados, Guirnalda de Flores, Características del
Dharma y Palabra Verdadera, entre otras, y también de los sutras en los que
estas se basan. Por fin, concluyó que si uno desconoce al Buda del capítulo
«Duración de la vida», no es mejor que un animal talentoso que ni siquiera sabe
cuáles tierras administra su padre. «Aunque sea elogiado vanamente por su
talento o capacidad» se refiere a hombres como Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la
escuela Guirnalda de Flores, o al maestro del Tripitaka Shan-wu-wei, de la
escuela Palabra Verdadera. Estos maestros tuvieron talento y capacidad, pero
fueron como hijos que ni siquiera conocían a su propio padre.
El gran maestro Dengyo fue patriarca del budismo esotérico y exotérico en el
Japón.148 En su obra Principios sobresalientes del «Sutra del loto», escribe:
«Los sutras en los cuales se basan las otras escuelas expresan, en cierta
medida, la naturaleza maternal del Buda. Pero transmiten sólo un sentimiento
de amor y carecen de cierto rigor paternal. Sólo la escuela Tendai del Loto
combina amor y severidad. El Sutra del loto es el ―padre de todos los sabios, de
los venerables, de aquellos que aún siguen aprendiendo, de los que ya
completaron su aprendizaje y de los que se trazaron el objetivo de ser
bodhisattvas‖149».
Los sutras que forman la base de las escuelas Palabra Verdadera y Guirnalda
de Flores ni siquiera contienen los términos «siembra», «maduración» y
«cosecha», para no hablar de la doctrina a la cual se refieren dichas
expresiones. Cuando los sutras de las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra
Verdadera afirman que sus seguidores entrarán en el primer nivel de desarrollo
en esa existencia y lograrán la Budeidad con la forma física que poseen en ese
momento, están exponiendo sólo las enseñanzas de los sutras provisionales,
doctrinas que ocultan [las semillas sembradas en] el pasado.150 Esperar
cosechar [el fruto de la Budeidad] sin conocer la semilla plantada es como lo
que hicieron el ministro Chao Kao, que intentó apoderarse del trono, o el
sacerdote Dokyo, que quiso ser emperador del Japón.
48
Las diversas escuelas disputan entre sí, y cada una sostiene que su sutra
contiene las verdaderas semillas de la iluminación. No pienso entrar en la
controversia. Dejaré que los sutras hablen por sí mismos. Así, entonces, el
bodhisattva Vasubandhu, al hablar de las semillas de la iluminación plantadas
por el Sutra del loto, dice que son «semillas sin par»151 Y estas semillas de
iluminación son la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital, tal como la expuso T’ien-t’ai.
La semilla de la iluminación de los diversos budas descritos en el Sutra de la
guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y los demás sutras del Mahayana
es la doctrina única de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Y
el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che fue la única persona capaz de percibir la
verdad de esta doctrina. Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores,
usurpó la doctrina e hizo de ella el alma del pasaje donde, en el Sutra de la
guirnalda de flores, se afirma: «La mente es como un diestro pintor».
El Sutra Mahavairochana de la escuela Palabra Verdadera no menciona que las
personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad, que el buda
Shakyamuni había logrado la iluminación en el remoto pasado o que cada
instante vital contiene tres mil aspectos. Pero cuando el maestro del Tripitaka
Shan-wu-wei llegó a la China, tuvo ocasión de leer Gran concentración e
introspección de T’ien-t’ai, y esto le proporcionó comprensión y sabiduría. Luego,
hurtó la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital y la
empleó para interpretar las citas del Sutra Mahavairochana sobre la «realidad
de la mente» o el que dice «Soy la fuente y el comienzo de todas las cosas»,
poniéndola en el centro de las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera,
pero incorporándola a la práctica de mantras y mudras. Puesto a comparar los
méritos relativos del Sutra del loto y del Sutra Mahavairochana, declaró que
aunque ambos concordaban en sus principios, este último era superior en
cuanto a la práctica. Los mandalas de los dos reinos,152 afirman los maestros de
la escuela Palabra Verdadera, simbolizan el logro de la Budeidad por parte de
los discípulos de los dos vehículos y la posesión mutua de los diez estados,
pero ¿acaso estas doctrinas se encuentran en alguna parte del Sutra
Mahavairochana? Quienes así lo afirman son culpables del engaño más burdo.
Por lo tanto, el gran maestro Dengyo señala: «La escuela budista Palabra
Verdadera, recientemente introducida en el Japón, oculta en forma deliberada la
manera en que su transmisión fue falseada en los registros escritos [de I-Hsing,
engañado por Shan-wu-wei], en tanto que la escuela Guirnalda de Flores,
introducida con anterioridad, trata de esconder la influencia recibida de las
doctrinas de T’ien-t’ai».153
Supongamos que alguien fuese a una región inhóspita, como la isla de Ezo, y
recitara el famoso poema:154
Al alba tenue
en la bahía de Akashi
y entre la bruma
49
un barco de nostalgias
tras las islas se pierde.
Si la persona dijese a los ignorantes nativos de Ezo que el poema había sido
compuesto por él, probablemente le creerían. Pues bien, los eruditos budistas
de la China y del Japón no han sido menos crédulos.
El reverendo Liang-hsü señala que las doctrinas de las escuelas Palabra
Verdadera, Zen, Guirnalda de Flores, Tres Tratados y otras corrientes,
comparadas con el Sutra del loto, son sólo una introducción a las enseñanzas
verdaderas [del Sutra del loto]. Se dice que el maestro del Tripitaka
Shan-wu-wei se vio sometido a los tormentos de Yama por su idea equivocada
[de que el Sutra Mahavairochana era superior al Sutra del loto]. Luego, cambió
de parecer y siguió al Sutra del loto, razón por la cual se evitó futuros tormentos.
Como prueba de ello, cuando él, junto a Pu-k’ung y los demás, diseñaron el
mandala del Reino de la Matriz y el mandala del Reino de Diamante de la
escuela Palabra Verdadera, pusieron el Sutra del loto en el centro de ambos
mandalas, como gobernante supremo, y a izquierda y derecha, como sus
ministros, incluyeron al Sutra Mahavairochana representando al Reino de la
Matriz y al Sutra de la corona de diamantes representando al Reino de
Diamante.
Cuando, en el Japón, Kobo formuló una declaración teórica de las enseñanzas
de la escuela Palabra Verdadera, se sintió atraído por la escuela Guirnalda de
Flores y asignó el Sutra del loto al octavo nivel [luego de poner al Sutra de la
guirnalda de flores en el noveno nivel de desarrollo].155 Pero cuando enseñó las
prácticas y las ceremonias a sus discípulos Jitsue, Shinga, Encho y Kojo, entre
otros, situó al Sutra del loto en posición central, entre los dos reinos de la Matriz
y de Diamante, como habían hecho Shan-wu-wei y Pu-k’ung.
En un caso similar, Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, en los diez
volúmenes de su Tratado sobre la profundidad del «Sutra del loto» asignó el
Sutra del loto al cuarto de los cinco períodos de las enseñanzas,156 afirmando
que había repudiado los dos vehículos para revelar el vehículo único del
bodhisattva y que luego había incorporado a aquellos como medio para lograr
este último. Pero después, se convirtió a las enseñanzas de T’ien-t’ai. Dejó de
dar conferencias, se despidió de sus discípulos y, en cambio, prestó servicio a
T’ien-t’ai durante siete años, en los cuales se ocupó personalmente de cargarlo
a sus espaldas [cuando T’ien-t’ai debía subir a un sitio elevado para predicar].
Además, Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma, en su obra de siete
y de doce volúmenes Bosque de significados en el jardín de la Ley, señala que
la doctrina del vehículo único establecida en el Sutra del loto es un medio hábil,
y que la doctrina de los tres vehículos representa la verdad. También formula
otras aseveraciones no menos absurdas. Pero en el cuarto volumen de
Significado esencial de «Elogio a la profundidad del ―Sutra del loto‖», se le
atribuye haber dicho que «ambas doctrinas deben ser aceptadas»; es decir,
aportando una interpretación flexible a los principios de su propia escuela. Pero
50
aunque dijo que ambas doctrinas eran aceptables, en su fuero íntimo apoyó las
enseñanzas de T’ien-t’ai sobre el Sutra del loto.
Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, escribió un comentario sobre el
Sutra de la guirnalda de flores en el cual comparó esta enseñanza con el Sutra
del loto y, al parecer, declaró que el Sutra del loto era un medio hábil. Pero,
después, escribió: «La escuela T’ien-t’ai define esta enseñanza [de los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital] como la verdad. Las doctrinas de mi
propia escuela, en lo que concierne a los principios, no discrepan en ningún
sentido de las de la escuela T’ien-t’ai». Todo parece indicar, entonces, que se
arrepintió y corrigió sus afirmaciones anteriores.
Kobo es un ejemplo semejante. Si uno carece de espejo, no puede verse el
rostro; quien no tiene oponentes, no puede aprender de sus propios errores. Los
estudiosos de la escuela Palabra Verdadera y de muchas otras corrientes no
tuvieron conciencia de sus equivocaciones. Pero, una vez que tuvieron la
fortuna de conocer al gran maestro Dengyo, comprendieron los desaciertos de
sus respectivas escuelas.
Los diversos budas, bodhisattvas, y seres humanos y celestiales descritos en
las enseñanzas anteriores al Sutra del loto parecen haber adquirido la
iluminación mediante los sutras en que todos ellos aparecen. Pero, en verdad,
sólo se iluminaron mediante el Sutra del loto. El juramento general formulado
por Shakyamuni y los demás budas, que es salvar a incontables seres vivos,
halló expresión y realidad sólo en el Sutra del loto. Este es el significado de la
frase del sutra que dice que el juramento «ahora se ha cumplido».157
En vista de tales hechos, creo que los devotos y seguidores del Sutra de la
guirnalda de flores, el Sutra de la meditación y el Sutra Mahavairochana, entre
otros, sin duda serán protegidos por los budas, bodhisattvas y seres celestiales
de los sutras respectivos que practican. Pero si los devotos de todos esos
sutras llegasen a ser enemigos del devoto del Sutra del loto, entonces los budas,
bodhisattvas y seres celestiales los abandonarían y protegerían al devoto del
Sutra del loto. Es como el caso de un hijo piadoso cuyo padre se opone al
soberano del reino. El hijo tendrá que abandonar a su padre y apoyar al rey,
pues este acto representa la culminación de la piedad filial.
Lo mismo se aplica al budismo. Los budas, los bodhisattvas y las diez demonios
descritos en el Sutra del loto no dejarán de brindar su protección a Nichiren. Y,
además, los budas de las seis direcciones y los veinticinco bodhisattvas de la
escuela Tierra Pura, los más de mil doscientos honorables158 de la escuela
Palabra Verdadera, y los diversos honorables y deidades guardianes
benevolentes de las siete escuelas159 nunca dejarán de proteger infaliblemente
a Nichiren. Es como el caso del gran maestro Dengyo, quien fue protegido por
las deidades guardianas de las siete escuelas.
Yo, Nichiren, pienso lo siguiente. Las deidades del Sol y de la Luna y las demás
deidades estuvieron presentes en los dos lugares y las tres asambleas, cuando
51
se predicó el Sutra del loto. Si apareciese un devoto del Sutra del loto, entonces,
así como el hierro es atraído por el imán o el reflejo de la luna se proyecta sobre
el agua, todas ellas instantáneamente acudirían a relevarlo de sus sufrimientos
y a cumplir el juramento formulado en presencia del Buda. Pero todavía no se
han presentado a inquirir sobre mi bienestar. ¿Significa esto que no soy un
devoto del Sutra del loto? Si así fuera, tendré que examinar el texto del sutra
una vez más desde el punto de vista de mi conducta, y ver en qué he fallado.
Pregunta: ¿Qué visión de sabiduría le permite percibir que las escuelas
Nembutsu, Zen y otras de nuestra época son enemigas del Sutra del loto y
constituyen malas influencias, dispuestas a descarriar a toda la población?
Respuesta: No expreso opiniones personales; tan sólo sostengo el espejo de
los sutras y comentarios para que los que actúan contra la Ley puedan ver allí
reflejado su feo rostro y percibir sus errores. Pero si son «ciegos» incurables,
están más allá de mi poder.
En el capítulo «La Torre de los Tesoros» del cuarto volumen del Sutra del loto,
leemos: «En ese momento, el buda Muchos Tesoros ofreció la mitad de su
asiento en la Torre de los Tesoros al buda Shakyamuni [...] En ese momento,
los miembros de la gran asamblea [vieron] a dos Los Que Así Llegan, sentados
con las piernas cruzadas sobre el sitial de león, en la Torre de los siete tesoros.
[...] Y con voz resonante [el buda Shakyamuni] se dirigió a las cuatro clases de
creyentes exclamando: ―¿Quién es capaz de predicar el Sutra del loto de la Ley
Prodigiosa en este mundo saha? Este es el momento de hacerlo, pues El Que
Así Llega no tardará en entrar en el nirvana. El Buda desea confiar este Sutra
del loto a alguien, para que pueda ser preservado‖».
Esta es la primera proclama del Buda.
Luego, en el mismo capítulo se afirma: «En ese momento, el Honrado por el
Mundo, deseoso de reiterar su intención una vez más, habló en verso y dijo:
―Este señor sagrado, este Honrado por el Mundo, aunque ha pasado a la
extinción largo tiempo atrás, sigue sentándose en la Torre de los Tesoros y
viniendo aquí en bien de la Ley. Vosotros, ¿por qué no os esforzáis también en
pro de la Ley? [...] Además, han venido estas manifestaciones corpóreas de mi
ser, budas en cantidad incalculable como los granos de arena del Ganges, con
el deseo de escuchar la Ley. [...] Cada una de ellas ha abandonado esta tierra
maravillosa, y también a su hueste de discípulos, seres celestiales y humanos,
dragones y espíritus, y todas las ofrendas que estos le daban, y han llegado a
este sitio con un propósito, para cerciorarse de que la Ley perdure durante largo
tiempo [...] como si un gran vendaval sacudiera las ramas de los arbustos.
Mediante este medio hábil, ellos se aseguran de que la Ley perdure durante
mucho tiempo. Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo
haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y
recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso
adelante y pronuncie su juramento!‖».
Esta es la segunda proclama del Buda.
52
El pasaje prosigue diciendo: «―Muchos Tesoros El Que Así Llega, yo mismo y
estas manifestaciones corpóreas del Buda que se han congregado aquí,
seguramente sabemos que este es nuestro propósito. [...] ¡Todos y cada uno de
vosotros, buenos hombres, debéis pensar cuidadosamente! Esta es una difícil
cuestión; es apropiado que hagáis un gran juramento. Los demás sutras son
numerosos como los granos de arena del Ganges, pero aunque los expusierais
a todos, esto no merecería ser considerado una dificultad. Tampoco sería difícil
tomar el monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos, hacia las inconmensurables tierras
de buda. [...] Será realmente difícil poder preguntar sobre su significado. [...]
¡Pero sí será difícil, indudablemente, predicar este sutra en la época de maldad,
cuando el Buda haya entrado en la extinción! Y cuando estallen los incendios, a
fines del kalpa, tampoco será difícil cargar un fardo de heno a las espaldas y
atravesar el fuego sin quemarse. ¡Pero sí será difícil, indudablemente, creer en
este sutra y exponerlo aunque sea a una sola persona, cuando yo haya entrado
en la extinción! [...] Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea:
cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y
mantener, leer y recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa
persona dé un paso adelante y pronuncie su juramento!‖».
Esta es la tercera proclama del Buda. La cuarta y la quinta se encuentran en el
capítulo «Devadatta», del cual me ocuparé más adelante.
El significado de estas frases del sutra está a la vista, evidente como el sol
suspendido en el cielo azul o como un lunar sobre la blanca piel del rostro. Y sin
embargo, los ciegos, los de mirada pervertida, los tuertos, los que no creen en
nadie salvo en sus maestros y los que se aferran a ideas distorsionadas no
pueden verlo.
Para los que buscan seria y sinceramente el Camino sin reparar en las muchas
dificultades, trataré de demostrar qué significan estos pasajes. Pero deben
comprender que el encuentro con la verdad es más infrecuente y extraordinario
que hallar los melocotones de la inmortalidad en el jardín de la Reina Madre del
Oeste, o la flor de udumbara que se abre sólo cuando adviene un rey que hace
girar la rueda.160 Por otro lado, el conflicto [entre Nichiren y las diversas
escuelas] es más hondo que los ocho años de guerra desatados cuando el
gobernador de P’ei y Hsiang Yü161 lucharon por el Imperio chino, o que los siete
años de batallas libradas cuando Yoritomo y Munemori162 se disputaron las
islas del Japón, o que las luchas entre Shakra y los asuras, o entre el Rey
Dragón y las aves garuda en el lago Anavatapta.163
La verdad del Sutra del loto se ha manifestado dos veces en la tierra del Japón.
Deben entender que apareció una vez, con el gran maestro Dengyo, y otra vez,
con Nichiren. Pero los ciegos lo ponen en duda, y convencerlos está más allá de
mi poder. El buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez
direcciones se reunieron y juzgaron juntos los méritos relativos de todos los
sutras del Japón, la China, la India, el palacio del Rey Dragón, los cielos y todos
los demás mundos de las diez direcciones, y este es el sutra que escogieron.
53
Pregunta: El Sutra de la guirnalda de flores, los del período Correcto e Igual, el
Sutra de la sabiduría, el Sutra de los profundos secretos, el Sutra Lankavatara,
el Sutra Mahavairochana y el Sutra del nirvana ¿pertenecen al grupo de los
«nueve actos fáciles» o al de los «seis actos difíciles»?164
Respuesta: Tu-shun, Chih-yen, Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela
Guirnalda de Flores, todos maestros de las tres divisiones del canon, señalan
que tanto el Sutra de la guirnalda de flores como el Sutra del loto pertenecen a
la categoría de los «seis actos difíciles». Dicen que, aunque nominalmente sean
dos sutras distintos, son idénticos en sus enseñanzas y en sus principios. Es
algo semejante a la declaración: «Aunque las cuatro percepciones de la
realidad son distintas, la verdad a la cual ellas remiten es idéntica».165
El maestro del Tripitaka Hsüan-tsang y el gran maestro Tz’u-en, de la escuela
Características del Dharma, señalan que tanto el Sutra de los profundos
secretos como el Sutra del loto exponen la doctrina de la conciencia como
origen. [Ellos dicen que] ambos pertenecen al tercer período de las enseñanzas
del Buda166 y a la categoría de los «seis actos difíciles».
Chi-tsang, de la escuela Tres Tratados, asegura que el Sutra de la sabiduría y el
Sutra del loto son dos formas distintas de llamar a una sola entidad, dos sutras
que predican una misma enseñanza.
Los maestros del Tripitaka Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung [de la
escuela Palabra Verdadera] sostienen que el Sutra Mahavairochana y el Sutra
del loto son idénticos en sus principios y que ambos pertenecen al grupo de los
«seis actos difíciles». Pero, en el Japón, Kobo [líder de la escuela Palabra
Verdadera] afirma que el Sutra Mahavairochana no pertenece ni al grupo de los
«seis actos difíciles» ni a la categoría de los «nueve actos fáciles». El Sutra
Mahavairochana, de acuerdo con sus aseveraciones, ocupa un lugar distinto del
de todos los demás sutras predicados por el buda Shakyamuni, ya que fue
expuesto por Mahavairochana El Que Así Llega, un buda del cuerpo del
Dharma. En el mismo tenor, algunos aseguran que como el Sutra de la
guirnalda de flores fue predicado por El Que Así Llega del cuerpo de la
recompensa, no queda comprendido en las categorías de los «seis actos
difíciles» o los «nueve actos fáciles».
Tales, pues, son las ideas desarrolladas por los fundadores de estas cuatro
escuelas. Los miles de estudiosos de estas corrientes adhieren a los mismos
conceptos.
Debo observar con tristeza que aunque sería harto sencillo señalar el error de
las nociones postuladas por estos hombres, si lo hiciera, el pueblo de esta
época ni siquiera se dignaría mirar en dirección a mí. La gente seguiría aferrada
a su camino equivocado y, finalmente, me calumniaría ante el soberano del país
poniendo en peligro mi vida. No obstante, cuando nuestro benevolente padre, el
buda Shakyamuni, enfrentó su última hora en el bosque de árboles sal, dijo
54
como instrucción testamentaria que debíamos «confiar en la Ley y no en las
personas».167 «No confiar en las personas» significa que cuando predican
personas de la primera, la segunda, la tercera y la cuarta categoría,168 aunque
se trate de bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, que han llegado al
nivel de la iluminación casi perfecta, si no predican con el sutra en la mano, no
deberá aceptárselos.
También está establecido: «Sólo confiad en sutras completos y finales, mas no
en aquellos que no lo sean».169 Por ende, debemos examinar con detenimiento
los sutras para determinar cuáles son completos y finales, y cuáles no, y
depositar nuestra fe en los primeros. El bodhisattva Nagarjuna, en su
Comentario sobre el «Sutra de los diez niveles», advierte: «No confiéis en
tratados que distorsionan los sutras; confiad sólo en aquellos que son fieles a
los sutras». El gran maestro T’ien-t’ai dice: «Deberá asentarse y darse a
conocer aquello que posea una profunda doctrina y concuerde con los sutras.
Pero no deberá darse crédito a nada que no posea una profunda doctrina ni
concuerde con los sutras».170 El gran maestro Dengyo afirma: «Depended de la
prédica del Buda, y no de las doctrinas transmitidas posteriormente en forma
oral».171 Enchin, también conocido como el gran maestro Chisho, dice: «Para
transmitir las enseñanzas, hay que confiar sólo en las palabras escritas [o
escrituras]».172
Por cierto, los líderes de las diversas escuelas cuyas opiniones he mencionado
antes parecen basarse en ciertos grupos de sutras y tratados, en su afán de
establecer cuáles enseñanzas son superiores a las demás. Pero estos hombres
se aferran con obstinación a las doctrinas de sus propias escuelas y perpetúan
los conceptos errados transmitidos por sus predecesores, de tal forma que sus
juicios se caracterizan por interpretaciones distorsionadas y por sentimientos
subjetivos. Sus doctrinas no son más que opiniones personales, glorificadas y
cubiertas de ornamentos.
Las escuelas no budistas de hombres como Vatsa y Vaipulya, que aparecieron
en la India después de la muerte del Buda, son más erróneas todavía en sus
puntos de vista, y más astutas en la articulación de sus doctrinas que las que
existían antes de los tiempos del Buda [ya que hurtaron al budismo sus ideas].
Del mismo modo, desde que el budismo se introdujo en la China en la dinastía
Han posterior, los escritos e ideas no budistas se han vuelto mucho más
erróneos y solapados que las obras confucianas previas al budismo, referidas a
los Tres Soberanos y a los Cinco Emperadores de la Antigüedad. A su vez, los
maestros de las escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma,
Palabra Verdadera y otras, envidiosos de las doctrinas correctas de la escuela
T’ien-t’ai, interpretan las palabras del sutra correcto con tal desvergüenza que
las hacen concordar con el sentido de las enseñanzas provisionales.
Sin embargo, los que buscan el Camino deberían rechazar estas nociones
unilaterales, trascender las disputas entre su escuela y las demás, y no tratar a
las otras con desprecio.
55
En el Sutra del loto, el Buda dice: «De todos los sutras que he predicado,
predico y predicaré, [este Sutra del loto es lo más difícil de creer y lo más difícil
de comprender]».173
Miao-lo observa: «Aunque otras enseñanzas digan ser el rey de los sutras, no
hay ningún otro que se defina a sí mismo como el mejor de todos los sutras
predicados en el pasado, predicados en el presente o por predicar en el
futuro».174 También afirma: «Con respecto a [la declaración del Buda de] que
este sutra prodigioso supera a todos los del pasado, presente y futuro, hay
quienes insisten en desviarse. Así pues, cometen el grave error de actuar contra
el sutra y, durante muchos kalpas, se verán sometidos al sufrimiento».175
Desconcertado por estos pasajes del sutra y de sus comentarios, lo que yo hice
fue examinar el conjunto completo de enseñanzas, y los desarrollos y
comentarios de los distintos maestros, hasta ver que mis dudas y sospechas se
hubieran desvanecido. Pero los necios sacerdotes de la escuela Palabra
Verdadera confían en sus mudras y mantras, y creen que su escuela es
superior al Sutra del loto tan sólo porque el gran maestro Jikaku y sus otros
maestros les han asegurado que la escuela Palabra Verdadera es superior. Sus
ideas no merecen siquiera ser debatidas.
El Sutra de la secreta solemnidad expone: «De este sutra derivan el Sutra de los
diez niveles,176 el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del gran árbol del rey
Kimnara, el Sutra de los poderes sobrenaturales, el Sutra Shrimala y las demás
enseñanzas. Así pues, el más grande de todos es el Sutra de la secreta
solemnidad».
El Sutra de la gran nube afirma: «De todos los sutras, este es el rey que hace
girar la rueda. ¿Por qué? Porque en este sutra se expone la doctrina de la
constancia de la naturaleza de Buda como verdadera naturaleza de todos los
seres».
En el Sutra de los seis paramitas se lee: «Todas las enseñanzas correctas
expuestas por los incontables budas del pasado, y las ochenta y cuatro mil
enseñanzas espléndidas que he expuesto hasta hoy pueden dividirse, en su
conjunto, en cinco categorías: primero, los sutras (enseñanzas del Buda);
segundo, el vinaya (serie de reglas monásticas); tercero, el abhidharma (serie
de tratados); cuarto, el prajna-paramita (enseñanzas sobre el perfeccionamiento
de la sabiduría), y quinto, los dharanis (fórmulas místicas). Las obras de estas
cinco compilaciones instruirán a los seres animados. Entre ellos, habrá algunos
que no podrán aceptar y seguir los sutras, o el vinaya, o el abhidharma, o los
prajna-paramitas, o habrá seres animados que cometerán diversos actos malos,
como las cuatro faltas graves, las ocho faltas graves o las cinco faltas capitales,
que conducen al infierno del sufrimiento incesante, o que actuarán contra los
sutras correctos e iguales, o habrá icchantikas que, directamente, no podrán
creer en el budismo en sí. Para erradicar dichos crímenes, dar rápida liberación
a los perpetradores y permitirles ingresar en el nirvana de inmediato, prediqué
en su beneficio este conjunto de dharanis.
56
»Estas cinco divisiones del Dharma se comparan con los sabores de la leche, la
nata o crema, la leche cuajada, la mantequilla y la mantequilla clarificada,
respectivamente, de las cuales esta última es la mejor. La división que contiene
a los dharanis se compara con la mantequilla clarificada. Este producto posee el
sabor más delicado y fino de las cinco sustancias antes enumeradas; es capaz
de curar muchas enfermedades, y de aplacar la mente y el cuerpo de los seres
animados. Del mismo modo, la división de los dharanis es la que ocupa el
primer lugar dentro de las cinco divisiones de las enseñanzas, porque puede
erradicar las faltas graves».
En el Sutra de los profundos secretos se expone: «[En ese momento, el
bodhisattva Aparición de la Verdad Superlativa se dirigió al Buda diciendo:]
Honrado por el Mundo, en el primer período de tu enseñanza, cuando te
hallabas en el bosque Cónclave de los Venerables Ascetas, o Parque de los
Ciervos, en Varanasi, en beneficio de aquellos que ansiaban sólo buscar el
vehículo de los que escuchan la voz, expusiste la doctrina de las cuatro nobles
verdades, haciendo así girar la rueda de la Ley correcta. Fue algo muy
maravilloso, algo muy extraordinario. Ningún ser humano o celestial, en ninguno
de los mundos incontables, había podido jamás exponer una doctrina como esa.
Y sin embargo, la rueda de la Ley que hiciste girar en ese momento aún podía
ser mejorada y dejó lugar para la duda. Su significado no era definitivo, y daba
amplio espacio para la controversia.
»Entonces, Honrado por el Mundo, en el segundo período de tu enseñanza, en
beneficio de aquellos que sólo querían buscar el gran vehículo, 177 enseñaste
que todos los fenómenos carecen de naturaleza distintiva que les sea propia;
que no hay nacimiento ni muerte; que todas las cosas, básicamente, se
encuentran en estado de quietud, y que la naturaleza de los seres, en su existir,
es el nirvana. Hiciste girar la rueda de la Ley correcta, aunque no revelaste la
verdad íntegra. Esto fue algo más maravilloso aún, e incluso más extraordinario.
Pero la rueda de la Ley que hiciste girar en aquel momento aún podía ser
mejorada, y dejó lugar para la duda. Su significado no era definitivo, y daba
amplio espacio para la controversia.
»Y ahora, Honrado por el Mundo, en el tercer período de tu enseñanza, en
beneficio de aquellos que desean practicar el vehículo que salva a todos los
seres, enseñaste que todos los fenómenos carecen de naturaleza distintiva; que
no hay nacimiento ni muerte; que todas las cosas, básicamente, se encuentran
en estado de quietud, y que la naturaleza de los seres, en su existir, es el
nirvana. Y entonces enseñaste que la ―naturaleza‖ de la que hablabas no posee,
en sí, nada que pueda ser denominado ―naturaleza‖. Hiciste girar la rueda de la
Ley correcta y expusiste estas doctrinas en su forma perfecta. Esto es
sumamente maravilloso y representa lo más extraordinario de todo. Esta rueda
de la Ley que hiciste girar no puede ser mejorada y no deja lugar para la duda.
Su significado es en verdad completo y definitivo, y no da ningún espacio para la
controversia».
57
En el Sutra de la gran sabiduría se afirma: «Cuando uno considera cualquier
enseñanza que escucha, ya sea secular o budista, como medio hábil, acaba
comprendiendo que estas pueden ser incorporadas en los profundos principios
que sólo el prajna –o sabiduría del Buda— puede aprehender. Cuando, con la
misma sabiduría, uno entiende que todas las cuestiones y acciones seculares
representan la naturaleza esencial de las cosas, no hallará una sola cosa que
quede fuera de la naturaleza esencial».
El primer volumen del Sutra Mahavairochana señala: «Maestro de los Secretos
[Vajrasattva], hay una práctica del gran vehículo que despierta en nosotros un
pensamiento libre de apegos a las cosas y que nos conduce a comprender que
todos los fenómenos carecen de naturaleza individual. ¿Y por qué? Porque, en
épocas pasadas, los que practicaron de esta manera pudieron observar la
conciencia alaya dentro de los cinco componentes, y comprender que las
naturalezas individuales son ilusorias».
En el mismo sutra también leemos: «Maestro de los Secretos, estos hombres,
así, descartaron el concepto del no yo, y llegaron a comprender que el ser
esencial existe en un ámbito de completa libertad, y que el ser esencial del
individuo jamás ha conocido el nacimiento [o la muerte] desde el principio».
También se establece: «Por naturaleza, el vacío o vacuidad está separado de
los órganos sensoriales y de sus objetos. No tiene forma ni límites; más allá de
cualquier teoría inútil, equivale al espacio. Representa lo supremo en ausencia
de la naturaleza individual».
Del mismo modo, allí leemos: «El buda Mahavairochana se dirigió al Maestro de
los Secretos diciendo: ―Maestro de los Secretos, ¿cuál es el significado de la
iluminación? Significa entender nuestro propio ser esencial tal como realmente
es‖».
El Sutra de la guirnalda de flores indica: «De los muchos y diversos seres que
hay en todos los mundos, pocos buscan practicar el vehículo de los que
escuchan la voz. Menos aún son los que buscan practicar el vehículo de los que
comprenden la causa. Y los que buscan el gran vehículo son extremadamente
pocos. Buscar el gran vehículo es relativamente fácil de hacer, pero creer en las
doctrinas de este sutra es difícil en extremo. Y cuánto más difícil es sostener
este sutra, tener en mente sus enseñanzas de la manera correcta, practicarlas
como se enseña y entender su verdadero significado.
»No es difícil tomar el gran sistema planetario y sostenerlo sobre la cabeza sin
moverse durante el término de un kalpa. Pero creer en las doctrinas de este
sutra es difícil en extremo. Ofrecer durante el término de un kalpa artículos
placenteros a todos los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de
un gran sistema planetario, no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas
de este sutra nos dará méritos inmensos. Sostener en la palma de la mano diez
tierras de buda y permanecer inmóvil en el aire durante el término de un kalpa
no es algo difícil de hacer. Pero creer en las doctrinas de este sutra es difícil en
58
extremo. Ofrecer artículos placenteros durante el término de un kalpa a todos
los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de diez tierras de buda,
no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas de este sutra nos brindará
méritos inmensos. Durante el término de un kalpa uno podrá honrar y dar
ofrendas a Los Que Así Llegan, incontables como las partículas de polvo de
esas diez tierras de buda. Pero uno obtendrá méritos muchísimo mayores si
puede aceptar y respetar las doctrinas de este capítulo».178
En el Sutra del nirvana se lee: «Aunque los muchos sutras correctos e iguales
del gran vehículo proporcionen méritos inestimables, no hay forma de describir
cuánto mayor será el mérito obtenido por medio de este sutra. Es cien veces,
mil veces, mil millones de veces mayor; es mayor de una manera que escapa a
toda posibilidad de cálculo o de analogía. Buenos hombres, la leche se extrae
de la vaca; la nata se extrae de la leche; el cuajo se obtiene de la nata; la
mantequilla se obtiene del cuajo; y la mantequilla clarificada se hace a partir de
mantequilla. La más delicada es la mantequilla clarificada. El que la consuma se
verá curado de cualquier enfermedad, como si en ella estuviesen contenidas
todas las clases de medicamentos benéficos. Buenos hombres, el Buda es así.
El Buda expuso las doce divisiones de la prédica. De esas doce divisiones,
extrajo los sutras, y entre los sutras seleccionó los sutras correctos e iguales; de
los sutras correctos e iguales extrajo la doctrina de los prajna-paramitas
(perfeccionamiento de la sabiduría), y de los prajna-paramitas hizo nacer el
Sutra del nirvana. El Sutra del nirvana es comparable con la mantequilla
clarificada. Aquí, la mantequilla clarificada es una metáfora de la naturaleza de
Buda».
Cuando comparamos estos pasajes de las escrituras que acabo de citar con los
del Sutra del loto que lo describen como el sutra más grande de todos los que el
Buda «ha predicado, predica y predicará» y se ocupan de los seis actos difíciles
y los nueve actos fáciles, este último sutra se destaca como la luna refulgente al
lado de las estrellas, o como el monte Sumeru al lado de las otras ocho cadenas
montañosas que lo rodean. Y sin embargo, Ch’eng-kuan, de la escuela
Guirnalda de Flores; Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma;
Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, y Kobo, de la escuela Palabra
Verdadera –todos hombres supuestamente poseedores del ojo del Buda— no
entendieron las citas del Sutra del loto antes mencionadas. ¡Cómo entonces
podríamos esperar que los estudiosos comunes de la época, que parecen tener
un grado avanzado de ceguera, juzguen la diferencia entre el Sutra del loto y los
demás sutras! Esta diferencia es tan obvia como la que hay entre el blanco y el
negro, o entre el monte Sumeru y una semilla de mostaza; no obstante, dichos
hombres persisten en el camino equivocado. Por ende, no debería
sorprendernos que también se dejen confundir por principios difusos como el
aire. Quien no puede percibir la profundidad relativa de los diversos escritos,
tampoco podrá juzgar el valor de los principios que en ellos se revele.
Las frases [de los ocho sutras] antes citadas aparecen en volúmenes separados
y no siguen un orden [en cuanto a su profundidad relativa]. Ya que esto dificulta
59
la tarea de discernir el valor de cada enseñanza, explicaré dichos pasajes para
que las personas ignorantes [del budismo] puedan entenderlos mejor.
Si hablamos de reyes, los hay grandes e insignificantes; además, en cualquier
asunto que se analice, siempre hay que considerar las partes y el todo. Hemos
mencionado la analogía con los cinco sabores lácteos, pero debemos entender
en qué casos esta semejanza se aplica al conjunto de las enseñanzas budistas,
y en qué casos se aplica a alguna parte de las doctrinas.
El Sutra de los seis paramitas enseña que los seres animados pueden
manifestar la iluminación, pero rehúsa aplicar este principio a aquellos seres
que no poseen la naturaleza de la iluminación. Y, desde luego, nada dice sobre
la doctrina de que el buda Shakyamuni logró la iluminación incontables eras
atrás en el pasado.
A decir verdad, el Sutra de los seis paramitas ni siquiera puede compararse con
el Sutra del nirvana, que, de los cinco sabores, se equipara al de la mantequilla
clarificada, ni mucho menos puede compararse con las enseñanzas teórica y
esencial del Sutra del loto. Y sin embargo, el gran maestro Kobo del Japón,
engañado por el pasaje recién citado del Sutra de los seis paramitas, asignó el
Sutra del loto al cuarto sabor, el de la mantequilla. Si la mantequilla clarificada
de los dharanis (fórmulas místicas) ni siquiera puede compararse con la
mantequilla clarificada del Sutra del nirvana, ¿cómo explicar que Kobo haya
cometido un error tan burdo? No obstante, este escribe que «los maestros
budistas de la China pugnaron entre sí por robar la mantequilla clarificada»,179 y
llama ladrones a T’ien-t’ai y a los otros. En tono jactancioso, declara: «¡Qué
lástima, que los sabios de los tiempos antiguos no hayan podido deleitarse con
esta mantequilla clarificada!».
Pero dejaré esto a un lado y señalaré la verdad en beneficio de mis seguidores.
Como algunas personas eligen no creer en ella en este momento, están
formando por esta vía una relación inversa. Basta con probar una sola gota para
descubrir el sabor del océano. Basta con ver un solo capullo en flor para
predecir la llegada de la primavera. Para juzgar las virtudes relativas de las
enseñanzas predicadas por el Buda a lo largo de su existencia, no hace falta
cruzar las aguas que nos separan de la lejana China Sung ni pasar tres años
viajando al Pico del Águila en la India,180 ni visitar el palacio del Rey Dragón
como lo hizo Nagarjuna o visitar al bodhisattva Maitreya [en el cielo de Tushita]
como lo hizo el bodhisattva Asanga,181 ni tampoco estar presente en los dos
lugares y las tres asambleas donde Shakyamuni predicó el Sutra del loto. Se
dice que las serpientes pueden anticipar una inundación siete días antes de que
se produzca. Esto se debe a su afinidad con los dragones [que ocasionan las
lluvias]. Los cuervos pueden predecir los sucesos afortunados o infaustos que
ocurrirán en el transcurso de un año. Esto se debe a que, en una existencia
anterior, fueron adivinos. La facultad de volar se da en las aves mejor que en los
seres humanos. Y yo, Nichiren, para juzgar los méritos relativos de los sutras,
tengo más capacidad que Ch’eng-kuan de la escuela Guirnalda de Flores; que
Chia-hsiang de la escuela Tres Tratados; que Tz’u-en de la escuela
60
Características del Dharma, y que Kobo de la escuela Palabra Verdadera. Esto
se debe a que sigo los pasos de los maestros T’ien-t’ai y Dengyo. Si
Ch’eng-kuan y los demás no hubieran aceptado las enseñanzas de T’ien-t’ai y
de Dengyo, ¿cómo podrían haber pensado que eludirían la grave falta de
denigrar la Ley?182
Yo, Nichiren, soy el hombre más rico del Japón actual. He dedicado mi vida al
Sutra del loto, y mi nombre será preservado a lo largo de la posteridad. Si uno
es amo del gran océano, todas las deidades de los muchos ríos le obedecerán.
Si uno es rey del monte Sumeru, todas las deidades de las muchas montañas le
prestarán servicio. Si una persona cumple la enseñanza sobre «los seis actos
difíciles y los nueve actos fáciles» expresada en el Sutra del loto, aunque no
haya leído el conjunto de sutras en su totalidad, todos deberían seguirla.
Además de las tres proclamas del Buda en el capítulo «La Torre de los
Tesoros» del Sutra del loto, el capítulo «Devadatta» contiene dos revelaciones
esclarecedoras. [La primera anuncia que Devadatta logrará la Budeidad.]
Devadatta fue un hombre de incredulidad incorregible, perteneciente a la clase
de los icchantikas; y sin embargo, allí se predice que, en el futuro, llegará a ser
un buda, y que su nombre será El Que Así Llega Rey Celestial. En los cuarenta
volúmenes del Sutra del nirvana, se indica que [todos los seres, incluidos los
icchantikas, poseen la naturaleza de Buda, pero] la prueba real y concreta de
ello se encuentra en este capítulo del Sutra del loto. Hay infinidad de personas
como el monje Sunakshatra o el rey Ajatashatru, que han cometido las cinco
faltas capitales o han actuado contra la Ley, pero Devadatta suele citarse como
ejemplo, en representación de toda esa cantidad de gente; es el epítome del
transgresor, por eso se sobreentiende que todos los otros, que cometen el mal
en menor medida, recibirán una retribución como la suya. Así pues, se revela
que todos los que cometen las cinco o las siete faltas capitales183 o los que
denigran la Ley, o los que son icchantikas intrínsecamente opuestos a abrazar
la fe llegarán a ser todos budas, como El Que Así Llega Rey Celestial. El
veneno se convierte en dulce rocío, el más exquisito de los sabores.
[La segunda revelación se refiere al logro de la Budeidad por parte de la niña
dragona.] Que la hija del Rey Dragón haya manifestado la Budeidad no sólo
representa el logro de este ser individual: al mismo tiempo, implica que todas las
mujeres alcanzarán el estado de Buda. En las diversas enseñanzas del
Hinayana predicadas antes que el Sutra del loto, se niega absolutamente a las
mujeres la posibilidad de lograr la iluminación. En los sutras del Mahayana, con
excepción del Sutra del loto, parecería ser que las mujeres pueden manifestar la
Budeidad o renacer en la tierra pura. Pero sólo después de haber cambiado de
forma física. No se habla de un logro inmediato de la iluminación, basado en la
doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Por eso, se
habla de manifestar la Budeidad o de renacer en la tierra pura sólo de manera
nominal, mas no en el sentido real. La hija del Rey Dragón representa «el
ejemplo que se aplica a todo el conjunto».184 Cuando la niña dragona manifestó
la Budeidad, lo que hizo fue abrir el camino para que todas las mujeres de los
tiempos futuros pudieran hacerlo.
61
El confucianismo predica la devoción filial y el respeto a los padres, pero sólo se
limita a la existencia en curso. No proporciona ningún medio para ayudar a los
padres en sus existencias futuras; por lo tanto, los sabios y venerables del
confucianismo sólo son sabios y venerables en teoría, pero no en sentido real.
El brahmanismo reconoce la existencia de vidas pasadas y futuras, pero no
brinda medios para ayudar a que nuestros padres tengan una existencia mejor
en el futuro. Solamente el budismo puede ofrecer este recurso, y por eso es el
verdadero camino de los sabios y venerables. Pero en las enseñanzas del
Hinayana y del Mahayana predicadas antes que el Sutra del loto, y en las
escuelas basadas en dichos sutras, hasta a uno mismo le resulta imposible
acceder al Camino; difícilmente entonces pueda suponerse que uno sea capaz
de hacer algo en bien de sus padres. Aunque los textos de estos sutras digan
[que pueden procurar la iluminación], en realidad no es así. Sólo a partir de la
prédica del Sutra del loto –cuando la hija del Rey Dragón manifestó la
iluminación—, se hizo evidente que la Budeidad era algo posible para todas las
madres. Y sólo cuando se reveló que un hombre depravado como Devadatta
podía iluminarse, quedó claro que la Budeidad era posible para todos los padres.
El Sutra del loto es, para el budismo, como el Clásico sobre la devoción filial.
Con esto doy por concluido mi análisis de las dos revelaciones contenidas en el
capítulo «Devadatta».
Admirados y sorprendidos por las cinco proclamas del Buda [contenidas en los
capítulos «La Torre de los Tesoros» y «Devadatta»], los incontables
bodhisattvas juraron al Buda que propagarían el Sutra del loto, tal como
describe el capítulo «Aliento a la devoción». Sostendré este pasaje como espejo
refulgente para que todos puedan ver que los sacerdotes actuales de las
escuelas Zen, Preceptos y Nembutsu, como así también sus seguidores laicos,
son culpables de denigrar la Ley.
El duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y
del buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta
persona llamada Nichiren fue decapitada.185 Es su alma la que ha llegado hasta
la isla de Sado y la que, en el segundo mes del año siguiente, bajo la nieve,
redacta este escrito para enviárselo a sus discípulos cercanos. [La descripción
de la época perversa que aparece en el capítulo «Aliento a la devoción»] parece
terrible, pero [el que no escatima su vida en bien de la Ley] no tiene nada que
temer; otros, al leerla, seguramente se espantarán. Este pasaje de las
escrituras es el brillante espejo que dejaron Shakyamuni, Muchos Tesoros y los
budas de las diez direcciones para el futuro del Japón, donde se refleja el actual
estado del país. También puede ser visto como recordatorio dejado por mí.
En el capítulo «Aliento a la devoción» se afirma: «Te suplicamos que no te
preocupes. Cuando el Buda haya pasado a la extinción, en una época de miedo
y de maldad, nosotros predicaremos por doquier. Habrá muchas personas
ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con
palos y espadas, pero nosotros soportaremos todas esas cosas. En esa época
corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de corazón malvado,
62
aduladores y deshonestos, que creerán haber obtenido lo que en realidad no
poseen, inclinados a la soberbia y la jactancia. O habrá monjes que vivirán
retirados en los bosques, vestidos con andrajos, que dirán estar practicando el
Camino verdadero, y despreciarán o tratarán con desdén a toda la humanidad.
Ávidos de riquezas y de protección, predicarán la Ley a laicos de túnicas
blancas y serán respetados y venerados por el mundo como si fuesen arhats
dueños de los seis poderes trascendentales. Estos hombres, de corazón
proclive al mal y de mente siempre inclinada a las cuestiones mundanas, se
harán pasar por monjes retirados en los bosques y gozarán proclamando
nuestros defectos. [...] Como en medio de la gran multitud continuamente tratan
de difamarnos, se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y
jefes de familia, así como a otros monjes, para calumniarnos y hablar mal de
nosotros así: ―¡Estos son hombres de ideas perversas, que predican doctrinas
no budistas!‖ [...] En un kalpa impuro, en una era malvada, habrá muchas cosas
a las cuales temer. Demonios malignos tomarán posesión de los demás y, por
medio de ellos, nos maldecirán, difamarán y cubrirán de escarnio. [...] Los
monjes corruptos de esa era impura, incapaces de comprender los medios
hábiles del Buda y de entender que él predica la Ley de acuerdo con lo
apropiado, nos enfrentarán con lenguaje grosero y ceños fruncidos; una y otra
vez seremos expulsados».
En el octavo volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del ―Sutra del
loto» se expresa: «En este pasaje, se habla de tres clases de arrogancia.
Primero, hay una parte que denuncia a las personas de ideas erradas. Esto se
refiere a [la arrogancia y la presunción de] los laicos. A continuación, hay otra
parte que expone la arrogancia y la presunción de los miembros del clero
budista. Y en tercer lugar, hay una parte que expone la arrogancia y la
presunción de los que se creen venerables. De estas tres categorías, la primera
se puede resistir. La segunda es peor que la primera, y la tercera es la más
temible de todas. Y esto se debe a que en el caso de la segunda clase, y mucho
más aún de la tercera, cuesta mucho más desenmascarar su verdadera
naturaleza».
El maestro del Dharma Chih-tu escribe, en su obra Tung-ch’un: «Primero, con
respecto a la parte en verso que comienza diciendo: ―Habrá muchas personas
ignorantes...», la primera sección nos dice que los devotos del Sutra del loto
tendrán que soportar males infligidos por el cuerpo, la boca y la mente de sus
oponentes. Esto se refiere a gente no budista y a malos laicos budistas. La parte
siguiente, que comienza diciendo: «En esa época corrupta...», se refiere al clero
budista arrogante. La tercera parte, que comienza diciendo: «O habrá monjes
que vivirán retirados en los bosques...», se refiere a los miembros del clero que
[fingen ser venerables, y aprovechándose de su posición] actúan como líderes
de las demás malas personas‖. El mismo texto continúa: «La parte que
comienza diciendo: ―Como en medio de la gran multitud...‖ describe la influencia
que estos hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando
contra la Ley y contra sus practicantes».
63
En el noveno volumen del Sutra del nirvana leemos: «Buenos hombres, hay
icchantikas o personas de incredulidad incorregible, que fingen ser arhats, viven
en lugares despoblados y hablan mal de los sutras iguales y correctos del gran
vehículo. Cuando la gente común ve a estas personas, cree que son arhats
genuinos y hablan de ellos como si se tratara de grandes bodhisattvas».
También dice: «En ese momento, este sutra será ampliamente propagado en
todo Jambudvipa. En esa época, habrá monjes perversos que se apropiarán de
este sutra y lo dividirán en muchas partes, haciendo que se pierda así el color,
el aroma y el sabor de la enseñanza correcta que él contiene. Estas malas
personas leerán y recitarán este sutra, pero ignorarán y harán a un lado los
principios profundos y vitales expuestos por El Que Así Llega, para introducir en
su lugar una retórica ornamentada y palabras sin sentido. Arrancarán la primera
parte de este sutra y la agregarán al final; arrancarán la última parte del sutra y
la insertarán al principio, pondrán el final y el comienzo en el medio, y el medio
en el comienzo o el final. Debéis comprender que estos malos monjes son
compañeros del demonio».
En el Sutra del parinirvana186 de seis volúmenes, leemos: «También hay
icchantikas que parecen arhats pero cometen malas acciones. También hay
arhats que parecen icchantikas pero ponen de manifiesto un corazón
benevolente. Los icchantikas que parecen arhats se pasan la vida calumniando
ante el pueblo los sutras correctos e iguales. Los arhats que parecen
icchantikas, por su parte, critican a los que escuchan la voz y andan siempre
predicando los sutras correctos e iguales. Se dirigen a la población diciendo:
―Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por qué? Porque cada ser vivo
posee la naturaleza de Buda‖. Pero el pueblo, probablemente, llame a estos
hombres icchantikas».
En el Sutra del nirvana, el Buda habla de este modo: «Cuando yo haya fallecido
[...]; cuando haya terminado el Primer Día de la Ley y comience el Día Medio,
habrá monjes que darán la impresión de respetar las reglas de la disciplina
monástica. Pero apenas leerán o recitarán los sutras y, en cambio, ansiarán
toda clase de bebidas y manjares con que nutrir su cuerpo. A pesar de ir
ataviados como monjes, deambularán al acecho de limosnas como cazadores
de mirada furtiva y andar sigiloso. Serán como gatos agazapados en espera de
un ratón. Y constantemente repetirán ―¡He llegado al nivel de los arhats!‖. Por
fuera, parecerán sabios y bondadosos, pero por dentro alimentarán
sentimientos de envidia y de ambición. [Y cuando se les pida que prediquen las
enseñanzas, no dirán nada,] como brahmanes que han hecho votos de silencio.
Lejos de ser monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto exterior.
Consumidos por sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza
correcta».
Bajo la luz del sol y de la luna que representan [el Sutra del loto predicado
sobre] el Pico del Águila y [el Sutra del nirvana predicado en] el bosquecillo de
árboles sal, o en los espejos impecables que representan los comentarios
formulados por Miao-lo, de P’i-ling, o por Chih-tu, de Tung-ch’un, podemos ver
64
sin rastros de oscuridad los rostros horrendos de los sacerdotes de muchas
escuelas que hoy abundan en el Japón, especialmente, Zen, Preceptos y
Nembutsu. El Sutra del loto de la Ley prodigiosa dice [en el capítulo «Aliento a la
devoción»]: «Cuando el Buda haya pasado a la extinción, en una época de
miedo y de maldad...», y el capítulo «Prácticas pacíficas» señala: «En la última
época que vendrá de hoy en más», «En la última época...», «En la última época,
cuando la Ley esté a punto de perecer...». El capítulo «Distinciones de
beneficios» afirma: «En la época perversa del Último Día de la Ley...»; el
capítulo «Rey de la Medicina» dice: «En el último período de quinientos años...».
El capítulo «Exhortación a la prédica» del Sutra del loto de la Ley correcta
sostiene: «En la última época que vendrá de ahora en más...» y «En la última
época que vendrá...». Las mismas expresiones se emplean en el Texto
ampliado del Sutra del loto de la Ley prodigiosa. T’ien-t’ai declara: «En el Día
Medio de la Ley, las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte son
enemigas del Sutra del loto».187 Y Dengyo señala: «A fines del Día Medio de la
Ley, los eruditos de las seis escuelas de Nara son enemigos del Sutra del
loto».188
En los tiempos de T’ien-t’ai y de Dengyo, todavía no habían aparecido [las tres
clases de enemigos antes mencionados]. Pero debemos recordar que cuando el
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, y el buda Muchos Tesoros se
sentaron uno al lado del otro en la Torre de los Tesoros, como un sol y una luna,
y los budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni llegaron
procedentes de las diez direcciones, y se alinearon bajo los árboles como si
fueran estrellas, en ese momento se dijo que, cuando hubieran transcurrido los
mil años del Primer Día de la Ley y los mil años del Día Medio de la Ley, a
comienzos del Último Día, el Sutra del loto tendría tres clases de enemigos.
¿Acaso es posible que esta proclama de los ochocientos mil millones de
nayutas de bodhisattvas haya sido una predicción falsa o vacía?
Ya han transcurrido dos mil doscientos años desde que falleció El Que Así
Llega. Aunque fuese posible apuntar directamente a la tierra y errar el tiro,
aunque las flores dejaran de abrirse en primavera, así y todo estoy seguro de
que estos tres enemigos poderosos existen en la tierra del Japón. Si así fuera,
¿a quiénes debería incluirse en las filas de estos tres oponentes? ¿Y a quiénes
considerar devotos del Sutra del loto? Es una cuestión problemática.
¿Deberíamos mis discípulos y yo contarnos entre los tres enemigos? ¿O
debería considerársenos devotos del Sutra del loto? Es una cuestión
preocupante.
En el vigésimo cuarto año del reinado del rey Chao, cuarto soberano de la
dinastía Chou, signo cíclico kinoe-tora, la noche del octavo día del cuarto mes,
una luz de cinco tonalidades cruzó el cielo de norte a sur hasta iluminarlo todo
como si fuese mediodía. La tierra se estremeció de seis formas distintas y, sin
que lloviera, creció el caudal de ríos y arroyos, fuentes y estanques. Los árboles
y las plantas florecieron y dieron fruto. Fue un suceso en verdad portentoso, que
dejó estupefacto al rey Chao. El gran historiador Su Yu llevó a cabo ritos
adivinatorios y proclamó: «Ha nacido un venerable en la región occidental». «¿Y
65
qué hay de nuestro país?», preguntó el rey Chao, a lo cual Su Yu replicó: «Nada
en particular habrá de sucedernos, por ahora. Pero dentro de mil años, las
palabras de este venerable llegarán a nuestro país y beneficiarán a todos los
seres vivos».
Su Yu era un experto en textos no budistas que aún no se había liberado de las
ilusiones del pensamiento y del deseo, ni siquiera remotamente. Y, sin embargo,
pudo saber lo que sucedería mil años después de su tiempo. Tal como él predijo,
mil quince años tras la muerte del Buda, durante el reinado del emperador Ming,
segundo soberano de la dinastía Han posterior, el décimo año de la era
Yung-p’ing (67 d. C.), signo cíclico hinoto-u, las doctrinas del budismo fueron
introducidas en la China.189
En un nivel muy diferente se encuentra la predicción antes mencionada, hecha
por los muchos bodhisattvas en presencia del buda Shakyamuni, del buda
Muchos Tesoros y de los budas de las diez direcciones que eran
manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. En vista de tal predicción, ¿cómo
podrían no estar presentes en el Japón actual las tres clases de enemigos del
Sutra del loto?
En el Sutra de los sucesores del Buda, a este se le atribuyen estas palabras:
«Después de mi muerte, durante los mil años del Primer Día de la Ley, habrá
una sucesión de veinticuatro personas190 que difundirán las enseñanzas
correctas, tal como yo las he enseñado». No contaremos aquí a Mahakashyapa
y Ananda [porque fueron contemporáneos del Buda]. Pero cien años después
apareció el monje Parshva; seiscientos años más tarde, el bodhisattva
Ashvaghosha, y a los setecientos años, el bodhisattva Nagarjuna, junto a los
demás, todos tal como la predicción lo había indicado.
En tal caso, ¿podría haber sido inútil la profecía [del capítulo «Aliento a la
devoción» del Sutra del loto]? Si esta predicción se apartara de la verdad, todo
el Sutra del loto estaría lejos de la verdad. Y entonces, el sutra también habría
mentido cuando dijo que Shariputra llegaría a ser Fulgor de Flor El Que Así
Llega, y que Mahakashyapa, en el futuro, sería Brillo de Luz El Que Así Llega.
Así pues, las enseñanzas expuestas en los sutras anteriores al Sutra del loto
serían totalmente correctas, y los que escuchan la voz jamás tendrían
posibilidad de lograr el estado de Buda. Pero ¿dónde estaríamos, si fuera cierto
que uno debe dar ofrendas a un perro o a un zorro, antes que dárselas a un
practicante que escucha la voz como Ananda?
[El párrafo del capítulo «Aliento a la devoción» menciona a tres grupos de
personas y] dice, primero, que «habrá muchas personas ignorantes»; segundo,
que «en esa época corrupta habrá monjes…»; y, en tercer lugar, se refiere a
«monjes vestidos con andrajos». En la primera categoría de personas
ignorantes se cuentan los importantes creyentes laicos que apoyan a los
monjes de las categorías segunda y tercera. En consecuencia, el gran maestro
Miao-lo, puesto a comentar las características del primer grupo, dice que
representan la arrogancia y la presunción de los laicos. Y el Tung-ch’un191 habla
66
de «la influencia que estos hombres ejercerán sobre las autoridades del
gobierno,192 actuando contra la Ley y contra sus practicantes».
Con respecto al segundo grupo de enemigos del Sutra del loto, en el sutra se
afirma: «En esa época corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de
corazón malvado, aduladores y deshonestos, que creerán haber obtenido lo que
en realidad no poseen, inclinados a la soberbia y la jactancia».
De manera semejante, en el Sutra del nirvana se lee: «En esa época, habrá
monjes perversos [...]. Estas malas personas leerán y recitarán este sutra, pero
ignorarán y harán a un lado los principios profundos y vitales expuestos por El
Que Así Llega».
En Gran concentración e introspección se indica: «Si uno no tiene fe [en el Sutra
del loto], objetará que este pertenece al noble mundo de los venerables y que
excede la capacidad de comprensión de su propia sabiduría. Si uno no tiene
sabiduría, se inflará de arrogancia y pretenderá ser igual al Buda».
Vemos un ejemplo de ello en la declaración del maestro de la meditación
Tao-ch’o: «La segunda razón [por la cual resulta difícil entender el Sutra del loto]
es que sus principios son muy profundos, pero la comprensión humana es muy
limitada».193 Honen sostiene: «Las demás prácticas religiosas, fuera del
Nembutsu, no concuerdan con la capacidad de la gente. No son apropiadas
para la época».194
[Para combatir tales ideas,] en el décimo volumen de Comentario sobre
«Palabras y frases del ―Sutra del loto‖» se afirma: «Probablemente, los de
comprensión errada no entiendan cuán inmenso es el beneficio obtenido incluso
por un principiante [en la práctica del Sutra del loto]. Suponen que el beneficio
está reservado sólo para aquellos que han avanzado mucho en su práctica, y
menosprecian a los principiantes. Por lo tanto, aquí el sutra demuestra su poder
revelando que la práctica es superficial, pero el beneficio resultante es
realmente profundo».
El gran maestro Dengyo declara: «Los días Primero y Medio ya casi han
terminado, y el Último Día se aproxima. Esta, sin duda, es la época en que el
vehículo único del Sutra del loto demostrará adecuarse perfectamente a la
capacidad de todas las personas. ¿Cómo sabemos que esto es verdad? Porque
el capítulo ―Prácticas pacíficas‖ del Sutra del loto señala: ―En la última época
que vendrá de hoy en más, cuando la Ley esté por perecer, [aceptad y abrazad
el Sutra del loto]‖».195 Y Eshin dice: «En todo el Japón, todas las personas
comparten la misma capacidad de manifestar la Budeidad mediante la
enseñanza perfecta».196
Ahora bien, ¿a cuáles opiniones deberíamos dar crédito: a las de Tao-ch’o y
Honen, o a las de Dengyo y Eshin? Los primeros no pueden esgrimir como
prueba ni siquiera un renglón de los sutras. Los últimos se basan con firmeza en
el Sutra del loto.
67
Además, el gran maestro Dengyo del monte Hiei es, para todos los sacerdotes
del Japón, el maestro de la ordenación sacerdotal. ¿Cómo podría cualquier
sacerdote inclinar su corazón hacia una persona como Honen, poseída por el
demonio celestial, y rechazar al gran maestro Dengyo, maestro de la
ordenación? Si Honen hubiese sido un hombre de verdadera sabiduría, ¿por
qué en su obra Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas no mencionó los
pasajes explicativos de Dengyo y de Eshin, como yo he citado antes, para
resolver la contradicción? No lo hizo porque es de las personas que ocultan las
enseñanzas de otros. Cuando el Sutra del loto habla de la segunda clase de
enemigos diciendo: «En esa época corrupta, habrá monjes...», está refiriéndose
a hombres como Honen, que no tienen en cuenta los preceptos y postulan ideas
perversas.
En el Sutra del nirvana se sostiene: «[Honrado por el Mundo, hoy he aprendido
la noción correcta por primera vez. Honrado por el Mundo, hasta el día de hoy]
todos hemos sido personas de ideas erróneas». Miao-lo lo explica revelando:
«Ellos mismos se refirieron a las tres enseñanzas [que habían estado
practicando hasta ese momento] diciendo que eran ideas erróneas».197 Y Gran
concentración e introspección afirma: «El Sutra del nirvana dice: ―Hasta el día
de hoy todos hemos sido personas de ideas erróneas‖. ¿No es cierto que
―erróneas‖ alude a algo malo?‖». En el Comentario sobre «Gran concentración e
introspección» se indica: «―Erróneas‖ se refiere a lo malo. Por lo tanto, debe
saberse que sólo la enseñanza perfecta es buena. Aquí hay dos significados
implícitos. Primero, hay que considerar bueno a aquello que concuerda con la
verdad, y hay que considerar malo a lo que va en contra de la verdad. Este es el
significado desde el punto de vista relativo. [Segundo,] el apego [a este punto de
vista] es malo, y trascender este apego es bueno. [Este es el significado desde
el punto de vista absoluto.] Desde las perspectivas relativa y absoluta, debemos
abandonar todo lo que sea malo. Apegarse a la enseñanza perfecta es malo, y
apegarse a las otras [tres] enseñanzas es, por supuesto, mucho peor aún».
Todas las virtudes y todos los defectos de los credos no budistas, comparados
con los sutras del Hinayana, representan un mal camino en su totalidad. De
manera análoga, cuando las bondades del Hinayana, de los cuatro sabores y de
las tres enseñanzas se comparan con el Sutra del loto, todos resultan ser
erróneos y malos en su totalidad. Sólo el Sutra del loto es correcto y bueno. La
«enseñanza perfecta» de los sutras predicados antes que el Sutra del loto
recibe esta denominación sólo desde el punto de vista relativo; pero desde el
punto de vista absoluto, también debe considerarse mala. Fundamentalmente,
cae en la categoría de las tres enseñanzas, y por lo tanto es perniciosa también
en dicho sentido. Asimismo es perjudicial practicar de acuerdo con los sutras los
principios más elevados de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto. ¡Cuánto
peor es, entonces, que alguien tome como enseñanza fundamental una obra de
doctrinas insignificantes, como el Sutra de la meditación, que ni siquiera se
compara con el Sutra de la guirnalda de flores o con el Sutra de la sabiduría!
Las personas así introducen en el Sutra de la meditación [las ideas de] el Sutra
del loto y exhortan a la gente a «descartar, cerrar, ignorar y abandonar» el Sutra
68
del loto, para creer tan sólo en el Nembutsu. Es lo que hacen Honen, sus
discípulos y sus seguidores laicos, y por eso merecen ser llamados detractores
de la enseñanza correcta.
El buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez
direcciones vienen a este mundo para asegurarse de que «la Ley perdure
durante mucho tiempo».198 Honen y los demás sacerdotes del Nembutsu en
todo el Japón declaran que, en el Último Día de la Ley, el Sutra del loto
desaparecerá ante el Nembutsu. ¿Acaso estos individuos no son enemigos de
Shakyamuni, Muchos Tesoros y los otros budas?
Con respecto al tercer grupo de enemigos del Sutra del loto, el texto dice: «O
habrá monjes que vivirán retirados en los bosques, vestidos con andrajos [...];
predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados
por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes
trascendentales». Y en el Sutra del parinirvana de seis volúmenes se afirma:
«También hay icchantikas que parecen arhats pero cometen malas acciones.
También hay arhats que parecen icchantikas pero ponen de manifiesto un
corazón benevolente. Los icchantikas que parecen arhats se pasan la vida
calumniando ante el pueblo los sutras correctos e iguales. Los arhats que
parecen icchantikas, por su parte, critican a los que escuchan la voz y andan
siempre predicando los sutras correctos e iguales. Se dirigen a la población
diciendo: ―Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por qué? Porque cada ser
vivo posee la naturaleza de Buda‖. Pero el pueblo, probablemente, llame a
estos hombres icchantikas».
En el Sutra del nirvana, leemos: «Cuando yo haya fallecido [...], [cuando haya
terminado el Primer Día de la Ley] y comience el Día Medio, habrá monjes que
darán la impresión de respetar las reglas de la disciplina monástica. Pero
apenas leerán o recitarán los sutras y, en cambio, ansiarán toda clase de
bebidas y manjares con que nutrir su cuerpo. A pesar de ir ataviados como
monjes, deambularán al acecho de limosnas como cazadores de mirada furtiva
y andar sigiloso. Serán como gatos agazapados en espera de un ratón. Y
constantemente repetirán ―¡He llegado al nivel de los arhats!‖. Por fuera,
parecerán sabios y bondadosos, pero por dentro alimentarán sentimientos de
envidia y de ambición. [Y cuando se les pida que prediquen las enseñanzas, no
dirán nada,] como brahmanes que han hecho votos de silencio. Lejos de ser
monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto exterior. Consumidos por
sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza correcta».
Miao-lo escribe, con respecto a las personas de esta índole: «La tercera [clase]
es la más temible de todas. Y esto se debe a que en el caso de la segunda clase,
y mucho más aún de la tercera, cuesta mucho más desenmascarar su
verdadera naturaleza». Y el Tung-ch’un, comenta: «La tercera parte, que
comienza diciendo: ―O habrá monjes que vivirán retirados en los bosques...‖, se
refiere a los miembros del clero que [fingen ser venerables, y aprovechándose
de su posición] actúan como líderes de las demás malas personas».
69
Con respecto a estos «miembros del clero que actúan como líderes de las
demás malas personas», ¿en qué parte del Japón actual deberíamos
buscarlos? ¿En el monte Hiei? ¿En el Onjo-ji [de Otsu]? ¿En el To-ji [de Kioto]?
¿En los templos de Nara? ¿En el Kennin-ji [de Kioto] o en el Jufuku-ji y el
Kencho-ji [de Kamakura]? Debemos examinar este punto atentamente. ¿Acaso
las palabras se refieren a los monjes del Enryaku-ji, en el monte Hiei, que usan
yelmos en la cabeza y se protegen con armaduras? ¿Se refieren a los monjes
del Onjo-ji, que visten cota de malla sobre sus cinco cuerpos de la Ley199 y
portan armas? Pero estos hombres no se parecen a los que viven «retirados en
los bosques, vestidos de andrajos» que describe el sutra, ni parecen responder
a la descripción de los que son «respetados y venerados por el mundo como si
fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales». No son como los
hombres del tercer grupo, cuya «verdadera naturaleza» [como dijo Miao-lo]
«cuesta mucho más desenmascarar». Por lo tanto, parecería que las palabras
se refieren a hombres como Shoichi, de Kioto, o Ryokan, de Kamakura. [Aun
cuando se los identificara como tales,] estos no tendrían que odiar a otras
personas [por ese motivo]. Si tienen ojos, deberían examinar el texto de los
sutras comparándolos con su propio comportamiento.
En el primer volumen de Gran concentración e introspección se enseña:
«Nunca ha existido nada que pueda compararse con el brillo y la serenidad de
la concentración y la introspección». El primer volumen del Comentario sobre
«Gran concentración e introspección» afirma: «Desde la época en que el
emperador Ming de la dinastía Han soñó una noche con el Buda, hasta la
dinastía Ch’en [en la cual vivió el gran maestro T’ien-t’ai], hubo muchos que
participaron en la escuela Zen y recibieron la túnica y la escudilla que les fueron
transmitidas». El Suplemento de las tres obras principales de T’ien-t’ai lo explica
así: «La transmisión de la túnica y la escudilla se refiere a la sucesión de los
patriarcas del Zen, de Bodhidharma en adelante».
El quinto volumen de Gran concentración e introspección refiere: «Hay una
clase de personas que dicen pertenecer al Zen, pero sus maestros y discípulos
son ciegos [a la verdad] y cojos [en la práctica], y tanto los maestros como los
discípulos caerán en el infierno». En el séptimo volumen, leemos: «[Hay diez
caminos necesarios para entender y practicar el budismo de manera correcta.
De todos ellos, salvo uno,] los nueve caminos no tienen nada en común con los
sacerdotes habituales de este mundo, que se centran en la palabra escrita, ni
tienen nada en común con los maestros del Zen, que se centran en la práctica.
Algunos maestros del Zen dedican su interés exclusivo a la meditación. Pero su
meditación es superficial y falsa, y los nueve caminos están totalmente
ausentes en ella. Esta no es una afirmación ociosa. Las personas sabias de la
posteridad que tengan ojos y capacidad de ver entenderán la verdad de lo que
digo».
En el séptimo volumen de Comentario sobre «Gran concentración e
introspección» leemos: «―Sacerdotes que se centran en la palabra escrita‖ se
refiere a hombres que no obtienen ninguna revelación o comprensión interior
mediante la meditación, sino que se ocupan exclusivamente de las
70
características doctrinales. ―Maestros del Zen que se centran en la práctica‖ se
refiere a hombres que no aprenden cómo alcanzar la verdad y la sabiduría
correspondiente, sino que fijan su mente en las simples técnicas de control
respiratorio. La suya es una clase de meditación [no budista] que,
fundamentalmente, aún sigue sujeta a la ilusión. ―Algunos maestros del Zen
[que] dedican su interés exclusivo a la meditación‖ significa que T’ien-t’ai les da
cierto grado de reconocimiento a los fines del análisis, pero, desde un punto de
vista más riguroso, no tienen comprensión ni introspección. Los hombres del
Zen, en el mundo actual, sólo valoran la meditación [como vía para llegar a la
verdad] y no tienen ninguna familiaridad con las enseñanzas doctrinales.
Confían sólo en la meditación e interpretan los sutras a su propio modo. Juntan
los ocho errores con los ocho vientos y dicen que el Buda midió casi cinco
metros de altura.200 Agrupan los cinco componentes y los tres venenos, y dicen
que se trata de los ocho errores. Creen que los seis órganos sensoriales y los
seis poderes trascendentales son lo mismo, y equiparan los cuatro elementos a
las cuatro nobles verdades. Interpretar los sutras de manera tan arbitraria es
perpetrar la falsedad más grave. Semejante insensatez ni siquiera es digna de
análisis».
El séptimo volumen de Gran concentración e introspección afirma: «En el
pasado, el maestro zen de Yeh y Lo201 fue célebre a lo ancho y a lo largo de la
China. Cuando él llegaba, acudían personas de todas las direcciones para
reunirse a su alrededor como nubes, y cuando partía, la gente formaba una
larga escolta a ambos lados de los caminos. Pero ¿qué beneficio obtuvieron de
tanto despliegue y alboroto? En su lecho de muerte, todas estas personas se
arrepintieron de haber actuado así».
En el séptimo volumen de Comentario sobre «Gran concentración e
introspección», leemos: «El texto menciona al ―maestro zen de Yeh y Lo‖. ―Yeh‖
se encuentra en Hsiang-chou, y fue la capital durante las dinastías Ch’i y Wei. El
fundador del Zen hizo que allí floreciera el budismo y convirtió a toda la
población de la zona. El gran maestro T’ien-t’ai, por deferencia a las personas
de su propia época, se abstiene de dar nombres específicos. ―Lo‖ se refiere a la
ciudad de Lo-yang».
En el Sutra del parinirvana de seis volúmenes, se explica: «Lo extremo es
imposible de ver. Dicho de otro modo, las acciones extremadamente malvadas
que cometen los icchantikas son imposibles de percibir». O, como ha dicho
Miao-lo: «La tercera [clase] es la más temible de todas. Y esto se debe a que
[en el caso de la segunda clase, y mucho más aún de la tercera,] cuesta mucho
más desenmascarar su verdadera naturaleza».
Los que no tienen ojos, los tuertos y los de visión distorsionada no pueden ver
estas tres clases de enemigos del Sutra del loto que aparecen a comienzos del
Último Día de la Ley. Pero los que han adquirido el ojo del Buda en forma parcial
pueden discernir quiénes son. «Se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros,
brahmanes y jefes de familia». Y el Tung-ch’un habla de «la influencia que estos
71
hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando contra la Ley y
contra sus practicantes».
En el pasado, cuando el Día Medio de la Ley se acercaba a su fin, Gomyo,
Shuen y otros sacerdotes presentaron peticiones al trono con el fin de calumniar
al gran maestro Dengyo. Ahora, cuando empieza el Último Día de la Ley,
Ryokan, Nen’a y otros pergeñan falsos documentos y los presentan al sogunato.
¿Acaso no debería incluírselos en el tercer grupo de enemigos del Sutra del
loto?
Hoy en día, los maestros del Nembutsu se dirigen a los «gobernantes, sumos
ministros, brahmanes y jefes de familia» que apoyan la escuela Tendai del Loto
y les dicen: «Los principios del Sutra del loto son muy profundos, pero nuestra
comprensión es limitada. La doctrina que enseña es extremadamente profunda;
nuestra capacidad, superficial en extremo». [Tal como se afirma en Gran
concentración e introspección,] esta gente «objetará que [el Sutra del loto]
pertenece al noble mundo de los venerables y que excede la capacidad de
comprensión de su propia sabiduría».
Además, los hombres de la escuela Zen sostienen: «El Sutra del loto es un dedo
que apunta a la luna, pero la escuela Zen es la luna en sí. Cuando uno posee la
luna, ¿para qué querría el dedo? El Zen es la mente del Buda. El Sutra del loto
es la palabra del Buda. Cuando el Buda terminó de predicar el Sutra del loto y
todos los demás sutras, sostuvo en alto una flor y, con ese solo gesto, transmitió
su iluminación sólo a Mahakashyapa.202 Como muestra de tácita comunicación,
el Buda entregó a Mahakashyapa su propia túnica, que junto con la iluminación
ha sido transmitida a través de los veintiocho patriarcas de la India y los seis
patriarcas de la China». Este tipo de falsedad ya lleva muchos años engañando
e intoxicando a nuestro país.
Por otro lado, aun cuando, nominalmente, los ilustres sacerdotes de las
escuelas Tendai y Palabra Verdadera representen la corriente a la cual
pertenecen, en realidad demuestran una notable ignorancia de sus propias
enseñanzas. Dada su arraigada codicia y su profundo miedo a los guerreros y
cortesanos, transigen con las afirmaciones de quienes siguen al Nembutsu y al
Zen, y les cantan loas. Hace mucho tiempo, el buda Muchos Tesoros y los
muchos budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni juraron
fidelidad al Sutra del loto y dijeron que se asegurarían de que «la Ley perdure
durante mucho tiempo». Pero ahora, los ilustres líderes de la escuela Tendai
propugnan la noción de que las doctrinas del Sutra del loto son muy profundas,
mientras que el entendimiento humano es limitado. A raíz de esta postura, el
Sutra del loto hoy existe en el Japón sólo en su aspecto formal: no hay una sola
persona que realmente lo practique y que esté manifestando la iluminación. ¿A
quién, entonces, podríamos llamar devoto del Sutra del loto? Vemos sacerdotes
que queman templos y pagodas, y marchan al exilio en cantidades incalculables.
Y vemos una enorme cantidad de monjes ilustres que adulan a los cortesanos y
guerreros, y a quienes el pueblo detesta por su actitud. ¿Acaso estas personas
merecen ser consideradas devotos del Sutra del loto?
72
Como las predicciones del Buda no son falsas, las tres clases de enemigos del
Sutra del loto ya han comenzado a proliferar en todo el país. Y sin embargo,
contraviniendo las palabras de oro del Buda, no parece haber ningún devoto del
Sutra del loto. ¿Cómo podría ser posible? ¿Cómo podría ser posible?
Pero detengámonos a pensarlo. ¿Quién está sufriendo las imprecaciones y
calumnias de la población? ¿Quién es el sacerdote atacado con palos y
espadas? ¿Quién es el monje acusado por causa del Sutra del loto en alegatos
dirigidos a los cortesanos y guerreros? ¿Qué sacerdote ha sido «expulsado una
y otra vez», como predice el Sutra del loto? ¿Quién otro en el Japón, además de
Nichiren, ha cumplido todas estas predicciones?
Y sin embargo, yo, Nichiren, no soy un devoto del Sutra del loto porque, en
contra de las predicciones, he sido abandonado por las deidades. ¿Quién,
entonces, en la época actual será el devoto del Sutra del loto y cumplirá la
profecía del Buda?
El Buda y Devadatta son como un objeto y su sombra; en existencia tras
existencia, nada consigue separarlos. El príncipe Shotoku y su archienemigo
Moriya203 aparecieron en la misma época, como el cáliz y el capullo del loto. Si
existe un devoto del Sutra del loto, también tienen que existir las tres clases de
enemigos poderosos. Y como estas ya han aparecido, ¿quién, entonces, es el
devoto del Sutra del loto? Salgamos a buscarlo y adoptémoslo como maestro.
[Como afirma el Sutra del loto, la dificultad de hallar a alguien así es mayor que]
la de una tortuga tuerta ante el desafío de encontrar un tronco a la deriva [con
un hueco del tamaño justo para contenerla a ella en su interior].204
Alguien podría preguntar: Es cierto que las tres clases de enemigos poderosos
parecen estar presentes en la época actual, pero no se ve a ningún devoto del
Sutra del loto. Si uno dijese que usted [Nichiren] lo es, en tal caso se verían de
inmediato las siguientes contradicciones. El Sutra del loto señala: «Los jóvenes
hijos de los seres celestiales lo asistirán y le prestarán servicio. No será tocado
por palos ni espadas, y el veneno no podrá hacerle daño».205 También dice: «A
los que hablen mal de él y lo calumnien, la boca se les cerrará enmudeciendo
sus palabras».206 Y explica: «[Los que han escuchado la Ley] disfrutarán de paz
y de seguridad en esta existencia y de buenas circunstancias en existencias
futuras».207 Además, afirma: «[A aquellos que [...] molesten y perturben a los
que predican la Ley], la cabeza se les partirá en siete pedazos, como las ramas
del árbol de arjaka».208 En otra parte, leemos: «En esta existencia, [los
practicantes del Sutra del loto] obtendrán la recompensa de la buena
fortuna».209 Y agrega: «Si alguien ve a una persona que acepta y practica este
sutra, y trata de exponer los defectos o males de esa persona, ya sea que tales
cosas sean ciertas o falsas, igualmente en esta existencia [quien las diga] se
verá afectado de lepra blanca».210 [¿Cómo explica usted estas discrepancias?]
Respuesta: Sus dudas resultan más que oportunas. Aprovecharé la ocasión
para aclarar los temas que lo desconciertan. El capítulo «Jamás Despreciar» del
73
Sutra del loto señala: «Hablaron mal de él [del bodhisattva Jamás Despreciar] y
lo maldijeron». Y, luego: «Algunos en el grupo tomaron palos de madera, o
piedras y lajas, y lo azotaron y apedrearon». En el Sutra del nirvana se lee:
«Incluso lo matarán o le causarán heridas». El Sutra del loto afirma: «Puesto
que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El
Que Así Llega, [¡cuánto peor será después de su muerte!]».
El Buda enfrentó actos hostiles, conocidos como las nueve grandes pruebas;
por ejemplo, fue herido en un dedo del pie por Devadatta. Y sin embargo, fue un
devoto del Sutra del loto ¿o alguien lo pondría en duda? Y el bodhisattva Jamás
Despreciar [quien, como hemos visto, fue maldecido y azotado] ¿acaso no fue
un devoto de la enseñanza del vehículo único? Maudgalyayana fue asesinado a
golpes por un grupo de brahmanes llamado Bastón de Bambú, poco después de
que el Sutra del loto predijera que él lograría la Budeidad en una existencia
futura. De las [veinticinco] figuras principales del linaje budista, el decimocuarto,
el bodhisattva Aryadeva, y el vigésimo quinto, el honorable Aryasimha,211
murieron asesinados. ¿Y acaso estos hombres no eran devotos del Sutra del
loto? Chu Tao-sheng fue expulsado a una montaña en Su-chou, y Fa-tao fue
marcado en el rostro y desterrado al sur del río Yangtze. ¿Acaso estas personas
no practicaron la enseñanza del vehículo único? Entre los eruditos del saber
secular, tanto Po Chü-i como Sugawara no Michizane, venerado en forma
póstuma como la deidad del santuario de Kitano, fueron exiliados a lugares
remotos. ¿Y sin embargo no fueron hombres sabios?
Si consideramos la segunda parte de su pregunta, debemos observar los
siguientes puntos. Los que no cometieron el error de denigrar el Sutra del loto
en existencias anteriores serán devotos del Sutra del loto en esta existencia. Si
tales personas se vieran sometidas a persecuciones, falsamente acusadas de
haber cometido delitos mundanos, sus perseguidores deberán sufrir alguna
clase de retribución inmediata. Sería como el caso de los asuras que disparan
flechas a Shakra; o de los garudas, las aves que tratan de comerse al dragón
del lago Anavatapta pero sin falta terminan lastimándose a sí mismas. Y, no
obstante, T’ien-t’ai dice: «Las enfermedades y dolores que sufro en el presente
se deben a causas cometidas en el pasado, y los actos meritorios que llevo a
cabo en el presente serán recompensados en el futuro».212 Del mismo modo, en
el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno dice: «Si queréis
comprender las causas que existieron en el pasado, observad los resultados tal
como se manifiestan en el presente. Y si queréis comprender qué resultados se
manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente». En
el capítulo «Jamás Despreciar» del Sutra del loto se lee «cuando hubo expiado
sus faltas».213 Esto indica que el bodhisattva Jamás Despreciar fue atacado con
lajas y piedras porque, en el pasado, había cometido la falta de actuar contra el
Sutra del loto.
A continuación, debemos destacar que las personas inevitablemente destinadas
a caer en el infierno en su existencia próxima, aunque cometan graves faltas en
su existencia actual, no sufrirán una retribución inmediata. Ejemplo de ello son
los icchantikas.
74
El Sutra del nirvana señala: «El bodhisattva Kashyapa dijo al Buda: ―Honrado
por el Mundo, tal como has descrito, los rayos del gran nirvana del Buda entran
en los poros de todos los seres vivos‖». También indica: «El bodhisattva
Kashyapa dijo al Buda: ―Honrado por el Mundo, ¿cómo pueden crear las causas
que conducirán a la iluminación aquellos que todavía no han concebido el deseo
de la iluminación?‖». En respuesta, «el Buda dijo a Kashyapa: ―Puede haber
personas que escuchen el Sutra del nirvana y, sin embargo, sostengan que no
necesitan concebir el deseo de la iluminación, y que, en cambio, actúen contra
la enseñanza correcta. Estas personas, en forma inmediata, por la noche
soñarán con demonios, y su corazón se henchirá de espanto. Los demonios les
dirán: ʻ¡Amigo mío, qué necio eres! ¡Si en este momento no te trazas el objetivo
de la iluminación, tu vida se acortará!ʼ. Estas personas se estremecen de pavor,
y no bien despiertan de su pesadilla, conciben el deseo de iluminarse. Debéis
saber que tales individuos llegarán a ser grandes bodhisattvas‖». En otras
palabras, aunque uno actúe contra la enseñanza correcta, si no es una persona
de maldad indescriptible de inmediato será advertido en sueños y cambiará su
actitud.
[De acuerdo con el Sutra del nirvana, por otro lado, a los icchantikas se los
compara con] «árboles muertos o montañas pedregosas», incapaces de
albergar o de nutrir crecimiento, y con «semillas calcinadas que ni aun regadas
por la dulce lluvia» podrán crecer. «Las perlas brillantes, puestas en agua turbia,
tienen la facultad de convertirla en agua límpida. [...] Pero, puestas en el fango
de un icchantika, no consiguen purificarlo». Son [como las personas sin heridas
en las manos, en la cita del sutra que dice:] «Si una persona con las manos
heridas toca veneno,214 este entrará en su cuerpo, pero si alguien toca ponzoña
con las manos intactas, esta no penetrará». «Así como la lluvia torrencial no
puede quedar suspendida en el cielo, [de la misma manera tampoco la lluvia de
la Ley puede permanecer en el cielo de un icchantika]».215 A través de estas
muchas analogías, podemos saber que los icchantikas de la peor clase
invariablemente caerán en el infierno del sufrimiento incesante en su próxima
existencia. Por ende, en esta vida no sufrirán ninguna retribución inmediata.
Son como el rey Chieh, de la dinastía Hsia, y el rey Chou, de la dinastía Yin, los
malvados gobernantes de la antigua China. Durante sus reinados, los cielos no
manifestaron ninguna señal extraña de advertencia; pero esto fue así, porque
sus faltas, de tan graves, ya habían destinado a sus dinastías a perecer.
En tercer lugar, parecería que las deidades protectoras han abandonado este
país; es probable que, por esta razón, los transgresores no estén sufriendo
castigos inmediatos. En una época en que se denigra la Ley, las deidades
guardianas se alejan y las numerosas funciones protectoras dejan de brindar
resguardo. Por eso, los devotos de la enseñanza correcta no reciben señales de
protección celestial sino que, a la inversa, enfrentan graves dificultades. En el
Sutra de la luz dorada se expresa: «Día a día, disminuyen los que realizan
buenas acciones, y su número decrece». Vivimos en un país perverso y en una
época de maldad. Ya he analizado todo esto detalladamente en mi trabajo
75
titulado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz
en la tierra.
Declararé lo siguiente: que las deidades me abandonen; que todas las
persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley.
Shariputra practicó el Camino del bodhisattva durante sesenta kalpas, pero lo
abandonó cuando no pudo soportar la prueba del brahmán que le pidió un ojo
como limosna.216 De aquellos que recibieron las semillas de la iluminación en el
remoto pasado, y de aquellos que recibieron dichas semillas de los hijos del
buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, muchos abandonaron esa
simiente y sufrieron en el infierno durante infinidad de kalpas: en el primer caso,
kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes
sistemas planetarios, y en el segundo caso, kalpas numerosos como las
partículas de polvo de un gran sistema planetario. Y todo porque siguieron a
malas compañías.
El que, tentado por el bien o amenazado por el mal, abandona el Sutra del loto
se condena al infierno. Aquí haré un gran juramento: Aunque me ofrezcan el
gobierno del Japón si abandono el Sutra del loto, si acepto las enseñanzas del
Sutra de la meditación o si ansío renacer en la Tierra Pura; aunque me digan
que decapitarán a mis padres si no recito el Nembutsu; sean cuales fueren los
obstáculos que deba enfrentar, mientras las personas de sabiduría no
demuestren que mis enseñanzas son falsas, ¡jamás claudicaré! Cualquier otra
aflicción será, para mí, como polvo en el viento.
Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón.
¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!
Pregunta: ¿Cómo puede estar seguro de que los destierros y las sentencias de
muerte que le fueron impuestos son producto de un karma creado en el
pasado?
Respuesta: Los espejos de bronce reflejan el color y la forma. El primer
emperador de la dinastía Ch’in tenía un espejo detector de mentiras que
reflejaba las faltas cometidas durante la existencia en curso. El espejo de la Ley
del Buda permite esclarecer las acciones causales cometidas en el pasado. En
el Sutra del parinirvana leemos: «Buenos hombres, como las personas
cometieron incontables faltas y acumularon gran cantidad de karma negativo en
el pasado, deben esperar una retribución adversa por todo lo que han hecho.
Podrán ser despreciados, maldecidos con un aspecto desagradable, ir
pobremente vestidos y mal alimentados, buscar riqueza en vano, nacer en una
familia pobre y de baja condición, o en una donde se sostengan ideas
equivocadas, o ser perseguidos por las autoridades. Podrán verse sometidos a
otros diversos sufrimientos y retribuciones. Pero, gracias a los beneficios
derivados de proteger la Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su
retribución en esta existencia».
76
Este pasaje del sutra concuerda en forma exacta con mi propia experiencia. A
esta altura, todas las dudas que expuse anteriormente tendrían que estar
resueltas; los miles de obstáculos no representan nada para mí. Permítanme
mostrar, frase por frase, de qué manera se me aplican las declaraciones del
texto. «Podrán ser despreciados» –o, como afirma el Sutra del loto, «[que se
nos] despreciara, odiara, envidiara o tratara con rencor...»— es, con exactitud,
la forma en que he sido tratado, con desprecio y arrogancia, durante más de
veinte años. Asimismo, se me ajustan las frases «maldecidos con un aspecto
desagradable,» y «pobremente vestidos». «Mal alimentados» también se me
aplica. «Buscar riqueza en vano, nacer en una familia pobre y de baja
condición» responde a mi situación. «Ser perseguidos por las autoridades»...
¿puede haber alguna duda de que ese pasaje se refiere a mí? El Sutra del loto
afirma: «Una y otra vez seremos expulsados», y la frase del Sutra del
parinirvana dice: «Podrán verse sometidos a otros diversos sufrimientos y
retribuciones». [Estas citas también concuerdan con mi realidad.]
El pasaje, asimismo, señala: «Gracias a los beneficios derivados de proteger la
Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su retribución en esta
existencia». En el quinto volumen de Gran concentración e introspección se
comenta lo siguiente sobre este tema: «Las endebles virtudes producidas por
una mente que sólo decide practicar a medias no pueden modificar [el ámbito
del karma]. Pero si uno lleva a cabo la práctica de la concentración y la
introspección para poder observar la ―salud‖ y la ―enfermedad‖,217 entonces
podrá alterar el ciclo de nacimiento y muerte [dentro del ámbito del karma]».
También expresa: «[A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión,]
comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera
confusa, pugnando entre sí por interferir».
Desde el pasado sin comienzo, he nacido infinidad de veces como un mal
gobernante que privó a los devotos del Sutra del loto de su vestimenta y su
ración, de sus campos y cosechas, en muchos aspectos como la población del
Japón actual, que se dedica a destruir los templos consagrados al Sutra del loto.
Además, en incontables oportunidades decapité a los devotos del Sutra del loto.
Ya he pagado algunas de estas graves faltas, pero hay otras cuya retribución
todavía está pendiente. Aun cuando parezca que las he saldado en su totalidad,
quedan todavía algunos efectos negativos sin manifestar. Para mí, la hora de
trascender los sufrimientos del nacimiento y la muerte sólo llegará cuando me
haya librado por completo de estas pesadas faltas. Mis méritos son
insignificantes, pero estas malas causas son realmente graves.
Si practicara las enseñanzas de los sutras provisionales, la retribución de estas
graves faltas no se manifestaría. Cuando el hierro es expuesto a las llamas, las
impurezas del mineral sólo afloran a fuerza de golpes incesantes; las fallas se
tornan visibles sólo cuando se lo somete una y otra vez a este proceso de
templado. Para obtener aceite de cáñamo en cantidad, hay que prensar las
semillas con muchísima fuerza. De la misma manera, cuando refuto con energía
a todos aquellos que, en este país, denigran la Ley, me veo sometido a
tremendas dificultades. Será que mis actos en defensa de la Ley están
77
generando, en esta existencia, la retribución de las graves faltas que cometí en
el pasado. El hierro es de color negro mientras no se lo expone a las llamas;
pero, en contacto con el fuego, se pone al rojo vivo. Cuando uno atraviesa con
un tronco la corriente de un río veloz, se forman olas que crecen como colinas.
Y cuando uno molesta a un león dormido, este lanza un rugido ensordecedor.
El Sutra del nirvana expresa: «Es como el caso de una mujer pobre, sin casa
donde vivir ni nadie que la proteja; por añadidura, debe sufrir a causa del
hambre, la sed y la enfermedad. Así, deambula de un lugar a otro, mendigando
para vivir. En una posada donde encuentra albergue, da a luz un hijo, pero el
dueño de la hostería la expulsa de allí. Aunque el pequeño acaba de nacer, la
mujer lo toma en brazos y se marcha, con la esperanza de ir a otras tierras.
Pero, en el camino, padece el azote de lluvias torrenciales y vientos feroces, y
es aguijoneada por mosquitos, tábanos, avispones e insectos ponzoñosos. Por
fin, llega hasta el río Ganges y, abrazando a su hijo con fuerza, se interna para
cruzar las aguas. Aunque la empuja la rauda corriente, no quiere soltar al niño,
pero, finalmente, madre e hijo mueren ahogados. Sin embargo, el mérito que
acumula la mujer con su maternal ternura le permite renacer, después de la
muerte, en el cielo de Brahma.
»Manjushri, los buenos hombres que quieran defender la enseñanza correcta
deberán imitar a esta pobre mujer que atraviesa las aguas del Ganges y
sacrifica su vida por amor al hijo. Buenos hombres, los bodhisattvas que
custodien la Ley deberán comportarse de este modo y no vacilar en dar la vida.
Entonces, aunque no busquen la emancipación, esta les sobrevendrá por sí
sola, tal como la pobre mujer renació en el cielo de Brahma, aun cuando no
buscaba esta recompensa».
El gran maestro Chang-an interpreta esta historia del Sutra del nirvana desde el
punto de vista de los tres obstáculos.218 Observemos cómo lo hace. El hecho de
que la mujer sea «pobre» indica que no tiene el tesoro de la Ley. El hecho de
que se la identifique como mujer significa que la persona es capaz de sentir
amor o ternura. La «posada» se refiere a la tierra impura. El hijo que lleva
consigo es el corazón de la fe en el Sutra del loto, o la sabiduría para percibir la
propia naturaleza de Buda inherente. Ser expulsada de la hostería significa que
la persona es exiliada. Que el hijo sea recién nacido indica que ha pasado muy
poco tiempo desde que la persona comenzó a creer en el Sutra del loto. Los
vendavales que hostigan a la mujer son el decreto imperial que condena a la
persona al destierro. Los mosquitos, tábanos y demás insectos son las
«muchas personas ignorantes que maldecirán y hablarán mal» del devoto del
Sutra del loto. El hecho de que la madre y el hijo se ahoguen indica que, ni
siquiera decapitada, la persona renuncia a la fe en el Sutra del loto. Renacer en
el cielo de Brahma significa renacer en el estado de Budeidad.
El poder de las recompensas kármicas se extiende a la totalidad de los diez
estados, incluida la Budeidad. Aunque uno ande matando gente por todas las
provincias del Japón y de la China, mientras no cometa ninguna de las cinco
faltas capitales ni denigre la Ley, jamás caerá en el infierno del sufrimiento
78
incesante. Sin embargo, tendrá que experimentar otros malos caminos durante
muchísimos años. Pero aunque uno observe diez mil preceptos y lleve a cabo
diez mil buenas acciones, si su compromiso es sólo a medias no podrá renacer
en ninguno de los cielos del mundo de la forma. Para nacer como rey en el cielo
de Brahma de ese mundo, uno debe incorporar el espíritu del amor compasivo
en su karma aún sujeto a la ilusión, que lo mantiene en el estado de humanidad.
La pobre mujer mencionada en el sutra renació en el cielo de Brahma gracias al
amor que sentía por su hijo. Su caso no se ajusta a la noción generalmente
aceptada sobre la ley de causalidad. Chang-an lo explica de dos maneras
distintas, pero, en última instancia, lo que define la diferencia es el tierno afecto
con que la mujer cuida al hijo. Su afán se centra en una sola cosa, como ocurre
con la práctica budista de la concentración. Su pensamiento está enfocado sólo
en su hijo, y en esto hay una semejanza con el amor compasivo del budismo.
Ha de ser por este motivo que pudo renacer en el cielo de Brahma, aun cuando
no había hecho otras causas que pudieran producir tal retribución.
El Camino de la Budeidad no se encuentra en la doctrina del mundo fenoménico
creado sólo por la mente, tal como afirma la escuela Guirnalda de Flores, ni en
las ocho negaciones de la escuela Tres Tratados; no existe en la doctrina de la
conciencia como origen, sostenida por la escuela Características del Dharma, ni
tampoco en la meditación sobre los cinco elementos del universo, de la escuela
Palabra Verdadera. Sólo la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada
instante vital, postulada por la escuela T’ien-t’ai, es el Camino de la Budeidad.
Pero aun en el caso de esta última doctrina, no poseemos la sabiduría ni el
entendimiento necesarios para captarla en su totalidad. No obstante, de todos
los sutras predicados por el Buda durante su existencia, sólo el Sutra del loto
contiene la joya que es la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada
instante vital. Las doctrinas de los demás sutras son sólo piedras amarillas que
simulan ser gemas. Son como arena de la cual nunca obtendremos aceite, por
mucho que la exprimamos, o como una mujer estéril, que nunca podrá procrear.
Mediante los demás sutras, ni siquiera una persona sabia consigue llegar a ser
un buda; pero con el Sutra del loto, hasta los necios pueden plantar las semillas
que conducen a la Budeidad. Como lo expresa el pasaje del sutra que he citado
antes: «Aunque no busquen la emancipación, esta les sobrevendrá por sí sola».
Aunque mis discípulos y yo encontremos toda clase de dificultades, si no
albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la Budeidad en forma
natural. No duden tan sólo porque el cielo no les brinde su protección; no se
desalienten tan sólo porque en esta existencia su vida no sea cómoda y segura.
Es lo que he venido enseñando a mis discípulos día y noche, y sin embargo,
han comenzado a albergar dudas y a abandonar la fe.
Cuando llega el momento crucial, los necios tienden a olvidar sus promesas.
Algunos de ellos se conduelen de sus esposas e hijos, y se afligen de sólo
pensar que tendrán que separarse de ellos en esta vida. Han tenido mujeres e
hijos en incontables existencias, a lo largo de kalpas tan largos como
numerosos, y en cada caso han tenido que separarse de ellos. Lo han hecho en
contra de su voluntad, y no porque tuviesen el deseo de buscar el Camino del
79
Buda. Pero como acabarán diciéndoles adiós de todas formas, deberían
mantener fielmente la fe en el Sutra del loto y avanzar hacia el Pico del Águila,
para poder guiar hasta allí también a sus esposas e hijos.
Pregunta: Usted insiste en que los seguidores de las escuelas Zen y Nembutsu
caerán en el infierno del sufrimiento incesante. Esto muestra su inclinación a la
beligerancia. Usted mismo corre peligro de caer en el estado de los asuras. Es
más, en el capítulo «Prácticas pacíficas» del Sutra del loto se dice: «No deberá
solazarse mencionando los defectos de otras personas o escrituras. No deberá
mostrar desdén hacia otros maestros de la Ley». Usted ha sido abandonado por
los cielos porque actuó contra este pasaje del sutra, ¿no es cierto?
Respuesta: En Gran concentración e introspección se dice: «Hay dos formas de
propagar las enseñanzas del Buda. La primera se llama shoju, y la segunda,
shakubuku. Cuando el capítulo ―Prácticas pacíficas‖ dice que uno no debería
señalar los defectos de otros, se refiere al método del shoju. Pero cuando el
Sutra del nirvana dice que uno debería portar palos y espadas, o debería
cortarles la cabeza, se está refiriendo al método del shakubuku. La diferencia de
enfoque yace en que uno es indulgente y el otro es severo, pero ambos brindan
beneficios».
En Comentario sobre «Gran concentración e introspección» se afirma: «Con
respecto a las dos formas de propagar las enseñanzas del Buda, el pasaje del
Sutra del nirvana que habla de ―portar palos y espadas‖ se encuentra en el
tercer volumen, donde dice: ―Los defensores de la enseñanza correcta no
necesitan observar los cinco preceptos ni practicar las reglas de la conducta
apropiada. [En cambio, deberán portar cuchillos y espadas, arcos y flechas,
alabardas y lanzas]‖. [...] Y más adelante, el sutra nos habla del rey Sen’yo
[quien mandó matar a los que actuaban contra la enseñanza correcta]. También
refiere que el nuevo médico prohibió el uso [del viejo remedio a base de leche,
empleado por el facultativo anterior] diciendo: ―Si alguien vuelve a tomar este
remedio, será decapitado‖.219 Estas citas demuestran, asimismo, que con
personas que actúan contra la Ley hay que emplear el método del shakubuku.
Todos los sutras y tratados se refieren a alguno de estos dos métodos».
En Palabras y frases del «Sutra del loto» leemos: «Pregunta: El Sutra del
nirvana indica con claridad que uno debe relacionarse estrechamente con el
gobernante, portando arcos y flechas, para ayudar a derrocar a las malas
personas.220 Y sin embargo, [en el capítulo ―Prácticas pacíficas‖] del Sutra del
loto se dice que uno debería mantenerse alejado de las personas poderosas y
conducirse con humildad, y afectuosa gentileza. Parecería haber una gran
contradicción entre el rigor de un enfoque y la benevolencia del segundo. ¿Por
qué esta diferencia?
»Respuesta: El Sutra del nirvana desarrolla, principalmente, el enfoque del
shakubuku. Pero también habla de vivir en un estado que nos lleve a considerar
a todos los seres vivos como si fueran nuestros propios hijos. ¿Podría
expresarse así, si no incluyera el enfoque del shoju? El Sutra del loto, en forma
80
primordial, desarrolla el enfoque del shoju [ejemplificado en el capítulo
―Prácticas pacíficas‖]. Pero [en el capítulo ―Dharani‖] también se maldice [a
quienes molesten a las personas que propagan la Ley] manifestando que la
cabeza se les partirá en siete pedazos. ¿Podría expresarse así, si no incluyera
el enfoque del shakubuku? Ambos sutras emplean alguno de los dos métodos,
de acuerdo con el contexto. El método escogido deberá ser el que concuerde
con los tiempos».
En Comentario sobre el «Sutra del nirvana» se lee: «Cuando los monjes o laicos
deban defender la Ley, lo más importante es que adopten la postura mental
correcta. No deben prestar atención a los detalles externos, sino atenerse a los
principios y, de esa forma, propagar las enseñanzas del Sutra del nirvana. Por
esa razón, afirma que los defensores de la enseñanza correcta no necesitan
sujetarse a normas intrascendentes. Y por eso agrega que no necesitan
practicar las reglas de la conducta apropiada. En la Antigüedad, reinaba la paz,
y la Ley se difundía en todo el país. En ese momento, era correcto observar los
preceptos y no llevar palos. Pero ahora, los tiempos se han vuelto peligrosos, y
la Ley ha quedado ensombrecida. Por lo tanto, es correcto portar palos y no dar
importancia a los preceptos. Si el pasado hubiese sido peligroso como lo es el
presente, en tal caso lo correcto habría sido ir armado en ambos períodos. Y si
el presente fuera una época de paz, como lo fue el pasado, lo correcto sería
observar los preceptos en ambos momentos. Las elecciones de uno deben ser
las adecuadas [a la época] y nunca ceñirse a una u otra».
Supongo que a los ilustres sacerdotes de esta época les parece natural dudar
de este punto. Así pues, por mucho que lo explique e intente convencer a mis
propios discípulos, al parecer no consiguen despejar sus dudas y se comportan
como si fueran icchantikas o personas de incredulidad incorregible. Por tal
motivo, he citado estas explicaciones de T’ien-t’ai, Miao-lo y otros, con el afán
de acallar sus críticas injustificadas.
Estos dos métodos del shoju y el shakubuku son como el agua y el fuego. El
fuego siente aversión por el agua, y esta aborrece el fuego. El practicante del
shoju se ríe del shakubuku desdeñosamente. El practicante del shakubuku se
lamenta de sólo pensar en el shoju. Cuando el país está poblado por malas
personas, desprovistas de sabiduría, el método principal que debe aplicarse es
el shoju, tal como se describe en el capítulo «Prácticas pacíficas». Pero cuando
existen muchas personas de ideas perversas, que denigran la Ley, primero hay
que emplear el shakubuku tal como se afirma en el capítulo «Jamás
Despreciar». Es como utilizar agua fría para refrescarse cuando hace calor, o
acercarse al fuego cuando el frío arrecia. La hierba y los árboles son afines al
sol, y sufren bajo la helada luz de la luna. Las criaturas acuáticas son afines a la
luna y pierden su verdadera naturaleza cuando llega el calor.
Sin embargo, en el Último Día de la Ley, hay que emplear tanto el shoju como el
shakubuku. Esto se debe a que hay dos clases de países: los que cometen el
mal en forma pasiva221 y los que activamente buscan destruir la Ley. Debemos
pensar bien en qué categoría incluir al Japón de la época actual.
81
Pregunta: Si uno aplica el método del shakubuku cuando lo apropiado sería
emplear el shoju, o este último cuando la época requiere el shakubuku, ¿se
obtiene algún beneficio?
Respuesta: El Sutra del nirvana dice: «El bodhisattva Kashyapa se dirigió al
Buda diciendo: ―El cuerpo del Dharma de El Que Así Llega es indestructible
como un diamante. Pero todavía no entiendo por qué medio llegaste a adquirirlo.
¿Me lo dirías?‖. El Buda respondió: ―[Bodhisattva] Kashyapa, yo pude adquirir
este cuerpo adamantino porque fui un defensor de la enseñanza correcta.
Kashyapa, como [en el pasado] me consagré a la enseñanza correcta, he
podido adquirir este cuerpo adamantino que perdura eternamente y jamás se
destruye. Buen hombre, los defensores de la enseñanza correcta no necesitan
observar los cinco preceptos ni practicar las reglas de la conducta apropiada.
Por el contrario, deben portar cuchillos y espadas, arcos y flechas [...].
»Los monjes [de los cuales hablas] predican diversas doctrinas, mas aún no
pueden proferir el ʻrugido de leónʼ. [...] Tampoco pueden refutar y convertir a las
malas personas que actúan contra la enseñanza correcta. Los monjes de esta
clase no pueden generar beneficios para sí mismos ni para el pueblo. Debéis
comprender que, en realidad, son débiles y holgazanes. Aunque se ocupan de
observar los preceptos y mantener una conducta intachable, debéis comprender
que estas personas no pueden lograr ningún resultado. [Entonces, un monje
profiere el ʻrugido de leónʼ...] Los que infringen los preceptos, al escucharlo
predicar así, montan en cólera hasta el punto de atacarlo. Este predicador de la
Ley, aunque termine perdiendo la vida, sigue siendo digno de que lo llamen
persona que observa los preceptos, y genera beneficios para sí mismo y para
los demás‖».
En el pasaje del Comentario sobre el «Sutra del nirvana» que he citado antes,
Chang-an dice: «Las elecciones de uno deben ser las adecuadas [a la época] y
nunca ceñirse a una u otra». Y T’ien-t’ai, como hemos visto, declaró que «el
método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos». De otro modo,
sería como si uno plantara semillas a fines de otoño. Por mucho esmero que
uno pusiera en cuidar los cultivos, no cosecharía granos ni arroz.
Durante la era Kennin (1201-1204), dos hombres adquirieron relevancia: Honen
y Dainichi; el primero difundió las enseñanzas de la escuela Nembutsu, y el
segundo, las del Zen. Honen negó el valor del Sutra del loto, ahora que el
mundo ha ingresado en el Último Día de la Ley, diciendo que «ni una sola
persona ha logrado jamás la Budeidad» mediante dicha enseñanza, y que «ni
una sola persona en mil» podría ser salvada por ese sutra. Por su parte,
Dainichi alegó que las verdaderas enseñanzas del budismo se habían
transmitido por fuera de los sutras. Hoy, ambas doctrinas se han propagado por
todo el país. Los ilustres sacerdotes de las escuelas Tendai y Palabra
Verdadera adulan a los seguidores laicos del Nembutsu y del Zen como perros
que agitan la cola frente a su amo, o les temen como ratones en presencia de
un gato. Estos hombres entran al servicio del gobernante y del líder militar, y
82
predican de tal forma que acaban produciendo la destrucción de la Ley budista y
la ruina del país. Tales figuras destacadas de las escuelas Tendai y Palabra
Verdadera caerán en el estado de las entidades hambrientas en esta existencia
y, después de su muerte, se encontrarán en el infierno Avichi. Aunque se retiren
a un bosque de montaña para meditar con intensidad sobre los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital, o se recluyan en un sitio solitario a
concentrarse en los tres misterios [del cuerpo, la boca y la mente], si no
comprenden la época o la capacidad de la población, ni perciben cuál de los dos
métodos –el shoju y el shakubuku— es el adecuado, jamás podrán liberarse de
las aflicciones del nacimiento y la muerte.
Pregunta: ¿Qué provecho cree usted obtener censurando a los seguidores de
las escuelas Nembutsu y Zen, y provocando su animosidad?
Respuesta: El Sutra del nirvana dice: «Si incluso un buen monje ve a alguien
que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo
expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está
traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo
refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente
escucha la voz».
Chang-an comenta esta cita de la siguiente forma: «El que destruye las
enseñanzas del Buda o genera confusión con respecto a ellas está
traicionándolas. Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor
compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo. Pero quien
reprende y corrige al que mal actúa es un practicante que escucha la voz y
defiende las enseñanzas del Buda, y es un genuino discípulo. Quien libra del
mal al que actúa erradamente es como un padre para esa persona. Los que
reprenden a aquellos que actúan mal son discípulos del Buda. Pero los que no
expulsan a los que cometen malas acciones están traicionando las enseñanzas
del Buda».222
Si examinamos el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, vemos
que el buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez
direcciones que son manifestaciones corpóreas del buda Shakyamuni se
congregan en un mismo lugar. ¿Y por qué? Como el sutra se ocupa de decir:
«Cada una de ellas ha [...] llegado a este sitio con un propósito, para cerciorarse
de que la Ley perdure durante largo tiempo». Shakyamuni, Muchos Tesoros y
los demás budas quieren asegurar la propagación futura del Sutra del loto para
que esté al alcance de todos los hijos del Buda a lo largo de los tiempos por
venir. Como podemos inferir, su preocupación y su amor compasivo son
mayores aún que las de un padre y una madre al ver el sufrimiento terrible de su
único hijo. Sin embargo, a Honen no le interesa este amor; por el contrario,
tranca las puertas del Sutra del loto en el Último Día de la Ley, para que nadie
tenga acceso a él. Como el que engaña a un niño enajenado para que se
deshaga de un valioso tesoro, él trata de inducir a la gente a descartar el Sutra
del loto, ¡y este es un comportamiento realmente vergonzoso!
83
Si alguien intentara matar a nuestros padres, ¿no intentaríamos ponerlos sobre
aviso? Si un mal hijo, bajo los efectos del alcohol, amenazara de muerte a sus
progenitores, ¿no trataríamos de impedírselo? Si una mala persona se
propusiera incendiar templos y pagodas, ¿no haríamos algo por detenerla? Si
nuestro único hijo estuviese grave, ¿no buscaríamos curarlo cauterizándolo con
moxas? Quien no lo hiciera sería como aquellos que ven a los seguidores del
Zen y del Nembutsu en el Japón, sin dar un solo paso para detenerlos. [Como
afirma Chang-an,] «Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor
compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo».
Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro y el padre de todo el pueblo del Japón.
Pero los hombres de la escuela Tendai [que no refutan las enseñanzas
erróneas] son grandes enemigos de la población. [Como Chang-an ha hecho
notar,] «Quien libra del mal al que actúa erradamente es como un padre para
esa persona».
Quien no ha concebido el deseo de entrar en el Camino, jamás podrá liberarse
de los sufrimientos del nacimiento y la muerte. El buda Shakyamuni, señor de
las enseñanzas, fue maldecido por todos los seguidores de las enseñanzas no
budistas y denostado como un hombre de profunda maldad. El gran maestro
T’ien-t’ai fue denigrado por las tres escuelas del sur y las siete escuelas del
norte de la China; Tokuitsu, en el Japón, lo criticó por haber usado su lengua de
nueve centímetros para destruir el cuerpo del Buda de un metro y medio de
altura.223 El gran maestro Dengyo fue despreciado por los sacerdotes de Nara,
quienes dijeron: «¡Saicho nunca ha estado en la capital de la China T’ang!».224
Pero todos estos insultos fueron cometidos en nombre del Sutra del loto, y por
tal motivo no significan escarnio alguno para los hombres que los debieron
padecer. Ser elogiado por los necios es la peor de las vergüenzas. Ahora que yo,
Nichiren, he incurrido en la ira de las autoridades, con seguridad los sacerdotes
de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera han de estar celebrándolo. Son
hombres extraños y desvergonzados.
El buda Shakyamuni nació en el mundo saha; Kumarajiva viajó a las tierras de
la dinastía Ch’in, en la China,225 y Dengyo, como él, fue a la China [y todo ello
en bien del Sutra del loto]. Aryadeva y Aryasimha ofrendaron su cuerpo en
sacrificio; el bodhisattva Rey de la Medicina se quemó los brazos a modo de
ofrenda, y el príncipe Jogu se arrancó la piel de la mano [para copiar en ella el
sutra].226 Shakyamuni, durante su práctica de bodhisattva, vendió su propia
carne para hacer ofrendas,227 y en otra oportunidad, cuando fue un asceta
llamado Aspiración a la Ley, utilizó uno de sus huesos como pluma [para dejar
asentada la enseñanza del Buda].
T’ien-t’ai ha dicho que «el método escogido deberá ser el que concuerde con los
tiempos». La propagación de las enseñanzas budistas deberá ceñirse a la
época. Por lo que hice, fui condenado al exilio, pero este es un sufrimiento
menor, limitado a mi existencia actual, y del que no vale la pena lamentarme. En
mis existencias futuras, disfrutaré de una inmensa felicidad, y este pensamiento
me colma de profunda alegría.
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Antecedentes
Este tratado es uno de los cinco escritos principales de Nichiren Daishonin, en
donde revela su identidad como Buda del Último Día de la Ley, poseedor de las
tres virtudes de soberano, maestro y padre. En el segundo mes del noveno año
de Bun’ei (1272), cuando aún cumplía su pena de destierro en la isla de Sado y
en las más duras condiciones, el Daishonin finalizó esta obra en dos volúmenes
y la envió a Shijo Kingo, uno de sus discípulos más prominentes de Kamakura y
también samurái empleado a las órdenes del clan gobernante Hojo; decidió
dirigírsela a él como representante de todos sus seguidores. Cuando el
Daishonin fue llevado a Tatsunokuchi, Kamakura, en 1271, Shijo Kingo acudió a
acompañarlo, decidido a morir al lado de su maestro, y personalmente
presenció el triunfo del Daishonin ante la fallida ejecución. También viajó a Sado
para visitar al Daishonin en su exilio y le envió sus mensajeros portando
materiales de escritura y otros artículos indispensables.
El objeto de devoción para observar la vida, escrito en 1273, esclarece desde el
punto de vista de la Ley el objeto de devoción que permite a todos los seres
humanos lograr la Budeidad. La apertura de los ojos trata este mismo tema,
pero desde el punto de vista de la persona; es decir, muestra que Nichiren
Daishonin es el Buda que establecería el objeto de devoción para que toda la
humanidad desarrollara su estado iluminado. El objeto de devoción corporifica
la iluminación del Daishonin con respecto a Nam-myoho-renge-kyo, la Ley
implícita en lo profundo del Sutra del loto.
La vida de Nichiren Daishonin en la ominosa isla de Sado transcurrió en
circunstancias extremas; el cobertizo que lo refugiaba dejaba pasar el viento y la
nieve; no tenía alimento, ropa ni elementos de escritura. Pero no sólo el
sufrimiento físico lo afectaba, sino también las noticias sobre muchos de sus
seguidores de Kamakura, que estaban abandonando la fe. Siempre obligado a
enfrentar la perspectiva de la muerte, escribió este tratado para alentar a sus
discípulos, como testamento y última voluntad.
Luego describiría las razones que lo llevaron a redactar este trabajo, en un
escrito titulado El comportamiento del devoto del Sutra del loto: ―Cuando todos
se hubieron marchado, comencé a dar forma a una obra en dos volúmenes
llamada La apertura de los ojos, en la cual venía trabajando desde el undécimo
mes del año anterior. Quería dejar registrado el prodigio vivido por Nichiren, en
caso de que me decapitaran. El mensaje esencial de este trabajo es que el
destino del Japón depende solamente de Nichiren. Una casa sin pilares se
derrumba; una persona sin alma perece. Nichiren es el alma del pueblo de este
país‖ (Véase pág. 811).
El título La apertura de los ojos significa permitir a los seres humanos ver la
verdad; en otras palabras, liberar a la humanidad de las ilusiones e ideas
85
distorsionadas, y hacerles tomar conciencia de la enseñanza correcta, de su
correcta comprensión y de su maestro correcto. La obra describe el papel
desempeñado por el Daishonin a la hora de establecer la supremacía del Sutra
del loto y difundir sus enseñanzas, como él mismo lo había vislumbrado y
experimentado. Una frase de este tratado dice: ―El duodécimo día del noveno
mes del año pasado, entre las horas de la rata y del buey (es decir, entre las
once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue
decapitada. Es su alma la que ha llegado hasta la isla de Sado‖ (pág. 285). La
persecución de Tatsunokuchi fue la circunstancia que permitió a Nichiren
Daishonin revelar su verdadera identidad de Buda eterno. Este pasaje se refiere
a la muerte de un hombre común llamado Nichiren, e indica que, desde ese
momento en adelante, el Daishonin revelaría de manera plena su iluminación,
como Buda del Último Día de la Ley.
Nichiren Daishonin comienza este tratado con las palabras ―Hay tres categorías
de personas que todos los seres humanos deberían respetar: el soberano, el
maestro y los padres‖ (pág. 231). Las tres virtudes del soberano, el maestro y el
padre son equiparadas a las cualidades que distinguen a un buda. La virtud del
soberano es el poder de proteger a todos los seres vivos; la virtud del maestro
es la sabiduría para guiar a todos a la iluminación, y la virtud de los padres se
refiere al amor con que estos nutren y apoyan a las personas. Estas tres
virtudes constituyen un tema que circula por todo el tratado; en la conclusión de
la obra, leemos estas palabras del Daishonin: ―Yo, Nichiren, soy el soberano, el
maestro y el padre de todo el pueblo del Japón‖ (pág. 304).
En el comienzo, Nichiren Daishonin analiza el confucianismo, el taoísmo, el
brahmanismo, el budismo Hinayana, el Mahayana provisional y, finalmente,
pasa a considerar el Sutra del loto. Atribuye los desastres que estaban azotando
el Japón a la confusión en cuestiones budistas y a la incapacidad de los
gobernantes y súbditos para reconocer la supremacía del Sutra del loto. Aquí,
cita dos razones por las cuales el sutra es supremo. Una: la enseñanza teórica
(primera mitad del sutra) revela que las personas de los dos vehículos pueden
manifestar la iluminación, posibilidad negada por completo en las enseñanzas
expuestas por el Buda durante los cuarenta y dos años anteriores. Esto
fundamenta la posesión mutua de los diez estados y la declaración de que la
Budeidad está abierta a todos. Dos: en la enseñanza esencial (última mitad del
sutra) el buda Shakyamuni proclama que había logrado la iluminación por
primera vez en un pasado inescrutablemente remoto.
Como afirma el Daishonin, el mismo buda Shakyamuni declaró que el Sutra del
loto era ―lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender‖. En este sutra, el
Buda dejó establecida en forma implícita la suprema enseñanza, como leemos:
―La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital se
encuentra en un solo lugar, oculta en las profundidades del capítulo ―Duración
de la vida‖ de la enseñanza esencial del Sutra del loto‖ (pág. 235). El
planteamiento del Daishonin es que sólo la revelación de la verdad budista
puede salvar al pueblo y al país. Esta convicción, señala, lo ha impulsado a
propagar la esencia del Sutra del loto a pesar de la persecución que provocaría
86
y de la cual tenía plena conciencia. Pero entendía que sus seguidores podían
llegar a dudar de él, pensando que las funciones budistas no estaban
protegiéndolo como devoto del Sutra del loto. Por eso, señala: ―Dicha duda yace
en la raíz de este trabajo que me encuentro escribiendo. Y como es la
preocupación más importante de toda mi vida, volveré a plantearla aquí una y
otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de intentar responderla‖ (pág.
256).
La segunda parte del tratado analiza dos capítulos del Sutra del loto, ―Irrumpir
de la tierra‖ y ―Duración de la vida‖, donde el buda Shakyamuni convoca a
incontables bodhisattvas desde lo profundo de la tierra y revela que, en realidad,
él había logrado la iluminación en el remoto pasado, que todos los budas de los
demás sutras son sus manifestaciones corpóreas, y que todos los bodhisattvas
son sus discípulos. Nichiren Daishonin esclarece que el buda del capítulo
―Duración de la vida‖ es el maestro de todos los budas.
En este punto, comienza a esbozarse una analogía implícita. La duda albergada
por los discípulos de Shakyamuni, que los llevaba a preguntarse cómo podía
haber instruido él a incontables Bodhisattvas de la Tierra en esa existencia,
permitió a Shakyamuni revelar su verdadera identidad: la de un buda que se
había iluminado incontables kalpas atrás. De la misma manera, la duda
albergada por los seguidores del Daishonin, que los llevaba a preguntarse por
qué este había sido desterrado y debía sufrir tantas persecuciones, condujo a
que Nichiren Daishonin revelara su verdadera identidad: la del Buda del Último
Día de la Ley.
A continuación, el Daishonin menciona el principio de siembra, maduración y
cosecha. Se refiere a la Ley insuperable en virtud de la cual todos los budas
logran la iluminación: Nam-myoho-renge-kyo. Esta Ley es lo que yace en lo
profundo del capítulo ―Duración de la vida‖. Nichiren Daishonin enseña esta Ley
en forma directa, ya que es la verdadera causa para lograr la Budeidad, y su
filosofía se denomina ―budismo de la siembra‖, porque planta la ―semilla de la
iluminación‖ en la vida de aquellos que la practican. Desde esta perspectiva,
posee las virtudes del soberano, el maestro y los padres, para toda la
humanidad en general.
Nichiren Daishonin explica que cada sutra sostiene y proclama su propia
excelencia; también muestra, con citas de los sutras, cómo cada uno dice ser
superior a otras enseñanzas. Pero el Sutra del loto es el único en declarar que
es la enseñanza suprema sobre todos los sutras, y el Daishonin reconfirma su
supremacía. El Sutra del loto menciona tres enemigos poderosos del sutra, y
vaticina que tanto el sutra como su devoto recibirán oposición y hostilidad. Todo
esto es lo que el mismo Nichiren Daishonin tuvo que sufrir; todo esto está
predicho en el sutra. Como devoto del Sutra del loto, él jura poner su vida en
juego, con tal de salvar a todas las personas. Dice: ―Que las deidades me
abandonen. Que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré
mi vida por la Ley. [...] Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el
gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!‖ (pág. 297).
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Luego, asegura a sus discípulos que sin falta lograrán la Budeidad, mientras no
se dejen vencer por la duda, ni siquiera hostigados por las dificultades.
En la última parte del tratado, explica que hay dos formas de propagar el Sutra
del loto: el shoju, o persuasión moderada, y el shakubuku, o refutación estricta.
Aquí, el Daishonin plantea que deben usarse ambos métodos, porque hay dos
clases de países, aquellos cuya población ignora la enseñanza correcta del
budismo, y aquellos otros en que la gente se le opone a conciencia. Pero el
Japón, por ser un país que actúa contra la enseñanza correcta, requiere el
shakubuku. Luego, expresa como conclusión que la enseñanza del Buda
consiste en extirpar el sufrimiento e infundir alegría a los seres humanos. El
Daishonin se ha dedicado a refutar y erradicar las causas del padecimiento
humano. Para él, el exilio a Sado fue sólo un ―sufrimiento menor‖ en esta vida.
Pero, en realidad, siente ―profunda alegría‖ por los resultados que sabe recibirá
en el futuro.
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También conocido como Yü Shun. Último de los Cinco Emperadores, soberanos legendarios
de la antigua China.
La expresión «gobernador de P’ei» se refiere a Liu Pang (247-195 a. C.), fundador de la
dinastía Han anterior.
Cuando el rey Wu decidió derrocar al tirano Chou de la dinastía Yin, antes de emprender su
campaña talló una figura en madera de su padre, quien había albergado el mismo deseo de
salvar a la gente. La expresión ―conde del Oeste‖ se refiere al rey Wen de la dinastía Chou,
tercero de los Tres Reyes que reinaron después de los Cinco Emperadores.
Durante la dinastía Han posterior, Ting Lan, quien había perdido a su madre a los quince
años, hizo una estatua con la imagen de ella y le prestó servicio como si la mujer aún viviese.
Yin Shou y Wu Ch’eng son figuras legendarias. T’ai-kung Wang fue un general que estuvo al
servicio del rey Wen y que, tras la muerte del monarca, se puso a las órdenes del heredero,
su hijo, el rey Wu. Luchó valientemente contra el rey Chou de la dinastía Yin y contribuyó a la
prosperidad de los Chou.
La afirmación se encuentra en el Chuang Tzu y en las Crónicas del historiador.
Los principios citados se refieren a las dos primeras de las cinco virtudes constantes
enseñadas por Confucio.
Se desconocen sus nombres.
La mención aparece en el Lieh Tzu, un antiguo texto taoísta.
El decoro y la música eran considerados medios útiles para inculcar en la gente el sentido
de la moral y el respeto al orden social.
Tres tipos de conocimiento o tres disciplinas esenciales para el practicante budista.
Comentario sobre ―Gran concentración e introspección‖. El ―Camino verdadero‖, aquí, se
refiere al budismo.
Gran concentración e introspección.
Confucio, su discípulo Yen Hui y Lao Tzu.
Kapila y Ulula fueron, respectivamente, los fundadores de las escuelas Samkhya y
Vaisheshika, dos de las seis corrientes principales del brahmanismo en la India antigua. Se
dice que las enseñanzas de Rishabha prepararon el camino al jainismo. A estos tres se los
conoció como los ―tres ascetas‖.
El reino de lo informe se divide en cuatro ámbitos; este es el plano superior.
Aquí, las ―fisuras‖ se refieren a las ilusiones o impurezas. Los reinos de la forma y de lo
informe son los dos niveles superiores dentro de lo que se conoce como ―mundo triple‖ o
―tres mundos‖.
Posiblemente, paráfrasis de un pasaje del Sutra del nirvana.
Posiblemente, paráfrasis de un pasaje del Sutra del nirvana.
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Sutra del loto, cap. 8.
La ―transmigración con diferencias y limitaciones‖ se refiere a la de los seres no iluminados a
través de los seis caminos. En este ciclo reiterado de renacimientos en los seis estados
inferiores, los seres vivos nacen con un término de vida limitado y con formas diversas, de
acuerdo con su karma. La ―transmigración con cambio y avance‖ se refiere a la de los
discípulos que escuchan la voz, la de los que han tomado conciencia de las causas y la de
los bodhisattvas. En esta transmigración, cambian o se emancipan del cuerpo sujeto a la
transmigración de las ilusiones con diferencias y limitaciones, mientras gradualmente van
eliminando las ilusiones que los conducen a sufrir.
―Gran hombre‖ aquí se refiere al Buda.
Cita del Sutra de los infinitos significados, donde se lee: ―En estos más de cuarenta años,
todavía no he revelado la verdad‖. Se han modificado la persona y el tiempo verbal para
mantener la concordancia con el resto de la frase.
Sutra del loto, cap. 2. El texto dice: ―El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo
sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad‖. Se han modificado la persona y
el tiempo verbal para mantener la concordancia con el resto de la frase.
Ib., cap. 11.
Esto aparece descrito en el capítulo vigésimo primero del Sutra del loto.
Ellas son la teoría de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, basada en la
enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto, y la realidad de los tres mil aspectos
contenidos en cada instante vital, basada en la enseñanza esencial (segunda mitad) del
sutra.
Sutra del nirvana.
―Apropiación del budismo‖ se refiere al proceso mediante el cual los no budistas
incorporaron en sus propias doctrinas elementos tomados del budismo Hinayana, alegando
que pertenecían a su propia escuela. ―Plagio al budismo‖ se refiere al proceso mediante el
cual los no budistas plagiaron las enseñanzas del Mahayana y las incorporaron en sus
escuelas. Ambos fenómenos aparecen descritos en Gran concentración e introspección.
Sutra del loto, cap. 2.
Sutra de los infinitos significados. Véase nota 23.
Sutra del loto, cap. 2.
Ib.
De acuerdo con la cosmología de la antigua India, el círculo acuoso es uno de tres círculos
–hechos de oro, agua y viento—, que sostenían el monte Sumeru y los continentes
circundantes.
Deudas de gratitud contraídas con los padres, el maestro, el soberano y los cuatro tesoros
del budismo.
En el Sutra de la sabiduría mayor, estas son palabras pronunciadas por Subhuti, discípulo
del Buda, pero aquí el Daishonin las emplea como si hubiesen sido dichas por el Buda
mismo, quien expuso el sutra.
Esta es la declaración que hicieron los seres celestiales, con lágrimas de dicha, cuando
escucharon la prédica del Buda. Se supone que la meditación shuramgama nos torna menos
vulnerables a la obstrucción de los deseos mundanos y las ilusiones.
Sutra de los infinitos significados, considerado una introducción al Sutra del loto.
Sutra del loto, cap. 11.
Ib., cap. 21.
Ib., cap. 22.
Esto se refiere a la prédica del Sutra de la guirnalda de flores.
Los cuatro budas son Akshobhya (Este), Signo de la Joya (Sur), Vida Infinita (Oeste) y Voz
Sutil y Maravillosa (Norte).
Las seis direcciones se refieren al Este, Oeste, Norte, Sur, Cenit (arriba) y Nadir (abajo).
Sutra del loto, cap. 3.
Ib., cap. 11.
Se refiere a la revelación de que el buda Shakyamuni había logrado la iluminación hace
incontables kalpas pasados, que aparece en el capítulo ―Duración de la vida‖ de la
enseñanza esencial del Sutra del loto. La primera enseñanza importante es que las personas
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de los dos vehículos pueden manifestar la iluminación. Esto se explica en la enseñanza
teórica del Sutra del loto.
Sutra del loto, pág. 2. En este capítulo, Shakyamuni expuso los diez factores para indicar
que todas las personas estaban dotadas de la naturaleza de Buda; esto proporcionó una
base teórica para afirmar que todas las personas podían llegar a ser budas. Luego, en el
mismo capítulo, Shakyamuni declara que todas las enseñanzas que expuso tenían el fin de
revelar el vehículo único que conduce a todos a la Budeidad.
Los ocho capítulos que van desde el segundo, ―Medios hábiles‖, hasta el noveno,
―Profecías‖.
Sutra del loto, cap. 2.
Las ―causas‖ se refieren a la práctica de las cuatro enseñanzas –el Tripitaka, la enseñanza
de conexión, la enseñanza específica y la enseñanza perfecta— que conduce al logro de la
iluminación. Véase también ―ocho enseñanzas‖, en el Glosario.
Al revelar que el Buda aún conserva los nueve estados, incluso después de haber
consolidado el estado iluminado, el capítulo ―Duración de la vida‖ de la enseñanza esencial
demuestra que la causa (los nueve estados) y el efecto (Budeidad) pueden existir en forma
simultánea.
En los Sutras Agama, Shakyamuni predica las enseñanzas menores, también conocidas
como Hinayana. Por eso, se le llama ―pequeño Shakyamuni‖.
Profundo significado del ―Sutra del loto‖.
Los capítulos ―Irrumpir de la tierra‖ y ―Duración de la vida‖ revelan que la iluminación de
Shakyamuni realmente tuvo lugar en el remoto pasado, y que los tres cuerpos –el cuerpo del
Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto— existen de manera intrínseca y
eterna en la vida del buda Shakyamuni.
Estado sito al noreste de la India. Asanga fue oriundo de Gandhara, pero vivió la mayor
parte de su vida en Ayodhya.
Dharmapala, Nanda y Shilabhadra fueron estudiosos de la escuela Yogachara o Conciencia
como Origen, vinculada al monasterio de Nalanda, en la India.
Antiguo nombre del templo Kofuku-ji, centro principal de la escuela Características del
Dharma y uno de los siete templos principales de Nara.
Vatsa fue el fundador de la escuela Vatsiputriya, perteneciente al Hinayana; Vaipulya
incorporó el Mahayana en enseñanzas no budistas. De Vimalamitra, quien aparece en la
frase siguiente, se dice que se opuso a Vasubandhu; Madhava fue un estudioso de la
escuela Samkhya.
Esta era es un período de declinación, en que disminuye la duración de la vida humana. De
acuerdo con el Tesoro del análisis del Dharma, se dice que, durante el kalpa de continuación,
la duración de la vida humana pasa por un ciclo reiterado de incremento y disminución.
El tercer grupo se refiere a la historia del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal y
sus dieciséis hijos, que aparece en el capítulo ―La parábola de la ciudad fantasma‖ del Sutra
del loto. Hace tantos kalpas como partículas de polvo hay en un gran sistema planetario, el
buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal predicó el Sutra del loto a sus dieciséis hijos.
Luego, estos lo enseñaron al pueblo. El tercer grupo se refiere a las personas que, en ese
momento, escucharon el Sutra del loto pero no pudieron tener fe en él, y tampoco pudieron
manifestar la iluminación tiempo después, en la India, cuando el decimosexto hijo de dicho
buda nació en ese país con la identidad del buda Shakyamuni y lo volvió a predicar para
ellos.
Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite, de Tao-ch’o, segundo patriarca
de la escuela Tierra Pura en la China.
La primera cita es de Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite, y la
segunda cita, de Elogio al renacimiento en la Tierra Pura, de Shan-tao, tercer patriarca de la
escuela Tierra Pura en la China.
El texto en japonés puede leerse también así: ―Entonces, el gobernante del país
seguramente tomará medidas contra mis padres, hermanos y maestros‖.
Se decía que un mundo pasaba por un ciclo continuo de formación, continuación,
declinación y desintegración, y que cada una de estas cuatro fases duraba un kalpa mediano.
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Se creía que cuando terminaba un kalpa de declinación, se producía un gran incendio que
devoraba el mundo.
Estas dos persecuciones se refieren a los destierros a la península de Izu y a la isla de
Sado.
Sutra del loto, cap. 10.
Ib., cap. 3.
Ib., cap. 14.
Ib., cap. 13. La cita que sigue es del mismo capítulo.
Ib.
Ib., cap. 20.
Palabras y frases del ―Sutra del loto‖.
Comentario sobre «Palabras y frases del ―Sutra del loto‖».
Ensayo sobre la protección del país. Tokuitsu (s. f.), sacerdote de la escuela Características
del Dharma, mantuvo una prolongada controversia con Dengyo. Chih-i es otro nombre con
que se conoce a T’ien-t’ai.
No budistas: Nombre que, en los sutras, generalmente se daba a los practicantes del
brahmanismo y, además, en el contexto del Tung-ch’un, a los confucianos y taoístas.
Los seis supervisores fueron los siguientes sacerdotes de los templos de la ciudad de Nara
que, en 819, se opusieron a Dengyo: Jo’e, del Kofuku-ji; Buan, del Toshodai-ji; Shuen, del
Kofuku-ji; Taien, del Saidai-ji; Sebyo, del Gango-ji y el superintendente en jefe Gomyo, del
Gango-ji.
En el capítulo ―Aliento a la devoción‖, ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas
describen las persecuciones que tendrán que soportar después de la muerte del Buda, por
causa del Sutra del loto.
En la estrofa de veinte versos del capítulo ―Aliento a la devoción‖, los innumerables
bodhisattvas reunidos juran soportar cualquier adversidad, con tal de propagar el Sutra del
loto en el Último Día de la Ley. Estas adversidades habrían de ser clasificadas por Miao-lo
como la función de los tres enemigos poderosos. Este pasaje se refiere al primero de estos
adversarios formidables. El capítulo ―Aliento a la devoción‖, en sí, se refiere sólo a ―palos y
espadas‖. ―Piedras y lajas‖ es una transposición del capítulo ―Jamás Despreciar‖.
La cita se refiere al segundo de los tres enemigos poderosos.
Este pasaje se aplica al tercero de los tres enemigos poderosos: monjes que gozan del
respeto de la gente pero, temerosos de perder sus riquezas y privilegios, inducen al gobierno
a perseguir a los devotos.
Dos de las tres versiones en chino del Sutra del loto que hoy se conservan. Estas tres son el
Sutra del loto de la Ley correcta, traducido por Dharmaraksha; el Sutra del loto de la Ley
prodigiosa, traducido por Kumarajiva, y el Texto ampliado del Sutra del loto de la Ley
prodigiosa, de Jnanagupta y Dharmagupta. De las tres, la de Kumarajiva es, con mucho, la
más utilizada.
En 544 a. C., Chi-cha, hijo de Shou-meng, rey de Wu, recibió la orden de visitar otros países
en calidad de enviado. En ese momento, se le dio una valiosa espada. Cuando pasaba por el
país de Hsü, el señor del territorio vio la espada de Chi-cha y la quiso poseer, aunque no se
atrevió a decirlo. Sin embargo, Chi-cha pudo percibir su deseo e, íntimamente, prometió
dársela una vez que hubiera cumplido su misión y regresado a Hsü. No obstante, al regresar,
vio que el señor ya había muerto. Fiel a su promesa, depositó la espada en su tumba como
ofrenda.
Se desconocen los detalles del relato; simboliza la profunda gratitud de Wang Shou hacia el
ambiente natural, y su sentido de la integridad.
Cuando Mao Pao caminaba por la orilla del río Yangtzé, vio a un pescador que capturaba
una tortuga y se disponía a matarla. Compró el animal y lo devolvió al agua. Luego, Mao Pao
fue derrotado por un poderoso general de nombre Shih Hu. Cuando, en su retirada, huía al
río Yangtze, apareció la tortuga que había salvado y lo llevó sobre su espalda hasta la orilla
opuesta.
Estanque construido por el emperador Wu de la dinastía Han anterior. Un día, vio sufrir un
pez en el fondo del agua, debido a un anzuelo que tenía clavado en la boca. El Emperador
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se apiadó del pez y quitó el anzuelo para que pudiese nadar en libertad. Luego, para saldar
su obligación, el pez ofrendó al monarca una joya resplandeciente.
Como el rey Chieh, decimoséptimo gobernante de la dinastía Hsia, había cometido varias
atrocidades de manera tiránica, fue derrocado por sus enemigos, y la dinastía Hsia pereció.
El rey Chou, último gobernante de la dinastía Yin, embriagado de amor por su consorte Ta
Chi, desatendió por completo las cuestiones de gobierno en su país. Fue destronado por el
rey Wu de la dinastía Chou.
Los mil doscientos discípulos que escuchaban la voz se refiere a los arhats que recibieron
una profecía de futura iluminación en el capítulo ―La profecía de iluminación a los quinientos
discípulos‖, del Sutra del loto. A cada uno de ellos se les dio el mismo nombre: Brillo
Universal El Que Así Llega.
Los ―mil discípulos que escuchaban la voz‖ fueron los que se reunieron en el Primer Concilio
budista, convocado poco después de la muerte de Shakyamuni, en Magadha, para compilar
sus enseñanzas.
Aquí se alude a las cinco clases de visión. ―Ojo‖ se refiere a la facultad perceptiva. Véase,
en el Glosario, ―cinco clases de visión‖.
Sutra del loto, cap. 4. La expresión ―algo extraordinario‖, que aparece en la cita, se refiere al
Sutra del loto; ―ofrecerle nuestros pies y manos‖ significa servir al Buda y practicar sus
enseñanzas.
La historia aparece en el Sutra Vimalakirti. Cuando Mahakashyapa escuchó a Vimalakirti
hablar sobre la iluminación, no logró entender nada, y lloró por no poseer de manera
inherente las semillas de la Budeidad. El sutra relata que el sonido de su llanto resonó a
través de todo el gran sistema planetario.
La historia también aparece en el Sutra Vimalakirti. Un día, Subhuti acudió a Vimalakirti
pidiendo limosna. Este llenó su cuenco de mendicante, pero le dijo que no merecía recibir
ofrendas y que aquellos que se las dieran sin falta caerían en los malos caminos. En ese
momento, la conmoción de Subhuti fue tal, que se marchó casi olvidando su escudilla.
La historia se lee en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. Cuando el buda
Shakyamuni le reprochó a Shariputra que hubiera comido alimentos impuros, este se
sorprendió tanto que escupió lo que tenía en la boca. ―Comida impura‖ se refiere a la que no
ha sido ofrendada de corazón.
La historia aparece en el Sutra Vimalakirti. Cuando el buda Shakyamuni vio a Purna predicar
las enseñanzas del Hinayana al pueblo, le dijo que no debía depositar nada impuro en una
vasija preciosa.
Antes de renunciar a la vida secular, Shakyamuni se casó con Yashodhara, una hermosa
mujer a la que Devadatta había pretendido desposar. Este despecho de amor dio origen al
profundo rencor de Devadatta hacia Shakyamuni.
Basado en un pasaje del Sutra del nirvana.
Los relatos anteriores se cuentan entre las nueve grandes pruebas o persecuciones sufridas
por el buda Shakyamuni. Se las describe en el Tratado sobre la gran perfección de la
sabiduría y en otros textos.
La historia del rey Virudhaka aparece en Reglas monásticas sobre diversas cuestiones y en
otras fuentes. También está incluida en las nueve grandes pruebas antes mencionadas. El
relato de la monja Utpalavarna se registra en el Tratado sobre la gran perfección de la
sabiduría; como la monja amonestó a Devadatta por ser un gran enemigo del budismo, este
enfureció tanto que la mató a golpes. El desastre de Kalodayin se describe en Las diez
divisiones de las reglas monásticas; un día, mientras iba solicitando ofrendas, una mujer le
entregó limosnas, pero el esposo de esta, en un ataque de furia y de celos, la asesinó. La
suerte de Maudgalyayana se cuenta en Reglas monásticas sobre diversas cuestiones.
Todos estos relatos, además, aparecen en varios de los Sutras Agama.
Adaptado de un pasaje del Sutra del nirvana.
Jardín de árboles de mango, sito en la ciudad de Vaishali, India.
La Historia de los sucesores del Buda sostiene que, cuando Mahakashyapa sintió que se
acercaba la muerte, transfirió las enseñanzas a Ananda y fue al monte Kukkutapada en
Magadha, donde entró en una profunda meditación y murió. Se dice que Mahakashyapa
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volverá a renacer sólo cuando el bodhisattva Maitreya aparezca en el mundo, unos 5.670
millones de años después de la muerte del Buda.
Referencia a un pasaje del capítulo ―Rey de la Medicina‖ del Sutra del loto que dice: ―Cuando
yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debéis propagar [el
Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se
extinga‖.
Referencia a una transmisión especial, fuera de las escrituras, que no depende de las
palabras y frases; es una expresión muy usada en el Zen.
Honen no emplea estas palabras en esa forma en particular. Pero Nichiren Daishonin las
extrae de Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas y las combina formando un conjunto.
Estas cuatro series de diez niveles cada una son divisiones de los cincuenta y dos niveles
por los cuales pasa un bodhisattva, desde que toma por primera vez la decisión de lograr la
perfecta iluminación.
―Emancipación inconcebible‖ se define como el despertar a los profundos y sutiles principios
del Mahayana. La expresión aparece descrita en el Sutra Vimalakirti.
Las dos deidades son Shiva y Vishnu.
Después de renunciar a la vida secular, Shakyamuni se dedicó a diversas prácticas durante
doce años, hasta que logró la iluminación. Se dice que, durante los primeros seis años, llevó
a cabo prácticas ascéticas (penosas) y durante los últimos seis, perseveró en la práctica de
la meditación (cómoda).
Esta historia figura en el capítulo ―Introducción‖ del Sutra del loto. En el pasado remoto,
Manjushri vivió con el nombre de bodhisattva Maravillosamente Brillante, discípulo del buda
Brillante como el Sol y la Luna. Después de la muerte de este Buda, Maravillosamente
Brillante siguió practicando el Sutra del loto, que su maestro había expuesto. El Buda había
tenido ocho hijos varones antes de renunciar al mundo secular. Maravillosamente Brillante
guió a los príncipes hacia el logro de la iluminación. El último de estos en manifestar la
Budeidad fue el buda Antorcha Ardiente, bajo cuya guía practicó el sutra Shakyamuni en pos
de la iluminación en una existencia anterior. Por eso, a Shakyamuni se lo llama ―el noveno
discípulo del bodhisattva Manjushri‖.
En el Sutra de los infinitos significados, el buda Shakyamuni afirma: ―Estos infinitos
significados derivan de una sola Ley‖, aunque no aclara a cuál ley se está refiriendo.
Sutra del loto, cap. 2.
Sad corresponde a sad de Saddharma-pundarika-sutra, nombre sánscrito del Sutra del loto.
La cita no ha sido identificada. Chi-tsang (549-623) fue sacerdote de la escuela Tres
Tratados, en la China.
La traducción al inglés, en la cual se basa esta versión española, deriva de esta
reconstrucción y se ha realizado a partir de versiones del mantra encontradas en Los
escritos de Kakuzen y en otras fuentes:
namah-samanta-buddhānām
om a ā am ah
sarva-buddha-jña-sāksebhyah
gagana-sambhavālaksani
saddharma-pundarīka-sūtra
jah hūm bam hoh vajrāraksaman
hūm svāhā.
La tradición de la escuela Palabra Verdadera afirma que Nagarjuna recibió el Sutra
Mahavairochana del bodhisattva Vajrasattva junto con otras enseñanzas esotéricas
preservadas en una torre de hierro, al sur de la India.
Nam es una contracción fonética de la palabra namu.
Comentario sobre ―Gran concentración e introspección‖.
Sutra del loto, cap. 2.
Uno de los cuatro juramentos universales que hace un bodhisattva. Los demás son erradicar
los incontables deseos mundanos, dominar las inmensurables enseñanzas budistas y lograr
la iluminación suprema. La cita siguiente proviene del capítulo segundo del Sutra del loto.
Sutra del loto, cap. 3.
Ensayo sobre la protección del país.
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Sutra del loto, cap. 11.
Clase de lirio utilizado en ceremonias religiosas.
Simbolismo hallado en los sutras de la escuela Palabra Verdadera. En cuatro de los ocho
pétalos, hay cuatro budas sentados; en los cuatro restantes, hay cuatro bodhisattvas. El
buda Mahavairochana ocupa el centro del loto; la escena aparece descrita en el sutra
homónimo. El Sutra de la corona de diamantes representa a treinta y siete budas y
bodhisattvas, entre los cuales se cuenta el buda Mahavairochana.
Profundo significado del ―Sutra del loto‖.
Sabiduría del Dharma, Bosque de Méritos, Estandarte Adamantino y Acervo de Diamantes.
Manjushri, Sabio Universal, Maitreya y Percibir los Sonidos del Mundo.
Los dieciséis bodhisattvas que asisten a los budas en los cuatro cuadrantes del universo.
T’ai-kung Wang es el título de un general que prestó servicio a los reyes Wen y Wu, de la
dinastía Chou. Además de él, completan los Cuatro Venerables Yin Shou, Wu Ch’eng y Lao
Tzu.
El emperador Kao-tsu (247-195 a. C.), fundador de la dinastía Han, trató de desheredar a su
hijo, el futuro emperador Hui. La madre de Hui, la emperatriz Lü, persuadió a cuatro ancianos
eminentes que vivían en el monte Shang de que actuasen como consejeros de su hijo. Estos
fueron el maestro Tung-yüan, el estudioso Lu-li, Ch’i Li-chi y el maestro Hsia-hüang. Al ver la
dignidad de estos cuatro ancianos, el Emperador se quedó tan impresionado, que aceptó a
Hui como sucesor.
Sutra del loto, cap. 15.
Palabras y frases del ―Sutra del loto‖.
Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖.
Epíteto de Maitreya que significa ―invencible‖.
Sutra del loto, cap. 15. La cita siguiente es la continuación de dicho pasaje.
Lago situado en las tierras del Monasterio del Bosque de Bambúes, en Rajagriha, Magadha.
Sutra del loto, cap. 15.
De acuerdo con el Sutra de la meditación, cuando Ajatashatru asesinó a su padre y encerró
a su madre, Vaidehi, en una cámara del palacio, ella miró en dirección al Pico del Águila,
donde Shakyamuni estaba predicando, y le oró. El amor compasivo de Shakyamuni lo llevó a
aparecerse en la celda de la mujer, donde le enseñó cómo llegar a la Tierra Pura del buda
Amida.
El capítulo ―Devadatta‖ describe la relación maestro-discípulo entre Devadatta y Shakyamuni,
en una existencia anterior. En dicho capítulo se habla de un rey que, en su deseo de buscar
la gran Ley, prestó servicio a un vidente llamado Asita durante mil años. Luego de narrar la
historia, Shakyamuni dice que él había sido ese rey en una existencia previa, y que
Devadatta había sido Asita. Ahora él era maestro del hombre que, antes, había sido su
mentor. El capítulo ―Devadatta‖ responde, entonces, la pregunta planteada en el Sutra de la
meditación.
Sutra del loto, cap. 16. En el capítulo ―Prácticas pacíficas‖, que es el último de la enseñanza
teórica, el Buda todavía no había enseñado que su iluminación provenía del remoto pasado.
Fuente desconocida.
La preciada llave del tesoro secreto, obra escrita por Kobo.
Son prácticas concebidas para erradicar las ilusiones del pensamiento y del deseo.
En Comentario sobre el ―Sutra de la guirnalda de flores‖ se divide el cuerpo manifiesto en
superior e inferior.
Tratado sobre las quinientas preguntas.
En la época de T’ien-t’ai, las enseñanzas esotéricas de la escuela Palabra Verdadera
todavía no habían llegado a la China. Shan-wu-wei las trajo de la India en 716, poco después
del nacimiento de Miao-lo.
Cuando Dengyo viajó a la China, estudió en profundidad las enseñanzas de T’ien-t’ai,
basadas en el Sutra del loto. Sin embargo, cuanto regresó al Japón, también trajo consigo
algunas enseñanzas esotéricas. Por esta razón, se hace referencia a él como el patriarca del
budismo esotérico y exotérico, dado que introdujo los textos esotéricos antes que Kobo.
Sutra del loto, cap. 23.
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Es decir, no revelan que el Buda logró la iluminación en el distante pasado, tal como se
explica en el Sutra del loto.
En su Tratado sobre el ―Sutra del loto‖, Vasubandhu afirmó la superioridad del Sutra del loto
sobre todos los demás sutras, desde diez puntos de vista distintos. El primero de ellos es el
de las ―semillas sin igual‖.
El mandala del Reino de la Matriz, descrito en el Sutra Mahavairochana, y el mandala del
Reino de Diamante, descrito en el Sutra de la corona de diamantes.
Del prefacio de Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai. I-hsing
(683-727) ayudó a su maestro Shan-wu-wei a traducir al chino la versión sánscrita del Sutra
Mahavairochana, y compiló sus enseñanzas orales en un volumen llamado Comentario
sobre el ―Sutra Mahavairochana‖.
La isla de Ezo, aquí, se refiere a Hokkaido, la más septentrional de las cuatro islas
principales del Japón. Este poema, de autor anónimo figura en Colección de poemas
japoneses antiguos y modernos.
En su Tratado sobre los diez niveles de la mente, Kobo clasificó las diversas enseñanzas
budistas en relación con diez niveles del desarrollo de la mente y puso al Sutra del loto en el
octavo lugar, al Sutra de la guirnalda de flores en el noveno lugar, y a las enseñanzas
esotéricas en décimo o supremo lugar.
La traducción ha sido ampliada, en la explicación de los términos técnicos empleados en ella.
En su Tratado sobre la profundidad del Sutra del loto, Chia-hsiang, más conocido como
Chi-tsang (549-623), afirmó que el Sutra del loto era inferior al Sutra de la sabiduría.
Sutra del loto, cap. 2.
Los veinticinco bodhisattvas de la escuela Tierra Pura protegen a todos aquellos que
veneran al buda Amida. Los más de mil doscientos honorables se refieren a los budas,
bodhisattvas y otros seres representados en los dos mandalas de la escuela Palabra
Verdadera.
Las siete escuelas se refieren a las seis escuelas (véase ―seis escuelas‖ en el Glosario) más
la escuela Palabra Verdadera.
Se llama Reina Madre del Oeste a una legendaria deidad de la China. Se dice que los
melocotoneros de su jardín dan fruto cada tres mil años. Del udumbara se dice que da flor
cada tres mil años, para anunciar el advenimiento de un rey que hace girar la rueda de la Ley
en el mundo.
El gobernador de P’ei, también conocido como Liu Pang, y Hsiang Yü se aprovecharon de la
confusión generada tras la muerte del Primer Emperador de la dinastía Ch’in, para enlistar
ejércitos y derrocar la dinastía. El conflicto terminó en victoria para Liu Pang, quien fundó la
dinastía Han en 202 a. C.
El clan Minamoto, dirigido por Minamoto no Yoritomo (1147-1199), emprendió una larga
campaña para arrebatarle el poder político al clan rival Taira. Los Taira, por fin, fueron
vencidos en Dannoura, y Taira no Munemori (1147-1185), último jefe de su clan, murió
durante uno de los combates. Minamoto no Yoritomo, a partir de entonces, estableció el
sogunato de Kamakura.
Los garudas son aves gigantes de la mitología india que, según se dice, se alimentan de
dragones. El lago Anavatapta, o Libre de Calor, situado al norte de las Montañas Nevadas,
contiene aguas puras y frescas, que eliminan el sufrimiento. Se dice que en el lago habita el
Rey Dragón.
Véase, en el Glosario, ―seis actos difíciles y nueve actos fáciles‖.
Gran concentración e introspección.
La escuela Características del Dharma divide todas las enseñanzas de Shakyamuni en tres
períodos. Las del tercer período revelan la doctrina de la conciencia como origen y refutan el
apego extremo a la doctrina de la vacuidad. En este tercer período se incluyen el Sutra de
los profundos secretos, el Sutra del loto, el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra del
nirvana.
Sutra del nirvana. Se ha modificado la conjugación verbal para adecuarla al contexto.
Referencia a los maestros budistas en los cuales uno puede confiar, tal como se explica en
el Sutra del nirvana y en otras escrituras. Ellos son las cuatro categorías o filas de discípulos
que escuchan la voz, la última de las cuales es la de los arhats. T’ien-t’ai, en Profundo
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significado del ―Sutra del loto‖, relaciona estas cuatro filas con los cincuenta y dos niveles de
la práctica de un bodhisattva.
Sutra del nirvana.
Profundo significado del ―Sutra del loto‖.
Principios sobresalientes del ―Sutra del loto‖.
Colección de enseñanzas transmitidas oralmente.
Sutra del loto, cap. 10.
Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖.
Comentario sobre ―Profundo significado del Sutra del loto‖.
El Sutra de los diez niveles es una traducción separada del capítulo ―Diez niveles‖ del Sutra
de la guirnalda de flores.
―Gran vehículo‖ se refiere al Camino del bodhisattva.
―Este capítulo‖ se refiere al capítulo ―Jefe Sabio‖ del Sutra de la guirnalda de flores.
Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico. La cita siguiente está extraída del
mismo pasaje.
En la época del Daishonin, la China estaba gobernada por la dinastía Sung. ―Pasó tres años
viajando‖ se refiere al viaje a la India que realizó el sacerdote chino Fa-hsien. Preocupado
por la falta de escrituras budistas en la China, viajó por tierra, a fines del siglo IV, a la India,
donde estudió sánscrito y profundizó sus conocimientos sobre el canon budista.
Se dice que Asanga ascendió al cielo de Tushita y que, allí, heredó las enseñanzas del
bodhisattva Maitreya.
Véase pág. 237.
A las ―cinco faltas capitales‖ (véase este término en el Glosario) se le agrega matar a un
monje de gran virtud y matar a un maestro.
Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖.
Referencia a la persecución de Tatsunokuchi, acaecida en 1271.
Una de las versiones chinas del Sutra del nirvana, traducido por Fa-hsien.
Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Profundo significado del ―Sutra del loto‖.
Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Principios sobresalientes del ―Sutra del loto‖ o de
Clarificación de los preceptos.
La historia del rey Chao y de Su Yu aparece en el Registro del linaje del Buda y de los
patriarcas. La fecha tradicional que se asigna a la introducción del budismo en la China es el
año 67 d. C.
Veinticuatro integrantes de la sucesión: Véase, en el Glosario, ―veinticuatro sucesores‖.
Obra escrita por Chih-tu, también llamada Suplemento de ―Significados de los comentarios
sobre el Sutra del loto‖.
Las autoridades gubernamentales pertenecen al primer grupo de personas laicas que
persiguen a los devotos del Sutra del loto.
Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite.
Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas.
Ensayo sobre la protección del país.
Fundamentos de la enseñanza del vehículo único. Aquí, Eshin, un sacerdote de la escuela
Tendai, utiliza el término ―enseñanza perfecta‖ para referirse al Sutra del loto.
Paráfrasis de un pasaje de Comentario sobre ―Profundo significado del ―Sutra del loto‖―. Las
tres enseñanzas son la del Tripitaka, la de conexión y la específica, que indican las
enseñanzas provisionales.
Sutra del loto, cap. 11.
Los ―cinco cuerpos de la Ley‖ se refieren a los cinco méritos que representa la naturaleza
pura y verdadera de un buda: cuerpo de los preceptos, cuerpo de la meditación, cuerpo de la
sabiduría, cuerpo de la emancipación y cuerpo del conocimiento de la emancipación.
Se dice que el Buda en su cuerpo manifiesto mide casi cinco metros. Con respecto a los
―ocho errores‖ y los ―ocho vientos‖, véanse ambos términos en el Glosario.
Los comentadores de épocas posteriores identifican al ―maestro zen de Yeh y de Lo‖ con
Bodhidharma, fundador del Zen en la China. Sin embargo, T’ien-t’ai no menciona con
nombre propio ni a él ni a ninguna otra figura contemporánea.
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La historia convencional del Zen afirma que, cuando Shakyamuni sostuvo en alto una flor
ante la asamblea del Pico del Águila, nadie pudo captar el significado de su gesto. Sólo lo
comprendió Mahakashyapa, y el Buda le transfirió a él su enseñanza, mas no por medio de
la palabra. A su vez, Mahakashyapa transmitió la enseñanza a Ananda, de quien pasó, con
el tiempo, a Bodhidharma, el vigésimo octavo patriarca, que había llegado a la China
procedente de la India. Se considera a Bodhidharma el fundador del Zen en la China.
Hui-neng (638-713) fue el sexto patriarca del Zen chino.
Cuando el budismo ingresó en el Japón, el poderoso ministro Mononobe no Moriya se opuso
a él. El príncipe Shotoku y otro ministro llamado Soga no Umako apoyaron la nueva religión.
Ambas facciones se enfrentaron y venció la de Soga; Moriya fue muerto en 587.
Esta analogía aparece en el capítulo vigésimo séptimo del Sutra del loto. Véase, en el
Glosario, ―tortuga tuerta‖.
Sutra del loto, cap. 14.
Ib.
Ib., cap. 5.
Ib., cap. 26.
Ib., cap. 28.
Ib.
Aryadeva y Aryasimha suelen figurar como decimoquinto y vigésimo cuarto,
respectivamente, entre los veinticuatro sucesores de Shakyamuni. Si se lo cuenta a este en
primer lugar, entonces el linaje suma veinticinco figuras.
Profundo significado del ―Sutra del loto‖.
Sutra del loto, cap. 20. El pasaje significa que el bodhisattva Jamás Despreciar había
expiado sus pasadas faltas contra la Ley a través de enfrentar persecuciones por el bien de
la enseñanza. Así, pudo manifestar la Budeidad.
Aquí se compara al ―veneno‖ con la causa de la iluminación.
El texto original se ha ampliado para darle más claridad al párrafo.
La historia aparece en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría y en otras fuentes.
En su existencia pasada, Shariputra estaba practicando el Camino del bodhisattva cuando
un brahmán que mendigaba le pidió uno de sus ojos en calidad de ofrenda. Shariputra se lo
dio, pero el brahmán sintió tanta repugnancia al olerlo, que lo arrojó al suelo y lo aplastó. Al
ver esto, Shariputra sintió una desesperanza tan grande, que abandonó la práctica.
Alusión a dos de los diez objetos de meditación formulados por T’ien-t’ai en Gran
concentración e introspección. La meditación enfocada en estos diez objetos permite a una
persona comprender las limitaciones de los nueve estados.
Este pasaje aparece analizado en Comentario sobre el ―Sutra del nirvana‖. Los tres
obstáculos son los deseos mundanos, el karma y la retribución.
De acuerdo con el Sutra del nirvana, el medicamento que recetaba el viejo doctor era
perjudicial para la gente. Para salvar la vida de la población, el nuevo médico persuadió al
Rey a emplear medidas restrictivas que prohibieran el uso de esa medicina.
La frase original en japonés también podría significar: ―El Sutra del nirvana señala con
claridad que el Buda personalmente confía su enseñanza al gobernante [para que este la
proteja], diciendo que a las malas personas se las debería dominar con arcos y flechas‖.
Esto indica al país donde abundan las personas que no tienen deseo alguno de buscar el
Camino del Buda.
Comentario sobre el ―Sutra del nirvana‖.
En el texto original se mencionan antiguas unidades de medida japonesas, que por razones
de fluidez y de claridad han sido convertidas al sistema métrico decimal. Esta declaración
aparece en El espejo sobre el significado de lo medio y lo extremo. En el Ensayo sobre la
protección del país, de Dengyo, se citan fragmentos de esta obra perdida, escrita por
Tokuitsu, sacerdote de la escuela Características del Dharma.
No ha sido identificada la fuente de esta cita. Saicho es otro nombre con que se conoce a
Dengyo.
Kumarajiva aceptó una invitación de Yao Hsing, rey de la dinastía Ch’in posterior, y viajó a la
capital, Ch’ang-an, en 401. Allí, se dedicó a traducir numerosas escrituras budistas del
sánscrito al chino.
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Existe una declaración semejante, en Comentario personal sobre cuestiones referidas al
príncipe Shotoku, obra de Kenshin, sacerdote del templo Horyu-ji que vivió en el siglo XIII.
Jogu es otro nombre con que se conoce al príncipe Shotoku.
Esto alude a la historia del bodhisattva Lamento Perpetuo. Véase, en el Glosario, ―Lamento
Perpetuo‖.
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