La apertura de los ojos [Fuente: Los escritos de Nichiren Daishonin, Alemania, Soka Gakkai, 2008, págs. 231-316.] Parte Uno Hay tres categorías de personas que todos los seres humanos deberían respetar: el soberano, el maestro y los padres. Hay tres clases de doctrinas que todos deberían estudiar: el confucianismo, el brahmanismo y el budismo. El confucianismo describe a los Tres Soberanos, los Cinco Emperadores y los Tres Reyes, a quienes denomina los Honorables de los Cielos. Y presenta a estos hombres como jefes de la función gubernamental y puentes de unión con el pueblo. Antes de que vivieran los Tres Soberanos, los seres humanos, en el mismo nivel de las aves o de las bestias, ni siquiera sabían quiénes eran sus padres. Pero a partir de la época de los Cinco Emperadores, aprendieron a reconocer a sus padres y madres, y a tratarlos de acuerdo con los dictados del amor filial. Así pues, Ch’ung-hua1 prestó servicio reverente a su padre, aun cuando este fue un hombre terco y obcecado. También el gobernador de P’ei2, una vez ungido emperador, siguió respetando profundamente la honorable majestad de su padre. El rey Wu, de la dinastía Chou, talló en madera una estatua de su progenitor, el conde del Oeste,3 y Ting Lan mandó esculpir la imagen de su madre.4 Todos estos hombres son respetados como modelos de amor filial. El supremo ministro Pi Kan, al ver que la dinastía Yin estaba al borde de la destrucción, advirtió con severidad al gobernante, aun cuando ello terminó costándole la cabeza. Hung Yen, al ver que habían asesinado a su amo, el duque Yi, se abrió el vientre e introdujo allí el hígado de su señor, antes de exhalar su último aliento. Estos hombres pueden ser considerados modelos de lealtad. Yin Shou fue maestro del emperador Yao; Wu Ch’eng fue mentor del emperador Shun; T’ai-kung Wang lo fue del rey Wen,5 y Lao Tzu fue maestro de Confucio.6 A todos ellos se los conoce como los Cuatro Venerables. Hasta los Honorables de los Cielos inclinan la cabeza ante ellos en señal de respeto, y toda la población une las palmas de las manos en actitud de reverencia. Venerables como estos nos dejaron más de tres mil volúmenes de escritos, y obras como los Tres registros, los Cinco cánones y las Tres Historias. Pero, en última instancia, ninguno de estos escritos va más allá de los tres misterios. El primero es el misterio del Ser, expuesto por el Duque de Chou y otras figuras. El segundo es el misterio del No Ser, explicado por Lao Tzu. El tercero es el misterio del Ser y el No Ser, establecido por Chiang Tzu. «Misterio» denota oscuridad. Algunos dicen que si uno se pregunta qué había antes de que 1 nacieran nuestros ancestros, verá que la vida nació de la fuerza primordial, mientras que, para otros, la eminencia y la bajeza, la dicha y el pesar, el bien y el mal, el beneficio y la pérdida ocurren, sencillamente, como parte del orden natural. Son teorías construidas con habilidad, pero no logran dar cuenta del pasado ni del futuro. Como hemos visto, en la noción de misterio está implícita la idea de oscuridad o de tinieblas, por la cual es justo emplear la palabra «misterio». Estas teorías sólo tratan las cuestiones desde el punto de vista del presente. Hablando desde la perspectiva del tiempo actual, los confucianos declaran que hay que seguir los principios de la benevolencia y la rectitud,7 y de esa manera procurar la seguridad personal, y la paz y el orden en el Estado. Si uno se aparta de tales principios, aseveran ellos, condena a su familia a la desgracia y provoca la ruina de su clan. Pero, aunque los eruditos y sabios que predicaron esta doctrina sean aclamados como venerables, en lo que concierne a su falta de conocimientos sobre el pasado se asemejan a la gente común que no puede verse la espalda, y por su pobre comprensión del futuro, son como ciegos incapaces de ver lo que tienen por delante. Si, desde el punto de vista del presente, uno procura el orden en su familia, cumple con los dictados del deber filial y practica fielmente las cinco virtudes constantes, entonces logrará que sus allegados lo respeten y que su nombre sea conocido en todo el país. Si la nación es gobernada por un sabio, este lo invitará a uno a prestar servicio como ministro o maestro, o hasta quizá le ceda su propia posición. Incluso el cielo acudirá a brindarle protección y amparo a alguien que actúe de esta forma. Personas así fueron los Cinco Ancianos,8 que se congregaron en torno al rey Wu de la dinastía Chou para cooperar con él, o los veintiocho generales del emperador Kuang-wu de la dinastía Han posterior, a quienes se llegó a comparar con las veintiocho constelaciones del firmamento. Pero como estas personas nada saben acerca del pasado o del futuro, no pueden ser de ayuda a sus padres, a su soberano o a su maestro a la hora de tomar recaudos para sus próximas existencias y, por ende, no pueden saldar la deuda de gratitud que tienen con todos ellos. Así que estas personas no son verdaderos sabios o venerables. Confucio declaró que no había sabios ni venerables en su país, pero sí en la tierra situada al oeste, donde había vivido un venerable llamado «Buda».9 Esto indica que los textos no budistas deberían ser vistos como un primer paso hacia la doctrina budista. Confucio primero enseñó el decoro y la música,10 de tal forma que cuando las escrituras budistas llegaron a la China, nociones como los preceptos, la meditación y la sabiduría11 resultaron más fáciles de comprender. Él enseñó cómo debían ser los gobernantes y ministros ideales, para dejar clara la distinción entre lo superior y lo subordinado; expuso el ideal de la paternidad para que se apreciara la importancia del amor filial, y explicó el ideal del maestro, para que la gente aprendiera a seguir. El gran maestro Miao-lo dice: «La propagación del budismo realmente depende de esto. Primero se establecieron las enseñanzas sobre el decoro y la música, y 2 luego se introdujo el Camino verdadero».12 T’ien-t’ai señala: «En el Sutra de la luz dorada está escrito que ―todas las buenas enseñanzas que existen en el mundo derivan de este sutra. Tener un profundo conocimiento de este mundo es, en sí, el budismo‖».13 En Gran concentración e introspección, leemos: «Yo [el Buda] he enviado a los Tres Venerables14 para que eduquen a la tierra de la China». En Comentario sobre «Gran concentración e introspección», leemos: «El Sutra de la práctica de la Ley pura señala que el bodhisattva Luz de Luna apareció en esa tierra con el nombre de Yen Hui, el bodhisattva Brillante y Puro apareció allí como Confucio, y el bodhisattva Kashyapa apareció como Lao Tzu. Puesto que el sutra habla desde el punto de vista de la India, se refiere a la China como a ―esa tierra‖». En segundo término, llegamos a las enseñanzas no budistas de la India. En el brahmanismo, hay dos deidades: Shiva, de tres ojos y ocho brazos, y Vishnu. Se las venera como el padre afectuoso y la madre compasiva de todos los seres vivos; asimismo, se las llama Honorables de los Cielos y también soberanas. Además, hay tres hombres: Kapila, Uluka y Rishabha,15 conocidos como los tres ascetas. Estos ascetas vivieron unos ochocientos años antes de la época del Buda. Las enseñanzas expuestas por ellos tres se conocen como los cuatro Vedas y suman, en total, unas sesenta mil. Más tarde, en tiempos del Buda, hubo seis maestros no budistas que estudiaron y transmitieron estas escrituras no budistas y actuaron como tutores al servicio de los reyes de las cinco regiones de la India. Sus enseñanzas se dividieron en noventa y cinco, o noventa y seis ramas distintas, y dieron lugar a un sinfín de escuelas. Los estandartes de su orgullo flameaban más altos que los cielos donde no hay pensamiento ni no pensamiento,16 y su rigidez dogmática era más dura que el metal o la piedra. Pero, en su capacidad y profundidad de comprensión, superaban todo lo conocido por el confucianismo. Podían internarse en el pasado y percibir dos, tres o hasta siete existencias a lo largo de ochenta mil kalpas, y sabían lo que sucedería en los ochenta mil kalpas próximos. Como principio fundamental de su doctrina, algunas de estas escuelas enseñaron que las causas producían efectos; otras, que las causas no creaban efectos, y algunas, que las causas generaban efectos en algunos casos, y en otros, no. Estos fueron los principios fundamentales de dichas escuelas no budistas. Los seguidores devotos de las enseñanzas no budistas observan los cinco preceptos y los diez buenos preceptos, practican la meditación aún sujeta a ilusiones; y, como se elevan a los mundos de la forma y de lo informe,17 creen haber logrado el nirvana cuando llegan al más alto de los cielos. Pero, aunque asciendan palmo a palmo como gusanos, caen desde el cielo donde no hay pensamiento ni no pensamiento sólo para descender a los tres malos caminos. Ni uno solo de ellos logra mantenerse en el nivel del cielo, aunque creen que una vez logrado este estado jamás descenderán de él. Cada uno aprueba y practica las doctrinas expuestas por su maestro y las respeta a rajatabla. Así pues, hay quienes se bañan en el Ganges tres veces por día, incluso en el frío invierno, mientras que otros se arrancan los pelos de la cabeza, se arrojan 3 contra las rocas, se exponen al fuego, se queman el cuerpo o se pasean completamente desnudos. Y también están los que creen poder acopiar buena fortuna sacrificando caballos en cantidad, o quienes incendian árboles y pastizales, o se postran ante cada árbol que encuentran. Las enseñanzas erróneas como estas son tantas que contarlas resultaría imposible. Sus adeptos honran y respetan a los maestros que las postularon, así como las deidades celestiales lo hacen ante su señor Shakra, o como los ministros de la Corte se inclinan ante el soberano del Imperio. Pero ni una sola persona de las muchas que siguen estas noventa y cinco clases de enseñanzas no budistas, superiores o inferiores, logra escapar jamás del ciclo de nacimiento y muerte. Los que siguen a los buenos maestros, después de renacer dos o tres veces, vuelven a caer en los malos caminos, mientras que aquellos que siguen a los maestros malos terminan cayendo en los malos caminos en su existencia inmediata. Y, sin embargo, el núcleo de estas enseñanzas no budistas constituye un importante medio de ingreso en el budismo. Algunas de ellas señalan: «Dentro de mil años, el Buda aparecerá en el mundo»,18 mientras que otras indican: «El Buda aparecerá en el mundo dentro de cien años».19 El Sutra del nirvana observa: «Todas las escrituras y los escritos no budistas de la sociedad son, en sí mismos, enseñanzas budistas; no son doctrinas no budistas». Y en el Sutra del loto se lee: «Ante la multitud, parecen estar contaminados por los tres venenos o abrazar ideas distorsionadas. De esa forma, mis discípulos utilizan medios conducentes para salvar a los seres vivos».20 En tercer lugar, llegamos al budismo. Uno debería saber que El Gran Iluminado Honrado por el Mundo es un gran líder de todos los seres vivos, un gran ojo para todos ellos, un gran puente, un gran timonel, un gran campo de buena fortuna. Los Cuatro Venerables y los tres ascetas de las escrituras brahmánicas y confucianas suelen recibir el calificativo de ―venerables‖, pero en realidad son sólo personas comunes que aún no han podido erradicar las tres categorías de ilusiones. Se los llama eruditos, pero en verdad son apenas infantes, incapaces de entender los principios de causa y efecto. Si alguien usara sus enseñanzas como navío, ¿podría cruzar el mar de los sufrimientos del nacimiento y la muerte? Si usara sus doctrinas como puente, ¿podría hallar la salida del laberinto de los seis caminos? Pero el Buda, nuestro gran maestro, ha ido más allá incluso de la transmigración con cambios y avances, para no hablar de la transmigración con diferencias y limitaciones.21 Ha erradicado incluso la raíz de la oscuridad fundamental, para no mencionar las ilusiones del pensamiento y del deseo, que son pequeñas como ramas y hojas. Este Buda, desde el momento en que obtuvo la iluminación a los treinta años, hasta que falleció a los ochenta, expuso sus enseñanzas sagradas durante cinco décadas. Cada palabra, cada frase que dijo fue verdad; no pronunció una sola oración ni una sola estrofa que fuera falsa. Las palabras de los sabios y venerables preservadas en las escrituras y enseñanzas del confucianismo y del brahmanismo, como hemos notado, están libres de error, y las palabras 4 coinciden con el espíritu con que fueron expuestas. Pero ¡cuánto más cierto es esto en el caso del Buda, quien no dijo una sola palabra falsa en incontables kalpas! En comparación con las escrituras y enseñanzas no budistas, las doctrinas que expuso en ese lapso de aproximadamente cincuenta años representan el gran vehículo, las palabras veraces del gran hombre.22 Todo lo que predicó, desde la alborada de su iluminación hasta el ocaso en que ingresó en el nirvana, no es más que la pura verdad. Sin embargo, cuando examinamos las ochenta mil enseñanzas del budismo, expuestas durante casi cincuenta años y registradas en las escrituras, vemos que abarcan varias categorías, como las de Hinayana y Mahayana, sutras provisionales y verdaderos, enseñanzas esotéricas y exotéricas, discursos detallados y generales, palabras verdaderas y falsas, nociones correctas e ideas incorrectas. Pero de todas ellas, sólo el Sutra del loto representa las enseñanzas correctas del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, las palabras veraces de los budas de las tres existencias y de las diez direcciones. El Gran Iluminado Honrado por el Mundo designó un período específico de cuarenta años iniciales o más, y declaró que en los diversos sutras expuestos durante ese período, numerosos como los granos de arena del Ganges, «todavía no había revelado la verdad».23 Designó el Sutra del loto, predicado durante los últimos ocho años, como el sutra en que por fin iba a «revelar la verdad».24 Entonces, el buda Muchos Tesoros se presentó irrumpiendo desde lo profundo de la tierra para testimoniar: «Todo lo que has expuesto [en el Sutra del loto] es la verdad»,25 y los budas que son manifestaciones corpóreas de Shakyamuni se congregaron y extendieron sus largas lenguas hacia el cielo de Brahma para prestar testimonio.26 Estas palabras son claras por demás, perfectamente comprensibles, más brillantes que el sol en un día despejado o que la luna llena a medianoche. ¡Respétenlas y crean en ellas, y abríguenlas en su corazón! El Sutra del loto contiene dos enseñanzas importantes.27 Y las escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos, Características del Dharma y Tres Tratados jamás han oído ni siquiera el nombre de ninguna de las dos. Las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, por otro lado, se han apropiado furtivamente de estas enseñanzas para hacer de ellas el corazón de sus propios principios. La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital se encuentra en un solo lugar, oculta en las profundidades del capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza esencial del Sutra del loto. Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de ella, pero no la revelaron en forma abierta. T’ien-t’ai Chih-che fue el único que la abrazó y la mantuvo presente a cada momento. La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital comienza con el concepto de la posesión mutua de los diez estados. Pero las escuelas Características del Dharma y Tres Tratados sólo hablan de ocho estados e ignoran por completo la totalidad de los diez estados, para no hablar siquiera de su posesión mutua. Las enseñanzas de las escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad y Preceptos derivan de los Sutras 5 Agama. Sólo tienen conocimiento de los seis estados y nada saben sobre los cuatro restantes. Declaran que en las diez direcciones existe un solo buda, y no predican siquiera que pueda haber un buda en cada una de las diez direcciones. Por supuesto, nada dicen sobre el principio de que «todos los seres vivos poseen la naturaleza de Buda por igual».28 Se niegan a reconocer que incluso un ser humano posee la naturaleza de Buda. A pesar de ello, cada tanto uno escucha a miembros de la escuela Preceptos o de la escuela Establecimiento de la Verdad diciendo que hay budas en las diez direcciones o que todos los seres vivos poseen la Budeidad. Esto se debe a que los maestros de estas escuelas que aparecieron después de la muerte del Buda se apropiaron de estas doctrinas del Mahayana y las incorporaron a las enseñanzas de sus propias escuelas. Para dar un ejemplo, en el período anterior a la aparición del budismo, los que postulaban enseñanzas no budistas en la India no estaban tan aferrados a sus propias ideas. Pero, después de la aparición del Buda, habiendo escuchado y observado las enseñanzas budistas, tomaron conciencia de las limitaciones de sus propias doctrinas. Entonces, concibieron la astuta idea de apoderarse de elementos de la enseñanza budista e incorporarlos a sus doctrinas de origen; a raíz de esta actitud erraron aún más que antes. Estos errores se conocen como «apropiación del budismo» y «plagio al budismo».29 Lo mismo ocurrió con las escrituras no budistas en la China. Antes de que el budismo ingresara en el territorio chino, el confucianismo y el taoísmo eran filosofías bastante infantiles e ingenuas. Pero, en la dinastía Han posterior, el budismo hizo irrupción en el país y planteó un reto a las doctrinas existentes. En su debido momento, a medida que el budismo se fue popularizando, ciertos sacerdotes budistas se vieron obligados a regresar a la vida secular porque habían violado los preceptos. Otros eligieron sumarse a las filas de los credos autóctonos. A través de estos hombres, las doctrinas budistas fueron robadas e incorporadas a las enseñanzas confucianas y taoístas. En el quinto volumen de Gran concentración e introspección, leemos: «En esta época, hay muchos monjes diabólicos que violan los preceptos y regresan a la vida laica. Temerosos de ser castigados por sus actos, se pasan a las filas del taoísmo y, con la ambición de acumular fama y riquezas, ensalzan exageradamente las virtudes de Lao Tzu y de Chuang Tzu, usurpan conceptos budistas y creen leerlos en enseñanzas erróneas. Distorsionan lo que es noble y lo encajan por fuerza en un contexto mezquino; destruyen lo excelso y lo arrastran hacia lo más bajo, con el afán de poner ambas cosas en un mismo nivel». El Comentario sobre «Gran concentración e introspección» comenta este mismo pasaje del siguiente modo: «Aunque son monjes, destruyen las enseñanzas del budismo. Algunos violan los preceptos y retornan a la vida secular, como lo hizo Wei Yüan-sung. Entonces, ya como laicos, actúan destruyendo las enseñanzas budistas. Hombres de esta naturaleza roban y usurpan las doctrinas correctas del budismo y se valen de ellas para suplir y 6 reforzar las enseñanzas erróneas. La frase ―distorsionan lo que es noble...‖ significa que, adoptando el enfoque de los taoístas, tratan de poner budismo y taoísmo en un mismo nivel e intentan equiparar lo correcto y lo erróneo, aunque la razón nos diga que esto jamás podría ser así. Habiendo sido seguidores de la enseñanza budista, roban lo correcto y lo utilizan para apuntalar lo incorrecto. Tuercen las ochenta mil nobles enseñanzas de las doce divisiones del canon budista y las meten por la fuerza en el contexto mezquino de los dos capítulos y las cinco mil palabras de Lao Tzu, utilizándolas para interpretar las doctrinas ruines y erradas de ese texto. A esto se le llama ―destruir lo excelso y arrastrarlo hacia lo más bajo‖». Habría que considerar estos comentarios muy atentamente, pues explican el significado de las descripciones anteriores. Y este mismo proceso tuvo lugar en la propia enseñanza budista. El budismo se difundió en la China durante la era Yung-p’ing (58-75 d. C.) de la dinastía Han posterior, y en su momento logró prevalecer sobre las doctrinas confuciana y taoísta. Pero en el seno del budismo comenzaron a surgir diferentes opiniones, que dieron origen a las tres escuelas de la China meridional y las siete escuelas de la China septentrional y fueron proliferando aquí y allá, como crisantemos u orquídeas. En tiempos de las dinastías Ch’en y Sui, sin embargo, el gran maestro Chih-che venció a estas diversas escuelas y restauró en el budismo, nuevamente, su objetivo primordial de salvar a todos los seres vivos. Con posterioridad, desde la India llegaron a la China las enseñanzas de las escuelas Características del Dharma y Palabra Verdadera; y también apareció la escuela Guirnalda de Flores. Entre ellas, Características del Dharma se presentó como acérrima opositora de la escuela T’ien-t’ai, porque sus enseñanzas diferían entre sí tanto como el fuego y el agua. Sin embargo, cuando el maestro del Tripitaka Hsüan-tsang y el gran maestro Tz’u-en examinaron con detenimiento las obras de T’ien-t’ai, llegaron a comprender que las nociones de su propia escuela eran erradas. Aunque jamás repudiaron públicamente la escuela a la que pertenecían, todo parece indicar que, en su fuero interno, adoptaron las enseñanzas de T’ien-t’ai. Desde el comienzo, Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera fueron escuelas provisionales, basadas en sutras provisionales. Pero los maestros del Tripitaka Shan-wu-wei y Chin-kang-chih [quienes introdujeron en la China las enseñanzas esotéricas de la escuela Palabra Verdadera] usurparon las doctrinas de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital e hicieron de ellas el núcleo doctrinal de su propia escuela, añadiéndole la práctica de mudras y de mantras y convenciéndose a sí mismos de que su enseñanza superaba la de T’ien-t’ai. De resultas de ello, los estudiantes del budismo que ignoraban los hechos reales llegaron a creer que la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital se encontraba en el Sutra Mahavairochana que había sido traído de la India. De manera similar, en tiempos en que vivió Ch’eng-kuan, patriarca de la escuela Guirnalda de Flores, la doctrina de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital fue incorporada en forma subrepticia por esta corriente budista y utilizada para interpretar el pasaje del Sutra de la guirnalda de flores que dice: «La mente 7 es como un diestro pintor». Y la gente no llegó a advertir que esto era lo que estaba sucediendo. En el caso del Japón, la escuela Guirnalda de Flores y otras que llegaron a conocerse como las seis escuelas de Nara ingresaron en el país antes que las escuelas T’ien-t’ai (o Tendai) y Palabra Verdadera. Por su parte, Guirnalda de Flores, Tres Tratados y Características del Dharma mantuvieron polémicas y enfrentamientos, tan distintas entre sí como el fuego y el agua. Cuando el gran maestro Dengyo apareció en el Japón, expuso los errores de las seis escuelas y, además, esclareció que Palabra Verdadera había hurtado los principios del Sutra del loto expuestos por T’ien-t’ai para hacer de ellos el núcleo de su propia enseñanza. El gran maestro Dengyo tomó uno por uno los diversos principios propugnados por los líderes de las demás escuelas y, desde el punto de vista exclusivo de los sutras, atacó sus conceptos. Como resultado de este análisis, pudo derrotar a ocho sacerdotes eminentes de las seis escuelas; luego, a doce monjes; después, a catorce, luego, a más de trescientos, como así también al gran maestro Kobo. Pronto, no hubo en todo el Japón una sola persona que no fuese leal a la escuela Tendai, y los grandes templos de Nara, el templo To-ji y los demás diseminados por todas las provincias quedaron subordinados al templo principal de la escuela Tendai en el monte Hiei. El gran maestro Dengyo, además, dejó claro que los fundadores de las otras escuelas de la China, al reconocer la supremacía de las doctrinas de T’ien-t’ai, habían evitado el error de contravenir las enseñanzas correctas del budismo. Sin embargo, tiempo después, las condiciones sociales fueron declinando, y la sabiduría del pueblo se hizo cada vez más superficial. Las personas dejaron de estudiar o de comprender las profundas doctrinas de la escuela Tendai, y las demás corrientes se apegaron cada vez con más firmeza a sus propias ideas prejuiciosas. Con el tiempo, las seis escuelas y la escuela Palabra Verdadera se alzaron para atacar al budismo Tendai. Este, más y más debilitado, no pudo seguir haciendo frente a las otras escuelas. Para colmo de males, comenzaron a surgir nuevas corrientes absurdas, como el Zen y Tierra Pura, que también sumaron sus ataques contra la escuela Tendai, de tal suerte que muchos de sus seguidores laicos se volcaron a practicar estas enseñanzas erróneas. Finalmente, hasta los sacerdotes de la escuela Tendai que el pueblo respetaba como hombres de virtud eminente admitieron la derrota y prestaron apoyo a estas escuelas. Y no sólo el budismo Tendai, sino también las seis escuelas y Palabra Verdadera tuvieron que entregar sus tierras y fincas por la fuerza a estas nuevas escuelas erradas; fue así como las enseñanzas correctas [del Sutra del loto] cayeron en el olvido. A raíz de esto, la Diosa del Sol, la deidad Hachiman, el Rey de la Montaña del monte Hiei y las otras grandes deidades benevolentes que custodian la nación ya no pudieron deleitarse con el sabor de la enseñanza correcta y, de tal forma, se alejaron del país. Cuando su lugar fue ocupado por funciones demoníacas, todos vieron claramente que la nación se hallaba condenada. Y yo aquí, con mi humilde criterio de las cosas, me puse a analizar las diferencias que había entre las enseñanzas expuestas por el buda Shakyamuni 8 durante los primeros cuarenta y tantos años de su vida, y las que enseñó en los últimos ocho. Aunque unas y otras difieren en muchos sentidos, los eruditos contemporáneos –con los cuales coincido— ya se han ocupado de establecer que la diferencia más importante es que el Sutra del loto afirma que las personas de los dos vehículos pueden manifestar la Budeidad, y que el buda Shakyamuni, en realidad, logró la iluminación en un tiempo pasado inconcebiblemente remoto. Cuando examinamos el texto del Sutra del loto, vemos que allí se predice que Shariputra llegará a ser El Que Así Llega Fulgor de Flor; Mahakashyapa llegará a ser El Que Así Llega Brillo de Luz; Subhuti será El Que Así Llega Forma Única y Extraordinaria; Katyayana será El Que Así Llega Luz de Oro Jambunada; Maudgalyayana será el buda Tamalapattra Fragancia de Sándalo; Purna será El Que Así Llega Brillo de la Ley; Ananda será el buda Rey del Poder Ilimitado de la Sabiduría del Mar y de la Montaña; Rahula será El Que Así Llega Posado sobre las Flores de los Siete Tesoros, los quinientos y los setecientos discípulos que escuchan la voz serán Los Que Así Llegan Brillo Universal; los dos mil discípulos que aún tienen cosas por aprender o que ya no tienen nada por aprender serán Los Que Así Llegan Signo de la Joya; las monjas Mahaprajapati y Yashodhara serán La Que Así Llega Contemplada con Agrado por Todos los Seres, y La Que Así Llega Dotada de Mil Veces Diez Mil Marcas Resplandecientes. Por tal razón, si examinamos el Sutra del loto, veremos que todas estas personas son dignas de un grandísimo honor. Pero cuando escrutamos las enseñanzas predicadas antes que el Sutra del loto, lamentamos notar que la situación es muy distinta. El Buda, el Honrado por el Mundo, es un hombre de palabras veraces. Por eso, se lo llama el Venerable y el Gran Hombre. En las escrituras no budistas de la India y de la China, también hay personas llamadas venerables, sabios o ascetas celestiales porque expresan palabras de verdad. Pero como el Buda los supera a todos, a él se lo conoce como el Gran Hombre. Este gran hombre [cuando expuso el Sutra del loto,] dijo: «Esta es la única gran razón por la cual los budas aparecen en el mundo».30 También dijo: «Todavía no he revelado la verdad»;31 «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad»,32 y «Descartando honestamente los medios hábiles [predicaré sólo el Camino insuperable]».33 El buda Muchos Tesoros agregó a las palabras del Buda su propio testimonio, y las manifestaciones corpóreas del Buda extendieron la lengua en señal de asentimiento. ¿Quién, entonces, podría dudar de que Shariputra, en el futuro, llegaría a ser El Que Así Llega Fulgor de Flor, o que Mahakashyapa sería El Que Así Llega Brillo de Luz, o que las demás predicciones formuladas por el Buda habrían de cumplirse sin falta? No obstante, los sutras anteriores al Sutra del loto también representan las palabras veraces del Buda. El Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e 9 Inmenso señala: «Hay sólo dos lugares donde el Árbol del Gran Rey de la Medicina, que es la sabiduría de El Que Así Llega, no crecerá ni dará beneficios al mundo. No crecerá en el vasto vacío que es el profundo hoyo en que caen las personas de los dos vehículos, ni crecerá en las aguas profundamente distorsionadas y colmadas de ansias donde se ahogan los seres inapropiados para la Budeidad, que destruyen sus propias raíces de bondad». Este pasaje puede explicarse del siguiente modo. En las Montañas Nevadas hay un inmenso árbol que posee incalculables raíces. Se lo conoce como el Árbol del Gran Rey de la Medicina, monarca de todos los árboles que crecen en la tierra de Jambudvipa. Mide ciento sesenta y ocho mil yojanas de altura. Todos los demás árboles y plantas de Jambudvipa dependen de las raíces, ramas, flores y frutos de este árbol para poder florecer y fructificar. Por lo tanto, se lo emplea como metáfora de la naturaleza de Buda; y los otros muchos árboles y plantas simbolizan a todos los seres vivos. Pero este gran árbol no puede crecer en un pozo ígneo ni en un círculo acuoso.34 El pozo ígneo es una alegoría que representa la mente de las personas de los dos vehículos, y el círculo acuoso representa la mente de los icchantikas o personas de incredulidad incorregible. La escritura dice que estas dos clases de seres jamás manifestarán la Budeidad. En el Sutra de la gran compilación se lee: «Hay dos clases de personas destinadas a morir y a no renacer, y que, finalmente, jamás podrán comprender o cumplir sus deberes. Una son los que escuchan la voz, y la otra, los que toman conciencia de las causas. Supongamos que alguien cae en un foso profundo. Esa persona no podrá beneficiarse ni brindar beneficios a los demás. Los que escuchan la voz y los que toman conciencia de las causas son personas así. Caen en el foso de la emancipación y no pueden beneficiarse a sí mismos ni a los demás». Los tres mil volúmenes o más que forman la literatura china confuciana y taoísta, en su conjunto, recalcan dos principios: la devoción filial y la lealtad al soberano. Pero la lealtad no es más que una extensión del amor filial. Esta constituye un sentimiento elevado: aunque el cielo es elevado, no supera en altura el ideal del amor filial. Este sentimiento también es profundo: aunque la tierra es honda, su profundidad no supera la de la devoción filial. Los sabios y venerables son producto de esta clase de amor. Por ende, no hace falta decir que las personas que estudian las enseñanzas del budismo también deben [seguir el ideal de la devoción filial y] comprender y cumplir sus deberes. Los discípulos del Buda, en cualquier circunstancia, deben reconocer las cuatro deudas de gratitud35 y saber cómo saldarlas. Además, Shariputra, Mahakashyapa y los demás discípulos de los dos vehículos observaron minuciosamente los doscientos cincuenta preceptos y las tres mil reglas de conducta, dominaron las tres clases de meditación –conocidas como la meditación sobre el sabor, la meditación pura y la meditación libre de ilusiones— y los Sutras Agama, y se liberaron de las ilusiones del pensamiento 10 y del deseo en los tres mundos. Por lo tanto, han de haber sido ejemplares en la comprensión y el cumplimiento de sus deberes. Y sin embargo, el Honrado por el Mundo declaró que eran hombres que no reconocían sus obligaciones. Lo dijo porque cuando un hombre abandona su hogar y se aleja de sus padres para escoger el sacerdocio, siempre debe mantener como objetivo salvar a su padre y a su madre. Pero estos hombres de los dos vehículos, convencidos de haber logrado la emancipación, no hicieron nada por beneficiar a los demás. Y aun cuando hayan hecho algo en bien del prójimo, condujeron a sus padres a un camino por el cual estos jamás llegarían a manifestar la Budeidad. De tal modo, en contra de todo lo que uno esperaría, estas personas pasaron a la historia como hombres que no supieron reconocer sus obligaciones. En el Sutra Vimalakirti leemos: «Vimalakirti una vez más interrogó a Manjushri con estas palabras: ―¿Cuáles son las semillas de la Budeidad?‖. Manjushri replicó: ―Todas las impurezas e ilusiones son las semillas de la Budeidad. Aunque una persona cometa las cinco faltas capitales y se condene al infierno del sufrimiento incesante, así y todo, sigue siendo capaz de albergar el gran deseo de llegar al Camino‖». El mismo sutra también dice: «Buen hombre, voy a darte una metáfora. En las llanuras y en las tierras altas jamás germinarán los tallos y flores del loto azul o del lirio de agua. Pero es en las ciénagas bajas, fangosas y húmedas donde ellos crecerán». También dice: «El que ya ha llegado a ser un arhat y ha logrado el nivel de la verdad que acompaña el estado de los arhats, jamás puede albergar el deseo de entrar en el Camino y manifestar la Budeidad. Es como el hombre que destruye sus cinco órganos sensoriales y, por lo tanto, nunca más puede volver a disfrutar los cinco deleites que aquellos proporcionan». El objeto de este sutra es señalar que los tres venenos conocidos como la codicia, el odio y la estupidez pueden convertirse en la semilla de la Budeidad, y que las cinco faltas capitales, como matar al progenitor, pueden ser las semillas de la Budeidad. Aunque en las altiplanicies pudiesen crecer flores de loto azules, las personas de los dos vehículos jamás lograrían la Budeidad. El texto dice que, cuando se comparan las bondades de las personas de los dos vehículos con los males de la gente común, se ve que los males de estos pueden conducir a la Budeidad, cosa que nunca llega a suceder con el bien de la gente de los dos vehículos. Los diversos sutras del Hinayana censuran el mal y elogian el bien. Pero esta enseñanza, el Sutra Vimalakirti, condena el bien de los practicantes de los dos vehículos y elogia el mal de la gente ordinaria. Casi se diría que no es una escritura budista, sino una enseñanza de alguna escuela no budista. Pero lo cierto es que busca dejar absolutamente claro que las personas de los dos vehículos jamás pueden llegar a ser budas. 11 En el Sutra del dharani correcto e igual se lee: «Manjushri dijo a Shariputra: ―¿Puede un árbol marchito dar nuevos brotes? ¿Puede un río de montaña fluir hacia arriba, en dirección a su fuente? ¿Puede una roca partida volver a unirse y restaurarse sola? ¿Puede una semilla quemada germinar?‖. Shariputra respondió: ―No‖. Manjushri dijo: ―Si tales cosas son imposibles, ¿por qué vienes con el corazón alborozado y me preguntas si entre las predicciones referidas a tu futuro se encuentra la Budeidad?‖». Este pasaje significa que tal como un árbol marchito no vuelve a dar brotes, tal como un arroyo de montaña no puede fluir contra la corriente, tal como una roca partida no puede volver a unirse, tal como una semilla quemada no vuelve a germinar, del mismo modo, las personas de los dos vehículos jamás pueden manifestar el estado de Buda. En su caso, lo que se ha quemado son las semillas de la Budeidad. El Sutra de la sabiduría mayor dice: «Todos vosotros, hijos de dioses, si no habéis concebido aún el deseo de la perfecta iluminación, es hora de que lo hagáis. Si ingresáis aunque sea una vez en el reino de los que escuchan la voz, ya no seréis capaces de concebir este deseo de lograr la iluminación perfecta. ¿Y por qué? Porque estaríais fuera del mundo del nacimiento y la muerte, lo cual, de por sí, sería un obstáculo». Esta cita indica que el Buda36 no está complacido con las personas de los dos vehículos, porque no conciben el deseo de lograr la iluminación perfecta; quienes lo hacen sentir feliz son los seres celestiales que albergan esta aspiración. El Sutra del shuramgama afirma: «Si una persona que ha cometido las cinco faltas capitales llegase a escuchar esta meditación shuramgama y concibiera el deseo de lograr la iluminación perfecta, así y todo sería capaz de lograr la Budeidad. Pero, Honrado por el Mundo, un arhat que ha puesto fin a las ilusiones es como una vasija rota y jamás podrá recibir y practicar esta meditación».37 El Sutra Vimalakirti dice: «Quienes os dan ofrendas no están cultivando ningún campo de buena fortuna. Los que os dan ofrendas caerán en los tres malos caminos». Este pasaje significa que los seres humanos y celestiales que dan ofrendas a monjes venerables como Mahakashyapa y Shariputra sin falta caerán en los tres malos caminos. Uno supondría que esta clase de monjes venerables son como los ojos de los seres humanos y celestiales, y que son líderes de todos los seres vivos, sólo superados por el mismísimo Buda. Debe de haber sido totalmente inesperado que este, una y otra vez, hablara contra hombres así ante las grandes congregaciones de seres humanos y celestiales, como hemos visto que hizo. ¿Acaso trataba de matar con reprimendas a sus propios discípulos? Pero además, utilizó incontables metáforas distintas para expresar su condena a las personas de los dos vehículos: comparando la leche de burra con la de vaca, dijo que eran leche de burra; comparando vasijas de arcilla y de oro, dijo que eran como las de arcilla; comparando la luz de las luciérnagas con la del sol, dijo que eran como la de los insectos. 12 No se refirió a esto con una o dos palabras; no lo hizo un día o dos; no lo hizo un mes o dos; no lo hizo un año o dos, ni en uno o dos sutras, sino durante más de cuarenta años, en sutras incontables, dirigiéndose a inmensas multitudes de incalculables seres humanos, siempre condenando a las personas de los dos vehículos sin una sola palabra atenuante. Así pues, todos pudieron apreciar que su condena era verdadera. Lo supo el cielo y lo supo la tierra. Y lo aprendieron y lo escucharon no sólo una o dos personas, sino cientos, miles y decenas de miles, y también los seres celestiales, las deidades dragonas y los asuras de los tres mundos, y todos los seres humanos y celestiales, las personas de los dos vehículos y los grandes bodhisattvas reunidos en asamblea desde las cinco regiones de la India, los cuatro continentes, los seis cielos del mundo del deseo, los mundos de la forma y de lo informe, y los mundos de las diez direcciones. Y luego, todos estos seres regresaron cada uno a su tierra de origen, para explicar una por una las enseñanzas del buda Shakyamuni del mundo saha a los habitantes de esos lugares, hasta que no quedó una sola criatura en los incontables mundos de las diez direcciones que no comprendiera que Mahakashyapa, Shariputra y el resto de las personas como ellos jamás lograrían manifestar la Budeidad y que no era correcto darles ofrendas o sustento. Y sin embargo, en el Sutra del loto predicado durante los últimos ocho años de su vida, el Buda de pronto se arrepintió, se retractó de su posición anterior y, en cambio, enseñó que las personas de los dos vehículos sí podían lograr la Budeidad. ¿Cómo esperar que le hayan creído los seres humanos y celestiales reunidos en la inmensa asamblea para escucharlo? ¿No habría sido más probable que rechazaran su afirmación y, además, comenzaran a dudar de todos los sutras expuestos en ese período y en épocas anteriores? Posiblemente hayan pensado que, tal vez, todas las enseñanzas expuestas durante los cincuenta años de prédica del Buda en realidad habían sido doctrinas falsas y erróneas. Por cierto, una frase del sutra asegura: «En estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la verdad».38 Así y todo, uno podría pensar que, tal vez, el demonio celestial se había apoderado de la figura del Buda para predicar en esos últimos ocho años el Sutra del loto... Sin embargo, en este mismo sutra, el Buda declara de manera muy específica que sus discípulos de los dos vehículos manifestarán sin falta la Budeidad y revela en qué kalpas y en qué tierras estos habrán de aparecer, con qué nombres se los conocerá y a qué discípulos instruirán. Así pues, todo parece indicar que el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, está aseverando dos cosas distintas. Y esto claramente muestra que está contradiciendo sus propias palabras. Por este motivo, los brahmanistas se burlaron del Buda y lo llamaron el gran embaucador. Pero cuando los seres humanos y celestiales de la gran asamblea empezaban a sentirse abatidos por esta contradicción, apareció Muchos Tesoros El Que Así Llega, morador del Mundo de la Pureza de los Tesoros situado al Este, en una gigantesca torre adornada con siete clases de tesoros, de quinientos yojanas de altura y doscientos cincuenta yojanas de ancho. Los seres humanos y 13 celestiales reunidos en la inmensa asamblea acusaban al buda Shakyamuni de estar contradiciendo sus propias palabras, y aunque este intentaba responder de diversas formas, su incomodidad era considerable al ver que no lograba disipar sus dudas. En ese momento, de las entrañas de la tierra surgió esa Torre de los Tesoros que ascendió en dirección a los cielos. E irrumpió como lo hace la luna llena cuando, en plena noche, asoma por detrás de las montañas orientales. La Torre, con sus siete clases de tesoros, subió al firmamento sin que la tierra la sostuviera y sin que nada la sujetase a la cúpula del cielo: allí quedó, suspendida en el aire, y desde su interior se oyó una voz pura y potente que brindó testimonio. [Como lo describe el Sutra del loto:] «En ese momento, desde la Torre de los Tesoros reverberó una voz sonora que expresó palabras de alabanza: ―¡Qué excelente! ¡Qué excelente, Shakyamuni, Honrado por el Mundo, que puedas tomar la grandiosa sabiduría de la igualdad, la Ley con la cual instruir a los bodhisattvas, conservada y recordada por los budas, el Sutra del loto de la Ley prodigiosa, y que la estés predicando en bien de la gran asamblea! Es como tú dices, como tú dices, Shakyamuni, Honrado por el Mundo, todo lo que has expuesto es la verdad!‖».39 [En otra parte del Sutra del loto se lee:] «En ese momento, el Honrado por el Mundo, en presencia de Manjushri y de otros incalculables cientos, miles, decenas de miles, millones de bodhisattvas y mahasattvas que llevaban muchísimo tiempo viviendo en el mundo saha, así como [...] de seres humanos y no humanos, ante todos ellos, desplegó sus grandiosos poderes sobrenaturales. Extendió su larga y ancha lengua hasta que llegó al cielo de Brahma, y cada uno de sus poros [irradió inconmensurables, ilimitados rayos de luz que alumbraron] todos los mundos de las diez direcciones. Los demás budas, sentados en sus sitiales de león, bajo numerosos árboles alhajados, hicieron lo mismo que él, y extendieron sus largas y anchas lenguas, y emitieron incontables haces de luz».40 Y también dice: «El buda Shakyamuni hizo que regresaran a sus tierras de origen todos los budas que eran manifestaciones corpóreas de su ser y que habían llegado procedentes de las diez direcciones, y dijo: ―[Cada uno de estos budas puede ir donde le plazca.] La Torre del buda Muchos Tesoros también puede retornar a su posición anterior‖».41 En el pasado, cuando el Gran Iluminado Honrado por el Mundo entró en el Camino por primera vez,42 aparecieron budas desde las diez direcciones para alentarlo y aconsejarlo, y muchos grandes bodhisattvas también fueron enviados adonde él se encontraba. Cuando predicó el Sutra de la sabiduría, cubrió con su larga lengua el gran sistema planetario, y mil budas aparecieron en las diez direcciones. Cuando predicó el Sutra de la luz dorada, los cuatro budas43 se presentaron desde las cuatro direcciones, y cuando predicó el Sutra Amida, los budas de las seis direcciones44 cubrieron con sus lenguas el gran sistema planetario. Y cuando predicó el Sutra de la gran compilación, los budas y bodhisattvas de las diez direcciones se congregaron en la Gran Cámara de los Tesoros. 14 Pero cuando comparamos los signos auspiciosos que acompañaron estos sutras con los que marcaron la prédica del Sutra del loto, vemos que son como piedras amarillas comparadas con el oro, como nubes blancas comparadas con blancas montañas, como el hielo comparado con un espejo de plata o como el color negro comparado con el azul: es fácil que alguien tuerto, de vista borrosa, de vista distorsionada o de visión defectuosa los confunda. Ya que el Sutra de la guirnalda de flores fue el primero en predicarse, no había palabras anteriores del Buda que dicho sutra pudiese contradecir; por lo tanto, naturalmente no hizo dudar a nadie. En el caso del Sutra de la gran compilación, el Sutra de la sabiduría mayor, el Sutra de la luz dorada y el Sutra Amida, para poder censurar el ideal de los dos vehículos postulado en los diversos sutras del Hinayana, el Buda tuvo que describir las tierras puras de las diez direcciones; de esa forma inspiró a la gente común y a los bodhisattvas a que depositaran en ellas su aspiración. Esto hizo que las personas de los dos vehículos se sintieran confundidas y enfadadas. Pero, como existen ciertas diferencias entre los sutras del Hinayana y los del Mahayana antes mencionados, vemos que en algunos casos desde las diez direcciones aparecieron budas, y en otros, los que llegaron enviados desde las diez direcciones fueron grandes bodhisattvas; en ciertos casos lo que se dice es que ese sutra en particular había sido expuesto en los mundos de las diez direcciones, o bien que desde las diez direcciones llegaron diversos budas para reunirse en asamblea. En unos casos, se dice que el buda Shakyamuni cubrió con su lengua el gran sistema planetario, y en otros, que los que extendieron la lengua fueron los demás budas. Todas estas aseveraciones tienen como finalidad combatir la noción enseñada en los sutras del Hinayana de que, en los mundos de las diez direcciones, sólo existía un único buda. Pero, en el caso del Sutra del loto, este difiere tanto de los anteriores sutras del Mahayana que Shariputra y los demás discípulos que escuchaban la voz, los grandes bodhisattvas y los diversos seres humanos y celestiales, al oírlo en boca de Shakyamuni, se encontraron pensando: «¿No será este un demonio que finge ser el Buda?».45 Y sin embargo, los hombres de visión borrosa de las escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma, Tres Tratados, Palabra Verdadera y Nembutsu parecen creer que sus propios sutras particulares son exactamente iguales al Sutra del loto. ¡A eso llamo yo, sin duda, visión defectuosa! Cuando el Buda se encontraba aún en este mundo, con toda seguridad hubo personas que descartaron los sutras expuestos durante los primeros cuarenta y tantos años de su vida de prédica, y abrazaron el Sutra del loto. Pero cuando el Buda murió, sin duda fue difícil hallar personas que abrieran y leyeran este sutra, y aceptaran sus enseñanzas. Por empezar, los sutras expuestos antes suman infinidad de palabras, mientras que el Sutra del loto es de limitada extensión. Los sutras anteriores son muchos, pero el Sutra del loto constituye una sola y única obra. Las enseñanzas previas fueron expuestas durante un largo tiempo, mientras que el Sutra del loto sólo se predicó durante ocho años. 15 Y además, como ya hemos visto, al Buda se lo llamó gran embaucador; es difícil que alguien, entonces, dé crédito a sus palabras. Si uno hiciera el gran esfuerzo de creer en lo increíble, acaso podría aceptar los sutras anteriores, pero no el Sutra del loto. Los hombres de la época actual parecen abrazar el Sutra del loto, pero en realidad no creen en él. Y esta es la razón: cuando alguien les asegura que el Sutra del loto es igual al Sutra Mahavairochana, o que es lo mismo que el Sutra de la guirnalda de flores o que el Sutra Amida, esto los deja satisfechos y entonces deciden creer en esa persona. Pero si alguien les dice que el Sutra del loto es completamente distinto de todas las otras enseñanzas, a esa persona no quieren seguir escuchándola; o, si le prestan oídos, no lo hacen pensando que realmente diga la verdad. Nichiren quiere decir lo siguiente. Ya han transcurrido setecientos años desde que el budismo comenzó a difundirse en el Japón. Durante todo ese tiempo, sólo el gran maestro Dengyo comprendió el Sutra del loto de manera cabal, pero nadie está dispuesto a reconocer este hecho que Nichiren ha venido enseñando. Es tal como afirma el Sutra del loto: «Tampoco sería difícil tomar el monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos, hacia las inconmensurables tierras de buda. [...] ¡Pero sí será difícil, indudablemente, predicar este sutra en la época de maldad, cuando el Buda haya entrado en la extinción!».46 Las impactantes declaraciones que estoy formulando concuerdan con el sutra en forma exacta. Pero, como afirma el Sutra del nirvana, predicado para propagar el Sutra del loto, en los tiempos impuros de la última época los que actúen contra la enseñanza correcta serán tantos como las partículas de polvo que integran las tierras de las diez direcciones, mientras que aquellos que practiquen la enseñanza correcta serán tan pocos como los granos de tierra que caben sobre una uña. ¿Qué piensan de esto? ¿Dirían que el pueblo del Japón puede ser apretujado hasta el punto de caber en la superficie de una uña? ¿Dirían que yo, Nichiren, ocupo las diez direcciones? Consideren atentamente esta cuestión. Durante el régimen de un monarca sabio, prevalece lo que concuerda con la razón. Pero cuando gobierna un hombre necio, lo irrazonable pasa a ser lo habitual. En forma análoga, uno debería entender que cuando aparece un venerable en el mundo, se pone de manifiesto el verdadero significado del Sutra del loto. En mis observaciones, he venido contraponiendo los primeros sutras con la enseñanza teórica del Sutra del loto; parecería como si las enseñanzas tempranas estuvieran en posición de prevalecer. Pero si, en verdad, estas se impusieran a la enseñanza teórica, ello significaría que Shariputra y las demás personas de los dos vehículos nunca podrían manifestar la iluminación. ¡Y eso sería, realmente, lamentable! Ahora voy a analizar la segunda enseñanza importante del Sutra del loto.47 El buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, nació en el kalpa de continuación, 16 durante el noveno período de disminución, cuando la longitud de la vida humana ascendía a cien años. Fue nieto del rey Simhahanu e hijo y heredero del rey Shuddhodana. De niño, se lo conoció como el príncipe heredero Siddhartha, o como el bodhisattva Logro de Todas las Metas. A los diecinueve años dejó a su familia, y a los treinta, logró la iluminación. En el sitio donde se iluminó, el Honrado por el Mundo reveló por primera vez la ceremonia del buda Vairochana del Mundo de los Tesoros del Loto, una Tierra de la Recompensa Real, y expuso los diez misterios, las seis formas, la fusión perfecta y recíproca entre todas las cosas, y la sutil y prodigiosa gran enseñanza para lograr de manera inmediata el fruto supremo. En ese momento, los budas de las diez direcciones aparecieron en escena, y todos los bodhisattvas se congregaron como nubes a su alrededor. Dado el lugar donde Shakyamuni predicaba, dada la capacidad de sus interlocutores y la presencia de los budas, y puesto que ese era su primer sermón, ¿había alguna razón por la cual el Buda pudiese haber ocultado o mantenido en reserva la gran doctrina? Por lo tanto, en el Sutra de la guirnalda de flores se afirma: «Desplegó su poder libremente y expuso un sutra de perfección y de plenitud». La obra, compuesta de sesenta volúmenes, es un sutra de perfección y de plenitud en cada trazo y en cada ideograma. Es comparable a una gema dadora de deseos, que, aun siendo una sola joya, equivale a infinidad de gemas. Pues, en efecto, por sí sola puede hacer que lluevan diez mil tesoros, equivalentes a los tesoros prodigados por diez mil joyas. De la misma manera, un solo ideograma del Sutra de la guirnalda de flores equivale a diez mil caracteres. El pasaje que expone la relación de identidad que hay entre «la mente, el Buda y todos los seres vivos» representa el corazón, no sólo de la escuela Guirnalda de Flores, sino también de las escuelas Características del Dharma, Tres Tratados, Palabra Verdadera y Tendai. En un sutra así de excelso, ¿cómo podría haber verdades ocultas a los interlocutores? Y sin embargo, el sutra declara que las personas de los dos vehículos y los icchantikas jamás podrán manifestar la Budeidad. Y aquí está el defecto de la piedra preciosa. Además, en tres lugares, el sutra dice que el buda Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en este mundo. Así pues, oculta el hecho de que el buda Shakyamuni se iluminó realmente en el remoto pasado, tal como se revela en el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto. Por eso, en verdad, el Sutra de la guirnalda de flores es una gema defectuosa, una luna velada por las nubes, un sol en eclipse. ¡Qué cosa en verdad extraña! Las enseñanzas de los períodos Agama, Correcto e Igual, y de la Sabiduría, como el Sutra Mahavairochana, son obras espléndidas en la medida en que han sido expuestas por el Buda. Y sin embargo, ni siquiera tienen punto de comparación con el Sutra de la guirnalda de flores. Por eso, ¿cómo suponer que las doctrinas ocultas incluso en este último sutra puedan estar reveladas en aquellas otras enseñanzas? Así, el Sutra Agama misceláneo dice que el buda Shakyamuni encontró el Camino por primera vez en esa existencia; el Sutra de la gran compilación afirma: «Han transcurrido dieciséis años desde que El Que 17 Así Llega entró en el Camino por primera vez», y el Sutra Vimalakirti señala: «Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol bodhi y, mediante su poder, conquistó al demonio». De la misma manera, el Sutra Mahavairochana describe la iluminación del Buda como algo acaecido «hace mucho tiempo, cuando‖ se sentó ―en el sitio de la meditación», y el Sutra de la sabiduría de los reyes benevolentes lo menciona como un incidente ocurrido en el pasado, «veintinueve años atrás». Difícilmente cause asombro que estos sutras hablen así. Pero hay algo que resulta sorprendente a los ojos y oídos, y es que el Sutra de los infinitos significados también hable de esa manera. En este sutra, el Buda niega las grandes doctrinas, como el concepto del mundo fenoménico creado sólo por la mente –expuesto en el Sutra de la guirnalda de flores—, el concepto de la meditación de la impronta oceánica –establecido en los sutras del período Correcto e Igual—, y el concepto de la no dualidad y la identificación mutua –desarrollado en el Sutra de la sabiduría—, cuando declara: «Todavía no he revelado la verdad». El Sutra de los infinitos significados considera las prácticas enseñadas en los sutras anteriores como desarrollos cuya consumación requiere muchos kalpas. No obstante, el mismo sutra declara: «En el pasado, me senté erguido en el lugar de la meditación durante seis años, bajo el árbol bodhi, y pude adquirir la suprema y perfecta iluminación», usando el mismo tipo de lenguaje que el Sutra de la guirnalda de flores –el primero que predicó Shakyamuni después de iluminarse— cuando menciona que el Buda obtuvo la iluminación por primera vez en este mundo. Por extraño que esto pueda parecer, cabe pensar que, como el Sutra de los infinitos significados fue concebido como introducción al Sutra del loto, deliberadamente se abstiene de mencionar las doctrinas que, luego, serán reveladas en el Sutra del loto. Pero cuando nos centramos en este último sutra, vemos que, en las partes en que el Buda analiza de manera abreviada y extensa la sustitución de los tres vehículos por el vehículo único, dice: «El verdadero aspecto de todos los fenómenos sólo puede ser comprendido y compartido por budas»,48 «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad», y «Descartando honestamente los medios hábiles, [predicaré sólo el Camino insuperable]». Por otro lado, el buda Muchos Tesoros testifica la veracidad de los ocho capítulos49 de la enseñanza teórica, proclamando que todos ellos son auténticos. Así pues, uno supondría que en ellos no hay nada guardado u oculto. Y sin embargo, el Buda oculta el hecho de que adquirió la iluminación incontables kalpas atrás, pues dice: «Al principio, me senté en el lugar de la meditación, y contemplé el árbol y caminé a su alrededor».50 Este, con seguridad, es el hecho más sorprendente de todos. En el capítulo «Irrumpir de la tierra», de pronto apareció una multitud de bodhisattvas nunca vistos hasta ese momento en los cuarenta y tantos años que el Buda llevaba predicando. Y el Buda dijo: «Les enseñé y los convertí, e hice que buscaran el Camino por primera vez». El bodhisattva Maitreya, intrigado por este anuncio, dijo: «[Honrado por el Mundo], cuando El Que Así 18 Llega era príncipe heredero, te marchaste del palacio de los Shakya y te sentaste en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde lograste la iluminación perfecta y suprema. Desde ese entonces, han transcurrido apenas cuarenta años o poco más. Honrado por el Mundo, ¿cómo es posible que en tan corto tiempo hayas llevado a cabo una labor tan grande como buda?». Para disipar esta duda y esta perplejidad, el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, predicó entonces el capítulo «Duración de la vida». Primero, se refirió a la versión de los hechos presentada en los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, diciendo: «En todos los mundos, los seres humanos y celestiales, y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni, tras abandonar el palacio de los Shakya, se sentó en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde logró la iluminación suprema y perfecta». Pero luego, para disipar sus dudas, agregó: «Pero, buenos hombres, han transcurrido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad». Todas las demás enseñanzas, como el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la sabiduría o el Sutra Mahavairochana, además de ocultar que las personas de los dos vehículos realmente pueden manifestar la Budeidad, omiten aclarar que el Buda logró la iluminación hace incontables kalpas. Estos sutras contienen dos defectos. Primero, por enseñar que los diez estados están separados unos de otros, no pasan el nivel de las enseñanzas provisionales ni logran revelar la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, tal como se la expone en la enseñanza teórica del Sutra del loto. En segundo lugar, porque enseñan que el buda Shakyamuni logró la iluminación en este mundo por primera vez, y sólo se refieren a su aspecto provisional, sin revelar lo que destaca la enseñanza esencial: que el Buda se había iluminado incontables kalpas atrás. Estas dos grandes doctrinas representan la esencia de toda la vida de enseñanzas predicadas por el Buda, y son el corazón y la médula de todos los sutras. El capítulo «Medios hábiles», que pertenece a la enseñanza teórica, expone la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital y esclarece que las personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad. De esta forma, elimina uno de los dos errores hallados en los sutras anteriores. Pero, así y todo, conserva el aspecto provisional y no logra revelar el aspecto eterno de la iluminación del Buda. Por tal motivo, la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital permanece sin aclarar, y tampoco se afirma adecuadamente la iluminación de las personas de los dos vehículos. Estas enseñanzas son como el reflejo de la luna sobre las aguas o como las plantas sin raíces que flotan a la deriva sobre el oleaje. Con todo, en la enseñanza esencial del Sutra del loto se desploma la creencia de que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en esa existencia, y caen también los efectos de las cuatro enseñanzas. Cuando se demuelen estos efectos, también caen las causas51 de esas cuatro doctrinas. Así pues, se 19 derrumban la causa y el efecto de los diez estados, tal como aparecían expuestos en los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, y lo que se revela es la causa y el efecto de los diez estados52 según la enseñanza esencial. Esta es la doctrina de la causa original y del efecto original, y revela que los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin comienzo, y que la Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Cuando analizamos la cuestión desde este ángulo, vemos que el buda Vairochana sentado sobre el pedestal de loto de las diez direcciones, descrito en el Sutra de la guirnalda de flores, el pequeño Shakyamuni mencionado en los Sutras Agama53 y los budas provisionales descritos en las enseñanzas del período Correcto e Igual y en el período de la Sabiduría, como el Sutra de la luz dorada, el Sutra Amida y el Sutra Mahavairochana, son sólo reflejos del Buda del capítulo «Duración de la vida». Son como efímeras imágenes de la luna reflejadas en la superficie de las aguas, en estanques grandes y pequeños. Los estudiosos de las diversas corrientes budistas, equivocados sobre [la naturaleza de los budas postulados por] sus propias escuelas y, más fundamentalmente, sin conocer [al Buda de] el capítulo ―Duración de la vida‖ del Sutra del loto, confunden el reflejo con la luna real; algunos de ellos incluso se internan en las aguas y tratan de asirla con las manos, y otros hasta pretenden apresarla con una soga. Como afirma T’ien-t’ai: «Nada saben sobre la luna que hay en el cielo, porque tienen la vista posada en la imagen que refleja el estanque».54 Habiendo ponderado este asunto, opino que aunque el Sutra del loto enseña que las personas de los dos vehículos pueden manifestar la Budeidad, esta noción tiende a ser eclipsada por la afirmación opuesta contenida en las enseñanzas anteriores al Sutra del loto. ¡Y lo mismo sucede, en mucho mayor medida, con la doctrina de que el Buda logró la iluminación en el remoto pasado! Pues, en este caso, no es todo el Sutra del loto lo que contradice los sutras anteriores, sino sólo su enseñanza esencial, que entra en contradicción con las enseñanzas previas y con los primeros catorce capítulos de la enseñanza teórica del Sutra del loto. Además, dentro de los últimos catorce capítulos de la enseñanza esencial, salvo «Irrumpir de la Tierra» y «Duración de la vida», todos los restantes siguen conservando la idea de que el Buda logró la iluminación por primera vez en esa existencia. Los cuarenta volúmenes del Sutra Mahaparinirvana, predicados por el Buda en el bosquecillo de árboles sal justo antes de morir, y también los demás sutras del Mahayana –salvo el Sutra del loto— no contienen una sola palabra [sobre el hecho de que el Buda logró la iluminación en el remoto pasado]. Afirman que el cuerpo del Dharma del Buda no tiene comienzo ni fin, pero no revelan la verdadera naturaleza de los otros dos cuerpos: el de la recompensa y el cuerpo manifiesto.55 Entonces, ¿cómo esperar que las personas descarten el inmenso conjunto de escritos representados por los sutras anteriores del Mahayana, el Sutra del nirvana y gran parte de las enseñanzas teórica y esencial del Sutra del 20 loto, para, en cambio, depositar su fe sólo en los dos capítulos «Irrumpir de la tierra» y «Duración de la vida»? Si examinamos los orígenes de la escuela Características del Dharma, vemos que novecientos años después del fallecimiento del Buda en la India, vivió un gran estudioso conocido como el bodhisattva Asanga. De noche, ascendía a la corte interior del cielo de Tushita, donde se presentaba ante el bodhisattva Maitreya y resolvía sus dudas concernientes a las enseñanzas sagradas predicadas por el Buda durante su existencia. De día, trabajaba para propagar las doctrinas de Características del Dharma en el estado de Ayodhya.56 Entre sus discípulos se contaron muchos estudiosos notables, como Vasubandhu, Dharmapala, Nanda y Shilabhadra.57 El rey Shiladitya, gran soberano, inclinaba la cabeza en reverencia frente a él, y el pueblo de las cinco regiones de la India, habiendo abandonado su arrogancia, se reconocía seguidor de sus enseñanzas. El maestro del Tripitaka Hsüan-tsang, de la China, viajó a la India, donde pasó diecisiete años recorriendo más de ciento treinta estados del país. Rechazó todas las otras enseñanzas del budismo, y sólo llevó de regreso a la China las doctrinas de la escuela Características del Dharma, que obsequió al sabio soberano, el emperador T’ai-tsung. Hsüan-tsang contó entre sus discípulos a hombres como Shen-fang, Chia-shang, P’u-kuang y K’uei-chi. Predicó sus enseñanzas en el templo Ta-tz’u-en-ssu y las propagó en más de trescientos sesenta distritos de la China. En el reinado del emperador Kotoku, trigésimo séptimo emperador del Japón, Doji, Dosho y otros sacerdotes viajaron a la China y estudiaron estas doctrinas. A su regreso, las predicaron en el templo Yamashina-dera.58 De esta forma, la escuela Características del Dharma llegó a ser considerada la corriente budista más prominente de las tres tierras de la India, la China y el Japón. De acuerdo con esta escuela, en todas las enseñanzas del Buda, desde el Sutra de la guirnalda de flores –el primero en predicarse— hasta el Sutra del loto y el Sutra del nirvana –expuestos en último término—, se deja claro que los seres animados sin la naturaleza de la iluminación y los que están destinados a los dos vehículos jamás podrán llegar a ser budas. El Buda, afirman, jamás contradice sus propias palabras. Por lo tanto, si alguna vez declaró que estas personas nunca podrían manifestar la Budeidad, entonces aunque el sol y la luna cayeran sobre la tierra, o aunque la gran tierra volteara sobre sí misma, esa declaración nunca sería alterada. En los sutras anteriores, se decía que los seres animados desprovistos de la naturaleza de la iluminación y los que estaban destinados a los dos vehículos eran incapaces de manifestar la Budeidad. Por ende, aquellos concluyen que ni siquiera el Sutra del loto o el Sutra del nirvana afirman que tales personas puedan lograr el estado de Buda. «Cierren los ojos y consideren la cuestión –tornaron a decir los miembros de la escuela Características del Dharma—. Si, en verdad, en el Sutra del loto y en el Sutra del nirvana se hubiera dicho con claridad que los que no poseían la 21 naturaleza innata de la iluminación y las personas destinadas a los dos vehículos realmente podían lograr la Budeidad, ¿por qué grandes eruditos como Asanga y Vasubandhu, o grandes maestros del Tripitaka como Hsüan-tsang y Tz’u-en no advirtieron ese hecho? ¿Por qué no lo mencionaron en sus propios escritos? ¿Por qué no aceptaron la creencia y la transmitieron a las épocas posteriores? ¿Por qué Asanga no interrogó al bodhisattva Maitreya acerca de este punto? Personas como usted, Nichiren, afirman basar sus palabras en el texto del Sutra del loto, pero en realidad están aceptando las nociones tergiversadas de hombres como T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo, e interpretando el texto del sutra desde la óptica de las enseñanzas de estos últimos. Por eso, ustedes afirman que el Sutra del loto es tan distinto de los sutras anteriores como el fuego lo es del agua». Y también están las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, de un nivel incomparablemente más alto que el de las escuelas Características del Dharma y Tres Tratados. Según estas afirman, la doctrina sobre la iluminación de las personas de los dos vehículos y la doctrina sobre la iluminación del Buda en el remoto pasado no sólo existen en el Sutra del loto, sino también en el Sutra de la guirnalda de flores y en el Sutra Mahavairochana. De acuerdo con estas escuelas, los patriarcas Tu-shun, Chih-yen, Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, y los maestros Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung, de la escuela Palabra Verdadera, fueron mucho más eminentes que T’ien-t’ai o Dengyo. Además, sostienen que las enseñanzas de Shan-wu-wei descienden en línea ininterrumpida de Mahavairochana El Que Así Llega. ¿Cómo podrían estar errados hombres como él, que son manifestaciones del Buda?, se preguntan. Señalan la cita del Sutra de la guirnalda de flores que dice: «Algunas personas perciben que han transcurrido inconmensurables kalpas desde que Shakyamuni ingresó en el Camino del Buda» o el pasaje del Sutra Mahavairochana que dice: «Yo [el buda Mahavairochana] soy la fuente y el comienzo de todas las cosas». ¿Por qué, se preguntan, alguien diría que el capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto es el único que expone la doctrina de que Shakyamuni logró la iluminación hace un tiempo muy lejano? Quienes dicen esto son como sapos en el fondo del estanque, que nunca han visto el ancho mar, o como montañeses que no saben lo que es la capital. «¡La gente como usted sólo contempla el capítulo ―Duración de la vida‖ e ignora todo sobre el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y las demás enseñanzas! –dicen—. ¿Piensa que en la India y en la China, y en Silla y Paekche [Corea], las personas creen que estas dos doctrinas sólo se limitan al Sutra del loto?». Como hemos visto, el Sutra del loto, que fue enseñado durante ocho años, es muy distinto de los demás sutras predicados antes durante más de cuarenta años. Si uno tuviese que escoger entre ambos, con todo derecho debería elegir el Sutra del loto que fue predicado después; y sin embargo, las enseñanzas anteriores en muchos sentidos parecen tener mayor peso. 22 Mientras el Buda aún vivía, ya había razones suficientes para escoger el Sutra del loto. Pero en el tiempo transcurrido desde que murió, los maestros y estudiosos, en muchos casos, mostraron predilección por los sutras anteriores. Por un lado, el Sutra del loto es difícil de creer; por el otro, con la llegada de la última época, los sabios y venerables fueron desapareciendo en la misma medida en que aumentaron las personas dominadas por la ilusión. La gente es proclive a cometer errores incluso en las cuestiones más superficiales y mundanas, ¿cómo entonces no va a equivocarse con respecto a las profundas enseñanzas budistas que conducen a la iluminación? Vatsa y Vaipulya59 fueron inteligentes y perspicaces, pero confundieron los sutras del Hinayana con los del Mahayana. Vimalamitra y Madhava fueron muy sagaces por naturaleza, pero no pudieron diferenciar correctamente las enseñanzas provisionales y la verdadera enseñanza. Estos hombres vivieron durante el período de mil años conocido como Primer Día de la Ley, no lejos de la época en que vivió el Buda, y en su mismo país, la India. Y sin embargo, como hemos visto, se equivocaron. ¡Cómo no esperar que se confundan las personas en la China y el Japón, países que se encuentran lejos de la India y donde se hablan idiomas distintos! En esta época, los seres humanos se han vuelto cada vez más obtusos y el término de su vida se ha ido acortando progresivamente;60 los venenos de la codicia, el odio y la estupidez siguen multiplicándose. Ha pasado mucho tiempo desde la muerte del Buda, y es común que se malinterpreten las escrituras budistas. En esta época, ¿quién posee la sabiduría necesaria para interpretarlas de manera correcta? Así pues, el Buda predijo en el Sutra del nirvana que, en el Último Día de la Ley, los que respeten la enseñanza correcta serán tan pocos como las partículas de tierra que caben sobre una uña, mientras que aquellos que actúen contra ella serán tan numerosos como el polvo de todas las tierras de las diez direcciones. Según un pasaje del Sutra de la declinación de la Ley, los que denigren la enseñanza correcta serán numerosos como los granos de arena del Ganges, pero aquellos que la respeten serán apenas uno o dos guijarros. Aunque pasen quinientos o mil años, será difícil hallar una sola persona que crea en la enseñanza correcta. Los que caigan en los malos caminos a causa de delitos seculares serán, numéricamente, insignificantes como las partículas de polvo que caben en una uña, pero aquellos que caigan en los malos caminos por infringir la Ley budista serán como las partículas de polvo que forman las tierras de las diez direcciones. Y los que caerán en los malos caminos no serán tanto los laicos, como los monjes; ni serán tanto las mujeres laicas, como las monjas. Aquí Nichiren plantea lo siguiente: ya han transcurrido más de doscientos años desde que el mundo ingresó en el Último Día de la Ley. Nací en una tierra lejana, pero, además, soy un plebeyo de clase baja, y un sacerdote de humilde aspecto y formación. Sujeto a nacer una y otra vez en los seis caminos, puede que a 23 veces haya sido un gran gobernante del mundo humano o del mundo celestial, y que haya inclinado a las multitudes según mi voluntad, así como un vendaval doblega las ramas de los árboles pequeños. Y sin embargo, ni siquiera en esas ocasiones pude llegar a ser un buda. Estudié los sutras del Hinayana y el Mahayana, primero como practicante común sin ningún tipo de entendimiento, y luego ascendiendo gradualmente hasta ocupar la posición de un gran bodhisattva. Durante un kalpa, dos kalpas, incontables kalpas, me consagré a las prácticas de bodhisattva, hasta que estuve a punto de alcanzar el nivel del cual no se retrocede. Así y todo, me vi arrastrado por la influencia potente y sobrecogedora del mal, y nunca llegué a manifestar la Budeidad. No sé si formé parte del tercer grupo61 de los que no pudieron aceptar la fe cuando los hijos del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal predicaron el Sutra del loto y, luego, tampoco pudieron lograr la Budeidad en los tiempos del buda Shakyamuni; tampoco sé si, ante la duda, me aparté de las enseñanzas que escuché hace kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios y, por esa razón, debí renacer en esta época. Mientras uno practica las enseñanzas del Sutra del loto, es posible que deba remontar toda clase de dificultades, ocasionadas por las influencias malignas de la vida mundana o por la persecución de los gobernantes, de la gente no budista o de los seguidores de sutras del Hinayana. No obstante, puede que uno se encuentre con personas como Tao-ch’o, Shan-tao o Honen, sacerdotes que han dado la impresión de conocer al dedillo las enseñanzas de los sutras provisionales y del Mahayana verdadero pero que, en realidad, se dejaron poseer por la función demoníaca. Esta clase de hombres parecen elogiar el Sutra del loto enfáticamente, cuando, en realidad, desprecian la capacidad de comprensión de la gente común; alegan que sus principios son muy profundos, mientras que el entendimiento humano es ínfimo.62 Desorientan a los demás diciendo que «ni una sola persona ha logrado jamás la Budeidad» mediante ese sutra, o que «ni una sola persona en mil»63 podría ser salvada por dicha enseñanza. Así pues, a lo largo de incontables existencias, la gente se deja engañar tantas veces como granos de arena hay en el Ganges, hasta que [abandonan la fe en el Sutra del loto y] descienden a las enseñanzas del Mahayana provisional, para luego abandonarlas también y descender a las enseñanzas del Hinayana y, por último, descartar también estas y llegar hasta las enseñanzas y escrituras de las doctrinas no budistas. Entiendo perfectamente de qué manera las personas, por esta vía, se dejaron caer en los malos caminos. Yo, Nichiren, soy la única persona en todo el Japón que lo comprende. Pero si digo una sola palabra al respecto, con toda seguridad seré censurado por mis padres, hermanos y maestros, y el gobernante del país tomará medidas contra mí.64 Por otro lado, sé muy bien que si no digo lo que debo, estaré actuando sin benevolencia. He ponderado qué rumbo tomar en vista de lo que enseñan el Sutra del loto y el Sutra del nirvana. Si callo, tal vez esquive la persecución en esta existencia, pero en mi próxima vida sin falta caeré en el infierno del 24 sufrimiento incesante. Si hablo, tengo plena conciencia de que me espera la lucha contra los tres obstáculos y los cuatro demonios. Pero, de los dos caminos, es seguro que habré de escoger el último. Con todo, si ante la persecución del soberano mi determinación llegara a flaquear, lo mejor sería que directamente no hablara. Mientras pensaba en esta cuestión, recordé las enseñanzas del capítulo «La Torre de los Tesoros» sobre los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles. Las personas como yo, de escasa fortaleza, igual podrían levantar el monte Sumeru y arrojarlo por el aire; las personas como yo, de nulos poderes sobrenaturales, igual podrían cargar un fardo de paja a las espaldas y no quemarse en medio del fuego que estallará a fines del kalpa de declinación;65 las personas como yo, carentes de sabiduría, igual podrían leer y memorizar tantos sutras como los granos de arena que hay en el Ganges. Pero estos actos no son arduos, nos dice el sutra, cuando se los compara con la dificultad de creer en una sola frase o estrofa del Sutra del loto durante el Último Día de la Ley. Así y todo, juré mantener el deseo potente e inquebrantable de salvar a todos los seres, sin jamás flaquear en mis esfuerzos. Ya han transcurrido más de veinte años desde que comencé a proclamar mis doctrinas. Día tras día, mes tras mes, año tras año, me he visto sujeto a persecuciones incesantes. Los trastornos y las hostilidades menores han sido tantos que superan toda cuenta, pero las persecuciones importantes han sido cuatro. De esas cuatro, dos fueron perpetradas por los gobernantes del país. 66 La más reciente casi me ha costado la vida. Y además, mis discípulos, mis seguidores laicos, y hasta aquellos que apenas habían escuchado mis enseñanzas se vieron sometidos a graves castigos, y tratados como si fuesen culpables de traición. En el cuarto volumen del Sutra del loto, leemos: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».67 En el segundo volumen se afirma: «Si esta persona actuara contra un sutra como este, o si al ver a los que leen, recitan, copian y proclaman este sutra, los despreciara, odiara, envidiara o tratara con rencor...».68 Y en el quinto volumen se dice: «[El Sutra del loto] provocará mucha hostilidad en el mundo y será difícil creer en él».69 También señala: «Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros»,70 y «se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia, así como a otros monjes, para calumniarnos y hablar mal de nosotros, y difamarnos así: ―¡Estos son hombres de ideas perversas, que predican doctrinas no budistas!‖». En el mismo volumen también se lee: «Una y otra vez, seremos expulsados»71, y [en el séptimo volumen dice:] «Algunos en el grupo tomaron palos de madera, o piedras y lajas, y lo azotaron y apedrearon».72 El Sutra del nirvana consigna: «En ese momento, hubo incontables personas no budistas que conspiraron y, en grupo, fueron a ver a Ajatashatru, rey de Magadha, a quien le dijeron: ―En este momento hay un hombre de perversidad incomparable, un monje llamado Gautama. [...] Toda clase de malas personas, 25 con la esperanza de recibir beneficios y limosnas, han ido en busca de él y se han convertido en sus seguidores. Estas gentes no practican el bien; en cambio, emplean el poder de la magia y utilizan conjuros para seducir a hombres como Mahakashyapa, Shariputra y Maudgalyayana‖». T’ien-t’ai afirma: «Será mucho peor en el futuro, porque los principios [del Sutra del loto] son muy difíciles de enseñar».73 Miao-lo dice: «―Odio‖ se refiere a aquellos que aún no se han liberado de los impedimentos; ―celos‖ se aplica a los que no pueden sentir placer al escuchar la doctrina».74 Los maestros de las tres escuelas del sur y de las siete escuelas del norte de la China, así como los muchos otros estudiosos de dicho país trataron a T’ien-t’ai con resentimiento y animosidad. Así pues, Tokuitsu expresó: «Veamos, Chih-i, ¿de quién eres discípulo? ¡Con una lengua de menos de diez centímetros, calumnias las enseñanzas predicadas por la larga y ancha lengua del Buda, capaz de cubrirle incluso el rostro!».75 En el Tung-ch’un leemos: «Pregunta: Mientras el Buda vivió en este mundo, hubo muchos que sintieron celos y resentimiento hacia él. Pero en la época posterior a su muerte, cuando alguien predica el sutra [del Loto], ¿por qué son tantos los que se le oponen? Respuesta: Se dice que el buen remedio tiene sabor amargo. Este sutra, que es como un remedio excelente, disipa los apegos a los cinco vehículos y establece el único principio supremo. Amonesta a las personas comunes y censura a los venerables; niega el Mahayana [provisional] y refuta el Hinayana. Habla de los demonios celestiales como si fueran insectos ponzoñosos y llama funciones demoníacas a los no budistas.76 Censura a los que se aferran a las enseñanzas del Hinayana, diciendo que son gente mezquina y empobrecida, y cuestiona el valor de los bodhisattvas diciendo que son principiantes en el saber. Por tal motivo, los demonios celestiales odian escuchar este sutra, los no budistas consideran que ofende sus oídos, las personas de los dos vehículos se muestran azoradas y los bodhisattvas huyen despavoridos. Por eso, todas estas personas tratan de poner impedimentos [al practicante del Sutra del loto]. El Buda no decía sandeces cuando afirmó que abundarían el odio y los celos». La obra Clarificación de los preceptos señala: «Los supervisores sacerdotales [de la capital, Nara] dicen en sus informes al trono: ―Así como en la tierra situada al oeste de la China vivió un brahmán llamado Elocuencia Demoníaca, ahora en esta tierra oriental del Japón hay un monje cabeza rapada que profiere hábiles palabras. Los espíritus malignos, de manera invisible, incitan a estas personas a engañar y confundir al mundo‖. Yo [Dengyo] respondo a estos cargos diciendo: ―Tal como en la dinastía Ch’i de la China tuvimos noticias del arrogante supervisor sacerdotal Hui-kuang, ahora, en nuestro propio país, vemos aparecer a estos seis supervisores.77 ¡Cuán cierto fue [el vaticinio expresado en] el Sutra del loto, advirtiendo que después de su muerte la situación sería muchísimo peor!‖». En Principios sobresalientes del «Sutra del loto» se afirma: «Hablando de la época, [la propagación de la verdadera enseñanza empezará] cuando termine 26 el Día Medio de la Ley y se inicie el Último Día. Con respecto a la tierra, ella comenzará en un lugar situado al este de T’ang y al oeste de Katsu. Y en relación con la gente, se propagará entre personas manchadas por las cinco impurezas, que vivirán en una época de conflictos. El sutra dice: ―Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!‖. Hay buenas razones que fundamentan esta declaración». Cuando a un niño se lo cauteriza con moxa para tratarlo de alguna dolencia, es seguro que reacciona enojándose con su madre; cuando a alguien gravemente enfermo se le administra un buen medicamento, se queja sin falta de su amargo sabor. Las quejas acerca del Sutra del loto son muy parecidas, e incluso ya lo eran durante los tiempos del Buda. ¡Cuánto más acérrima es la oposición después de su muerte, en especial en los días Medio y Último Día de la Ley, y en un país lejano como el Japón! Así como las montañas se depositan sobre montañas, y las olas secundan a las olas, las persecuciones se suceden unas a otras y las críticas se suman a las críticas. Durante el Día Medio de la Ley, un solo hombre, T’ien-t’ai, comprendió y expuso el Sutra del loto y las demás enseñanzas. Las demás autoridades budistas del norte y del sur de la China lo odiaron por esta razón, pero dos venerables monarcas de las dinastías Ch’en y Sui le concedieron audiencias para que pudiera establecer la rectitud de sus ideas debatiendo con sus oponentes. Y con el tiempo, ya no tuvo opositores. A fines del Día Medio de la Ley, un solo hombre, Dengyo, captó la esencia del Sutra del loto y de los demás sutras tal como el Buda los había expuesto. Los siete templos principales de Nara se alzaron contra él, pero dos soberanos sabios, el emperador Kammu y el emperador Saga, se ocuparon personalmente de investigar las ideas de ambas partes, establecieron cuál de las dos era correcta, y a partir de entonces no hubo más problemas. Ahora, han pasado más de doscientos años desde que comenzó el Último Día de la Ley. El Buda predijo que las condiciones serían mucho peores después de su muerte; vemos estos portentos en las peleas y reyertas que se producen en la actualidad porque prevalecen doctrinas irrazonables. Como prueba de que estamos viviendo en una época corrupta, yo no fui citado para mantener un debate doctrinal con mis adversarios, sino enviado al destierro y expuesto al peligro de perder la vida. En lo que respecta a entender el Sutra del loto, sólo tengo una ínfima parte de la capacidad inmensa que tuvieron T’ien-t’ai y Dengyo. Pero en cuanto a mi capacidad de resistir persecuciones y a la magnitud de mi amor compasivo por los demás, creo que T’ien-t’ai y Dengyo me respetarían profundamente. [Como devoto del Sutra del loto] estoy convencido de que las deidades me brindarán su protección, aun cuando no vea la menor señal de que esto ocurra y, por el contrario, sea sometido a escarmientos cada vez más severos. En vista de ello, ¿será que, después de todo, no soy un devoto del Sutra del loto como creía? 27 ¿O será que los dioses celestiales y las deidades benevolentes se han marchado de esta tierra del Japón? Es algo que me deja perplejo... Pero entonces recuerdo la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción», que aparece en el quinto volumen del Sutra del loto.78 Si yo, Nichiren, no hubiera nacido en esta tierra del Japón, las palabras del Honrado por el Mundo referidas a tales persecuciones habrían sido un gran embuste, y los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas habrían sido culpables de la misma falta que cometió Devadatta: mentir y descarriar a los demás. El sutra dice: «Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, con piedras y lajas».79 Miren a su alrededor y vean el mundo en que vivimos: ¿hay algún otro sacerdote, además de Nichiren, que esté siendo insultado y calumniado por causa del Sutra del loto o atacado con palos y espadas? Si no fuera por Nichiren, la profecía expresada en esta estrofa del sutra sería una mentira consumada. En el mismo pasaje se anuncia: «En esa época corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de corazón malvado, aduladores y deshonestos»,80 y «predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales».81 Así que, si no fuera por los sacerdotes de las escuelas Nembutsu, Zen y Preceptos de nuestra época actual, el Honrado por el Mundo sería un gran mentiroso. La frase expresa, además: «En medio de la gran multitud [...], se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia [...] [para calumniarnos y hablar mal de nosotros]». Si los sacerdotes de la época actual no me difamaran ante las autoridades y no hicieran que estas me condenaran al exilio, este pasaje del sutra no se habría cumplido. «Una y otra vez, seremos expulsados», afirma el sutra. Pero si Nichiren no hubiera sido desterrado una y otra vez por causa del Sutra del loto, ¿qué habrían significado las palabras, «una y otra vez»? Ni T’ien-t’ai ni Dengyo pudieron cumplir esta predicción representada por las palabras «una y otra vez», para no hablar del resto de la gente. Pero como yo he nacido a comienzos del Último Día de la Ley, que es la «época de miedo y de maldad» descrita en el sutra, sólo yo he podido vivir tales palabras. Al igual que en otros ejemplos de profecías cumplidas, según se lee en el Sutra de los sucesores del Buda, el Honrado por el Mundo manifestó que cien años después de su muerte aparecería un gobernante llamado Ashoka el Grande. En el Sutra Maya, dijo que seiscientos años después de su muerte, aparecería un hombre conocido como el bodhisattva Nagarjuna al sur de la India. Y en el Sutra de la gran benevolencia, vaticinó que sesenta años después de su muerte, un hombre llamado Madhyantika establecería su base en el palacio del dragón. 28 Todas estas profecías se han cumplido. A decir verdad, si así no hubiera sido, ¿quién creería en las enseñanzas del Buda? Así pues, el Buda decidió el momento [en que debería aparecer el devoto del Sutra del loto] y dijo que sería «una época de miedo y de maldad», «la última época futura», «la última época futura, cuando la Ley estará a punto de perecer» y «el último período de quinientos años», tal como dan cuenta las dos versiones chinas del Sutra del loto: el Sutra del loto de la Ley correcta y el Sutra del loto de la Ley prodigiosa.82 Si en ese período no aparecieran los tres enemigos poderosos predichos en el Sutra del loto, ¿quién creería en las palabras del Buda? De no ser por Nichiren, ¿quién habría cumplido las profecías del Buda referidas al devoto del Sutra del loto? Las tres escuelas de la China meridional y las siete escuelas de la China septentrional, junto con los siete templos principales de Nara, fueron enemigos del Sutra del loto en el Día Medio de la Ley. ¿Acaso los sacerdotes de las escuelas Zen, Preceptos y Nembutsu en la época actual esperan salvarse de esa misma calificación? Con este cuerpo que poseo, he cumplido las predicciones del sutra. Cuanto más me atacan las autoridades del gobierno, mayor es mi deleite. Por ejemplo, hay ciertos bodhisattvas del Hinayana, aún no liberados de la ilusión, que a través de su propio juramento benevolente adoptan un karma negativo. Si ven que su padre y su madre han caído en el infierno y están sufriendo muchísimo, deliberadamente crean el karma apropiado con la esperanza de poder caer también en el infierno y compartir los sufrimientos de sus padres asumiéndolos como propios. Así pues, para estas personas, el sufrimiento es una alegría. Lo mismo ocurre conmigo [con respecto al cumplimiento de las predicciones]. Aunque en este momento tengo que enfrentar pruebas casi imposibles de soportar, me inunda el júbilo de sólo pensar que, en el futuro, podré dejar de nacer en los malos caminos. Y sin embargo, la gente duda de mí y hasta yo me cuestiono a mí mismo. ¿Por qué las deidades no me ayudan? Las funciones celestiales y las demás deidades guardianas han hecho su juramento ante el Buda. Aun cuando el devoto del Sutra del loto fuese simio y no hombre, aquellas deberían tratarlo como devoto y apresurarse a cumplir el juramento expresado ante el Buda. Pero el hecho de que no lo estén haciendo ¿significa que no soy un devoto del Sutra del loto? Dicha duda yace en la raíz de este trabajo que me encuentro escribiendo. Y como es la preocupación más importante de toda mi vida, volveré a plantearla aquí una y otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de intentar responderla. El príncipe Chi-cha, en su fuero interno, había prometido dar al señor de Hsü la valiosa espada real que portaba. Por lo tanto, [cuando supo que el señor de Hsü había fallecido], depositó la espada en su tumba.83 Wang Shou, habiendo bebido el agua de un río, arrojó una moneda de oro al lecho fluvial como paga.84 Hung Yen, al ver que su señor había sido asesinado, se abrió el vientre e introdujo allí el hígado de su amo antes de morir. Fueron, todos, hombres sabios que supieron cómo saldar las deudas de gratitud. ¡Cuánto más lo habrán sido, 29 entonces, grandes venerables como Shariputra y Mahakashyapa, que observaron todos y cada uno de los doscientos cincuenta preceptos y de las tres mil reglas de conducta, y que se separaron de los tres mundos habiendo cercenado las ilusiones del pensamiento y del deseo! Merecerían ser los líderes de Brahma, Shakra y otras deidades celestiales, y los ojos de todos los seres vivientes. Durante los primeros cuarenta y tantos años de prédica del Buda, estos hombres fueron objeto de rechazo y de discriminación, con la advertencia de que nunca podrían manifestar la Budeidad. Pero cuando probaron el remedio de la inmortalidad contenido en el Sutra del loto, fueron como semillas quemadas que germinan, como una roca hecha añicos que vuelve a unirse o como un árbol marchito que vuelve a dar flor y fruto. En el Sutra del loto se reveló que ellos, después de todo, llegarían a manifestar la Budeidad, aunque todavía debiesen pasar por las ocho fases de la existencia de un buda. ¿Cómo, entonces, podrían no hacer nada por saldar la profunda deuda de gratitud que han contraído con el sutra? Pues si no lo hicieran, demostrarían ser inferiores a los sabios que antes he mencionado, y, de hecho, serían simples animales, incapaces de comprender lo que es una deuda de gratitud. La tortuga salvada por Mao Pao no olvidó retribuir la bondad recibida en el pasado.85 El gran pez del estanque K’un-ming, para recompensar al hombre que le había salvado la vida, le obsequió una gema reluciente en mitad de la noche.86 Hasta estas criaturas entendieron cómo saldar una deuda de gratitud. ¿Por qué no lo harían hombres que fueron grandes venerables? El honorable Ananda fue el segundo hijo varón del rey Dronodana; el honorable Rahula fue nieto del rey Shuddhodana. Ambos nacieron en familias muy distinguidas y llegaron a ser arhats. Sin embargo, se afirmó que ninguno de los dos podría manifestar el estado de Buda. Y no obstante, durante los ocho años de asamblea en el Pico del Águila [durante los cuales se predicó el Sutra del loto], se reveló que ellos llegarían a ser budas y que sus nombres serían El Que Así Llega Sabiduría del Mar y de la Montaña [Rey del Poder Ilimitado] y El Que Así Llega Posado sobre las Flores de los Siete Tesoros. Sus familias pudieron haber sido muy distinguidas, y es cierto que ambos fueron grandes venerables, pero de no haber sido por la revelación del Sutra del loto, ¿quién los habría respetado? El rey Chieh de la dinastía Hsia y el rey Chou de la dinastía Yin dirigieron un ejército de diez mil carros de guerra y tuvieron en sus manos la lealtad de todos los habitantes de sus reinos. Pero como gobernaron despóticamente y provocaron la ruina de sus propias dinastías, la gente hoy habla de Chieh y de Chou como los epítomes de la maldad humana.87 Hasta un hombre de humilde condición o un leproso se sentirían ofendidos ante el insulto que supone ser comparado con Chieh o con Chou. Si no hubiese sido por el Sutra del loto, ¿quién habría oído hablar de los mil doscientos discípulos que escucharon la voz88 y de los incontables otros seguidores que escucharon la voz [y pudieron manifestar la Budeidad mediante el sutra, y] quién habría prestado atención a sus voces? Nadie habría leído los 30 sutras budistas compilados por los mil discípulos que escuchaban la voz, 89 ni existirían pinturas o tallas que los representen y que sean objetos de veneración. Si estos arhats hoy son venerados y seguidos, es exclusivamente gracias al poder del Sutra del loto. Si se apartasen del Sutra del loto, serían como peces lejos del agua, como monos sin árboles, como niños sin el pecho materno, como súbditos sin soberano. ¿Cómo podrían, entonces, abandonar al devoto del Sutra del loto? Mediante los sutras anteriores al Sutra del loto, los que escuchaban la voz adquirieron el ojo celestial y el ojo de la sabiduría, además de los ojos físicos. Mediante el Sutra del loto, obtuvieron el ojo del Dharma y el ojo del Buda.90 Su vista puede atravesar cualquiera de los mundos de las diez direcciones. ¿Cómo, entonces, podrían no verme a mí, al devoto del Sutra del loto, aquí en medio del mundo saha? Nunca ocurrirá que me abandonen, mientras yo mantenga la fe en el Sutra del loto y siga actuando como su devoto, aun cuando acaso sea una mala persona y haya dicho una o dos palabras en contra de ellos, aunque haya maldecido o difamado a los que escuchan la voz durante un año o dos, durante un kalpa o dos, durante cien, mil, diez mil o un millón de kalpas, aunque los amenazara con palos o espadas. Un hijo es capaz de maldecir a sus padres, ¿pero acaso estos lo abandonarían por ese motivo? Las crías del búho se comen a la propia madre; sin embargo, ella no las abandona. La bestia conocida como hakei mata a su padre, pero este no hace nada por impedirlo. Si hasta los animales se comportan de este modo, ¿por qué grandes venerables abandonarían al devoto del Sutra del loto? Los cuatro grandes discípulos que escuchaban la voz, en el pasaje que expresa su comprensión, proclamaron: «Ahora, en verdad, hemos llegado a ser discípulos que escuchamos la voz, pues tomaremos la voz del Camino del Buda y haremos que todos la oigan. Ahora hemos llegado a ser verdaderos arhats, pues realmente merecemos recibir ofrendas en cualquier parte, entre seres celestiales y humanos, entre demonios y Brahmas de los diversos mundos. El Honrado por el Mundo, en su gran amor compasivo, se vale de algo extraordinario, con su piedad y bondad nos enseña y convierte, y nos brinda beneficios. ¿Quién podría retribuirle jamás, ni siquiera en incontables millones de kalpas? Aunque le ofrezcamos nuestras manos y pies, inclinemos nuestra cabeza en respetuoso gesto de sumisión y entreguemos toda suerte de ofrendas, ninguno de nosotros podría jamás llegar a retribuirle. Aunque lo alcemos y carguemos sobre nuestras cabezas, aunque lo llevemos en andas sobre los hombros, aunque durante kalpas numerosos como los granos de arena del Ganges lo reverenciemos de todo corazón, aunque vengamos con finos manjares, con incontables ropas alhajadas, con mantas y edredones, con clases diversas de pócimas y remedios, con sándalo ―cabeza de buey‖ y toda clase de gemas exóticas, aunque construyamos torres en su memoria y cubramos el suelo con túnicas tachonadas de joyas, aunque hiciéramos todo esto a guisa de ofrenda, durante kalpas cuantiosos como los granos de arena del Ganges, así y todo, jamás saldaríamos nuestra deuda con él».91 31 En los diversos sutras expuestos durante el período temprano de prédica del Buda –que han sido comparados con los primeros cuatro sabores—, los que escuchaban la voz fueron, muchas veces, descritos en posición de recibir insultos y de sufrir escarnio ante la gran asamblea de seres humanos y celestiales. Así pues, sabemos que los gemidos y llantos del honorable Mahakashyapa resonaron en el gran sistema planetario;92 que la conmoción del honorable Subhuti fue tal que estuvo a punto de marcharse y dejar la escudilla de ofrendas93 que llevaba consigo; que Shariputra escupió la comida que estaba masticando,94 y que Purna fue denostado por ser de los que ponen inmundicias en una vasija preciosa.95 Cuando el Honrado por el Mundo se hallaba en el Parque de los Ciervos, exaltó los Sutras Agama y urgió a sus discípulos a confiar en los doscientos cincuenta preceptos como maestro, elogiando con fervor a quienes lo hacían. Pero, como hemos visto, antes de que pasara mucho tiempo cambió de parecer y tornó a denostar a esos mismos hombres. Entonces –uno tendría que decir—, el Buda fue culpable de hacer dos declaraciones distintas y completamente contradictorias entre sí. Por ejemplo, en una ocasión el Honrado por el Mundo maldijo a Devadatta con estas palabras: «¡Eres un idiota que lame los escupitajos ajenos!». Devadatta sintió como si le hubieran clavado una flecha ponzoñosa en el pecho y, montando en cólera, exclamó: «¡Gautama no es ningún buda! Yo soy hijo mayor del rey Dronodana, hermano mayor del honorable Ananda, y pariente de Gautama. Más allá de todas las maldades que pueda haber cometido, si quiere amonestarme debería hacerlo en privado. Pero denunciar mis faltas públicamente y de manera tan escandalosa, frente a esta gran asamblea de seres humanos y celestiales, ¿es la forma correcta de proceder de alguien que pretende ser un gran hombre o un buda? Ya en el pasado demostró ser mi enemigo cuando me robó la mujer con quien planeaba casarme,96 y ahora, en este encuentro de hoy, vuelve a mostrar que es mi adversario. ¡A partir de este día, lo consideraré mi archienemigo de por vida, en existencia tras existencia, durante todas las eras por venir!».97 Cuando nos detenemos a considerar este asunto, vemos que algunos de los grandes discípulos que escuchaban la voz provenían de familias brahmánicas, no budistas, o bien lideraban diversas órdenes no budistas, y eran hombres que, habiendo convertido a reyes a la enseñanza que predicaban, gozaban de prestigio entre sus seguidores. Otros eran de nobles familias o dueños de grandes fortunas. Pero todos abandonaron sus posiciones de privilegio en la vida, arriaron los estandartes de su orgullo, se despojaron de las ropas que llevaban en su vida civil y se envolvieron el cuerpo en las túnicas bastas y mal teñidas de los monjes budistas. Se desprendieron de sus matamoscas blancos, de sus arcos y flechas, y tomaron como única posesión una escudilla de limosnas; y entonces, ya pordioseros y mendigos, siguieron al Honrado por el Mundo. No tenían morada donde guarecerse de la lluvia y de los vientos, y apenas sustentaban su existencia con algo de comida y se cubrían con escasa 32 vestimenta. Además, todos los habitantes de las cinco regiones y de los cuatro mares de la India eran discípulos o seguidores laicos de enseñanzas no budistas, así que el mismo Buda, en nueve ocasiones, se vio obligado a sufrir grandes penurias. Por ejemplo, Devadatta le arrojó un inmenso peñasco, y el rey Ajatashatru soltó un elefante embriagado directo hacia él. Al no recibir limosnas del rey Agnidatta, el Buda debió alimentarse con forraje para caballos, y en una ciudad practicante del brahmanismo, le ofrecieron un potaje de arroz putrefacto. Además, la hija de un brahmán llamada Chincha se ató una escudilla al vientre y anunció que estaba esperando un hijo de él.98 Como es obvio, los discípulos del Buda también se vieron obligados a sufrir frecuentes penalidades. Así pues, incontables miembros del clan Shakya fueron asesinados por el rey Virudhaka, y diez millones de seguidores del Buda murieron pisoteados por estampidas de elefantes ebrios enviadas a propósito. A la monja Utpalavarna la mató Devadatta; el honorable Kalodayin fue enterrado en excremento de caballo, y el honorable Maudgalyayana murió apaleado por miembros de un grupo brahmánico conocido como Bastón de Bambú.99 Además, los seguidores de los seis maestros no budistas se aliaron para difamar al Buda ante el rey Ajatashatru y el rey Prasenajit, diciendo: «Gautama es el hombre más malvado de toda la tierra de Jambudvipa. Donde él anda, se desatan sin falta las tres calamidades y los siete desastres. Así como los muchos ríos confluyen en el gran mar y como los bosques se apiñan sobre las grandes montañas, así hay multitudes de malas personas que se congregan en torno a Gautama. Por ejemplo, hombres como Mahakashyapa, Shariputra, Maudgalyayana y Subhuti. Todos los que nacen con forma humana deberían dar prioridad al amor filial y al sentimiento de lealtad hacia el soberano. Pero estos hombres han sido tan engañados por Gautama que desdeñan las lecciones aprendidas de sus padres, abandonan a sus familias y, desafiando las órdenes reales, se marchan a vivir a los bosques de montaña. Habría que expulsarlos del país. Justamente, por permitirles quedarse así, el Sol, la Luna y las estrellas manifiestan un comportamiento errático, y muchas cosas extrañas ocurren en la tierra».100 Los que escuchaban la voz no sabían ya de qué manera seguir tolerando esas persecuciones. Pero, como si no bastara con lo que ya estaban padeciendo, [el mismo Buda salió a denostarlos]. Así que seguir al Buda empezó a tornarse algo cada vez más difícil para ellos. De tanto en tanto, tenían que escuchar que él los condenaba reiteradamente frente a multitudes de seres humanos y celestiales; sin saber cómo reaccionar, su confusión era cada vez mayor. Y además de todo esto, tuvieron que vérselas con la mayor de todas las adversidades, revelada en el Sutra Vimalakirti [cuando el Buda se dirigió a los que escuchaban la voz y dijo:] «Quienes os dan ofrendas no están cultivando ningún campo de buena fortuna. Los que os dan ofrendas caerán en los tres malos caminos». Estas palabras fueron pronunciadas cuando el Buda se encontraba en el Jardín de Ambapali.101 Allí, en inmensa muchedumbre se 33 habían congregado Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, los cuatro reyes celestiales y las deidades celestiales de los tres mundos, los dioses terrenales, las deidades dragonas y otros seres, numerosos como los granos de arena del Ganges, para escuchar decir al Buda: «Los seres humanos y celestiales que den ofrendas a Subhuti y a los demás monjes caerán en los tres malos caminos». Después de escuchar tal admonición, ¿qué ser humano o celestial daría limosnas a los discípulos que escuchaban la voz? En realidad, parecía casi como si el Buda con sus palabras tratara adrede de infligir la muerte a los que practicaban los dos vehículos. Seguramente, al ver el comportamiento del Buda, las personas más sensatas de la asamblea tomaron distancia. Así y todo, los que escuchaban la voz pudieron obtener una mínima y magra porción de las ofrendas entregadas al Buda, suficiente para mantenerse con vida. Cuando considero esta cuestión, se me ocurre que, si el Buda hubiese fallecido después de predicar los diversos sutras expuestos durante los primeros cuarenta y tantos años de su enseñanza, y si no hubiera vivido lo suficiente para exponer el Sutra del loto en los ocho años posteriores, ¿quién, entonces, habría dado ofrendas a aquellos honorables? Habrían tenido que vivir en el reino de las entidades hambrientas. Pero, al cabo de cuarenta años de estar predicando sutras diversos, finalmente fue como si irrumpiera el brillante sol primaveral y derritiese la gélida escarcha, o como si un vendaval se llevara las gotas de rocío de infinitas briznas de hierba. Con una sola sentencia, en un instante, el Buda arrasó con todas sus declaraciones anteriores, cuando dijo: «Todavía no he revelado la verdad». Como un fuerte viento que dispersa las oscuras nubes, como la luna llena en el inmenso cielo, como el sol que brilla en el firmamento azul, proclamó: «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad». Con el fulgor del sol o el brillo de la luna, así se reveló en el Sutra del loto que Shariputra llegaría a ser El Que Así Llega Fulgor de Flor y que Mahakashyapa sería El Que Así Llega Brillo de Luz. Gracias al Sutra del loto –fénix de las escrituras y espejo que refleja las enseñanzas—, después de la muerte del Buda los que escuchaban la voz pudieron ser respetados por los seguidores humanos y celestiales del budismo con el mismo respeto deparado al Buda. Si el agua es transparente, sin falta reflejará la luna. Si el viento sopla, sin falta los árboles y la hierba se inclinarán a su paso. Si hay un devoto del Sutra del loto, sin falta los venerables y los que escuchan la voz, acudirán a su lado, aunque deban caminar entre las llamas o atravesar la piedra. Aunque Mahakashyapa estuviera absorto en una profunda meditación, jamás ignoraría las circunstancias.102 ¿Por qué, entonces, no hace nada ante esta situación? Mi perplejidad es absoluta. ¿Acaso no estamos en el último período de quinientos años? ¿Debo pensar que la profecía referida a la amplia propagación del Sutra del loto es un total disparate?103 ¿Entonces Nichiren no es el devoto del Sutra del loto? ¿Entonces los que escuchan la voz están protegiendo a las personas que atacan el Sutra del loto diciendo que es una simple enseñanza escrita y que 34 hacen circular grandes mentiras sobre lo que, para ellos, es una «transmisión especial»?104 ¿Están amparando a los que instan a «descartarlo, cerrarlo, ignorarlo y abandonarlo»105 y proponen cerrar las puertas a la enseñanza del Sutra del loto o desechar sus pergaminos, y provocan la ruina de los templos dedicados a la práctica del sutra? Las diversas deidades celestiales juraron ante el Buda proteger al devoto del Sutra del loto, pero ahora que ven la ferocidad y la magnitud de las persecuciones de esta época impura, ¿acaso han desistido y no piensan venir? El sol y la luna siguen en el firmamento; el monte Sumeru no se ha desplomado. Las mareas oceánicas siguen subiendo y bajando puntualmente, y las cuatro estaciones continúan sucediéndose en su orden habitual. ¿Por qué, entonces, no hay señales de protección para el devoto del Sutra del loto? Nunca mis dudas han sido tan profundas... En los sutras expuestos antes que el Sutra del loto, el Buda aparece prediciendo que, en el futuro, lograrán la Budeidad varios grandes bodhisattvas y seres humanos y celestiales. Pero intentar comprender estas predicciones es como tratar de apresar la luna sobre el agua, como creer que la imagen reflejada es el objeto real: tiene la misma forma y el mismo color; lo que no tiene es su realidad. De la misma manera, el Buda parecería estar haciendo gala de una profunda consideración hacia tales predicciones; sólo que, en realidad, la cortesía es mínima. Cuando el Honrado por el Mundo manifestó por primera vez la iluminación, aun antes de empezar a predicar, más de sesenta grandes bodhisattvas –como Sabiduría del Dharma, Bosque de Méritos, Estandarte de Diamante y Acervo de Diamantes— llegaron desde muchas tierras de buda en las diez direcciones y se presentaron ante el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Allí, a pedido de los bodhisattvas Jefe Sabio, Luna de Liberación y otros, predicaron las doctrinas de los diez niveles de seguridad, los diez niveles de la práctica, los diez niveles de devoción y los diez niveles de desarrollo, entre otros. 106 Las doctrinas postuladas por estos grandes bodhisattvas no fueron las que aprendieron del buda Shakyamuni. En ese momento, Brahma y otras deidades de los mundos de las diez direcciones se congregaron y predicaron diversas enseñanzas, pero no las que habían aprendido de Shakyamuni. Estos grandes bodhisattvas, deidades, dragones y otros seres que aparecieron en la asamblea descrita en el Sutra de la guirnalda de flores habían vivido en una «emancipación inconcebible»107 desde antes de que el buda Shakyamuni comenzara a predicar. Tal vez hayan sido discípulos de Shakyamuni antes, cuando este llevó a cabo sus prácticas de bodhisattva en existencias anteriores, o quizá lo hayan sido de budas precedentes, en los mundos de las diez direcciones. Sea como fuere, lo cierto es que no habían sido discípulos del Shakyamuni que logró la iluminación por primera vez en esa existencia [en la India] y que expuso toda una vida de enseñanzas. El Buda incorporó discípulos sólo cuando estableció las cuatro enseñanzas, en los períodos Agama, Correcto e Igual, y de la Sabiduría. Y aunque estas fueron doctrinas predicadas por el Buda en persona, ninguna de ellas llegó a expresar 35 la verdadera intención del Buda. ¿Por qué digo todo esto? Porque las enseñanzas específica y perfecta, tal como figuran en los sutras del período Correcto e Igual y del período de la Sabiduría, no difieren en significado de las enseñanzas específica y perfecta que aparecen en el Sutra de la guirnalda de flores. Las enseñanzas específica y perfecta de este sutra no son las enseñanzas específica y perfecta del buda Shakyamuni; son las enseñanzas específica y perfecta de Sabiduría del Dharma y de los demás grandes bodhisattvas antes mencionados. Estos, a los ojos de la gente, dan la impresión de haber sido discípulos del buda Shakyamuni, pero, en rigor de verdad, sería más correcto decir que fueron sus maestros. El Honrado por el Mundo escuchó la prédica de estos bodhisattvas y, luego de adquirir sabiduría y comprensión, procedió a establecer las enseñanzas específica y perfecta de los sutras del período Correcto e Igual, y del período de la Sabiduría. Pero, en esencia, ninguna de estas difiere de las enseñanzas específica y perfecta del Sutra de la guirnalda de flores. Sabemos, por lo tanto, que estos grandes bodhisattvas fueron maestros de Shakyamuni. Se los menciona en el Sutra de la guirnalda de flores, en donde se los llama «buenos amigos». Cuando dice que alguien es su «buen amigo», está diciendo que no se trata de su maestro ni de su discípulo. La enseñanza conocida como Tripitaka y la enseñanza de conexión son derivaciones de las enseñanzas específica y perfecta. Cualquiera que comprenda estas últimas invariablemente entenderá también la enseñanza del Tripitaka y la de conexión. Maestro es alguien que enseña a sus discípulos cosas que estos antes ignoraban. Por ejemplo, en las épocas anteriores al Buda, los seres celestiales y humanos, y los seguidores del brahmanismo habían sido discípulos de las dos deidades108 y de los tres ascetas. Aunque sus doctrinas se ramificaron para dar origen a noventa y cinco escuelas diferentes, estas no superaron nunca el nivel conceptual de los tres ascetas. Shakyamuni, señor de las enseñanzas, también estudió tales doctrinas y, durante un tiempo, fue discípulo de los maestros brahmánicos. Pero, tras pasar doce años realizando diversas prácticas arduas y cómodas,109 llegó a comprender los principios del sufrimiento, el vacío, la transitoriedad y el no yo. Por ende, dejó de considerarse discípulo de las enseñanzas brahmánicas y, en cambio, se proclamó dueño de una sabiduría que no había sido adquirida de ningún maestro. Así pues, con el tiempo, los seres humanos y celestiales llegaron a considerarlo un gran maestro. De tal forma, es evidente que durante el período de prédica de los cuatro primeros sabores, Shakyamuni, señor de las enseñanzas, fue discípulo de Sabiduría del Dharma y de otros grandes bodhisattvas. Del mismo modo, fue el noveno discípulo del bodhisattva Manjushri.110 Por esta misma razón, el Buda, en los primeros sutras, reiteradamente declara: «Nunca prediqué una sola palabra». Cuando el buda Shakyamuni tenía setenta y dos años, estando en el Pico del Águila, en el reino de Magadha, predicó el Sutra de los infinitos significados. En ese momento, negó todos los sutras expuestos durante los más de cuarenta 36 años transcurridos hasta entonces, y negó también todas las enseñanzas parciales derivadas de dichos sutras diciendo: «En estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la verdad». En ese momento, los grandes bodhisattvas y los diversos seres humanos y celestiales se apresuraron a implorar al Buda que revelara la doctrina verdadera. De hecho, en el Sutra de los infinitos significados hizo una única declaración que pareció sugerir la doctrina verdadera, 111 pero no la desarrolló. Fue como el instante en que la luna se dispone a asomar: sigue oculta tras las colinas del Levante, y aunque su resplandor empieza a aclarar las montañas del Poniente, los hombres no alcanzamos a ver todavía su silueta. En el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto, en la parte que revela de manera concisa la sustitución de los tres vehículos por el vehículo único, el Buda explicó brevemente el concepto de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, la doctrina que había tenido en mente con miras a la revelación final. Pero como era la primera vez que tocaba ese tópico, sólo fue comprendido de manera difusa, como la primera nota que canta el cuclillo y que la persona aún dormida apenas escucha a la distancia, o como la luna que aparece sobre el borde de las montañas, aún velada por un manto de finas nubes. Shariputra y los otros, atónitos, convocaron a los seres celestiales, deidades dragonas grandes bodhisattvas y, suplicando ser instruidos, manifestaron: «Los seres celestiales, dragones, funciones y otras criaturas, numerosas como los granos de arena del Ganges, los bodhisattvas ávidos de llegar a ser budas, que, en número de ochenta mil, sumaban una nutrida fuerza, y los reyes que hacen girar la rueda, provenientes de diez mil millones de tierras, todos juntan las palmas de sus manos y, con reverente actitud, ansían escuchar la enseñanza perfectamente dotada».112 El pasaje indica que ellos pidieron escuchar una doctrina nunca antes conocida en los más de cuarenta años transcurridos hasta entonces; una doctrina diferente de los cuatro sabores y de las tres enseñanzas. Con respecto a la parte que dice «ansían escuchar la enseñanza perfectamente dotada», hay que reparar en algo que comenta el Sutra del nirvana: «Sad113 indica lo perfectamente dotado». En Profundo significado de los cuatro tratados del Mahayana se explica: «Sad denota ―seis‖. En la India, el número seis implica lo perfectamente dotado». En su comentario, Chi-tsang escribe: «Sad se traduce como ―perfectamente dotado‖».114 En el octavo volumen de su Profundo significado del «Sutra del loto», T’ien-t’ai observa: «Sad es una palabra sánscrita que se traduce como myo o ―prodigioso‖». El bodhisattva Nagarjuna, en el corazón de su Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de mil volúmenes, comenta: «Sad significa ―seis‖». En el linaje del Buda, Nagarjuna fue el decimotercer sucesor, y fundador de escuelas como Palabra Verdadera, Guirnalda de Flores y otras; también un gran venerable del primer nivel de desarrollo, cuya verdadera identidad correspondió a la de El Que Así Llega Rey de la Libertad como las Nubes del Dharma. 37 Los ideogramas Myoho-renge-kyo son chinos. En la India, al Sutra del loto se lo denomina Saddharma-pundarika-sutra. El siguiente es el mantra referido a la esencia del Sutra del loto, compuesto por el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei: namah samanta-buddhanam om a a am ah sarva-buddha-jna-sakshebhyah gagana-sambhavalakshani saddharma-pundarika-sutra jah hum bam hoh vajrarakshaman hum svaha ¡Alabados sean todos los budas! ¡Y Los Que Así Llegan con sus tres cuerpos! Abre la puerta a la sabiduría y la visión de todos los budas, muéstramelas, haz que tome conciencia de ellas y que en ellas penetre, ¡tú, que eres como el espacio y que te has liberado de la forma! ¡Ah, Sutra del loto blanco de la Ley correcta! ¡Haz que entre en ti, que, dentro de ti, pueda estar en todas partes, que en ti habite y que en ti me deleite. ¡Ah, Adamantino Protector! ¡Ah, sutra vacío, libre de aspectos y libre de deseos!115 Este mantra, que expresa el corazón del Sutra del loto, fue hallado en una torre de hierro, al sur de la India.116 En este mantra, saddharma significa «Ley correcta». Sad significa «correcto», y «correcto» equivale a myo [prodigioso]; myo equivale a correcto. Por eso, hablamos del Sutra del loto de la Ley correcta y del Sutra del loto de la Ley prodigiosa. Y cuando los dos ideogramas namu se anteponen a Myoho-renge-kyo, o Sutra del loto de la Ley prodigiosa, obtenemos la fórmula Nam-myoho-renge-kyo.117 Myo se refiere a lo perfectamente dotado. «Seis» alude a los seis paramitas, que representan la totalidad de las diez mil prácticas. Cuando la gente pide escuchar la enseñanza sobre lo perfectamente dotado, está preguntando cómo puede adquirir esa naturaleza perfectamente dotada de los seis paramitas y de las diez mil prácticas de los bodhisattvas. En la frase «perfectamente dotado», lo dotado se refiere a la posesión mutua de los diez estados, mientras que lo perfecto significa que cualquiera de los estados contiene a los demás, porque existe la posesión mutua de los diez estados, y esto, en sí, es «perfecto». El Sutra del loto es una sola obra, que consta de ocho volúmenes, veintiocho capítulos y 69.384 ideogramas. Todos y cada uno de ellos está dotado del ideograma myo, cada uno es un buda que posee los treinta y dos rasgos, y las ochenta características. Cada uno de los diez estados manifiesta su propia Budeidad. Como escribe Miao-lo: «Ya que hasta la Budeidad se encuentra en todos los seres vivos, por supuesto que los demás estados también están presentes».118 El Buda respondió a la petición de sus interlocutores diciendo que «los budas, los Honrados por el Mundo, desean abrir el portal de la sabiduría de Buda a todos los seres vivos».119 El término «todos los seres vivos», en este caso, se 38 refiere a Shariputra y también a los icchantikas, las personas de incredulidad incorregible. Además, se aplica a los nueve estados. Así pues, el Buda cumplió sus palabras: «Los seres vivos son innumerables. Yo quiero salvarlos a todos»,120 cuando declara: «Al principio, formulé un juramento, con la esperanza de hacer que todas las personas fuesen iguales a mí, sin que hubiese distinción alguna entre nosotros, y lo que ansiaba desde hacía tanto tiempo ahora se ha cumplido». Todos los grandes bodhisattvas, seres celestiales y demás criaturas, cuando terminaron de escuchar la doctrina del Buda y la comprendieron, dijeron: «Desde el pasado, muchas veces escuchamos predicar al Honrado por el Mundo, pero nunca antes habíamos escuchado esta Ley profunda, prodigiosa y superior».121 El gran maestro Dengyo comenta: «―Desde el pasado, muchas veces escuchamos predicar al Honrado por el Mundo‖ se refiere al hecho de que lo habían oído predicar las grandes doctrinas del Sutra de la guirnalda de flores y de otros sutras, en las épocas anteriores a la prédica del Sutra del loto. ―Nunca antes habíamos escuchado esta Ley profunda, prodigiosa y superior‖ significa que nunca habían oído la enseñanza del vehículo único de la Budeidad, postulada en el Sutra del loto».122 O sea, entendieron que ninguno de los sutras anteriores del Mahayana, numerosos como los granos de arena del Ganges, entre los cuales se cuentan las enseñanzas de los períodos Guirnalda de Flores, Correcto e Igual, y de la Sabiduría –como el Sutra de los profundos secretos y el Sutra Mahavairochana— había esclarecido jamás el gran principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, núcleo de todas las enseñanzas expuestas por el Buda a lo largo de su vida. Y entendieron que tampoco habían aclarado la médula y la raíz de tales enseñanzas: la doctrina de que las personas de los dos vehículos podían manifestar la Budeidad, y la doctrina de que el Buda había obtenido la iluminación en el remoto pasado. Parte Dos A partir de este momento, los grandes bodhisattvas, así como Brahma, Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales pasaron a ser discípulos del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Entonces, en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, el Buda trata a estos grandes bodhisattvas como a discípulos suyos, y los reconviene e instruye con estos términos: «Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie su juramento!». De esta forma solemne se dirigió a ellos. Y entonces, para los grandes bodhisattvas, fue «como si un gran vendaval sacudiera las ramas de los arbustos».123 Y se vieron atraídos al Buda, así como 39 la hierba del kusha124 se inclina bajo el fuerte viento o como los ríos y arroyos son atraídos hacia el gran océano. Pero hacía relativamente poco tiempo que el Buda había comenzado a predicar el Sutra del loto en el Pico del Águila, y las cosas que decía resultaban irreales o fantasiosas a aquellos que lo escuchaban. La Torre de los Tesoros había aparecido, en principio, para confirmar la rectitud de la enseñanza teórica contenida en la primera mitad del Sutra del loto; después de eso, la Torre abrió el camino para que el Buda, en la segunda mitad, expusiera la enseñanza esencial. Los budas de las diez direcciones se congregaron en asamblea, y el buda Shakyamuni anunció que todos ellos eran manifestaciones corpóreas de sí mismo. La Torre de los Tesoros permaneció suspendida en el aire, y los budas Shakyamuni y Muchos Tesoros se sentaron en ella, uno al lado del otro, como si el sol y la luna hubiesen aparecido juntos en el firmamento azul. La gran asamblea de seres humanos y celestiales se concentró en el cielo como una constelación, y los budas que eran manifestaciones corpóreas del buda Shakyamuni permanecieron sobre la tierra, sentados en sus sitiales de león, bajo árboles tachonados de joyas. En el Mundo de los Tesoros del Loto, descrito en el Sutra de la guirnalda de flores, todos los budas, con sus cuerpos de la recompensa, habitan en tierras separadas. Los budas de otros mundos no vienen a este mundo ni se denominan manifestaciones corpóreas [como sucedió en el Sutra del loto]; tampoco los budas de este mundo se dirigen a otros. Sólo van y vienen Sabiduría del Dharma y los otros grandes bodhisattvas. En lo que respecta a los nueve honorables sobre lotos de ocho pétalos, y a los treinta y siete honorables125 descritos, respectivamente, en el Sutra Mahavairochana y en el Sutra de la corona de diamantes, aunque parezcan ser cuerpos de la transformación de El Que Así Llega Mahavairochana, en realidad no son budas iluminados desde el remoto pasado ni dotados de los tres cuerpos. Los mil budas descritos en el Sutra de la sabiduría mayor y los budas de las seis direcciones representados en el Sutra Amida jamás se reunieron en este mundo [como lo hicieron las manifestaciones corpóreas del Buda en el Sutra del loto]. Los budas que se dieron cita cuando se predicó el Sutra de la gran compilación no eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. Los cuatro budas de las cuatro direcciones representados en el Sutra de la luz dorada son cuerpos de la transformación del buda Shakyamuni. Así pues, en los diversos sutras, salvo en el Sutra del loto, Shakyamuni no congrega a budas que llevan a cabo diversas austeridades y prácticas, y que poseen los tres cuerpos, ni tampoco los identifica como sus manifestaciones corpóreas. [Sólo lo hace en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto.] Entonces, este capítulo fue concebido como introducción al capítulo «Duración de la vida», que vendría después. Hasta ese momento, todos pensaban que Shakyamuni había logrado la iluminación en esa existencia por 40 primera vez unos cuarenta años antes, pero entonces este manda llamar a budas que estaban iluminados desde hacía uno o, incluso, diez kalpas, y declara que ellos son manifestaciones corpóreas de sí mismo. Esto es algo muy distinto de la prédica habitual del Buda sobre la igualdad de todos los budas [en sus cuerpos del Dharma] y, de hecho, causa gran asombro. Si Shakyamuni había alcanzado la iluminación por primera vez hacía sólo cuarenta años, no era posible que tantos seres de las diez direcciones hubiesen sido instruidos por él. Y aunque tuviese el privilegio de contar con todas esas manifestaciones corpóreas, ¿dónde estaba el beneficio de enseñárselas a sus interlocutores? T’ien-t’ai, al describir lo que pasaba por la mente azorada de la asamblea, afirma: «Fue evidente para ellos que el buda Shakyamuni poseía numerosas manifestaciones corpóreas. Por ende, entendieron que este debía de haber logrado la iluminación en un pasado muy remoto».126 Además, desde las profundidades de la tierra irrumpieron grandes bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de mil mundos. Y ni siquiera podían compararse con ellos bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, a quienes se consideraba los discípulos más prominentes de Shakyamuni. Comparados con estos bodhisattvas recién llegados, que aparecían entre ellos como una multitud de Shakras, los grandes bodhisattvas presentes en las asambleas descritas en los sutras de los períodos Guirnalda de Flores, Correcto e Igual y de la Sabiduría, o los que se mencionan en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, o Vajrasattva y el resto de los dieciséis grandes bodhisattvas del Sutra Mahavairochana [y del Sutra de la corona de diamantes], parecían una horda de monos o de simios. Fue como si los grandes ministros de la corte se hubieran mezclado con humildes montañeses. Hasta Maitreya, que iba a ser el próximo buda después de Shakyamuni, se quedó estupefacto ante ellos, por no hablar de los personajes menos importantes que había en la asamblea. Entre estos grandes bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de mil mundos, había cuatro grandes venerables llamados Prácticas Superiores, Prácticas Ilimitadas, Prácticas Puras y Prácticas Consolidadas. En presencia de estos cuatro, los demás bodhisattvas suspendidos en el aire o sentados sobre el Pico del Águila no podían soportar el peso de su mirada o vislumbrar siquiera la magnitud de su dignidad. Hasta los cuatro bodhisattvas del Sutra de la guirnalda de flores,127 los cuatro bodhisattvas del Sutra Mahavairochana128 o los dieciséis grandes bodhisattvas del Sutra de la corona de diamantes,129 en presencia de estos cuatro, parecían hombres cegados tratando de contemplar el sol o humildes pescadores presentándose en audiencia ante el Emperador. Estos cuatro eran como T’ai-kung Wang y los otros –conocidos como los Cuatro Venerables de la antigua China—130 que brillaban ante la multitud. Y eran como los cuatro ancianos eremitas131 del monte Shang, que asistieron al emperador Hui: seres solemnes y dignos, de gran y noble estatura. Además de Shakyamuni, también Muchos Tesoros y las manifestaciones corpóreas de Shakyamuni, provenientes de las diez direcciones, eran merecedores de la confianza de todos los seres, que podían considerarlos sus buenos amigos. 41 Entonces, el bodhisattva Maitreya empezó a considerar la cuestión que tenía en mente. Se dijo: «Desde que el buda Shakyamuni era príncipe heredero, y durante los cuarenta y dos años transcurridos desde que logró la iluminación a los treinta, hasta el tiempo de esta asamblea en el Pico del Águila, he conocido a todos los bodhisattvas de este mundo, y a todos los grandes bodhisattvas que vinieron de los mundos de las diez direcciones para participar en las diversas asambleas. Por otro lado, he visitado las tierras puras e impuras de las diez direcciones, a veces como emisario del Buda; otras, por mi propia iniciativa, y he entablado relación con todos los grandes bodhisattvas de dichos mundos. Pero estos grandes bodhisattvas que irrumpieron de la tierra, ¿a qué clase de buda han tenido por maestro? ¡Con seguridad, ha de ser un buda incomparablemente superior a Shakyamuni, a Muchos Tesoros y a las manifestaciones corpóreas del Buda provenientes de las diez direcciones! Por la intensidad de la lluvia uno puede inferir la grandeza del dragón que la ha provocado; por el tamaño de la flor de loto, uno puede calcular la profundidad del estanque donde ha crecido. Ahora pues, ¿de qué tierra han venido estos grandes bodhisattvas, a qué buda siguen y qué grandiosa enseñanza han practicado?». Así cavilaba el bodhisattva Maitreya, mudo de perplejidad. Pero, tal vez gracias al poder del Buda, finalmente pudo dar voz a sus dudas y decir: «Bodhisattvas incontables, de a mil, diez mil y millones, en hueste tan grande, jamás se vio en el pasado. [...] Esta hueste de bodhisattvas de inmensa dignidad, virtud y diligencia ¿de quién escuchó predicar la Ley? ¿Quién les enseñó y los convirtió, y los hizo llegar a ser así? ¿Bajo la guía de quién abrigaron por primera vez el deseo de lograr la iluminación? ¿Y la Ley de qué buda elogian y proclaman? [...] Honrado por el Mundo, ¡nunca he visto nada igual desde los tiempos pretéritos! Te suplico me digas de dónde vienen, y cuál es el nombre de su tierra. Constantemente he estado viajando de un lugar a otro, pero ¡nunca he visto algo semejante! En toda esta multitud, no hay una sola persona que conozca. De un instante para el otro, han surgido de las profundidades de la tierra... ¡Te ruego me expliques la causa!».132 T’ien-t’ai comenta [repitiendo con otras palabras lo dicho por Maitreya]: «Desde el momento en que el Buda se iluminó, en el sitio de su meditación, hasta la asamblea actual, han llegado sin cesar grandes bodhisattvas desde los mundos de las diez direcciones, para participar en las diversas asambleas. Su cantidad es ilimitada, pero yo, con la sabiduría y el poder apropiados al buda siguiente, he podido ver y conocer a cada uno de ellos. Y sin embargo, de la multitud de recién llegados no conozco a una sola persona, pese a que he viajado en las diez direcciones, pese a que prestado servicio a muchos budas y a que soy muy conocido entre aquellos que los escuchan».133 Miao-lo comenta: «Los hombres sabios pueden percibir la causa de las cosas, así como las serpientes reconocen los caminos de su propia especie».134 El significado de estos pasajes de las escrituras y comentarios es perfectamente claro. En efecto, desde el momento en que Shakyamuni adquirió la iluminación hasta que se congregó la asamblea [en el Pico del Águila], en esa 42 tierra y en todas las tierras de las diez direcciones, el bodhisattva Maitreya jamás había visto u oído a aquellos bodhisattvas surgidos de lo profundo de la tierra. El Buda, en respuesta a las dudas de Maitreya, dijo: «Ajita,135 [con respecto a] estos bodhisattvas [...] a quienes nunca has visto antes en el pasado: cuando yo logré la iluminación perfecta y suprema en este mundo saha, convertí y guié a tales bodhisattvas, forjé su pensamiento y les hice abrigar el ansia de transitar el Camino».136 También dijo: «Cuando me hallaba en los alrededores de la ciudad de Gaya, sentado bajo el árbol bodhi, logré la iluminación más elevada y correcta, e hice girar la rueda de la Ley insuperable. A partir de entonces, les enseñé y los convertí, e hice que buscaran el Camino por primera vez. Ahora, todos ellos habitan en el nivel del que no se regresa. [...] En todo momento, desde el largo y distante pasado, he venido enseñando y convirtiendo a esta multitud». Pero estas palabras del Buda dejaron aún más perplejos a Maitreya y a los demás grandes bodhisattvas. Cuando el Buda predicó el Sutra de la guirnalda de flores, ante la asamblea se presentaron Sabiduría del Dharma y otros incontables grandes bodhisattvas. Maitreya y los demás se preguntaron quiénes podían ser, pero el Buda expresó: «Son mis buenos amigos», y entonces pensaron que esto debía de ser cierto. Luego, cuando el Buda predicó [el Sutra de la gran compilación] en la Gran Cámara de los Tesoros y [el Sutra de la sabiduría mayor] en el lago de la Garza Blanca,137 se presentaron grandes bodhisattvas ante la asamblea, y Maitreya y los demás supusieron que estos también debían de ser buenos amigos del Buda. Pero estos que acababan de irrumpir de lo profundo de la tierra parecían incomparablemente más nobles que los bodhisattvas anteriores. Uno podría haber pensado que eran maestros del buda Shakyamuni, pero, sin embargo, el Buda había hecho que «buscaran el Camino por primera vez» y, cuando aquellos todavía no habían alcanzado el debido grado de madurez, este los había convertido y aceptado como discípulos. Era este aspecto lo que movía a perplejidad a Maitreya y a los otros seres. El príncipe Shotoku del Japón fue hijo del emperador Yomei, trigésimo segundo soberano. Cuando tenía seis años, al país llegaron unos ancianos procedentes de los estados de Paekche y Koguryo, en Corea, y de la China. Al verlos, el Príncipe, de sólo seis años, exclamó: «¡Estos son mis discípulos!», y los ancianos unieron las palmas de las manos en señal de reverencia y dijeron: «¡Tú eres nuestro maestro!». Fue un episodio verdaderamente extraño. Hay un relato similar que aparece en una obra no religiosa. De acuerdo con este texto, alguien caminaba por una carretera cuando vio, a un lado, a un hombre de unos treinta años que azotaba a un anciano de ochenta. El viajero quiso conocer la razón, y el joven explicó: «Este anciano es mi hijo». 43 El bodhisattva Maitreya, sin poder disipar la duda, dijo: «[Honrado por el Mundo], cuando El Que Así Llega era príncipe heredero, te marchaste del palacio de los Shakya y te sentaste en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde lograste la iluminación perfecta y suprema. Desde ese entonces, han transcurrido apenas cuarenta años o poco más. Honrado por el Mundo, ¿cómo es posible que en tan corto tiempo hayas llevado a cabo una labor tan grande como buda?».138 Los diversos bodhisattvas presentes en las numerosas asambleas anteriores, convocadas durante los cuarenta y tantos años transcurridos desde que el Buda predicó el Sutra de la guirnalda de flores, habían tenido dudas en cada oportunidad y habían pedido al Buda que las resolviera en bien de la multitud. Pero esta última duda era la más acuciante de todas. Superaba incluso el interrogante del bodhisattva Gran Adorno y de los demás sobre los otros ochenta mil bodhisattvas descritos en el Sutra de los infinitos significados, cuando el Buda anunció que se podía lograr la iluminación rápidamente siendo que en los cuarenta y tantos años anteriores de su enseñanza había dicho que lograr la iluminación requería incontables kalpas. De acuerdo con el Sutra de la meditación sobre el buda Vida Infinita, bajo la pérfida influencia de Devadatta el rey Ajatashatru encarceló a su padre y estuvo a punto de asesinar a su madre, la dama Vaidehi. Pero, llamado a la reflexión por los ministros de la corte Jivaka y Chandraprabha, decidió perdonarle la vida a su progenitora. En ese momento, esta suplicó que se le apareciera el Buda, 139 y entonces tornó a hacerle esta pregunta: «¿Qué falta he cometido en el pasado para haber traído al mundo a este hijo depravado? Y, Honrado por el Mundo, ¿a través de qué causa has llegado a relacionarte con una persona tan malvada como tu primo Devadatta?». De las dudas expuestas allí, la segunda es la que más inquieta: por qué el Buda tuvo que vincularse con una mala persona como Devadatta. Se nos ha dicho que los reyes que hacen girar la rueda jamás nacen en el mundo junto a sus enemigos; y que a la deidad Shakra nunca se la encuentra en compañía de demonios. El Buda era una figura benevolente desde hacía infinidad de kalpas. Y sin embargo, el hecho de que Shakyamuni naciera junto a su archienemigo quizá llevara a cuestionar hasta qué punto, realmente, era un buda. Sin embargo, este no respondió la pregunta de la dama Vaidehi. Por lo tanto, si uno lee y recita sólo el Sutra de la meditación y no examina el capítulo «Devadatta» del Sutra del loto jamás conocerá la verdad acerca de esta cuestión.140 En el Sutra del nirvana, el bodhisattva Kashyapa planteó al Buda treinta y seis preguntas, pero ni siquiera estas se comparan con el interrogante que presentó Maitreya. Si el Buda no hubiera disipado las dudas de Maitreya, las enseñanzas sagradas de toda su vida tendrían el mismo valor que la espuma sobre el agua, y todos los seres vivos habrían quedado capturados en las redes de la duda. Por eso, fue tan importante para él predicar el capítulo «Duración de la vida». 44 Luego, cuando el Buda expuso este capítulo, dijo: «En todos los mundos, los seres humanos y celestiales, y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni, tras abandonar el palacio de los Shakya, se sentó en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde logró la iluminación suprema y perfecta». Esta cita expresa la noción sostenida por todos los grandes bodhisattvas y por el resto de la multitud, desde el momento en que el Buda predicó por primera vez en el sitio de su iluminación hasta que expuso el capítulo «Prácticas pacíficas» del Sutra del loto. «Pero, buenos hombres», agregó el Buda, «han transcurrido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad».141 En tres partes del Sutra de la guirnalda de flores leemos que el Buda logró la iluminación por primera vez durante el transcurso de esa existencia. En los Sutras Agama dice que entró en el Camino por primera vez en esa existencia; el Sutra Vimalakirti señala: «Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol bodhi»; en el Sutra de la gran compilación, se lee: «Han transcurrido dieciséis años [desde que El Que Así Llega entró en el Camino por primera vez]»; en el Sutra Mahavairochana se afirma: «Hace mucho tiempo, cuando me senté en el sitio de la meditación»; en el Sutra de los reyes benevolentes se señala: «veintinueve años [transcurridos desde su iluminación]»; en el Sutra de los infinitos significados, leemos: «En el pasado, me senté erguido en el lugar de la meditación»; y en el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto se afirma: «Al principio, me senté en el lugar de la meditación». Pero, luego, con una sola declaración del capítulo «Duración de la vida», todos esos pasajes quedaron expuestos como burdas mentiras. Cuando el buda Shakyamuni reveló que había adquirido la iluminación en el remoto pasado, fue evidente que todos los demás budas eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. Cuando el Buda predicó los sutras anteriores y la primera mitad del Sutra del loto –también llamada «enseñanza teórica»—, presentó a los demás budas en pie de igualdad con Shakyamuni, habiendo todos ellos finalizado sus respectivas prácticas y disciplinas. Por lo tanto, las personas que toman alguno de estos budas como objeto de devoción suelen menospreciar al buda Shakyamuni. Sólo que ahora se ve claramente que el buda Vairochana, descrito en el Sutra de la guirnalda de flores como un ser sentado sobre un pedestal de lotos, y los diversos budas que aparecen en las enseñanzas del período Correcto e Igual, y del período de la Sabiduría –como el Sutra Mahavairochana—, en realidad son seguidores del buda Shakyamuni. Cuando este entró en el Camino a los treinta años, le arrebató el mundo saha al gran rey celestial Brahma y al Rey Demonio del Sexto Cielo, quienes hasta ese momento venían teniéndolo bajo su dominio, y lo adoptó como propio. En los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, había afirmado que las regiones de las diez direcciones eran tierras puras, y que este mundo era un lugar impuro. Pero luego, en el capítulo «Duración de la vida», revirtió estas afirmaciones diciendo que este mundo era la tierra pura y que las llamadas tierras puras de las diez direcciones eran tierras impuras, simples tierras provisionales. 45 Ya que allí se revela que el Buda [del capítulo «Duración de la vida»] es el que obtuvo la iluminación en el remoto pasado [y que todos los demás budas son sus manifestaciones corpóreas], se desprende que no sólo los grandes bodhisattvas a quienes Shakyamuni enseñó personalmente con su identidad provisional, sino también los grandes bodhisattvas de los otros mundos [instruidos por los budas de sus propias tierras] son, en verdad, discípulos del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Si del conjunto de los numerosos sutras faltara este capítulo «Duración de la vida», sería como si no hubiese luna o sol en el cielo, como si no hubiera soberano en un país, o piedras preciosas en las montañas y los ríos, o como si no hubiera espíritu en los seres humanos. No obstante, Ch’eng-kuan, Chia-hsiang, Tz’u-en, Kobo y los demás, en apariencia ilustres exponentes de escuelas provisionales como Guirnalda de Flores o Palabra Verdadera, a fin de elogiar los diversos sutras en los cuales se basan sus doctrinas provisionales, llegan incluso a decir: «El Buda del Sutra de la guirnalda de flores es el del cuerpo de la recompensa, mientras que el Buda del Sutra del loto es sólo el del cuerpo manifiesto».142 O dicen: «El Buda del capítulo ―Duración de la vida‖ del Sutra del loto habita en la región de la oscuridad, mientras que el Buda del Sutra Mahavairochana ocupa el lugar de la iluminación».143 Así como las nubes oscurecen la luna, así los ministros proclives a la calumnia pueden oscurecer a la persona de verdadera sabiduría. Alabada por muchos, una piedra amarilla puede ser erróneamente tomada por una gema; de la misma manera, es fácil confundir a un ministro adulador con un sabio. En esta época impura, los estudiantes y eruditos suelen dejarse confundir por las afirmaciones erróneas de hombres como los que antes he mencionado, y no aprecian el verdadero valor de la joya que es el capítulo «Duración de la vida». Aun entre los seguidores de la escuela Tendai, algunos han llegado a tal grado de engaño que no pueden distinguir las piedras del oro. Hay que tener en cuenta que si el Buda no hubiera logrado la iluminación en el pasado distante, no podrían haber existido tantos discípulos convertidos e instruidos por él. La luna no es avara con su reflejo, pero si no hay agua, no puede mostrarlo. El Buda podrá estar muy deseoso de convertir a todas las personas, pero si el vínculo que comparte con la gente no es lo debidamente fuerte, no podrá desplegar las ocho fases de la existencia de un buda. Por ejemplo, los que escuchaban la voz lograron el primer nivel de seguridad o el primer nivel de desarrollo, pero mientras siguieron las enseñanzas anteriores al Sutra del loto y buscaron sólo su propia disciplina y su propia salvación, tuvieron que postergar para una existencia futura el logro de las ocho fases de la existencia de un buda. Si el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, hubiera logrado la iluminación por primera vez en esa existencia, en tal caso al momento en que predicó el Sutra del loto tanto Brahma como Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales sólo habrían sido discípulos del Buda 46 durante cuarenta y tantos años, aunque hubieran gobernado este mundo desde el principio del kalpa de continuación. Eso significaría que ellos habrían establecido su relación con el Sutra del loto por primera vez durante los ocho años en que este fue predicado en el Pico del Águila. Y, en tal caso, habrían sido como recién llegados, incapaces de aproximarse a su maestro sin reservas y mantenidos a distancia por los que llevaban allí mucho más tiempo que ellos. Pero, al revelarse que el buda Shakyamuni había logrado la iluminación hace incontables kalpas, se desprende que todos esos seres ya eran discípulos del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas: tanto los bodhisattvas Luz de Sol y Luz de Luna, que asistieron a El Que Así Llega Maestro de la Medicina en la región del Este, como los bodhisattvas Percibir los Sonidos del Mundo y Gran Poder, que asistieron a El Que Así Llega Amida en la región del Oeste, junto a los discípulos de todos los budas de los mundos de las diez direcciones, y a los grandes bodhisattvas que son discípulos de El Que Así Llega Mahavairochana, tal como se los muestra en el Sutra Mahavairochana y en el Sutra de la corona de diamantes. Ya que los diversos budas son manifestaciones corpóreas de El Que Así Llega Shakyamuni, no hace falta decir que sus discípulos también han de ser discípulos de Shakyamuni. Y, desde luego, las diversas deidades del Sol, de la Luna y de las estrellas, que han habitado este mundo desde el comienzo del kalpa de continuación, también tienen que ser discípulos del buda Shakyamuni. No obstante, las diversas corrientes budistas, a excepción de la escuela Tendai, se han desviado del camino correcto en lo que concierne al verdadero objeto de devoción. Las escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad y Preceptos toman como objeto de devoción al buda Shakyamuni que eliminó las ilusiones y logró el Camino practicando las treinta y cuatro clases de purificación espiritual.144 Es como si el heredero reconocido del supremo monarca de un Estado, erróneamente, creyera ser hijo de un plebeyo. Las cuatro escuelas –Guirnalda de Flores, Palabra Verdadera, Tres Tratados y Características del Dharma— se agrupan en la categoría del budismo Mahayana. De todas ellas, las escuelas Características del Dharma y Tres Tratados honran a un buda comparable con el Buda del cuerpo manifiesto superior.145 Sería como si el heredero reconocido del monarca supremo creyese que su padre pertenece a la clase guerrera. Las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera restan valor al buda Shakyamuni y declaran que sus objetos de devoción son el buda Vairochana y el buda Mahavairochana, respectivamente. Sería como si el heredero despreciara a su propio padre, el monarca supremo, y rindiera honores a alguien de dudoso origen tan sólo porque esta persona finge ser un soberano que acata los principios de la rectitud. La escuela Tierra Pura se considera la más relacionada con el buda Amida, que es una manifestación corpórea de Shakyamuni, y abandona a este último, que es el señor de las enseñanzas. La escuela Zen se comporta como la persona de baja estirpe que exagera sus pequeños logros y desprecia a sus padres. Así pues, la escuela Zen desprecia tanto al Buda como a los sutras. Todas estas escuelas se equivocan en lo que respecta al verdadero objeto de devoción. Son como las personas que vivían en la época anterior a los Tres 47 Soberanos de la antigua China y no sabían quiénes eran sus propios padres. En tal sentido, los hombres de aquellos tiempos no se diferenciaban mucho de las aves o de las bestias. Los practicantes de esas escuelas que ignoran las enseñanzas del capítulo «Duración de la vida» también son como bestias. No entienden con quién mantienen deudas de gratitud. Por lo tanto, Miao-lo señala: «De todas las enseñanzas que expuso el Buda durante su existencia, no hay otro lugar [fuera del capítulo ―Duración de la vida‖] donde se revele la verdadera longevidad del Buda. Un ser humano debería saber qué edad tienen sus padres. Si un hijo ni siquiera sabe cuántos años tiene su progenitor, tampoco sabrá con certeza cuántas tierras él administra. Aunque sea elogiado vanamente por su talento o capacidad, ¡difícilmente pueda considerárselo un verdadero hijo!».146 El gran maestro Miao-lo vivió en la era T’ien-pao (742-756), durante los últimos años de la dinastía T’ang.147 Efectuó un profundo y concienzudo análisis de las distintas escuelas, como Tres Tratados, Guirnalda de Flores, Características del Dharma y Palabra Verdadera, entre otras, y también de los sutras en los que estas se basan. Por fin, concluyó que si uno desconoce al Buda del capítulo «Duración de la vida», no es mejor que un animal talentoso que ni siquiera sabe cuáles tierras administra su padre. «Aunque sea elogiado vanamente por su talento o capacidad» se refiere a hombres como Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, o al maestro del Tripitaka Shan-wu-wei, de la escuela Palabra Verdadera. Estos maestros tuvieron talento y capacidad, pero fueron como hijos que ni siquiera conocían a su propio padre. El gran maestro Dengyo fue patriarca del budismo esotérico y exotérico en el Japón.148 En su obra Principios sobresalientes del «Sutra del loto», escribe: «Los sutras en los cuales se basan las otras escuelas expresan, en cierta medida, la naturaleza maternal del Buda. Pero transmiten sólo un sentimiento de amor y carecen de cierto rigor paternal. Sólo la escuela Tendai del Loto combina amor y severidad. El Sutra del loto es el ―padre de todos los sabios, de los venerables, de aquellos que aún siguen aprendiendo, de los que ya completaron su aprendizaje y de los que se trazaron el objetivo de ser bodhisattvas‖149». Los sutras que forman la base de las escuelas Palabra Verdadera y Guirnalda de Flores ni siquiera contienen los términos «siembra», «maduración» y «cosecha», para no hablar de la doctrina a la cual se refieren dichas expresiones. Cuando los sutras de las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera afirman que sus seguidores entrarán en el primer nivel de desarrollo en esa existencia y lograrán la Budeidad con la forma física que poseen en ese momento, están exponiendo sólo las enseñanzas de los sutras provisionales, doctrinas que ocultan [las semillas sembradas en] el pasado.150 Esperar cosechar [el fruto de la Budeidad] sin conocer la semilla plantada es como lo que hicieron el ministro Chao Kao, que intentó apoderarse del trono, o el sacerdote Dokyo, que quiso ser emperador del Japón. 48 Las diversas escuelas disputan entre sí, y cada una sostiene que su sutra contiene las verdaderas semillas de la iluminación. No pienso entrar en la controversia. Dejaré que los sutras hablen por sí mismos. Así, entonces, el bodhisattva Vasubandhu, al hablar de las semillas de la iluminación plantadas por el Sutra del loto, dice que son «semillas sin par»151 Y estas semillas de iluminación son la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, tal como la expuso T’ien-t’ai. La semilla de la iluminación de los diversos budas descritos en el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y los demás sutras del Mahayana es la doctrina única de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Y el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che fue la única persona capaz de percibir la verdad de esta doctrina. Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, usurpó la doctrina e hizo de ella el alma del pasaje donde, en el Sutra de la guirnalda de flores, se afirma: «La mente es como un diestro pintor». El Sutra Mahavairochana de la escuela Palabra Verdadera no menciona que las personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad, que el buda Shakyamuni había logrado la iluminación en el remoto pasado o que cada instante vital contiene tres mil aspectos. Pero cuando el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei llegó a la China, tuvo ocasión de leer Gran concentración e introspección de T’ien-t’ai, y esto le proporcionó comprensión y sabiduría. Luego, hurtó la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital y la empleó para interpretar las citas del Sutra Mahavairochana sobre la «realidad de la mente» o el que dice «Soy la fuente y el comienzo de todas las cosas», poniéndola en el centro de las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera, pero incorporándola a la práctica de mantras y mudras. Puesto a comparar los méritos relativos del Sutra del loto y del Sutra Mahavairochana, declaró que aunque ambos concordaban en sus principios, este último era superior en cuanto a la práctica. Los mandalas de los dos reinos,152 afirman los maestros de la escuela Palabra Verdadera, simbolizan el logro de la Budeidad por parte de los discípulos de los dos vehículos y la posesión mutua de los diez estados, pero ¿acaso estas doctrinas se encuentran en alguna parte del Sutra Mahavairochana? Quienes así lo afirman son culpables del engaño más burdo. Por lo tanto, el gran maestro Dengyo señala: «La escuela budista Palabra Verdadera, recientemente introducida en el Japón, oculta en forma deliberada la manera en que su transmisión fue falseada en los registros escritos [de I-Hsing, engañado por Shan-wu-wei], en tanto que la escuela Guirnalda de Flores, introducida con anterioridad, trata de esconder la influencia recibida de las doctrinas de T’ien-t’ai».153 Supongamos que alguien fuese a una región inhóspita, como la isla de Ezo, y recitara el famoso poema:154 Al alba tenue en la bahía de Akashi y entre la bruma 49 un barco de nostalgias tras las islas se pierde. Si la persona dijese a los ignorantes nativos de Ezo que el poema había sido compuesto por él, probablemente le creerían. Pues bien, los eruditos budistas de la China y del Japón no han sido menos crédulos. El reverendo Liang-hsü señala que las doctrinas de las escuelas Palabra Verdadera, Zen, Guirnalda de Flores, Tres Tratados y otras corrientes, comparadas con el Sutra del loto, son sólo una introducción a las enseñanzas verdaderas [del Sutra del loto]. Se dice que el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei se vio sometido a los tormentos de Yama por su idea equivocada [de que el Sutra Mahavairochana era superior al Sutra del loto]. Luego, cambió de parecer y siguió al Sutra del loto, razón por la cual se evitó futuros tormentos. Como prueba de ello, cuando él, junto a Pu-k’ung y los demás, diseñaron el mandala del Reino de la Matriz y el mandala del Reino de Diamante de la escuela Palabra Verdadera, pusieron el Sutra del loto en el centro de ambos mandalas, como gobernante supremo, y a izquierda y derecha, como sus ministros, incluyeron al Sutra Mahavairochana representando al Reino de la Matriz y al Sutra de la corona de diamantes representando al Reino de Diamante. Cuando, en el Japón, Kobo formuló una declaración teórica de las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera, se sintió atraído por la escuela Guirnalda de Flores y asignó el Sutra del loto al octavo nivel [luego de poner al Sutra de la guirnalda de flores en el noveno nivel de desarrollo].155 Pero cuando enseñó las prácticas y las ceremonias a sus discípulos Jitsue, Shinga, Encho y Kojo, entre otros, situó al Sutra del loto en posición central, entre los dos reinos de la Matriz y de Diamante, como habían hecho Shan-wu-wei y Pu-k’ung. En un caso similar, Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, en los diez volúmenes de su Tratado sobre la profundidad del «Sutra del loto» asignó el Sutra del loto al cuarto de los cinco períodos de las enseñanzas,156 afirmando que había repudiado los dos vehículos para revelar el vehículo único del bodhisattva y que luego había incorporado a aquellos como medio para lograr este último. Pero después, se convirtió a las enseñanzas de T’ien-t’ai. Dejó de dar conferencias, se despidió de sus discípulos y, en cambio, prestó servicio a T’ien-t’ai durante siete años, en los cuales se ocupó personalmente de cargarlo a sus espaldas [cuando T’ien-t’ai debía subir a un sitio elevado para predicar]. Además, Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma, en su obra de siete y de doce volúmenes Bosque de significados en el jardín de la Ley, señala que la doctrina del vehículo único establecida en el Sutra del loto es un medio hábil, y que la doctrina de los tres vehículos representa la verdad. También formula otras aseveraciones no menos absurdas. Pero en el cuarto volumen de Significado esencial de «Elogio a la profundidad del ―Sutra del loto‖», se le atribuye haber dicho que «ambas doctrinas deben ser aceptadas»; es decir, aportando una interpretación flexible a los principios de su propia escuela. Pero 50 aunque dijo que ambas doctrinas eran aceptables, en su fuero íntimo apoyó las enseñanzas de T’ien-t’ai sobre el Sutra del loto. Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, escribió un comentario sobre el Sutra de la guirnalda de flores en el cual comparó esta enseñanza con el Sutra del loto y, al parecer, declaró que el Sutra del loto era un medio hábil. Pero, después, escribió: «La escuela T’ien-t’ai define esta enseñanza [de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital] como la verdad. Las doctrinas de mi propia escuela, en lo que concierne a los principios, no discrepan en ningún sentido de las de la escuela T’ien-t’ai». Todo parece indicar, entonces, que se arrepintió y corrigió sus afirmaciones anteriores. Kobo es un ejemplo semejante. Si uno carece de espejo, no puede verse el rostro; quien no tiene oponentes, no puede aprender de sus propios errores. Los estudiosos de la escuela Palabra Verdadera y de muchas otras corrientes no tuvieron conciencia de sus equivocaciones. Pero, una vez que tuvieron la fortuna de conocer al gran maestro Dengyo, comprendieron los desaciertos de sus respectivas escuelas. Los diversos budas, bodhisattvas, y seres humanos y celestiales descritos en las enseñanzas anteriores al Sutra del loto parecen haber adquirido la iluminación mediante los sutras en que todos ellos aparecen. Pero, en verdad, sólo se iluminaron mediante el Sutra del loto. El juramento general formulado por Shakyamuni y los demás budas, que es salvar a incontables seres vivos, halló expresión y realidad sólo en el Sutra del loto. Este es el significado de la frase del sutra que dice que el juramento «ahora se ha cumplido».157 En vista de tales hechos, creo que los devotos y seguidores del Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la meditación y el Sutra Mahavairochana, entre otros, sin duda serán protegidos por los budas, bodhisattvas y seres celestiales de los sutras respectivos que practican. Pero si los devotos de todos esos sutras llegasen a ser enemigos del devoto del Sutra del loto, entonces los budas, bodhisattvas y seres celestiales los abandonarían y protegerían al devoto del Sutra del loto. Es como el caso de un hijo piadoso cuyo padre se opone al soberano del reino. El hijo tendrá que abandonar a su padre y apoyar al rey, pues este acto representa la culminación de la piedad filial. Lo mismo se aplica al budismo. Los budas, los bodhisattvas y las diez demonios descritos en el Sutra del loto no dejarán de brindar su protección a Nichiren. Y, además, los budas de las seis direcciones y los veinticinco bodhisattvas de la escuela Tierra Pura, los más de mil doscientos honorables158 de la escuela Palabra Verdadera, y los diversos honorables y deidades guardianes benevolentes de las siete escuelas159 nunca dejarán de proteger infaliblemente a Nichiren. Es como el caso del gran maestro Dengyo, quien fue protegido por las deidades guardianas de las siete escuelas. Yo, Nichiren, pienso lo siguiente. Las deidades del Sol y de la Luna y las demás deidades estuvieron presentes en los dos lugares y las tres asambleas, cuando 51 se predicó el Sutra del loto. Si apareciese un devoto del Sutra del loto, entonces, así como el hierro es atraído por el imán o el reflejo de la luna se proyecta sobre el agua, todas ellas instantáneamente acudirían a relevarlo de sus sufrimientos y a cumplir el juramento formulado en presencia del Buda. Pero todavía no se han presentado a inquirir sobre mi bienestar. ¿Significa esto que no soy un devoto del Sutra del loto? Si así fuera, tendré que examinar el texto del sutra una vez más desde el punto de vista de mi conducta, y ver en qué he fallado. Pregunta: ¿Qué visión de sabiduría le permite percibir que las escuelas Nembutsu, Zen y otras de nuestra época son enemigas del Sutra del loto y constituyen malas influencias, dispuestas a descarriar a toda la población? Respuesta: No expreso opiniones personales; tan sólo sostengo el espejo de los sutras y comentarios para que los que actúan contra la Ley puedan ver allí reflejado su feo rostro y percibir sus errores. Pero si son «ciegos» incurables, están más allá de mi poder. En el capítulo «La Torre de los Tesoros» del cuarto volumen del Sutra del loto, leemos: «En ese momento, el buda Muchos Tesoros ofreció la mitad de su asiento en la Torre de los Tesoros al buda Shakyamuni [...] En ese momento, los miembros de la gran asamblea [vieron] a dos Los Que Así Llegan, sentados con las piernas cruzadas sobre el sitial de león, en la Torre de los siete tesoros. [...] Y con voz resonante [el buda Shakyamuni] se dirigió a las cuatro clases de creyentes exclamando: ―¿Quién es capaz de predicar el Sutra del loto de la Ley Prodigiosa en este mundo saha? Este es el momento de hacerlo, pues El Que Así Llega no tardará en entrar en el nirvana. El Buda desea confiar este Sutra del loto a alguien, para que pueda ser preservado‖». Esta es la primera proclama del Buda. Luego, en el mismo capítulo se afirma: «En ese momento, el Honrado por el Mundo, deseoso de reiterar su intención una vez más, habló en verso y dijo: ―Este señor sagrado, este Honrado por el Mundo, aunque ha pasado a la extinción largo tiempo atrás, sigue sentándose en la Torre de los Tesoros y viniendo aquí en bien de la Ley. Vosotros, ¿por qué no os esforzáis también en pro de la Ley? [...] Además, han venido estas manifestaciones corpóreas de mi ser, budas en cantidad incalculable como los granos de arena del Ganges, con el deseo de escuchar la Ley. [...] Cada una de ellas ha abandonado esta tierra maravillosa, y también a su hueste de discípulos, seres celestiales y humanos, dragones y espíritus, y todas las ofrendas que estos le daban, y han llegado a este sitio con un propósito, para cerciorarse de que la Ley perdure durante largo tiempo [...] como si un gran vendaval sacudiera las ramas de los arbustos. Mediante este medio hábil, ellos se aseguran de que la Ley perdure durante mucho tiempo. Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie su juramento!‖». Esta es la segunda proclama del Buda. 52 El pasaje prosigue diciendo: «―Muchos Tesoros El Que Así Llega, yo mismo y estas manifestaciones corpóreas del Buda que se han congregado aquí, seguramente sabemos que este es nuestro propósito. [...] ¡Todos y cada uno de vosotros, buenos hombres, debéis pensar cuidadosamente! Esta es una difícil cuestión; es apropiado que hagáis un gran juramento. Los demás sutras son numerosos como los granos de arena del Ganges, pero aunque los expusierais a todos, esto no merecería ser considerado una dificultad. Tampoco sería difícil tomar el monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos, hacia las inconmensurables tierras de buda. [...] Será realmente difícil poder preguntar sobre su significado. [...] ¡Pero sí será difícil, indudablemente, predicar este sutra en la época de maldad, cuando el Buda haya entrado en la extinción! Y cuando estallen los incendios, a fines del kalpa, tampoco será difícil cargar un fardo de heno a las espaldas y atravesar el fuego sin quemarse. ¡Pero sí será difícil, indudablemente, creer en este sutra y exponerlo aunque sea a una sola persona, cuando yo haya entrado en la extinción! [...] Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este sutra? ¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie su juramento!‖». Esta es la tercera proclama del Buda. La cuarta y la quinta se encuentran en el capítulo «Devadatta», del cual me ocuparé más adelante. El significado de estas frases del sutra está a la vista, evidente como el sol suspendido en el cielo azul o como un lunar sobre la blanca piel del rostro. Y sin embargo, los ciegos, los de mirada pervertida, los tuertos, los que no creen en nadie salvo en sus maestros y los que se aferran a ideas distorsionadas no pueden verlo. Para los que buscan seria y sinceramente el Camino sin reparar en las muchas dificultades, trataré de demostrar qué significan estos pasajes. Pero deben comprender que el encuentro con la verdad es más infrecuente y extraordinario que hallar los melocotones de la inmortalidad en el jardín de la Reina Madre del Oeste, o la flor de udumbara que se abre sólo cuando adviene un rey que hace girar la rueda.160 Por otro lado, el conflicto [entre Nichiren y las diversas escuelas] es más hondo que los ocho años de guerra desatados cuando el gobernador de P’ei y Hsiang Yü161 lucharon por el Imperio chino, o que los siete años de batallas libradas cuando Yoritomo y Munemori162 se disputaron las islas del Japón, o que las luchas entre Shakra y los asuras, o entre el Rey Dragón y las aves garuda en el lago Anavatapta.163 La verdad del Sutra del loto se ha manifestado dos veces en la tierra del Japón. Deben entender que apareció una vez, con el gran maestro Dengyo, y otra vez, con Nichiren. Pero los ciegos lo ponen en duda, y convencerlos está más allá de mi poder. El buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones se reunieron y juzgaron juntos los méritos relativos de todos los sutras del Japón, la China, la India, el palacio del Rey Dragón, los cielos y todos los demás mundos de las diez direcciones, y este es el sutra que escogieron. 53 Pregunta: El Sutra de la guirnalda de flores, los del período Correcto e Igual, el Sutra de la sabiduría, el Sutra de los profundos secretos, el Sutra Lankavatara, el Sutra Mahavairochana y el Sutra del nirvana ¿pertenecen al grupo de los «nueve actos fáciles» o al de los «seis actos difíciles»?164 Respuesta: Tu-shun, Chih-yen, Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, todos maestros de las tres divisiones del canon, señalan que tanto el Sutra de la guirnalda de flores como el Sutra del loto pertenecen a la categoría de los «seis actos difíciles». Dicen que, aunque nominalmente sean dos sutras distintos, son idénticos en sus enseñanzas y en sus principios. Es algo semejante a la declaración: «Aunque las cuatro percepciones de la realidad son distintas, la verdad a la cual ellas remiten es idéntica».165 El maestro del Tripitaka Hsüan-tsang y el gran maestro Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma, señalan que tanto el Sutra de los profundos secretos como el Sutra del loto exponen la doctrina de la conciencia como origen. [Ellos dicen que] ambos pertenecen al tercer período de las enseñanzas del Buda166 y a la categoría de los «seis actos difíciles». Chi-tsang, de la escuela Tres Tratados, asegura que el Sutra de la sabiduría y el Sutra del loto son dos formas distintas de llamar a una sola entidad, dos sutras que predican una misma enseñanza. Los maestros del Tripitaka Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung [de la escuela Palabra Verdadera] sostienen que el Sutra Mahavairochana y el Sutra del loto son idénticos en sus principios y que ambos pertenecen al grupo de los «seis actos difíciles». Pero, en el Japón, Kobo [líder de la escuela Palabra Verdadera] afirma que el Sutra Mahavairochana no pertenece ni al grupo de los «seis actos difíciles» ni a la categoría de los «nueve actos fáciles». El Sutra Mahavairochana, de acuerdo con sus aseveraciones, ocupa un lugar distinto del de todos los demás sutras predicados por el buda Shakyamuni, ya que fue expuesto por Mahavairochana El Que Así Llega, un buda del cuerpo del Dharma. En el mismo tenor, algunos aseguran que como el Sutra de la guirnalda de flores fue predicado por El Que Así Llega del cuerpo de la recompensa, no queda comprendido en las categorías de los «seis actos difíciles» o los «nueve actos fáciles». Tales, pues, son las ideas desarrolladas por los fundadores de estas cuatro escuelas. Los miles de estudiosos de estas corrientes adhieren a los mismos conceptos. Debo observar con tristeza que aunque sería harto sencillo señalar el error de las nociones postuladas por estos hombres, si lo hiciera, el pueblo de esta época ni siquiera se dignaría mirar en dirección a mí. La gente seguiría aferrada a su camino equivocado y, finalmente, me calumniaría ante el soberano del país poniendo en peligro mi vida. No obstante, cuando nuestro benevolente padre, el buda Shakyamuni, enfrentó su última hora en el bosque de árboles sal, dijo 54 como instrucción testamentaria que debíamos «confiar en la Ley y no en las personas».167 «No confiar en las personas» significa que cuando predican personas de la primera, la segunda, la tercera y la cuarta categoría,168 aunque se trate de bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, que han llegado al nivel de la iluminación casi perfecta, si no predican con el sutra en la mano, no deberá aceptárselos. También está establecido: «Sólo confiad en sutras completos y finales, mas no en aquellos que no lo sean».169 Por ende, debemos examinar con detenimiento los sutras para determinar cuáles son completos y finales, y cuáles no, y depositar nuestra fe en los primeros. El bodhisattva Nagarjuna, en su Comentario sobre el «Sutra de los diez niveles», advierte: «No confiéis en tratados que distorsionan los sutras; confiad sólo en aquellos que son fieles a los sutras». El gran maestro T’ien-t’ai dice: «Deberá asentarse y darse a conocer aquello que posea una profunda doctrina y concuerde con los sutras. Pero no deberá darse crédito a nada que no posea una profunda doctrina ni concuerde con los sutras».170 El gran maestro Dengyo afirma: «Depended de la prédica del Buda, y no de las doctrinas transmitidas posteriormente en forma oral».171 Enchin, también conocido como el gran maestro Chisho, dice: «Para transmitir las enseñanzas, hay que confiar sólo en las palabras escritas [o escrituras]».172 Por cierto, los líderes de las diversas escuelas cuyas opiniones he mencionado antes parecen basarse en ciertos grupos de sutras y tratados, en su afán de establecer cuáles enseñanzas son superiores a las demás. Pero estos hombres se aferran con obstinación a las doctrinas de sus propias escuelas y perpetúan los conceptos errados transmitidos por sus predecesores, de tal forma que sus juicios se caracterizan por interpretaciones distorsionadas y por sentimientos subjetivos. Sus doctrinas no son más que opiniones personales, glorificadas y cubiertas de ornamentos. Las escuelas no budistas de hombres como Vatsa y Vaipulya, que aparecieron en la India después de la muerte del Buda, son más erróneas todavía en sus puntos de vista, y más astutas en la articulación de sus doctrinas que las que existían antes de los tiempos del Buda [ya que hurtaron al budismo sus ideas]. Del mismo modo, desde que el budismo se introdujo en la China en la dinastía Han posterior, los escritos e ideas no budistas se han vuelto mucho más erróneos y solapados que las obras confucianas previas al budismo, referidas a los Tres Soberanos y a los Cinco Emperadores de la Antigüedad. A su vez, los maestros de las escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma, Palabra Verdadera y otras, envidiosos de las doctrinas correctas de la escuela T’ien-t’ai, interpretan las palabras del sutra correcto con tal desvergüenza que las hacen concordar con el sentido de las enseñanzas provisionales. Sin embargo, los que buscan el Camino deberían rechazar estas nociones unilaterales, trascender las disputas entre su escuela y las demás, y no tratar a las otras con desprecio. 55 En el Sutra del loto, el Buda dice: «De todos los sutras que he predicado, predico y predicaré, [este Sutra del loto es lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender]».173 Miao-lo observa: «Aunque otras enseñanzas digan ser el rey de los sutras, no hay ningún otro que se defina a sí mismo como el mejor de todos los sutras predicados en el pasado, predicados en el presente o por predicar en el futuro».174 También afirma: «Con respecto a [la declaración del Buda de] que este sutra prodigioso supera a todos los del pasado, presente y futuro, hay quienes insisten en desviarse. Así pues, cometen el grave error de actuar contra el sutra y, durante muchos kalpas, se verán sometidos al sufrimiento».175 Desconcertado por estos pasajes del sutra y de sus comentarios, lo que yo hice fue examinar el conjunto completo de enseñanzas, y los desarrollos y comentarios de los distintos maestros, hasta ver que mis dudas y sospechas se hubieran desvanecido. Pero los necios sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera confían en sus mudras y mantras, y creen que su escuela es superior al Sutra del loto tan sólo porque el gran maestro Jikaku y sus otros maestros les han asegurado que la escuela Palabra Verdadera es superior. Sus ideas no merecen siquiera ser debatidas. El Sutra de la secreta solemnidad expone: «De este sutra derivan el Sutra de los diez niveles,176 el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del gran árbol del rey Kimnara, el Sutra de los poderes sobrenaturales, el Sutra Shrimala y las demás enseñanzas. Así pues, el más grande de todos es el Sutra de la secreta solemnidad». El Sutra de la gran nube afirma: «De todos los sutras, este es el rey que hace girar la rueda. ¿Por qué? Porque en este sutra se expone la doctrina de la constancia de la naturaleza de Buda como verdadera naturaleza de todos los seres». En el Sutra de los seis paramitas se lee: «Todas las enseñanzas correctas expuestas por los incontables budas del pasado, y las ochenta y cuatro mil enseñanzas espléndidas que he expuesto hasta hoy pueden dividirse, en su conjunto, en cinco categorías: primero, los sutras (enseñanzas del Buda); segundo, el vinaya (serie de reglas monásticas); tercero, el abhidharma (serie de tratados); cuarto, el prajna-paramita (enseñanzas sobre el perfeccionamiento de la sabiduría), y quinto, los dharanis (fórmulas místicas). Las obras de estas cinco compilaciones instruirán a los seres animados. Entre ellos, habrá algunos que no podrán aceptar y seguir los sutras, o el vinaya, o el abhidharma, o los prajna-paramitas, o habrá seres animados que cometerán diversos actos malos, como las cuatro faltas graves, las ocho faltas graves o las cinco faltas capitales, que conducen al infierno del sufrimiento incesante, o que actuarán contra los sutras correctos e iguales, o habrá icchantikas que, directamente, no podrán creer en el budismo en sí. Para erradicar dichos crímenes, dar rápida liberación a los perpetradores y permitirles ingresar en el nirvana de inmediato, prediqué en su beneficio este conjunto de dharanis. 56 »Estas cinco divisiones del Dharma se comparan con los sabores de la leche, la nata o crema, la leche cuajada, la mantequilla y la mantequilla clarificada, respectivamente, de las cuales esta última es la mejor. La división que contiene a los dharanis se compara con la mantequilla clarificada. Este producto posee el sabor más delicado y fino de las cinco sustancias antes enumeradas; es capaz de curar muchas enfermedades, y de aplacar la mente y el cuerpo de los seres animados. Del mismo modo, la división de los dharanis es la que ocupa el primer lugar dentro de las cinco divisiones de las enseñanzas, porque puede erradicar las faltas graves». En el Sutra de los profundos secretos se expone: «[En ese momento, el bodhisattva Aparición de la Verdad Superlativa se dirigió al Buda diciendo:] Honrado por el Mundo, en el primer período de tu enseñanza, cuando te hallabas en el bosque Cónclave de los Venerables Ascetas, o Parque de los Ciervos, en Varanasi, en beneficio de aquellos que ansiaban sólo buscar el vehículo de los que escuchan la voz, expusiste la doctrina de las cuatro nobles verdades, haciendo así girar la rueda de la Ley correcta. Fue algo muy maravilloso, algo muy extraordinario. Ningún ser humano o celestial, en ninguno de los mundos incontables, había podido jamás exponer una doctrina como esa. Y sin embargo, la rueda de la Ley que hiciste girar en ese momento aún podía ser mejorada y dejó lugar para la duda. Su significado no era definitivo, y daba amplio espacio para la controversia. »Entonces, Honrado por el Mundo, en el segundo período de tu enseñanza, en beneficio de aquellos que sólo querían buscar el gran vehículo, 177 enseñaste que todos los fenómenos carecen de naturaleza distintiva que les sea propia; que no hay nacimiento ni muerte; que todas las cosas, básicamente, se encuentran en estado de quietud, y que la naturaleza de los seres, en su existir, es el nirvana. Hiciste girar la rueda de la Ley correcta, aunque no revelaste la verdad íntegra. Esto fue algo más maravilloso aún, e incluso más extraordinario. Pero la rueda de la Ley que hiciste girar en aquel momento aún podía ser mejorada, y dejó lugar para la duda. Su significado no era definitivo, y daba amplio espacio para la controversia. »Y ahora, Honrado por el Mundo, en el tercer período de tu enseñanza, en beneficio de aquellos que desean practicar el vehículo que salva a todos los seres, enseñaste que todos los fenómenos carecen de naturaleza distintiva; que no hay nacimiento ni muerte; que todas las cosas, básicamente, se encuentran en estado de quietud, y que la naturaleza de los seres, en su existir, es el nirvana. Y entonces enseñaste que la ―naturaleza‖ de la que hablabas no posee, en sí, nada que pueda ser denominado ―naturaleza‖. Hiciste girar la rueda de la Ley correcta y expusiste estas doctrinas en su forma perfecta. Esto es sumamente maravilloso y representa lo más extraordinario de todo. Esta rueda de la Ley que hiciste girar no puede ser mejorada y no deja lugar para la duda. Su significado es en verdad completo y definitivo, y no da ningún espacio para la controversia». 57 En el Sutra de la gran sabiduría se afirma: «Cuando uno considera cualquier enseñanza que escucha, ya sea secular o budista, como medio hábil, acaba comprendiendo que estas pueden ser incorporadas en los profundos principios que sólo el prajna –o sabiduría del Buda— puede aprehender. Cuando, con la misma sabiduría, uno entiende que todas las cuestiones y acciones seculares representan la naturaleza esencial de las cosas, no hallará una sola cosa que quede fuera de la naturaleza esencial». El primer volumen del Sutra Mahavairochana señala: «Maestro de los Secretos [Vajrasattva], hay una práctica del gran vehículo que despierta en nosotros un pensamiento libre de apegos a las cosas y que nos conduce a comprender que todos los fenómenos carecen de naturaleza individual. ¿Y por qué? Porque, en épocas pasadas, los que practicaron de esta manera pudieron observar la conciencia alaya dentro de los cinco componentes, y comprender que las naturalezas individuales son ilusorias». En el mismo sutra también leemos: «Maestro de los Secretos, estos hombres, así, descartaron el concepto del no yo, y llegaron a comprender que el ser esencial existe en un ámbito de completa libertad, y que el ser esencial del individuo jamás ha conocido el nacimiento [o la muerte] desde el principio». También se establece: «Por naturaleza, el vacío o vacuidad está separado de los órganos sensoriales y de sus objetos. No tiene forma ni límites; más allá de cualquier teoría inútil, equivale al espacio. Representa lo supremo en ausencia de la naturaleza individual». Del mismo modo, allí leemos: «El buda Mahavairochana se dirigió al Maestro de los Secretos diciendo: ―Maestro de los Secretos, ¿cuál es el significado de la iluminación? Significa entender nuestro propio ser esencial tal como realmente es‖». El Sutra de la guirnalda de flores indica: «De los muchos y diversos seres que hay en todos los mundos, pocos buscan practicar el vehículo de los que escuchan la voz. Menos aún son los que buscan practicar el vehículo de los que comprenden la causa. Y los que buscan el gran vehículo son extremadamente pocos. Buscar el gran vehículo es relativamente fácil de hacer, pero creer en las doctrinas de este sutra es difícil en extremo. Y cuánto más difícil es sostener este sutra, tener en mente sus enseñanzas de la manera correcta, practicarlas como se enseña y entender su verdadero significado. »No es difícil tomar el gran sistema planetario y sostenerlo sobre la cabeza sin moverse durante el término de un kalpa. Pero creer en las doctrinas de este sutra es difícil en extremo. Ofrecer durante el término de un kalpa artículos placenteros a todos los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de un gran sistema planetario, no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas de este sutra nos dará méritos inmensos. Sostener en la palma de la mano diez tierras de buda y permanecer inmóvil en el aire durante el término de un kalpa no es algo difícil de hacer. Pero creer en las doctrinas de este sutra es difícil en 58 extremo. Ofrecer artículos placenteros durante el término de un kalpa a todos los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de diez tierras de buda, no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas de este sutra nos brindará méritos inmensos. Durante el término de un kalpa uno podrá honrar y dar ofrendas a Los Que Así Llegan, incontables como las partículas de polvo de esas diez tierras de buda. Pero uno obtendrá méritos muchísimo mayores si puede aceptar y respetar las doctrinas de este capítulo».178 En el Sutra del nirvana se lee: «Aunque los muchos sutras correctos e iguales del gran vehículo proporcionen méritos inestimables, no hay forma de describir cuánto mayor será el mérito obtenido por medio de este sutra. Es cien veces, mil veces, mil millones de veces mayor; es mayor de una manera que escapa a toda posibilidad de cálculo o de analogía. Buenos hombres, la leche se extrae de la vaca; la nata se extrae de la leche; el cuajo se obtiene de la nata; la mantequilla se obtiene del cuajo; y la mantequilla clarificada se hace a partir de mantequilla. La más delicada es la mantequilla clarificada. El que la consuma se verá curado de cualquier enfermedad, como si en ella estuviesen contenidas todas las clases de medicamentos benéficos. Buenos hombres, el Buda es así. El Buda expuso las doce divisiones de la prédica. De esas doce divisiones, extrajo los sutras, y entre los sutras seleccionó los sutras correctos e iguales; de los sutras correctos e iguales extrajo la doctrina de los prajna-paramitas (perfeccionamiento de la sabiduría), y de los prajna-paramitas hizo nacer el Sutra del nirvana. El Sutra del nirvana es comparable con la mantequilla clarificada. Aquí, la mantequilla clarificada es una metáfora de la naturaleza de Buda». Cuando comparamos estos pasajes de las escrituras que acabo de citar con los del Sutra del loto que lo describen como el sutra más grande de todos los que el Buda «ha predicado, predica y predicará» y se ocupan de los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles, este último sutra se destaca como la luna refulgente al lado de las estrellas, o como el monte Sumeru al lado de las otras ocho cadenas montañosas que lo rodean. Y sin embargo, Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores; Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma; Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, y Kobo, de la escuela Palabra Verdadera –todos hombres supuestamente poseedores del ojo del Buda— no entendieron las citas del Sutra del loto antes mencionadas. ¡Cómo entonces podríamos esperar que los estudiosos comunes de la época, que parecen tener un grado avanzado de ceguera, juzguen la diferencia entre el Sutra del loto y los demás sutras! Esta diferencia es tan obvia como la que hay entre el blanco y el negro, o entre el monte Sumeru y una semilla de mostaza; no obstante, dichos hombres persisten en el camino equivocado. Por ende, no debería sorprendernos que también se dejen confundir por principios difusos como el aire. Quien no puede percibir la profundidad relativa de los diversos escritos, tampoco podrá juzgar el valor de los principios que en ellos se revele. Las frases [de los ocho sutras] antes citadas aparecen en volúmenes separados y no siguen un orden [en cuanto a su profundidad relativa]. Ya que esto dificulta 59 la tarea de discernir el valor de cada enseñanza, explicaré dichos pasajes para que las personas ignorantes [del budismo] puedan entenderlos mejor. Si hablamos de reyes, los hay grandes e insignificantes; además, en cualquier asunto que se analice, siempre hay que considerar las partes y el todo. Hemos mencionado la analogía con los cinco sabores lácteos, pero debemos entender en qué casos esta semejanza se aplica al conjunto de las enseñanzas budistas, y en qué casos se aplica a alguna parte de las doctrinas. El Sutra de los seis paramitas enseña que los seres animados pueden manifestar la iluminación, pero rehúsa aplicar este principio a aquellos seres que no poseen la naturaleza de la iluminación. Y, desde luego, nada dice sobre la doctrina de que el buda Shakyamuni logró la iluminación incontables eras atrás en el pasado. A decir verdad, el Sutra de los seis paramitas ni siquiera puede compararse con el Sutra del nirvana, que, de los cinco sabores, se equipara al de la mantequilla clarificada, ni mucho menos puede compararse con las enseñanzas teórica y esencial del Sutra del loto. Y sin embargo, el gran maestro Kobo del Japón, engañado por el pasaje recién citado del Sutra de los seis paramitas, asignó el Sutra del loto al cuarto sabor, el de la mantequilla. Si la mantequilla clarificada de los dharanis (fórmulas místicas) ni siquiera puede compararse con la mantequilla clarificada del Sutra del nirvana, ¿cómo explicar que Kobo haya cometido un error tan burdo? No obstante, este escribe que «los maestros budistas de la China pugnaron entre sí por robar la mantequilla clarificada»,179 y llama ladrones a T’ien-t’ai y a los otros. En tono jactancioso, declara: «¡Qué lástima, que los sabios de los tiempos antiguos no hayan podido deleitarse con esta mantequilla clarificada!». Pero dejaré esto a un lado y señalaré la verdad en beneficio de mis seguidores. Como algunas personas eligen no creer en ella en este momento, están formando por esta vía una relación inversa. Basta con probar una sola gota para descubrir el sabor del océano. Basta con ver un solo capullo en flor para predecir la llegada de la primavera. Para juzgar las virtudes relativas de las enseñanzas predicadas por el Buda a lo largo de su existencia, no hace falta cruzar las aguas que nos separan de la lejana China Sung ni pasar tres años viajando al Pico del Águila en la India,180 ni visitar el palacio del Rey Dragón como lo hizo Nagarjuna o visitar al bodhisattva Maitreya [en el cielo de Tushita] como lo hizo el bodhisattva Asanga,181 ni tampoco estar presente en los dos lugares y las tres asambleas donde Shakyamuni predicó el Sutra del loto. Se dice que las serpientes pueden anticipar una inundación siete días antes de que se produzca. Esto se debe a su afinidad con los dragones [que ocasionan las lluvias]. Los cuervos pueden predecir los sucesos afortunados o infaustos que ocurrirán en el transcurso de un año. Esto se debe a que, en una existencia anterior, fueron adivinos. La facultad de volar se da en las aves mejor que en los seres humanos. Y yo, Nichiren, para juzgar los méritos relativos de los sutras, tengo más capacidad que Ch’eng-kuan de la escuela Guirnalda de Flores; que Chia-hsiang de la escuela Tres Tratados; que Tz’u-en de la escuela 60 Características del Dharma, y que Kobo de la escuela Palabra Verdadera. Esto se debe a que sigo los pasos de los maestros T’ien-t’ai y Dengyo. Si Ch’eng-kuan y los demás no hubieran aceptado las enseñanzas de T’ien-t’ai y de Dengyo, ¿cómo podrían haber pensado que eludirían la grave falta de denigrar la Ley?182 Yo, Nichiren, soy el hombre más rico del Japón actual. He dedicado mi vida al Sutra del loto, y mi nombre será preservado a lo largo de la posteridad. Si uno es amo del gran océano, todas las deidades de los muchos ríos le obedecerán. Si uno es rey del monte Sumeru, todas las deidades de las muchas montañas le prestarán servicio. Si una persona cumple la enseñanza sobre «los seis actos difíciles y los nueve actos fáciles» expresada en el Sutra del loto, aunque no haya leído el conjunto de sutras en su totalidad, todos deberían seguirla. Además de las tres proclamas del Buda en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, el capítulo «Devadatta» contiene dos revelaciones esclarecedoras. [La primera anuncia que Devadatta logrará la Budeidad.] Devadatta fue un hombre de incredulidad incorregible, perteneciente a la clase de los icchantikas; y sin embargo, allí se predice que, en el futuro, llegará a ser un buda, y que su nombre será El Que Así Llega Rey Celestial. En los cuarenta volúmenes del Sutra del nirvana, se indica que [todos los seres, incluidos los icchantikas, poseen la naturaleza de Buda, pero] la prueba real y concreta de ello se encuentra en este capítulo del Sutra del loto. Hay infinidad de personas como el monje Sunakshatra o el rey Ajatashatru, que han cometido las cinco faltas capitales o han actuado contra la Ley, pero Devadatta suele citarse como ejemplo, en representación de toda esa cantidad de gente; es el epítome del transgresor, por eso se sobreentiende que todos los otros, que cometen el mal en menor medida, recibirán una retribución como la suya. Así pues, se revela que todos los que cometen las cinco o las siete faltas capitales183 o los que denigran la Ley, o los que son icchantikas intrínsecamente opuestos a abrazar la fe llegarán a ser todos budas, como El Que Así Llega Rey Celestial. El veneno se convierte en dulce rocío, el más exquisito de los sabores. [La segunda revelación se refiere al logro de la Budeidad por parte de la niña dragona.] Que la hija del Rey Dragón haya manifestado la Budeidad no sólo representa el logro de este ser individual: al mismo tiempo, implica que todas las mujeres alcanzarán el estado de Buda. En las diversas enseñanzas del Hinayana predicadas antes que el Sutra del loto, se niega absolutamente a las mujeres la posibilidad de lograr la iluminación. En los sutras del Mahayana, con excepción del Sutra del loto, parecería ser que las mujeres pueden manifestar la Budeidad o renacer en la tierra pura. Pero sólo después de haber cambiado de forma física. No se habla de un logro inmediato de la iluminación, basado en la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Por eso, se habla de manifestar la Budeidad o de renacer en la tierra pura sólo de manera nominal, mas no en el sentido real. La hija del Rey Dragón representa «el ejemplo que se aplica a todo el conjunto».184 Cuando la niña dragona manifestó la Budeidad, lo que hizo fue abrir el camino para que todas las mujeres de los tiempos futuros pudieran hacerlo. 61 El confucianismo predica la devoción filial y el respeto a los padres, pero sólo se limita a la existencia en curso. No proporciona ningún medio para ayudar a los padres en sus existencias futuras; por lo tanto, los sabios y venerables del confucianismo sólo son sabios y venerables en teoría, pero no en sentido real. El brahmanismo reconoce la existencia de vidas pasadas y futuras, pero no brinda medios para ayudar a que nuestros padres tengan una existencia mejor en el futuro. Solamente el budismo puede ofrecer este recurso, y por eso es el verdadero camino de los sabios y venerables. Pero en las enseñanzas del Hinayana y del Mahayana predicadas antes que el Sutra del loto, y en las escuelas basadas en dichos sutras, hasta a uno mismo le resulta imposible acceder al Camino; difícilmente entonces pueda suponerse que uno sea capaz de hacer algo en bien de sus padres. Aunque los textos de estos sutras digan [que pueden procurar la iluminación], en realidad no es así. Sólo a partir de la prédica del Sutra del loto –cuando la hija del Rey Dragón manifestó la iluminación—, se hizo evidente que la Budeidad era algo posible para todas las madres. Y sólo cuando se reveló que un hombre depravado como Devadatta podía iluminarse, quedó claro que la Budeidad era posible para todos los padres. El Sutra del loto es, para el budismo, como el Clásico sobre la devoción filial. Con esto doy por concluido mi análisis de las dos revelaciones contenidas en el capítulo «Devadatta». Admirados y sorprendidos por las cinco proclamas del Buda [contenidas en los capítulos «La Torre de los Tesoros» y «Devadatta»], los incontables bodhisattvas juraron al Buda que propagarían el Sutra del loto, tal como describe el capítulo «Aliento a la devoción». Sostendré este pasaje como espejo refulgente para que todos puedan ver que los sacerdotes actuales de las escuelas Zen, Preceptos y Nembutsu, como así también sus seguidores laicos, son culpables de denigrar la Ley. El duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y del buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue decapitada.185 Es su alma la que ha llegado hasta la isla de Sado y la que, en el segundo mes del año siguiente, bajo la nieve, redacta este escrito para enviárselo a sus discípulos cercanos. [La descripción de la época perversa que aparece en el capítulo «Aliento a la devoción»] parece terrible, pero [el que no escatima su vida en bien de la Ley] no tiene nada que temer; otros, al leerla, seguramente se espantarán. Este pasaje de las escrituras es el brillante espejo que dejaron Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones para el futuro del Japón, donde se refleja el actual estado del país. También puede ser visto como recordatorio dejado por mí. En el capítulo «Aliento a la devoción» se afirma: «Te suplicamos que no te preocupes. Cuando el Buda haya pasado a la extinción, en una época de miedo y de maldad, nosotros predicaremos por doquier. Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, pero nosotros soportaremos todas esas cosas. En esa época corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de corazón malvado, 62 aduladores y deshonestos, que creerán haber obtenido lo que en realidad no poseen, inclinados a la soberbia y la jactancia. O habrá monjes que vivirán retirados en los bosques, vestidos con andrajos, que dirán estar practicando el Camino verdadero, y despreciarán o tratarán con desdén a toda la humanidad. Ávidos de riquezas y de protección, predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales. Estos hombres, de corazón proclive al mal y de mente siempre inclinada a las cuestiones mundanas, se harán pasar por monjes retirados en los bosques y gozarán proclamando nuestros defectos. [...] Como en medio de la gran multitud continuamente tratan de difamarnos, se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia, así como a otros monjes, para calumniarnos y hablar mal de nosotros así: ―¡Estos son hombres de ideas perversas, que predican doctrinas no budistas!‖ [...] En un kalpa impuro, en una era malvada, habrá muchas cosas a las cuales temer. Demonios malignos tomarán posesión de los demás y, por medio de ellos, nos maldecirán, difamarán y cubrirán de escarnio. [...] Los monjes corruptos de esa era impura, incapaces de comprender los medios hábiles del Buda y de entender que él predica la Ley de acuerdo con lo apropiado, nos enfrentarán con lenguaje grosero y ceños fruncidos; una y otra vez seremos expulsados». En el octavo volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del ―Sutra del loto» se expresa: «En este pasaje, se habla de tres clases de arrogancia. Primero, hay una parte que denuncia a las personas de ideas erradas. Esto se refiere a [la arrogancia y la presunción de] los laicos. A continuación, hay otra parte que expone la arrogancia y la presunción de los miembros del clero budista. Y en tercer lugar, hay una parte que expone la arrogancia y la presunción de los que se creen venerables. De estas tres categorías, la primera se puede resistir. La segunda es peor que la primera, y la tercera es la más temible de todas. Y esto se debe a que en el caso de la segunda clase, y mucho más aún de la tercera, cuesta mucho más desenmascarar su verdadera naturaleza». El maestro del Dharma Chih-tu escribe, en su obra Tung-ch’un: «Primero, con respecto a la parte en verso que comienza diciendo: ―Habrá muchas personas ignorantes...», la primera sección nos dice que los devotos del Sutra del loto tendrán que soportar males infligidos por el cuerpo, la boca y la mente de sus oponentes. Esto se refiere a gente no budista y a malos laicos budistas. La parte siguiente, que comienza diciendo: «En esa época corrupta...», se refiere al clero budista arrogante. La tercera parte, que comienza diciendo: «O habrá monjes que vivirán retirados en los bosques...», se refiere a los miembros del clero que [fingen ser venerables, y aprovechándose de su posición] actúan como líderes de las demás malas personas‖. El mismo texto continúa: «La parte que comienza diciendo: ―Como en medio de la gran multitud...‖ describe la influencia que estos hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando contra la Ley y contra sus practicantes». 63 En el noveno volumen del Sutra del nirvana leemos: «Buenos hombres, hay icchantikas o personas de incredulidad incorregible, que fingen ser arhats, viven en lugares despoblados y hablan mal de los sutras iguales y correctos del gran vehículo. Cuando la gente común ve a estas personas, cree que son arhats genuinos y hablan de ellos como si se tratara de grandes bodhisattvas». También dice: «En ese momento, este sutra será ampliamente propagado en todo Jambudvipa. En esa época, habrá monjes perversos que se apropiarán de este sutra y lo dividirán en muchas partes, haciendo que se pierda así el color, el aroma y el sabor de la enseñanza correcta que él contiene. Estas malas personas leerán y recitarán este sutra, pero ignorarán y harán a un lado los principios profundos y vitales expuestos por El Que Así Llega, para introducir en su lugar una retórica ornamentada y palabras sin sentido. Arrancarán la primera parte de este sutra y la agregarán al final; arrancarán la última parte del sutra y la insertarán al principio, pondrán el final y el comienzo en el medio, y el medio en el comienzo o el final. Debéis comprender que estos malos monjes son compañeros del demonio». En el Sutra del parinirvana186 de seis volúmenes, leemos: «También hay icchantikas que parecen arhats pero cometen malas acciones. También hay arhats que parecen icchantikas pero ponen de manifiesto un corazón benevolente. Los icchantikas que parecen arhats se pasan la vida calumniando ante el pueblo los sutras correctos e iguales. Los arhats que parecen icchantikas, por su parte, critican a los que escuchan la voz y andan siempre predicando los sutras correctos e iguales. Se dirigen a la población diciendo: ―Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por qué? Porque cada ser vivo posee la naturaleza de Buda‖. Pero el pueblo, probablemente, llame a estos hombres icchantikas». En el Sutra del nirvana, el Buda habla de este modo: «Cuando yo haya fallecido [...]; cuando haya terminado el Primer Día de la Ley y comience el Día Medio, habrá monjes que darán la impresión de respetar las reglas de la disciplina monástica. Pero apenas leerán o recitarán los sutras y, en cambio, ansiarán toda clase de bebidas y manjares con que nutrir su cuerpo. A pesar de ir ataviados como monjes, deambularán al acecho de limosnas como cazadores de mirada furtiva y andar sigiloso. Serán como gatos agazapados en espera de un ratón. Y constantemente repetirán ―¡He llegado al nivel de los arhats!‖. Por fuera, parecerán sabios y bondadosos, pero por dentro alimentarán sentimientos de envidia y de ambición. [Y cuando se les pida que prediquen las enseñanzas, no dirán nada,] como brahmanes que han hecho votos de silencio. Lejos de ser monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto exterior. Consumidos por sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza correcta». Bajo la luz del sol y de la luna que representan [el Sutra del loto predicado sobre] el Pico del Águila y [el Sutra del nirvana predicado en] el bosquecillo de árboles sal, o en los espejos impecables que representan los comentarios formulados por Miao-lo, de P’i-ling, o por Chih-tu, de Tung-ch’un, podemos ver 64 sin rastros de oscuridad los rostros horrendos de los sacerdotes de muchas escuelas que hoy abundan en el Japón, especialmente, Zen, Preceptos y Nembutsu. El Sutra del loto de la Ley prodigiosa dice [en el capítulo «Aliento a la devoción»]: «Cuando el Buda haya pasado a la extinción, en una época de miedo y de maldad...», y el capítulo «Prácticas pacíficas» señala: «En la última época que vendrá de hoy en más», «En la última época...», «En la última época, cuando la Ley esté a punto de perecer...». El capítulo «Distinciones de beneficios» afirma: «En la época perversa del Último Día de la Ley...»; el capítulo «Rey de la Medicina» dice: «En el último período de quinientos años...». El capítulo «Exhortación a la prédica» del Sutra del loto de la Ley correcta sostiene: «En la última época que vendrá de ahora en más...» y «En la última época que vendrá...». Las mismas expresiones se emplean en el Texto ampliado del Sutra del loto de la Ley prodigiosa. T’ien-t’ai declara: «En el Día Medio de la Ley, las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte son enemigas del Sutra del loto».187 Y Dengyo señala: «A fines del Día Medio de la Ley, los eruditos de las seis escuelas de Nara son enemigos del Sutra del loto».188 En los tiempos de T’ien-t’ai y de Dengyo, todavía no habían aparecido [las tres clases de enemigos antes mencionados]. Pero debemos recordar que cuando el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, y el buda Muchos Tesoros se sentaron uno al lado del otro en la Torre de los Tesoros, como un sol y una luna, y los budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni llegaron procedentes de las diez direcciones, y se alinearon bajo los árboles como si fueran estrellas, en ese momento se dijo que, cuando hubieran transcurrido los mil años del Primer Día de la Ley y los mil años del Día Medio de la Ley, a comienzos del Último Día, el Sutra del loto tendría tres clases de enemigos. ¿Acaso es posible que esta proclama de los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas haya sido una predicción falsa o vacía? Ya han transcurrido dos mil doscientos años desde que falleció El Que Así Llega. Aunque fuese posible apuntar directamente a la tierra y errar el tiro, aunque las flores dejaran de abrirse en primavera, así y todo estoy seguro de que estos tres enemigos poderosos existen en la tierra del Japón. Si así fuera, ¿a quiénes debería incluirse en las filas de estos tres oponentes? ¿Y a quiénes considerar devotos del Sutra del loto? Es una cuestión problemática. ¿Deberíamos mis discípulos y yo contarnos entre los tres enemigos? ¿O debería considerársenos devotos del Sutra del loto? Es una cuestión preocupante. En el vigésimo cuarto año del reinado del rey Chao, cuarto soberano de la dinastía Chou, signo cíclico kinoe-tora, la noche del octavo día del cuarto mes, una luz de cinco tonalidades cruzó el cielo de norte a sur hasta iluminarlo todo como si fuese mediodía. La tierra se estremeció de seis formas distintas y, sin que lloviera, creció el caudal de ríos y arroyos, fuentes y estanques. Los árboles y las plantas florecieron y dieron fruto. Fue un suceso en verdad portentoso, que dejó estupefacto al rey Chao. El gran historiador Su Yu llevó a cabo ritos adivinatorios y proclamó: «Ha nacido un venerable en la región occidental». «¿Y 65 qué hay de nuestro país?», preguntó el rey Chao, a lo cual Su Yu replicó: «Nada en particular habrá de sucedernos, por ahora. Pero dentro de mil años, las palabras de este venerable llegarán a nuestro país y beneficiarán a todos los seres vivos». Su Yu era un experto en textos no budistas que aún no se había liberado de las ilusiones del pensamiento y del deseo, ni siquiera remotamente. Y, sin embargo, pudo saber lo que sucedería mil años después de su tiempo. Tal como él predijo, mil quince años tras la muerte del Buda, durante el reinado del emperador Ming, segundo soberano de la dinastía Han posterior, el décimo año de la era Yung-p’ing (67 d. C.), signo cíclico hinoto-u, las doctrinas del budismo fueron introducidas en la China.189 En un nivel muy diferente se encuentra la predicción antes mencionada, hecha por los muchos bodhisattvas en presencia del buda Shakyamuni, del buda Muchos Tesoros y de los budas de las diez direcciones que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. En vista de tal predicción, ¿cómo podrían no estar presentes en el Japón actual las tres clases de enemigos del Sutra del loto? En el Sutra de los sucesores del Buda, a este se le atribuyen estas palabras: «Después de mi muerte, durante los mil años del Primer Día de la Ley, habrá una sucesión de veinticuatro personas190 que difundirán las enseñanzas correctas, tal como yo las he enseñado». No contaremos aquí a Mahakashyapa y Ananda [porque fueron contemporáneos del Buda]. Pero cien años después apareció el monje Parshva; seiscientos años más tarde, el bodhisattva Ashvaghosha, y a los setecientos años, el bodhisattva Nagarjuna, junto a los demás, todos tal como la predicción lo había indicado. En tal caso, ¿podría haber sido inútil la profecía [del capítulo «Aliento a la devoción» del Sutra del loto]? Si esta predicción se apartara de la verdad, todo el Sutra del loto estaría lejos de la verdad. Y entonces, el sutra también habría mentido cuando dijo que Shariputra llegaría a ser Fulgor de Flor El Que Así Llega, y que Mahakashyapa, en el futuro, sería Brillo de Luz El Que Así Llega. Así pues, las enseñanzas expuestas en los sutras anteriores al Sutra del loto serían totalmente correctas, y los que escuchan la voz jamás tendrían posibilidad de lograr el estado de Buda. Pero ¿dónde estaríamos, si fuera cierto que uno debe dar ofrendas a un perro o a un zorro, antes que dárselas a un practicante que escucha la voz como Ananda? [El párrafo del capítulo «Aliento a la devoción» menciona a tres grupos de personas y] dice, primero, que «habrá muchas personas ignorantes»; segundo, que «en esa época corrupta habrá monjes…»; y, en tercer lugar, se refiere a «monjes vestidos con andrajos». En la primera categoría de personas ignorantes se cuentan los importantes creyentes laicos que apoyan a los monjes de las categorías segunda y tercera. En consecuencia, el gran maestro Miao-lo, puesto a comentar las características del primer grupo, dice que representan la arrogancia y la presunción de los laicos. Y el Tung-ch’un191 habla 66 de «la influencia que estos hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno,192 actuando contra la Ley y contra sus practicantes». Con respecto al segundo grupo de enemigos del Sutra del loto, en el sutra se afirma: «En esa época corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de corazón malvado, aduladores y deshonestos, que creerán haber obtenido lo que en realidad no poseen, inclinados a la soberbia y la jactancia». De manera semejante, en el Sutra del nirvana se lee: «En esa época, habrá monjes perversos [...]. Estas malas personas leerán y recitarán este sutra, pero ignorarán y harán a un lado los principios profundos y vitales expuestos por El Que Así Llega». En Gran concentración e introspección se indica: «Si uno no tiene fe [en el Sutra del loto], objetará que este pertenece al noble mundo de los venerables y que excede la capacidad de comprensión de su propia sabiduría. Si uno no tiene sabiduría, se inflará de arrogancia y pretenderá ser igual al Buda». Vemos un ejemplo de ello en la declaración del maestro de la meditación Tao-ch’o: «La segunda razón [por la cual resulta difícil entender el Sutra del loto] es que sus principios son muy profundos, pero la comprensión humana es muy limitada».193 Honen sostiene: «Las demás prácticas religiosas, fuera del Nembutsu, no concuerdan con la capacidad de la gente. No son apropiadas para la época».194 [Para combatir tales ideas,] en el décimo volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del ―Sutra del loto‖» se afirma: «Probablemente, los de comprensión errada no entiendan cuán inmenso es el beneficio obtenido incluso por un principiante [en la práctica del Sutra del loto]. Suponen que el beneficio está reservado sólo para aquellos que han avanzado mucho en su práctica, y menosprecian a los principiantes. Por lo tanto, aquí el sutra demuestra su poder revelando que la práctica es superficial, pero el beneficio resultante es realmente profundo». El gran maestro Dengyo declara: «Los días Primero y Medio ya casi han terminado, y el Último Día se aproxima. Esta, sin duda, es la época en que el vehículo único del Sutra del loto demostrará adecuarse perfectamente a la capacidad de todas las personas. ¿Cómo sabemos que esto es verdad? Porque el capítulo ―Prácticas pacíficas‖ del Sutra del loto señala: ―En la última época que vendrá de hoy en más, cuando la Ley esté por perecer, [aceptad y abrazad el Sutra del loto]‖».195 Y Eshin dice: «En todo el Japón, todas las personas comparten la misma capacidad de manifestar la Budeidad mediante la enseñanza perfecta».196 Ahora bien, ¿a cuáles opiniones deberíamos dar crédito: a las de Tao-ch’o y Honen, o a las de Dengyo y Eshin? Los primeros no pueden esgrimir como prueba ni siquiera un renglón de los sutras. Los últimos se basan con firmeza en el Sutra del loto. 67 Además, el gran maestro Dengyo del monte Hiei es, para todos los sacerdotes del Japón, el maestro de la ordenación sacerdotal. ¿Cómo podría cualquier sacerdote inclinar su corazón hacia una persona como Honen, poseída por el demonio celestial, y rechazar al gran maestro Dengyo, maestro de la ordenación? Si Honen hubiese sido un hombre de verdadera sabiduría, ¿por qué en su obra Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas no mencionó los pasajes explicativos de Dengyo y de Eshin, como yo he citado antes, para resolver la contradicción? No lo hizo porque es de las personas que ocultan las enseñanzas de otros. Cuando el Sutra del loto habla de la segunda clase de enemigos diciendo: «En esa época corrupta, habrá monjes...», está refiriéndose a hombres como Honen, que no tienen en cuenta los preceptos y postulan ideas perversas. En el Sutra del nirvana se sostiene: «[Honrado por el Mundo, hoy he aprendido la noción correcta por primera vez. Honrado por el Mundo, hasta el día de hoy] todos hemos sido personas de ideas erróneas». Miao-lo lo explica revelando: «Ellos mismos se refirieron a las tres enseñanzas [que habían estado practicando hasta ese momento] diciendo que eran ideas erróneas».197 Y Gran concentración e introspección afirma: «El Sutra del nirvana dice: ―Hasta el día de hoy todos hemos sido personas de ideas erróneas‖. ¿No es cierto que ―erróneas‖ alude a algo malo?‖». En el Comentario sobre «Gran concentración e introspección» se indica: «―Erróneas‖ se refiere a lo malo. Por lo tanto, debe saberse que sólo la enseñanza perfecta es buena. Aquí hay dos significados implícitos. Primero, hay que considerar bueno a aquello que concuerda con la verdad, y hay que considerar malo a lo que va en contra de la verdad. Este es el significado desde el punto de vista relativo. [Segundo,] el apego [a este punto de vista] es malo, y trascender este apego es bueno. [Este es el significado desde el punto de vista absoluto.] Desde las perspectivas relativa y absoluta, debemos abandonar todo lo que sea malo. Apegarse a la enseñanza perfecta es malo, y apegarse a las otras [tres] enseñanzas es, por supuesto, mucho peor aún». Todas las virtudes y todos los defectos de los credos no budistas, comparados con los sutras del Hinayana, representan un mal camino en su totalidad. De manera análoga, cuando las bondades del Hinayana, de los cuatro sabores y de las tres enseñanzas se comparan con el Sutra del loto, todos resultan ser erróneos y malos en su totalidad. Sólo el Sutra del loto es correcto y bueno. La «enseñanza perfecta» de los sutras predicados antes que el Sutra del loto recibe esta denominación sólo desde el punto de vista relativo; pero desde el punto de vista absoluto, también debe considerarse mala. Fundamentalmente, cae en la categoría de las tres enseñanzas, y por lo tanto es perniciosa también en dicho sentido. Asimismo es perjudicial practicar de acuerdo con los sutras los principios más elevados de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto. ¡Cuánto peor es, entonces, que alguien tome como enseñanza fundamental una obra de doctrinas insignificantes, como el Sutra de la meditación, que ni siquiera se compara con el Sutra de la guirnalda de flores o con el Sutra de la sabiduría! Las personas así introducen en el Sutra de la meditación [las ideas de] el Sutra del loto y exhortan a la gente a «descartar, cerrar, ignorar y abandonar» el Sutra 68 del loto, para creer tan sólo en el Nembutsu. Es lo que hacen Honen, sus discípulos y sus seguidores laicos, y por eso merecen ser llamados detractores de la enseñanza correcta. El buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones vienen a este mundo para asegurarse de que «la Ley perdure durante mucho tiempo».198 Honen y los demás sacerdotes del Nembutsu en todo el Japón declaran que, en el Último Día de la Ley, el Sutra del loto desaparecerá ante el Nembutsu. ¿Acaso estos individuos no son enemigos de Shakyamuni, Muchos Tesoros y los otros budas? Con respecto al tercer grupo de enemigos del Sutra del loto, el texto dice: «O habrá monjes que vivirán retirados en los bosques, vestidos con andrajos [...]; predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales». Y en el Sutra del parinirvana de seis volúmenes se afirma: «También hay icchantikas que parecen arhats pero cometen malas acciones. También hay arhats que parecen icchantikas pero ponen de manifiesto un corazón benevolente. Los icchantikas que parecen arhats se pasan la vida calumniando ante el pueblo los sutras correctos e iguales. Los arhats que parecen icchantikas, por su parte, critican a los que escuchan la voz y andan siempre predicando los sutras correctos e iguales. Se dirigen a la población diciendo: ―Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por qué? Porque cada ser vivo posee la naturaleza de Buda‖. Pero el pueblo, probablemente, llame a estos hombres icchantikas». En el Sutra del nirvana, leemos: «Cuando yo haya fallecido [...], [cuando haya terminado el Primer Día de la Ley] y comience el Día Medio, habrá monjes que darán la impresión de respetar las reglas de la disciplina monástica. Pero apenas leerán o recitarán los sutras y, en cambio, ansiarán toda clase de bebidas y manjares con que nutrir su cuerpo. A pesar de ir ataviados como monjes, deambularán al acecho de limosnas como cazadores de mirada furtiva y andar sigiloso. Serán como gatos agazapados en espera de un ratón. Y constantemente repetirán ―¡He llegado al nivel de los arhats!‖. Por fuera, parecerán sabios y bondadosos, pero por dentro alimentarán sentimientos de envidia y de ambición. [Y cuando se les pida que prediquen las enseñanzas, no dirán nada,] como brahmanes que han hecho votos de silencio. Lejos de ser monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto exterior. Consumidos por sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza correcta». Miao-lo escribe, con respecto a las personas de esta índole: «La tercera [clase] es la más temible de todas. Y esto se debe a que en el caso de la segunda clase, y mucho más aún de la tercera, cuesta mucho más desenmascarar su verdadera naturaleza». Y el Tung-ch’un, comenta: «La tercera parte, que comienza diciendo: ―O habrá monjes que vivirán retirados en los bosques...‖, se refiere a los miembros del clero que [fingen ser venerables, y aprovechándose de su posición] actúan como líderes de las demás malas personas». 69 Con respecto a estos «miembros del clero que actúan como líderes de las demás malas personas», ¿en qué parte del Japón actual deberíamos buscarlos? ¿En el monte Hiei? ¿En el Onjo-ji [de Otsu]? ¿En el To-ji [de Kioto]? ¿En los templos de Nara? ¿En el Kennin-ji [de Kioto] o en el Jufuku-ji y el Kencho-ji [de Kamakura]? Debemos examinar este punto atentamente. ¿Acaso las palabras se refieren a los monjes del Enryaku-ji, en el monte Hiei, que usan yelmos en la cabeza y se protegen con armaduras? ¿Se refieren a los monjes del Onjo-ji, que visten cota de malla sobre sus cinco cuerpos de la Ley199 y portan armas? Pero estos hombres no se parecen a los que viven «retirados en los bosques, vestidos de andrajos» que describe el sutra, ni parecen responder a la descripción de los que son «respetados y venerados por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales». No son como los hombres del tercer grupo, cuya «verdadera naturaleza» [como dijo Miao-lo] «cuesta mucho más desenmascarar». Por lo tanto, parecería que las palabras se refieren a hombres como Shoichi, de Kioto, o Ryokan, de Kamakura. [Aun cuando se los identificara como tales,] estos no tendrían que odiar a otras personas [por ese motivo]. Si tienen ojos, deberían examinar el texto de los sutras comparándolos con su propio comportamiento. En el primer volumen de Gran concentración e introspección se enseña: «Nunca ha existido nada que pueda compararse con el brillo y la serenidad de la concentración y la introspección». El primer volumen del Comentario sobre «Gran concentración e introspección» afirma: «Desde la época en que el emperador Ming de la dinastía Han soñó una noche con el Buda, hasta la dinastía Ch’en [en la cual vivió el gran maestro T’ien-t’ai], hubo muchos que participaron en la escuela Zen y recibieron la túnica y la escudilla que les fueron transmitidas». El Suplemento de las tres obras principales de T’ien-t’ai lo explica así: «La transmisión de la túnica y la escudilla se refiere a la sucesión de los patriarcas del Zen, de Bodhidharma en adelante». El quinto volumen de Gran concentración e introspección refiere: «Hay una clase de personas que dicen pertenecer al Zen, pero sus maestros y discípulos son ciegos [a la verdad] y cojos [en la práctica], y tanto los maestros como los discípulos caerán en el infierno». En el séptimo volumen, leemos: «[Hay diez caminos necesarios para entender y practicar el budismo de manera correcta. De todos ellos, salvo uno,] los nueve caminos no tienen nada en común con los sacerdotes habituales de este mundo, que se centran en la palabra escrita, ni tienen nada en común con los maestros del Zen, que se centran en la práctica. Algunos maestros del Zen dedican su interés exclusivo a la meditación. Pero su meditación es superficial y falsa, y los nueve caminos están totalmente ausentes en ella. Esta no es una afirmación ociosa. Las personas sabias de la posteridad que tengan ojos y capacidad de ver entenderán la verdad de lo que digo». En el séptimo volumen de Comentario sobre «Gran concentración e introspección» leemos: «―Sacerdotes que se centran en la palabra escrita‖ se refiere a hombres que no obtienen ninguna revelación o comprensión interior mediante la meditación, sino que se ocupan exclusivamente de las 70 características doctrinales. ―Maestros del Zen que se centran en la práctica‖ se refiere a hombres que no aprenden cómo alcanzar la verdad y la sabiduría correspondiente, sino que fijan su mente en las simples técnicas de control respiratorio. La suya es una clase de meditación [no budista] que, fundamentalmente, aún sigue sujeta a la ilusión. ―Algunos maestros del Zen [que] dedican su interés exclusivo a la meditación‖ significa que T’ien-t’ai les da cierto grado de reconocimiento a los fines del análisis, pero, desde un punto de vista más riguroso, no tienen comprensión ni introspección. Los hombres del Zen, en el mundo actual, sólo valoran la meditación [como vía para llegar a la verdad] y no tienen ninguna familiaridad con las enseñanzas doctrinales. Confían sólo en la meditación e interpretan los sutras a su propio modo. Juntan los ocho errores con los ocho vientos y dicen que el Buda midió casi cinco metros de altura.200 Agrupan los cinco componentes y los tres venenos, y dicen que se trata de los ocho errores. Creen que los seis órganos sensoriales y los seis poderes trascendentales son lo mismo, y equiparan los cuatro elementos a las cuatro nobles verdades. Interpretar los sutras de manera tan arbitraria es perpetrar la falsedad más grave. Semejante insensatez ni siquiera es digna de análisis». El séptimo volumen de Gran concentración e introspección afirma: «En el pasado, el maestro zen de Yeh y Lo201 fue célebre a lo ancho y a lo largo de la China. Cuando él llegaba, acudían personas de todas las direcciones para reunirse a su alrededor como nubes, y cuando partía, la gente formaba una larga escolta a ambos lados de los caminos. Pero ¿qué beneficio obtuvieron de tanto despliegue y alboroto? En su lecho de muerte, todas estas personas se arrepintieron de haber actuado así». En el séptimo volumen de Comentario sobre «Gran concentración e introspección», leemos: «El texto menciona al ―maestro zen de Yeh y Lo‖. ―Yeh‖ se encuentra en Hsiang-chou, y fue la capital durante las dinastías Ch’i y Wei. El fundador del Zen hizo que allí floreciera el budismo y convirtió a toda la población de la zona. El gran maestro T’ien-t’ai, por deferencia a las personas de su propia época, se abstiene de dar nombres específicos. ―Lo‖ se refiere a la ciudad de Lo-yang». En el Sutra del parinirvana de seis volúmenes, se explica: «Lo extremo es imposible de ver. Dicho de otro modo, las acciones extremadamente malvadas que cometen los icchantikas son imposibles de percibir». O, como ha dicho Miao-lo: «La tercera [clase] es la más temible de todas. Y esto se debe a que [en el caso de la segunda clase, y mucho más aún de la tercera,] cuesta mucho más desenmascarar su verdadera naturaleza». Los que no tienen ojos, los tuertos y los de visión distorsionada no pueden ver estas tres clases de enemigos del Sutra del loto que aparecen a comienzos del Último Día de la Ley. Pero los que han adquirido el ojo del Buda en forma parcial pueden discernir quiénes son. «Se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia». Y el Tung-ch’un habla de «la influencia que estos 71 hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando contra la Ley y contra sus practicantes». En el pasado, cuando el Día Medio de la Ley se acercaba a su fin, Gomyo, Shuen y otros sacerdotes presentaron peticiones al trono con el fin de calumniar al gran maestro Dengyo. Ahora, cuando empieza el Último Día de la Ley, Ryokan, Nen’a y otros pergeñan falsos documentos y los presentan al sogunato. ¿Acaso no debería incluírselos en el tercer grupo de enemigos del Sutra del loto? Hoy en día, los maestros del Nembutsu se dirigen a los «gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia» que apoyan la escuela Tendai del Loto y les dicen: «Los principios del Sutra del loto son muy profundos, pero nuestra comprensión es limitada. La doctrina que enseña es extremadamente profunda; nuestra capacidad, superficial en extremo». [Tal como se afirma en Gran concentración e introspección,] esta gente «objetará que [el Sutra del loto] pertenece al noble mundo de los venerables y que excede la capacidad de comprensión de su propia sabiduría». Además, los hombres de la escuela Zen sostienen: «El Sutra del loto es un dedo que apunta a la luna, pero la escuela Zen es la luna en sí. Cuando uno posee la luna, ¿para qué querría el dedo? El Zen es la mente del Buda. El Sutra del loto es la palabra del Buda. Cuando el Buda terminó de predicar el Sutra del loto y todos los demás sutras, sostuvo en alto una flor y, con ese solo gesto, transmitió su iluminación sólo a Mahakashyapa.202 Como muestra de tácita comunicación, el Buda entregó a Mahakashyapa su propia túnica, que junto con la iluminación ha sido transmitida a través de los veintiocho patriarcas de la India y los seis patriarcas de la China». Este tipo de falsedad ya lleva muchos años engañando e intoxicando a nuestro país. Por otro lado, aun cuando, nominalmente, los ilustres sacerdotes de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera representen la corriente a la cual pertenecen, en realidad demuestran una notable ignorancia de sus propias enseñanzas. Dada su arraigada codicia y su profundo miedo a los guerreros y cortesanos, transigen con las afirmaciones de quienes siguen al Nembutsu y al Zen, y les cantan loas. Hace mucho tiempo, el buda Muchos Tesoros y los muchos budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni juraron fidelidad al Sutra del loto y dijeron que se asegurarían de que «la Ley perdure durante mucho tiempo». Pero ahora, los ilustres líderes de la escuela Tendai propugnan la noción de que las doctrinas del Sutra del loto son muy profundas, mientras que el entendimiento humano es limitado. A raíz de esta postura, el Sutra del loto hoy existe en el Japón sólo en su aspecto formal: no hay una sola persona que realmente lo practique y que esté manifestando la iluminación. ¿A quién, entonces, podríamos llamar devoto del Sutra del loto? Vemos sacerdotes que queman templos y pagodas, y marchan al exilio en cantidades incalculables. Y vemos una enorme cantidad de monjes ilustres que adulan a los cortesanos y guerreros, y a quienes el pueblo detesta por su actitud. ¿Acaso estas personas merecen ser consideradas devotos del Sutra del loto? 72 Como las predicciones del Buda no son falsas, las tres clases de enemigos del Sutra del loto ya han comenzado a proliferar en todo el país. Y sin embargo, contraviniendo las palabras de oro del Buda, no parece haber ningún devoto del Sutra del loto. ¿Cómo podría ser posible? ¿Cómo podría ser posible? Pero detengámonos a pensarlo. ¿Quién está sufriendo las imprecaciones y calumnias de la población? ¿Quién es el sacerdote atacado con palos y espadas? ¿Quién es el monje acusado por causa del Sutra del loto en alegatos dirigidos a los cortesanos y guerreros? ¿Qué sacerdote ha sido «expulsado una y otra vez», como predice el Sutra del loto? ¿Quién otro en el Japón, además de Nichiren, ha cumplido todas estas predicciones? Y sin embargo, yo, Nichiren, no soy un devoto del Sutra del loto porque, en contra de las predicciones, he sido abandonado por las deidades. ¿Quién, entonces, en la época actual será el devoto del Sutra del loto y cumplirá la profecía del Buda? El Buda y Devadatta son como un objeto y su sombra; en existencia tras existencia, nada consigue separarlos. El príncipe Shotoku y su archienemigo Moriya203 aparecieron en la misma época, como el cáliz y el capullo del loto. Si existe un devoto del Sutra del loto, también tienen que existir las tres clases de enemigos poderosos. Y como estas ya han aparecido, ¿quién, entonces, es el devoto del Sutra del loto? Salgamos a buscarlo y adoptémoslo como maestro. [Como afirma el Sutra del loto, la dificultad de hallar a alguien así es mayor que] la de una tortuga tuerta ante el desafío de encontrar un tronco a la deriva [con un hueco del tamaño justo para contenerla a ella en su interior].204 Alguien podría preguntar: Es cierto que las tres clases de enemigos poderosos parecen estar presentes en la época actual, pero no se ve a ningún devoto del Sutra del loto. Si uno dijese que usted [Nichiren] lo es, en tal caso se verían de inmediato las siguientes contradicciones. El Sutra del loto señala: «Los jóvenes hijos de los seres celestiales lo asistirán y le prestarán servicio. No será tocado por palos ni espadas, y el veneno no podrá hacerle daño».205 También dice: «A los que hablen mal de él y lo calumnien, la boca se les cerrará enmudeciendo sus palabras».206 Y explica: «[Los que han escuchado la Ley] disfrutarán de paz y de seguridad en esta existencia y de buenas circunstancias en existencias futuras».207 Además, afirma: «[A aquellos que [...] molesten y perturben a los que predican la Ley], la cabeza se les partirá en siete pedazos, como las ramas del árbol de arjaka».208 En otra parte, leemos: «En esta existencia, [los practicantes del Sutra del loto] obtendrán la recompensa de la buena fortuna».209 Y agrega: «Si alguien ve a una persona que acepta y practica este sutra, y trata de exponer los defectos o males de esa persona, ya sea que tales cosas sean ciertas o falsas, igualmente en esta existencia [quien las diga] se verá afectado de lepra blanca».210 [¿Cómo explica usted estas discrepancias?] Respuesta: Sus dudas resultan más que oportunas. Aprovecharé la ocasión para aclarar los temas que lo desconciertan. El capítulo «Jamás Despreciar» del 73 Sutra del loto señala: «Hablaron mal de él [del bodhisattva Jamás Despreciar] y lo maldijeron». Y, luego: «Algunos en el grupo tomaron palos de madera, o piedras y lajas, y lo azotaron y apedrearon». En el Sutra del nirvana se lee: «Incluso lo matarán o le causarán heridas». El Sutra del loto afirma: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, [¡cuánto peor será después de su muerte!]». El Buda enfrentó actos hostiles, conocidos como las nueve grandes pruebas; por ejemplo, fue herido en un dedo del pie por Devadatta. Y sin embargo, fue un devoto del Sutra del loto ¿o alguien lo pondría en duda? Y el bodhisattva Jamás Despreciar [quien, como hemos visto, fue maldecido y azotado] ¿acaso no fue un devoto de la enseñanza del vehículo único? Maudgalyayana fue asesinado a golpes por un grupo de brahmanes llamado Bastón de Bambú, poco después de que el Sutra del loto predijera que él lograría la Budeidad en una existencia futura. De las [veinticinco] figuras principales del linaje budista, el decimocuarto, el bodhisattva Aryadeva, y el vigésimo quinto, el honorable Aryasimha,211 murieron asesinados. ¿Y acaso estos hombres no eran devotos del Sutra del loto? Chu Tao-sheng fue expulsado a una montaña en Su-chou, y Fa-tao fue marcado en el rostro y desterrado al sur del río Yangtze. ¿Acaso estas personas no practicaron la enseñanza del vehículo único? Entre los eruditos del saber secular, tanto Po Chü-i como Sugawara no Michizane, venerado en forma póstuma como la deidad del santuario de Kitano, fueron exiliados a lugares remotos. ¿Y sin embargo no fueron hombres sabios? Si consideramos la segunda parte de su pregunta, debemos observar los siguientes puntos. Los que no cometieron el error de denigrar el Sutra del loto en existencias anteriores serán devotos del Sutra del loto en esta existencia. Si tales personas se vieran sometidas a persecuciones, falsamente acusadas de haber cometido delitos mundanos, sus perseguidores deberán sufrir alguna clase de retribución inmediata. Sería como el caso de los asuras que disparan flechas a Shakra; o de los garudas, las aves que tratan de comerse al dragón del lago Anavatapta pero sin falta terminan lastimándose a sí mismas. Y, no obstante, T’ien-t’ai dice: «Las enfermedades y dolores que sufro en el presente se deben a causas cometidas en el pasado, y los actos meritorios que llevo a cabo en el presente serán recompensados en el futuro».212 Del mismo modo, en el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno dice: «Si queréis comprender las causas que existieron en el pasado, observad los resultados tal como se manifiestan en el presente. Y si queréis comprender qué resultados se manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente». En el capítulo «Jamás Despreciar» del Sutra del loto se lee «cuando hubo expiado sus faltas».213 Esto indica que el bodhisattva Jamás Despreciar fue atacado con lajas y piedras porque, en el pasado, había cometido la falta de actuar contra el Sutra del loto. A continuación, debemos destacar que las personas inevitablemente destinadas a caer en el infierno en su existencia próxima, aunque cometan graves faltas en su existencia actual, no sufrirán una retribución inmediata. Ejemplo de ello son los icchantikas. 74 El Sutra del nirvana señala: «El bodhisattva Kashyapa dijo al Buda: ―Honrado por el Mundo, tal como has descrito, los rayos del gran nirvana del Buda entran en los poros de todos los seres vivos‖». También indica: «El bodhisattva Kashyapa dijo al Buda: ―Honrado por el Mundo, ¿cómo pueden crear las causas que conducirán a la iluminación aquellos que todavía no han concebido el deseo de la iluminación?‖». En respuesta, «el Buda dijo a Kashyapa: ―Puede haber personas que escuchen el Sutra del nirvana y, sin embargo, sostengan que no necesitan concebir el deseo de la iluminación, y que, en cambio, actúen contra la enseñanza correcta. Estas personas, en forma inmediata, por la noche soñarán con demonios, y su corazón se henchirá de espanto. Los demonios les dirán: ʻ¡Amigo mío, qué necio eres! ¡Si en este momento no te trazas el objetivo de la iluminación, tu vida se acortará!ʼ. Estas personas se estremecen de pavor, y no bien despiertan de su pesadilla, conciben el deseo de iluminarse. Debéis saber que tales individuos llegarán a ser grandes bodhisattvas‖». En otras palabras, aunque uno actúe contra la enseñanza correcta, si no es una persona de maldad indescriptible de inmediato será advertido en sueños y cambiará su actitud. [De acuerdo con el Sutra del nirvana, por otro lado, a los icchantikas se los compara con] «árboles muertos o montañas pedregosas», incapaces de albergar o de nutrir crecimiento, y con «semillas calcinadas que ni aun regadas por la dulce lluvia» podrán crecer. «Las perlas brillantes, puestas en agua turbia, tienen la facultad de convertirla en agua límpida. [...] Pero, puestas en el fango de un icchantika, no consiguen purificarlo». Son [como las personas sin heridas en las manos, en la cita del sutra que dice:] «Si una persona con las manos heridas toca veneno,214 este entrará en su cuerpo, pero si alguien toca ponzoña con las manos intactas, esta no penetrará». «Así como la lluvia torrencial no puede quedar suspendida en el cielo, [de la misma manera tampoco la lluvia de la Ley puede permanecer en el cielo de un icchantika]».215 A través de estas muchas analogías, podemos saber que los icchantikas de la peor clase invariablemente caerán en el infierno del sufrimiento incesante en su próxima existencia. Por ende, en esta vida no sufrirán ninguna retribución inmediata. Son como el rey Chieh, de la dinastía Hsia, y el rey Chou, de la dinastía Yin, los malvados gobernantes de la antigua China. Durante sus reinados, los cielos no manifestaron ninguna señal extraña de advertencia; pero esto fue así, porque sus faltas, de tan graves, ya habían destinado a sus dinastías a perecer. En tercer lugar, parecería que las deidades protectoras han abandonado este país; es probable que, por esta razón, los transgresores no estén sufriendo castigos inmediatos. En una época en que se denigra la Ley, las deidades guardianas se alejan y las numerosas funciones protectoras dejan de brindar resguardo. Por eso, los devotos de la enseñanza correcta no reciben señales de protección celestial sino que, a la inversa, enfrentan graves dificultades. En el Sutra de la luz dorada se expresa: «Día a día, disminuyen los que realizan buenas acciones, y su número decrece». Vivimos en un país perverso y en una época de maldad. Ya he analizado todo esto detalladamente en mi trabajo 75 titulado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra. Declararé lo siguiente: que las deidades me abandonen; que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley. Shariputra practicó el Camino del bodhisattva durante sesenta kalpas, pero lo abandonó cuando no pudo soportar la prueba del brahmán que le pidió un ojo como limosna.216 De aquellos que recibieron las semillas de la iluminación en el remoto pasado, y de aquellos que recibieron dichas semillas de los hijos del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal, muchos abandonaron esa simiente y sufrieron en el infierno durante infinidad de kalpas: en el primer caso, kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios, y en el segundo caso, kalpas numerosos como las partículas de polvo de un gran sistema planetario. Y todo porque siguieron a malas compañías. El que, tentado por el bien o amenazado por el mal, abandona el Sutra del loto se condena al infierno. Aquí haré un gran juramento: Aunque me ofrezcan el gobierno del Japón si abandono el Sutra del loto, si acepto las enseñanzas del Sutra de la meditación o si ansío renacer en la Tierra Pura; aunque me digan que decapitarán a mis padres si no recito el Nembutsu; sean cuales fueren los obstáculos que deba enfrentar, mientras las personas de sabiduría no demuestren que mis enseñanzas son falsas, ¡jamás claudicaré! Cualquier otra aflicción será, para mí, como polvo en el viento. Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré! Pregunta: ¿Cómo puede estar seguro de que los destierros y las sentencias de muerte que le fueron impuestos son producto de un karma creado en el pasado? Respuesta: Los espejos de bronce reflejan el color y la forma. El primer emperador de la dinastía Ch’in tenía un espejo detector de mentiras que reflejaba las faltas cometidas durante la existencia en curso. El espejo de la Ley del Buda permite esclarecer las acciones causales cometidas en el pasado. En el Sutra del parinirvana leemos: «Buenos hombres, como las personas cometieron incontables faltas y acumularon gran cantidad de karma negativo en el pasado, deben esperar una retribución adversa por todo lo que han hecho. Podrán ser despreciados, maldecidos con un aspecto desagradable, ir pobremente vestidos y mal alimentados, buscar riqueza en vano, nacer en una familia pobre y de baja condición, o en una donde se sostengan ideas equivocadas, o ser perseguidos por las autoridades. Podrán verse sometidos a otros diversos sufrimientos y retribuciones. Pero, gracias a los beneficios derivados de proteger la Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su retribución en esta existencia». 76 Este pasaje del sutra concuerda en forma exacta con mi propia experiencia. A esta altura, todas las dudas que expuse anteriormente tendrían que estar resueltas; los miles de obstáculos no representan nada para mí. Permítanme mostrar, frase por frase, de qué manera se me aplican las declaraciones del texto. «Podrán ser despreciados» –o, como afirma el Sutra del loto, «[que se nos] despreciara, odiara, envidiara o tratara con rencor...»— es, con exactitud, la forma en que he sido tratado, con desprecio y arrogancia, durante más de veinte años. Asimismo, se me ajustan las frases «maldecidos con un aspecto desagradable,» y «pobremente vestidos». «Mal alimentados» también se me aplica. «Buscar riqueza en vano, nacer en una familia pobre y de baja condición» responde a mi situación. «Ser perseguidos por las autoridades»... ¿puede haber alguna duda de que ese pasaje se refiere a mí? El Sutra del loto afirma: «Una y otra vez seremos expulsados», y la frase del Sutra del parinirvana dice: «Podrán verse sometidos a otros diversos sufrimientos y retribuciones». [Estas citas también concuerdan con mi realidad.] El pasaje, asimismo, señala: «Gracias a los beneficios derivados de proteger la Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su retribución en esta existencia». En el quinto volumen de Gran concentración e introspección se comenta lo siguiente sobre este tema: «Las endebles virtudes producidas por una mente que sólo decide practicar a medias no pueden modificar [el ámbito del karma]. Pero si uno lleva a cabo la práctica de la concentración y la introspección para poder observar la ―salud‖ y la ―enfermedad‖,217 entonces podrá alterar el ciclo de nacimiento y muerte [dentro del ámbito del karma]». También expresa: «[A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión,] comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí por interferir». Desde el pasado sin comienzo, he nacido infinidad de veces como un mal gobernante que privó a los devotos del Sutra del loto de su vestimenta y su ración, de sus campos y cosechas, en muchos aspectos como la población del Japón actual, que se dedica a destruir los templos consagrados al Sutra del loto. Además, en incontables oportunidades decapité a los devotos del Sutra del loto. Ya he pagado algunas de estas graves faltas, pero hay otras cuya retribución todavía está pendiente. Aun cuando parezca que las he saldado en su totalidad, quedan todavía algunos efectos negativos sin manifestar. Para mí, la hora de trascender los sufrimientos del nacimiento y la muerte sólo llegará cuando me haya librado por completo de estas pesadas faltas. Mis méritos son insignificantes, pero estas malas causas son realmente graves. Si practicara las enseñanzas de los sutras provisionales, la retribución de estas graves faltas no se manifestaría. Cuando el hierro es expuesto a las llamas, las impurezas del mineral sólo afloran a fuerza de golpes incesantes; las fallas se tornan visibles sólo cuando se lo somete una y otra vez a este proceso de templado. Para obtener aceite de cáñamo en cantidad, hay que prensar las semillas con muchísima fuerza. De la misma manera, cuando refuto con energía a todos aquellos que, en este país, denigran la Ley, me veo sometido a tremendas dificultades. Será que mis actos en defensa de la Ley están 77 generando, en esta existencia, la retribución de las graves faltas que cometí en el pasado. El hierro es de color negro mientras no se lo expone a las llamas; pero, en contacto con el fuego, se pone al rojo vivo. Cuando uno atraviesa con un tronco la corriente de un río veloz, se forman olas que crecen como colinas. Y cuando uno molesta a un león dormido, este lanza un rugido ensordecedor. El Sutra del nirvana expresa: «Es como el caso de una mujer pobre, sin casa donde vivir ni nadie que la proteja; por añadidura, debe sufrir a causa del hambre, la sed y la enfermedad. Así, deambula de un lugar a otro, mendigando para vivir. En una posada donde encuentra albergue, da a luz un hijo, pero el dueño de la hostería la expulsa de allí. Aunque el pequeño acaba de nacer, la mujer lo toma en brazos y se marcha, con la esperanza de ir a otras tierras. Pero, en el camino, padece el azote de lluvias torrenciales y vientos feroces, y es aguijoneada por mosquitos, tábanos, avispones e insectos ponzoñosos. Por fin, llega hasta el río Ganges y, abrazando a su hijo con fuerza, se interna para cruzar las aguas. Aunque la empuja la rauda corriente, no quiere soltar al niño, pero, finalmente, madre e hijo mueren ahogados. Sin embargo, el mérito que acumula la mujer con su maternal ternura le permite renacer, después de la muerte, en el cielo de Brahma. »Manjushri, los buenos hombres que quieran defender la enseñanza correcta deberán imitar a esta pobre mujer que atraviesa las aguas del Ganges y sacrifica su vida por amor al hijo. Buenos hombres, los bodhisattvas que custodien la Ley deberán comportarse de este modo y no vacilar en dar la vida. Entonces, aunque no busquen la emancipación, esta les sobrevendrá por sí sola, tal como la pobre mujer renació en el cielo de Brahma, aun cuando no buscaba esta recompensa». El gran maestro Chang-an interpreta esta historia del Sutra del nirvana desde el punto de vista de los tres obstáculos.218 Observemos cómo lo hace. El hecho de que la mujer sea «pobre» indica que no tiene el tesoro de la Ley. El hecho de que se la identifique como mujer significa que la persona es capaz de sentir amor o ternura. La «posada» se refiere a la tierra impura. El hijo que lleva consigo es el corazón de la fe en el Sutra del loto, o la sabiduría para percibir la propia naturaleza de Buda inherente. Ser expulsada de la hostería significa que la persona es exiliada. Que el hijo sea recién nacido indica que ha pasado muy poco tiempo desde que la persona comenzó a creer en el Sutra del loto. Los vendavales que hostigan a la mujer son el decreto imperial que condena a la persona al destierro. Los mosquitos, tábanos y demás insectos son las «muchas personas ignorantes que maldecirán y hablarán mal» del devoto del Sutra del loto. El hecho de que la madre y el hijo se ahoguen indica que, ni siquiera decapitada, la persona renuncia a la fe en el Sutra del loto. Renacer en el cielo de Brahma significa renacer en el estado de Budeidad. El poder de las recompensas kármicas se extiende a la totalidad de los diez estados, incluida la Budeidad. Aunque uno ande matando gente por todas las provincias del Japón y de la China, mientras no cometa ninguna de las cinco faltas capitales ni denigre la Ley, jamás caerá en el infierno del sufrimiento 78 incesante. Sin embargo, tendrá que experimentar otros malos caminos durante muchísimos años. Pero aunque uno observe diez mil preceptos y lleve a cabo diez mil buenas acciones, si su compromiso es sólo a medias no podrá renacer en ninguno de los cielos del mundo de la forma. Para nacer como rey en el cielo de Brahma de ese mundo, uno debe incorporar el espíritu del amor compasivo en su karma aún sujeto a la ilusión, que lo mantiene en el estado de humanidad. La pobre mujer mencionada en el sutra renació en el cielo de Brahma gracias al amor que sentía por su hijo. Su caso no se ajusta a la noción generalmente aceptada sobre la ley de causalidad. Chang-an lo explica de dos maneras distintas, pero, en última instancia, lo que define la diferencia es el tierno afecto con que la mujer cuida al hijo. Su afán se centra en una sola cosa, como ocurre con la práctica budista de la concentración. Su pensamiento está enfocado sólo en su hijo, y en esto hay una semejanza con el amor compasivo del budismo. Ha de ser por este motivo que pudo renacer en el cielo de Brahma, aun cuando no había hecho otras causas que pudieran producir tal retribución. El Camino de la Budeidad no se encuentra en la doctrina del mundo fenoménico creado sólo por la mente, tal como afirma la escuela Guirnalda de Flores, ni en las ocho negaciones de la escuela Tres Tratados; no existe en la doctrina de la conciencia como origen, sostenida por la escuela Características del Dharma, ni tampoco en la meditación sobre los cinco elementos del universo, de la escuela Palabra Verdadera. Sólo la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, postulada por la escuela T’ien-t’ai, es el Camino de la Budeidad. Pero aun en el caso de esta última doctrina, no poseemos la sabiduría ni el entendimiento necesarios para captarla en su totalidad. No obstante, de todos los sutras predicados por el Buda durante su existencia, sólo el Sutra del loto contiene la joya que es la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Las doctrinas de los demás sutras son sólo piedras amarillas que simulan ser gemas. Son como arena de la cual nunca obtendremos aceite, por mucho que la exprimamos, o como una mujer estéril, que nunca podrá procrear. Mediante los demás sutras, ni siquiera una persona sabia consigue llegar a ser un buda; pero con el Sutra del loto, hasta los necios pueden plantar las semillas que conducen a la Budeidad. Como lo expresa el pasaje del sutra que he citado antes: «Aunque no busquen la emancipación, esta les sobrevendrá por sí sola». Aunque mis discípulos y yo encontremos toda clase de dificultades, si no albergamos dudas en nuestro corazón manifestaremos la Budeidad en forma natural. No duden tan sólo porque el cielo no les brinde su protección; no se desalienten tan sólo porque en esta existencia su vida no sea cómoda y segura. Es lo que he venido enseñando a mis discípulos día y noche, y sin embargo, han comenzado a albergar dudas y a abandonar la fe. Cuando llega el momento crucial, los necios tienden a olvidar sus promesas. Algunos de ellos se conduelen de sus esposas e hijos, y se afligen de sólo pensar que tendrán que separarse de ellos en esta vida. Han tenido mujeres e hijos en incontables existencias, a lo largo de kalpas tan largos como numerosos, y en cada caso han tenido que separarse de ellos. Lo han hecho en contra de su voluntad, y no porque tuviesen el deseo de buscar el Camino del 79 Buda. Pero como acabarán diciéndoles adiós de todas formas, deberían mantener fielmente la fe en el Sutra del loto y avanzar hacia el Pico del Águila, para poder guiar hasta allí también a sus esposas e hijos. Pregunta: Usted insiste en que los seguidores de las escuelas Zen y Nembutsu caerán en el infierno del sufrimiento incesante. Esto muestra su inclinación a la beligerancia. Usted mismo corre peligro de caer en el estado de los asuras. Es más, en el capítulo «Prácticas pacíficas» del Sutra del loto se dice: «No deberá solazarse mencionando los defectos de otras personas o escrituras. No deberá mostrar desdén hacia otros maestros de la Ley». Usted ha sido abandonado por los cielos porque actuó contra este pasaje del sutra, ¿no es cierto? Respuesta: En Gran concentración e introspección se dice: «Hay dos formas de propagar las enseñanzas del Buda. La primera se llama shoju, y la segunda, shakubuku. Cuando el capítulo ―Prácticas pacíficas‖ dice que uno no debería señalar los defectos de otros, se refiere al método del shoju. Pero cuando el Sutra del nirvana dice que uno debería portar palos y espadas, o debería cortarles la cabeza, se está refiriendo al método del shakubuku. La diferencia de enfoque yace en que uno es indulgente y el otro es severo, pero ambos brindan beneficios». En Comentario sobre «Gran concentración e introspección» se afirma: «Con respecto a las dos formas de propagar las enseñanzas del Buda, el pasaje del Sutra del nirvana que habla de ―portar palos y espadas‖ se encuentra en el tercer volumen, donde dice: ―Los defensores de la enseñanza correcta no necesitan observar los cinco preceptos ni practicar las reglas de la conducta apropiada. [En cambio, deberán portar cuchillos y espadas, arcos y flechas, alabardas y lanzas]‖. [...] Y más adelante, el sutra nos habla del rey Sen’yo [quien mandó matar a los que actuaban contra la enseñanza correcta]. También refiere que el nuevo médico prohibió el uso [del viejo remedio a base de leche, empleado por el facultativo anterior] diciendo: ―Si alguien vuelve a tomar este remedio, será decapitado‖.219 Estas citas demuestran, asimismo, que con personas que actúan contra la Ley hay que emplear el método del shakubuku. Todos los sutras y tratados se refieren a alguno de estos dos métodos». En Palabras y frases del «Sutra del loto» leemos: «Pregunta: El Sutra del nirvana indica con claridad que uno debe relacionarse estrechamente con el gobernante, portando arcos y flechas, para ayudar a derrocar a las malas personas.220 Y sin embargo, [en el capítulo ―Prácticas pacíficas‖] del Sutra del loto se dice que uno debería mantenerse alejado de las personas poderosas y conducirse con humildad, y afectuosa gentileza. Parecería haber una gran contradicción entre el rigor de un enfoque y la benevolencia del segundo. ¿Por qué esta diferencia? »Respuesta: El Sutra del nirvana desarrolla, principalmente, el enfoque del shakubuku. Pero también habla de vivir en un estado que nos lleve a considerar a todos los seres vivos como si fueran nuestros propios hijos. ¿Podría expresarse así, si no incluyera el enfoque del shoju? El Sutra del loto, en forma 80 primordial, desarrolla el enfoque del shoju [ejemplificado en el capítulo ―Prácticas pacíficas‖]. Pero [en el capítulo ―Dharani‖] también se maldice [a quienes molesten a las personas que propagan la Ley] manifestando que la cabeza se les partirá en siete pedazos. ¿Podría expresarse así, si no incluyera el enfoque del shakubuku? Ambos sutras emplean alguno de los dos métodos, de acuerdo con el contexto. El método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos». En Comentario sobre el «Sutra del nirvana» se lee: «Cuando los monjes o laicos deban defender la Ley, lo más importante es que adopten la postura mental correcta. No deben prestar atención a los detalles externos, sino atenerse a los principios y, de esa forma, propagar las enseñanzas del Sutra del nirvana. Por esa razón, afirma que los defensores de la enseñanza correcta no necesitan sujetarse a normas intrascendentes. Y por eso agrega que no necesitan practicar las reglas de la conducta apropiada. En la Antigüedad, reinaba la paz, y la Ley se difundía en todo el país. En ese momento, era correcto observar los preceptos y no llevar palos. Pero ahora, los tiempos se han vuelto peligrosos, y la Ley ha quedado ensombrecida. Por lo tanto, es correcto portar palos y no dar importancia a los preceptos. Si el pasado hubiese sido peligroso como lo es el presente, en tal caso lo correcto habría sido ir armado en ambos períodos. Y si el presente fuera una época de paz, como lo fue el pasado, lo correcto sería observar los preceptos en ambos momentos. Las elecciones de uno deben ser las adecuadas [a la época] y nunca ceñirse a una u otra». Supongo que a los ilustres sacerdotes de esta época les parece natural dudar de este punto. Así pues, por mucho que lo explique e intente convencer a mis propios discípulos, al parecer no consiguen despejar sus dudas y se comportan como si fueran icchantikas o personas de incredulidad incorregible. Por tal motivo, he citado estas explicaciones de T’ien-t’ai, Miao-lo y otros, con el afán de acallar sus críticas injustificadas. Estos dos métodos del shoju y el shakubuku son como el agua y el fuego. El fuego siente aversión por el agua, y esta aborrece el fuego. El practicante del shoju se ríe del shakubuku desdeñosamente. El practicante del shakubuku se lamenta de sólo pensar en el shoju. Cuando el país está poblado por malas personas, desprovistas de sabiduría, el método principal que debe aplicarse es el shoju, tal como se describe en el capítulo «Prácticas pacíficas». Pero cuando existen muchas personas de ideas perversas, que denigran la Ley, primero hay que emplear el shakubuku tal como se afirma en el capítulo «Jamás Despreciar». Es como utilizar agua fría para refrescarse cuando hace calor, o acercarse al fuego cuando el frío arrecia. La hierba y los árboles son afines al sol, y sufren bajo la helada luz de la luna. Las criaturas acuáticas son afines a la luna y pierden su verdadera naturaleza cuando llega el calor. Sin embargo, en el Último Día de la Ley, hay que emplear tanto el shoju como el shakubuku. Esto se debe a que hay dos clases de países: los que cometen el mal en forma pasiva221 y los que activamente buscan destruir la Ley. Debemos pensar bien en qué categoría incluir al Japón de la época actual. 81 Pregunta: Si uno aplica el método del shakubuku cuando lo apropiado sería emplear el shoju, o este último cuando la época requiere el shakubuku, ¿se obtiene algún beneficio? Respuesta: El Sutra del nirvana dice: «El bodhisattva Kashyapa se dirigió al Buda diciendo: ―El cuerpo del Dharma de El Que Así Llega es indestructible como un diamante. Pero todavía no entiendo por qué medio llegaste a adquirirlo. ¿Me lo dirías?‖. El Buda respondió: ―[Bodhisattva] Kashyapa, yo pude adquirir este cuerpo adamantino porque fui un defensor de la enseñanza correcta. Kashyapa, como [en el pasado] me consagré a la enseñanza correcta, he podido adquirir este cuerpo adamantino que perdura eternamente y jamás se destruye. Buen hombre, los defensores de la enseñanza correcta no necesitan observar los cinco preceptos ni practicar las reglas de la conducta apropiada. Por el contrario, deben portar cuchillos y espadas, arcos y flechas [...]. »Los monjes [de los cuales hablas] predican diversas doctrinas, mas aún no pueden proferir el ʻrugido de leónʼ. [...] Tampoco pueden refutar y convertir a las malas personas que actúan contra la enseñanza correcta. Los monjes de esta clase no pueden generar beneficios para sí mismos ni para el pueblo. Debéis comprender que, en realidad, son débiles y holgazanes. Aunque se ocupan de observar los preceptos y mantener una conducta intachable, debéis comprender que estas personas no pueden lograr ningún resultado. [Entonces, un monje profiere el ʻrugido de leónʼ...] Los que infringen los preceptos, al escucharlo predicar así, montan en cólera hasta el punto de atacarlo. Este predicador de la Ley, aunque termine perdiendo la vida, sigue siendo digno de que lo llamen persona que observa los preceptos, y genera beneficios para sí mismo y para los demás‖». En el pasaje del Comentario sobre el «Sutra del nirvana» que he citado antes, Chang-an dice: «Las elecciones de uno deben ser las adecuadas [a la época] y nunca ceñirse a una u otra». Y T’ien-t’ai, como hemos visto, declaró que «el método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos». De otro modo, sería como si uno plantara semillas a fines de otoño. Por mucho esmero que uno pusiera en cuidar los cultivos, no cosecharía granos ni arroz. Durante la era Kennin (1201-1204), dos hombres adquirieron relevancia: Honen y Dainichi; el primero difundió las enseñanzas de la escuela Nembutsu, y el segundo, las del Zen. Honen negó el valor del Sutra del loto, ahora que el mundo ha ingresado en el Último Día de la Ley, diciendo que «ni una sola persona ha logrado jamás la Budeidad» mediante dicha enseñanza, y que «ni una sola persona en mil» podría ser salvada por ese sutra. Por su parte, Dainichi alegó que las verdaderas enseñanzas del budismo se habían transmitido por fuera de los sutras. Hoy, ambas doctrinas se han propagado por todo el país. Los ilustres sacerdotes de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera adulan a los seguidores laicos del Nembutsu y del Zen como perros que agitan la cola frente a su amo, o les temen como ratones en presencia de un gato. Estos hombres entran al servicio del gobernante y del líder militar, y 82 predican de tal forma que acaban produciendo la destrucción de la Ley budista y la ruina del país. Tales figuras destacadas de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera caerán en el estado de las entidades hambrientas en esta existencia y, después de su muerte, se encontrarán en el infierno Avichi. Aunque se retiren a un bosque de montaña para meditar con intensidad sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, o se recluyan en un sitio solitario a concentrarse en los tres misterios [del cuerpo, la boca y la mente], si no comprenden la época o la capacidad de la población, ni perciben cuál de los dos métodos –el shoju y el shakubuku— es el adecuado, jamás podrán liberarse de las aflicciones del nacimiento y la muerte. Pregunta: ¿Qué provecho cree usted obtener censurando a los seguidores de las escuelas Nembutsu y Zen, y provocando su animosidad? Respuesta: El Sutra del nirvana dice: «Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz». Chang-an comenta esta cita de la siguiente forma: «El que destruye las enseñanzas del Buda o genera confusión con respecto a ellas está traicionándolas. Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo. Pero quien reprende y corrige al que mal actúa es un practicante que escucha la voz y defiende las enseñanzas del Buda, y es un genuino discípulo. Quien libra del mal al que actúa erradamente es como un padre para esa persona. Los que reprenden a aquellos que actúan mal son discípulos del Buda. Pero los que no expulsan a los que cometen malas acciones están traicionando las enseñanzas del Buda».222 Si examinamos el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, vemos que el buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones que son manifestaciones corpóreas del buda Shakyamuni se congregan en un mismo lugar. ¿Y por qué? Como el sutra se ocupa de decir: «Cada una de ellas ha [...] llegado a este sitio con un propósito, para cerciorarse de que la Ley perdure durante largo tiempo». Shakyamuni, Muchos Tesoros y los demás budas quieren asegurar la propagación futura del Sutra del loto para que esté al alcance de todos los hijos del Buda a lo largo de los tiempos por venir. Como podemos inferir, su preocupación y su amor compasivo son mayores aún que las de un padre y una madre al ver el sufrimiento terrible de su único hijo. Sin embargo, a Honen no le interesa este amor; por el contrario, tranca las puertas del Sutra del loto en el Último Día de la Ley, para que nadie tenga acceso a él. Como el que engaña a un niño enajenado para que se deshaga de un valioso tesoro, él trata de inducir a la gente a descartar el Sutra del loto, ¡y este es un comportamiento realmente vergonzoso! 83 Si alguien intentara matar a nuestros padres, ¿no intentaríamos ponerlos sobre aviso? Si un mal hijo, bajo los efectos del alcohol, amenazara de muerte a sus progenitores, ¿no trataríamos de impedírselo? Si una mala persona se propusiera incendiar templos y pagodas, ¿no haríamos algo por detenerla? Si nuestro único hijo estuviese grave, ¿no buscaríamos curarlo cauterizándolo con moxas? Quien no lo hiciera sería como aquellos que ven a los seguidores del Zen y del Nembutsu en el Japón, sin dar un solo paso para detenerlos. [Como afirma Chang-an,] «Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo». Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro y el padre de todo el pueblo del Japón. Pero los hombres de la escuela Tendai [que no refutan las enseñanzas erróneas] son grandes enemigos de la población. [Como Chang-an ha hecho notar,] «Quien libra del mal al que actúa erradamente es como un padre para esa persona». Quien no ha concebido el deseo de entrar en el Camino, jamás podrá liberarse de los sufrimientos del nacimiento y la muerte. El buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, fue maldecido por todos los seguidores de las enseñanzas no budistas y denostado como un hombre de profunda maldad. El gran maestro T’ien-t’ai fue denigrado por las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte de la China; Tokuitsu, en el Japón, lo criticó por haber usado su lengua de nueve centímetros para destruir el cuerpo del Buda de un metro y medio de altura.223 El gran maestro Dengyo fue despreciado por los sacerdotes de Nara, quienes dijeron: «¡Saicho nunca ha estado en la capital de la China T’ang!».224 Pero todos estos insultos fueron cometidos en nombre del Sutra del loto, y por tal motivo no significan escarnio alguno para los hombres que los debieron padecer. Ser elogiado por los necios es la peor de las vergüenzas. Ahora que yo, Nichiren, he incurrido en la ira de las autoridades, con seguridad los sacerdotes de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera han de estar celebrándolo. Son hombres extraños y desvergonzados. El buda Shakyamuni nació en el mundo saha; Kumarajiva viajó a las tierras de la dinastía Ch’in, en la China,225 y Dengyo, como él, fue a la China [y todo ello en bien del Sutra del loto]. Aryadeva y Aryasimha ofrendaron su cuerpo en sacrificio; el bodhisattva Rey de la Medicina se quemó los brazos a modo de ofrenda, y el príncipe Jogu se arrancó la piel de la mano [para copiar en ella el sutra].226 Shakyamuni, durante su práctica de bodhisattva, vendió su propia carne para hacer ofrendas,227 y en otra oportunidad, cuando fue un asceta llamado Aspiración a la Ley, utilizó uno de sus huesos como pluma [para dejar asentada la enseñanza del Buda]. T’ien-t’ai ha dicho que «el método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos». La propagación de las enseñanzas budistas deberá ceñirse a la época. Por lo que hice, fui condenado al exilio, pero este es un sufrimiento menor, limitado a mi existencia actual, y del que no vale la pena lamentarme. En mis existencias futuras, disfrutaré de una inmensa felicidad, y este pensamiento me colma de profunda alegría. 84 Antecedentes Este tratado es uno de los cinco escritos principales de Nichiren Daishonin, en donde revela su identidad como Buda del Último Día de la Ley, poseedor de las tres virtudes de soberano, maestro y padre. En el segundo mes del noveno año de Bun’ei (1272), cuando aún cumplía su pena de destierro en la isla de Sado y en las más duras condiciones, el Daishonin finalizó esta obra en dos volúmenes y la envió a Shijo Kingo, uno de sus discípulos más prominentes de Kamakura y también samurái empleado a las órdenes del clan gobernante Hojo; decidió dirigírsela a él como representante de todos sus seguidores. Cuando el Daishonin fue llevado a Tatsunokuchi, Kamakura, en 1271, Shijo Kingo acudió a acompañarlo, decidido a morir al lado de su maestro, y personalmente presenció el triunfo del Daishonin ante la fallida ejecución. También viajó a Sado para visitar al Daishonin en su exilio y le envió sus mensajeros portando materiales de escritura y otros artículos indispensables. El objeto de devoción para observar la vida, escrito en 1273, esclarece desde el punto de vista de la Ley el objeto de devoción que permite a todos los seres humanos lograr la Budeidad. La apertura de los ojos trata este mismo tema, pero desde el punto de vista de la persona; es decir, muestra que Nichiren Daishonin es el Buda que establecería el objeto de devoción para que toda la humanidad desarrollara su estado iluminado. El objeto de devoción corporifica la iluminación del Daishonin con respecto a Nam-myoho-renge-kyo, la Ley implícita en lo profundo del Sutra del loto. La vida de Nichiren Daishonin en la ominosa isla de Sado transcurrió en circunstancias extremas; el cobertizo que lo refugiaba dejaba pasar el viento y la nieve; no tenía alimento, ropa ni elementos de escritura. Pero no sólo el sufrimiento físico lo afectaba, sino también las noticias sobre muchos de sus seguidores de Kamakura, que estaban abandonando la fe. Siempre obligado a enfrentar la perspectiva de la muerte, escribió este tratado para alentar a sus discípulos, como testamento y última voluntad. Luego describiría las razones que lo llevaron a redactar este trabajo, en un escrito titulado El comportamiento del devoto del Sutra del loto: ―Cuando todos se hubieron marchado, comencé a dar forma a una obra en dos volúmenes llamada La apertura de los ojos, en la cual venía trabajando desde el undécimo mes del año anterior. Quería dejar registrado el prodigio vivido por Nichiren, en caso de que me decapitaran. El mensaje esencial de este trabajo es que el destino del Japón depende solamente de Nichiren. Una casa sin pilares se derrumba; una persona sin alma perece. Nichiren es el alma del pueblo de este país‖ (Véase pág. 811). El título La apertura de los ojos significa permitir a los seres humanos ver la verdad; en otras palabras, liberar a la humanidad de las ilusiones e ideas 85 distorsionadas, y hacerles tomar conciencia de la enseñanza correcta, de su correcta comprensión y de su maestro correcto. La obra describe el papel desempeñado por el Daishonin a la hora de establecer la supremacía del Sutra del loto y difundir sus enseñanzas, como él mismo lo había vislumbrado y experimentado. Una frase de este tratado dice: ―El duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y del buey (es decir, entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue decapitada. Es su alma la que ha llegado hasta la isla de Sado‖ (pág. 285). La persecución de Tatsunokuchi fue la circunstancia que permitió a Nichiren Daishonin revelar su verdadera identidad de Buda eterno. Este pasaje se refiere a la muerte de un hombre común llamado Nichiren, e indica que, desde ese momento en adelante, el Daishonin revelaría de manera plena su iluminación, como Buda del Último Día de la Ley. Nichiren Daishonin comienza este tratado con las palabras ―Hay tres categorías de personas que todos los seres humanos deberían respetar: el soberano, el maestro y los padres‖ (pág. 231). Las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre son equiparadas a las cualidades que distinguen a un buda. La virtud del soberano es el poder de proteger a todos los seres vivos; la virtud del maestro es la sabiduría para guiar a todos a la iluminación, y la virtud de los padres se refiere al amor con que estos nutren y apoyan a las personas. Estas tres virtudes constituyen un tema que circula por todo el tratado; en la conclusión de la obra, leemos estas palabras del Daishonin: ―Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro y el padre de todo el pueblo del Japón‖ (pág. 304). En el comienzo, Nichiren Daishonin analiza el confucianismo, el taoísmo, el brahmanismo, el budismo Hinayana, el Mahayana provisional y, finalmente, pasa a considerar el Sutra del loto. Atribuye los desastres que estaban azotando el Japón a la confusión en cuestiones budistas y a la incapacidad de los gobernantes y súbditos para reconocer la supremacía del Sutra del loto. Aquí, cita dos razones por las cuales el sutra es supremo. Una: la enseñanza teórica (primera mitad del sutra) revela que las personas de los dos vehículos pueden manifestar la iluminación, posibilidad negada por completo en las enseñanzas expuestas por el Buda durante los cuarenta y dos años anteriores. Esto fundamenta la posesión mutua de los diez estados y la declaración de que la Budeidad está abierta a todos. Dos: en la enseñanza esencial (última mitad del sutra) el buda Shakyamuni proclama que había logrado la iluminación por primera vez en un pasado inescrutablemente remoto. Como afirma el Daishonin, el mismo buda Shakyamuni declaró que el Sutra del loto era ―lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender‖. En este sutra, el Buda dejó establecida en forma implícita la suprema enseñanza, como leemos: ―La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital se encuentra en un solo lugar, oculta en las profundidades del capítulo ―Duración de la vida‖ de la enseñanza esencial del Sutra del loto‖ (pág. 235). El planteamiento del Daishonin es que sólo la revelación de la verdad budista puede salvar al pueblo y al país. Esta convicción, señala, lo ha impulsado a propagar la esencia del Sutra del loto a pesar de la persecución que provocaría 86 y de la cual tenía plena conciencia. Pero entendía que sus seguidores podían llegar a dudar de él, pensando que las funciones budistas no estaban protegiéndolo como devoto del Sutra del loto. Por eso, señala: ―Dicha duda yace en la raíz de este trabajo que me encuentro escribiendo. Y como es la preocupación más importante de toda mi vida, volveré a plantearla aquí una y otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de intentar responderla‖ (pág. 256). La segunda parte del tratado analiza dos capítulos del Sutra del loto, ―Irrumpir de la tierra‖ y ―Duración de la vida‖, donde el buda Shakyamuni convoca a incontables bodhisattvas desde lo profundo de la tierra y revela que, en realidad, él había logrado la iluminación en el remoto pasado, que todos los budas de los demás sutras son sus manifestaciones corpóreas, y que todos los bodhisattvas son sus discípulos. Nichiren Daishonin esclarece que el buda del capítulo ―Duración de la vida‖ es el maestro de todos los budas. En este punto, comienza a esbozarse una analogía implícita. La duda albergada por los discípulos de Shakyamuni, que los llevaba a preguntarse cómo podía haber instruido él a incontables Bodhisattvas de la Tierra en esa existencia, permitió a Shakyamuni revelar su verdadera identidad: la de un buda que se había iluminado incontables kalpas atrás. De la misma manera, la duda albergada por los seguidores del Daishonin, que los llevaba a preguntarse por qué este había sido desterrado y debía sufrir tantas persecuciones, condujo a que Nichiren Daishonin revelara su verdadera identidad: la del Buda del Último Día de la Ley. A continuación, el Daishonin menciona el principio de siembra, maduración y cosecha. Se refiere a la Ley insuperable en virtud de la cual todos los budas logran la iluminación: Nam-myoho-renge-kyo. Esta Ley es lo que yace en lo profundo del capítulo ―Duración de la vida‖. Nichiren Daishonin enseña esta Ley en forma directa, ya que es la verdadera causa para lograr la Budeidad, y su filosofía se denomina ―budismo de la siembra‖, porque planta la ―semilla de la iluminación‖ en la vida de aquellos que la practican. Desde esta perspectiva, posee las virtudes del soberano, el maestro y los padres, para toda la humanidad en general. Nichiren Daishonin explica que cada sutra sostiene y proclama su propia excelencia; también muestra, con citas de los sutras, cómo cada uno dice ser superior a otras enseñanzas. Pero el Sutra del loto es el único en declarar que es la enseñanza suprema sobre todos los sutras, y el Daishonin reconfirma su supremacía. El Sutra del loto menciona tres enemigos poderosos del sutra, y vaticina que tanto el sutra como su devoto recibirán oposición y hostilidad. Todo esto es lo que el mismo Nichiren Daishonin tuvo que sufrir; todo esto está predicho en el sutra. Como devoto del Sutra del loto, él jura poner su vida en juego, con tal de salvar a todas las personas. Dice: ―Que las deidades me abandonen. Que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley. [...] Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!‖ (pág. 297). 87 Luego, asegura a sus discípulos que sin falta lograrán la Budeidad, mientras no se dejen vencer por la duda, ni siquiera hostigados por las dificultades. En la última parte del tratado, explica que hay dos formas de propagar el Sutra del loto: el shoju, o persuasión moderada, y el shakubuku, o refutación estricta. Aquí, el Daishonin plantea que deben usarse ambos métodos, porque hay dos clases de países, aquellos cuya población ignora la enseñanza correcta del budismo, y aquellos otros en que la gente se le opone a conciencia. Pero el Japón, por ser un país que actúa contra la enseñanza correcta, requiere el shakubuku. Luego, expresa como conclusión que la enseñanza del Buda consiste en extirpar el sufrimiento e infundir alegría a los seres humanos. El Daishonin se ha dedicado a refutar y erradicar las causas del padecimiento humano. Para él, el exilio a Sado fue sólo un ―sufrimiento menor‖ en esta vida. Pero, en realidad, siente ―profunda alegría‖ por los resultados que sabe recibirá en el futuro. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 También conocido como Yü Shun. Último de los Cinco Emperadores, soberanos legendarios de la antigua China. La expresión «gobernador de P’ei» se refiere a Liu Pang (247-195 a. C.), fundador de la dinastía Han anterior. Cuando el rey Wu decidió derrocar al tirano Chou de la dinastía Yin, antes de emprender su campaña talló una figura en madera de su padre, quien había albergado el mismo deseo de salvar a la gente. La expresión ―conde del Oeste‖ se refiere al rey Wen de la dinastía Chou, tercero de los Tres Reyes que reinaron después de los Cinco Emperadores. Durante la dinastía Han posterior, Ting Lan, quien había perdido a su madre a los quince años, hizo una estatua con la imagen de ella y le prestó servicio como si la mujer aún viviese. Yin Shou y Wu Ch’eng son figuras legendarias. T’ai-kung Wang fue un general que estuvo al servicio del rey Wen y que, tras la muerte del monarca, se puso a las órdenes del heredero, su hijo, el rey Wu. Luchó valientemente contra el rey Chou de la dinastía Yin y contribuyó a la prosperidad de los Chou. La afirmación se encuentra en el Chuang Tzu y en las Crónicas del historiador. Los principios citados se refieren a las dos primeras de las cinco virtudes constantes enseñadas por Confucio. Se desconocen sus nombres. La mención aparece en el Lieh Tzu, un antiguo texto taoísta. El decoro y la música eran considerados medios útiles para inculcar en la gente el sentido de la moral y el respeto al orden social. Tres tipos de conocimiento o tres disciplinas esenciales para el practicante budista. Comentario sobre ―Gran concentración e introspección‖. El ―Camino verdadero‖, aquí, se refiere al budismo. Gran concentración e introspección. Confucio, su discípulo Yen Hui y Lao Tzu. Kapila y Ulula fueron, respectivamente, los fundadores de las escuelas Samkhya y Vaisheshika, dos de las seis corrientes principales del brahmanismo en la India antigua. Se dice que las enseñanzas de Rishabha prepararon el camino al jainismo. A estos tres se los conoció como los ―tres ascetas‖. El reino de lo informe se divide en cuatro ámbitos; este es el plano superior. Aquí, las ―fisuras‖ se refieren a las ilusiones o impurezas. Los reinos de la forma y de lo informe son los dos niveles superiores dentro de lo que se conoce como ―mundo triple‖ o ―tres mundos‖. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje del Sutra del nirvana. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje del Sutra del nirvana. 88 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 Sutra del loto, cap. 8. La ―transmigración con diferencias y limitaciones‖ se refiere a la de los seres no iluminados a través de los seis caminos. En este ciclo reiterado de renacimientos en los seis estados inferiores, los seres vivos nacen con un término de vida limitado y con formas diversas, de acuerdo con su karma. La ―transmigración con cambio y avance‖ se refiere a la de los discípulos que escuchan la voz, la de los que han tomado conciencia de las causas y la de los bodhisattvas. En esta transmigración, cambian o se emancipan del cuerpo sujeto a la transmigración de las ilusiones con diferencias y limitaciones, mientras gradualmente van eliminando las ilusiones que los conducen a sufrir. ―Gran hombre‖ aquí se refiere al Buda. Cita del Sutra de los infinitos significados, donde se lee: ―En estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la verdad‖. Se han modificado la persona y el tiempo verbal para mantener la concordancia con el resto de la frase. Sutra del loto, cap. 2. El texto dice: ―El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad‖. Se han modificado la persona y el tiempo verbal para mantener la concordancia con el resto de la frase. Ib., cap. 11. Esto aparece descrito en el capítulo vigésimo primero del Sutra del loto. Ellas son la teoría de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, basada en la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto, y la realidad de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, basada en la enseñanza esencial (segunda mitad) del sutra. Sutra del nirvana. ―Apropiación del budismo‖ se refiere al proceso mediante el cual los no budistas incorporaron en sus propias doctrinas elementos tomados del budismo Hinayana, alegando que pertenecían a su propia escuela. ―Plagio al budismo‖ se refiere al proceso mediante el cual los no budistas plagiaron las enseñanzas del Mahayana y las incorporaron en sus escuelas. Ambos fenómenos aparecen descritos en Gran concentración e introspección. Sutra del loto, cap. 2. Sutra de los infinitos significados. Véase nota 23. Sutra del loto, cap. 2. Ib. De acuerdo con la cosmología de la antigua India, el círculo acuoso es uno de tres círculos –hechos de oro, agua y viento—, que sostenían el monte Sumeru y los continentes circundantes. Deudas de gratitud contraídas con los padres, el maestro, el soberano y los cuatro tesoros del budismo. En el Sutra de la sabiduría mayor, estas son palabras pronunciadas por Subhuti, discípulo del Buda, pero aquí el Daishonin las emplea como si hubiesen sido dichas por el Buda mismo, quien expuso el sutra. Esta es la declaración que hicieron los seres celestiales, con lágrimas de dicha, cuando escucharon la prédica del Buda. Se supone que la meditación shuramgama nos torna menos vulnerables a la obstrucción de los deseos mundanos y las ilusiones. Sutra de los infinitos significados, considerado una introducción al Sutra del loto. Sutra del loto, cap. 11. Ib., cap. 21. Ib., cap. 22. Esto se refiere a la prédica del Sutra de la guirnalda de flores. Los cuatro budas son Akshobhya (Este), Signo de la Joya (Sur), Vida Infinita (Oeste) y Voz Sutil y Maravillosa (Norte). Las seis direcciones se refieren al Este, Oeste, Norte, Sur, Cenit (arriba) y Nadir (abajo). Sutra del loto, cap. 3. Ib., cap. 11. Se refiere a la revelación de que el buda Shakyamuni había logrado la iluminación hace incontables kalpas pasados, que aparece en el capítulo ―Duración de la vida‖ de la enseñanza esencial del Sutra del loto. La primera enseñanza importante es que las personas 89 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 de los dos vehículos pueden manifestar la iluminación. Esto se explica en la enseñanza teórica del Sutra del loto. Sutra del loto, pág. 2. En este capítulo, Shakyamuni expuso los diez factores para indicar que todas las personas estaban dotadas de la naturaleza de Buda; esto proporcionó una base teórica para afirmar que todas las personas podían llegar a ser budas. Luego, en el mismo capítulo, Shakyamuni declara que todas las enseñanzas que expuso tenían el fin de revelar el vehículo único que conduce a todos a la Budeidad. Los ocho capítulos que van desde el segundo, ―Medios hábiles‖, hasta el noveno, ―Profecías‖. Sutra del loto, cap. 2. Las ―causas‖ se refieren a la práctica de las cuatro enseñanzas –el Tripitaka, la enseñanza de conexión, la enseñanza específica y la enseñanza perfecta— que conduce al logro de la iluminación. Véase también ―ocho enseñanzas‖, en el Glosario. Al revelar que el Buda aún conserva los nueve estados, incluso después de haber consolidado el estado iluminado, el capítulo ―Duración de la vida‖ de la enseñanza esencial demuestra que la causa (los nueve estados) y el efecto (Budeidad) pueden existir en forma simultánea. En los Sutras Agama, Shakyamuni predica las enseñanzas menores, también conocidas como Hinayana. Por eso, se le llama ―pequeño Shakyamuni‖. Profundo significado del ―Sutra del loto‖. Los capítulos ―Irrumpir de la tierra‖ y ―Duración de la vida‖ revelan que la iluminación de Shakyamuni realmente tuvo lugar en el remoto pasado, y que los tres cuerpos –el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto— existen de manera intrínseca y eterna en la vida del buda Shakyamuni. Estado sito al noreste de la India. Asanga fue oriundo de Gandhara, pero vivió la mayor parte de su vida en Ayodhya. Dharmapala, Nanda y Shilabhadra fueron estudiosos de la escuela Yogachara o Conciencia como Origen, vinculada al monasterio de Nalanda, en la India. Antiguo nombre del templo Kofuku-ji, centro principal de la escuela Características del Dharma y uno de los siete templos principales de Nara. Vatsa fue el fundador de la escuela Vatsiputriya, perteneciente al Hinayana; Vaipulya incorporó el Mahayana en enseñanzas no budistas. De Vimalamitra, quien aparece en la frase siguiente, se dice que se opuso a Vasubandhu; Madhava fue un estudioso de la escuela Samkhya. Esta era es un período de declinación, en que disminuye la duración de la vida humana. De acuerdo con el Tesoro del análisis del Dharma, se dice que, durante el kalpa de continuación, la duración de la vida humana pasa por un ciclo reiterado de incremento y disminución. El tercer grupo se refiere a la historia del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal y sus dieciséis hijos, que aparece en el capítulo ―La parábola de la ciudad fantasma‖ del Sutra del loto. Hace tantos kalpas como partículas de polvo hay en un gran sistema planetario, el buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal predicó el Sutra del loto a sus dieciséis hijos. Luego, estos lo enseñaron al pueblo. El tercer grupo se refiere a las personas que, en ese momento, escucharon el Sutra del loto pero no pudieron tener fe en él, y tampoco pudieron manifestar la iluminación tiempo después, en la India, cuando el decimosexto hijo de dicho buda nació en ese país con la identidad del buda Shakyamuni y lo volvió a predicar para ellos. Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite, de Tao-ch’o, segundo patriarca de la escuela Tierra Pura en la China. La primera cita es de Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite, y la segunda cita, de Elogio al renacimiento en la Tierra Pura, de Shan-tao, tercer patriarca de la escuela Tierra Pura en la China. El texto en japonés puede leerse también así: ―Entonces, el gobernante del país seguramente tomará medidas contra mis padres, hermanos y maestros‖. Se decía que un mundo pasaba por un ciclo continuo de formación, continuación, declinación y desintegración, y que cada una de estas cuatro fases duraba un kalpa mediano. 90 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 Se creía que cuando terminaba un kalpa de declinación, se producía un gran incendio que devoraba el mundo. Estas dos persecuciones se refieren a los destierros a la península de Izu y a la isla de Sado. Sutra del loto, cap. 10. Ib., cap. 3. Ib., cap. 14. Ib., cap. 13. La cita que sigue es del mismo capítulo. Ib. Ib., cap. 20. Palabras y frases del ―Sutra del loto‖. Comentario sobre «Palabras y frases del ―Sutra del loto‖». Ensayo sobre la protección del país. Tokuitsu (s. f.), sacerdote de la escuela Características del Dharma, mantuvo una prolongada controversia con Dengyo. Chih-i es otro nombre con que se conoce a T’ien-t’ai. No budistas: Nombre que, en los sutras, generalmente se daba a los practicantes del brahmanismo y, además, en el contexto del Tung-ch’un, a los confucianos y taoístas. Los seis supervisores fueron los siguientes sacerdotes de los templos de la ciudad de Nara que, en 819, se opusieron a Dengyo: Jo’e, del Kofuku-ji; Buan, del Toshodai-ji; Shuen, del Kofuku-ji; Taien, del Saidai-ji; Sebyo, del Gango-ji y el superintendente en jefe Gomyo, del Gango-ji. En el capítulo ―Aliento a la devoción‖, ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas describen las persecuciones que tendrán que soportar después de la muerte del Buda, por causa del Sutra del loto. En la estrofa de veinte versos del capítulo ―Aliento a la devoción‖, los innumerables bodhisattvas reunidos juran soportar cualquier adversidad, con tal de propagar el Sutra del loto en el Último Día de la Ley. Estas adversidades habrían de ser clasificadas por Miao-lo como la función de los tres enemigos poderosos. Este pasaje se refiere al primero de estos adversarios formidables. El capítulo ―Aliento a la devoción‖, en sí, se refiere sólo a ―palos y espadas‖. ―Piedras y lajas‖ es una transposición del capítulo ―Jamás Despreciar‖. La cita se refiere al segundo de los tres enemigos poderosos. Este pasaje se aplica al tercero de los tres enemigos poderosos: monjes que gozan del respeto de la gente pero, temerosos de perder sus riquezas y privilegios, inducen al gobierno a perseguir a los devotos. Dos de las tres versiones en chino del Sutra del loto que hoy se conservan. Estas tres son el Sutra del loto de la Ley correcta, traducido por Dharmaraksha; el Sutra del loto de la Ley prodigiosa, traducido por Kumarajiva, y el Texto ampliado del Sutra del loto de la Ley prodigiosa, de Jnanagupta y Dharmagupta. De las tres, la de Kumarajiva es, con mucho, la más utilizada. En 544 a. C., Chi-cha, hijo de Shou-meng, rey de Wu, recibió la orden de visitar otros países en calidad de enviado. En ese momento, se le dio una valiosa espada. Cuando pasaba por el país de Hsü, el señor del territorio vio la espada de Chi-cha y la quiso poseer, aunque no se atrevió a decirlo. Sin embargo, Chi-cha pudo percibir su deseo e, íntimamente, prometió dársela una vez que hubiera cumplido su misión y regresado a Hsü. No obstante, al regresar, vio que el señor ya había muerto. Fiel a su promesa, depositó la espada en su tumba como ofrenda. Se desconocen los detalles del relato; simboliza la profunda gratitud de Wang Shou hacia el ambiente natural, y su sentido de la integridad. Cuando Mao Pao caminaba por la orilla del río Yangtzé, vio a un pescador que capturaba una tortuga y se disponía a matarla. Compró el animal y lo devolvió al agua. Luego, Mao Pao fue derrotado por un poderoso general de nombre Shih Hu. Cuando, en su retirada, huía al río Yangtze, apareció la tortuga que había salvado y lo llevó sobre su espalda hasta la orilla opuesta. Estanque construido por el emperador Wu de la dinastía Han anterior. Un día, vio sufrir un pez en el fondo del agua, debido a un anzuelo que tenía clavado en la boca. El Emperador 91 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 se apiadó del pez y quitó el anzuelo para que pudiese nadar en libertad. Luego, para saldar su obligación, el pez ofrendó al monarca una joya resplandeciente. Como el rey Chieh, decimoséptimo gobernante de la dinastía Hsia, había cometido varias atrocidades de manera tiránica, fue derrocado por sus enemigos, y la dinastía Hsia pereció. El rey Chou, último gobernante de la dinastía Yin, embriagado de amor por su consorte Ta Chi, desatendió por completo las cuestiones de gobierno en su país. Fue destronado por el rey Wu de la dinastía Chou. Los mil doscientos discípulos que escuchaban la voz se refiere a los arhats que recibieron una profecía de futura iluminación en el capítulo ―La profecía de iluminación a los quinientos discípulos‖, del Sutra del loto. A cada uno de ellos se les dio el mismo nombre: Brillo Universal El Que Así Llega. Los ―mil discípulos que escuchaban la voz‖ fueron los que se reunieron en el Primer Concilio budista, convocado poco después de la muerte de Shakyamuni, en Magadha, para compilar sus enseñanzas. Aquí se alude a las cinco clases de visión. ―Ojo‖ se refiere a la facultad perceptiva. Véase, en el Glosario, ―cinco clases de visión‖. Sutra del loto, cap. 4. La expresión ―algo extraordinario‖, que aparece en la cita, se refiere al Sutra del loto; ―ofrecerle nuestros pies y manos‖ significa servir al Buda y practicar sus enseñanzas. La historia aparece en el Sutra Vimalakirti. Cuando Mahakashyapa escuchó a Vimalakirti hablar sobre la iluminación, no logró entender nada, y lloró por no poseer de manera inherente las semillas de la Budeidad. El sutra relata que el sonido de su llanto resonó a través de todo el gran sistema planetario. La historia también aparece en el Sutra Vimalakirti. Un día, Subhuti acudió a Vimalakirti pidiendo limosna. Este llenó su cuenco de mendicante, pero le dijo que no merecía recibir ofrendas y que aquellos que se las dieran sin falta caerían en los malos caminos. En ese momento, la conmoción de Subhuti fue tal, que se marchó casi olvidando su escudilla. La historia se lee en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. Cuando el buda Shakyamuni le reprochó a Shariputra que hubiera comido alimentos impuros, este se sorprendió tanto que escupió lo que tenía en la boca. ―Comida impura‖ se refiere a la que no ha sido ofrendada de corazón. La historia aparece en el Sutra Vimalakirti. Cuando el buda Shakyamuni vio a Purna predicar las enseñanzas del Hinayana al pueblo, le dijo que no debía depositar nada impuro en una vasija preciosa. Antes de renunciar a la vida secular, Shakyamuni se casó con Yashodhara, una hermosa mujer a la que Devadatta había pretendido desposar. Este despecho de amor dio origen al profundo rencor de Devadatta hacia Shakyamuni. Basado en un pasaje del Sutra del nirvana. Los relatos anteriores se cuentan entre las nueve grandes pruebas o persecuciones sufridas por el buda Shakyamuni. Se las describe en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría y en otros textos. La historia del rey Virudhaka aparece en Reglas monásticas sobre diversas cuestiones y en otras fuentes. También está incluida en las nueve grandes pruebas antes mencionadas. El relato de la monja Utpalavarna se registra en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría; como la monja amonestó a Devadatta por ser un gran enemigo del budismo, este enfureció tanto que la mató a golpes. El desastre de Kalodayin se describe en Las diez divisiones de las reglas monásticas; un día, mientras iba solicitando ofrendas, una mujer le entregó limosnas, pero el esposo de esta, en un ataque de furia y de celos, la asesinó. La suerte de Maudgalyayana se cuenta en Reglas monásticas sobre diversas cuestiones. Todos estos relatos, además, aparecen en varios de los Sutras Agama. Adaptado de un pasaje del Sutra del nirvana. Jardín de árboles de mango, sito en la ciudad de Vaishali, India. La Historia de los sucesores del Buda sostiene que, cuando Mahakashyapa sintió que se acercaba la muerte, transfirió las enseñanzas a Ananda y fue al monte Kukkutapada en Magadha, donde entró en una profunda meditación y murió. Se dice que Mahakashyapa 92 103 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118 119 120 121 122 volverá a renacer sólo cuando el bodhisattva Maitreya aparezca en el mundo, unos 5.670 millones de años después de la muerte del Buda. Referencia a un pasaje del capítulo ―Rey de la Medicina‖ del Sutra del loto que dice: ―Cuando yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debéis propagar [el Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se extinga‖. Referencia a una transmisión especial, fuera de las escrituras, que no depende de las palabras y frases; es una expresión muy usada en el Zen. Honen no emplea estas palabras en esa forma en particular. Pero Nichiren Daishonin las extrae de Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas y las combina formando un conjunto. Estas cuatro series de diez niveles cada una son divisiones de los cincuenta y dos niveles por los cuales pasa un bodhisattva, desde que toma por primera vez la decisión de lograr la perfecta iluminación. ―Emancipación inconcebible‖ se define como el despertar a los profundos y sutiles principios del Mahayana. La expresión aparece descrita en el Sutra Vimalakirti. Las dos deidades son Shiva y Vishnu. Después de renunciar a la vida secular, Shakyamuni se dedicó a diversas prácticas durante doce años, hasta que logró la iluminación. Se dice que, durante los primeros seis años, llevó a cabo prácticas ascéticas (penosas) y durante los últimos seis, perseveró en la práctica de la meditación (cómoda). Esta historia figura en el capítulo ―Introducción‖ del Sutra del loto. En el pasado remoto, Manjushri vivió con el nombre de bodhisattva Maravillosamente Brillante, discípulo del buda Brillante como el Sol y la Luna. Después de la muerte de este Buda, Maravillosamente Brillante siguió practicando el Sutra del loto, que su maestro había expuesto. El Buda había tenido ocho hijos varones antes de renunciar al mundo secular. Maravillosamente Brillante guió a los príncipes hacia el logro de la iluminación. El último de estos en manifestar la Budeidad fue el buda Antorcha Ardiente, bajo cuya guía practicó el sutra Shakyamuni en pos de la iluminación en una existencia anterior. Por eso, a Shakyamuni se lo llama ―el noveno discípulo del bodhisattva Manjushri‖. En el Sutra de los infinitos significados, el buda Shakyamuni afirma: ―Estos infinitos significados derivan de una sola Ley‖, aunque no aclara a cuál ley se está refiriendo. Sutra del loto, cap. 2. Sad corresponde a sad de Saddharma-pundarika-sutra, nombre sánscrito del Sutra del loto. La cita no ha sido identificada. Chi-tsang (549-623) fue sacerdote de la escuela Tres Tratados, en la China. La traducción al inglés, en la cual se basa esta versión española, deriva de esta reconstrucción y se ha realizado a partir de versiones del mantra encontradas en Los escritos de Kakuzen y en otras fuentes: namah-samanta-buddhānām om a ā am ah sarva-buddha-jña-sāksebhyah gagana-sambhavālaksani saddharma-pundarīka-sūtra jah hūm bam hoh vajrāraksaman hūm svāhā. La tradición de la escuela Palabra Verdadera afirma que Nagarjuna recibió el Sutra Mahavairochana del bodhisattva Vajrasattva junto con otras enseñanzas esotéricas preservadas en una torre de hierro, al sur de la India. Nam es una contracción fonética de la palabra namu. Comentario sobre ―Gran concentración e introspección‖. Sutra del loto, cap. 2. Uno de los cuatro juramentos universales que hace un bodhisattva. Los demás son erradicar los incontables deseos mundanos, dominar las inmensurables enseñanzas budistas y lograr la iluminación suprema. La cita siguiente proviene del capítulo segundo del Sutra del loto. Sutra del loto, cap. 3. Ensayo sobre la protección del país. 93 123 124 125 126 127 128 129 130 131 132 133 134 135 136 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146 147 148 149 Sutra del loto, cap. 11. Clase de lirio utilizado en ceremonias religiosas. Simbolismo hallado en los sutras de la escuela Palabra Verdadera. En cuatro de los ocho pétalos, hay cuatro budas sentados; en los cuatro restantes, hay cuatro bodhisattvas. El buda Mahavairochana ocupa el centro del loto; la escena aparece descrita en el sutra homónimo. El Sutra de la corona de diamantes representa a treinta y siete budas y bodhisattvas, entre los cuales se cuenta el buda Mahavairochana. Profundo significado del ―Sutra del loto‖. Sabiduría del Dharma, Bosque de Méritos, Estandarte Adamantino y Acervo de Diamantes. Manjushri, Sabio Universal, Maitreya y Percibir los Sonidos del Mundo. Los dieciséis bodhisattvas que asisten a los budas en los cuatro cuadrantes del universo. T’ai-kung Wang es el título de un general que prestó servicio a los reyes Wen y Wu, de la dinastía Chou. Además de él, completan los Cuatro Venerables Yin Shou, Wu Ch’eng y Lao Tzu. El emperador Kao-tsu (247-195 a. C.), fundador de la dinastía Han, trató de desheredar a su hijo, el futuro emperador Hui. La madre de Hui, la emperatriz Lü, persuadió a cuatro ancianos eminentes que vivían en el monte Shang de que actuasen como consejeros de su hijo. Estos fueron el maestro Tung-yüan, el estudioso Lu-li, Ch’i Li-chi y el maestro Hsia-hüang. Al ver la dignidad de estos cuatro ancianos, el Emperador se quedó tan impresionado, que aceptó a Hui como sucesor. Sutra del loto, cap. 15. Palabras y frases del ―Sutra del loto‖. Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖. Epíteto de Maitreya que significa ―invencible‖. Sutra del loto, cap. 15. La cita siguiente es la continuación de dicho pasaje. Lago situado en las tierras del Monasterio del Bosque de Bambúes, en Rajagriha, Magadha. Sutra del loto, cap. 15. De acuerdo con el Sutra de la meditación, cuando Ajatashatru asesinó a su padre y encerró a su madre, Vaidehi, en una cámara del palacio, ella miró en dirección al Pico del Águila, donde Shakyamuni estaba predicando, y le oró. El amor compasivo de Shakyamuni lo llevó a aparecerse en la celda de la mujer, donde le enseñó cómo llegar a la Tierra Pura del buda Amida. El capítulo ―Devadatta‖ describe la relación maestro-discípulo entre Devadatta y Shakyamuni, en una existencia anterior. En dicho capítulo se habla de un rey que, en su deseo de buscar la gran Ley, prestó servicio a un vidente llamado Asita durante mil años. Luego de narrar la historia, Shakyamuni dice que él había sido ese rey en una existencia previa, y que Devadatta había sido Asita. Ahora él era maestro del hombre que, antes, había sido su mentor. El capítulo ―Devadatta‖ responde, entonces, la pregunta planteada en el Sutra de la meditación. Sutra del loto, cap. 16. En el capítulo ―Prácticas pacíficas‖, que es el último de la enseñanza teórica, el Buda todavía no había enseñado que su iluminación provenía del remoto pasado. Fuente desconocida. La preciada llave del tesoro secreto, obra escrita por Kobo. Son prácticas concebidas para erradicar las ilusiones del pensamiento y del deseo. En Comentario sobre el ―Sutra de la guirnalda de flores‖ se divide el cuerpo manifiesto en superior e inferior. Tratado sobre las quinientas preguntas. En la época de T’ien-t’ai, las enseñanzas esotéricas de la escuela Palabra Verdadera todavía no habían llegado a la China. Shan-wu-wei las trajo de la India en 716, poco después del nacimiento de Miao-lo. Cuando Dengyo viajó a la China, estudió en profundidad las enseñanzas de T’ien-t’ai, basadas en el Sutra del loto. Sin embargo, cuanto regresó al Japón, también trajo consigo algunas enseñanzas esotéricas. Por esta razón, se hace referencia a él como el patriarca del budismo esotérico y exotérico, dado que introdujo los textos esotéricos antes que Kobo. Sutra del loto, cap. 23. 94 150 151 152 153 154 155 156 157 158 159 160 161 162 163 164 165 166 167 168 Es decir, no revelan que el Buda logró la iluminación en el distante pasado, tal como se explica en el Sutra del loto. En su Tratado sobre el ―Sutra del loto‖, Vasubandhu afirmó la superioridad del Sutra del loto sobre todos los demás sutras, desde diez puntos de vista distintos. El primero de ellos es el de las ―semillas sin igual‖. El mandala del Reino de la Matriz, descrito en el Sutra Mahavairochana, y el mandala del Reino de Diamante, descrito en el Sutra de la corona de diamantes. Del prefacio de Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai. I-hsing (683-727) ayudó a su maestro Shan-wu-wei a traducir al chino la versión sánscrita del Sutra Mahavairochana, y compiló sus enseñanzas orales en un volumen llamado Comentario sobre el ―Sutra Mahavairochana‖. La isla de Ezo, aquí, se refiere a Hokkaido, la más septentrional de las cuatro islas principales del Japón. Este poema, de autor anónimo figura en Colección de poemas japoneses antiguos y modernos. En su Tratado sobre los diez niveles de la mente, Kobo clasificó las diversas enseñanzas budistas en relación con diez niveles del desarrollo de la mente y puso al Sutra del loto en el octavo lugar, al Sutra de la guirnalda de flores en el noveno lugar, y a las enseñanzas esotéricas en décimo o supremo lugar. La traducción ha sido ampliada, en la explicación de los términos técnicos empleados en ella. En su Tratado sobre la profundidad del Sutra del loto, Chia-hsiang, más conocido como Chi-tsang (549-623), afirmó que el Sutra del loto era inferior al Sutra de la sabiduría. Sutra del loto, cap. 2. Los veinticinco bodhisattvas de la escuela Tierra Pura protegen a todos aquellos que veneran al buda Amida. Los más de mil doscientos honorables se refieren a los budas, bodhisattvas y otros seres representados en los dos mandalas de la escuela Palabra Verdadera. Las siete escuelas se refieren a las seis escuelas (véase ―seis escuelas‖ en el Glosario) más la escuela Palabra Verdadera. Se llama Reina Madre del Oeste a una legendaria deidad de la China. Se dice que los melocotoneros de su jardín dan fruto cada tres mil años. Del udumbara se dice que da flor cada tres mil años, para anunciar el advenimiento de un rey que hace girar la rueda de la Ley en el mundo. El gobernador de P’ei, también conocido como Liu Pang, y Hsiang Yü se aprovecharon de la confusión generada tras la muerte del Primer Emperador de la dinastía Ch’in, para enlistar ejércitos y derrocar la dinastía. El conflicto terminó en victoria para Liu Pang, quien fundó la dinastía Han en 202 a. C. El clan Minamoto, dirigido por Minamoto no Yoritomo (1147-1199), emprendió una larga campaña para arrebatarle el poder político al clan rival Taira. Los Taira, por fin, fueron vencidos en Dannoura, y Taira no Munemori (1147-1185), último jefe de su clan, murió durante uno de los combates. Minamoto no Yoritomo, a partir de entonces, estableció el sogunato de Kamakura. Los garudas son aves gigantes de la mitología india que, según se dice, se alimentan de dragones. El lago Anavatapta, o Libre de Calor, situado al norte de las Montañas Nevadas, contiene aguas puras y frescas, que eliminan el sufrimiento. Se dice que en el lago habita el Rey Dragón. Véase, en el Glosario, ―seis actos difíciles y nueve actos fáciles‖. Gran concentración e introspección. La escuela Características del Dharma divide todas las enseñanzas de Shakyamuni en tres períodos. Las del tercer período revelan la doctrina de la conciencia como origen y refutan el apego extremo a la doctrina de la vacuidad. En este tercer período se incluyen el Sutra de los profundos secretos, el Sutra del loto, el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra del nirvana. Sutra del nirvana. Se ha modificado la conjugación verbal para adecuarla al contexto. Referencia a los maestros budistas en los cuales uno puede confiar, tal como se explica en el Sutra del nirvana y en otras escrituras. Ellos son las cuatro categorías o filas de discípulos que escuchan la voz, la última de las cuales es la de los arhats. T’ien-t’ai, en Profundo 95 169 170 171 172 173 174 175 176 177 178 179 180 181 182 183 184 185 186 187 188 189 190 191 192 193 194 195 196 197 198 199 200 201 significado del ―Sutra del loto‖, relaciona estas cuatro filas con los cincuenta y dos niveles de la práctica de un bodhisattva. Sutra del nirvana. Profundo significado del ―Sutra del loto‖. Principios sobresalientes del ―Sutra del loto‖. Colección de enseñanzas transmitidas oralmente. Sutra del loto, cap. 10. Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖. Comentario sobre ―Profundo significado del Sutra del loto‖. El Sutra de los diez niveles es una traducción separada del capítulo ―Diez niveles‖ del Sutra de la guirnalda de flores. ―Gran vehículo‖ se refiere al Camino del bodhisattva. ―Este capítulo‖ se refiere al capítulo ―Jefe Sabio‖ del Sutra de la guirnalda de flores. Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico. La cita siguiente está extraída del mismo pasaje. En la época del Daishonin, la China estaba gobernada por la dinastía Sung. ―Pasó tres años viajando‖ se refiere al viaje a la India que realizó el sacerdote chino Fa-hsien. Preocupado por la falta de escrituras budistas en la China, viajó por tierra, a fines del siglo IV, a la India, donde estudió sánscrito y profundizó sus conocimientos sobre el canon budista. Se dice que Asanga ascendió al cielo de Tushita y que, allí, heredó las enseñanzas del bodhisattva Maitreya. Véase pág. 237. A las ―cinco faltas capitales‖ (véase este término en el Glosario) se le agrega matar a un monje de gran virtud y matar a un maestro. Comentario sobre ―Palabras y frases del Sutra del loto‖. Referencia a la persecución de Tatsunokuchi, acaecida en 1271. Una de las versiones chinas del Sutra del nirvana, traducido por Fa-hsien. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Profundo significado del ―Sutra del loto‖. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Principios sobresalientes del ―Sutra del loto‖ o de Clarificación de los preceptos. La historia del rey Chao y de Su Yu aparece en el Registro del linaje del Buda y de los patriarcas. La fecha tradicional que se asigna a la introducción del budismo en la China es el año 67 d. C. Veinticuatro integrantes de la sucesión: Véase, en el Glosario, ―veinticuatro sucesores‖. Obra escrita por Chih-tu, también llamada Suplemento de ―Significados de los comentarios sobre el Sutra del loto‖. Las autoridades gubernamentales pertenecen al primer grupo de personas laicas que persiguen a los devotos del Sutra del loto. Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite. Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas. Ensayo sobre la protección del país. Fundamentos de la enseñanza del vehículo único. Aquí, Eshin, un sacerdote de la escuela Tendai, utiliza el término ―enseñanza perfecta‖ para referirse al Sutra del loto. Paráfrasis de un pasaje de Comentario sobre ―Profundo significado del ―Sutra del loto‖―. Las tres enseñanzas son la del Tripitaka, la de conexión y la específica, que indican las enseñanzas provisionales. Sutra del loto, cap. 11. Los ―cinco cuerpos de la Ley‖ se refieren a los cinco méritos que representa la naturaleza pura y verdadera de un buda: cuerpo de los preceptos, cuerpo de la meditación, cuerpo de la sabiduría, cuerpo de la emancipación y cuerpo del conocimiento de la emancipación. Se dice que el Buda en su cuerpo manifiesto mide casi cinco metros. Con respecto a los ―ocho errores‖ y los ―ocho vientos‖, véanse ambos términos en el Glosario. Los comentadores de épocas posteriores identifican al ―maestro zen de Yeh y de Lo‖ con Bodhidharma, fundador del Zen en la China. Sin embargo, T’ien-t’ai no menciona con nombre propio ni a él ni a ninguna otra figura contemporánea. 96 202 203 204 205 206 207 208 209 210 211 212 213 214 215 216 217 218 219 220 221 222 223 224 225 La historia convencional del Zen afirma que, cuando Shakyamuni sostuvo en alto una flor ante la asamblea del Pico del Águila, nadie pudo captar el significado de su gesto. Sólo lo comprendió Mahakashyapa, y el Buda le transfirió a él su enseñanza, mas no por medio de la palabra. A su vez, Mahakashyapa transmitió la enseñanza a Ananda, de quien pasó, con el tiempo, a Bodhidharma, el vigésimo octavo patriarca, que había llegado a la China procedente de la India. Se considera a Bodhidharma el fundador del Zen en la China. Hui-neng (638-713) fue el sexto patriarca del Zen chino. Cuando el budismo ingresó en el Japón, el poderoso ministro Mononobe no Moriya se opuso a él. El príncipe Shotoku y otro ministro llamado Soga no Umako apoyaron la nueva religión. Ambas facciones se enfrentaron y venció la de Soga; Moriya fue muerto en 587. Esta analogía aparece en el capítulo vigésimo séptimo del Sutra del loto. Véase, en el Glosario, ―tortuga tuerta‖. Sutra del loto, cap. 14. Ib. Ib., cap. 5. Ib., cap. 26. Ib., cap. 28. Ib. Aryadeva y Aryasimha suelen figurar como decimoquinto y vigésimo cuarto, respectivamente, entre los veinticuatro sucesores de Shakyamuni. Si se lo cuenta a este en primer lugar, entonces el linaje suma veinticinco figuras. Profundo significado del ―Sutra del loto‖. Sutra del loto, cap. 20. El pasaje significa que el bodhisattva Jamás Despreciar había expiado sus pasadas faltas contra la Ley a través de enfrentar persecuciones por el bien de la enseñanza. Así, pudo manifestar la Budeidad. Aquí se compara al ―veneno‖ con la causa de la iluminación. El texto original se ha ampliado para darle más claridad al párrafo. La historia aparece en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría y en otras fuentes. En su existencia pasada, Shariputra estaba practicando el Camino del bodhisattva cuando un brahmán que mendigaba le pidió uno de sus ojos en calidad de ofrenda. Shariputra se lo dio, pero el brahmán sintió tanta repugnancia al olerlo, que lo arrojó al suelo y lo aplastó. Al ver esto, Shariputra sintió una desesperanza tan grande, que abandonó la práctica. Alusión a dos de los diez objetos de meditación formulados por T’ien-t’ai en Gran concentración e introspección. La meditación enfocada en estos diez objetos permite a una persona comprender las limitaciones de los nueve estados. Este pasaje aparece analizado en Comentario sobre el ―Sutra del nirvana‖. Los tres obstáculos son los deseos mundanos, el karma y la retribución. De acuerdo con el Sutra del nirvana, el medicamento que recetaba el viejo doctor era perjudicial para la gente. Para salvar la vida de la población, el nuevo médico persuadió al Rey a emplear medidas restrictivas que prohibieran el uso de esa medicina. La frase original en japonés también podría significar: ―El Sutra del nirvana señala con claridad que el Buda personalmente confía su enseñanza al gobernante [para que este la proteja], diciendo que a las malas personas se las debería dominar con arcos y flechas‖. Esto indica al país donde abundan las personas que no tienen deseo alguno de buscar el Camino del Buda. Comentario sobre el ―Sutra del nirvana‖. En el texto original se mencionan antiguas unidades de medida japonesas, que por razones de fluidez y de claridad han sido convertidas al sistema métrico decimal. Esta declaración aparece en El espejo sobre el significado de lo medio y lo extremo. En el Ensayo sobre la protección del país, de Dengyo, se citan fragmentos de esta obra perdida, escrita por Tokuitsu, sacerdote de la escuela Características del Dharma. No ha sido identificada la fuente de esta cita. Saicho es otro nombre con que se conoce a Dengyo. Kumarajiva aceptó una invitación de Yao Hsing, rey de la dinastía Ch’in posterior, y viajó a la capital, Ch’ang-an, en 401. Allí, se dedicó a traducir numerosas escrituras budistas del sánscrito al chino. 97 226 227 Existe una declaración semejante, en Comentario personal sobre cuestiones referidas al príncipe Shotoku, obra de Kenshin, sacerdote del templo Horyu-ji que vivió en el siglo XIII. Jogu es otro nombre con que se conoce al príncipe Shotoku. Esto alude a la historia del bodhisattva Lamento Perpetuo. Véase, en el Glosario, ―Lamento Perpetuo‖. 98