descarga - v centenario santa teresa de jesús

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Ficha VI.- CAMINO DE PERFECCIÓN- I
Camino 16-18: Requisitos para ser contemplativas: Humildad III.
Pistas de lectura.
Estos capítulos son el colofón al bloque de las virtudes y la humildad (cap. 4-18)1 y, no obstante,
comienzan tratando de la excepción a la regla que justifica dicho bloque: “cómo es posible algunas
veces subir Dios un alma distraída [poco virtuosa] a perfecta contemplación y la causa de ello”
(cap. 16 título; cf. p. ej. 4,3; 16,1-3); por tanto, habrá que atender a cuál es esa causa y cómo tiene
que responder la persona agraciada. Finalmente, los cap. 17 y 18 recomiendan un último y sorprendente ejercicio de humildad: ¡desasimiento incluso de la misma contemplación! ¿En qué sentido? ¿Implica esto que sólo oren las que se sientan contemplativas? ¿Qué otros ejercicios lleva
anejos este desasimiento recomendado?
Para reflexionar, revisar la vida, interceder, agradecer, contemplar…
1. “Algunas veces” (16,2), incluso “con muchos” (16,5), Dios invierte el orden habitual (virtudes →
contemplación) y “prueba si con aquel favor se querrán disponer a gozarle muchas veces” (16,4).
Evidentemente a este tipo de excepción a la regla pertenece el caso de la misma santa (cf. V 38,1;
Ficha cap. 4-5, cuestión 3). ¿Conoces otras experiencias así? Recuerda, agradece…
2. ¿Cómo responder a una gracia de ese tipo? Haciendo los ejercicios de humildad ya vistos: no
disculparse (16,6), sufrir “un puntito de ser menos” (16,7), en definitiva, poner los ojos en Él (16,7).
La mayor parte de estas repeticiones tienen tono exclamativo y orante: Teresa no acaba de entrar
directamente en el tema de la oración (cf. nota 1) y, sin embargo, empieza a costarle contenerse;
cf. 16,3.4.6.7 y contrastarlo con la forma propia de orar; ¿soy así de espontáneo, auténtico, cristológico…?
3. Otro párrafo para detenerse y pensar, revisarse, orar… pues pone bien de manifiesto que la
humildad teresiana no tiene que ver con el apocamiento, ni la pusilanimidad, sino todo lo contrario:
“Dios nos libre, hermanas, cuando algo hiciéremos no perfecto decir: no somos ángeles, no somos
santas. Mirad que, aunque no lo somos, es gran bien pensar, si nos esforzamos, lo podríamos ser,
dándonos Dios la mano; y no hayáis miedo que quede por Él, si no queda por nosotras. Y pues no
venimos aquí a otra cosa, manos a labor, como dicen: no entendamos cosa en que se sirve más
el Señor, que no presumamos salir con ella con su favor. Esta presunción querría yo en esta casa,
1
Cf. 16,9; 17,1; 18,9-10.
Ficha VI.- CAMINO DE PERFECCIÓN- II
que hace siempre crecer la humildad: tener una santa osadía, que Dios ayuda a los fuertes y no
es aceptador de personas” (16,8 ó 12 según las ediciones).
4. Dios no sólo muestra su señorío dando la gracia de la contemplación a quien no la ha buscado,
sino también no dándosela a quien sí lo ha hecho y trabajado bien las virtudes; de ahí que la santa
pida ejercitar la humildad incluso acerca de las propias expectativas: “de cómo no todas las almas
son para contemplación y como algunas llegan a ella tarde” (cap. 17 título). Desde luego, lo primero que hay que hacer es no dejar la oración con la excusa de que en todo podemos encontrar al
Señor o que todo es oración (cf. 17,6 y 18,3-4). Piensa, revisa, ora…
5. Por tanto, lo que sí hay que hacer es perseverar en la oración, aunque sea en sus formas más
‘pobres’ y sencillas (17,3; 18,4): revisa, agradece…
6. También hay que servir con alegría (17,1.5-6); consolarse porque la falta de contemplación no
impide la perfección (17,2.4.6), más aun, es camino muy meritorio (17,4-7) y, en fin, si se persevera, puede darse aunque parezca tarde (17,2.7; 18,4); por supuesto, no murmurar de las contemplativas (17,5; 18,5) y, en definitiva, abundar en las virtudes tan encarecidas en estos capítulos, en
vez de en la búsqueda de consuelos espirituales (18,9). Así pues, atender a cada cosa, revisar,
orar…
7. Si Dios actúa así (cf. cuestión 4), parece que no hay métodos, ni técnicas de oración que puedan garantizar que se alcanzará la contemplación: ¿estás de acuerdo?, ¿por qué? ¿Crees que sí
que hay métodos que se pretenden infalibles?...
8. Y qué decir de estas aparentes contradicciones: ¿Es “algunas veces” (16,2) o “con muchos”
(16,5)? ¿”Da a cada uno su oficio” (18,3) o “no dejará de dar si es de verás el desasimiento y
humildad” (17,7)?
9. Una idea para reparar bien en ella: “Cuánto mayores son los trabajos de los contemplativos”
(cap. 18 título); de hecho, contemplación igual a “trabajo disfrazado de gusto” (18,4).
10. En conclusión, mejor virtudes, muy, muy especialmente obediencia (¡también para los que no
están obligados por un voto religioso!: 18,8), que gustos espirituales (18,7-9): revisa, ora…
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