"La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos". Estas palabras del Papa Francisco nos inspiraron cuando pensamos con qué espíritu deseábamos festejar los 25 años de la fundación del Nivel Primario de nuestro colegio de la Inmaculada. Sin dudarlo lo que quisimos celebrar fue el don de la fe… Dios es el jardinero que pone la fe como semilla en el jardín de la existencia de cada uno de los hombres y mujeres que la aceptamos con humildad. Él siembra pero depende de nosotros regarla, cuidarla, hacerla crecer fuerte, sana, recta y vigorosa. Y la fe vivida así no permanece en uno mismo: se irradia, se transmite. Cada año, cuando llegan estos días y vemos partir a un nuevo grupo de alumnos de 7º grado sentimos que nada de lo caminado, de lo enseñado y de lo aprendido ha sido casualidad. Ninguna sonrisa y tampoco ninguna lágrima fue una sinrazón. Todo fue parte del maravilloso plan de Dios el que juntos, familia y escuela, decidimos aceptar por amor. Y fuimos capaces de hacerlo porque tuvimos fe… - Fe en Dios que nos da las fuerzas para seguir aunque la tarea a veces sea ardua. - Fe en nuestra Madre de los Milagros que es nuestro tesoro, de donde salen tantas gracias. - Fe en quienes comparten la misión haciendo comunidad. Y Fe en estos niños que son una promesa de rectitud, patriotismo, humildad, y fortaleza. Por eso este también es un tiempo para agradecer… A las familias: por el incondicional apoyo de estos años, A los docentes: por su incansable esfuerzo y dedicación. Y a ustedes chicos… querida promoción de los 25 años… también queremos agradecerles por su frescura, su transparencia y sobre todo por esa sencillez de la que tanto hemos aprendido. Alumnos de 7º Grado, Jesús nos enseña que la fe mueve montañas, que si Él está con nosotros, quién estará contra nosotros. Tienen las bases muy firmes para enfrentar los nuevos desafíos. Esfuércense mucho porque estudiar también implica un acto de Fe: creer en la fuerza del conocimiento y en la capacidad que tiene de abrir nuevos horizontes para construir una sociedad más justa y esperanzada. Ese es nuestro deseo, que sean hombre de fe… para ser hombres para y con los demás. Recuerden que llevan en sus corazones el temple de Loyola que forja héroes en generosidad y entrega… ¡Ustedes estarán siempre en los nuestros! Muchas Gracias.