Economistes nº 369. 2ª Quincena marzo 2009 Asiento de primera aplicación: efectos fiscales de la transición al npgc Una de las consecuencias por las que el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (en adelante TRLIS) se ha visto modificado, ha sido la necesidad de adaptar la legislación fiscal a la reforma contable implantada con la aprobación de un nuevo Plan General de Contabilidad (en adelante NPGC), aprobado por el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, el cual viene a desarrollar la Ley 16/2007, de 4 de julio, de reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en la normativa de la Unión Europea. El propósito del legislador no ha sido otro que la armonización de nuestra legislación contable con la del resto de los territorios de la Unión Europea, llevando a cabo de esta manera las modificaciones pertinentes de las normas legales y reglamentarias que regulan esta materia. No obstante, las modificaciones sufridas por el TRLIS como consecuencia del NPGC se han llevado a cabo, supuestamente, con la finalidad, de que afecten lo menos posible a la determinación de la base imponible, en comparación con la regulación anterior, es decir, se ha buscado la obtención de un efecto neutral como consecuencia de la aplicación de la nueva normativa contable. A pesar de dicho objetivo de neutralidad, éste no se ha alcanzado en su totalidad ya que, algunas partidas en las que se han llevado a cabo modificaciones contables, no han sido objeto de modificación alguna en el ámbito fiscal, lo que supone que el criterio contable es de plena aplicación a efectos fiscales. Dado que la reforma contable tiene efectos respecto de los ejercicios que se inicien a partir del 1 de enero de 2008, el NPGC contiene un régimen transitorio para la primera aplicación del mismo. Así pues, las empresas deberán elaborar un balance de apertura en el primer ejercicio que se inicie a partir de 1 de enero de 2008, siguiendo los criterios contenidos en el NPGC por lo que, con carácter general, deberán proceder de la siguiente manera: •?Registrar los activos y pasivos exigidos por los nuevos criterios contables. •?Dar de baja los activos y pasivos que no estén permitidos. •?Reclasificar las cuentas. De lo anterior se desprende la necesidad de practicar los asientos de primera aplicación del NPGC, cuya contrapartida, con carácter general, se registrará en cuentas de reservas, salvo disposición en contrario, en la que deberán utilizarse otras partidas del patrimonio neto. Teniendo en cuenta la vinculación legal y formal existente entre el resultado contable y la base imponible del Impuesto sobre Sociedades, ya que en esta última parte del resultado contable, deben regularse las implicaciones fiscales, por motivos de seguridad jurídica, de los ajustes contables derivados de la primera aplicación del NPGC, por lo que también existe un régimen transitorio regulado en la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, por la que se suprime el gravamen del Impuesto sobre el Patrimonio, se generaliza el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadido, y se introducen otras modificaciones en la normativa tributaria, publicadas en el Boletín Oficial del Estado el día 25 de diciembre de 2008. Para proceder a la elaboración de los ajustes fiscales derivados de la primera aplicación será de especial utilidad tener en cuenta las siguientes premisas: © 2009 Colegio de Economistas de Valencia Economistes nº 369. 2ª Quincena marzo 2009 •?Como consecuencia de estos nuevos criterios contables, no debería existir una mayor o menor tributación que la derivada de la aplicación del Plan General de Contabilidad del 90. •?Hay que tener siempre presente qué tratamiento fiscal se dio en el pasado a los elementos patrimoniales que ahora son objeto de baja y actuar en consonancia. •?Los apuntes contables a reservas son apuntes a una cuenta del patrimonio neto de la compañía pero que no afecta al resultado contable del ejercicio, no obstante, si en algún momento tuvieron o pudieron tener la consideración de ingreso o gasto a efectos fiscales, esos apuntes deberán ajustarse en la base imponible. En consecuencia, como norma general, todos los cargos y abonos que se imputen a la cuenta de reservas, por la primera aplicación del NPGC, tendrán plenos efectos fiscales, es decir, se tendrán en consideración para la determinación de la base imponible del Impuesto sobre Sociedades, por lo que procederá la realización del correspondiente ajuste positivo o negativo según se trate de un ingreso o de un gasto. Con carácter especial, hay que tener en cuenta que si por aplicación de los anteriores criterios contables, los ingresos y gastos se contabilizaron y se devengaron en ejercicios anteriores a 2008 (y se integraron en la base imponible del correspondiente ejercicio) y ahora por la aplicación de los nuevos criterios contables, se devengasen de nuevo a partir del ejercicio 2008, éstos no tendrán ningún efecto fiscal ya que, como se ha mencionado de forma reiterada, los cambios de criterio, salvo disposición en contrario, se imputan a una cuenta de reservas. Por ello, no procederá llevar a cabo ningún ajuste extracontable para determinar la base imponible. Además es necesario precisar que en ningún caso tendrán la consideración de gastos y, por tanto, no tendrán implicaciones fiscales, la baja de las partidas relativas a instrumentos de patrimonio propio. De acuerdo con lo anterior y coincidiendo con el cierre del ejercicio social, entendemos relevante hacer mención a aquellas particularidades más importantes que, desde el punto de vista fiscal, presenta la primera aplicación del NPGC. De esta forma, entre muchos otros, queremos destacar los siguientes: Gastos a distribuir en varios ejercicios: como por ejemplo, los gastos de formalización de deudas en los que con el NPGC deben darse de baja del Activo siendo su contrapartida la propia deuda. El efecto fiscal de esta baja carecerá de implicaciones fiscales ya que los gastos se irán imputando a resultados en función de un método de cálculo basado en el coste amortizado de la deuda; es decir, estos gastos no tendrán impacto en la base imponible, hasta que se vayan imputando a la cuenta de Resultados y se reconozcan definitivamente entre los fondos propios, momento en el cual tendrán efectos fiscales. Gastos de establecimiento: de acuerdo con lo establecido en el NPGC hay que eliminarlos del Activo, puesto que no encajan en la nueva definición dada de Activo, siendo su contrapartida una cuenta de Reservas (disminuyéndola). Lo anterior, tendrá efectos fiscales ya que se ha imputado a reservas un gasto considerado como fiscalmente deducible, por lo que procederá realizar un ajuste negativo, en el ejercicio 2008, por el importe imputado a las mismas. Provisiones de activo: desaparecen con el NPGC por lo que procederá optar por dos alternativas, según sea posible según las normas: 1. Reclasificándolas: eliminando la provisión contra la propia cuenta del activo, reduciendo su valor, siempre y cuando las normas contables lo permitan, por lo que no tendrá ninguna incidencia fiscal. 2. Eliminándolas mediante un aumento de reservas: en este caso el ingreso tendrá efectos fiscales, por lo que habrá que analizar qué se hizo fiscalmente cuando se dotó la © 2009 Colegio de Economistas de Valencia Economistes nº 369. 2ª Quincena marzo 2009 provisión. Si no se ajustó la provisión, y por tanto se consideró como gasto deducible, ahora deberá ajustarse positivamente. En cambio, si fue ajustada dicha provisión, entonces no procedería realizar ajuste extracontable. En este sentido, procederá realizar un análisis de los registros extracontables cuando se dotaron las provisiones, de forma que se evite tributar dos veces por el mismo concepto. Fondo de Comercio: (en adelante FC) ha sufrido una importante modificación en el ámbito contable, ya que deja de ser amortizable, por lo que en el asiento de primera aplicación contable deberá darse de baja la amortización acumulada contra el propio FC, minorando su valor. Los efectos fiscales de esta reclasificación de cuentas, van a ser nulos ya que no se pone de manifiesto ningún ingreso ni gasto por lo que no habrá que hacer ningún ajuste derivado de la primera aplicación. Por lo que respecta a la deducibilidad fiscal del FC, como consecuencia de la búsqueda de la neutralidad y la finalidad de que dicho cambio de criterio contable no afecte al tratamiento fiscal, éste seguirá siendo deducible fiscalmente sobre el precio de adquisición originario con independencia de lo que aparezca contabilizado en las Cuentas Anuales. Lo anterior, supone una excepción al principio general de registro contable, por lo que procederá realizar los ajustes extracontables correspondientes. Como consecuencia de la primera implantación de los nuevos criterios contables puede producirse una tributación significativamente distinta (muy elevada o, por el contrario, muy baja), en comparación con la que correspondería si no se hubiese producido este cambio en la normativa contable y consecuentemente fiscal, por lo que el sujeto pasivo podrá optar por integrar en la base imponible, en partes iguales en los ejercicios 2008, 2009 y 2010, el saldo neto, ya sea positivo o negativo, de los cargos y abonos a las cuentas de reservas derivados de los ajustes fiscales de la primera aplicación del NPGC. A estos efectos, recordar que existe la obligación de informar sobre ello en la Memoria de cada uno de los ejercicios, debiendo mencionarse el importe de dicho saldo, las cantidades integradas en la base imponible, así como las pendientes de integrar. J. OLLEROS & ASOCIADOS ABOGADOS Y ASESORES TRIBUTARIOS © 2009 Colegio de Economistas de Valencia