1492: América inventada Algunas dificultades para comprender lo “nuevo” Silvana Espiga1 1492 en América es sólo el inicio de un complejo proceso de flujos de intercambios culturales desde Europa o más específicamente de la cultura hispánica (o estrictamente castellana) y americana. Realidades históricas complejas y diversas se encuentran por vez primera. América, con sus diferentes estadios de desarrollo socio cultural se introduce a través de Europa a la época moderna: en sus pautas culturales, políticas, económicas y religiosas. Las distintas formas de interacción, confluyen en una dialéctica de culturas y espacios que irán modificando las pautas de relacionamiento, aunque de maneras asimétricas. Castilla comenzó su expansión hacia un océano inconmensurable y empíricamente desconocido. Dada la expansión turco-otomana sobre las antiguas rutas terrestres del este, la necesidad económica de buscar nuevas rutas comerciales se impuso, se abandonaba el Mar Mediterráneo. Europa expandía sus fronteras físicas y espirituales. En el caso de la “España” del s. XV las realidades políticas y sociales eran diversas. El proceso de centralización política y territorial, la expulsión de los moros, daban una impronta particular a cada reino. Por lo tanto cabe preguntarse ¿cuál fue la España de la conquista? la de Aragón, Andalucía, Córdoba, Extremadura, Castellana. ¿Cuál era el océano que pretendían cruzar?2 Los temores, las expectativas y la lectura de los antiguos iban en las nuevas naves, la búsqueda de especias, sedas, oro y los cálculos realizados por Cristóbal Colón conducirían (necesariamente) a las Indias Orientales. Por ello decimos en el título que América es inventada, lo que se vio, lo que se describió, eran las Indias Orientales. 3 1 Profesora de Historia egresada del Instituto de Profesores Artigas, actualmente se desempeña como docente de Historia Americana II en el IPA y de Historia en los IINN de Montevideo. 2 “El Atlántico, según los antiguos geógrafos y en las leyendas de los pueblos nórdicos, está sembrado de islas. ¡La autoridad de Marco Polo lo confirma, pues había oído hablar del archipiélago japonés, de Cipango y sus siete mil cuatrocientas cincuenta y siete islas! La existencia de las Azores, las Canarias, Madeira, las islas del Cabo Verde son la prueba material. Nadie lo duda: la isla de las Siete Ciudades o Antilia,la isla de San Borondón, la isla de Brasil, de la que sólo se conoce el nombre, y muchas más sin duda, desfilarán ante los ojos de los navegantes, asegurando útiles y sorprendentes etapas …” en ZUMTHOR, Paul La medida del Mundo, Cátedra, Madrid, 1993, p.241. 3 Alegoría de Cristóbal Colón llegando a las Indias realizada por Théodore DE BRY (1528-1598). Extraída de su libro IV América donde recrea a través de dibujos y grabados el descubrimiento y conquista de las Indias, teniendo como fuentes (a menudo inexactas) las noticias y crónicas de los viajeros y conquistadores. En este caso l nave es guiada por Diana hacia las islas de Cuba, Española y Jamaica, aparece Neptuno, sirenas y otros símbolos de la mitología marina. 1 Dentro de este vasto y complejo tema, seleccionamos documentos específicos que nos permitirán analizar, como ejemplo, las diferentes miradas que inter-actuaron en primera instancia en la construcción y definición del otro. En este artículo nuestro objetivo principal será presentar las formas en las cuales se describió e interpretó lo nuevo (flora, fauna, seres humanos), tomando como hilo conductor documentos de los primeros navegantes-descubridores. Estas breves líneas son una introducción a algunos conceptos a la vez que invitación a la consulta de la bibliografía aquí citada. Lo dicho fue parte de una ponencia desarrollada en el marco de los Cursos de Actualización docente de los Institutos Normales de Montevideo en el año 2006 que incluyó el análisis de la mirada del otro, en ese caso de la cultura maya, quechua e inca. Para esta entrega seleccionamos el momento del encuentro. Algunas referencias conceptuales: acordando términos Aún hoy encontramos en algunos manuales o revistas escolares el uso del término “primitivo”, a veces empleado como sinónimo de salvaje. La idea del “hombre primitivo” traduce en cierto modo la visión de la antropología clásica4. Como señalara el antropólogo Lévi-Staruss, los primitivos no representan nuestra infancia. Se analiza la cultura desde una mirada que entiende a los indígenas con una ingenuidad propia del “buen salvaje” o del “hombre natural”. En esta línea de interpretación clásica en muchos textos de historia, la fragilidad e incredulidad de los nativos y sus creencias habrían llevado a que los mismos vieran en los conquistadores dioses5 y por ende fueran más fácilmente conquistados. Con los conceptos de “aculturación” y “tamización” podremos apreciar de otra manera en qué sentido asumimos la interacción cultural y las formas complejas (explícitas o implícitas) que conllevan. Considerando los aportes de los antropólogos N. Watchel6 y G. Foster acordamos en que la aculturación es un proceso de cambio donde interactúan dos o varias culturas, a partir de diferentes instancias (espontánea, impuesta, formal, etc.). Los intercambios son mutuos y selectivos. Incluso para la cultura dominante hay un proceso de selección y transposición (sistematizado o espontáneo). Los grupos humanos y sus instituciones transfieren significados interculturales a las nuevas sociedades. Según G. Foster, el concepto de aculturación comprendería dos procesos de “tamización” cultural. Por un lado: “Dos sistemas culturales completos nunca se ponen en pleno contacto. Hay siempre una selección inicial que determina qué partes de la cultura donadora serán asequibles al grupo receptor, y qué partes serán retenidas consciente o inconscientemente, [por otra parte] la cultura receptora selecciona o hace hincapié en sólo una porción de la cantidad total de fenómenos que presenta el grupo dominante”.7 Este proceso de tamización formal lo podemos ver 4 El carácter descriptivo de las fuentes europeas es esencialmente etnocéntrico. Por ello se entiende que “Los hombres son etnocéntricos o bien porque no conocen otra forma de conducta que la que practica su propio grupo, o bien, si están familiarizados con las costumbres de pueblos extranjeros, porque se ven impulsados por la fuerza de su condicionalidad cultural a juzgar sus propias prácticas más favorablemente que las de otra sociedad”, HERKOVITS, Melville J. El hombre y sus obras, FCE, México, 1952. Véase el cap. I “Teoría de la Cultura”, p. 679 y ss. 5 Tengamos presente que no todas las culturas asumieron esta explicación sobre los “hombres de barba”. Los mismos fueron definidos también como dzules (extranjeros) o popolocas (ladrones), hubo visiones dicotómicas contemporáneas. Según la cultura náhua hubo cuatro universos o “soles” antes del actual: Primer mundo Sol de tierra, Sol de noche, destruido por el jaguar, el segundo mundo: sol de aire, destruido por un huracán, viento., el tercer mundo, destruido por una lluvia de fuego, el cuarto mundo o sol, destruido por un diluvio, el quinto mundo, que coincide con la llegada de los europeos, sería destruido por un terremoto o Movimiento. En tales concepciones la idea de que estos hombres fueran dioses, si se consideraba. Al respecto véase entre otros: LEON PORTILLA, Miguel El reverso de la conquista, Joaquin Mortiz ed., México, 7° ed. 1980. 6 WACHTEL, Nathan “La Aculturación” en LE GOFF., J.; NORA, P. Hacer la Historia, Laila, Barcelona, v. I. 7 FOSTER, George Cultura y conquista: la herencia española en América, Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Veracruzana, México, 1962, p. 34. Léase al respecto los capítulos sobre 2 no sólo en las instituciones seculares y eclesiásticas que regularon el proceso de conquista, sino también en las medidas tomadas desde Castilla respecto a quienes podían ingresar al “Nuevo Mundo”, ya que los mismos serían los portadores de los ideales a transferir. Es interesante señalar que partiendo de un modelo cultural hegemónico aplicado a una realidad heterogénea devino gran diversidad de intercambios y mapas culturales específicos y particulares, que pusieron en evidencia la diversidad americana. Por ejemplo, as mismas formas y prácticas católicas se re-significaron y sincretizaron de manera particular, en cada región. Incluso podemos observar cómo en las zonas de “alto contorno”8 se adaptaron y adoptaron elementos propios de cada cultura nativa reforzando la dominación (redes comerciales y urbanísticas, instituciones sociales, zonas sagradas, etc.). Los Documentos Un documento es la materia prima del historiador y para los docentes también es un punto de partida con el cual seleccionamos y cuestionamos. Pero debe ser tomado y analizado en un doble proceso de interpretación. Como expone el historiador Jacques Le Goff el trabajo hermenéutico de los documentos implica: “La crítica externa [que] tiende esencialmente a descubrir el origen y a determinar si el documento que se analiza es auténtico o falso. Es un procedimiento fundamental, que exige sin embargo dos observaciones complementarias. La primera es que, también un documento falso es un documento histórico y puede constituir un valioso testimonio de la época y el período durante el cual se le consideró auténtico y se le utilizó. La segunda es que, un documento, especialmente un texto, pudo sufrir en el curso del tiempo manipulaciones aparentemente científicas que hicieron olvidar el original […]. La crítica interna debe interpretar el significado del documento, evaluar la competencia y sinceridad de su autor, medir su exactitud, y controlarlo con otros testimonios […] las condiciones de producción del documento tienen que ser cuidadosamente estudiadas”.9 Aquí consideramos importante observar y leer el documento en los parámetros y en los significados de su época. Cómo planteaba Emir Rodríguez Monegal en la selección de fuentes que dirigió denominada Noticias secretas y públicas de América: “[...] la Historia no es una entelequia que planea por encima de las culturas, sino un texto que todos escribimos, y (por lo tanto) describimos”.10 Qué seleccionamos, cómo presentamos y discutimos sobre un determinado problema es una acción arbitraria a la vez que selectiva, acorde a nuestros objetivos como educadores. Es importante tener presente además algunas dificultades que emergen en la propia elaboración del documento. En este caso los problemas que tuvieron los cronistas para “traducir” o describir lo nuevo (entre quienes acompañaban a Colón viajaba un intérprete de árabe y hebreo, conocido como Luis Torres. Esto era acorde con el objetivo de C. Colón y su búsqueda de una ruta a la India).11 Ya antes de su llegada a América se produjeron documentos donde se plantearon argumentos jurídicos, teológicos y filosóficos, que luego justificaron y legitimaron los transferencia tecnológica (arado), urbana y estival como ejemplo de selección y formas de dominio y aculturación. 8 Concepto propuesto por el arqueólogo Gordon Willey y trabajado por el antropólogo WOLF, Eric en Europa y la gente sin Historia, FCE, México, 1982. Hacia 1400 se podrían identificar dos regiones de “alto contorno”, Mesoamérica y la zona Andina, caracterizadas por el cultivo intensivo, ciudades densamente pobladas, arquitectura monumental de palacios y templos, desarrollo del tejido, alfarería, sociedades diferenciadas y dirigidas por elites gobernantes, cuyo poder se identificaba con la organización de la religión. Cap. II “El mundo en 1400”, p.80. 9 Le GOFF, Jacques Pensar la Historia, Altaya, Bs.As., 1982, pp. 107-108. 10 Cartas, diarios, relaciones y crónicas forman el cuerpo documental. Las cartas notifican de los descubrimientos y las conquistas. La relación es un informe solicitado por la Corona en función de requerimientos específicos. Los cronistas fueron enviados por la Corona, entre ellos Gonzalo Fernández de Oviedo quien escribió la Historia General y Natural de las Indias publicada en 1535. Véase RODRÍGUEZ MONEGAL, E. Noticias secretas…, Tusquets Editores, S.A., Barcelona, 1984, Cap. 1 “El nuevo mundo, un diálogo de culturas” p.14 11 MORALES PADRÓN, Francisco Historia del descubrimiento y conquista de América, Ed. Nacional, Madrid, 1981, p. 108. 3 procesos de conquista y dominio (ante los otros reinos y los propios nativos). Esto permitió construir un discurso que procuró legitimar la acción (y el derecho) al dominio (o al poblamiento como se expresaba en los documentos) de la Corona de Castilla sobre las Indias Occidentales. Las Bulas Alejandrinas, las Capitulaciones de Santa Fe y temas cómo la naturaleza humana del hombre12 (discusión con premisas aristotélicas que se contemplaron en los argumentos dados por los juristas convocados por el rey Fernando en Burgos en 1512), dieron en parte los fundamentos para establecer el poder europeo. Dificultades para comprender lo nuevo Comprender lo nuevo implicó que además de des-cubierta América, esta fue “inventada”, “en la medida en que se explicó y describió con un discurso que pretendía definirla e identificarla, elaborado por los allí llegados que, al hacerlo, la desfiguraron”.13 La desfiguraron porque lo que se explicaba no era lo que se vio sino lo que se leyó. Para los europeos que recibían las noticias de los primeros navegantes la imagen de América debió ser casi fantástica. Por ello se inventaba y las referencias para describirla y entenderla eran las propias pautas culturales. Veamos el caso del propio Cristóbal Colón. Según sus cálculos y objetivos, arribó a Cipango, las Indias. Las lecturas de Imago Mundi, de Pierre d’Ailly le dieron la posibilidad de trazar la ruta. Por lo tanto, esa fue la realidad a la que conceptualmente hizo referencia en sus cartas. En su cuarto viaje Colón tenía como objetivo encontrar el estrecho que pudiera llevarle a las Indias Orientales. Pero los huracanes deshicieron sus barcos y naufragó quedando varado en la isla de Jamaica. Desde allí el 7 de diciembre de 1503 envió una carta Que escribió a los cristianísimos Rey y Reina de España, nuestros señores, en que les notifica cuanto le ha acontecido en su viage, y las otras cosas maravillosas, y dónde hay minas de oro en mucha cantidad, y otras cosas de gran riqueza y valor. En ella detalló: “[…] Los pueblos, bien que sean espesos, cada uno tiene diferencia de lengua, y es por tanto que no se entienden los unos a otros más que nos con los de Arabia. Yo creo que esto sea en esta gente salvage de la costa de la mar, mas no en la tierra adentro. Cuando yo descubrí las Indias dije que era el mayor señorío rico que hay en el mundo. Yo dije del oro, perlas, piedras preciosas, especierías, con los tratos y ferias, y porque no pareció todo tan presto fui escandalizado”. (C. Colón, Relación del cuarto viaje).14 Como señala J. Elliot “Si se pregunta qué fue lo que los europeos vieron al llegar al otro lado del Atlántico y cómo lo vieron, la respuesta dependerá de la clase de europeo de que se trate” y aún más “Incluso cuando los europeos tenían el deseo de mirar y los ojos dispuestos para ver, no existen garantías de que la imagen que se presenta ante ellos –ya fuera de personas o de lugares- respondiese necesariamente a la realidad. Los determinantes de esta visión eran la tradición, la experiencia y la curiosidad”. 15 La descripción de C. Colón fue una descripción antropológica, pero a través de la mirada del hombre moderno. Él presupuso que los nativos entre sí no se comprendían. A su vez clasificó a los hombres en dos tipos: en salvajes (los de las islas) y los que no lo eran (los de tierra adentro), estos últimos aún sin conocerlos. 12 Aristóteles planteaba la teoría de la esclavitud natural del hombre como dada por la lucha entre razón y pasión. En el indio americano primaría para los europeos la pasión, “hombres sin razón”, por lo tanto serían incapaces racional y moralmente de conducir su comportamiento al no poder comprender, deliberar o dominar la facultad de la razón. Véase PADGEN, Anthony La caída del hombre natural, Alianza, Madrid, 1988. 13 MARTINELL GIFRE, Emma La comunicación entre españoles e indios: Palabras y gestos, Mapfre, Madrid, 1992, p. 85. Se sugiere de esta obra la presentación y síntesis que realiza el autor de los cronistas españoles, indígenas y mestizos; también en la obra citada de RODRIGUEZ MONEGAL, Emir y capítulos referidos a los Historiadores de Indias en AAVV Historiadores de Indias, Océano, Barcelona, MCMXCIX. 14 Selección extraída de AAVV Historiadores de Indias…, “Relación del Cuarto viaje”, pp.3-17. 15 ELLIOT, John H. El viejo Mundo y el Nuevo 1492-1650, Alianza, Madrid, 2000, pp. 37-38. 4 16 Colón “vio” claramente a las Indias, aún sin haber descubierto el oro o el continente o las riquezas que consideraba allí, especierías por ejemplo. Aunque es necesario precisar su perplejidad ante la demora de encontrar dicha riquezas. Recordemos que, según muchos historiadores, Colón habría fallecido convencido de que llegó a las Indias Orientales. Por otra parte, cuando escribe: “Yo descubrí a las Indias”, no se cuestionaba ni consideraba que quienes vivían allí eran sus primeros habitantes. Cuando los cronistas pretendieron describir lo que vieron (colores, fauna, olores, sonidos, etc.) se encontraron con el problema del vocabulario. Considérese el siguiente pasaje: “En las costas del Perú [...] hay unos lobos marinos en gran cantidad, y no los hay en otra parte. Yo pienso que la causa de la calidad del agua, que es tan fría que si uno entrase a nadar o acertase a caer , se cortaría del frío y se ahogaría. Y la calidad de este animal o pez es muy fría, y respecto de esto su cuero es bueno para mal de riñones, de que hacen cintos; es muy torpe sus brazos son tan chicos, que van arrastrando por el suelo. Tiene unos mostachos muy largos, que parecen púas de puerco espín; sale a tierra de día y de noche, y se juntan gran cantidad en isletas a la orilla de la costa, y braman como becerros, que parecen hatos de vacas. Los indios los matan con garrotillos, dándoles en los hocicos cuando vuelven a morder, y con cualquier golpe en esta parte caen. De esto se hace gran cantidad de aceite, que se gasta en los navíos, a las bitácoras, hiede mucho [...]. Hay buitres casi tan grandes como avestruces. En las lagunas y ciénagas hay muchas diferencias de pájaros. Diré de uno muy galán que se dice flamenco; es muy alto de zancas, más que las grullas, muy blanco y encarnado; el pico lo tiene como de pato.”17 Los ejemplos se referían a lo conocido recurriendo a animales, objetos sonidos y colores familiares: “…los observadores del mundo americano, como los observadores de cualquier cosa culturalmente desconocida para la que existen pocos antecedentes fácilmente identificables tenían que clasificar antes de poder ver correctamente, y para esto no tenían más alternativa que acudir a un sistema que ya se utilizaba”18. Según el historiador A. Padgen el primer objetivo fue describir 16 T. DE BRY, L. IV. Visita de Benzoni al gobernador de Cumana, Venezuela, una mujer indígena que dijo ser la mujer del cacique , le obsequia frutas. Benzoni la describió como una mujer vieja y extremadamente fea. 17 DE VARGAS MACHUCA, B. “Milicia y descripción de las Indias”, vol. II. Fines del siglo XVI en TUÑON DE LARA (Ed.) Textos y documentos de la América Hispánica (1492-1898), Labor, Madrid, 1986, p. 134. 18 PADGEN, A. La caída…, p. 25. 5 y con ello establecer ordenes, categorías, cuyos criterios fueron dados por lo conocido. Si consideramos lo anterior, el carácter de “nuevo” se relativiza. Cómo diría el historiador citado hubo “resistencia” a conocer lo nuevo. Resistencia cultural que se hizo difícil de sostener cuando las diferencias fueron notorias (este mismo problema se trasladaría a la hora de “definir” a los indios). El encuentro del indígena: entre hombre natural y bárbaro En el libro De palabra y de obra en el Nuevo Mundo (Tres Tomos) los autores plantean que desde 1492 pueden diferenciarse para españoles e indígenas tres etapas consecutivas en las formas de las “representaciones y discursos interétnicos acerca del otro”.19 Las mismas son: 1. Asombro y duda: La primera representación se desarrolla en el momento inicial del encuentro. “Éstas imágenes son particularmente típicas de grupos que, antes del contacto, no incluían el uno al otro en su universo social cotidiano. Estas formas expresivas representan un primer esfuerzo para clasificar lo improbable y lo inesperado dentro del sistema existente de clasificación social [...]”.20 2. Repulsa y condena, En segundo lugar, se sitúa y define al otro en función a la normativa del grupo dominante o subalterno (aparecen percepciones de lo brutal, ladrón, perezoso, infantil, etc.). 3. Acomodo y afirmación. Aquí se dirime en procesos de mayor tiempo de interacción, entre uno o varios “grupos étnicos que comparten un mismo espacio social y político”. Con esto se daría lugar a la adaptación a la vez que a un proceso de recuperación y reconstrucción de identidades étnicas. Un ejemplo de esta primera etapa fue lo que hizo Colón al llegar a las Indias tomando posesión a través de lo que algunos llaman un acto de nominación, acompañado de insignias reales, capitanes, el notario real y la autoridad eclesiástica (a la vez acto de desconocimiento de las culturas existentes). “[...] Sacó el Almirante la vandera real y los capitanes con dos vanderas de la Cruz Verde, que llevava el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una I, ençima de cada letra su corona, una de un cabo de la [cruz] y otra de otro. Puesto en tierra vieron vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo d´Escovedo escrivano de toda la armada, y a Rodrigo Sánches de Segovia, y dixo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante nos tomava, como de hecho tomó, possessión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haziendo las protestaçiones que se requerían [...].21 En los primeros diálogos con los nativos Colón se preocupó de saber a que palabras castellanas correspondía cada vocablo, buscando familiaridades. Según T. Todorov22 lo que oyó Colón fue lo que tenía incorporado de las lecturas de Marco Polo y Pedro d´Ailly. La desnudez de los nativos también fue relevante para él: “En fin, todo tomavan y daban de aquello que tenían de buena voluntad, más me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andaban desnudos como su madre los parió, y también las mugeres, aunque no vide más de una farto moça, y todos los que yo ví eran todos mançebos, que ninguno vide de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras, los 19 PORTILLA, Miguel; GUTIÉRREZ ESTÉVEZ, Manuel; GOSSEN, Gary H.; KLOR DE ALVA, Jorge (eds.) De Palabra y de Obra en el Nuevo Mundo, S. XXI, Madrid, 1992, 3 tomos. 20 PORTILLA, Miguel et alter De Palabra…, p. XIV, tomo II. 21 Copia resumida por Bartolomé de las Casas sobre el primer viaje de Colón en TUÑÓN DE LARA, M. Textos y…, p.4 y ss. 22 TODOROV, T. El problema del otro, Siglo XXI, México, 1989. 6 cabellos gruesos cuasi como sedas de cola de cavallos e cortos. Los cabellos traen por encima de las çejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan.” La desnudez llamaba la atención de muchos de los asistentes al romper el cuidado por la vestimenta, producto cultural, que para los europeos era sinónimo de status, distinción y jerarquía social. A los ojos de Colón la pobreza no era sólo material sino también cultural.23 Colón no admitía una sociedad tan distinta. El desconocimiento del Dios cristiano llevó a Colón a cuestionar la condición de hombre del indígena.24 Se miró a los indígenas como seres carentes de toda propiedad cultural y según ello, dispuestos a aceptar la fe católica. La inocencia, el desinterés material de este “hombre natural”, servicial (y servidor) fue otro rasgo que caracterizó esta primera interpretación europea del indígena. “Luego se ayuntó allí mucha allí mucha gente de la isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante en su libro de su primera navegaçión y descubrimiento d´estas Indias. “Yo”, dize él, “porque nos tuviesen mucha amistad, porque cognosçí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra sancta fe con amor que no por fuerça, les di algunos d´ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescueço, y otras muchas de poco valor, con que ovieron con mucho plazer y quedaron tanto nuestros que era maravilla [...]”. Este hombre “natural” también desconocía las armas y el hierro, base de la civilización europea. Sin embargo, la comprobación europea de la racionalidad en el indígena lo elevó a la categoría de hombre, capaz de adoptar y aprender la fe católica, principal objetivo de la Corona de Castilla25 (no así de algunos conquistadores y juristas). En el mismo documento Colón agregaba: “Ellos no traen armas, ni las cognosçen, porque les amostré espadas y las tomavan por el filo y se cortavan con ignorancia. No tienen algún fierro; sus azagayas son unas varas sin fierro y algunas d´ellas tienen el cabo un diente de peçe y otras de otras cosas [...] otra gente que hallé que comían hombres: la deformidad de su gesto lo dice” (C. Colón, Relación del cuarto viaje).26 Esta “inocencia” a la que se refería Colón se convirtió luego en el estereotipo del indígena perezoso, (pues el valor y sentido del producto del trabajo era diferente en cada cultura nativa, no fue la acumulación de capitales una prioridad en el mundo precolombino), violento tras las 23 “Definida como la parte del ambiente edificada por el hombre, la cultura es esencialmente una construcción que describe el cuerpo total de creencias, comportamiento o conducta, saber, sanciones, valores y objetivos que señalan el modo de vida de un pueblo”. HERSKOVITS, Melville J. El hombre…, p.677 y ss. 24 Imágenes opuestas, a algunos se les consideraba humanos mientras a otros bestias (los Caribes). Aspectos que aparecieron luego en las discusiones respecto a la dignidad del hombre planteada entre Fray Bartolomé de Las Casas (Apologética historia de las Indias) y Sepúlveda (Sobre las causas de una guerra Justa). 25 Recuérdese el contenido de las Instrucciones de Fray Nicolás de Ovando de 1501, en las cuales planteaba el considerar a los aborígenes americanos libres vasallos de la Corona española y se manifestaba preocupado por la conversión y salvación de sus almas. Otro documento de consulta es el Testamento de Isabel la Católica de 1504, donde le pide a su esposo Fernando, su hija la princesa Juana y su yerno el archiduque Felipe (futuros herederos del trono), la protección de los indígenas, el respeto a sus personas (para que no reciban agravio en sus personas ni en sus bienes) y la cristianización de los mismos. Un último documento fundamental fue el Requerimiento elaborado en 1513 que trataba las condiciones en las cuales se debía convocar a los indios para la recepción de la fe cristiana, documento que expresa la hierocracia papal de la época en la que la voluntad humana en última instancia esta supeditada al poder divino. 26 AAVV Historiadores de..., p.13. 7 primeras insurrecciones; para sus dominadores la representación del indígena pasó a ser la del “bárbaro” (segunda etapa de acuerdo a León Portilla y otros). 27 De la antigüedad a la época moderna el significado de bárbaro fue variando. Era bárbaro, por ejemplo, el que no pertenecía a la oikuméne griega, distinción cultural (y no racial). Esto no implicó que los conquistadores desconocieran en los indígenas algunos indicios de cultura, pero fueron atribuidos a seres humanos imperfectos, (recuérdese la discusión entre el dominio de la razón y la pasión en los debates de la escolástica). De modo general, en el siglo XVI era bárbaro el pagano, el que no aceptaba la fe cristiana. Las guerras de conquista, los cambios en las pautas productivas, el mestizaje, la imposición de una nueva religión y las recientes instituciones coloniales en el territorio americano fueron modificando y destruyendo gran parte de las culturas nativas. Pero dicho proceso tuvo tanto resistencias bélicas (rebeliones indígenas) como resistencias culturales (defensa del valor antiguo de la tierra, la sobrevivencia de dialectos, entre otros) que aún hoy podemos estudiar y problematizar en clase. Gran parte de las comunidades indígenas de las Américas continúan teniendo una trágica herencia de exclusión y explotación, tengamos presente regiones de Guatemala, Chiapas, Bolivia, el Norte de Chile y el Brasil. Aprender y enseñar una historia diferente, buscando el protagonismo de estos sectores subalternos es una tarea en construcción.28 *** 27 T. DE BRY, L.IV. Un cacique de San Juan del Puerto Rico demuestra que los invasores no son ni invencibles, ni inmortales, ahogando a un conquistador español en las aguas de un río. Este hecho fue reprimido por Diego Salazar. 28 En algunos textos de Historia aún se plantea sin mayores explicaciones, que en el caso de la Banda Oriental, “el ganado precede al colono”. Sobre este particular sugiero la lectura de APPRATO, Carmen “Los actores de la Historia según los libros de texto de la Educación Media Básica Uruguaya”, en Anales del Instituto de Profesores “Artigas”, Segunda Época Nº 1, Año 2006. 8