PROTOCOLO CLÍNICO DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL NÓDULO TIROIDEO Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición HH. UU. Virgen del Rocío Sevilla INDICE AUTORES 3 INTRODUCCIÓN Objetivos específicos Población diana Aplicación del protocolo Criterios de inclusión Criterios de exclusión Beneficios esperados 4 METODOLOGÍA DE ELABORACIÓN 6 PROTOCOLO CLÍNICO DIAGNÓSTICO-TERAPÉUTICO 8 Definición del problema de salud Cuestiones de relevancia clínica ¿Cuál es la evaluación adecuada de los nódulos tiroideos descubiertos clínica o incidentalmente? ¿Qué pruebas de laboratorio y modalidades de imagen están indicadas? ¿Cuál es el papel de la PAAF? ¿Cuál es el manejo más adecuado del bocio multinodular? ¿Cuál es el mejor método de seguimiento a largo plazo de los pacientes con nódulos tiroideos? ¿Cuál es el papel de la terapia médica para los nódulos tiroideos benignos? ¿Cómo se manejan los nódulos tiroideos en niños? ¿Cómo se manejan los nódulos tiroideos en las embarazadas? APLICABILIDAD 14 ALGORITMO DIAGNÓSTICO-TERAPÉUTICO 15 TABLAS 16 BIBLIOGRAFÍA 17 ANEXO 18 2 AUTORES Francisco Morales García Especialista en Endocrinología y Nutrición. Facultativo Especialista de Área. Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición. HH. UU. Virgen del Rocío (Sevilla). María Asunción Martínez Brocca. Especialista en Endocrinología y Nutrición. Contratada post-MIR del FIS. Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición. HH. UU. Virgen del Rocío (Sevilla). Elena Navarro González. Especialista en Endocrinología y Nutrición. Facultativo Especialista de Área. Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición. HH. UU. Virgen del Rocío (Sevilla). Fernando Villamil Fernández Especialista en Endocrinología y Nutrición. Director de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición. HH. UU. Virgen del Rocío (Sevilla). 3 INTRODUCCIÓN De acuerdo a su definición, las guías de práctica clínica (GPC) ayudan al médico y al paciente en la toma de decisiones acerca de los cuidados apropiados para la salud en situaciones clínicas especiales, particularmente en áreas de incertidumbre clínica, con los siguientes objetivos generales: - Mejorar los resultados en salud, promoviendo buenas prácticas, con menor variabilidad en las estrategias diagnósticas y de tratamiento. Avanzar en la disponibilidad y acceso al conocimiento médico. Promocionar estrategias coste-efectivas. Para cumplir estos objetivos, la metodología del desarrollo de las guías estará basada, en datos revisados críticamente, seleccionados sobre criterios bien predefinidos, incluyendo solo aquellas evidencias que son válidas, importantes y aplicables. Con estos fundamentos ha sido elaborada recientemente una GPC sobre el nódulo tiroideo y el cáncer diferenciado de tiroides por un grupo de expertos en estas materias, endocrinólogos, cirujanos y de medicina nuclear, bajo la dirección de David S. Cooper y el patrocinio de la American Thyroid Association (ATA), a cuyas recomendaciones, avaladas por el mayor grado de evidencia disponible en la actualidad, nos acogemos, en su mayor parte, como grupo asistencial, en el manejo diagnóstico y terapéutico del nódulo tiroideo, en aras de trabajar en la consecución de los citados objetivos. Objetivos específicos - Definir la secuencia de procedimientos diagnósticos más eficientes en la identificación de los nódulos tiroideos de alta probabilidad de malignidad. - Establecer las indicaciones terapéuticas más apropiadas en relación a los resultados de las pruebas diagnósticas recomendadas. - Proponer las recomendaciones más adecuadas para el seguimiento de la patología nodular tiroidea sin indicación quirúrgica. 4 Población diana Este protocolo clínico pretende servir de guía en la toma de decisiones diagnósticas y terapéuticas por parte de los especialistas en Endocrinología y Nutrición de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición de los HH. UU. Virgen del Rocío. Aplicación del protocolo Criterios de inclusión de pacientes para aplicación del protocolo • • • Pacientes que presentan un nódulo o nódulos tiroideos palpables o de tamaño superior a 1 cm determinado por ecografía u otras técnicas de imagen. Se consideran en este protocolo las pacientes gestantes que cumplan el primer criterio de inclusión. Se consideran en este protocolo los niños y adolescentes que cumplan el primer criterio de inclusión. Criterios de exclusión • • Pacientes con antecedentes de radioterapia de cabeza y/o cuello. Pacientes con antecedentes familiares de cáncer diferenciado o medular de tiroides. En estas situaciones, el riesgo de malignidad es significativamente superior. Por este motivo, la evaluación del nódulo puede realizarse en nódulos incidentales inferiores a 1 cm. La decisión terapéutica será individualizada. Beneficios esperados Con la implantación de este protocolo pretendemos disminuir la variabilidad en la práctica clínica en el manejo de una patología extremadamente prevalente en nuestro medio. Con ese objetivo, los beneficios directos esperados se refieren a: • Reducción en la realización de pruebas complementarias innecesarias para lo cual se establecen las pruebas diagnósticas necesarias y suficientes en la toma de decisiones. • Unificación en los criterios de seguimiento de la patología nodular tiroidea no quirúrgica. 5 METODOLOGÍA DE ELABORACIÓN En la elaboración de este protocolo, se estableció un grupo de trabajo formado por especialistas en Endocrinología y Nutrición con el objetivo de responder a una serie de cuestiones relacionadas con el manejo diagnóstico-terapéutico del nódulo tiroideo y que consideramos relevantes en la práctica clínica habitual. Para ello se utilizó la siguiente metodología: • • • Búsqueda bibliográfica de una guía que cubriera los aspectos diagnósticos y terapéuticos relacionados con el nódulo tiroideo, considerados de interés. Evaluación de la calidad de la guía elegida mediante el instrumento AGREE. Revisión de la guía original y comparación con nuestra actividad asistencial, procediendo a la adaptación de las recomendaciones a las posibilidades de nuestro medio. La identificación de guías de práctica clínica sobre el tema de estudio se realizó utilizando el término “thyroid nodule” a través de The Cochrane Library (http://thecochranelibrary.org) y el metabuscador Tripdatabase (http://www.tripdatabase.com). El acceso a las fuentes primarias de información se realizó a través del sistema MEDLARS (Medical Literature Analysis and Retrieval System) a través de PubMed (http://www.ncbi.nlm.nih.gov), utilizándose encabezamientos MeSH (Medical Subjects Headings) del Index Medicus. Identificamos la guía de práctica clínica sobre nódulo tiroideo y cáncer diferenciado de tiroides, propuesta por la American Thyroid Association (ATA) tras la revisión de la literatura pertinente en lengua inglesa desde 1995 a 2005, que consideramos de alta calidad metodológica y cuyo contenido adaptamos en el presente protocolo. En las recomendaciones propuestas se incluye la gradación de la fortaleza de las mismas según el esquema propuesto por la U.S.Preventive Services Task Force (Tabla 1). Las recomendaciones que se proponen en este protocolo se han completado en alguna de las cuestiones analizadas tras la revisión de la guía de práctica clínica propuesta por la American Association of Clinical Endocrinologists and Associazione Medici Endocrinology (AACE/AME) y la revisión de artículos originales recogidos en la bibliografía adjunta. Fecha de revisión del protocolo Está prevista la revisión del protocolo en un plazo de 2 años, desde su implantación en Enero de 2007. 6 Criterio dominante en la elección diagnóstica-terapéutica La PAAF constituye el método más preciso y más coste-efectivo, y por tanto la técnica diagnóstica de elección en la evaluación del nódulo tiroideo clínicamente relevante. Indicadores Para la evaluación del cumplimiento de este protocolo consideramos: Ítem: Número de pacientes que presentan un nódulo tiroideo >1 cm a los que se les solicita PAAF y/o ECO Número de pacientes que presentan un nódulo tiroideo >1 cm Indicador: 90 % 7 PROTOCOLO CLÍNICO DIAGNÓSTICO-TERAPÉUTICO DEFINICIÓN DEL PROBLEMA DE SALUD Un nódulo tiroideo es una lesión definida dentro de la glándula tiroides que, bien por palpación o por estudios de imagen, se distingue del parénquima tiroideo que lo rodea. Los nódulos tiroideos son un problema clínico común. En estudios epidemiológicos, la prevalencia de los nódulos tiroideos palpables es de alrededor de un 5% en mujeres, y de un 1% en hombres que viven en partes del mundo con suficiencia yódica. No obstante, la prevalencia de la patología tiroidea diagnosticada de forma incidental se ha incrementado notablemente en los últimos años. Así, por ecografía de alta resolución los nódulos tiroideos pueden detectarse en el 19-67% de los individuos, con mayores frecuencias en mujeres y en ancianos y en algunos estudios su prevalencia alcanza ya la conocida por datos de autopsia en pacientes sin historia de patología tiroidea, y que asciende al 50% de la población analizada. Por este motivo, la AACE/AME reconoce que nos encontramos actualmente ante una “epidemia de nódulos tiroideos” y que la patología nodular tiroidea constituye un problema de salud relevante en el que se requiere la definición de estrategias diagnóstico-terapéuticas eficientes. La importancia clínica de los nódulos tiroideos se deriva de la necesidad de excluir en ellos el cáncer de tiroides, el más frecuente de los que afectan a órganos endocrinos, de incidencia creciente y que ocurre en el 5-10% de los nódulos, dependiendo de la edad, género, historia de exposición a la radiación, historia familiar y otros factores. Los nódulos no palpables tienen el mismo riesgo de malignidad que los palpables, a igualdad de tamaño. No obstante, se acepta que la evaluación completa (que incluye estudio citológico mediante punción-aspiración con aguja fina o PAAF) debe realizarse en aquellos nódulos de tamaño superior a 1 cm, debido a que son éstos los potenciales cánceres clínicamente significativos. Ocasionalmente, los nódulos de tamaño menor a 1 cm pueden requerir también evaluación mediante PAAF debido a la coexistencia de antecedentes familiares o personales de alto riesgo para carcinoma de alto riesgo (historia familiar de cáncer de tiroides o antecedentes personales de irradiación de cabeza o cuello, irradiación corporal total o exposición a radiaciones, como tras el accidentes nuclear de Chernobyl) o a la presencia de hallazgos ecográficos sospechosos. En los pacientes de alto riesgo para el desarrollo de carcinoma de tiroides, el procedimiento diagnósticoterapéutico será individualizado y no se recoge en el presente protocolo. 8 CUESTIONES DE RELEVANCIA CLÍNICA ¿Cuál es la evaluación adecuada de los nódulos tiroideos descubiertos clínica o incidentalmente? Se requiere una historia clínica y examen físico completos con atención especial sobre la glándula tiroides y nódulos linfáticos cervicales adyacentes, recogiendo posibles factores que predicen malignidad: historia de irradiación sobre el cuello o la cabeza, historia de irradiación corporal total, historia de cáncer de tiroides en familiares de primer grado, un rápido crecimiento, o disfonía, parálisis de cuerda vocal, linfadenopatía cervical ipsilateral, y fijación del nódulo a tejidos vecinos. ¿Qué pruebas de laboratorio y modalidades de imagen están indicadas? Con el descubrimiento de un nódulo tiroideo > 1 cm, en cualquiera de sus diámetros, se obtendrá una TSH sérica (recomendación C). Aún si la TSH está elevada, es recomendable hacer una PAAF, debido a que la tasa de malignidad en nódulos es similar en glándulas tiroideas implicadas con tiroiditis linfocitaria crónica, que en glándulas tiroideas normales. Si es subnormal, se hará una gammagrafía para documentar la función del nódulo. Debido a que los nódulos funcionantes rara vez son malignos, si se halla uno que se corresponde con el nódulo clínico, no será necesaria una evaluación citológica; sí añadir una determinación de T4l y T3l para evaluar el grado de hiperfunción y una ecografía tiroidea que nos permitirá valorar la presencia de un componente quístico en el caso de no mostrar un patrón uniforme de captación. La presencia de tiroiditis linfocitaria no modifica la actuación diagnósticoterapéutica inmediata en el paciente que consulta por nódulo tiroideo, y por ese motivo no se incluye en la valoración inicial del nódulo tiroideo en las dos GPC revisadas, salvo en los casos de TSH elevada. No obstante, y por consenso interno, nuestro grupo de trabajo considera recomendable la determinación de anticuerpos antiperoxidasa (AbTPO) en la evaluación inicial del nódulo tiroideo, dado que entendemos que el diagnóstico de tiroiditis linfocitaria crónica confiere un mayor riesgo de desarrollo de disfunción tiroidea e implica unas recomendaciones de seguimiento diferentes a las del resto de la población. La ecografía tiroidea no sustituye al examen físico y no debe utilizarse como screening si el examen físico es normal, salvo en pacientes de alto riesgo. La ecografía se hará en todos los pacientes con sospecha clínica de tener uno o más nódulos tiroideos (recomendación B), en aquellos pacientes que 9 presenten adenopatía/s cervical/es sugestivas de malignidad (recomendación C) y en pacientes de alto riesgo aún con examen físico normal. La ecografía responderá a las siguientes cuestiones: ¿la anormalidad palpable corresponde verdaderamente a un nódulo tiroideo?, ¿la parte quística es mayor de un 50% del total?, ¿está el nódulo localizado posteriormente? Estas dos últimas características descienden la precisión de la PAAF hecha por palpación. También, pueden encontrarse otros nódulos que, por su tamaño o apariencia, requieran estudio citológico. No se recomienda, en la evaluación inicial de los nódulos tiroideos, la medida rutinaria de tiroglobulina (recomendación F). Excluyendo los casos sospechosos de carcinoma medular de tiroides familiar y de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2) la determinación de calcitonina sérica no se recomienda en la evaluación rutinaria del nódulo tiroideo (recomendación D). ¿Cuál es el papel de la PAAF? La PAAF es el método más preciso y coste-efectivo, y por tanto, de elección, en la evaluación de los nódulos tiroideos (recomendación A). Los resultados se dividen en 4 categorías: no diagnóstica, benigna, indeterminada o sospechosa de neoplasia y maligna: 1. Aspirados no diagnósticos: necesitan repetirse usando guía-eco. Algunos nódulos, particularmente los quísticos, continúan dando este tipo de resultados no diagnósticos, precisando una estrecha observación o extirpación quirúrgica. La cirugía será considerada fuertemente si el nódulo estudiado que resulta repetidamente no diagnóstico tras estudio citológico es sólido (recomendación A). 2. Citología benigna: no se requiere de rutina otros estudios diagnósticos inmediatos o tratamiento (recomendación A). 3. Citología indeterminada o sospechosa: puede recibir otras denominaciones, como “lesión, proliferación, hiperplasia o neoplasia folicular”, “neoplasia de células de Hürthle” o “sospecha de carcinoma papilar o papilar atípico” pudiendo encontrarse hasta en el 15-30% de los aspirados. Si el informe citológico es de sospecha de carcinoma papilar, de carcinoma papilar atípico o de neoplasia de células de Hürthle, se recomienda la lobectomía o una tiroidectomía total (recomendación A). En los casos de hiperplasia folicular intensa, tumor folicular o neoplasia folicular puede considerarse la realización de una gammagrafía, previamente a la indicación de cirugía. Si no se halla un nódulo autónomo funcionante, concordante, será considerada la posibilidad de hacer una lobectomía o una tiroidectomía total (recomendación B). En los casos de hiperplasia folicular débil o moderada se recomienda seguimiento clínico 10 estrecho y reevaluación mediante PAAF ante la evidencia clínica o ecográfica de crecimiento, procediendo a la actuación ya descrita de acuerdo a las recomendaciones anteriores (recomendación C) 4. Citología maligna: Se recomendará entonces la cirugía (recomendación A). ¿Cuál es el manejo más adecuado del bocio multinodular? Los pacientes con nódulos tiroideos múltiples tienen el mismo riesgo de malignidad que los que tienen nódulos solitarios. Se hará una ecografía diagnóstica para definir los nódulos, teniendo en cuenta que las características ecográficas son superiores al tamaño del nódulo para identificar a aquellos que con más probabilidad son malignos; éstas son: la hipoecogenicidad de un nódulo sólido, la presencia de microcalcificaciones, y la hipervascularidad intranodular. Así, en presencia de dos o más nódulos tiroideos de tamaño superior a 1 cm, se aspirarán preferentemente aquellos con apariencia ecográfica sospechosa (recomendación B). Si ninguno de los nódulos tiene las características ecográficas citadas, y éstas son en ellos similares, la probabilidad de malignidad es baja, y es razonable aspirar en este caso solo los nódulos más grandes (recomendación C). Una concentración de TSH baja o normal-baja puede sugerir la presencia de un nódulo/s autónomos. Se hará entonces una gammagrafía comparándose directamente con las imágenes ecográficas para determinar la función de cada nódulo de tamaño superior a 1 cm. La PAAF se considerará solo para aquellos nódulos iso o no funcionantes, y, entre los cuales, preferentemente, para los que tienen características ecográficas sospechosas (recomendación B). ¿Cuál es el mejor método de seguimiento a largo plazo de los pacientes con nódulos tiroideos? Los nódulos tiroideos diagnosticados como benignos requieren seguimiento debido a una baja, pero no despreciable, tasa de falsos negativos de hasta un 5% con la PAAF. Mientras que los nódulos benignos pueden descender de tamaño, a menudo crecen, si bien lentamente. El crecimiento de un nódulo no es, por si mismo, un índice de malignidad, pero sí una indicación para repetir la biopsia. Para los nódulos con citología benigna, series recientes informan de una más alta tasa de falsos negativos con la PAAF por palpación (1-3%), que con la PAAF guiada con eco (0,6%). Debido a que la precisión del examen físico para determinar el tamaño del nódulo es 11 probablemente inferior a la de la ecografía, se recomienda el examen ecográfico seriado en el seguimiento de los nódulos tiroideos para detectar cambios clínicamente significativos en su tamaño. Sin embargo, no hay consenso en cómo definir el crecimiento de un nódulo, o el umbral en el que se requerirá rebiopsia. Algunos grupos sugieren un incremento de un 15% en el volumen del nódulo, mientras que otros recomiendan medir el diámetro medio del nódulo considerando un incremento del 20%. La tasa de falsos negativos para los nódulos tiroideos benignos al repetir la PAAF es baja. Los nódulos benignos fácilmente palpables no requieren monitorización ecográfica, pero los pacientes serán seguidos clínicamente a intervalos de 618 meses. Para el resto de los nódulos tiroideos benignos, después de la PAAF inicial, se recomiendan exámenes ecográficos seriados cada 6-18 meses. Si el tamaño del nódulo es estable pueden prolongarse estos intervalos (recomendación B). El seguimiento posterior en estos casos se adaptará a las recomendaciones propuestas por el grupo de implantación del Proceso Disfunción Tiroidea en el Área Hospitalaria Virgen del Rocío. Si hay evidencia del crecimiento del nódulo, sea por palpación o por el estudio ecográfico, se debe repetir la PAAF, preferiblemente con guía-eco (recomendación B). ¿Cuál es el papel de la terapia médica para los nódulos tiroideos benignos? La evidencia de múltiples ensayos controlados y de tres metaanálisis sugieren que la hormona tiroidea en dosis que suprimen la TSH sérica a niveles subnormales pueden resultar en un descenso en el tamaño del nódulo en regiones con ingesta de yodo baja “borderline”. Los datos en poblaciones con suficiencia yódica son menos convincentes. No obstante, existen limitaciones en la interpretación de los resultados, debido a la heterogeneidad en el diseño y en los resultados obtenidos en los diferentes estudios. Por otro lado, los efectos secundarios de la terapia supresora con levotiroxina a largo plazo no han sido evaluados, pero por extrapolación de los efectos deletéreos del hipertiroidismo subclínico se asume un mayor riesgo cardiovascular y de desmineralización ósea, al menos en la población adulta de mayor edad. El panel no recomienda la supresión rutinaria de los nódulos tiroideos benignos (recomendación F). Los pacientes con nódulos que crecen, benignos después de repetir la biopsia, serán seguidos o enviados a cirugía en base a síntomas y preocupación clínica (recomendación C). No hay datos sobre el uso de levotiroxina en esta subpoblación de pacientes (recomendación I). 12 ¿Cómo se manejan los nódulos tiroideos en niños? Los nódulos tiroideos ocurren menos frecuentemente en niños que en adultos, alrededor de un 2% -nódulos palpables-, con una incidencia anual de 7 nuevos casos por cada 1000 niños. Algunos estudios han mostrado una frecuencia de malignidad más alta en niños que en adultos, del orden del 1520%; mientras que otros han presentado datos que sugieren una frecuencia similar. La PAAF es una prueba sensible y específica en el diagnóstico de los nódulos tiroideos en la infancia. El manejo diagnóstico y terapéutico de uno o más nódulos tiroideos en el niño es el mismo que lo referido en el adulto: evaluación clínica, TSH, ecografía, PAAF. (recomendación A). ¿Cómo se manejan los nódulos tiroideos en las pacientes embarazadas? Por la falta de estudios poblacionales no hay certeza sobre una mayor prevalencia de cáncer de tiroides en el nódulo tiroideo descubierto en la mujer embarazada con respecto a la no embarazada. La evaluación es la misma, con la excepción de la contraindicación de la gammagrafía tiroidea. Para mujeres embarazadas eutiroideas e hipotiroideas con nódulos tiroideos, se hará una PAAF cuando ésta esté indicada de acuerdo a las recomendaciones previas. Para mujeres con una TSH suprimida que persiste después del primer trimestre, la PAAF puede ser diferida hasta después del embarazo cuando puede hacerse una gammagrafía para evaluar la función del nódulo (recomendación A). Si la citología es consistente con cáncer de tiroides, se recomendará la cirugía. Sin embargo, no hay consenso sobre si la cirugía debería hacerse durante el embarazo o después del parto. Para minimizar el riesgo de pérdida fetal, la cirugía debe practicarse antes de la 24ª semana de gestación. El cáncer de tiroides descubierto durante el embarazo no tiene una conducta más agresiva que el diagnosticado en un grupo de similar edad de mujeres no embarazadas. En un estudio retrospectivo de mujeres embarazadas con cáncer diferenciado de tiroides los autores no encuentran diferencias en la tasa de recurrencia ni de supervivencia entre mujeres operadas durante o después de su embarazo. Además, datos retrospectivos sugieren que el retraso del tratamiento de menos de un año desde el descubrimiento del cáncer de tiroides no afecta adversamente el resultado del paciente. 13 Un nódulo con citología maligna descubierto en el embarazo precoz debe ser monitorizado ecográficamente, y si ha crecido sustancialmente para la 24ª semana de gestación será operada en ese momento. Sin embargo, si permaneciera estable a mitad de la gestación o si el diagnóstico se hace en la 2ª mitad de la gestación, la cirugía podría llevarse a cabo después del parto (recomendación C). 14 APLICABILIDAD BARRERAS ORGANIZATIVAS Se ha considerado la participación y coordinación necesarias con los Servicios de Medicina Nuclear, Anatomía Patológica y Radiología, para la implantación del mismo. Así, la realización de la PAAF guiada por ecografía que proponemos cuenta con el soporte administrativo y funcional para solicitarla y se realiza ya a petición de los facultativos del centro. Para agilizar el proceso diagnóstico en los casos de hiper o hipotiroidismo detectados a raíz de la solicitud de TSH en la evaluación inicial del nódulo tiroideo, contamos con la determinación automática de tiroxina libre (T4l) y triyodotironina (T3l) desde el Servicio de Bioquímica, en los casos de TSH alterada, no conocida previamente. Por otro lado, la disponibilidad de citas en nuestras consultas permite garantizar el seguimiento periódico que proponemos para la patología nodular sin indicación quirúrgica. CONSENTIMIENTO INFORMADO Todos los pacientes remitidos a PAAF, serán adecuadamente informados de los riesgos y potenciales beneficios y firmarán el consentimiento informado (Anexo) previamente a la realización de la misma. PLAN DE IMPLANTACIÓN 1. Diseminación: Se contempla la diseminación pasiva del protocolo clínico que presentamos a través del correo electrónico a todos los facultativos de la Unidad, así como la presentación del mismo en sesiones formativas (sesiones clínicas). 2. Evaluación: cada 3-6 meses se procederá a la evaluación del cumplimiento del ítem propuesto. 3. Retroalimentación: Se procederá a informar a los profesionales del cumplimiento de la actuación clínica propuesta y conocida a través del punto anterior, de forma semestral. 15 16 TABLA 1. Gradación de la fortaleza de las recomendaciones propuestas basadas en la evidencia disponible A B C D E F I Recomendación fuerte basada en evidencia fuerte por la que se concluye que la intervención mejora resultados importantes en salud. La evidencia incluye resultados consistentes derivados de estudios bien diseñados en población representativa que directamente valoran el resultado en salud que se evalúa Recomendación basada en evidencia aceptable por la que se concluye que la intervención mejora resultados importantes en salud. La evidencia es suficiente para determinar resultados favorables en salud, pero la fortaleza de la evidencia está limitada por el número, calidad o consistencia de los estudios individuales, o se deriva de forma indirecta de los estudios analizados . Recomendación basada en opinión de expertos Recomendación en contra basada en opinión de expertos Recomendación en contra basada en evidencia aceptable por la que se concluye que la intervención no mejora resultados importantes en salud o que el daño supera los beneficios. La evidencia es suficiente para determinar resultados no favorables en salud, pero la fortaleza de la evidencia está limitada por el número, calidad o consistencia de los estudios individuales, o se deriva de forma indirecta de los estudios analizados. Recomendación fuerte en contra basada en evidencia fuerte por la que se concluye que la intervención no mejora resultados importantes en salud o que el daño supera los beneficios. La evidencia incluye resultados consistentes derivados de estudios bien diseñados en población representativa que directamente valoran el resultado en salud que se evalúa Recomendación ni a favor ni en contra. La evidencia es insuficiente para concluir una recomendación a favor o en contra de la intervención. La evidencia disponible no permite conocer si la intervención mejora el resultado en salud, la evidencia es de pobre calidad o la evidencia es conflictiva. El balance riesgo-beneficio no puede determinarse. Adaptada de U.S. Preventive Services Task Force, Agency for Healthcare Research and Quality. 17 BIBLIOGRAFÍA Management Guidelines for patients with thyroid nodules and differentiated thyroid cancer. The American Thyroid Association Taskforce. Thyroid 2006;16 (2), 1-33 Medical Guidelines for clinical practice for the diagnosis and management of thyroid nodules. American Association of Clinical Endocrinologists and Associazione Medici Endocrinology (AACE/AME). Endocr Pract 2006;12:63102 Elisei R, Botticci V, Luchetti F, et al. Impact of routine measurement of serum calcitonin on the diagnosis and outcome of medullary thyroid cancer: experience in 10,864 patients with nodular thyroid disease. J Clin Endocrinol Metab 2004;89:163-8 Constante G, Meringolo D, Durante E, et al. Predictive value of serum calcitonin levels for preoperative diagnosis of medullary thyroid carcinoma in a cohort of 5817 consecutive patients with thyroid nodules. J Clin Endocrinol Metab 2006;21. Acceso on-line, pendiente de paginación. Castro MR, Caraballo PJ, Morris J. Effectiveness of thyroid hormona suppressive therapy in benign solitary thyroid nodules: a meta-analysis. J Clin Endocrinol Metab 2002;87:4154 U.S. Preventive Services Task Force Ratings: Strength of recommendations and quality of evidence. Guide to Clinical Preventive Services, 3rd ed., Periodic Updates, 2000-2003. Agency for Healthcare Research and Quality, Rockville, MD. 18 ANEXO AUTORIZACIÓN PARA PRACTICAR PUNCIÓN-ASPIRACIÓN El procedimiento diagnóstico denominado PAAF (punción aspirado con aguja fina) o PAB (punción aspirado biopsia), consiste en la obtención de material para diagnóstico, sean células o materiales diversos extracelulares, mediante una punción con aguja fina con o sin ayuda de técnicas de imagen. A continuación el material obtenido se extiende y tiñe por diversos métodos con la finalidad de ser observado al microscopio y emitir un diagnóstico. Se trata de una técnica con escasas complicaciones que son en la mayoría de las ocasiones leves, como pueden ser hematomas o dolor pasajero, u ocasionalmente infección. No precisa anestesia ni local ni general y es bien tolerada por el paciente. Sin embargo en ciertas localizaciones como puede ser el cuello u otros órganos internos, puede tener alguna complicación molesta, como pueden ser caídas tensionales en punciones del cuello en pacientes con tensión arterial inestable o elevada, ronquera pasajera, hemorragias, hematomas, etc. El/la paciente D/Dº.......................................................................................................... manifiesta que ha comprendido perfectamente en qué consiste esta técnica, y de sus complicaciones y CON TOTAL LIBERTAD AUTORIZA al Equipo de Patología del Hospital “Virgen del Rocío” de Sevilla a la realización de la misma y asume cuantas complicaciones pudieran derivarse de su ejecución. Además, afirma que no está bajo tratamiento con anticoagulantes, tipo Sintrom o semejantes. Sevilla, a de de 200 19 20 NÓDULO TIROIDEO >1 CM HISTORIA CLÍNICA, EXAMEN FÍSICO TSH, AbTPO TSH ALTA: T4L TSH NORMAL TSH FRENADA T4L, T3L ECOGRAFÍA GAMMAGRAFIA-Tc99 Nódulo autónomo (Caliente) Nódulo no autónomo No>50% componente quístico/no posterior >50% componente quístico/posterior Cirugía/ radioyodo TSH elevada RESULTADOS Insuficiente Maligno Repetir PAAF con guía ecográfica Indeterminado Alta sospecha de carcinoma Evaluación hipotiroidismo Benigno No Seguimiento Considerar gammagrafía Insuficiente Seguimiento estrecho o cirugía No nódulos o < 1cm PAAF con guía ecográfica PAAF con o sin guía ecográfica Tto con antitiroideos Otro nódulo >1 cm Cirugía No Nódulo caliente Sí TSH normal PAAF no indicada