Habilidades de afrontamiento A la hora de negociar o de tratar determinados temas, es frecuente llegar a puntos en los que las opiniones de los interlocutores no coinciden y, de forma natural, se llega a un enfrentamiento verbal. Para saber cómo afrontar este tipo de situaciones de modo que el resultado sea positivo, establecemos a continuación las habilidades que pueden emplearse. HACER CRÍTICAS Nos referimos a la crítica constructiva y positiva. Las críticas que hagamos deben realizarse con el fin de lograr objetivos de cambio sin dañar o deteriorar las relaciones sociales con nuestros interlocutores. Si la crítica se realiza adecuadamente y con acierto, este recurso de la comunicación sirve para transmitir información útil y así poder cambiar determinadas actitudes. Para hacer una buena crítica: Definir claramente tus objetivos. Elegir el momento apropiado. Centrarse en el momento presente sin remontarse a situaciones pasadas. Expresar tus sentimientos con “mensajes yo”. Anticipar las consecuencias beneficiosas. Intentar que la crítica sea bien aceptada, haciendo referencia al comportamiento equivocado y no a la persona. No generalizar nunca, concretar los aspectos a criticar. Realizarla siempre en privado. RECIBIR CRÍTICAS Todas las críticas merecen ser escuchadas; además de escucharlas conviene reaccionar con calma, no interpretarlas como un ataque directo a nuestra persona y no alterarse en exceso. No obstante, no podemos actuar de igual manera ante diferentes tipos de críticas. Si la crítica es apropiada aunque el tono de nuestro interlocutor no lo sea, la aceptaremos comprometiéndonos a rectificar. Sin embargo, si fuese inapropiada e injusta, no tenemos por qué aceptarla y podemos recurrir a la negación asertiva y a pedir un cambio de actitud por parte de quien nos critica. Habilidades de afrontamiento 1-2 AFRONTAR LA HOSTILIDAD Si nuestro interlocutor adopta una postura hostil hacia nosotros, debemos saber cómo reaccionar y hacer frente a esa situación para lo cual hemos de tener en cuenta las distintas fases por las que, con frecuencia, pasa un comportamiento hostil: Fase inicial: todavía se puede dialogar racionalmente con la otra persona Fase de “disparo”: el enfado acumulado se exterioriza de forma brusca y hostil. Lo mejor en ese momento es escuchar. Fase de “enlentecimiento”: tras el disparo brusco de la fase anterior, se producen unos momentos de cierta calma. Fase de afrontamiento: ahora es cuando la persona que ha estado escuchando puede intervenir. Debemos aprovechar esta fase utilizando las técnicas asertivas convenientemente (escuchar, empatizar, mensajes yo…). Fase de “enfriamiento”: si la persona que ha estado escuchando interviene diciendo algo empatizador, la persona enojada se tranquilizará. Fase de solución de problemas: tras las mencionadas intervenciones de ambos interlocutores, se produce un retorno a la fase racional del principio y se puede llegar a un acuerdo o a dar una solución al problema planteado. RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS Cuando surgen problemas durante una negociación, lo mejor para ambas partes es que se resuelvan pronto y de la forma más satisfactoria posible. A continuación señalamos qué pasos hay que seguir: Identificar el problema sin olvidar nuestras prioridades. Proponer posibles soluciones al conflicto surgido. Evaluar las diferentes opciones y decidir la mejor solución negociada para ambas partes. Poner en práctica lo acordado y comprobar si funciona o no. Fuente: Elena Sanz y María Teresa Valero Habilidades de afrontamiento 2-2