historia del mono azul

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La palabra de la Alianza tiene que
llegar a una diversidad de lectores:
analfabetos, estudiantes . . . m ilicianos
en general; pero al mismo tiem po su
mensaje debido a las circunstancias
tiene que ser el entusiasm ado de
aquellos que son conscientes de ser
los protagonistas de un m omento his­
tó rico y esto les hace sentir de cabo
a cabo la gran responsabilidad del
momento. Como escribe la redacción,
El Mono Azul „quiere ser popular,
quiere ser fácil, sencillo y difícil“.
La am plia labor que se proponen tiene
que ser realizada bajo las ¡deas p ri­
m ordiales de „ag itació n y propagan­
d a “ . Para este fin resaltan p articula r­
mente las consignas durante la p ri­
mera época, com o la que inaugura el
segundo núm ero: „¡Camaradas! El
feudalismo ha muerto“. Como en
otros casos resaltan un hecho que
puede considerarse evidente en la
época, pero con la alegría e inocen­
cia de la afirm ación revolucionaria.
HISTORIA DEL MONO AZUL
El Mono Azul que siem pre se con­
sideró a sí mismo como un producto
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de circunstancias no duda en los
días de noviem bre de 1936, los más
desesperados de la defensa de Ma­
drid, con los m oros llegando a la
plaza de España, pegarse a los carte­
les que saca la Alianza dando conse­
jos m ilitares de cómo los m ilicianos
deben protegerse de las balas.
Según va pasando el tiem po y las
necesidades van siendo otras El Mono
Azul va acom odándo su salida en
otras partes. Sale como especie de
suplem ento literario del periódico
m adrileño La Voz. Vuelve a salir inde­
pendientem ente y por fin aparece
junto al único y últim o número de la
también revista de la Alianza, Cuader­
nos de Madrid, publicada en marzo
de 1939. Por lo tanto El Mono Azul
refleja en sí la vida de un soldado de
la R epública que defiende sus ideales
hasta el final. Al principio exaltante
en su entusiasm o, con el tiem po más
m editativo y al final un amargo estoi­
cism o deja todavía tra slu cir la luz de
la esperanza de los grandes valores
im perecederos que se han conse­
guido. Como escribe a finales de fe­
brero, un mes apenas antes de la
derrota total: „ . . . l a historia de todo
este magnifico movimento de vida y
amor a la Ciencia y a las Artes; este
fenómeno de buscarnos intimamente
en la sabiduría - desde el analfabeto
hasta el investigador —, será, en el
futuro, la mayor belleza que dé el
recuento de la cultura de los hom­
bres, porque esa historia como dice
Thomas Mann, no será nunca pluma
fascista quien la escriba“.
En efecto desde un prim er momento
se nota en las páginas de El Mono
Azul la preocupación de la cultura
que pueda ser entendida por todos,
el nivel de la cual „el analfabeto“ y
„el investigador“ puedan intercam biar
sus ¡deas más esenciales, Este es el
sentim iento com partido por el pueblo
y expuesto por los grandes escritores
de la causa republicana. Apenas hace
falta m encionar los nom bres de A nto­
nio Machado o de Miguel Hernández
en este sentido. Como viene también
a d ecir A rturo Serrano Plaja en las
páginas de la revista:
Escuchadme, camaradas.
Mí voz no es sólo mí voz,
ni son todas las palabras
que os dirijo sólo mías.
A través de mi garganta
el pueblo entero es quien habla,
y en mi sangre la otra sangre
de los que salvan a España,
de los que en el frente luchan,
lucha, grita y se levanta.
EXPRÉS E S P A Ñ O L / F e b r e r o 1977
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