Homenaje colegio médicos padre 120215

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HOMENAJE COLEGIO MÉDICOS A MI PADRE.-
Autoridades, Presidente, Antonio, Ponente, colegiados, amigos. Buenas
tardes.
Es un honor para mí poder poner voz al sentimiento de mi familia y el
mío propio, en este lugar tan querido por mi padre. El cúmulo de sensaciones se
amalgama en una palabra: AGRADECIMIENTO. Un agradecimiento que emana
del interior y que nos desborda a todos nosotros.
Él nos enseñó, a través de sus actos, el significado de la palabra que
pretendía nos identificara como familia. La GRACIA es ese estado de plenitud
que surge de la coherencia, es decir, la herencia de los actos emanados del
corazón. Él vino a este mundo con una misión: la de transmitir este mensaje; y
con un don: el de ejecutar este compromiso con sencillez. Por eso le llamaban
DON ÁNGEL.
Hoy recuerdo aquel homenaje que muchos de vosotros le organizasteis en
el restaurante Lago, a raíz de su jubilación. ¡Escribe algo!, -le dije entonces-,
¡Tendrás que hablar a los postres!. Su discurso fue escueto, compuesto por una
sola palabra, eso sí, que repitió ocho veces: GRACIAS.
GRACIAS, por este homenaje.
GRACIAS, por la profesionalidad y el cariño con los que le habéis tratado
siempre y, especialmente, en sus dos últimos ingresos.
GRACIAS por las visitas que le hicisteis, bien para tratarle, bien para
acompañarle.
GRACIAS por habernos hecho sentir como en casa, en aquella habitación
del Hospital General en la que los miembros de esta familia pasamos un mes y
medio.
GRACIAS por haberle proveído de bombones para que él tuviera algo
que ofrecer a las visitas, pues si no daba, no se encontraba a gusto.
GRACIAS por informarnos con prontitud, respeto y cariño de su estado y
evolución durante sus últimos días.
GRACIAS por emocionaros y despediros de nosotros con un abrazo,
llorando, al final de vuestra jornada, cuando os quitasteis la bata, con la certeza
de que, al reincorporaros a vuestro trabajo al día siguiente, él ya no estaría entre
nosotros.
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GRACIAS por habernos permitido acompañarle en su tránsito, durante
su último día de vida. Por proveernos de aquel biombo que nos procuró la
intimidad necesaria para darle su último adiós, en su cama de la UCI.
Y sobre todo, GRACIAS por ser Médicos. Por ocupar el escalafón más alto
en la escala de los SANITARIOS. Por dirigir todo el entretejido de profesionales
que se ocupan de cuidar de nuestra salud, de nuestro bienestar. Por tener la
ciencia de engañar a la muerte para que nuestra vida sea un poco más larga. Por
poseer y ejecutar el conocimiento que nos alivia de nuestras dolencias. Por
transmitir confianza a quien se está cagando de miedo. Por dedicarnos el tiempo
que tenéis que arañar a hurtadillas a los vuestros.
Quiero que sepáis que somos muchos los que, como mi familia, os
admiramos y respetamos profundamente. Los que nos quedamos perplejos con
vuestro “ojo clínico”. Los que nos sorprendemos ante vuestra capacidad de
tomar decisiones vitales a cada instante. Los que veneramos la entrega y
sacrifico que os acompañan durante el ejercicio de vuestra profesión. Los que
envidiamos esa relación vuestra con la muerte, con la que habéis llegado a
intimar tras tanto roce con ella. Los que sabemos que vuestro compromiso con
el enfermo no puede ser tambaleado por la ignorancia de quienes se sienten
importantes dirigiendo vuestro trabajo; ellos sólo entienden de cifras, de
objetivos, de euros y, en ocasiones, de su propio beneficio; Vosotros, sin
embargo, os comunicáis en el lenguaje de un único interés, el del enfermo.
Nosotros somos conscientes de vuestra fortaleza manteniéndoos firmes ante los
recortes, el acoso, las jornadas sin horario, la masificación y la reducción
paulatina de vuestras plantillas.
No permitáis que sus actos os enfermen. Os necesitamos. Podéis contar
con nuestro apoyo incondicional en el reconocimiento de vuestras justas
reivindicaciones.
GRACIAS, por ser MÉDICOS.
ángel gracia.
[email protected]
https://www.facebook.com/angel.graciaruiz
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