el juicio de paris - SND | Colegio San Nicolas Diácono

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Colegio San Nicolás Diácono
Comprensión Lectora
I MEDIO
2016
NOMBRE:
CURSO:
FECHA:
GÉNERO:
Texto nº 1
GÉNERO NARRATIVO
EL JUICIO DE PARIS
Príamo y Hécuba, reyes de Troya, lograron su anhelo de
tener un heredero, al que llamaron Paris, pero cuando iba a nacer
este príncipe soñó su madre que llevaba en el seno una antorcha
que debía abrasar un día el imperio troyano. Consultados los
adivinos acerca del significado de aquel sueño, contestaron:

- El príncipe que va nacer causará el incendio de Troya –
Al oír esta respuesta, el rey aterrorizado, no bien hubo nacido su hijo lo entregó a una de sus criados con
el encargo que le diera muerte, pero Hécuba, la reina, no quiso que su hijito tuviera tan triste suerte y lo
escondió celosamente, confiándolo después al cuidado de unos pastores que apacentaban sus rebaños en el
monte Ida.
Allí creció el joven, entregado a las tareas propias de los pastores, y se hizo tan fuerte y tan hábil, tan
diestro y tan hermoso que su fama salió de los límites del reino.
Y he aquí que el el Olimpo, morada de los dioses griegos, se celebraban las bodas de Tetis, la más hermosa
de las Néridas, y Peleo. Todos los dioses y diosas fueron invitados a la fiesta de las bodas, excepto la diosa
Discordia, a quien Zeus excluyó por ser la que alteraba siempre toda paz y toda armonía.
Mas la diosa, enojada y deseosa de venganza, arrojó sobre la mesa del banquete una manzana de oro con
una inscripción que decía: “A la más hermosa”.
Hera , la de los blancos brazos; Atenea, la de los brillantes ojos, y Afrodita se la disputaron. Cada una de
las tres diosas creía ser la más bella; cada una cría por lo tanto, tener derecho a la áurea manzana. La
cuestión era delicada y Zeus no se atrevió a fallar por no dejar descontenta a ninguna de las tres diosas.
Decidió entonces que las tres divinidades, acompañadas de Hermes, fuesen a consultar, por ser el dios más
conocedor de la belleza, al pastorcillo del monte Ida.
Y sucedió que se hallaba Paris, en una noche sin lunas y estrellas, guardando sus rebaños, cuando de pronto
se iluminó el bosque como si a un tiempo lo alumbraran el sol y la luna. Envueltas en aquella radiante luz,
vestidas con tarje brillantísimo que a su vez esparcía claridad sin límites, aparecieron a los asombrados a los
asombrados ojos del príncipe pastor las tres bellísimas diosas: la majestuosa Hera, la sabia Minerva, y la
hermosa Afrodita.
Con la voz más dulce y suave que pueda soñarse, fue Hera la primera en hablar, al tiempo que tendía a Paris
una manzana del oro más puro.
-
A Ti hermoso París, el más bello entre los mortales, recurrimos para que seas nuestro juez, a quien
creas diga de poseer el premio de la hermosura, dale esta manzana de oro. Si me la otorgas a mí, que
soy la diosa Hera, diosa de las diosas y esposa de Zeus el omnipotente, yo te prometo desde ahora
el más ilimitado poder. Más de cien pueblos te proclamarán su rey, y tus riquezas no podrán
contarse.
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Después de Hera habló Atenea, virtuosa y sabia, y dijo su voz clara y serena:
- Si me das a mí el premio de la belleza, hermoso Paris, te haré tan sabio como los mismos dioses,
tendrás la sabiduría y la Virtud, con mi ayuda, no habrá para ti imposibles.
Afrodita, que parecía en envuelta en una luz rosada, fue la última en hablar:
- ¿Crees acaso – dijo a Paris- que el Poder o la Sabiduría, pueden darte la felicidad? Te equivocas, solo
en mi mano está concederte dicha sin límites. Si me das el premio será tuyo el Amor. Te daré por
esposa a la mujer más bella del mundo.
Y con voz celestial alabó ante el joven la sin par belleza de Helena, esposa de Menelao rey de Esparta. La oía
Paris embelesado y contemplado su perfección sobrehumana no pudo menos que tender hacia ella la
manzana de oro que tenía en la mano. He aquí como Afrodita fue proclamada diosa de la hermosura.
Guiado por la diosa, Paris emprendió la navegación hacia Esparta, donde vivía felizmente el rey Menelao en
compañía de helena, su esposa, la más bella de todas las mujeres del mundo, y de Hermíone, hija de ambos.
La varonil belleza de Paris atrajo las simpatías de todos en la corte de Esparta. El monarca lo tardó con toda
cordialidad y agasajo. Pero él cegado por las sugestiones de la diosa Afrodita, no vio ni codició sino la sin
par belleza de la reina Helena.
Y también la reina sucumbió al mágico influjo de Afrodita. A penas vio a Paris olvidó el cariño que
profesaba a Menelao. Olvidó a su hija Hermíone, olvidó sus deberes de esposa, de madre y reina, y no
pensó sino en escuchar las palabras de amor que a su oído murmuraba Paris. Alentado siempre por la diosa
Venus, Paris rogó a Helena que huyera con él, y la infeliz reina no tuvo fortaleza para resistir. Y huyeron
de Esparta en dirección a Troya, surcando los mares en la nave de roja proa.
Cuando Menelao, que amaba tiernamente a su esposa, advirtió que Paris le había robado a Helena, se
lamentó amargamente y fue a pedir consejo y ayuda a su hermano Agamenón, rey de Argos y Micenas.
Encolerizóse a su vez el poderoso y terrible Agamenón, al saber la traición de Paris, y convocó a todas las
huestes griegas para que, a su mando salieran inmediatamente en seguimiento y castigo del hijo de Príamo.
Cien mil hombres en mil ciento ochenta naves salieron de Grecia con rumbo a Troya. Iban a recuperar a la
hermosa helena para devolverla a su esposo; iban a castigar duramente a Paris la horrible traición del bello
jovenzuelo. La diosa Hera y Atenea, celosas de la preferencia que Paris concediera a Afrodita, empujaban las
naves y acrecían la cólera de los vengadores.
¡Cien mil hombres en ciento ochenta naves! De ellos, ¡qué pocos volvieron a su patria! Porque el sitio de
Troya duró diez largos años y en la lucha en encendió la belleza fatal de una mujer, sufrieron tantas
penalidades, tantas fatigas, tantos quebrantos, así el ejército sitiador como el sitiado. De esto nos habla
precisamente, el magno libro de “La Ilíada”.
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EJERCICIOS DE COMPRENSIÓN LECTORA
Vocabulario Contextual
I.
De acuerdo al contexto de la lectura, marca la alternativa que indique el significado de la palabra: (no
necesariamente se debe conservar la concordancia entre género y número)
1.
a.
b.
c.
d.
e.
Abrasar
Rodear
Ceñir
Quemar
Arrasar
Destruir
3.
a.
b.
c.
d.
e.
Fallar
Decir
Equivocar
Dictaminar
Fracasar
Explicar
2.
a.
b.
c.
d.
e.
Disputaron
Lucharon
Combatieron
Compitieron
Pelearon
Debatieron
4. Dicha
a. Felicidad
b. Suerte
c. Azar
d. Ventura
e. Riquezas
5.
a.
b.
c.
d.
e.
Sugestiones
Consejos
Hipnotismo
Fascinación
Magnetismos
Tentación
7.
a.
b.
c.
d.
e.
Sucumbió
Pereció
Murió
Rindió
Claudicó
Declinó
6. Sin par
a. Semejante
b. Sin igual
c. Infinita
d. Inalterable
e. Dignidad
8.
a.
b.
c.
d.
e.
Advirtió
Lamento
Comparó
Observó
Reparó
Vio
9.
a.
b.
c.
d.
e.
Huestes
Naves
Ejército
Partidarios
Personas
Multitudes
10. Acrecía
a. Crecía
b. Fomentaba
c. Aumentaba
d. Disminuía
e. Percibía
11.
a.
b.
c.
d.
e.
Quebrantos
Rompimientos
Dolores
Lástimas
Frustraciones
Aflicciones
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II.
Realiza un resumen de este mito. Debes ocupar todas las líneas
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