Aurora se sentó en su cama. No podía dormir. Levantó su cabeza

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Aurora se sentó en su cama. No podía dormir. Levantó su cabeza lentamente, en dirección a la
ventana de su habitación. La nieve cubría todo hasta donde alcanzaba a ver, creando un
paisaje azulado por el tenue reflejo de la luna y las estrellas sobre ella. Eran este tipo de
paisajes los que Aurora más adoraba observar. Se acercó a la ventana y se mantuvo allí,
contemplando el cielo estrellado. “Llegaré algún día a ver los astros tan de cerca como los
satélites enviados desde la Tierra” se preguntaba. Siempre le habían gustado los planetas y el
universo, mas sobre todo admiraba las estrellas. Dejaba volar su imaginación en viajes a través
del espacio, observando y documentando todo lo que veía.
“Y pensar que antes no tenían los conocimientos que tenemos ahora” murmuraba para sus
adentros. Ese día en clase habían estudiado los cambios por los que había pasado el mundo
gracias a los avances científicos, tales como avances en tecnología, medicina, construcción,
química, física… Aurora le daba vueltas a muchas cosas: “Con el paso del tiempo hemos sido
capaces de descubrir cosas enormes, más grandes de lo que podíamos imaginar, como las
galaxias y el mismísimo universo. Sin embargo, no sólo se han descubierto cosas grandes, sino
también cosas minúsculas y microscópicas, como las células, los genes, los átomos e incluso el
recientemente hallado Bosón de Higgs. Si lo pienso mucho me doy cuenta de todo lo que
hemos conseguido, y no ha sido nada fácil. ¡Y aun seguimos descubriendo y trabajando!”.
Recordó en aquel momento una frase que leyó en un artículo: “La detección del Bosón de
Higgs es sólo el comienzo de nuevas aventuras”. “Nuevas aventuras. Seguramente se referiría
a las preguntas que nos faltan por responder, como: ¿Qué es lo que denominamos materia
oscura? ¿Cómo se crearon las primeras células? ¿Hay partículas más pequeñas que los
quarks?”. Un vendaval de preguntas le cayó sobre la cabeza, despertando aún más su
curiosidad por la ciencia. “Gracias a grandes científicos hemos conseguido cosas como definir
teorías y encontrar cosas que antes no conocíamos. Sin embargo, creo que un buen científico
siempre necesita el apoyo y la ayuda de un ayudante y una buena fuente de conocimientos.
Muchos de los hallazgos han sido en pareja o en grupo, e incluso se han llegado a formar
compañías internacionales para el avance científico como el prestigioso centro de
investigación CERN. Pero sobre todo, un buen científico necesita la creatividad y la imaginación
de un niño, porque sin ella no existirían las grandes ideas ni los sueños por cumplir”.
Aurora era ahora una profesora enseñando a sus alumnos. “Nadie debería despreciar una idea,
por muy ridícula que parezca. Tal vez esa opinión pueda llevar a otros a tomar un buen rumbo
en su mar de incertidumbres. Creo que los adultos están demasiado ocupados preocupándose
por nosotros y por sus problemas, y no tienen tiempo para sentarse y dejarse llevar por sus
ocurrencias. Si pudiera darles ese tiempo que necesitan”. En aquel instante se cortó. Sentía
como si otra persona estuviera hablándola desde dentro: “¡Aurora!, ¡Aurora! Escúchame. Todo
lo que piensas está bien, pero… ¿no crees que sólo estas divagando entre tus sueños y el
Primer Mundo? ¿Qué pasa con los niños del Tercer Mundo y sus sueños? Seguro que muchos
de ellos viven peor que tú, y posiblemente no tendrán las mismas oportunidades que tú de ir
hasta las estrellas”. Se sobresaltó. “¡Esta vocecita tiene razón! ¡No lo había pensado!
¡Deberíamos usar una parte del dinero que invertimos en los avances científicos para salvar
primero nuestro único planeta y a las personas que viven en él!”.
Dándose satisfecha, y sin poder hacer nada, Aurora cayó dormida en su cama, con una sonrisa
de oreja a oreja. Mientras, a unos millones de años luz, las estrellas la estarían esperando.
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