Through Three Feminine Protagonists

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Revista de Literatura Hispanoamericana
¿ No. 46 (2003): 80-91
' ISSN 0252-9017 - Dep. legal pp 197102ZU50
Proceso de modernización en Venezuela
a través de tres protagonistas femeninas
Laura Antillano
Universidad de Carabobo
Resumen
María Eugenia, protagonista de Ifigenia, de Teresa de la Parra
(1924); María Antonia, protagonista de Guataro, de Trina Larralde
(1937); y Aurora, protagonista de Tierra Talada, de Ada Pérez Guevara
(1937) representan prototipos de mujeres que señalan en sus caracterís
ticas y modos de actuar modelos de lo femenino correspondientes al
momento de paso del país a la modernidad. El análisis comparativo de
estas tres protagonistas concluyen en la delimitación de un arquetipo
dentro de tales parámetros.
Palabras clave: Literatura de la mujer, modernidad, novela,
protagonistas, positivismo.
The Process of Modernization in Venezuela
Through Three Feminine Protagonists
Abstract
María Eugenia, the protagonist of Ifigenia, by Teresa de la Parra
(1924); María Antonia, the protagonist of Guataro, by Trina Larralde
(1937); and Aurora, protagonist of Tierra Talada, by Ada Pérez Gue
vara (1937), represent feminine prototypes who show through their
characteristics and actions, models of what was feminine and which
Recibido: 14-04-01 • Aceptado: 16-05-01
Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas
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corresponded to the historie modernization era of the country. The
comparative analysis of these three protagonists concludes with the delimitation of an archetype within those parameters.
Key words: Literature about women, modernity, novéis,
protagonists, positivism.
De modo tangencialmente distin
to a como se piensa popularmente,
cuando se habla de heroínas de no
velas escritas por mujeres en Vene
zuela, la María Eugenia Alonso de
Teresa de la Parra, protagonista de
lfigenia, convertida efectivamente
en una lfigenia, en su amorosa en
Las autoras de las novelas en las
cuales estos personajes hacen vida
son dos mujeres de avanzada de
aquellos años en que, el final de la
dictadura de Juan Vicente Gómez y
el inicio de una modernidad inci
piente definen al País. Trina Larral
de (1909-1937) es la autora de Gua
trega al sacrificio, será en términos
taro y Ada Pérez Guevara (1905) de
de acción, un modelo abandonado
Tierra Talada, la primera publicada
en 1937 postmorten y la segunda en
en la década siguiente a su publica
ción. De la mujer de manos atadas,
entregada a un destino en el cual su
opinión y su posibilidad de futuro
partiendo de sus sueños independentista es una utopía, pasamos con
nuestras novelistas a la invención de
protagonistas inscritas en proyectos
sociales colectivos, y en las que la
esfera de lo amoroso aún siendo im
portante no las supedita a conductas
dependientes. Intentaremos señalar
algunos elementos que testimonian
como dos personajes femeninos de
la novelística de la década del 30 en
Venezuela, María Antonia y Aurora,
corresponden en su diseño al proto
tipo de la mujer de inicios de la Mo
1938. La selección de estos textos
no es azarosa, se trata de dos escri
toras que van del periodismo y la
actividad pública, el activismo mili
tante en la participación conciente
en las luchas por los derechos de la
Mujer, y simultáneamente hacía el
hacer de la literatura. Ambas activas
en el periodismo impreso de la épo
ca participan en la vida de la Vene
zuela de los 30 más allá del espacio
permitido a las mujeres y convir
tiéndose en pioneras de nuevos mo
dos de señalar la defensa de un lugar
más amplio en lo social y lo político
para los gestos de lo femenino.
Las coincidencias en su disiden
dernidad, en un país que definía me
cia se inscribe en un discurso que es
tas estableciendo una dicotomía en
colectivo para las vanguardias impe
rantes, sus pautas y premisas son las
vías en la conceptualización y dise-
tre el campo y la ciudad, el mundo
rural y la vida urbana.
Laura Antillano
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ño de las mujeres que crearan a su
vez, como protagonistas de la fic
ción.
Con ello queremos decir que si
bien el crear los personajes que fun
gen de protagonistas de sus obras se
alimenta de la materia imprecisa, vo
luble, intuitiva y de imperiosa cons
trucción azarosa (la creación de la
ficción toma de la magia y lo combi
na con el cantero del quien somos
como sustancia psíquica, social, ge
nética y volátil, al mismo tiempo) su
conformación, la de Aurora en Tierra
Talada y la de María Antonia en
Guataro, corresponde al prototipo de
arquetípica de Atenea y Afrodita. En
medio de la soledad de sus espacios
contemporáneos pero con la convic
ción naciente de un futuro triunfan
te, sin apartarse de los proyectos so
ciales predicados por sus compañe
ros varones, en un momento induda
ble de necesidad de pronunciamien
tos políticos.
Trataremos de establecer las líneas
paralelas que localizamos en la dimensionalidad de estas dos historias
de ficción en consideración a una te
sis de contenido social profundamen
te inserta en el pensamiento de la ge
neración emergente en los 30, que
las mujeres de avanzada a inicios de
la Modernidad en una Venezuela que
se iniciaba en el proceso de la econo
mía petrolera, bailaba tango con Gardel, y bolero con Agustín Lara y
Bola de Nieve, y enunciaba en letras
de neón los cambios políticos, hacía
un proyecto de país en donde la edu
cación como procedimiento unifica-
un orden contextual en la Venezuela
dor se convertía en la bandera on
de mediados de la década del treinta
deante de "moros y cristianos".
Tanto de Trina Larralde como de
antecede en Venezuela a lo que será
la corriente definida por publicacio
nes como Contrapunto, y agrupacio
nes como el Taller Libre de Arte, y
Los Disidentes, en cuanto a modos
de tomar posición de nuestros jóve
nes intelectuales de finales de los 40.
Las novelas que se publican en
participan igualmente de esta cir
cunstancia en la mayoría de los ca
Ada Pérez Guevara, las escritoras,
sos. Podemos citar entonces a "El
tenemos referencias que indican sus
vínculos con el trabajo activista en
secreto de la felicidad" de Rufino
oposición a la Dictadura de Gómez,
y la militancia simultánea en organi
zaciones como la Asociación Vene
zolana de Mujeres y el Correo Cívi
co Femenino. Mujeres emancipadas
Blanco Bombona (1933), Canaima y
Cantaclaro de Rómulo Gallegos
(1934), La Guaricha de Julián Pa
drón (1934), Los Buzos de Lucila
Palacios (1937), Puros Hombres de
ponen de manifiesto a través de las
Antonio Arráiz (1938) y Fiebre de
Miguel Otero Silva (1939). Si nos
protagonistas de sus obras la imagen
remontamos a algunos años anterio-
Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas
res deberemos nombrar: Cubagua de
Enrique Bernardo Núñez (1931) y
Lanzas coloradas de Uslar Pietri del
mismo año.
El que hayamos seleccionado dos
mujeres que a su vez crean mujeres
protagonistas obedece a la necesidad
de hacer un "rastreo arqueológico"
de una literatura poco leída en Vene
zuela dado que su emisor es una emi
sora, y las posibilidades de ver sus
obras reeditadas estaban muy por de
bajo de la generalidad de lo ocurrido
con la obra escritural masculina.
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Estas dos novelas señalan una
mirada diferente dentro del contexto
que diseña el discurso novelesco de
su época, tratemos de dilucidar coin
cidencias y diferencias al respecto.
Las novelas entre la ciudad
y el campo. Qué se escribe
en la década del 30
La revisión del mundo rural frente
a la noción de lo urbano es uno de
los temas fundamentales de estas no
velas escritas en la década del 30.
por primera vez en Chile, en la edi
Pero dentro del tópico una serie de
asuntos deben revisarse, siempre se
torial Ercilla en 1937 (cuando el es
ha leído esta literatura desde la con
critor Felipe Massiani era el marido
de la escritora y fallecida, y cumplía
frontación elemental de Civilización
De hecho Guataro es publicada
y Barbarie, sin una revisión interior
más expedita, desde otras perspecti
vas, por ejemplo, cuál es la postura
que asume la ficción frente a las rela
funciones como embajador de Vene
zuela en ese país), y sólo será reedi
tada en 1981 cuando una investiga
dora de la vocación y el empeño de
Carmen Mannarino logra la publica
campesinos, lo que se traduce en cual
ción con las colecciones de la Bi
es la mirada social del autor, y de
blioteca de Autores y Temas Mirandinos del Ateneo de Los Teques. En
el caso de Tierra Talada igualmente
la primera edición corresponde a
1938. Y la segunda viene a realizar
qué modo se describe la "bondad"
del campo o a la inversa: de la ciu
se en 1994 por editorial Monte Ávi
la, cincuenta y seis años después.
Otro tanto ocurre con buena parte de
la literatura escrita por las escritoras
y sin la lectura de tales textos difí
cilmente podremos establecer pautas
valorativas de los mismos.
ciones entre patrones, amos y peones
dad, en detrimento del otro espacio,
o de que modo son descritas las rela
ciones padre e hija, madre e hijo, el
mundo interior de los personajes, la
descripción onírica del paisaje, etc..
La Guaricha (1934) de Julián Pa
drón, según Belrose, es una novela
en la cual la naturaleza desempeña
un papel fundamental, la montaña es
ante todo una "guaricha", es decir
"una mujer que está esperando a que
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la fecunde el hombre. En vez de lu
ven los hombres del pueblo" (Belro
char contra e! hombre, de oponerse
se, 1979:149).
a su marcha hacia delante, la natura
leza le llama, le invita a fecundarla.
vilización y Barbarie es tan común
El mito del enfrentamiento de Ci
Viviendo en contacto intimo con
en Venezuela en ese momento como
ella, el hombre, esto es, el peón, el
en el resto de Latinoamérica, predi
ca un pensamiento que es generalizador y contiene el germen de un
proyecto político. Estaba ya en las
cartas de Simón Bolívar y en "Fa
conuquero, se convierte a su vez en
un ser vegetal" (Belrose, 1979:131).
La acción de esta novela se desarro
lla en el estado Monagas y su paisa
je es llano y montaña. "Canaima"
publicada por Rómulo Gallegos en
el 34 se desarrolla en la Guayana
Venezolana, su tema centrado en la
explotación del oro y el caucho, pa
rece expresar el pensamiento del au
tor a través del personaje de Manuel
Ladera, haciendo una crítica a quie
nes hacen abandonar el campo "sin
civilizar la
selva", arruinando la
agricultura. En las otras novelas de
Gallegos (Doña Bárbara, Cantaclaro, La Trepadora) hay una cierta
idealización de las relaciones entre
el peón y el terrateniente. Lo mismo
encontramos en Teresa de la Parra y
sus "Memorias de Mamá Blanca"
(1929), donde "se habla con candor
de la fidelidad del peón-guerrillero;
Vicente Cochocho para con su amo,
a quien protege en tiempos de gue
rra" (Belrose, 1979:156).
"José Rafael Pocaterra en "La
cundo" de Faustino Sarmiento.
En nuestra novela de esos años,
aún desde el siglo anterior, XIX, es
muy clara la consideración reivindica-
tiva del intelectual que se dirige al
campo para civilizarlo. "Para que de
saparezca el espectro de la Barbarie
en el campo venezolano hay que ins
truir a los campesinos, luchar contra
las supersticiones, las tradiciones ne
fastas. Esta es una reivindicación que
se encuentra particularmente bajo la
pluma de Romero García, Cabrera
Malo, Urbaneja Achelphol, Gallegos.
Instruir al campesino significa ense
ñarle nuevos métodos de trabajo, en
señarle la ciencia agronómica, ayu
darle a salir de los caminos trillados y
también inculcarle las reglas elemen
tales que tanta falta le hacen.
A este respecto varios novelistas
hacen un llamado a la intelectuali
dad del país, invitándolo a retornar a
Casa de los Abila", publicada en la
la tierra, a contribuir a la difusión
década de los 40, describe el llano
del saber científico entre el campesi
nado, en vez de dedicarse a la políti
ca o de obstruir las oficinas públi
bajo un aspecto más bien siniestro,
insiste en la miseria y en las pésimas
condiciones higiénicas en las que vi
cas" (Belrose, 1979:167).
Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas
¿Cómo ven nuestras escritoras
esta antinomia? ¿Cómo
reaccionan las protagonistas?
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de su vida de adulta y la llevan a tra
vés de la novela a vivir una transfor
ción es muy diferente. Heredera de
la fortuna de sus padres, la joven tie
mación, básicamente producida por
sus reflexiones interiores y el con
tacto con una figura masculina, la de
Diego Tovar, también dueño de ha
cienda, quien produce en la dama,
por medio del diálogo permanente,
un proceso de sensibilización frente
a la problemática social del campo,
mientras él la vive al mismo tiempo,
con relación a sus conceptos sobre
la mujer como género humano.
Ambos son dueños de tierra, pero
Tanto Aurora como María Anto
nia son hijas de dueños de hacienda.
La primera tiene una situación eco
nómica más depredada. Inclusive se
nos relata que ante la ruina la fami
lia se traslada a Caracas buscando
otros horizontes. En el caso de Ma
ría Antonia de "Guataro" la situa
ne la hacienda de Guataro como un
en Diego hay un reivindicador de
medio de percibir rentas y vivir hol
gadamente su aventura urbana en
los intereses de los campesinos, un
Caracas. Su visita a la hacienda obe
por dejar las cosas en manos de un
administrador y limitarse a cobrar
las regalías, este enfrentamiento
"edulcorado" con galanteos entre los
dece a la necesidad que tiene en un
momento de su vida de recordar la
reformador. Critica a María Antonia
infancia, las antiguas vacaciones bu
cólicas en el lugar, y escribir. "No dos, lleva a la muchacha a asumir su
sé de dónde me ha salido a mi esta mismo discurso de modo progresi
noche el deseo de borronear pape
vo. Recordemos el diálogo:
les. Quizás fue el millar de recuer
- "Siempre habla pensado que si el
trapiche hubiera sido de un hom
dos, revividos al entrar en esta vieja
casona de la abuela, o la alegría tan
grande de abrazar a mi Nana des
pués de tantos años; tal vez la triste
za de no tener en quién desahogar
todas estas emociones entre alegres
y melancólicas, que han nacido en
bre, ese hombre no cumplía con
sus deberes,' pero si los hombres
y mujeres tienen deberes y dere
chos iguales, entonces es usted,
María Antonia, la que no cumple
con sus deberes.
mi en esta vuelta a Guataro" (La
rralde, 1937-1981:34).
- ¿Qué deberes ? -Interrogué,
Esta temporada vacacional se le
va convirtiendo en la posibilidad de
- Los que tiene todo amo con res
pecto a los hombres y mujeres
que trabajanpara él.
revisar las verdaderas motivaciones
asombrada...
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- ¡Pero
qué
puedo
hacer yo!
-protesté impaciente- Yo no soy
la administradora de mi finca:
"Don Marcos es el que se ocupa
Guataro sus amigos de Caracas la
perciben distinta, distante, en
otras perspectivas de pensamiento
y acción.
de eso ".
María Antonia comienza a visitar
- Precisamente, usted abandona en
manos de un administrador sus
tierras
despreocupándose de
ellas. ¡Qué le importan a usted
los seres que día tras día traba
jan duramente arando, sembran
do y moliendo sus cañas! Lo úni
co que le interesa es recibir su
renta para gastarla en fiestas y
trajes mientras que los que en
realidad ganan ese dinero son
explotados hasta el punto de que
apenas les alcanza para comer.
• Usted tiene deberes para con esa
pobre gente, María Antonia, no
crea que puede librarse de ellos
poniendo en su lugar a un admi
nistrador. Si usted no quiere ocu
parse del Trapiche véndalo o re
gálelo; pero, mientras sea suyo,
mientras usted reciba mensual-
mente el dinero que produce, sólo
usted es la responsable de todos
los actos inhumanos que se co
meten en sus tierras" (Larralde,
37/81: 135).
• La insistencia recatada, cauta, de
Diego Tovar va haciendo efecto
en los pensamientos de la mucha
la población campesina, los peo
nes de su hacienda, y a entrar en
comunicación sensible
con
sus
problemas y vivencias en general
tal y como lo predica Tovar. Así
prepara el matrimonio de Rosario
y se conmueve con culpabilidad
al visitar a Adelaida y conseguir a
su marido sin pierna ni brazo de
recho por un accidente con la má
quina del trapiche. En ese proce
so su adherencia a los proyectos
sociales de Diego es un hecho.
El proceso en Aurora es diferente
y ello tiene que ver con una cierta
dependencia del padre aunque no
muy pronunciada. Su padre es un
hacendado sui géneris. Era un
hombre de ciudad y su traslado al
campo casi azaroso se inicia con
la consecución de un botijón, un
entierro de morocotas, el inicio
de una cierta holgura económica
tiene esa razón, la compra de ga
nado y la dedicación a la hacien
da. Pero los años acabaron con el
producto de esa inversión, y han
venido a menos.
Sin embargo el rol, la función,
cha y en la misma medida en que
como patrono está inscrita en mo
va enamorándose de él va trans
delos de conducta que establecen
usos y costumbres más que en ac
ciones específicas dentro de lo
formando su conducta de manera
que, cuando vienen a visitarla a
Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas
económico. Recordemos que Don
Miguel llama la atención a Auro
ra porque establece una familiari
dad afectiva con los niños de los
peones, y su hermana Rosa es la
transmisora de ese discurso:
• "Aurora, no cargues tanto a la
indiecita. ¿Por qué lo haces?
• Instintivamente, entre confusa y
sorprendida, Aurora puso en el
suelo
a
Encarnación.
Esta
se
quedó mirándola un rauco con
ojos llorosos y le tendió los bra
ñor, que me la regale "(Pérez,
1997:23).
• Más adelante el padre mismo re
clama a la hija, con cautela.
• Aurora ¿No sé acuerda de lo que
le dije cuando venía del río?
• Sí, papa.
• No se lo digo más ¿sabe?
• Aurora entorna la vista. Luego
baja la cabeza. Su rostro enroje
ce de súbito, hasta que ella mis
ma lo siente púrpura. De pie,
frente a su padre, espera que él
continúe. Don Miguel le da la es
palda y entra a la casa seguido
zos.
• Camina-dijo Aurora y se fue ade
lante con la cabeza baja.
• Blanca Rosa guardó silencio Don
Miguel siguió hasta el río bajo el
sol de las diez. (..)
• ¿Oíste lo que me dijo papá?
• YBlanca Rosa muy seria:
de Sultán.
• Aurora se refugia entre los man
gos. Allí medita y sigue su costu
ra:
• ¿Por qué no le contesté a papá
ahorita, cuando me habló tan se
rio, tratándome de usted? (..) Ello
hace por mi bien, porque me quie
re pero ¿tendrá razón? "(p. 23).
• Es verdad; chica, Encarnación es
una pobre negrita, hija de la co
cinera. Tú la cargas como si fue
ra una gran cosa. ¿Qué dirían en
el pueblo si te vieran? Y la mu
chachito se va a embromar. Va a
creerse con derecho a todo cuan
do esté más grande.
• Aurora impulsiva replica:
• ¿Y qué tiene eso? ¿Tú crees que
porque yo sea blanca y ella no
voy a ser mejor? ¿Tu crees que a
mí me importa eso? !Que va¡
Además, si yo quiero a Encarna
ción, no me voy a fijar si es ne
gra, fea o bonita. Se la voy a pe
dir a la cocinera para mí, si se
87
•
A través de toda la novela la mi
rada de los campesinos sobre Don
Miguel es la del peón ante el pa
trón, pero Aurora, por su conduc
ta rebelde y muy personal, tiene
otro : trato con los campesinos,
los visita sola, su misma imagen
de muchacha .a caballo siempre
paseando en soledad despierta co
mentarios.
• María Antonia por su parte va ga
nando paulatinamente el cariño
de los campesinos, quienes la ven
como protectora reivindicada, lo
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que la emparenta en cierta medi
da con, la visión de María Euge
nia Alonso en lfigenia frente a la
mitificación de la relación de que
Miguel se limita a observarla
mientras la lee, sin permitirse in
tervenir, y cuando la muchacha
conversa con Mauricio, su amigo
hablara Belrose.
cercano, acerca de sus ideas sobre
la
Los actos de rebelión de las
protagonistas de ambas novelas
se emparentan
•
María Antonia Ladera es huérfa
na de madre y padre. Heredera de
bienes de fortuna se ha criado en
una clase social con una condi
ción de vida holgada, lo que le
permite tener acceso a viajes, li
bros, contactos cosmopolitas y
mantener, al mismo tiempo, la
posibilidad de disfrutar un espa
cio rural propio (la hacienda que
le proporciona sus rentas). A su
vez, Aurora, si bien no tiene las
mismas ventajas económicas, es
igualmente huérfana de madre
desde sus primeros años, criada
por el padre goza de libertades
poco usuales entre sus contempo
ráneas. La relación con su padre
pone de manifiesto un proceso
simbiótico de respeto y tolerancia
que señalan la presencia de carac
teres complejos personalizados
escapándose de estereotipos páli
dos convencionales.
•
Varias circunstancias así lo seña
lan, recordemos cuando Aurora
relación
economicista
entre
hombres y mujeres en la pareja,
el padre se muestra sorprendido
pero no interviene.
• "Me da una tristeza cuando pien
so que nosotras las mujeres so
mos parásitas, simples parásitas
y nada más.
• Al terminar la perorata tiene los
ojos húmedos. Casi se le saltan
las lágrimas.
• Mauricio, un poco desconcerta
do, contesta con galantería es
pontánea lo primero que se le
ocurre:
• ¡Aurora no diga eso!! Si usted es
como una flor! ¡Usted adorna la
vida!
• Ella, con mirada dolorida, como
que Mauricio le ha puesto el
dedo en la llaga:
• Precisamente, desde que tengo
uso de razón, pienso y vuelvo a
pensar!": Las mujeres somos
adorno, o burras de carga. Mire,
Mauricio, hasta que nosotras no
lleguemos a ser otra cosa, quiero
decir, responsables, no adelanta
rá el mundo. ¡Créalo!
• Don Miguel, durante la charla de
Aurora con Mauricio, se ha vuel
recibe la carta de su "conquista"
to a mirarlos dos o tres veces.
sentimental, Paco Alfaro, Don
Poco a poco se rezaga, hasta
Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas
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quedarse al otro costado de Buen
Amigo, y alcanza a oír la ultimafrase. -¡Que tema tan raro!-piensa" (Larralde, 37, p.61).
• Cuando la emigración a Caracas
dada la depresión económica, y la
• Aurora no replico, Don Miguel,
algo más calmado habló de nue
necesidad de Don Miguel, luego,
de volver a la tierra aunque en
calle ni de esos modernismos (Au
rora sonrío involuntariamente)
tonces como empleado de la ofi
cina de correos, Aurora plantea al
Por mi gusto, no se quedaría,
pero ya usted es mujer hecha y
padre su deseo de quedarse y
derecha. Y atiéndale a Eduardo
abrirse camino sola. El padre,
en lo que le diga como si fuera yo.
• No se preocupe, papá" (Tierra
Don Miguel, no se opone a su de
vo.
• Si se va a quedar busque trabajo
entre gente seria y pórtese bien.
Nada de andar sin medias por la
Talada, 1992:175).
seo, lo conversa con su hermano
con quien quedará la muchacha, y
la escucha. En el diálogo el tema
del compromiso roto por Aurora
con Paco Alfaro, finalmente se
habla.
• "dices una cosa y después haces
otra. ¿No quedaste en que te ca
sabas en diciembre? y por fin no
•
A Aurora la tratan de "mucha
cho" y María Antonia se burla de
todas las estrategias que usa Die
go Tovar para evitar los comenta
rios sobre ella en el pueblo dado
que su conducta es liberal y sor
presiva para los lugareños. Auro
te casaste, me voy a ver precisa
ra visita a la tía Rosario, a quien
han execrado del grupo social
do quien sabe a qué violencia
dado que la tía ha tenido la osadía
contra ese muérgano.
de tener un hijo soltera. La mu
chacha, siempre segura de sus ac
tos, mantiene esas visitas hasta la
muerte misma de la mujer sabien
• Fui yo quien rompió papá, por
que me convencí de que era me
jor no casarme.
• ¡Ah! Fue usted ¿y por qué mejor
no pensó que mejor era no com
prometerse? Esos compromisos
no son sino para perjudicar a las
mujeres.
• Eso depende de las mujeres,
papá.
• Precisamente, por eso mejor es
no tenerlos, y menos para no ca
sarse.
do que a ella le produce un ali
ciente en su vida solitaria.
• Estas heroínas se saben vanguar
dia, se reconocen solas, las otras
mujeres que las circundan dentro
de la construcción de la ficción no
velesca no son nunca sus iguales.
• En "Tierra Talada" y "Guataro"
una historia de amor, dos, se co
cinan. Pero las protagonistas no
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obedecen al esquema plañidero
de la heroína romántica del pasa
do, sacrifican su destino en fun
ción del deseo de otros.
• María Antonia y Aurora han su
perado la etapa de la definición
del sí mismas para lanzarse en un
proyecto cuya acción las vincula
a una entidad social en la cual lo
personal, amatorio, tiene un cariz
de importancia complementaria.
No es la construcción de la pareja
como fin, es la construcción de si
vas a su envestidura, eso la acerca
también en nexo de igualdad a su
galán.
• El discurso amoroso de Diego
está alimentado de su proyecto
reformista:
• "Juntos haremos grandes cosas,
Maintoni, El Trapiche y Los Man
gos serán una fuerza. Transforma
mismas en función de un proyec
remos a Guataro, crearemos es
to, de un modelo de acción en el
cuelas hospitales, casas cu
nas...Enseñaremos a los campesi
nos a ser hombres y mujeres en lu
gar de bestias de carga. ¿Verdad
Maintoni, que es una hermosa
obra?" (Guataro, 81, p.305).
cual la pareja "acompaña".
• Aurora terminó su compromiso
con Paco Alfaro porque deseaba
probarse a si misma como ente
productor. Se va a Caracas, pasa
a trabajar en una joyería, se hace
urbana, y al reencontrarlo en la
ciudad, el diálogo entre ambos es
igualitario, se considera ahora
apta para lo amoroso, hablan des
•
pero ahora asume responsabilida
des ante la peonada, está dispues
ta por convicción y no por obliga
ción a cumplir con tareas relati
• A grandes rasgos hemos querido
señalar la presencia de un proyec
to didáctico en el diseño, no
apriorístico, de los personajes fe
meninos protagonistas de estas
de la misma altura.
novelas, que consideramos de in-
En el caso de María Antonia su
faltable lectura en un panorama
proceso de sensibilización social
va a la par con una condición de
igualdad social, ella es dueña de
acucioso de la Literatura Venezo
hacienda igual que Diego Tovar,
lana del siglo XX.
Proceso de modernización en Venezuela através de tres protagonistasfemeninas
9Í
Bibliografía
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