t •i Revista de Literatura Hispanoamericana ¿ No. 46 (2003): 80-91 ' ISSN 0252-9017 - Dep. legal pp 197102ZU50 Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas Laura Antillano Universidad de Carabobo Resumen María Eugenia, protagonista de Ifigenia, de Teresa de la Parra (1924); María Antonia, protagonista de Guataro, de Trina Larralde (1937); y Aurora, protagonista de Tierra Talada, de Ada Pérez Guevara (1937) representan prototipos de mujeres que señalan en sus caracterís ticas y modos de actuar modelos de lo femenino correspondientes al momento de paso del país a la modernidad. El análisis comparativo de estas tres protagonistas concluyen en la delimitación de un arquetipo dentro de tales parámetros. Palabras clave: Literatura de la mujer, modernidad, novela, protagonistas, positivismo. The Process of Modernization in Venezuela Through Three Feminine Protagonists Abstract María Eugenia, the protagonist of Ifigenia, by Teresa de la Parra (1924); María Antonia, the protagonist of Guataro, by Trina Larralde (1937); and Aurora, protagonist of Tierra Talada, by Ada Pérez Gue vara (1937), represent feminine prototypes who show through their characteristics and actions, models of what was feminine and which Recibido: 14-04-01 • Aceptado: 16-05-01 Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas 81 corresponded to the historie modernization era of the country. The comparative analysis of these three protagonists concludes with the delimitation of an archetype within those parameters. Key words: Literature about women, modernity, novéis, protagonists, positivism. De modo tangencialmente distin to a como se piensa popularmente, cuando se habla de heroínas de no velas escritas por mujeres en Vene zuela, la María Eugenia Alonso de Teresa de la Parra, protagonista de lfigenia, convertida efectivamente en una lfigenia, en su amorosa en Las autoras de las novelas en las cuales estos personajes hacen vida son dos mujeres de avanzada de aquellos años en que, el final de la dictadura de Juan Vicente Gómez y el inicio de una modernidad inci piente definen al País. Trina Larral de (1909-1937) es la autora de Gua trega al sacrificio, será en términos taro y Ada Pérez Guevara (1905) de de acción, un modelo abandonado Tierra Talada, la primera publicada en 1937 postmorten y la segunda en en la década siguiente a su publica ción. De la mujer de manos atadas, entregada a un destino en el cual su opinión y su posibilidad de futuro partiendo de sus sueños independentista es una utopía, pasamos con nuestras novelistas a la invención de protagonistas inscritas en proyectos sociales colectivos, y en las que la esfera de lo amoroso aún siendo im portante no las supedita a conductas dependientes. Intentaremos señalar algunos elementos que testimonian como dos personajes femeninos de la novelística de la década del 30 en Venezuela, María Antonia y Aurora, corresponden en su diseño al proto tipo de la mujer de inicios de la Mo 1938. La selección de estos textos no es azarosa, se trata de dos escri toras que van del periodismo y la actividad pública, el activismo mili tante en la participación conciente en las luchas por los derechos de la Mujer, y simultáneamente hacía el hacer de la literatura. Ambas activas en el periodismo impreso de la épo ca participan en la vida de la Vene zuela de los 30 más allá del espacio permitido a las mujeres y convir tiéndose en pioneras de nuevos mo dos de señalar la defensa de un lugar más amplio en lo social y lo político para los gestos de lo femenino. Las coincidencias en su disiden dernidad, en un país que definía me cia se inscribe en un discurso que es tas estableciendo una dicotomía en colectivo para las vanguardias impe rantes, sus pautas y premisas son las vías en la conceptualización y dise- tre el campo y la ciudad, el mundo rural y la vida urbana. Laura Antillano 82 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 46, 2003 ño de las mujeres que crearan a su vez, como protagonistas de la fic ción. Con ello queremos decir que si bien el crear los personajes que fun gen de protagonistas de sus obras se alimenta de la materia imprecisa, vo luble, intuitiva y de imperiosa cons trucción azarosa (la creación de la ficción toma de la magia y lo combi na con el cantero del quien somos como sustancia psíquica, social, ge nética y volátil, al mismo tiempo) su conformación, la de Aurora en Tierra Talada y la de María Antonia en Guataro, corresponde al prototipo de arquetípica de Atenea y Afrodita. En medio de la soledad de sus espacios contemporáneos pero con la convic ción naciente de un futuro triunfan te, sin apartarse de los proyectos so ciales predicados por sus compañe ros varones, en un momento induda ble de necesidad de pronunciamien tos políticos. Trataremos de establecer las líneas paralelas que localizamos en la dimensionalidad de estas dos historias de ficción en consideración a una te sis de contenido social profundamen te inserta en el pensamiento de la ge neración emergente en los 30, que las mujeres de avanzada a inicios de la Modernidad en una Venezuela que se iniciaba en el proceso de la econo mía petrolera, bailaba tango con Gardel, y bolero con Agustín Lara y Bola de Nieve, y enunciaba en letras de neón los cambios políticos, hacía un proyecto de país en donde la edu cación como procedimiento unifica- un orden contextual en la Venezuela dor se convertía en la bandera on de mediados de la década del treinta deante de "moros y cristianos". Tanto de Trina Larralde como de antecede en Venezuela a lo que será la corriente definida por publicacio nes como Contrapunto, y agrupacio nes como el Taller Libre de Arte, y Los Disidentes, en cuanto a modos de tomar posición de nuestros jóve nes intelectuales de finales de los 40. Las novelas que se publican en participan igualmente de esta cir cunstancia en la mayoría de los ca Ada Pérez Guevara, las escritoras, sos. Podemos citar entonces a "El tenemos referencias que indican sus vínculos con el trabajo activista en secreto de la felicidad" de Rufino oposición a la Dictadura de Gómez, y la militancia simultánea en organi zaciones como la Asociación Vene zolana de Mujeres y el Correo Cívi co Femenino. Mujeres emancipadas Blanco Bombona (1933), Canaima y Cantaclaro de Rómulo Gallegos (1934), La Guaricha de Julián Pa drón (1934), Los Buzos de Lucila Palacios (1937), Puros Hombres de ponen de manifiesto a través de las Antonio Arráiz (1938) y Fiebre de Miguel Otero Silva (1939). Si nos protagonistas de sus obras la imagen remontamos a algunos años anterio- Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas res deberemos nombrar: Cubagua de Enrique Bernardo Núñez (1931) y Lanzas coloradas de Uslar Pietri del mismo año. El que hayamos seleccionado dos mujeres que a su vez crean mujeres protagonistas obedece a la necesidad de hacer un "rastreo arqueológico" de una literatura poco leída en Vene zuela dado que su emisor es una emi sora, y las posibilidades de ver sus obras reeditadas estaban muy por de bajo de la generalidad de lo ocurrido con la obra escritural masculina. 83 Estas dos novelas señalan una mirada diferente dentro del contexto que diseña el discurso novelesco de su época, tratemos de dilucidar coin cidencias y diferencias al respecto. Las novelas entre la ciudad y el campo. Qué se escribe en la década del 30 La revisión del mundo rural frente a la noción de lo urbano es uno de los temas fundamentales de estas no velas escritas en la década del 30. por primera vez en Chile, en la edi Pero dentro del tópico una serie de asuntos deben revisarse, siempre se torial Ercilla en 1937 (cuando el es ha leído esta literatura desde la con critor Felipe Massiani era el marido de la escritora y fallecida, y cumplía frontación elemental de Civilización De hecho Guataro es publicada y Barbarie, sin una revisión interior más expedita, desde otras perspecti vas, por ejemplo, cuál es la postura que asume la ficción frente a las rela funciones como embajador de Vene zuela en ese país), y sólo será reedi tada en 1981 cuando una investiga dora de la vocación y el empeño de Carmen Mannarino logra la publica campesinos, lo que se traduce en cual ción con las colecciones de la Bi es la mirada social del autor, y de blioteca de Autores y Temas Mirandinos del Ateneo de Los Teques. En el caso de Tierra Talada igualmente la primera edición corresponde a 1938. Y la segunda viene a realizar qué modo se describe la "bondad" del campo o a la inversa: de la ciu se en 1994 por editorial Monte Ávi la, cincuenta y seis años después. Otro tanto ocurre con buena parte de la literatura escrita por las escritoras y sin la lectura de tales textos difí cilmente podremos establecer pautas valorativas de los mismos. ciones entre patrones, amos y peones dad, en detrimento del otro espacio, o de que modo son descritas las rela ciones padre e hija, madre e hijo, el mundo interior de los personajes, la descripción onírica del paisaje, etc.. La Guaricha (1934) de Julián Pa drón, según Belrose, es una novela en la cual la naturaleza desempeña un papel fundamental, la montaña es ante todo una "guaricha", es decir "una mujer que está esperando a que Laura Antillano 84 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 46, 2003 la fecunde el hombre. En vez de lu ven los hombres del pueblo" (Belro char contra e! hombre, de oponerse se, 1979:149). a su marcha hacia delante, la natura leza le llama, le invita a fecundarla. vilización y Barbarie es tan común El mito del enfrentamiento de Ci Viviendo en contacto intimo con en Venezuela en ese momento como ella, el hombre, esto es, el peón, el en el resto de Latinoamérica, predi ca un pensamiento que es generalizador y contiene el germen de un proyecto político. Estaba ya en las cartas de Simón Bolívar y en "Fa conuquero, se convierte a su vez en un ser vegetal" (Belrose, 1979:131). La acción de esta novela se desarro lla en el estado Monagas y su paisa je es llano y montaña. "Canaima" publicada por Rómulo Gallegos en el 34 se desarrolla en la Guayana Venezolana, su tema centrado en la explotación del oro y el caucho, pa rece expresar el pensamiento del au tor a través del personaje de Manuel Ladera, haciendo una crítica a quie nes hacen abandonar el campo "sin civilizar la selva", arruinando la agricultura. En las otras novelas de Gallegos (Doña Bárbara, Cantaclaro, La Trepadora) hay una cierta idealización de las relaciones entre el peón y el terrateniente. Lo mismo encontramos en Teresa de la Parra y sus "Memorias de Mamá Blanca" (1929), donde "se habla con candor de la fidelidad del peón-guerrillero; Vicente Cochocho para con su amo, a quien protege en tiempos de gue rra" (Belrose, 1979:156). "José Rafael Pocaterra en "La cundo" de Faustino Sarmiento. En nuestra novela de esos años, aún desde el siglo anterior, XIX, es muy clara la consideración reivindica- tiva del intelectual que se dirige al campo para civilizarlo. "Para que de saparezca el espectro de la Barbarie en el campo venezolano hay que ins truir a los campesinos, luchar contra las supersticiones, las tradiciones ne fastas. Esta es una reivindicación que se encuentra particularmente bajo la pluma de Romero García, Cabrera Malo, Urbaneja Achelphol, Gallegos. Instruir al campesino significa ense ñarle nuevos métodos de trabajo, en señarle la ciencia agronómica, ayu darle a salir de los caminos trillados y también inculcarle las reglas elemen tales que tanta falta le hacen. A este respecto varios novelistas hacen un llamado a la intelectuali dad del país, invitándolo a retornar a Casa de los Abila", publicada en la la tierra, a contribuir a la difusión década de los 40, describe el llano del saber científico entre el campesi nado, en vez de dedicarse a la políti ca o de obstruir las oficinas públi bajo un aspecto más bien siniestro, insiste en la miseria y en las pésimas condiciones higiénicas en las que vi cas" (Belrose, 1979:167). Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas ¿Cómo ven nuestras escritoras esta antinomia? ¿Cómo reaccionan las protagonistas? 85 de su vida de adulta y la llevan a tra vés de la novela a vivir una transfor ción es muy diferente. Heredera de la fortuna de sus padres, la joven tie mación, básicamente producida por sus reflexiones interiores y el con tacto con una figura masculina, la de Diego Tovar, también dueño de ha cienda, quien produce en la dama, por medio del diálogo permanente, un proceso de sensibilización frente a la problemática social del campo, mientras él la vive al mismo tiempo, con relación a sus conceptos sobre la mujer como género humano. Ambos son dueños de tierra, pero Tanto Aurora como María Anto nia son hijas de dueños de hacienda. La primera tiene una situación eco nómica más depredada. Inclusive se nos relata que ante la ruina la fami lia se traslada a Caracas buscando otros horizontes. En el caso de Ma ría Antonia de "Guataro" la situa ne la hacienda de Guataro como un en Diego hay un reivindicador de medio de percibir rentas y vivir hol gadamente su aventura urbana en los intereses de los campesinos, un Caracas. Su visita a la hacienda obe por dejar las cosas en manos de un administrador y limitarse a cobrar las regalías, este enfrentamiento "edulcorado" con galanteos entre los dece a la necesidad que tiene en un momento de su vida de recordar la reformador. Critica a María Antonia infancia, las antiguas vacaciones bu cólicas en el lugar, y escribir. "No dos, lleva a la muchacha a asumir su sé de dónde me ha salido a mi esta mismo discurso de modo progresi noche el deseo de borronear pape vo. Recordemos el diálogo: les. Quizás fue el millar de recuer - "Siempre habla pensado que si el trapiche hubiera sido de un hom dos, revividos al entrar en esta vieja casona de la abuela, o la alegría tan grande de abrazar a mi Nana des pués de tantos años; tal vez la triste za de no tener en quién desahogar todas estas emociones entre alegres y melancólicas, que han nacido en bre, ese hombre no cumplía con sus deberes,' pero si los hombres y mujeres tienen deberes y dere chos iguales, entonces es usted, María Antonia, la que no cumple con sus deberes. mi en esta vuelta a Guataro" (La rralde, 1937-1981:34). - ¿Qué deberes ? -Interrogué, Esta temporada vacacional se le va convirtiendo en la posibilidad de - Los que tiene todo amo con res pecto a los hombres y mujeres que trabajanpara él. revisar las verdaderas motivaciones asombrada... Laura Antillano 86 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 46, 2003 - ¡Pero qué puedo hacer yo! -protesté impaciente- Yo no soy la administradora de mi finca: "Don Marcos es el que se ocupa Guataro sus amigos de Caracas la perciben distinta, distante, en otras perspectivas de pensamiento y acción. de eso ". María Antonia comienza a visitar - Precisamente, usted abandona en manos de un administrador sus tierras despreocupándose de ellas. ¡Qué le importan a usted los seres que día tras día traba jan duramente arando, sembran do y moliendo sus cañas! Lo úni co que le interesa es recibir su renta para gastarla en fiestas y trajes mientras que los que en realidad ganan ese dinero son explotados hasta el punto de que apenas les alcanza para comer. • Usted tiene deberes para con esa pobre gente, María Antonia, no crea que puede librarse de ellos poniendo en su lugar a un admi nistrador. Si usted no quiere ocu parse del Trapiche véndalo o re gálelo; pero, mientras sea suyo, mientras usted reciba mensual- mente el dinero que produce, sólo usted es la responsable de todos los actos inhumanos que se co meten en sus tierras" (Larralde, 37/81: 135). • La insistencia recatada, cauta, de Diego Tovar va haciendo efecto en los pensamientos de la mucha la población campesina, los peo nes de su hacienda, y a entrar en comunicación sensible con sus problemas y vivencias en general tal y como lo predica Tovar. Así prepara el matrimonio de Rosario y se conmueve con culpabilidad al visitar a Adelaida y conseguir a su marido sin pierna ni brazo de recho por un accidente con la má quina del trapiche. En ese proce so su adherencia a los proyectos sociales de Diego es un hecho. El proceso en Aurora es diferente y ello tiene que ver con una cierta dependencia del padre aunque no muy pronunciada. Su padre es un hacendado sui géneris. Era un hombre de ciudad y su traslado al campo casi azaroso se inicia con la consecución de un botijón, un entierro de morocotas, el inicio de una cierta holgura económica tiene esa razón, la compra de ga nado y la dedicación a la hacien da. Pero los años acabaron con el producto de esa inversión, y han venido a menos. Sin embargo el rol, la función, cha y en la misma medida en que como patrono está inscrita en mo va enamorándose de él va trans delos de conducta que establecen usos y costumbres más que en ac ciones específicas dentro de lo formando su conducta de manera que, cuando vienen a visitarla a Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas económico. Recordemos que Don Miguel llama la atención a Auro ra porque establece una familiari dad afectiva con los niños de los peones, y su hermana Rosa es la transmisora de ese discurso: • "Aurora, no cargues tanto a la indiecita. ¿Por qué lo haces? • Instintivamente, entre confusa y sorprendida, Aurora puso en el suelo a Encarnación. Esta se quedó mirándola un rauco con ojos llorosos y le tendió los bra ñor, que me la regale "(Pérez, 1997:23). • Más adelante el padre mismo re clama a la hija, con cautela. • Aurora ¿No sé acuerda de lo que le dije cuando venía del río? • Sí, papa. • No se lo digo más ¿sabe? • Aurora entorna la vista. Luego baja la cabeza. Su rostro enroje ce de súbito, hasta que ella mis ma lo siente púrpura. De pie, frente a su padre, espera que él continúe. Don Miguel le da la es palda y entra a la casa seguido zos. • Camina-dijo Aurora y se fue ade lante con la cabeza baja. • Blanca Rosa guardó silencio Don Miguel siguió hasta el río bajo el sol de las diez. (..) • ¿Oíste lo que me dijo papá? • YBlanca Rosa muy seria: de Sultán. • Aurora se refugia entre los man gos. Allí medita y sigue su costu ra: • ¿Por qué no le contesté a papá ahorita, cuando me habló tan se rio, tratándome de usted? (..) Ello hace por mi bien, porque me quie re pero ¿tendrá razón? "(p. 23). • Es verdad; chica, Encarnación es una pobre negrita, hija de la co cinera. Tú la cargas como si fue ra una gran cosa. ¿Qué dirían en el pueblo si te vieran? Y la mu chachito se va a embromar. Va a creerse con derecho a todo cuan do esté más grande. • Aurora impulsiva replica: • ¿Y qué tiene eso? ¿Tú crees que porque yo sea blanca y ella no voy a ser mejor? ¿Tu crees que a mí me importa eso? !Que va¡ Además, si yo quiero a Encarna ción, no me voy a fijar si es ne gra, fea o bonita. Se la voy a pe dir a la cocinera para mí, si se 87 • A través de toda la novela la mi rada de los campesinos sobre Don Miguel es la del peón ante el pa trón, pero Aurora, por su conduc ta rebelde y muy personal, tiene otro : trato con los campesinos, los visita sola, su misma imagen de muchacha .a caballo siempre paseando en soledad despierta co mentarios. • María Antonia por su parte va ga nando paulatinamente el cariño de los campesinos, quienes la ven como protectora reivindicada, lo Laura Antillano Revista de Literatura Hispanoamericana No. 46, 2003 88 que la emparenta en cierta medi da con, la visión de María Euge nia Alonso en lfigenia frente a la mitificación de la relación de que Miguel se limita a observarla mientras la lee, sin permitirse in tervenir, y cuando la muchacha conversa con Mauricio, su amigo hablara Belrose. cercano, acerca de sus ideas sobre la Los actos de rebelión de las protagonistas de ambas novelas se emparentan • María Antonia Ladera es huérfa na de madre y padre. Heredera de bienes de fortuna se ha criado en una clase social con una condi ción de vida holgada, lo que le permite tener acceso a viajes, li bros, contactos cosmopolitas y mantener, al mismo tiempo, la posibilidad de disfrutar un espa cio rural propio (la hacienda que le proporciona sus rentas). A su vez, Aurora, si bien no tiene las mismas ventajas económicas, es igualmente huérfana de madre desde sus primeros años, criada por el padre goza de libertades poco usuales entre sus contempo ráneas. La relación con su padre pone de manifiesto un proceso simbiótico de respeto y tolerancia que señalan la presencia de carac teres complejos personalizados escapándose de estereotipos páli dos convencionales. • Varias circunstancias así lo seña lan, recordemos cuando Aurora relación economicista entre hombres y mujeres en la pareja, el padre se muestra sorprendido pero no interviene. • "Me da una tristeza cuando pien so que nosotras las mujeres so mos parásitas, simples parásitas y nada más. • Al terminar la perorata tiene los ojos húmedos. Casi se le saltan las lágrimas. • Mauricio, un poco desconcerta do, contesta con galantería es pontánea lo primero que se le ocurre: • ¡Aurora no diga eso!! Si usted es como una flor! ¡Usted adorna la vida! • Ella, con mirada dolorida, como que Mauricio le ha puesto el dedo en la llaga: • Precisamente, desde que tengo uso de razón, pienso y vuelvo a pensar!": Las mujeres somos adorno, o burras de carga. Mire, Mauricio, hasta que nosotras no lleguemos a ser otra cosa, quiero decir, responsables, no adelanta rá el mundo. ¡Créalo! • Don Miguel, durante la charla de Aurora con Mauricio, se ha vuel recibe la carta de su "conquista" to a mirarlos dos o tres veces. sentimental, Paco Alfaro, Don Poco a poco se rezaga, hasta Proceso de modernización en Venezuela a través de tres protagonistas femeninas 89 quedarse al otro costado de Buen Amigo, y alcanza a oír la ultimafrase. -¡Que tema tan raro!-piensa" (Larralde, 37, p.61). • Cuando la emigración a Caracas dada la depresión económica, y la • Aurora no replico, Don Miguel, algo más calmado habló de nue necesidad de Don Miguel, luego, de volver a la tierra aunque en calle ni de esos modernismos (Au rora sonrío involuntariamente) tonces como empleado de la ofi cina de correos, Aurora plantea al Por mi gusto, no se quedaría, pero ya usted es mujer hecha y padre su deseo de quedarse y derecha. Y atiéndale a Eduardo abrirse camino sola. El padre, en lo que le diga como si fuera yo. • No se preocupe, papá" (Tierra Don Miguel, no se opone a su de vo. • Si se va a quedar busque trabajo entre gente seria y pórtese bien. Nada de andar sin medias por la Talada, 1992:175). seo, lo conversa con su hermano con quien quedará la muchacha, y la escucha. En el diálogo el tema del compromiso roto por Aurora con Paco Alfaro, finalmente se habla. • "dices una cosa y después haces otra. ¿No quedaste en que te ca sabas en diciembre? y por fin no • A Aurora la tratan de "mucha cho" y María Antonia se burla de todas las estrategias que usa Die go Tovar para evitar los comenta rios sobre ella en el pueblo dado que su conducta es liberal y sor presiva para los lugareños. Auro te casaste, me voy a ver precisa ra visita a la tía Rosario, a quien han execrado del grupo social do quien sabe a qué violencia dado que la tía ha tenido la osadía contra ese muérgano. de tener un hijo soltera. La mu chacha, siempre segura de sus ac tos, mantiene esas visitas hasta la muerte misma de la mujer sabien • Fui yo quien rompió papá, por que me convencí de que era me jor no casarme. • ¡Ah! Fue usted ¿y por qué mejor no pensó que mejor era no com prometerse? Esos compromisos no son sino para perjudicar a las mujeres. • Eso depende de las mujeres, papá. • Precisamente, por eso mejor es no tenerlos, y menos para no ca sarse. do que a ella le produce un ali ciente en su vida solitaria. • Estas heroínas se saben vanguar dia, se reconocen solas, las otras mujeres que las circundan dentro de la construcción de la ficción no velesca no son nunca sus iguales. • En "Tierra Talada" y "Guataro" una historia de amor, dos, se co cinan. Pero las protagonistas no Laura Antillano 90 Revista de Literatura Hispanoamericana No. 46, 2003 obedecen al esquema plañidero de la heroína romántica del pasa do, sacrifican su destino en fun ción del deseo de otros. • María Antonia y Aurora han su perado la etapa de la definición del sí mismas para lanzarse en un proyecto cuya acción las vincula a una entidad social en la cual lo personal, amatorio, tiene un cariz de importancia complementaria. No es la construcción de la pareja como fin, es la construcción de si vas a su envestidura, eso la acerca también en nexo de igualdad a su galán. • El discurso amoroso de Diego está alimentado de su proyecto reformista: • "Juntos haremos grandes cosas, Maintoni, El Trapiche y Los Man gos serán una fuerza. Transforma mismas en función de un proyec remos a Guataro, crearemos es to, de un modelo de acción en el cuelas hospitales, casas cu nas...Enseñaremos a los campesi nos a ser hombres y mujeres en lu gar de bestias de carga. ¿Verdad Maintoni, que es una hermosa obra?" (Guataro, 81, p.305). cual la pareja "acompaña". • Aurora terminó su compromiso con Paco Alfaro porque deseaba probarse a si misma como ente productor. Se va a Caracas, pasa a trabajar en una joyería, se hace urbana, y al reencontrarlo en la ciudad, el diálogo entre ambos es igualitario, se considera ahora apta para lo amoroso, hablan des • pero ahora asume responsabilida des ante la peonada, está dispues ta por convicción y no por obliga ción a cumplir con tareas relati • A grandes rasgos hemos querido señalar la presencia de un proyec to didáctico en el diseño, no apriorístico, de los personajes fe meninos protagonistas de estas de la misma altura. novelas, que consideramos de in- En el caso de María Antonia su faltable lectura en un panorama proceso de sensibilización social va a la par con una condición de igualdad social, ella es dueña de acucioso de la Literatura Venezo hacienda igual que Diego Tovar, lana del siglo XX. Proceso de modernización en Venezuela através de tres protagonistasfemeninas 9Í Bibliografía BELROSE, Maurice. La sociedad venezolana en su novela 1890-1935. 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