Relato #73 Donde está la Injusticia está la Justicia Todos los que

Relato #73
Donde está la Injusticia está la Justicia
Todos los que queremos practicar las enseñanzas del Buda
hemos de transitar por un camino arduo y ‘difícilmente
comprensible’ debido a los cambios de puntos de vista que hemos
de efectuar para poder ver la Realidad. El Buda dice al respecto:
Los viejos hábitos fluyen como torrentes
En la consciencia sutil àlaya.
Dado que lo real y sin embargo irreal crea confusión
Me he refrenado de revelárselo a ustedes...
En lugar de comprender la Mente Verdadera nos asimos al cuerpo
sólido y a la mente ilusoria problemática—sólido significa
ignorancia; mente problemática, significa percepción falsa—
hecha de los cinco agregados como un ego, con información
‘sensorial’ en el mundo que nos rodea como su campo objetivo
de actividad. Han Shan dice; “Este pasaje es él más difícil de
pasar y solamente uno o dos por cientos de los
practicantes pueden tener éxito en negociarlo1.” Aquí está la
gran diferencia entre el Dharma del Buda y las enseñanzas de
otras religiones en el Oriente.
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(Ver Los Secretos de la Meditación China, Pág. 58, Rider & Co.)
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La Iluminación en el Budismo Mahayana consiste en transmutar
la mente en el Gran Espejo de Sabiduría.
Como dije antes es dificilísimo transitar el pasaje de lo aparente a
la Realidad; de lo que nos parece y a lo que nos hemos apegado,
a lo que al principio no podemos ‘ver’ pero que es la sustancia
verdadera y hay que caminarla en fe.
De eso es que estoy hablando hoy, de la mente dual falsa y de la
Mente
Absoluta
Verdadera
permanente,
omnipresente,
omnipotente y omnisciente. Las dos surgen del Único Uno. Y por
lo tanto como se dice en el Sutra del Corazón, “la forma es el
vacío y el vacío es la forma” o “la forma está en el vacío y el
vacío está en la forma”.
Todos, desde tiempos inmemorables, nos hemos apegados a
puntos de vista erróneos y duales que no podemos sobrepasar sin
“la práctica”. Unos se apegan al amor, otros al odio, unos a lo
bueno, otros a lo malo, y así sucesivamente, hiendo de un
extremo a otro en esa realidad dualística sólida y problemática de
puntos de vista erróneos, que aunque surge de la misma fuente,
la Mente Absoluta, es aparente, impermanente, no tiene
sustancia y produce sufrimiento.
Todo el que deja que el ego (los agregados) le dirija su vida,
caerá en el sufrimiento por causa de la impermanencia, y la
carencia de sustancia verdadera de ellos.
Hoy estoy hablando del apego a la justicia, o diríamos mejor al
apego a la dualidad de la ‘justicia-injusticia’. De esos que son o se
creen justicieros y que a toda costa se hacen activistas en contra
de la injusticia. Primeramente lo hablo por mí, por mi propia
experiencia; siempre antes de conocer las enseñanzas del Buda
fui una defensora de la justicia, en cualquier ángulo, pero mucho
más en el ángulo del abuso al desprotegido o al que
aparentemente está desprotegido, sea cualquiera que sea la
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desprotección. Siempre sufrí mucho
desprotección y por la de los demás”.
por
eso.
“Por
mi
A medida que fui integrando las enseñanzas del Buda a mi diario
vivir, me di cuenta que la justicia y la injusticia eran solamente
puntos de vista (ambos erróneos). ¿Qué si es difícil incorporar
esta enseñanza y vivirla en nuestra vida diaria? Sí, pero no
imposible. Cuando, en el transcurso de la práctica en la que
hemos usado los ocho correctos como instrumentos nos vamos
dando cuenta de esa realidad, dejamos de ver la injusticia y la
justicia y observamos los fenómenos llegar y retirarse, sin que
produzcan en nosotros sentimientos de ninguna clase,
percepciones de ninguna clase, estrés, tensión, ni nada por el
estilo.
Así surge la paz, el nirvana a través del velo de los puntos de
vista erróneos que van disipándose. Como el sol que surge
cuando se disipan las nubes borrascosas después de una
tormenta. Una prueba, un saborear de la Realidad Absoluta que
está aquí y ahora pero que no vemos… una prueba que requiere
‘la práctica’, para poder develar los puntos de vista arcaicoserróneos-aparentes y ver la luz que siempre ha estado aquí/en
todas partes.
Nyoshul Khen Rinpoche (1932-1999) dice: “Terminar con el
sufrimiento, no solo remediando sus síntomas pero erradicando
las causas de raíz, es precisamente el objetivo de las
enseñanzas del Buda. Debemos primero darnos cuenta que la
causa verdadera del sufrimiento no se encuentra afuera sino
adentro. Es por eso que la práctica espiritual consiste en
trabajar con nuestra propia mente. La mente es muy poderosa.
Puede crear felicidad o sufrimiento, el cielo o el infierno. Si con la
ayuda del Dharma, puedes ser capaz de eliminar tus venenos
interiores, nada externo podrá afectar tu felicidad, pero mientras
esos venenos permanezcan en tu mente, no encontrarás la
felicidad que buscas en ningún lado del mundo.”
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“El mundo es algo sólo visto en la mente misma” Sutra
Lankavatara.
El Maestro Zen RYOKAN (1758-1831
correctamente en su Gatha:
lo
ha
descrito
muy
La Vía del Zen
Ha parado de llover,
las nubes han desaparecido
y ha vuelto el buen tiempo.
Si vuestro corazón es puro
todas las cosas de vuestro mundo
son puras.
Abandonad este mundo flotante,
recogeros en vosotros mismos
y las flores y la luna
os guiarán sobre la Vía.
“Cuando se entiende claramente que no hay nada en el mundo
sino lo que es visto por la mente misma, la discriminación no
surgirá más, y el sabio estará establecido en su morada
verdadera la cual es el reino de la quietud y de la tranquilidad”. –
Sutra Lankavatara
Toda la felicidad del mundo proviene del deseo que todos los
demás sean felices.
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Todo el sufrimiento del mundo proviene de desear solo mi
felicidad.
El Camino del Bodhisattva, capítulo 8, versos 129-130
Shantideva (685-763)
Deseándoles una práctica fructífera,
La Maestra
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