Del 8 al 11

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Martes, 8 de enero
“LECCIÓN BIEN APRENDIDA”
Un ingeniero que realizaba un trabajo en una zona rural pobre decidió un día llevarse con
él a su hijo pequeño. Al concluir el viaje, ya en casa, el padre le pregunta a su hijo:
-
¿Que te pareció el viaje?
¡Muy bonito, papá!
¿Viste qué pobre puede ser la gente?
¡Sí !
¿Y qué aprendiste?
Vi que nosotros tenemos un perro en casa, mientras que ellos tienen cuatro;
nosotros tenemos una piscina que ocupa la mitad del jardín, y ellos tienen un
arroyo que no tiene fin; nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, y
ellos tienen las estrellas; mientras que nuestro patio llega hasta la valla de la casa,
ellos tienen todo el horizonte de patio.
- »Además, ellos tienen tiempo de hablar y convivir en familia, mientras que tú y
mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo… y su hijo agregó:
- ¡Gracias, papá, por enseñarme lo rica que puede llegar a ser la gente!
¿Hemos aprendido a valorar lo que realmente importa en la vida? Como ves, las
cosas que nos hacen felices no son las que se compran con dinero. En esta época
en que estamos disfrutando de juguetes nuevos, de muchos regalos, que no se
nos olvide el cariño que expresan, los momentos vividos juntos, unidos a los seres
queridos, y que sepamos compartirlos. Disfrutemos de todo lo que nos hace felices
de verdad.
Miércoles, 9 de enero
Un Capítulo nuevo
Hemos comenzado un nuevo año el 2008. Muchas veces nos han dicho que
nuestra vida es como un libro abierto y todavía sin acabar de escribir. Cada día una
página en blanco que nosotros mismos rellenamos con lo que hacemos, con nuestras
decisiones, con nuestros pensamientos. Cada año es un capítulo nuevo, una historia
nueva que no tiene un final marcado, porque el final lo ponemos cada uno.
El capítulo que empezamos hoy es diferente al anterior. Es una historia llena de
oportunidades. Año nuevo, vida nueva: eso quiere decir que tenemos la ocasión de
corregir nuestros errores, de proponernos nuevas metas y de dejar atrás lo que no hemos
hecho del todo bien.
Pero también este capítulo es continuación de una historia que venimos
escribiendo hace tiempo. Es una ocasión para continuar todo lo bueno que hemos
empezado, para seguir estudiando, divirtiéndote, compartiendo la amistad y buenos
momentos. La última historia del año pasado han sido las Navidades. Un tiempo de
descanso merecido, de diversión, y también de compartir, de estar con la familia y de
celebrar la presencia de Jesús entre nosotros.
Anímate a escribir tu propia historia. Ponte en el papel del protagonista, échale
ganas y anímate a vivir con optimismo este nuevo año. Hace falta esfuerzo y trabajo, pero
seguro que estará lleno de aventuras emocionantes. Feliz año 2008!!!
Jueves, 10 de enero
EL PODER DE LA ORACIÓN
Una mujer pobremente vestida entró en una tienda y le dijo al tendero
si podía llevarse comestibles, que ya le pagaría otro día. Que su marido
estaba enfermo y no podía trabajar. Que tenía 7 hijos para alimentar. El
tendero le dijo rotundamente que no. La Señora insistía: “Todo, todo se lo
pagaré en cuanto consiga el dinero con mi trabajo”.
Un cliente que estaba oyendo la conversación, conmovido por la situación de
la mujer, le dijo al tendero que él pagaría todo. El tendero mosqueado y algo
irritado le dijo a la mujer: “Escriba en este papel la lista de lo que necesita.
Luego ponga el papel en el platillo de la Balanza y en el otro platillo iré
poniendo alimentos hasta que se equilibren las dos balanzas”. La mujer
titubeó pero eso hizo. Escribió y colocó el papel en el platillo de la balanza.
Ante el asombro de todos, el platillo se hundió y por más que ponía alimentos
en el otro platillo no se equilibraban. Por fin sí, quedaron a la par.
El amable señor que quería ayudar a la mujer quiso saber lo que ponía el
papel. Lo cogió y no era una lista de compras, era una oración que leyó en
voz alta ante la admiración de todos: “Querido Dios, Tú conoces mis
necesidades y voy a dejar todo en tus manos”.
La mujer recogió agradecida los alimentos y el hombre que quería ayudar a
la mujer le dio al tendero un billete de 50 dólares diciéndole: “Ahora sabemos
cuanto pesa una oración a los ojos de Dios.”
Hoy vamos a poner en la balanza de Dios nuestra oración. Pensemos
un momento qué le vamos a pedir, pensemos lo que de verdad necesitamos
para ser felices.
Viernes, 11 de enero
LA ROCA
Un hombre dormía en su habitación cuando de repente una luz iluminó la
habitación y se le apareció Dios. El señor le dijo que debía quitar de delante
de la cabaña una gran roca. Debía empujarla con todas su fuerzas y quitarla
de allí.
El hombre hizo lo que el Señor le pidió. Año tras año, día tras día empujaba y
empujaba horas y horas pero ésta no se movía. Se sentía defraudado por no
poder hacer lo que Dios le pedía. Un día se le apareció el Diablo que le dijo:
“Eso es tarea imposible, no sigas empujando, no le hagas caso a Dios.”
En un momento pensó en abandonar pero antes hizo esta oración: “Señor,
he hecho lo que me mandas pero la roca no se mueve ni un milímetro.
¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado?”.
Y el Señor le contestó: “Yo te dije que la empujaras, no que la movieras. Tu
tarea era empujar. Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu
espalda fuerte, tus manos callosas, tus piernas robustas y tu voluntad firme.
Tu misión no era moverla, sino tener fe en Mí. Esto lo has conseguido. Ahora
Yo, querido amigo, Yo moveré la piedra”.
La Fe en Dios, aunque no la entendamos, enriquece nuestra vida, porque
Dios puede mover las montañas y dificultades que tengamos en la vida.
Confía hoy más en Dios y cumple con todos tus deberes empujando y
empujando, aunque no consigas todo lo que quieras. Él hará lo restante.
Vamos a pedirle a Dios Fe y constancia para ser personas buenas y
honradas.
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