Por el Doctor ALFONSO VON D E R BECKE LA E S T R E C H E Z U R E T R A L EN LA MUJER L a estrechez uretral femenina» adquirida, es una afección poco frecuente, t a n t o que no la he e n c o n t r a d o citada en la literatura argentina. Su frecuencia es m u c h o menor que en el h o m b r e , a tal p u n t o , que Moisel calcula una proporción de 3 78 masculinas por una femenina. Desde 193 2, he tenido o p o r t u n i d a d de observar y tratar 9 casos de estrechez uretral femenina en el i n s t i t u t o de M a t e r n i d a d de la Sociedad de Beneficencia de la Capital a carjio del P r o f . Peralta Ramos. Re visando Ja literatura extranjera, nos encontramos con Pasteau, quien en 1 8 2 2 publicó el primer caso de estrechez uretral en la m u j e r . Lisíranck en 1 8 2 4 , h i z o luego un buen t r a b a j o sobre este tema y después aparecieron publicaciones de T h o m s o n , Otis, Kollíscher. Se consideraba hasta entonces, finales del siglo pasado, como una afección m u y rara, fin ¡ 9 2 2 W y n n e , p u d o recolectar 55 casos de estrechez uretra! femenina en toda la literatura. E s t i m o justa la interpretación de Stcwens y Meissels, quienes creen que no es bien reconocida su frecuencia y que por ello suele pasar desapercibida a ginecólogos y urólogos, Stewens refiere que sobre 169 casos urológicos p u d o constatar 19 de estrechez uretral en la m u j e r . Krctschmer opina que gran n ú m e r o de las molestias vesicales en la m u j e r son provocadas por estrechez uretral. ¿Por qué es la estrechez menos frecuente en la m u j e r que en el h o m b r e i* P o r q u e la uretra en ella es relativamente corta y más amplia; además se lava mecánicamente m e j o r d u r a n t e las micciones. Su calibre n o r m a l es de 23 a 25 Charríere. P o r otra parte, y esto es m u y i m p o r t a n t e — c o m o !o hace n o t a r Osgood, la uretra femenina corresponde a la uretra posterior del h o m b r e , la cuál es más resistente a las infecciones. G o r o w i t z p o r su parte atribuye gran importancia a la ausencia de depósitos de infección (focos crónicos) en p r ó s t a t a , vesículas seminales, glándulas de C o w p e r , etc., que, en el h o m b r e , suelen m a n t e n e r la cronicidad de procesos uretrales contrib u y e n d o así a facilitar la f o r m a c i ó n de estrecheces. P o r su etiología las estrecheces se clasifican en congénítas — s u m a m e n t e raras — y adquiridas. Estas, a su vez, pueden ser inflamatorias o traumáticas. E n t r e las i n f l a m a t o r i a s , las de origen blenorrágico son las más frecuentes. L a gonococcia, t a n c o m ú n como agente etiológico de estrechez masculina es más rara en la m u j e r p o r q u e en ésta, el proceso crónico se hace genital y n o urinario. Refiere P u g h , que de 86 observaciones e n c o n t r ó que 7 4 eran blenorrágícas (citado p o r G o r o w i t z ) . El aspecto de las lesiones a n á t o m o - p a t o l ó g i c a s de las estrecheces i n f l a m a t o r i a s en la m u j e r , es m u y semejante a la del h o m b r e ; la evolución del proceso es m u y lenta. L a mucosa sufre su proceso de metaplasia; el epitelio se presenta entonces p a v í m e n t o s o estratificado; u n a invasión de t e j i d o c o n j u n t i v o fibrilar se produce en la submucosa y el proceso termina en u n a infiltración de la pared, perdiendo así la uretra su elasticidad fisiológica. Las estrecheces residen frecuentemente en el tercio anterior, cerca del m e a t o ; a veces son únicas y otras se perciben 2, 3, o más anillos, cuya f o r m a es variable c o m o en el h o m b r e : circular, semicircular, etc. A veces la estrechez se extiende a t o d o el canal, pero m u y rara vez llega a ser f i l i f o r m e . Casi siempre son medianas. E n nuestros 9 casos el calibre era n ú m e r o 7 en u n caso y n ú m e r o 1 2 en tres, n ú m e r o 13 en dos, n ú m e r o 14 en dos y n ú m e r o 19 en u n o . P e r o aún c u a n d o se trata de estrecheces medianas suelen producir sintomatología intensa, n o t a n t o p o r la disminución del calibre uretral, como p o r la claudicación parcial o pérdida total de la elasticidad fisiológica del canal uretral. C o m o consecuencia suelen producirse retenciones crónicas vesicales y afecciones de las vías altas que ejercen influencia sobre la secreción renal. W i l d b o l z o p i n a que la m e n o r musculatura de la pared vesical femenina explicaría la m a y o r frecuencia de esas retenciones en la m u j e r que en el h o m b r e . El t r a u m a desempeña u n rol i m p o r t a n t e en la etiología de la estrechez uretral femenina. T o d o t r a u m a de uretra constituye el germen de una f u t u r a estrechez uretral. Puede existir acción t r a u mática y mecánica en el p a r t o distócico, en la compresión de la uretra por la cabeza fetal o el t r a u m a t i s m o del fórceps ( G o r o w i t z cita 5 casos de éstos sobre 1 1 ) , en la expulsión por uretra de cálculos urinarios. A diferencia del h o m b r e , m u y rara vez se producen estrecheces traumáticas por caídas a horcajadas, las cuales en sexo masculino, son más frecuentes por razones de oficio: albañiles, p i n tores, etc. T a m b i é n tienen importancia los t r a u m a s de uretra p r o ducidos por el acto sexual, Neugebauer, H a u s m a n n y otros, citan algunos casos. En mi práctica urológica he p o d i d o constatar la gama enormemente amplia de las dimensiones del ó r g a n o copulador masculino; en algunos casos ¡legan a dimensiones que p o d r í a n considerarse casi m o n s t r u o s a s y que evidentemente deben producir lesiones traumáticas d u r a n t e la cópula. ¿Y quién de ustedes n o las ha observado también. 1 ' He visto ya algunos miles de miembros viriles y m u c h a s veces he tenido motivos f u n d a d o s para compadecer a la m u j e r que le tocare en suerte ser llevada al m a t r i m o n i o p o r un poseedor de t a m a ñ o órgano. Es posible que n o se haya v a l o r a d o suficientemente el rol de la cohabitación en la patología de la estrechez uretral traumática femenina. La cohabitación repetida en tales condiciones, produce lesiones en f o r m a de r u p t u r a s parciales internas o intersticiales sobre t o d o en la vecindad del meato, r u p t u r a s que en el f u t u r o serán focos de estrecheces. Así la enferma n ú m e r o 103, a ñ o 1 9 3 3 , de 2 0 años de edad, casada hacía un mes, consultó p o r disuria y p o l a q u í u ría; el examen genital externo reveía lesiones traumáticas extensas y uretrorragia. El esposo refirió que d u r a n t e ese mes cada noche t u v o hasta 10 congresos; es h o m b r e f o r m a l y f o r n i d o y su pene de tam a ñ o impresionante. La kraurosis vulvar, puede comprender en su proceso de retracción a la uretra y producir estrechez. T a m b i é n puede provocar estrechez uretral, como lo h a n observado L a t z k o y Kollíscher, la acción de soluciones concentradas de astringentes o desinfectantes. Suele observarse también la disminución del calibre uretral p o r t u m o r e s benignos (pólipos ) . Las biopsias realizadas revelaron tratarse de pólipos uretrales típicos. evista de Jjjgeniitia ía 1 16 - Su t a m a ñ o y f o r m a , suele variar desde el de u n g r a n o de arroz hasta el de un p o r o t o ; la ubicación preferida es la pared inferior vecina al meato, al cuál a veces ocluyen c o m o u n opérculo o una sopapa; su consistencia es bastante firme, la superficie redondeada, el color r o j o intenso, siendo m u y dolorosos al contacto y fácilmente sangrantes. He reunido 6 observaciones de poliposis uretral femenina. L a s i n t o m a t o l o g í a ha sido c o m ú n y característica en todos los 6 casos: ardor intenso d u r a n t e la micción (alguna refería sentir "el infierno ardiendo en su u r e t r a " ) , polaquiuria diurna, dolores irradiados a los l o m o s y algunas veces, pequeña hematuria terminal. La sintomatología de la estrechez uretral i n f l a m a t o r i a es m u cho menos característica que en el h o m b r e . Existe casi siempre dolor uretral, disuria, dolores vesicales irradiados hacia ambas z o n a s renales, polaquiuria diurna, goteo final p r o l o n g a d o , explicable p o r la dilatación retro-estrictural. A veces existe la necesidad de ejercer u n a m a y o r presión a b d o m i n a l d u r a n t e la micción, otras veces cistitis p o r estrechez, retención crónica incompleta y aún accidentes de retención aguda. L a t z k o , estima que el goteo final p r o l o n g a d o p o d r í a considerarse como signo p a t o g n o m ó n i c o de la estrechez si n o lo dieran también los divertículos uretrales. A la retención suele asociarse la infección, complicando el cuadro, y la infección no suele quedar en vejiga, sino que se extiende también a las vías altas. Sobre los nueve casos seguidos personalmente de estrecheces uretrales adquiridas de origen i n f l a m a t o r i o , sólo he observado u n caso de retención completa y dos casos de retención crónica incompleta de 2 0 0 y 2 5 0 cm ;i . respectivamente. La edad de las enfermas era: 35 años la más joven y 62 la m a y o r . El diagnóstico de estrechez uretral femenina, es fácil de establecer. Y a p o r la palpación digital por vagina, se pueden percibir las lesiones infiltrativas de la pared uretral. P a r a el diagnóstico exacto es imprescindible la exploración uretral con el e x p l o r a d o r olivar. E n u n a uretra n o r m a l , cuyo calibre es de 2 3 a 2 5 Charriere, el explorador pasa fácilmente y n o produce resaltos al retirarlo. Sí existe estrechez se percibe netamente la resistencia o la pérdida de elasticidad de la pared. evisía de Jlrgetiiitia ta 117 El pronóstico. — L a estrechez uretral femenina n o es u n a afección inocente p o r las complicaciones que puede producir, pero siempre cede al t r a t a m i e n t o , haciendo desaparecer toda su sintomatología. El tratamiento de la lesión debe ser exclusivamente la dilatación lenta, progresiva y metódica del canal uretral con b u j í a s cónico olivares o con beniqués rectos; se puede dejar sonda en p e r m a nencia que reblandece los focos de infiltración, con lo cuál es posible a u m e n t a r 1 o 1 n ú m e r o s por día. L o s 9 casos observados h a n curado completamente con ese t r a t a m i e n t o exclusivo.