¡Como si ya no tuviéramos suficiente en

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Jack Makau*
“¡Como si ya no tuviéramos
VX¿FLHQWHHQQXHVWUDVPDQRV”
La historia de la Federación Juvenil
de un barrio de bajos ingresos de Kenia**
Resumen
En septiembre de 2010, a la edad de 25, John Te viajó en un avión por primera vez en su vida, de Kenia a Ghana, por lo cual estaba entusiasmado. Te vive
en una casilla de tres por tres hecha de chapa corrugada con piso de tierra. Su
sólo-una-vez-pintada puerta de madera tiene grietas que corren hacia abajo,
donde los tablones de madera se encuentran. La puerta se abre hacia adentro,
a un oscuro y barroso pasaje de medio metro de ancho. Si la puerta se abriera
hacia afuera se chocaría con la hilera de casillas similares del otro lado del
pasaje o rasparía el techo caído que sobresale sobre el pasaje.
*. Trabajó para apoyar Muungano wa Wanavijiji y Mwamko wa Vijana entre 2001 y 2010, y ahora trabaja con Habitantes de Barrios Bajos Internacional
(SDI, por sus siglas en inglés), apoyando federaciones en censos y documentación. e-mail: [email protected].
**. Este artículo fue publicado en su versión en inglés en “Environment & Urbanization” Volumen 22 Número 2. Traducción del inglés Regina Ruete.
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Jack Makau
En el aeropuerto, el pasaporte de Te hubiese soportado el nombre de John Thuo.
Inicialmente, “Te” era un nombre de calle, pero luego se convirtió en el único
nombre por el cual John es conocido en
el barrio Nairobi, donde vive. Si alguien
en el aeropuerto le hubiera preguntado a
Te sobre el propósito de su viaje, se hubiese sorprendido con la respuesta. Te es
un joven larguirucho, sin tres de sus dientes superiores, y con cara de fotografía de
preso, si es que eso existe. La respuesta
de Te hubiese sido difícil de creer, efectivamente, dada su capucha, sus jeans caídos y sus zapatillas embarrdas.
Te fue a Ghana a entrenarse en gestión de
base de datos. Luego de frecuentes arrestos
durante su adolescencia, Te se convirtió en
el “tipo data” de Muungano wa Wanavijiji,
la Federación keniana de los Habitantes de
Barrios Bajos. La Federación es parte de
la red global del movimiento de habitantes
de barrios de escasos recursos conocidos
como Habitantes de Barrios Bajos Internacional (SDI, por sus siglas en inglés). Una
cosa que las federaciones hacen consistentemente es recolectar información de los
barrios donde tienen presencia –un ritual
que llaman censar. Cuentan casillas y documentan la presencia de personas que de
otra manera permanecerían invisibles para
los registros formales. Esta información se
utiliza para negociar con las autoridades
locales la seguridad en la tenencia de las
tierras y servicios.1
En 2002, miembros de Federaciones de
Habitantes de Barrios Bajos de India y
Sudáfrica fueron a enseñarle a sus pares
kenianos cómo realizar un censo. Entre
las comunidades interesadas en esta capacitación se encontraba Kambi Moto,
el pequeño barrio de donde proviene
Te. En ese momento, él era demasiado
joven y caprichoso para ser parte del
ejercicio. Como resultado del censo, la
comunidad de Kambi Moto negoció y
recibió derechos de propiedad por parte de la Municipalidad de Nairobi. Hoy,
el asentamiento se está transformando;
los residentes han reemplazado 86 de las
270 casillas por casas de piedra de 35m2
con electricidad y agua. La casilla de Te
estará entre el próximo grupo de 100
unidades que serán mejoradas.
Mientras que el mejoramiento de las casas de Kambi Moto está golpeando, lo
que es verdaderamente fascinante es el
cambio en la perspectiva de los jóvenes
de Kambi Moto. Te declara que hasta
hace unos años era tal “SLEH FKRUUR”
que hasta su mamá tenía que esconder
su dinero mientras él anduviera por la
casa. Hoy trabaja en un lavadero de autos que la comunidad construyó; está
ahorrando para obtener un préstamo de
construcción de vivienda de parte de la
Federación; elabora bases de datos para
censos que se realizan en barrios de escasos recursos en todo el país; mantiene
la página web de la Federación, y orien-
1. Ver Karanja, Irene (2010), “An enumeration and mapping of informal settlements in Kisumu, Kenya, implemented by their inhabitants”, Environment
and Urbanization Vol 22, No 1, Abril, páginas 217–239; también Weru, Jane (2004), “Community federations and city upgrading: the work of Pamoja
Trust and Muungano in Kenya”, Environment and Urbanization Vol 16, No 1, Abril, páginas 47–62.
“£&RPRVL\DQRWXYLpUDPRVVX¿FLHQWHHQQXHVWUDVPDQRV”
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ta a un grupo de chicos entre 5 y 14 años
en Kambi Moto. Y hay una docena de
jóvenes como él en el asentamiento, por
ejemplo Kevin, aka Ngomo, que abandonó la escuela cuando su madre ya
no pudo pagar la cuota. Hoy es un microemprendedor en ciernes y maneja un
equipo de fútbol femenino de menores
de 14 años que compite, además de que
paga el préstamo por la vivienda de su
madre. También está Eric, que adquirió
habilidades de albañil y está comprometido con la construcción de casas para la
comunidad, y también maneja una compañía de teatro y danza para niños los sábados y durante las vacaciones. También
está Tony, John, Joyce, Njeri…
rrial; cambiando la naturaleza del compromiso barrio/gobierno gracias a los
censos realizados y las negociaciones
por la provisión de servicios; construyendo modelos de viviendas y provisión
de servicios a través de un creciente número de proyectos habitacionales, agua
y saneamiento; y mientras tanto manteniendo, y de hecho siendo exitosos en
su posición de tolerancia cero ante los
desalojos forzados en los barrios. La última cosa en la que la federación estaba
pensando era la baja participación de
los jóvenes en sus actividades –después
de todo, los jóvenes eran una molestia
constante que debía ser tratada con los
padres, maestros y con la policía.
&RPRDJHQFLD¿QDQFLDGRUD2 de la federación juvenil y la federación de Muungano,
la gente de la Fundación de Apoyo Muungano (MUST por sus siglas en inglés) a
menudo se pregunta: “¢+HPRVWHQLGRp[Lto?” Y es ciertamente un acertijo.
La idea de una Federación juvenil fue
inspirada por el censo realizado en un
pequeño asentamiento de 67 viviendas.
En un mes, entre la recolección de datos
\ OD YHUL¿FDFLyQ GH GLFKRV GDWRV HQ OD
comunidad, tres jóvenes murieron: uno
se suicidó, otro murió de enfermedades
relacionadas con el HIV/SIDA, y otro
fue apuñalado por otro joven del barrio
mientras iba de regreso a su casa después de haber salido de juerga.
Cuando la federación juvenil surgió en
2003, la federación de Muungano ya tenía siete años de existencia. Manejaba
250 planes de ahorro en varios barrios
de Nairobi y en nueve otras ciudades de
Kenia. Muungano estaba institucionalizando sus prácticas: cambiando el manejo comunitario de los barrios de escasos recursos por medio de la formación
de planes de ahorro en el barrio, que
asumieron el rol de mejoramiento ba-
El coordinador del programa MUST
a cargo de los censos, Kimani Joseph,
empezó a hablarles a los jóvenes, y rápidamente advirtió que había una brecha
en las comunidades de los barrios que
Muungano no estaba particularmente
2. Es una práctica común para las federaciones de diferentes países que forman Habitantes de Barrios Bajos Internacional (SDI), tener una ONG que los
apoye, trabajando con ellos a nivel local, proveyéndolos con parte de la articulación con financiadores internacionales y el primer mundo.
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interesado en llenar. Kimani comenzó a
organizar torneos de fútbol entre jóvenes
de distintos barrios, les consiguió distintos profesionales a su alcance dispuestos
a hablarles de lo que fuera, y organizó
competencias musicales y de teatro. Se
involucró con cuerpos juveniles ampliamente reconocidos a nivel nacional como
el Parlamento Juvenil y el Consejo Juvenil. Estas estructuras juveniles eran dominadas por los hijos de los líderes políticos
y empresariales del país, y la participación en estos foros fue el primer gran logro de los jóvenes del barrio.
A escala barrial, los jóvenes se organizaron en consejos junior que discutían varios asuntos, por ejemplo, cómo acceder a
las canchas de fútbol de escuelas vecinas.
Cuando ese año llegaron las elecciones
anuales del Consejo Juvenil, por primera
vez los jóvenes del barrio se presentaron
en grandes números para elegir a sus candidatos para todos los puestos, incluyendo
el de alcalde junior. Una chica de 17 años
del barrio Mathare terminó trabajando en
XQDR¿FLQDMXQWRDODGHODOFDOGHGHODFLXdad; no importa que haya sido sin agenda
y con poco apoyo de todos, pronto se abuUULyGHOSXHVWR\DEDQGRQyODR¿FLQD
trabajo era apoyar la federación Muungano, pero a medida que crecía la demanda
de censos y proyectos, también crecía la
demanda de su tiempo destinado a los jóvenes. Persuadió y metió a cualquier otro
R¿FLDO GH SURJUDPDV SDUD DSR\DU FXDOquier actividad juvenil. También estrujó
cada centavo suelto de los presupuestos
organizacionales y se ofendió bastante
cuando los jóvenes obtuvieron solo una
mención en un párrafo del reporte anual.
Irritado por otro pedido de Kimani para
GHVWLQDUVX¿QGHVHPDQDQXHYDPHQWHD
ORVMyYHQHVVXFROHJD\R¿FLDOGHSURJUDmas, Francis Gitau, exclamó: “£7HQtDTXH
VDOLUpVWH\WUDHUQRVHODVXQWRGHORVMyYHQHVFRPRVL\DQRWXYLpUDPRVVX¿FLHQWH
HQQXHVWUDVPDQRV”.
Y entonces el fuego juvenil estalló, casi
caprichoso parecía. De sus inicios en un
par de barrios escasos recursos, el movimiento se diseminó a barrios de cuatro
de las ocho divisiones de la ciudad, y
los jóvenes lo llamaban “Mwamko wa
Vijana” (“el Despertar de los Jóvenes”).
Una vez, organizaron un torneo de fútbol de un mes para 544 niños menores
de 12 años de barrios de toda la ciudad,
que fueron equipados por el diario más
importante del país, el Daily Nation.
Sin embargo este relajado movimiento ju- Los jóvenes más grandes negociaron
venil trajo enormes cantidades de energía ser vendedores del diario, y algunos de
positiva; continuaron ocupados con un ellos lograron que periodistas y agentes
aparentemente azaroso despliegue de ac- de publicidad del diario los ayudaran a
WLYLGDGHVLQFOX\HQGRGHV¿OHVGHEHOOH]D crear su propio diario barrial.
un diario barrial, y servicios de limpieza
en el barrio. El contrato laboral de Kimani La energía del movimiento era fenomeno mencionaba el trabajo con jóvenes; su nal pero también se sentía que ya nece-
“£&RPRVL\DQRWXYLpUDPRVVX¿FLHQWHHQQXHVWUDVPDQRV”
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sitaba consolidarse en una entidad coKHUHQWH\¿QDQFLDEOH(OPLVPR.LPDQL
había nacido en un barrio de bajos ingresos y lo habían incentivado para que se
quedara en la escuela; posteriormente salió del barrio con el apoyo de la mentoría
que recibió en un grupo de jóvenes de la
iglesia. Le legó la mentoría a Mwamko.
6X ¿ORVRItD HV TXH FXDQGR XQR HV PHQtor, te obliga a ser un modelo a seguir
para aquellos a quienes uno orienta. Para
cualquier cosa que lograban hacer, los
jóvenes de Mwanko orientaban cada uno
de ellos, a tres o cuatro niños con edades
entre 4 y 12 años. Las madres del barrio
se volvieron las mayores seguidoras del
movimiento. La mentoría fue el primer
y más fuerte elemento del recorrido del
movimiento hacia la institucionalización.
El mismo año prepararon un proyecto
llamado “Kuboostiana”, un término de
OD MHUJD NHQLDQD TXH VLJQL¿FD GDUVH XQ
empujón entre sí. El proyecto promovió
que los grupos comenzaran a hacer pelotas de fútbol y artesanías. Con el apoyo de
la Fundación Ford, se alentó a Mwamko
para que llevara a los grupos de recolección de residuos un poco más lejos hacia
el reciclaje de residuos, en un programa
TXHDSRGDURQ³7DNDQL3DWR´TXHVLJQL¿ca “la basura es efectivo”.3 Se realizaron
visitas de estudio a Egipto, India y Sudáfrica. Un par de meses de programa y ya
los grupos estaban produciendo más de
dos toneladas de compost orgánico cada
semana. Una red de 15 grupos de recolección de residuos en dos divisiones de la
ciudad se fusionó y compró una trituradora de plástico y se metieron en el negocio
Tres años después de haberse iniciado, empezando como vendedores de pellets
\DKRUDVLHQGRXQtWHPHVSHFt¿FRGHQWUR de plástico y llegando a ser fabricantes de
de la agenda de recaudación de fondos bienes de plástico.
de MUST, los miembros de Mwamko se
reunieron por una semana en agosto de Irónicamente, Mwanko, a diferencia de
2006 para pensar qué era esta cosa que Muungano, permaneció como una enhabían formado. Parecía no haber una WLGDG PX\ ÀXLGD 0XXQJDQR SDUD HVH
sola identidad de grupo; era el equipo entonces había establecido redes locales
de fútbol, la compañía de danza y acro- y regionales con claros sistemas operabacia, el grupo de estudio, el negocio tivos. Se puede trazar el crecimiento de
de recolección de residuos. Agregaron: Muungano fácilmente. Mwamko, por
³1RWHQHPRVTXHFDPELDUHVWRSDUDIH- el otro lado, estaba plagado de probleGHUDUQRV &RPSDUWLPRV DVXQWRV HQ FR- mas por la continua deserción de sus
P~QSRUORVFXDOHVQRVSRGHPRVIHGHUDU miembros. Algunos consiguieron traHGXFDFLyQ UHFUHDFLyQ JHQHUDFLyQ GH bajos formales, algunos se fueron a la
universidad, a otros les disparó la poliLQJUHVRV\PHQWRUtD´.
3. Ver artículo de Thieme, otro artículo interesante sobre el asunto de los residuos como dinero en efectivo; ver Thieme, Tatiana (2010), “Youth, waste
and work in Mathare: whose business and whose politics?”, Este artículo original se publicó en “Environment & Urbanization” Volumen 22 Número 2.
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cía –usualmente mientras cometían un
crimen–, y otros simplemente se fueron. Algunos grupos se formalizaron
en verdaderos negocios, mientras otros
se disiparon luego de perder miembros
clave. Miembros de la Fundación de
Apoyo advirtieron que la juventud es un
momento de cambios. A diferencia de
Muungano, Mwamko necesitaría rede¿QLUVH FDGD DxR ±\ FXDOTXLHUD IXHUD OD
inversión realizada, acompañaría a los
jóvenes a donde fueran. En un momento
de frustración cuando se perdió un mentor joven clave, Jane Weru, el entonces
Director Ejecutivo de la Fundación de
$SR\RFRQVROyDOR¿FLDOGHSURJUDPDV
de Mwamko con las siguientes palabras:
³7DOYH]HVVX¿FLHQWHFRQTXHORVPDQWHQJDPRVDOHMDGRVGHODVFDOOHVGXUDQWH
VXVDxRVGHIRUPDFLyQ´.
La posibilidad de renovar la federación
juvenil cada año es una tarea pavorosa.
Encuentras una niña tímida, caminas
junto a ella durante un año y se transforma en una elocuente joven mujer con
muchas habilidades. Su compañía de
danza se destaca y ella orienta a algunos niños; hasta que un día despiertas y
ella no está. Despiertas al día siguiente
y encuentras a un niño travieso. Tal vez
comienzas a pensar ³£<DWHQJRVX¿FLHQWHHQPLVPDQRV´. La frustración pudo
haber comenzado a crecer en ti, pero
cada año hay nuevos jóvenes entrando a
la organización, llenos de energía y tan
convincentes en sus aspiraciones que no
te queda otra cosa que hacerlo todo de
nuevo.
Por el 2008, algo inesperado comenzó a
suceder. Los niños que habían sido orientados en 2003 y 2004 comenzaron a dirigir el movimiento; la generación John Te
había alcanzado la mayoría de edad. Es
reconfortante saber que para el momento
en que la generación Te avance hacia otros
SUR\HFWRVFRVDTXHGH¿QLWLYDPHQWHKDUiQ
habrán orientado a otra generación. Tal vez
Mwamko nunca se termine de institucionalizar de la manera en que lo ha hecho
Muungano, o cualquier otra organización.
Y tal vez la institucionalización no sea lo
mismo que el crecimiento y tal vez ni siquiera sea necesaria para la sustentabilidad.
Sin embargo, ¿cómo le dices a alguien, y
especialmente a alguien que ha invertido
dinero, que la letanía de equipos de fútbol
disfuncionales, grupos de teatro y negocios
de residuos son, de hecho, un éxito rotundo? ³(QWRQFHV¢KHPRVVLGRH[LWRVRV"´.
Referencias
Thieme, Tatiana (2010), “Youth, waste and
work in Mathare: whose business and
whose politics?”, Environment and Urbanization Vol 22, No 2, Octubre, páginas
333–352.
Karanja, Irene (2010), “An enumeration and
mapping of informal settlements in Kisumu, Kenya, implemented by their inhabitants”, Environment and Urbanization Vol
22, No 1, Abril, páginas 217–239.
Weru, Jane (2004), “Community federations
and city upgrading: the work of Pamoja
Trust and Muungano in Kenya”, Environment and Urbanization Vol 16, No 1,
Abril, páginas 47–62.
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