Convirtiéndonos en un Pueblo Evangelizador Primera Carta

Anuncio
CONVIRTIENDONOS EN
UN PUEBLO EVANGELIZADOR
Primera Carta Pastoral del Cardenal Francis George, OMI
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Han pasado ya seis meses desde que me mudé de la ciudad de la lluvia, Portland en
Oregon, a esta ciudad de los vientos, Chicago. Más que el clima físico es diferente, por
supuesto, y he estado ocupado aprendiendo sobre los condados de Cook y Lake y sobre la
Iglesia Católica en la Arquidiócesis de Chicago. Estoy muy agradecido a tanta gente que
he conocido, en parroquias y instituciones católicas, en oficinas, en la calle y en eventos
cívicos. Todas estas personas me han ayudado a introducirme a ellas y a la Iglesia y
sociedad aquí.
UN PUEBLO ACOGEDOR
La acogida calurosa que he recibido me hace sentir indigno, resultado de la fe del pueblo
y en gran parte, del impacto que tuvo la vida y el ministerio del Cardenal Bernardin y su
muerte llena de fe. En el primer aniversario de la muerte del Cardenal, recordémosle
cariñosamente en oración y renovemos nuestra fe en el Señor quien nos lo dio para
nuestra salvación.
Muchas veces en los últimos seis meses, los medios de comunicación y otras
personas me han preguntado sobre mis planes para la Arquidiócesis de Chicago. Cada
vez he respondido que Dios tiene planes para nosotros y que mi trabajo es ayudar a los
católicos de los condados de Lake y Cook a alcanzar una mayor profundidad en su
entendimiento de la voluntad de Dios para nosotros. La voluntad de Dios es que seamos,
por encima de todo, fieles discípulos de Jesucristo, congregados en la unidad de su
Cuerpo, la Iglesia, por el poder del Espíritu Santo.
Esta Iglesia particular, la Arquidiócesis de Chicago, ha tomado mucho tiempo y
esfuerzo discerniendo la voluntad de Dios para nosotros en este tiempo. El Documento de
Decisiones, el cual apoyo totalmente, nos da las orientaciones y metas que hacen nuestras
vidas y ministerio más específicos. La primera de estas metas es convertirnos en una
Iglesia evangelizadora: "Toda dimensión de la vida y el ministerio de la Iglesia, directa o
indirectamente, ha de tener la evangelización como su meta...Todo lo demás es
secundario. Si nuestros esfuerzos - en todos los niveles, pero especialmente en la
parroquia - no están conscientemente dirigidos a la conversión, tanto interior como
exteriormente, por el poder del mensaje confiado a nosotros, solo daremos vuelta a la
rueda."
Este pasaje del Documento Arquidiocesano de Decisiones localiza el mandato de
evangelizar primero dado por Cristo, proclamado de nuevo en el II Concilio Vaticano e
insistentemente dicho por el Papa Pablo VI y Papa Juan Pablo II. Los Sínodos
Continentales de Obispos que se han estado llevando a cabo intentan hacernos una Iglesia
evangelizadora para el próximo milenio.
El Papa Juan Pablo II escribe: "Los Sínodos son una expresión de la fuerza que
Cristo ha dado a todo el Pueblo de Dios, convirtiéndolo en colaborador de su propia
misión Mesiánica como Profeta, Sacerdote y Rey...La preparación para el Año de Jubileo
2000 se esta llevando a cabo por toda la Iglesia, a nivel universal y local, dándole una
nueva conciencia de la misión salvífica que ha recibido de Cristo." (Tertio Millenio
Adveniente, 21).
El Sínodo para este hemisferio se llevará a cabo en Roma del 16 de noviembre al
12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.
Al marchar para el Sínodo de América, les pido que me recuerden cada día en sus
oraciones. Agradezco al personal que me ha ayudado a prepararme para este encuentro,
como aquellas personas de la Arquidiócesis que han ayudado a preparar el contenido.
UN PUEBLO EVANGELIZADOR
¿Qué significa evangelizar?
No significa golpear la gente por la cabeza con la Biblia o el Catecismo o nuestra
experiencia espiritual estridentemente repetida; pero sí significa algo más que el
testimonio silencioso de la vivencia evangélica y servicio cristiano.
El Papa Pablo VI habló de confiar solamente en el poder de la palabra de Dios
para introducir a la gente a la Palabra de Dios, Jesucristo, quien es nuestro Salvador. Un/a
evangelizador/a católico/a por lo tanto conoce y confía en Jesucristo. Las personas
evangelizadoras han de estar evangelizadas ellas mismas.
El arrepentimiento es el comienzo de conversión a Cristo. Algunas veces
podemos dejar saber al pueblo lo verdaderamente grande que son sin señalarle la razón de
su grandeza: el poder del Espíritu Sanador enviado a nosotros por Cristo. Podemos
reducir a Jesús a un modelo que nos muestra el camino a un Reino de paz y amor ético
construido por nuestras propias iluminaciones. Pero Jesús es mucho más que un modelo o
recurso de inspiración personal: es el Señor.
La conversión es por lo tanto un llamado al cambio, a vivir la vida de acuerdo a
sus principios, a abandonarnos, a someternos a la santa voluntad de Dios hecha visible en
Jesús. El poder de abandonarnos es en sí un don del Espíritu Santo. Somos un pueblo
lleno de esperanza precisamente porque el Reino de Dios no es de nosotros; es de Cristo.
Un/a evangelizador/a católico/a también sabe que el Espíritu Santo siempre está en
acción en el mundo y en la vida de la persona a quien evangeliza. El/la evangelizador/a
católico/a por lo tanto, está atento/a a la moción del Espíritu en el corazón de un/a
amigo/a. Con gran respeto, el/la evangelizador/a busca oportunidades de compartir con
otras personas quien es Cristo, porque es imposible no hablar de quien amamos. Pero
sabemos el momento apropiado para hablar porque tenemos corazones que saben
discernir.
Este Jesús a quien amamos desea que le hagamos conocer para que los dones que
dio a la Iglesia - el Evangelio y otros medios de santificación, el pastoreo que continúa el
ministerio de los Apóstoles - puedan ser compartidos universalmente.
El compartir estos dones nos llevan a la mente y corazón de Cristo y nos hacen
agentes de Dios para cambiar un mundo dividido y lleno de pecado a algo que por lo
menos refleje un poco más el Reino de Dios.
OBSTÁCULOS PARA LA EVANGELIZACIÓN
Con frecuencia, cuando le hablo a católicos sobre la evangelización, he escuchado dos
miedos que son obstáculos para convertirnos en una Iglesia evangelizadora. Primero, la
gente no quiere imponerse a otras personas ni dar la impresión de ser mejores que otras
personas en cierta manera. Esta reserva nos ha de dejar saber que tenemos que considerar
cuidadosamente nuestros corazones y hablar solamente desde nuestra gratitud por los
dones de Dios, con humildad y amor. Diálogo sobre formas de evangelizar como
católicos confío que nos han de dar fuerza para confrontar este primer obstáculo.
Segundo, algunos católicos tienen miedo de evangelizar porque tienen miedo de
que les pregunten cosas que no puedan contestar. Si abrimos el tema de religión, dicen
algunas personas, abrimos un mundo sin fin. Creo que sobrepasar este obstáculo significa
ayudarnos mutuamente a conocer más a Cristo y la Biblia y las enseñanzas y la historia
de la Iglesia.
El segundo objetivo del documento de Decisiones resalta la importancia de la
educación católica no solo en las escuelas sino también en los programas variados de
educación religiosa, incluyendo la educación de adultos. La publicación del Catecismo de
la Iglesia Católica, hace algunos años, da una orientación segura, un punto de referencia
clara para todo estudio de nuestra fe.
UNA GUIA PARA EVANGELIZAR: SANTA TERESITA DE LISIEUX
Ansío discutir con ustedes en los meses y años venideros, sobre la evangelización
católica y crecer juntos mientras nos convertimos en una Iglesia evangelizadora.
En este caminar tenemos muchos compañeros, maestros y guías. El 19 de octubre,
el Santo Padre declaró a Sta. Teresita de Lisieux doctora de la Iglesia porque ella nos
ayuda a leer el Evangelio en una forma más profunda. Ellas es también la patrona de
misioneros y pongo los esfuerzos de evangelización en la Arquidiócesis de Chicago en
sus manos y bajo su cuidado.
Sta. Teresita tenía el corazón de una misionera. Ella poseía el deseo grande y
consistente, aún en medio de su enfermedad terminable, de ir donde Cristo no era todavía
conocido. En su caso, ella deseaba ir a uno de los monasterios Carmelitas recién fundados
en Vietnam.
Sta. Teresita se mantenía en solidaridad de oración con misioneros, elevándolos
ante Dios y ofreciendo sus propios sufrimientos por ellos. A petición de su superiora
religiosa, ella "adoptó" dos hermanos misioneros, Padre Mauricio Belliere y Padre
Adolfo Roulland.
Aún más profundo, ella es una misionera por su vocación "de ser amor en la
Iglesia." Ella luchó con las diversas llamadas que le llegaban a partir de su estudio de la
voluntad de Dios y llegó un día a una iluminación: "Entiendo que el amor incluye todas
las vocaciones, que el amor es todo, que abraza todo tiempo y todo lugar...Grité...mi
vocación, por fin la encontré...mi vocación es amar. Sí, he encontrado mi lugar en la
Iglesia."
Por haber encontrado su lugar en la Iglesia, hemos de encontrar el nuestro - ser
signos de agentes del amor universal de Dios aquí en la Arquidiócesis. Esta es mi oración
por mí y por ustedes; espero que sea su oración por mí. Que Dios les bendiga.
Sinceramente suyo en Cristo,
Cardenal Francis George, OMI
Arzobispo de Chicago
'Un/a evangelizador/a católico/a por lo tanto conoce y
confía en Jesucristo. Las personas evangelizadoras
han de estar evangelizadas ellas mismas.'
Descargar