Evangelizar en las grandes ciudades: La mayoría de los católicos, cuando escuchan hablar sobre la nueva evangelización, piensan en tierras lejanas, sin tener en cuenta que también, en las metrópolis mundiales, hace falta el mensaje de Cristo; aquel mensaje que constituye una respuesta concreta a nuestro mundo globalizado. La Iglesia, como heredera del Evangelio, está llamada a presentarse en los círculos educativos, culturales y religiosos de las grandes ciudades, especialmente, para contrarrestar el peso de la secularización. ¿Por qué en las grandes ciudades la fe parece extinguirse?, ante todo, porque no estamos conscientes que, aún en los lugares más desarrollados económicamente hablando, también hace falta el Evangelio. Una gran ciudad, en medio de la pluralidad ideológica, debe contar con la opción cristiana, sin embargo, al no darle importancia a la evangelización en las grandes ciudades, las dejamos en manos de la secularización, la cual, lejos de abogar por el sano estado laico, se ha convertido en un arma para intentar borrar el nombre de Jesús y reservarlo a las bibliotecas o templos que, alguna vez, fueron centros de cultos, y que hoy sólo son un reflejo del pasado. Todos los católicos, en medio del mundo, podemos hacer la diferencia y, desde un fuerte sentido de pertenencia, descubrir que también somos misioneros en las grandes ciudades. No porque una ciudad esté en pleno desarrollo, debemos dejarla de considerar, especialmente, al momento de iniciar movimientos eclesiales u otros espacios que la salven del secularismo.