MEDISAN 2003;7(2):75-88 Centro de Toxicología y Biomedicina (TOXIMED) Instituto Superior de Ciencias Médicas FUNCIÓN DEL SISTEMA INMUNE EN LA DEFENSA CONTRA TUMORES MALIGNOS Dr. Alexánder Batista Duharte 1 RESUMEN La inmunoterapia se perfila como el cuarto pilar en el tratamiento de las neoplasias malignas, luego de las formas ya establecidas: cirugía, radioterapia y quimioterapia; sin embargo, aunque todavía no se han logrado todos los resultados favorables que se espera alcanzar con esta nueva modalidad terapéutica, tanto en Cuba como en otros muchos países se investiga intensamente para dilucidar los mecanismos de defensa antitumoral y la obtención de productos inmunomoduladores, con potencial terapéutico antitumoral. En este trabajo se actualizan aspectos relacionados con la inmunobiología tumoral, así como también sobre los mecanismos efectores inmunológicos contra las células malignas y los de escape contra la vigilancia inmunológica, a la vez que se esbozan las estrategias clásicas y más recientes para utilizar el sistema inmune como terapia adicional contra los tumores. Descriptores: SISTEMA INMUNE; NEOPLASMAS;INMUNOTERAPIA; VIGILANCIA INMUNOLÓGICA; ANTÍGENOS Límite: HUMANO El cáncer constituye una de las tres causas de muerte más frecuente en el mundo. Teniendo en cuenta que se han obtenido resultados favorables en el tratamiento y prevención de las enfermedades infectocontagiosas y cardiovasculares con un incremento en la expectativa de vida, el cáncer emerge como la causa más común de muerte. 1 .......................................... 1 Especialista de I Grado en Inmunología Las células malignas derivan de tejidos normales que han sufrido transformaciones que conllevan a la célula a una proliferación incontrolada asociada a cambios en el metabolismo y la diferenciación celular, dichas células transformadas invaden tejidos vecinos y con frecuencia colonizan sitios distantes al tejido de origen, fenómeno conocido por metástasis. Diariamente se generan en el organismo células con transformaciones potencialmente malignas, que debido a un proceso denominado inmunovigilancia, son eliminadas sin llegar a evolucionar como tumores establecidos. 2, 3 Una evidencia clínica de este fenómeno es la alta frecuencia de tumores malignos que se desarrollan en personas inmunodeficientes. 4 Otras evidencias clínicas y experimentales demuestran la función del sistema inmune en la defensa contra los tumores malignos. A continuación se describen algunas de ellas: Existen también evidencias experimentales; por ejemplo, desde principios de siglo se observó que el suero de ratones que se han recuperado de tumores inhibe el crecimiento del mismo tumor en otros ratones, de ahí hasta la fecha se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos celulares y moleculares que determinan la respuesta inmune, por lo que los modelos experimentales se han ido perfeccionando y ya no cabe dudas de la importancia del sistema inmune en la defensa antitumoral. Evidencias de la participación del sistema inmune en la defensa antitumoral Antígenos tumorales • Muchos tumores contienen infiltrados linfoides y esto representa generalmente un factor de buen pronóstico. • Los tumores aparecen más frecuentemente en el período neonatal y en edades avanzadas cuando el sistema inmune funciona con menos efectividad. • Mayor incidencia de tumores en individuos inmunodeprimidos. • Ocurrencia de regresiones espontáneas en pacientes portadores de un tumor maligno comprobado histológicamente. • La posibilidad de una recaída tardía (incluso luego de 20 años del primotratamiento), indicando en parte que hasta aquel momento las defensas del huésped han sido capaces de inhibir el crecimiento de la neoplasia. • Regresiones observadas de metástasis tras la resección quirúrgica de la masa tumoral primaria. • La larga duración y las curaciones espontáneas ocasionales en los carcinomas in situ de las que serían responsables los mecanismos de defensa inmunitaria. Una de las características de las células malignas es que sufren cambios en la expresión de las moléculas que se ubican en la membrana celular. Estos cambios determinan una pérdida en la tolerancia inmunológica, lo que propicia que se induzcan respuestas inmunológicas contra ellas. Para que se desarrollen mecanismos inmunitarios contra tumores tiene que existir como requisito previo que las células tumorales contengan moléculas que sean reconocidas como extrañas. Estas moléculas son conocidas como antígenos tumorales y como ya se explicó antes aparecen como una consecuencia de la transformación maligna. 5, 6 Aunque estas transformaciones pueden ser identificadas tanto en el interior como en la superficie de las células malignas, el campo de la inmunología tumoral abarca fundamentalmente los antígenos en la superficie del tumor. Los cambios moleculares más frecuentes que pueden aparecer en la membrana celular y que determinan el comportamiento antigénico del tumor se aprecian en la (figura 1). Célula normal Célula maligna Grupo sanguíneo (ABO) Antígenos de histocompatibilidad Pérdida de antígenos Modulación antigénica AVAT ATAT ATET Aparición de nuevos antígenos Antígenos oncofetales Figura 1. Cambios en la estructura antigénica como consecuencia de la transformación maligna, AVAT: antígenos virales asociados a tumor, ATAT: antígeno de trasplante asociado a tumor, ATET: antígeno de trasplante específica del tumor. En la célula tumoral puede ocurrir la pérdida de determinados antígenos presentes en células normales como ocurre con tumores que pierden los antígenos A, B y H, característicos de los grupos sanguíneos. De igual modo puede haber cambios en la estructura de elementos normales como los antígenos de histocompatibilidad. Los cambios en la expresión antigénica de la célula cancerosa también pueden comprender la aparición de nuevos antígenos que no son característicos del tejido normal. • Antígenos Virales Asociados a Tumores (AVAT) Tanto los virus ADN como RNA están implicados en el desarrollo de tumores, lo cual ha sido demostrado tanto en modelos animales como en humanos. 7, 8 Los tumores inducidos por oncovirus, usualmente contienen genomas provirales integrados en su genoma celular y con frecuencia expresan proteínas codificadas por el genoma viral. 9, 10 Estas proteínas sintetizadas endógenamente pueden ser procesadas y acopladas al Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH) de Clase I, expresándose en la superficie de la célula tumoral. Así, las células tumorales que expresan antígenos virales pueden estimular respuestas inmunes mediadas por linfocitos T. 11 Los virus ADN están probablemente involucrados en el desarrollo de varios tumores diferentes. Los papovavirus que incluyen el polyoma virus y el virus simio SV40 y los adenovirus inducen tumores malignos en ratones noenatales o adultos inmunodeficientes. En humanos también existen ADN virus asociados a tumores, por ejemplo: el virus de Epstein Barr (VEB) asociado con linfomas de células B, linfomas de Hodgkin y carcinoma nasofaringeo. 12 El papilomavirus humano (PVH) está asociado con muchos carcinomas cervicales humanos. 8 En muchos casos las células tumorales inducidas por virus ADN están latentemente infectadas con estos virus y no producen partículas virales, como ocurre con el propio PVH. 9 Los AVAT son compartidos por todos los tumores inducidos por el mismo virus, por ejemplo: los tumores inducidos por SV-40 en ratones expresan antígenos que inducen inmunidad protectora específica contra retos subsecuentes con otros tumo- res inducidos por SV 40, pero no contra tumores inducidos por otros virus. 13 La función del sistema inmune en la protección contra tumores inducidos por virus ADN se evidencia por la alta frecuencia de estos tumores en individuos inmunosuprimidos 4 En humanos, los linfomas asociados con EBV y cáncer de piel asociados a PVH se producen con mayor frecuencia en individuos inmunosuprimidos, por ejemplo, en los enfermos de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o en pacientes que reciben drogas inmunosupresoras. De esta forma, un sistema inmune competente puede desempeñar una función importante en la vigilancia inmunológica por su capacidad para reconocer y eliminar células viralmente infectadas (tabla 1). Tabla 1. Algunos ejemplos de virus asociados con tumores humanos Tumores Cáncer hepático Cáncer cuello uterino Linfoma de Buriatt y otros linfomas Cáncer nasofaríngeo Leucemia de células T del adulto • Antígenos de Trasplante Específicos del Tumor (ATET) Estos antígenos se observan en tumores inducidos por carcinógenos químicos o físicos y también en tumores espontáneos. Una característica esencial de estos antígenos es su enorme diversidad, lo que determina que se induzcan respuestas inmunes muy diversas y a la vez especificas de cada tumor. Por ejemplo, un tumor inducido por metilcolantreno, un carcinógeno químico, no induce inmunidad protectora contra otro tumor inducido por el mismo carcinógeno, incluso si este deriva del mismo individuo Virus Hepatitis B Papilomavirus Virus de Epstein Barr Virus de Epstein Barr Virus de la Leucemia T humana (HTLV I) y del mismo tejido del cual derivó el tumor anterior. 14 La relevancia de los ATETs en el cáncer humano no ha sido aún establecido, aunque este tema se investiga con profundidad. Hay evidencias indirectas en estudios animales de que muchos tumores pueden expresar antígenos específicos que pueden ser reconocidos por linfocitos T, aunque dichos antígenos son difíciles de detectar ya que con frecuencia no inducen una respuesta inmune efectiva; sin embargo, cuando la inmunogenicidad de estos se incrementa, los tumores pueden ser eliminados. A pesar de haber sido estudiados hace más de 50 años, la naturaleza molecular de estos antígenos no está bien descrita. Los intentos de desarrollar anticuerpos monoclonales contra ellas no han sido muy fructíferos, toda vez que los ATET son reconocidos por linfocitos T, presentándose en forma de péptidos procesados en la gruta del CPH, induciendo respuestas de anticuerpos débiles. Además, la enorme diversidad de los ATET constituye otra dificultad para su caracterización, pues puede evidenciar la posibilidad de que en los ATETs se incluyan varias proteínas celulares no relacionadas que portan mutaciones puntuales como resultado del proceso de carcinogénesis.14 • Antígenos Tumorales Asociados a Tumor (ATAT) Estos antígenos son compartidos por varios tipos tumorales que derivan de un mismo tejido y muchos de ellos son encontrados en células normales, por esta razón las respuestas que pudieran desarrollarse son muy débiles y no protectivas; sin embargo, desde el punto de vista diagnóstico son ampliamente utilizados para pesquisajes en la población, diagnóstico positivo, diagnóstico diferencial, evaluación tumoral, diagnosticar recaídas, evaluar respuestas terapéuticas, entre otros importantes usos. 15 Los antígenos oncofetales son proteínas que se expresan normalmente durante el desarrollo fetal para luego desaparecer o se producen en muy baja cantidad en el tejido diferenciado. Debido a que están presentes durante el desarrollo de los fenómenos de tolerancia en el estadio fetal, normalmente no son inmunogénicos. Dos de los antígenos oncofetales más ampliamente utilizadas en el diagnóstico son: la alfafetoproteína (AFP) y el antígeno carcinoembrionario (ACE). La AFP es una glicoproteína de 70 Kda, la cual se eleva significativamente en pacientes con carcinoma hepatocelula, tumores germinales, gástricos y pancreáticos, aunque también puede elevarse en enfermedades no neoplásicas como cirrosis hepática y defectos del cierra del tubo neural. 16-18 Por otra parte, el antígeno carcinoembriónico (ACE) es una proteína altamente glicosilada de 180 Kd. que forma parte de la superfamilia de las inmunoglobulinas. Esta molécula puede encontrarse en la membrana celular, pero también se libera al fluido extracelular. Normalmente se expresa en el intestino, en el páncreas y en el hígado en los primeros 6 meses de la vida intrauterina. En el adulto se expresa en muy bajas concentraciones en la mucosa del colon y la mama, sobre todo durante la lactancia, pero las cifras pueden elevarse significativamente en tumores del tubo digestivo, y de mama, donde participa en fenómenos de interacción de las células tumorales con otras células y con la matriz extracelular. 14 Otros antígenos oncofetales de interés son: el CA 15-3 liberados por tumores de mama, Ca 19-9 de tumores de ovario y CA 125 de tumores de colón. Existen antígenos tumorales asociados a tejidos, también conocidos como antígenos de diferenciación que están presentes en células normales y son características de un tejido particular y de estadios de diferenciación de dichos tejidos (tabla 2). Estos antígenos no inducen respuesta inmunológica en condiciones fisiológicas; sin embargo, tienen gran importancia desde el punto de vista diagnóstico y en algunos casos han sido ensayados con fines terapéuticos. Existen antígenos tumorales derivados de tumores espontáneos que son productos de genes celulares silentes, genes que no son expresados en tejidos normales o solo se expresan durante el desarrollo temprano antes del comienzo de los mecanismos de tolerancia. Estos antígenos a diferencia de los anteriores, pueden ser compartidos por muchos tumores diferentes y son menos heterogéneos, además de generar respuestas inmunes mediadas por linfocitos T. El producto de estos genes se expresa en la membrana de la célula tumoral en forma de péptidos asociados al CMH de clase I. 6 Entre los antígenos más estudiados de este tipo se encuentran los productos de unos genes: MAGE-1, MAGE-3, BAGE y GAGE encontrados en melanomas (figura 2), los cuales son excelentes candidatos para ser utilizados en la inmunoterapia específica contra determinados tumores. 6 Tabla 2. Antígenos tumorales asociados a tejidos de interés. Antígenos Antígeno prostático específico Citoqueratina Muc-1 CD 10 (CALLA) Receptor de IL-2 Tejido de origen Próstata Células epiteliales Células epiteliales Linfocitos B tempranos Linfocitos T Tumor Carcinoma de próstata Carcinomas Adenocarcinoma de mama Adenocarcinoma de páncreas Leucemias de células B y linfomas Leucemias de células T y linfomas Figura 2. Los productos de los Genes MAGE-1, MAGE-3, BAGE y GAGE expresados en células de melanoma asociados al Complejo Mayor de Histocompatibilidad de clase I. Mecanismos inmunológicos contra tumores efectores Anteriormente se hizo referencia a las evidencias de la existencia de respuesta inmunológicas contra los tumores malignos. En la actualidad se conoce que estos mecanismos son diversos, donde están involucrados los mecanismos efectores celulares, humorales, y de la inmunidad innata, aunque los celulares parecen ser los más efectivos en la eliminación de células transformadas. • Linfocitos T citotóxicos Los péptidos que se acoplan al CMH de Clase I y que son producidos por las células malignas como antígenos tumorales, constituyen el estímulo para la inducción de respuesta inmune mediada por linfocitos T CD8+. Estos linfocitos reconocen a las células tumorales a través del receptor de células T. Una vez efectuado el reconocimiento antigénico las células reciben se ñales de activación por citocinas procedentes de los linfocitos T CD4+ auxiliadores que se encuentran en su vecindad. Estos últimos también reconocen antígenos tumorales a través de células presentadoras de antígenos que han internalizado y procesado elementos antigénicos procedentes de células tumorales previamente destruidas. 1 (figura 3). Las citocinas procedentes de los linfocitos T auxiliadores y que participan en la activación de las células T citotóxicas son del patrón Th1, es decir TNF β, IL-2, IL12, IFN γ. 19 Estas citocinas también favorecen o incrementan la expresión de MHC de clase I en la superficie tumoral, incrementando la efectividad de los linfocitos citotóxicos. Una vez activados los linfocitos citotóxicos, estos van a secretar perforinas, las cuales producen agujeros en la membrana celular tumoral. Otras enzimas liberadas son las granzimas, las cuales degradan el ADN de la célula maligna. 20 Linfocito T citotóxico Célula maligna Macrófago IL-2 IFN γ TNF β IL-12 Linfocito T auxiliador Fragmentos de células malignas Figura 3. Cooperación celular entre linfocitos T citotóxicos y los auxiliadores para la destrucción tumoral • Células Asesinas Naturales Las celulas Asesinas Naturales (AN) son eficientes en la destrucción de células tumorales. Ellas cuentan con los mismos mecanismos citolícos de las células T citotóxicas pero, a diferencia de estas, no efectúan un reconocimiento antigénico mediado por receptor antígeno específico. Al menos dos receptores han sido descritos en estas células: el p58 y el NKB1 ambos pertenecientes a la superfamilia de las inmunoglobulinas. Aún se investiga la función de estos y otros receptores en la activación de las células AN para la defensa antitumoral. 21 Célula AN Una vía alternativa de activación de estas células es a través del CD 16 o FCγR III, el cual es el receptor de baja afinidad para la región Fc de la IgG. Este mecanismo denominado citotoxidad celular dependiente de anticuerpos (CCDA) se desarrolla cuando la célula tumoral se recubre de anticuerpo IgG, lo cual permite la unión de las células AN a través del CD 16, en estas condiciones envía señales de activación para la liberación de perforinas y granzimas (figura 4). 22 La efectividad de las células AN se incrementa bajo la acción de la IL-2 procedentes de linfocitos Th 1. perforinas CD 16 granzimas Ig G Célula tumoral Lisis de la célula tumoral y fragmentación Figura 4. Mecanismo de Citotoxicidad Celular Dependiente de Anticuerpos (CCDA) • Macrófagos Los macrófagos son capaces de desarrollar al igual que las células AN, el mecanismo de CCDA, debido a que ellos también expresan el CD 16 en su membrana. 22 La función de los macrófagos en la fagocitosis de elementos tumorales y la presentación antigénica a linfocitos T auxiliadores ya fue descrita anteriormente. Por otro lado, estas células también son capaces de producir Factor de Necrosis Tumoral (TNF), Interleucina 1 (IL-1) y Factor Estimulante de Colonias de Granulocitos y Macrófagos (FEC-GM), los cuales están involucrados directamente o indirectamente en múltiples eventos antitumorales; estos mediadores han sido evaluados como candidatos a agentes inmunoterapéuticos. 23 • Mecanismos mediados por anticuerpos Aunque los mecanismos celulares son considerados los más efectivos en la destrucción tumoral, también existe una participación de los anticuerpos en la respuesta inmune efectora. Existen tres vías en las que se involucran los anticuerpos: la lisis mediada por complemento, opsonización y fagocitosis, y la CCDA. El rol de los anticuerpos en la neutralización y eliminación de virus oncogénicos constituye una vía de protección mediada por estas moléculas evitándose el proceso de oncogénesis viral. Mecanismos de escape de la respuesta inmune por tumores A pesar de existir un mecanismo de vigilancia inmunológica que evita el desarrollo de tumores malignos en el organismo, con cierta frecuencia, las células tumorales logran evadir estas defensas, estableciéndose en verdaderas masas celulares que incluso pueden focalizar sitios distantes al tejido de origen y con ese crecimiento incontrolado y pernicioso dan al traste con la vida del paciente. A continuación se describe una serie de mecanismos de evasión que han sido descritos tanto en humanos como en animales. 24-27 - Pérdida o disminución en la expresión de moléculas del complejo mayor dehistocompatibilidad de clase I. - Pérdida o disminución en la expresión de moléculas coestimuladoras. - Liberación de factores inmunosupresores, como el factor de crecimiento y transformación B(TGFB). - Mutaciones de los genes del Complejo Mayor de Histocompatibilidad, lo cual produce alteraciones en la estructura del complejo MHC-péptido. - Modulación antigénica: la unión de anticuerpos que no fijan complemento, a los antígenos tumorales, puede producir la endocitosis del complejo antígeno-anticuerpo perdiéndose su expresión en la superficie celular. Además estos anticuerpos pueden proteger al tumor de la acción de otros que sí fijan complemento. - Enmascaramiento: las células tumorales pueden recubrirse con moléculas normales del hospedero contra la cual existe tolerancia. De esta forma los antígenos tumorales son enmascarados escapando a los efectivos inmunológicos. - Deficiencia en el procesamiento antigénico por parte de la célula tumoral. - Resistencia de la célula tumoral a los me canismos efectores tumoricidas. - Inducción de apoptosis en los linfocitos T por expresión en la célula tumoral de moléculas como Fas ligando, que al unirse con la molécula Fas presente en los linfocitos T, induce señales en estos que lo llevan a la muerte celular programada. - Rápida proliferación celular que logra superar la capacidad de respuesta del sistema inmune, estableciéndose una masa tumoral, la cual a medida que crece se hace más difícil su eliminación por los efectores inmunológicos. - Tumores en sitios privilegiados: los tumores que se originan en el sistema nervioso central o en el ojo, por citar dos ejemplos, no están expuestos a todos los mecanismos efectores inmunológicos por lo que les resulta fácil su desarrollo. Inmunoterapia antitumoral El mayor conocimiento de la inmunobiología tumoral, así como el gran desarrollo alcanzado en los métodos de manipulación de la respuesta inmune ha permitido que la inmunoterapia se proyecte como una vía promisoria para el trata- miento exitoso del cáncer, convirtiéndose en el cuarto pilar de tratamiento, conjuntamente con la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Aunque en la actualidad los resultados de la utilización de los métodos inmunológicos en el tratamiento del cáncer han sido discretos, se continúan desarrollando en el mundo métodos que han demostrado determinada eficacia en modelos animales y también en algunos ensayos clínicos controlados, pero se necesita un mayor esfuerzo en esas investigaciones obtener productos que puedan actuar en la prevención y tratamiento de los tumores malignos de una forma bien establecida. 28 • Activa no específica: Con esta modalidad se logra una estimulación inespecífica del sistema inmune. Para esto se han utilizado diferentes elementos inmunoestimulantes. 14, 28 - BCG (Bacilo Calmette Guerin) - Adyuvantes: P40, Polyerga, Titermax, etc. - Corynebacterium parvum y granulosum. - Levamisol - Anticuerpos anti CD3 estimulantes. • Activa específica: Se basa en la inoculación de antígenos tumorales para obtener respuestas inmunes específicas contra el tumor. Si bien en sus inicios se centró la atención en la obtención de vacunas preventivas, en la actualidad se evalúa esta modalidad como arma terapéutica, aceptándose ya el término de vacunas terapéuticas, lo cual se refiere a la inoculación al paciente portador de un tumor maligno, de antígenos presentes en el tumor, en una formulación vacunal que permite incrementar la inmunogenicidad de dicho antígeno para obtener respuestas inmunes específicas eficientes. 28 - 32 - Vacunas de células tumorales - Vacunas de extractos celulares - Vacunas donde se utilizan antígenos tumorales purificados o recombinantes MAGE-1, MAGE-3, BAGE, GAGE, MUC-1 - Vacunas con células dendríticas expresando antígenos tumorales 33 Una forma lógica de obtener vacunas preventivas se logra con formulaciones contra los virus oncogénicos. Por ejemplo, con el desarrollo de vacunas contra el papilomavirus humano, indirectamente se logra prevenir la aparición de cáncer cervicouterino. 33 • Pasiva no específica: Consiste en la administración de elementos del sistema inmune (moleculares o celulares) procedente de otro organismo, que logran una estimulación inmunológica no antígenoespecífica en el portador de un tumor maligno. 23 - Células asesinas activadas por linfocinas - Citocinas: IL-2, TNF, IFNα, IFNγ, factores de crecimiento hematopoyéticos. • Pasiva específica: Al igual que en la modalidad anterior se inoculan elementos inmunológicos al organismo portador de un tumor maligno, pero en este caso estos elementos sí reconocen antígenos en las células tumorales, desplegando mecanismos que llevan a su destrucción .28 - 36 - Linfocitos infiltrantes de tumores - Inmunotoxinas (anticuerpos monoclonales acoplados a toxinas, radioisótopos, drogas citotóxicas). - Anticuerpos antiidiotípicos - Anticuerpos biespecíficos • Otras modalidades - Depleción de médula ósea y luego transplante autólogo 35 - Anticuerpos bloqueadores de Receptores de Factores de Crecimiento en las células tumorales 37 - Protectores medulares para la aplicación de altas dosis de quimioterapia 38 - Bioterapia con productos naturales 39 CONCLUSIONES La historia de las primeras descripciones científicas que apuntaban hacia la posibilidad del uso de la inmunoterapia contra el cáncer, data de hace más de 100 años con los clásicos experimentos de Coley, quien notificaba que filtrados de determinadas bacterias podían tener actividad antitumoral, en experimentos posteriores se sugería que esta actividad estaba relacionada con la activación del sistema inmune. La función de los mecanismos inmunológicos en la defensa antitumoral es cada vez más evidente, particularmente estos son más efectivos durante las etapas iniciales del establecimiento del tumor y en el control de las micrometástasis. Una vez que el tumor ha logrado contrarrestar la oposición que le ofrece el sistema inmune y se esta blece en el organismo, aumentando su tamaño, infiltrando tejidos vecinos o invadiendo sitios distantes, generando además mecanismos que inhiben la respuesta inmune, entonces esta respuesta es mucho menos eficiente. A pesar de estos inconvenientes existe una gran esperanza en el establecimiento de la inmunoterapia en alguna de sus variantes como un nuevo pilar en el tratamiento del cáncer; múltiples estrategias se están evaluando para el logro de este objetivo. En general el criterio que se plantea es que esta modalidad terapéutica no sustituirá las modalidades clásicas, pero sí desempeñará un rol importante tanto en la prevención como en el tratamiento para la erradicación de las micrometástasis. Algunos progresos se han obtenido en este sentido, pero aún se requiere de más ensayos clínicos, así como también del perfeccionamiento de las estrategias inmunoterapéuticas para que puedan ser usadas en la práctica rutinaria. ABSTRACT Function of the Immune System in the Defense Against Malignant Tumors The immunotherapy is the fourth mainstay in the treatment of malignant neoplasias following the forms, which have already been established: surgery, radiotherapy and chemotherapy. However, although all the favorable results have not been achieved yet with this new therapeutic modality, in Cuba and in other many countries intensive investigations are carried out in order to elucidate the mechanisms of antitumor defense and to obtain immunomodulators with antitumor therapeutic potential. In this work the aspects related to the tumor immunobiology are updated, as well as the immunologic effector mechanisms against malignant cells and those missing of immunological surveillance. At the same time the classic and more recent strategies are outlined to use the immune system as an additional therapy against tumors. Subject headings: IMMUNE SYSTEM; NEOPLASMS; IMMUNOLOGIC SURVEILLANCE; ANTIGENS Limits: HUMAN IMMUNOTHERAPY: REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Janeway ChA, Travers P. Using de immune response to attack tumors. En: Janeway ChA, Travers P. Immunobiology. The immune system in health and disease. Current biology. London: Garland,1997;t 13:12-21. 2. Burne FM. The concept of immunological surveillance. Progr Experim Tumor Res 1970; 13: 1-27. 3. Purtilo DT. Defective immune surveillance in viral carcinogenesis. Lab Invest 1984;51: 373-85. 4. McClain KL. Immunodeficiency states and related malignancies. En. Walterhouse DO, Cohn SL. Diagnostic and therapeutic advances in pediatric oncologic, 1997 Kluwer Acad Publish: Boston:39-61. 5. Urban J, Schreiber L. Tumor antigens. Ann Rev. Immunol 1992;10:617-44. 6. Boon T. Tumor antigens and perspectives for cancer immunotherapy. Immunologist 1995:3:262-3. 7. Pisani P, Paricin M, Muñoz N, Ferlay J. Cancer and infection: Estimates of the attributable fraction in 1995. Cancer Epidemiol 1997;6:387-400. 8. Muñoz N. Human papillomavirus and cancer: the epidemiological evidence. J Clin Virol 2000; 19:1-5. 9. Bosch FX, Rohan T, Schneider A, Frazer I, Pfister H. Papillomavirus research update: highlights of the Barcelona HPV 2000 international papillomavirus conference. J Clin Pathol 2001;54: 163-75. 10. Gross GE, Barrasso R. Human papillomavirus infection. En: A clinical atlas. Berlin: Ullftein Hosby,1997:1- 432. 11. Boon T, Cerottini JC, Van der Eynde B, Van der Bruggen P, Van Pel A. Tumor antigens recognized by T lymphocytes. Ann Rev Immunol 1994; 12: 337-65. 12. Herbst H, Stein H. Epstein-Barr Virus and CD 30+ malignan lymphomes. Ca Rev Oncogen 1993; 4(2):191-239. 13. Utermohlen O, Schulze-Garg C, Warnecke G, Gugel R, Lohler J, Deppert W. Simian virus 40 large-T-antigen-specific rejection of mKSA tumor cells in BALB/c mice is critically dependent on both strictly tumor-associated, tumor-specific CD8(+) cytotoxic T lymphocytes and CD4(+) T helper cells. J Virol 2000; 75(22):10593-602. 14. Abba AK, Lichtman AH, Pober JS. Immunity to tumors. En: Abbas AK, Lichtman AH, Pober TS. Cellular and Molecular Immunology. W.B Saunder, 1994:357-75. 15. Goldenberg A.M . Monoclonal antibodies in cancer detection and therapy. Am J Medicine 1993; 94: 297-312. 16. Tatarinov YS. Presence of embryonal alpha-globuline in the serum of patients with primary hepatocellular carcinoma. Vopr Med Khim 1964; 10: 90-1. 17. Kelsten ML. Monitoring hepatocellular carcinoma by using a monoclonal immunoenzymometric assay for alpha-fetoprotein. Clin Chem 1988; 34: 76-81. 18. Centro de Immunoensayos. UMELISA AFP para la determinación de Alfa fetoproteína en suero humano y líquido amniotico. Reporte técnico. 1994. 19. Mossman TR, Sad S. The expanding universe of T cell subsets: Th1, Th2 and more. Immunol 1996; 17:138-96. 20. Kagi B, Ledermann Burki R. Molecular mechanisms of lymphocyte-mediated cytotoxicity and their role in immunological protection and pathogenesis in vivo. Ann Rev Immunol 1994; 12: 207-32. 21. Lanier LL. Inusual lymphocytes T cells and NK cells. Immunologist 1995;3:182-4. 22. Janeway ChA, Travers P. En: Janeway FC receptor-bearing accesory cells in humoral immunity. En: Janeway ChA, Travers P. Immunobiology. The immune system in health and disease. Current biology. London:Garland, 1997:t 8:24-8;32. 23. Ben E. Cancer immunotherapy: potential involvement of mediators. Med Inflamm 1997; (6): 163-73. 24. Bodmer WF, Browing MJ, Krausa P, Rowan A, Bicknell DC, Bodmer JG. Tumor escape from immune response by variation in HLA expression and other mechanisms. Ann NY Acad Sci 1993; 690: 42-9. 25. Tindle R.Cu. Immune evasion in human papillomavirus-associated cervical cancer. Natural review 2002, 211-7. 26. Tada T. Transforming growth factor-beta- induced inhibition of T cell function. Susceptibility difference in T cells of various phenotypes and functions and its relevance to immunosuppresion in the tumor-bearing-state. J Immunol 1991; 146: 1077-82. 27. Tartourt E and Fridman WH. Cytoxines and cancer Intern. Rev Immunol 1998; 16: 683704. 28. Ben-Efrain S. One hundred years of cancer Immunotherapy. A critical appraisal. Tumor Biol 1999; 20: 1-24. 29. Sato T. Active specific immunotherapy with hapten-modified melanoma cell vaccine. Cancer Immunol Immunother 1996; 43: 174-79. 30. De Libero G, Mori L, Sacchi A, Donda A, Shamshiev A, Gober HJ, Michielin O, Sonnino S. T cell recognition of glycolipids: molecular requirements for immunogenicity. Biotec Aplicada 2001; 18: 35. 31. Livingston P. Treatment of cancer in the adjuvant setting with a polyvalent antibodyinducing vaccine. Biotec. Aplicada. 2001, 18:37. 32. Buteau Ch, Suetomir N, Markovic, Celis E. Challenges in the development of effective peptide vaccines for cancer M. Clin Proc 2002, 77: 339-49. 33. Lambrecht BN, Pauwels RA, Fasekas D. Induction of rapid T cell activation, division, and recirculation by intratracheal injection of dendritic cell in a TCR transgenic model. J Immunol 2000; 164: 2937-46. 34. Chu NR, Wu HB, WU TC, Boux LJ, Mizzen LA, Siegel MI. Immunotherapy of a human pupillomavirus type E7-expressing tumor by administration of fusion protein comprised of Mycobacterium bovis BCG Hsp65 and HPV 16 E7. Cell Stress Chaperones 2000; 5(5): 401-5. 35. Ballen K, Stewart FM. Adoptive immunotherapy. Curr. Op. Oncol 1997, 9; 579-83.. 36. Somlo G, Doroshow JH, Forman SJ, Odom MT, Lee J. High-dose chemotherapy and stem-cell rescue in the treatment of high-risk breast cancer: prognostic indicators of progression-free and overall survival. J Clin Oncol 1997; (15)8: 2882-93. 37. González G, Crombet T, Torres F, García B, Mulet A. Epidermal Growth Factor-based vaccine: results of clinical trials in patients with epidermoid origen tumors. Biotech Aplicada 2001; (18): 37. 38. Alberts DS, Bleyer WA. Future development of amifostine in cancer treatment. Seminars in Oncology 1996; 23(4) suppl 8: 90-9. 39. Hankins LK, Lemoine NR, Kim D. Oncolytic biotherapy: a novel therapeutic platform. The Lancet Oncoloy 2002; 2(4): 239. Dr. Alexander Batista Duharte. Centro de Toxicología y Biomedicina (TOXIMED). Autopista Nacional Km 1½ Apartado Postal 4033, Santiago de Cuba. CP 90400 E-mail: [email protected] CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO Batista Duharte A. Función del sistema inmune en la defensa contra tumores malignos [artículo en línea]. MEDISAN 2003;7(2). <http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol7_2_03/san11203.htm> [consulta: fecha de acceso].