«Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan

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El Poder del Espíritu
Comunidad «SANTA
MARÍA»
-
RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA - Año XI - Nº 125 -
Octubre de 2010 - Edición Mensual - GRATUITO
«Yo soy
soy el
el pan
pan vivo,
vivo, bajado
bajado del
del cielo.
cielo.
«Yo
Si uno
uno come
come de
de este
este pan,
pan, vivirá
vivirá para
para siempre»
siempre»
Si
Juan6:51
6:51
Juan
Juan
6:51
Juan
6:51
Juan
Juan
6:51
6:51
JESÚS,
ESÚS, EL
EL PAN
AN DE
DE VIDA
IDA
Comunidad Santa María:
29 años sirviendo en la Iglesia Católica
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OCTUBRE:
MES DE «LA CASA
DE DIOS»
«Porque en esos depósitos los israelitas
y los hijos de Leví colocarán las ofrendas
de trigo, de vino nuevo y aceite fresco.
Allí están también los utensilios del
Santuario, los sacerdotes que prestan
servicio, los porteros y los cantores.
Así no descuidaremos
la Casa de nuestro Dios.»
En esta edición de «El Poder del espíritu» quisimos poner especial énfasis en la Santa Misa. Una
celebración en la que asistimos al mayor de los milagros y las bendiciones: Jesucristo se hace presente
en la Eucaristía y cada uno de nosotros lo recibimos y lo llevamos «dentro» nuestro.
Muchas veces -al repetir determinados actos- éstos se transforman en una «costumbre» y puede que
hasta dejemos de darle la gran importancia que en realidad tienen. Para que no ocurra esto es que
hemos querido hacer una breve reseña de cada una de las partes de la Misa; para comprender lo que
significa cada acto litúrgico que allí realizamos, cada palabra que escuchamos, especialmente en lo
que se refiere a la Liturgia de la Palabra y la Eucaristía.
Amamos a Dios, somos cristianos, por lo tanto es indispensable escuchar con reverencia y respeto lo
que el mismo Dios -a través de Su Palabra- nos dice en cada celebración; y habiéndolo escuchado…
cumplirlo!!! Preparémonos con el debido respeto y pureza de corazón para recibir el Cuerpo de Cristo.
Comulgar es un acto que bendice nuestra vida fuertemente, y a la vez implica que de nuestra parte se
haga con suma responsabilidad: estando en Gracia de Dios.
En la Última Cena, Jesús nos dijo: «Haced esto en memoria mía…», hagámoslo pues por amor y
adorando a Aquel que -por el gran amor que nos tiene- siendo Dios murió en la Cruz para redimirnos
de nuestros pecados y darnos Vida Eterna. ¡Gracias Señor! ¡Aleluya!
CATECISMO
Nehemías 10:40
EDITORIAL
«El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones
con la señal de la cruz, ‘en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, Amén’. El bautizado consagra la jornada a la Gloria
de Dios e invoca la Gracia del Señor que le permite actuar en el
Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en
las tentaciones y en las dificultades.» (2157)
El mundo necesita
encontrar a Cristo
y creer en Él
*Dirección General:
Juan Carlos Hovhanessian
Diego Hovhanessian
*Asesor Espiritual:
Monseñor José Guido Pesce
*Redacción:
Alba Acosta
Miriam B. de Mavilian
Lourdes Chiappetta
Laura Gomez
Lucía Hovhanessian
Milagros Hovhanessian
Lidia I. de Papazian
Geraldine Miguel
Lic. Anahí Raggio
Hugo Rucci
Lic. Valeria Salinas
Agustina Spegazzini
«Queremos ver a Jesús» (Jn 12,21) es la petición
que, en el Evangelio de San Juan, algunos griegos,
llegados a Jerusalén para la peregrinación pascual,
presentan al apóstol Felipe. Esa misma petición
resuena también en nuestro corazón durante este
mes de octubre, que nos recuerda cómo el
compromiso y la tarea del anuncio evangélico
compete a toda la Iglesia, «misionera por
naturaleza» (Ad gentes, 2), (…) La Iglesia se
convierte en «comunión» a partir de la Eucaristía,
en la que Cristo, presente en el pan y en el vino, con Su Sacrificio de amor edifica a la Iglesia
como Su cuerpo, uniéndonos al Dios uno y trino y entre nosotros (cf. 1 Co 10,16 ss). En la
exhortación apostólica Sacramentum caritatis escribí: «No podemos guardar para nosotros el
amor que celebramos en el Sacramento. Este amor exige por su naturaleza que sea comunicado
a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él» (n. 84).
Por esta razón la Eucaristía no sólo es fuente y culmen de la vida de la Iglesia, sino también de su
misión: «Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera» (ib.), capaz de llevar a
todos a la comunión con Dios (…) Queridos hermanos, en esta Jornada mundial de las misiones,
(…) sintámonos todos protagonistas del compromiso de la Iglesia de anunciar el Evangelio.
S.S. Benedicto XVI
(para la Jornada Mundial de las Misiones 2010 - penúltimo domingo de octubre)
TELEFAX (54-11) 4775-1393 // (54-11) 4771-0918
[email protected]
*Coordinación de contenidos:
Dra. Mónica V. de Adanalian
*Diagramación y Coordinación:
Roxana B. de Hovhanessian
El Periódico “El Poder del Espíritu”
agradece a los hermanos que,
con su generoso aporte,
hacen posible la publicación
de este material de Evangelización.
Que Dios les bendiga
abundantemente
en Jesucristo.
«Y Poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de
que teniendo, siempre y en todo, lo necesario, tengáis aún
sobrante para toda obra buena...» 2 Cor 9:8
Comunidad
Actividades
*Distribución y envíos postales:
Liliana E. de Francia y José Francia
«Santa María»
Cursos de Estudio Bíblico:
Martes: 20:30 hs.
Viernes: 20:30 hs. a 22:30 hs.
Retiro Mensual:
Segundo Domingo de mes 10 hs.
Ministerio de Intercesión - Misioneros: (Hospitales y
enfermos- neuropsiquiátricos, cárceles y geriátricos, ayuda al
necesitado y acción social)
Cuarto Sábado de mes 15 hs.
Pastoral Infantil:
Cuarto Domingo de mes 15 hs.
ASAMBLEAS DE ORACIÓN
*Lunes: 20hs // 21:30hs
*Jueves: 16hs // 20hs
Pastoral de Padres de Familia:
Cuarto Domingo de mes 15 hs.
Pastoral Juvenil:
Cuarto Domingo de mes.
Mujeres: 13:30 hs.
Varones: 13:30 hs.
Pastoral de Matrimonios:
Cuarto Domingo de mes 16:30 hs.
“Dorkas” (Damas de la Comunidad):
Cuarto Martes de mes 15 hs.
HORARIOS
STAFF
Todos los Cursos, Jornadas, Seminarios de Estudio Bíblico, Retiros y Reuniones,
así como todas las actividades de nuestra Comunidad son GRATUITAS
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«Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles; los
hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes
a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables,
calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores,
temerarios, infatuados, más amantes de los placeres que de Dios, que tendrán
la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también de
ellos.» (2 Timoteo 3:1-5).
La Palabra de Dios nos advierte sobre estos «tiempos peligrosos», que sin duda
son estos que nos toca vivir a los cristianos, en el presente.
Al menos, estos caracteres humanos se hacen visibles a nuestro alrededor,
pareciera que el hombre hubiera perdido el sentido de pecado, incluso de la
presencia de Dios en su vida. Como si la humana conciencia estuviera anestesiada,
desvanecida.
Toda clase de perversiones, crímenes, ultrajes… Toda clase de despiadada
violencia, aún en el comportamiento urbano, me refiero en el «hombre común»,
que manifiesta una sensación inequívoca de, al menos, hostilidad.
Hemos perdido el rumbo del respeto por el otro, aún cuando se usa la idea como
pantalla. Así es con una cantidad de valores, que sin «slogans», eran común al
hombre, no hace mucho tiempo atrás.
Por ejemplo, lo dicho, el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la honradez,
el cuidado de los derechos del prójimo; etc. ¿Y qué decir del decoro, del pudor…
de la pureza…?
Casi resulta «anacrónico» quien se atreva a hablar de estas cosas. Es que ¿tan
abajo hemos caído?
Bueno, las pruebas son contundentes. Basta con tener una mirada a la realidad
circundante en la sociedad en que vivimos: atropello, patoterismo, vandalismo,
rebelión, extorsión, autoritarismo, irrespeto, irreverencia, odio, violencia…
Todo esto nos rodea a diario, «desde abajo, como desde arriba». Desde quienes,
lamentablemente, debieran ser los que dan ejemplo de verdadera convivencia. Por
eso creo que estos tiempos son los que anuncia proféticamente la Palabra de
Dios.
Si miramos en la Iglesia, dolorosamente, podemos encontrar también este «cuadro
paulino»; ya que la Iglesia es siempre reflejo al mundo y si esa Luz –Luz de cristono se ve en los cristianos, lamentablemente, habrá oscuridad, también en la
sociedad: «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad
situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la
ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos
los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está
en los cielos.» Mateo 5:14-16.
Todo pecado es siempre oscuridad y
tinieblas. El cristiano es el «Cuerpo de
Cristo», Su Iglesia. ¡Todos los
bautizados! Es como aquel naufrago
en un bote salvavidas, rodeado de otros
como él, que quería hacer un agujero
en el casco del bote para refrescarse y
decía: «¡Que os importa, si lo estoy haciendo debajo de mi asiento…!» Así nos
ocurre: el «agujero» que uno pueda hacer, hunde el bote. El pecado contamina
todo el cuerpo, alejando de él, la Luz.
Veamos lo que señala la Escritura en relación al antivalor: «Egoísmo», raíz de
los males. «Avaricia», generadora de injusticia. «Fanfarronería», parece pero
no es. «Soberbia», pecado satánico. «Difamación», juego preferido del demonio.
«Rebeldía»; «Ingratitud»; «Irreligiosidad»; «Desnaturalización»; ¿hace falta
aclarar…? Mire amigo lector, todo lo continúa en la Escritura y diga si no es lo
que a diario se ve, entre nosotros. ¿No es este acaso un camino de «disolución»…?
Entre los cristianos, incluso, pues es una epístola dirigida al discípulo de Cristo,
¿no es acaso también así…? «Más amantes de los placeres que de Dios, que
teniendo apariencia de piedad reniegan de su eficacia. Guárdate de ellos».
La prevención paulina
nos quiere despertar,
DESQUICIO, VIOLENCIA, «ALIENACIÓN»
como ese «toque de
POR UN MAÑANA
CAUSA DE PECADO Y DE MALDICIÓN
DESTRUYEN A CUALQUIER SOCIEDAD…
RIGE LA CONTUMACIA Y LA REBELDÍA
ES EL DESORDEN, TEMA DE CADA DÍA
«SO PRETEXTO DE DERECHO Y LIBERTAD»…
SIN ORDEN NO SE PODRÁ PROGRESAR
LOS DERECHOS SON, AL OTRO RESPETAR
CON JUSTICIA HABRÁ PAZ Y LIBERTAD…
ABANDONANDO LA MENTIRA VANA
TRABAJAR PARA FORJAR UN MAÑANA
SEMBRANDO CON HONOR Y HUMILDAD…
LEVANTO A DIOS MI CONFIADO CLAMOR
POR MI PATRIA, ESTA HERMOSA NACIÓN:
«MANIFIESTA SOBRE ELLA, TU BENDICIÓN
ARGENTINA PARA CRISTO… MI SEÑOR»
JUAN CARLOS
El cristiano
en
tiempos
peligrosos
trompeta» -«shopar»- que llamaba al pueblo a la adoración, a la alabanza
comunitaria, o bien, al combate.
Las dos cosas que necesitamos los creyentes practicar a diario para vivir
«guardados» de la maldad del pecado: 1) Adoración – Alabanza, 2) Combate
espiritual. En ambos es siempre unidos a la Iglesia en una Comunidad cristiana
viva, donde al igual que nuestros primeros hermanos en la fe se predique, se
enseñe la Palabra de Dios, fuente de Plena Verdad y Salvación; se viva la fraternidad
gozosa en la vida sacramental –la Santa Misa- y en las oraciones –comunitaria y
personal- (ver Hechos 2:42-47). Recordando que el «combate espiritual» es como
San Pablo lo describe en Efesios 6:10-20. Donde señala que ese combate no es
contra carne y sangre, sino contra los poderes de las tinieblas, sobre los cuales
como Iglesia, tenemos todos los
bautizados, posición de VICTORIA, en
nuestro Señor Jesucristo. ¡Gloria a Su
Nombre!
Donde se predica y enseña la Palabra de
Dios y se la pone por obra, siempre habrá
victoria contra el enemigo y su más
poderosa arma: el pecado. Donde la
Palabra de Dios está ausente, o no se
cree, o creyéndola no se la practica… ya
conocemos el resultado. Lo estamos viendo.
Por eso la Santa Misa, culmen de la vida cristiana, se puede decir que se compone
de dos partes claramente manifiestas: «PALABRA Y EUCARISTÍA».
«El memorial del Señor Jesús»: 1) LA PALABRA DE DIOS, con lecturas del
Antiguo Testamento, «los Salmos», las Cartas «Paulinas», «Católicas», el «Libro
de los Hechos», el «Apocalipsis» y el «Santo Evangelio», según el tiempo y ciclo
litúrgico. El recuerdo de la obra de Salvación de Dios, consumada en Jesucristo.
2) EUCARISTÍA, Ofertorio, Consagración del Pan y del Vino, que se convierten en
el Cuerpo y la Sangre de Jesús. La Plegaria Eucarística, la Comunión: «HAGAN
ESTO EN MEMORIA MIA»…
Recordemos aquello que decimos como Cuerpo de Cristo en esos momentos:
«… una Palabra Tuya bastará para sanarme.» Y dejo como cierre lo siguiente:
«ANUNCIAMOS TU MUERTE Y PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN, VEN
SEÑOR JESÚS… ¡Que así sea! ¡Dios les bendiga!
JUAN CARLOS HOVHANESSIAN
Para que sean felices
Desde pequeña me gustaba ayudar a mi mamá en las tareas del hogar, sobre todo en la cocina,
iba y venía trayendo los utensilios que ella necesitaba; ponía los cubiertos en la mesa, elegía
los platos, y tal era su amor que me animaba diciéndome «dale mi guapita». Yo me divertía
porque para mi era un juego y me gustaba escuchar sus palabras, me hacía sentir importante
aún cuando era una niña pequeña; nunca me echó de
su lado ni mucho menos me dijo que la molestaba.
Hoy día recuerdo estas palabras como si sonaran en mis
oídos y para Gloria de Dios me doy cuenta cuán
importante son las palabras de los padres porque van
dejando huellas en nuestra vida. Por eso: padres, alienten
a sus hijos en las cosas pequeñas del día, a ser creativos,
curiosos, ingeniosos; siempre bajo su supervisión y
conforme a la Palabra de Dios.
A ustedes hijos, no importa la edad que tengan, las
palabras de los padres siempre deben ser tenidas en
cuenta... «para que sean felices y se prolonguen sus vidas
sobre la tierra» (Efesios 6:3).
Lic. Valeria Salinas
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.
Procesión de entrada y saludo inicial: Cuando nos
reunimos a celebrar la liturgia, en asamblea como pueblo elegido por Dios,
disfrutamos del regocijo del encuentro entre hermanos.El sacerdote abre la
celebración para introducirnos en el Memorial del Sacrificio de la Cruz.
Cantamos con regocijo recordando el Amor y la Obra Redentora de
Jesucristo. Nos disponemos, luego de la señal de la Cruz, a disfrutar de la
presencia del Señor en la Eucaristía y del Evangelio que nos vivifican.
La señal de la Cruz es un signo por el cual
manifestamos nuestra fe en Cristo, ya que Él nos redimió en la
Cruz.
Al señalarnos con la Cruz (desde la frente al pecho y desde el hombro
izquierdo al derecho) decimos «En el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo».
Hacer la señal de la Cruz es reconocer a Cristo como nuestro
Salvador. «(…) la Cruz es la manifestación impactante del acto de
amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al
mundo del pecado y de la muerte. Por este motivo, el signo de la
Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano. Hacerse el
signo de la Cruz es pronunciar un «sí» visible y público a quien murió
por nosotros y resucitó, al Dios que en la humildad y debilidad de Su
Amor es el Omnipotente, más fuerte que toda la potencia y la
inteligencia del mundo.» (SS Benedicto XVI Ángelus del domingo,
11 septiembre 2005.)
La M
Acto Penitencial: Es un llamado al arrepentimiento sincero por las faltas
cometidas. Un arrepentimiento sincero por todas aquellas veces en que ofendimos al
Señor con pensamientos, palabras, actos y omisiones; al tiempo que reconocemos la
Gran Misericordia de Dios manifestada en Jesucristo, y haciendo el firme proósito «no
pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado...».
«Gloria a Dios en el cielo y en tierra paz a los hombres que ama el Señor»: Son palabras
tomadas del canto de los ángeles la noche del nacimiento de Jesús (ver Lucas 2:14).
Después de comenzar la celebración, purificados de nuestros pecados, comienza la glorificación con
este himno de estructura trinitaria y súplica Cristocéntrica.
«Por Tu inmensa Gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Todopoderoso»: la primera parte está dirigida a Dios
Padre por Su inmensa Gloria.
«Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, cordero de Dios, Hijo del Padre»: la segunda parte
mira a Cristo, como Mediador, con la tradicional súplica ternaria: «Tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros. Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros».
«Porque sólo Tú eres Santo, sólo Tu Señor, sólo Tu Altísimo, Jesucristo con el Espíritu Santo,
en la gloria de Dios Padre. Amén». Este himno comienza desde el Padre, por Cristo, y termina
nuevamente en el Padre y en el Espíritu Santo, lo que muestra el dinamismo trinitario de la liturgia.
Con el himno «Gloria a Dios en el cielo» la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a
Dios y al Cordero y le presenta sus súplicas.
Su contenido es un buen resumen de la Historia de la Salvación: la Gloria a Dios y la paz a los
hombres. Se alaba al Padre, Señor y Rey del universo; se alaba también a Cristo, Señor, Cordero,
Hijo, el que quita el pecado del mundo, el único Santo; todo ello concluido con la doxología:
«Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre».
*
La Liturgia de la Palabra: En este momento de la Misa es Dios quien nos habla con
*
La lectura del Evangelio: constituye el cúlmen de la Liturgia de la Palabra. La
*
Su Palabra, a través de los Profetas, de un Salmista, de un Apóstol y por medio de Su propio Hijo
Jesucristo. En la Liturgia de la Palabra, Dios habla a Su pueblo, le descubre el Misterio de la
Redención y le ofrece alimento espiritual.
Los días domingos y festivos religiosos, hay tres lecturas: la 1° lectura, un Salmo responsorial, la 2°
lectura y el Evangelio. Durante la semana sólo hay 1° lectura, un Salmo y el Evangelio.
La Primera lectura es generalmente tomada del Antiguo Testamento y en ella se puede ver cómo Dios
actúa y se ocupa de Su Pueblo, como lo guía, como le habla y le ayuda en muchas dificultades.
También podemos ver como los Profetas anuncian la Venida del Mesías. Después de la Primera
lectura, sigue el Salmo Responsorial, que es parte integral de la Liturgia de la Palabra y en sí mismo
tiene gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la Palabra de Dios. El
Salmo es un canto de alabanza, de acción de gracias, de arrepentimiento, o de petición. La Segunda
lectura es tomada del Nuevo Testamento. Se lee en domingos y solemnidades. Por las lecturas se
abren para los fieles «los tesoros» de la Biblia.
Liturgia misma enseña que debe tributársele suma veneración, y la distingue entre las otras lecturas
con especial honor. Se diferencia de las otras lecturas porque está centrada en una sola Persona:
Jesucristo.
Para escucharla los creyentes nos ponemos de pie expresando con todo nuestro ser, reverencia,
veneración, porque es el mismo Cristo Resucitado quien nos habla, instruye y alimenta «Cuando se
leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras, Dios mismo habla a su Pueblo, y Cristo, presente en Su
Palabra, anuncia el Evangelio ». (Ordenación General del Misal Romano.)
A través de la Homilía se exhorta e instruye al pueblo de Dios sobre las lecturas anteriores,
principalmente la lectura del Evangelio, buscando que los cristianos generen una respuesta
llevando esa Palabra proclamada, a sus vidas y viviendo en Ella.
Nos dice el Papa Benedicto XVI: «En efecto, ésta es parte de la acción litúrgica; tiene como
finalidad favorecer una mejor comprensión y eficacia de la Palabra de Dios en la vida de los fieles.
Por eso los ministros ordenados han de preparar la homilía con esmero, basándose en un
conocimiento adecuado de la Sagrada Escritura.»
«Con la Misa se tributa a Dios más ho
Ángeles y Santos del cielo. Puesto que e
la Misa se le ofrece su mismo Hijo Je
(San Alfo
Misa
onor, que el que pueden tributarle todos los
el de éstos, es un honor de criaturas, mas en
esucristo, que le tributa un Honor Infinito.»
onso Mª Ligorio)
*
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*
El Credo: después de escuchar la Palabra de Dios, recitamos el
Credo. Credo es una palabra derivada del latín que quiere decir «Yo
creo». En el credo confesamos las verdades fundamentales de la
fe cristiana que fueron transmitidas de siglo en siglo, primero
por boca de los apóstoles y luego fueron tomando consistencia
y universalidad a través de los distintos concilios que se dieron
lugar en la era cristiana: Nicea (325), Constantinopla (381), Efeso
(431), Calcedonia (451), Toledo (589), entre otros. El resultado de los
dos primeros concilios fue el Credo Niceno-Constantinopolitano que
contiene declaraciones más extensas que las del Credo que
utilizamos actualmente, llamado Credo o Símbolo de los Apóstoles.
*
La oración de los fieles: se realiza después
de la confesión de nuestra fe en el Credo. Son súplicas que hacen los
participantes de la celebración por la Santa Iglesia, por los gobernantes,
por los que sufren cualquier necesidad, por todos los hombres y por la
salvación del mundo entero (capítulo II: el Sacrosanto Misterio de la Eucaristía.)
Dijo Jesús «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de
acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán
de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
(Mateo 18:19-20)
Liturgia de la Eucaristía: se compone de 3 partes principales, la
Presentación de las Ofrendas -que luego de la Consagración serán el Cuerpo y la Sangre de
Cristo-, la Plegaria Eucarística y la Comunión. Esta división fue hecha en correspondencia
con las palabras y las acciones de Jesús en la Última Cena: «Tomó luego pan, dio gracias,
lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto
en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: Esta copa
es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros.» (Lucas 22:19-20).
La Plegaria Eucarística comienza con el prefacio, donde el sacerdote invita al pueblo a elevar
el corazón hacia Dios en oración y acción de gracias, culminando con el trisagio; es decir, la
triple aclamación de la Santidad de Dios; palabras que han sido tomadas de la Escritura:
«…Santo, Santo, Santo, Yahvé Sebaot: llena está toda la tierra de Su Gloria.»
(Isaías 6:3).
*
Luego es el momento de la epíclesis (invocación): el celebrante extiende sus manos
sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo para que por su acción los transforme en el
Cuerpo y la Sangre de Jesús. En este momento de la Consagración, la Plegaria
Eucarística llega a su punto culminante. Se pronuncian las palabras de Jesús en la Última
Cena, para perpetuar aquello que el Señor mismo instituyó y ordenó realizar: «…Este es mi
cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío». Entonces el sacerdote
eleva el pan y el vino que resumen en sí mismos toda la historia de la Salvación, pues en la
Eucaristía, Cristo se ofrece al Padre, como Único Mediador entre Dios y los hombres.
Esta es la bendición conclusiva de toda la Plegarla Eucarística. Se alaba al Padre por medio de
Cristo, cuyo misterio acabamos de celebrar, en la unidad del Espíritu Santo, que es el que
anima a los congregados; y la asamblea responde diciendo «amén», haciendo suya la Plegaria
Eucarística entera. Así, en cada Eucaristía se realiza la actualización -incruenta- de la Pasión
de Cristo. Luego de esto, la Asamblea proclama el misterio central de nuestra fe,
y culmina diciendo: ¡Ven Señor Jesús!
La Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, por eso se ofrece -intercesión- por la
Iglesia peregrina en todo el mundo; pidiendo por el Papa, los obispos, los fieles difuntos
y por cada uno de nosotros.
*
Rito de la paz: en este momento la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma
y para toda la familia humana. No es nuestra paz la que nos damos, sino la de Cristo; no es
una paz que conquistamos nosotros con nuestro esfuerzo, sino una paz que nos concede el
Señor: «Os dejo la paz, mi paz os doy...» (Juan 14:27). La paz es don de Dios por eso la
pedimos: «Concédenos la paz y la unidad». Es un gesto de fraternidad cristiana; antes de
acudir a la Comunión para recibir a Cristo debemos reconocerle presente en el hermano.
*
PADRENUESTRO: Dentro de la Liturgia de la Eucaristía y previo al rito de la
Comunión, pueblo y celebrante, elevamos la oración que el mismo Jesús enseñó: el
Padrenuestro. Esta oración nos identifica como hijos de Dios. Lo llamamos «Abbá» («papá,
papito»). Así lo reconocemos y honramos. En esta oración nos sometemos a Su Voluntad,
pedimos al Señor el «pan» -material y espiritual- para cada día. Pedimos al Padre que nos
perdone del mismo modo en que hemos perdonado a quienes nos han ofendido; recordemos
el énfasis que Jesús hace sobre este tema: «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus
ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis
a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas» (Mateo 6:14-15).
Pedimos finalmente Su ayuda para no pecar y Su protección frente a todo mal.
Hagamos esta oración cada día de nuestra vida pues Jesús dijo:
«Ustedes, pues, oren así...» (Mateo 6:9)
*
La Comunión: (la Santa Hostia) es Jesucristo vivo, Su Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad, que se hizo presente cuando el sacerdote consagró el pan y vino.
Recibir la Eucaristía, es recibir a Jesucristo.
*
Bendición final: Al concluir la Santa Misa, el sacerdote dice:
«El Señor esté con ustedes»… «La bendición de Dios Todopoderoso.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre».
Entonces sí podemos irnos en paz, fortalecidos en la fe,
sabiendo que Jesús nunca nos deja solos.
La verdadera paz está en vivir haciendo la Voluntad de Dios.
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*AL PUEBLO ARMENIO Y SUS MÁRTIRES
No hagas como la rana
Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del frío clima del
invierno. Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos. Pero el
problema era que la rana no podía volar.
«Déjenmelo a mí -dijo la rana-. Tengo un cerebro espléndido».
Pidió a dos gansos que la ayudaran a recoger una caña fuerte,
cada uno sosteniéndola por un extremo. La rana pensaba sujetarse
a la caña con su boca. A su debido tiempo, los gansos y la rana
comenzaron su travesía...
Al poco rato pasaron por una pequeña ciudad, y los habitantes de
allí salieron para ver el inusitado espectáculo. Alguien preguntó:
«¿A quien se le ocurrió tan brillante idea?»
Esto hizo que la rana se sintiera tan orgullosa y con tal sentido de
importancia, que rápidamente exclamó: «¡A miiiiiii!» y abriendo
su boca, se soltó de la caña.
Su orgullo fue su ruina, porque al momento en que abrió la boca
cayó al vacío; como dice Proverbios 16:18 «La arrogancia
precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída.»
Tengamos en claro que la falta de humildad o el exceso de orgullo,
pueden «echar abajo» aún los planes «más excelentes». Una de
las más grandes enseñanzas de Jesús fue la humildad, quien
«anonadándose a sí mismo, tomó condición de siervo».
No te jactes de las cosas que tienes o sabes, más bien dale
gracias al Señor por tus éxitos y recuerda que TODO lo que tienes
te fue dado por Él, que nunca te olvida y siempre te espera. …
«...nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe
tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación,
según la medida de fe que Dios le haya dado» (Romanos 12:3).
Aleluya!!!
PALABRA
EFICAZ
«Por tu fe»
SE ROBARON TU SERENA ALEGRÍA,
TE ASALTARON, CUAL FEROZ JAURÍA
CON DIENTES Y GARRAS ASESINAS…
MATARON TUS HOMBRES Y MUJERES,
CON LA CRUELDAD DE BESTIALES SERES
INSPIRADOS POR «HUESTES MALIGNAS»…
TUS «SAGRADOS LUGARES» PROFANARON
TUS «ALTARES» DEL TODO ARRASARON
MAS NO LOGRARON TU FE ARRANCAR…
DE ESAS RUINAS, DIOS TE LEVANTÓ,
DEL CRISTIANO PUEBLO, JAMÁS SE OYÓ
QUE ALGUIEN LO PUDIERA DERROTAR…
¡JESUCRISTO EN TU CORAZÓN HABITA!
ÉL TRANSFORMA EN GOZO TU DOLOR…
¡NADIE PODRÁ SEPARARTE DE SU AMOR!
¡«ARMENIA»! ¡POR TU FE, ERES BENDITA!
JUAN CARLOS HOVHANESSIAN
Todo tiene su «porque»
La vestimenta del Sacerdote
Durante la celebración de la Santa Misa, el sacerdote que la preside y
otros ministros utilizan las vestimentas litúrgicas. Las más comunes
que utiliza el sacerdote son: *El AMITO: Lienzo rectangular de lino blanco
que se coloca sobre los hombros y alrededor del cuello antes de ponerse
el alba (a no ser que ésta cubra también el cuello). Se sujeta por medio
de cintas cruzadas a la cintura. Simboliza la defensa contra las
tentaciones.
*El ALBA: Del latín «alba», «blanca». Es una larga túnica de lienzo blanco,
que se utiliza, generalmente, con cíngulo a la cintura. También, la utilizan
otros ministros como los monaguillos y los diáconos. Tiene un sentido
bautismal: simboliza la pureza del alma lavada por el bautismo.
*El CÍNGULO: Cordón con que se ciñe el alba. Simboliza la castidad.
*La ESTOLA: Es una banda larga y estrecha que llevan sobre el alba
colgando del cuello y hacia el frente, y sostenida por el cíngulo.
Generalmente es del mismo color que la casulla y simboliza la autoridad
sacerdotal.
*La CASULLA: Del latín «casula», «casa pequeña» o tienda. Va por encima
del alba y la estola, a modo de capa. Simboliza el yugo de Cristo y la
caridad.
El color varía según la liturgia teniendo un significado diferente: Blanco:
símbolo de gloria, alegría, inocencia, pureza del alma; Rojo: significa el
fuego de la caridad y la Sangre derramada por Cristo; Verde: esperanza;
Morado o violeta: humildad y penitencia; Rosado (utilizado en algunos
lugares): alegría, amor.
Dios nos dio y nos da muchas cosas, pero a veces desconocemos u olvidamos las
CAPACIDADES con que nos ha dotado y por las que debemos dar gracias a diario.
Tenemos que recordar que Él nos dio dones intelectuales tales como la capacidad de
aprender, de discernir, el ingenio, la inteligencia, la capacidad de razonar, etc.
Es deber de cada uno decidirse a poner en funcionamiento esos talentos. Esto es para
todos, pues la edad, la condición social o económica, etc. No son impedimentos para
desarrollar las capacidades intelectuales.
Sin embargo, muchas veces nos sentimos cautivos del «no puedo», «esto es demasiado
para m텻, «no doy para más», «ya no tengo edad para eso»… cuando es todo lo contrario,
pues en Su Voluntad, Dios quiere nuestro crecimiento y progreso constante.
Por ello, si queremos utilizar todo ese potencial que Dios ya nos dio, la clave está en Su
Palabra. Si hacemos un hábito diario de la lectura de la Palabra de Dios, si todos los
días nos tomamos un tiempo para leer la Biblia, entonces además de desarrollar nuestras
capacidades intelectuales, nuestra vida se colmará de bendiciones.
La lectura diaria de la Palabra de Dios enriquece nuestro lenguaje y vocabulario, agiliza
nuestra memoria, nos hace pensar, razonar y… ¡nos trae la fe!
Nos capacita para que maduremos, tanto en el plano espiritual como natural (en la familia,
en el estudio, trabajo, etc.). Entonces, descubrimos que la Palabra de Dios obra en
nosotros y nos permite modificar conductas que nos llevan a lograr
resultados positivos en todas las áreas de nuestra vida.
Nos predicaron en las reuniones semanales de la Comunidad Santa
María que así como nuestros padres terrenales nos estimulan a estudiar
y capacitarnos, nuestro Padre Celestial también nos alienta y espera
que crezcamos en conocimiento, sin importar la edad que tengamos,
ejercitando nuestras capacidades mentales leyendo la Biblia.
Recordemos la importancia fundamental del conocimiento de
¿Cuánto se gasta hoy en «seguridad», por ejemplo, en seguridad para el
las Escrituras: «…conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»
hogar? ¿Y cuánto en medicamentos para poder dormir? Pero esas cosas (Juan 8:32).
muchas veces necesarias- no alcanzan a dar «la tranquilidad completa».
Lo que siempre debemos tener presente es que, conocer la Biblia y
Estas cosas hay que hacerlas, de ellas hay que ocuparse como corresponde,
practicarla nos beneficia no sólo espiritualmente sino también
pero nuestra confianza está puesta en el Señor que nos da la paz: «En paz
intelectualmente.
Viví tranquilo !!!
me acuesto y en seguida me duermo, pues tú solo, Yahvé, me haces
vivir tranquilo.» (Salmo 4:9)
Lucía Hovhanessian
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CORAZÓN SAGRADO
SAGRADO
CORAZÓN
Cuando participamos de la Eucaristía,,
o recibiéndola con la debida
Reconciliación, y creyendo que es el
verdadero Cuerpo de Cristo y la
verdadera Sangre de Cristo, estamos
diciéndole a Jesús: «quiero ser
partícipe de Tu vida, de Tu salvación,
de Tu sanidad y de Tu libertad». Porque
cuando recibimos Su Cuerpo y Su
Sangre, estamos afirmando y
confirmando, el Pacto, la Alianza,
entre Jesús y nosotros. Ésta es una
realidad poderosa, hay una verdadera
manifestación de la «Nueva Alianza».
Cuando comulgo confirmo que estoy
en Pacto con Jesús, en Alianza con
Jesús, Unido a Jesús. Significa que
todo lo de Él es mío: Su Salvación, Su
Liberación, Su Poder, Su Autoridad, Su
Unción.
Pero también significa que todo lo mío
es de Él: mi vida, mi tiempo, mi dinero,
mi alma, mi mente y mi corazón.
Como dice Jesús en Juan 6:56 «El que
come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí, y yo en él». Esto
es «Comunión en la Comunión».
Según 1 Corintios 11: 25-26, cuando
recibimos la Comunión estamos
«recordando» -no una sola vez- sino
cada vez que bebemos de Su copa,
estamos recordando, Su Muerte y
Su próxima Venida.
¿Y que es lo que recordamos en la
Eucaristía? Su Muerte, nuestra
Salvación, nuestra Sanidad, nuestra
Santificación, por su obra
Redentora en la Cruz del Calvario.
En este «recuerdo» Eucarístico,
estamos viendo, palpando, comiendo,
el Pan partido, que se transformó en
Su Cuerpo, que fue herido, lastimado,
traspasado por nosotros, para nuestra
Salvación, Y cuando bebemos el vino
que se hizo Su Sangre, estamos
bebiendo la Sangre derramada por
nosotros para el perdón de nuestros
pecados y para nuestra liberación.
Por eso cada vez que comemos Su
Cuerpo y bebemos Su Sangre,
estamos «recordando» (vs.25) y
estamos «anunciando» (vs.26), Su
Muerte y Su Venida.
Cuando tomamos la Comunión
estamos manifestando que seguimos
y servimos a Jesús, que se hizo carne
y que dijo que quien ponga su fe en
Él y en Su Sacrificio, será
reconciliado con Dios, será salvado,
será sanado, será restaurado. Esto
es el Evangelio. Todo eso estás
«anunciando» en la Eucaristía.
Ahora, junto al milagro del Cuerpo de
Cristo en la Comunión, también el
Apóstol Pablo, nos dice que la Iglesia
MI
MI CUERPO
CUERPO
YY MI
MI SANGRE
SANGRE
es «Cuerpo de Cristo» (ver Efesios 1:2223) y que somos Sus miembros; muchos
miembros de un sólo Cuerpo
(Colosenses 1:18 / Colosenses 1:24 /
Efesios 4:10-13 / Efesios 5:29-30).
Al recibir la Comunión estamos
todos los cristianos del mundo formando
un sólo Cuerpo.
Leemos en 1 Corintios 10:16-17 «La
copa de bendición que bendecimos
¿no es acaso comunión con la sangre
de Cristo? Y el pan que partimos ¿no
EUCARISTÍA:
CUERPO, SANGRE, ALMA
Y DIVINIDAD
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
manifestando, que somos un solo
Cuerpo, una sola Iglesia, el Cuerpo
de Cristo. Cuando comulgamos
estamos manteniendo una unidad con
es comunión con el cuerpo de Cristo?
Porque aún siendo muchos, un sólo
pan y un sólo cuerpo somos, pues
todos participamos de un sólo pan.» y
VIVO AMOR, SIN CONDICIONES
PLENITUD DE TODOS LOS DONES
ESCENCIA DE LA DIVINIDAD…
EN FUEGO SIEMPRE ARDIENTE
ESPEJO DEL ALMA CREYENTE
QUE ANHELA LA SANTIDAD…
AMOR, QUE AFRENTAS OLVIDA
BROTA DE AQUELLA HERIDA
DE ESPINAS QUE HACEN SANGRAR…
SIGNO PATENTE DEL PERDÓN
QUE DERRAMA SU CORAZÓN
ENSEÑÁNDONOS A AMAR…
«NO EXISTE EL AMOR SIN DOLOR…»
EXPRESA EL CORAZÓN SAGRADO
DE JESUCRISTO RESUCITADO…
¡NUESTRO GLORIOSO SALVADOR!
JUAN CARLOS
veamos que la clave es: «comunión
(unión) en la Comunión».
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica
en el número 1368: «La Eucaristía es
igualmente el sacrificio de la Iglesia.
La Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo,
participa en la ofrenda de su Cabeza.
Con Él, ella se ofrece totalmente. Se
une a su intercesión ante el Padre
por todos los hombres.
En la Eucaristía, el sacrificio de
Cristo es también el sacrificio de los
miembros de Su Cuerpo. La vida de
los fieles, su alabanza, su
sufrimiento, su oración y su trabajo
se unen a los de Cristo y a Su total
ofrenda, y adquieren así un valor
nuevo. El sacrificio de Cristo,
presente sobre el altar, da a todas las
generaciones de cristianos la
posibilidad de unirse a Su ofrenda.»
Jesús mismo se revela en el Banquete
Eucarístico. No es sólo pan: «Este es
mi cuerpo que es entregado por
vosotros...» (Lucas 22-19). Hay una
transformación
espiritual
(TRANSUBSTANCIACIÓN).
Ahora, aquí tenemos la «Primera
Pascua Cristiana», instituida por
Jesús, que nos encomienda a
celebrarla hasta que Él vuelva.
Dice el CATECISMO DE LA IGLESIA
CATÓLICA, 1374: (…) En el santísimo
sacramento de la Eucaristía están
«contenidos verdadera, real y
substancialmente el Cuerpo y la
Sangre junto con el alma y la divinidad
de nuestro Señor Jesucristo, y, por
consiguiente, Cristo entero» (Concilio
de Trento)…
Dice San Cirilo: «No te preguntes si
esto es verdad, sino acoge más bien
con fe las palabras del Señor, porque
Él, que es la Verdad, no miente».
Querido hermano, nunca olvides las
palabras de Jesús en el capítulo 6 del
Evangelio según San Juan (versículos:
51,53,57) «Yo soy el pan vivo, bajado
del cielo. Si uno come de este pan,
vivirá para siempre; y el pan que yo
le voy a dar, es mi carne por la vida
del mundo. (...) Jesús les dijo: «En
verdad, en verdad os digo: si no
coméis la carne del Hijo del hombre,
y no bebéis su sangre, no tenéis vida
en vosotros. (...) Lo mismo que el
Padre, que vive, me ha enviado y yo
vivo por el Padre, también el que me
coma vivirá por mí».
BREVE EXTRACCIÓN DEL
MENSAJE PREDICADO POR
DIEGO HOVHANESSIAN
EN 2002
Iglesia: comunión de los santos
«Al inicio de la celebración eucarística, cuando el sacerdote nos
acoge con el saludo del apóstol Pablo: «La gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos vosotros» (2 Co 13,13), se
nos recuerda habitualmente este misterio de la Iglesia-Comunión.
(…) ¿Qué significa la compleja palabra «comunión»? Se trata
fundamentalmente de la comunión con Dios por medio de
Jesucristo, en el Espíritu Santo.
Esta comunión tiene lugar en la Palabra de Dios y en los
Sacramentos. El Bautismo es la puerta y el fundamento de la
comunión en la Iglesia. La Eucaristía es fuente y culmen de toda
la vida cristiana (cf. Lumen gentium, 11). La comunión del cuerpo
eucarístico de Cristo significa y produce, es decir edifica, la íntima
comunión de todos los fieles en el cuerpo de Cristo que es la
Iglesia (cf. 1 Co 10,16 s.)». (…) Iglesia quiere decir comunión
de los santos. (…) Unión a Cristo y en Cristo; y unión entre
los cristianos dentro la Iglesia.»
Juan Pablo II
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«HALLOWEEN: UNA MODA EXTRAÑA» Por MONSEÑOR HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata
(con
motivo de la celebración pagana del Halloween - 29 de octubre de 2008)
EXTRACCIÓN
Desde hace varios años se va extendiendo, en
algunos ambientes, la costumbre de celebrar
Halloween el 31 de octubre. Es probable que la
mayoría de los que adoptan esta observancia
ignoren qué es lo que están haciendo, y por qué
lo hacen.
Los orígenes se remontan a la celebración del
año nuevo celta, en Gran Bretaña y en Irlanda,
en épocas antiquísimas. Se pensaba que en la
noche del 31 de octubre al 1º de noviembre el
espíritu de los muertos, especialmente de los
condenados a muerte, regresaba a su casa y
que, además, esa noche vagaban diablos de toda
especie; hadas, duendes, brujas y toda clase de
espíritus se sumaban, en la imaginación popular,
a ese festival siniestro.
(…) Ese momento del año era considerado
propicio para la adivinación; la superstición
orientaba algunas decisiones concretas de la vida
de la gente. Como ahora.
(…) A causa de la coincidencia de fechas, se
identificó la antigua fiesta celta con la vigilia de
Todos los Santos. De allí el nombre: Halloween
viene de All Hallows’Evening.
Los irlandeses que emigraron a Estados Unidos,
en la segunda mitad del siglo XIX, llevaron consigo
«El hombre debería
temblar, el mundo debería
vibrar, el Cielo entero
debería conmoverse
profundamente cuando
el Hijo de Dios aparece
sobre el altar en las manos
del sacerdote». San Francisco de Asís
Oración para aceptar a
Jesucristo como Señor
y Salvador
Amado Padre Celestial: Vengo a Tí en el
Nombre de Jesús. Creo en Tu Palabra que
dice: “Al que venga a Mí, no lo echaré fuera” (Juan 6:37), por eso sé que me aceptarás.
Gracias te doy por ello. Me arrepiento de
mis pecados, creo que Jesucristo murió por
mí en la Cruz y derramó Su Preciosísima
Sangre por mi Salvación. Desde este momento recibo a Jesucristo como mi Salvador personal, mi Único Salvador, mi Único
Señor. Confieso libremente con mis labios
que Jesús es el Señor y creo en mi corazón
que Dios lo resucitó de entre los muertos y
conforme a Tu Promesa, sé que soy salvo
(Romanos 10:9-10).
¡ G r a c i a s
Señor!
D i g o
ahora
c o n
todo mi
s e r :
Hermano,
Hermano,
«¡Soy
Dios
Diossiempre
siempre
tuyo/a
Jesutoma
toma en
en serio
serio
cristo,
tus
tus palabras.
palabras.
en
el
Poder
Si
Si has
has hecho
hecho esta
esta
del Esoración,
oración, únete
únete aa
píritu
Santo y
la
la Iglesia
Iglesia en
en una
una
p a r a
Comunidad
Comunidad
Gloria
de Dios
cristiana
cristiana viva.
viva.
Padre!
Dios
Dios te
te bendiga!!!
bendiga!!!
¡Amén!»
la costumbre ya secularizada, que tomó
características diversas: los jóvenes invadían
casas, rompían ventanas, o provocaban otros
desastres. Finalmente quedó convertida en una
diversión para los niños, que se disfrazaban e iban
pidiendo golosinas. Es común el uso de disfraces
siniestros, con reminiscencias de una noche de
aquelarre. La misma referencia al origen se
encuentra en el zapallo vaciado, calado como cara
diabólica y con una luz adentro. ¿Qué tiene que
ver el pueblo argentino con todo esto? Más vale el
puré de calabaza, o el zapallo en almíbar.
¿Tendrán conciencia
quienes adoptan esta moda
de que, en el fondo,
festejan a la muerte,
al diablo y al infierno?
Como en este mundo globalizado las modas se
estandarizan y cruzan rápidamente las fronteras,
desde hace unos años también entre nosotros se
festeja Halloween. ¿Tendrán conciencia quienes
adoptan esta moda de que, en el fondo, festejan a
la muerte, al diablo y al infierno? Seguramente no
quieren hacerlo;
incurren entonces
en una frivolidad
vacía, sin sentido,
inmotivada.
Halloween es una
fiesta extraña,
ajena
a
la
tradición cristiana y a la cultura nacional. Sólo el
debilitamiento de la fe y la pérdida de las raíces
culturales explican su difusión, en alas de la
propaganda consumista que viene de América del
Norte.
Hace cincuenta años todavía podía notarse en
nuestra sociedad la proyección de las fiestas
cristianas de estos días: la solemnidad de Todos
los Santos y la conmemoración de Todos los Fieles
Difuntos. Precisamente lo contrario de la
evocación tenebrosa de Halloween. El 1º de
noviembre se celebra litúrgicamente una verdad
fundamental de nuestra fe, la que profesamos al
decir «creo en la comunión de los santos»; una
fiesta luminosa, que nos invita a mirar hacia el
cielo como nuestra patria futura, en la que nos
aguardan Jesucristo, la Virgen Santísima y la
multitud incontable de los bienaventurados. (…)
Es Posible servir al Señor cuando
«Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere
creyendo ponemos por obra Su
decir Dorkás...» (Ver Hechos 9)
Palabra. Es posible siendo
mujeres, alcanzar a los más
necesitados cuando sumamos
aptitudes y capacidades. Es
posible arrancarle al “no puedo”
un “sí puedo” cuando lo hacemos
confiando en la Gracia de Nuestro
Señor. Es Posible dar testimonio
de una vida consagrada y
bendecida cuando somos parte
del Cuerpo de Cristo, Su Iglesia.
Es posible que nuestras vidas
sean renovadas y seamos útiles
a los demás cuando somos
enseñados y guiados por el
conocimiento de las Sagradas
Escrituras. Es posible transcribir
con entusiasmo –HOY- a 8 años
de servicio activo, pleno e
ininterrumpido en Nuestra
Comunidad Santa María estos
testimonio, fruto de la predicación
y enseñanza de las Preciosas
Escrituras:
VERONICA: “El hacer ropita para
otros niños que no son mis hijos me produce una alegría muy grande. Me imagino las caritas de
ellos y sus madres cuando se ponen algo nuevo y de diseño exclusivo….y vemos que algo imposible
de alcanzar para ellos por cuestiones de pobreza, se hace realidad porque Dios los ama. Creer y
practicar la Palabra, nos hace instrumentos del Señor”
CLYDE: “...estuve imposibilitada de caminar, durante ese tiempo estuve tejiendo y cosiendo prendas
para la Pastoral, eso hizo que me sintiera VIVA, UNIDA, CONFORTADA…”
CRISTINA: “Gracias Señor por estos 8 años en Dorkas. Con Tu Misericordia y Amor hiciste que
pudiera ver al hermano necesitado. Gracias Comunidad Santa María por confiar en mí para este
servicio.”
SUSANA:“Gracias por estos 8 años de estar trabajando por el prójimo. En mi caso tejer prendas para
niños que no sabía cómo hacerlo...”
JUANITA: “Aprendí a amar al pobre, al necesitado, con el corazón, el alma y el espíritu. ¡Gracias
Señor que me honras siendo una Dorkas”.
ANA VICTORIA:“Gracias a Jesús. Siempre a Dios la Gloria. Por traerme a este redil, por darme un
Buen Pastor…Ahora he aprendido a ser instrumento para vestir a otros. Gloria siempre a Dios por
este don de poder servirle. Amén“
CARMEN: “Doy gracias al Señor por este Bendito lugar en las Dorkas, por el amor que se derrama en
todo lo que hacen con tanta alegría”
TERESITA:“…mi espíritu rejuveneció, como dice el Libro de Isaías . Entre tantas bendiciones recibidas
agradezco el sentido de pertenencia que Él me dio, pues siendo huérfana, conocí una «familia
espiritual» en mi Comunidad Santa María”
ISABEL:“Hacemos esta misión con tanto cariño... usamos lanas, telas y cuánto material para trabajar
nos llega. Nuestras manos comienzan a trabajar como lo hizo «Dorkas», gracias Señor!!!
GLADYS:“…es en esta Pastoral de Damas donde desarrollo todo ese potencial humano, que por años
estuvo dormido, pero que ahora sirve al Señor, en mis hermanos…”
Muchos otros testimonio, quedan a la espera de ser compartidos en próximas ediciones del Periódico.
No te pierdas, el relato de mujeres cuyas vidas fueron renovadas y son –hoy- instrumentos valiosos
y preciosos en Manos del Divino Alfarero. PARA TU GLORIA SEÑOR!!!
Miriam B. de Mavilian
PASTORAL
PASTORAL DE
DE DAMAS:
DAMAS: «Dorkas»
«Dorkas»
88 AÑOS
AÑOS SIRVIENDO
SIRVIENDO AL
AL SEÑOR
SEÑOR
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