1051_Notas de una conversación con el Negro

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Notas de una conversación con el Negro, en Buenos Aires, el 29 de mayo de 2004
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Síntesis: El regresar de la muerte - La compasión - El Mensaje
El Negro me pregunta acerca de mi salud y del grado de preocupación que tengo por ella y por mi edad
(61 años). Luego hablamos de un amigo que ha estado muy enfermo, al borde de la muerte. Se menciona a
Salvatore. Entonces traigo a colación una experiencia que tuve mientras dormía, una noche del mes de
abril, de la que le había comentado algo en un mail en aquella ocasión. Me propone que la describa paso
por paso y también los registros de los días subsiguientes.
La experiencia: estoy durmiendo y de pronto comienzo a experimentar -a darme cuenta...- que las
funciones vitales están cesando, siento como si se fueran apagando paulatinamente unas luces, como
cuando alguien va pasando de una habitación a otra en una casa, y va apagando una a una las luces de las
habitaciones.
Registro con total claridad y certeza que me aproximo al momento final de mi existencia en este plano,
que ya no habrá posibilidades de “hacer” más nada en este mundo, en este plano, que ya no podré “operar”
más con mi cuerpo, que no hay “marcha atrás” posible.
Todo esto es textualmente lo que iba sintiendo y pensando durante la experiencia, por lo cual no la
clasifico como un sueño, aún cuando estaba en el estado de sueño y no de vigilia, ni siquiera de semisueño.
Sé que voy a morir, y temo no saber encontrar el camino que me lleve hacia la Luz, hacia la
trascendencia. Entonces, asustado, llamo a mi Guía.
Allí termina esa parte de la experiencia.
Cuando despierto, todavía de madrugada, no sé cuánto tiempo ha pasado. Pero, sentado en el borde de
la cama, puedo rememorar muy vívidamente todo lo sentido y pensado.
En los días que siguieron veía y sentía a la gente y a los objetos como estando (o siendo) -ellos- muy
lejos y bajo un aspecto “extraño”, como de “otro mundo”. No era nada similar a los registros que todos
conocemos y que son alcanzables mediante el trabajo sostenido a lo largo del tiempo con la atención
dirigida, registros que nos permiten “tomar distancia” del mundo externo y no identificarnos o fascinarnos
con él.
El Negro me comenta que -muy probablemente...- sufrí alguna “disfunción” cardíaca o cerebral mientras
dormía y que efectivamente estuve a punto de morir, pero que a último momento “tomé un desvío”. Que esa
suerte de sueño que tuve fue la traducción que conciencia fue haciendo de las señales que iban llegando
del intracuerpo.
Me pregunta que qué hubiera pasado si me hubiera muerto, le respondo que lo hubiera lamentado ya
que habrían quedado algunas cosas inconclusas, y le digo cuáles son (temas de reconciliaciones, de
reparaciones de errores cometidos, de situaciones familiares que quisiera dejar mejor resueltas).
Inmediatamente -y sin haberlo pensado previamente...- le digo que en realidad el tema fundamental, lo
que verdaderamente me preocupa más, es el hecho que soy un completo ignorante acerca de esa otra
realidad, de esos otros planos de existencia que sé existen más allá de este plano, de esta realidad
determinada por nuestro cuerpo y nuestra conciencia. Le digo que tengo certeza en que esa realidad existe,
Es, y que tanto él como otros Maestros la conocen perfectamente. Que mi “saber” es completa y
superficialmente “teórico”, unas pocas ideas tomadas de sus explicaciones y de las de otros Maestros, pero
que en verdad no tengo ningún registro experiencia, es decir, válido de aquello. Que a lo que en verdad
aspiro es a poder ir más allá de esa puerta de “la muerte” y poder regresar aquí, a este cuerpo y a este
mundo.
Entonces el Negro dijo:
“¡Ah, eso sí que es muy interesante! ¡ Porque cuando uno vuelve, vuelve con las alforjas llenas! Y por
eso se ha dicho: “Quien muere antes de morir, no morirá jamás”.
Entonces le pregunto sobre cuáles serían las recomendaciones que podría hacerme para ir
preparándome y construyendo ese “saber hacer”, ese conocimiento que permite ir y regresar.
Para mi sorpresa, comienza a hablar de los budistas y de su búsqueda de la conciencia lúcida, del
Nirvana, de la Trascendencia personal. Dice que por supuesto que eso está muy bien y que están en todo
su derecho, pero que eso no fue lo que hizo el Buda, quien regresó por compasión hacia el género humano.
Porque el proceso de esta especie ya lleva dos millones de años, es lento y también hay retrocesos, pero se
ha movido, se ha avanzado, sin duda que sí, y eso ha sido posible porque siempre, en todas las épocas, ha
habido algunos que han “empujado” y otros -la gran mayoría...- que han hecho resistencia. Que no es
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Aclaración: Estas notas se escriben el 22 de junio, a partir de lo registrado en un cuaderno luego de finalizada la
conversación con el Negro. Excepto en un solo caso – individualizado con letra cursiva- no se encontrarán aquí frases
textuales suyas. Por ello recomiendo a los amigos y amigas que se interesen por ésto, que lo lean sin olvidar que lo que
aquí intento comunicar y compartir no es “lo que el Negro dijo”, sino lo que yo recuerdo e interpreto de lo que el Negro
dijo. Por otra parte, no se trata de un resumen lineal -que va siguiendo los temas en el orden en que fueron tocándose a
lo largo de la conversación-; tampoco incluirá todos lo hablado, sino solamente lo que considero directamente vinculado
con los temas de la síntesis. Isaías
posible ver esto desde la perspectiva de una vida individual porque, claro, es muy corta, y estos son
procesos y etapas a escala cósmica.
Pero que tiene que haber siempre gente que se ocupe de “empujar” el proceso en la dirección del
avance de la especie humana. Y que eso es posible solamente merced al amor y la compasión.
Más tarde hablamos de la situación en Irak y Medio Oriente, y del problema que representan los chiítas,
cuya concepción religiosa de la vida y de la muerte los convierte en adversarios prácticamente imposibles
de comprender -y en consecuencia de vencer- para la mentalidad occidental.
Los chiitas son la primera herejía dentro del Islam, surgida en Persia cincuenta años después que los
musulmanes la invadieran y obligaran a toda la población a convertirse. Los que no lo hacían, y tampoco
lograban huir, eran asesinados, (tal el caso de los “parsis” de Bombay, actualmente quedan solo 20.000,
que son los descendientes de los mazdeistas iranianos que lograron escapar de la masacre). En los chiítas
está viva la base mazdeísta-zoroastriana por debajo de las enseñanzas de Mahoma.
Mencionó el grave problema que enfrentan los gobiernos árabes laicos (Egipto y Argelia, por ejemplo)
ante el crecimiento del fundamentalismo religioso en sus países. Y cómo ese crecimiento podría repercutir y
agravar más aún el conflicto mundial actual.
Que hay muchos casos en la historia de “paranoia colectiva”, los aztecas, la guerra civil española, el
Khmer Rouge de Camboya y los nazi-fascistas europeos, que si hubieran ganado la guerra -dijo- habrían
empezado al poco tiempo a matarse entre ellos.
Dijo que la situación es muy peligrosa y que es inútil tratar de desconocer ésto, de “negarse a ver” y
esconder la cabeza bajo tierra diciendo “esto es terrible, esto no puede ser”.
Más tarde se mencionó el crecimiento de las sectas cristianas, especialmente (en Argentina) de una
cuyo origen está en Brazil y en cuyos templos (muy grandes, en general) se reúne mucha gente.
El Negro dijo entonces:
“Y bueno, si la gente no tiene otro lugar adónde ir, va allí. ¿Qué otra cosa podría hacer?¿Quedarse en
sus casas?”
La conclusión obvia, pero que no quise dejar de expresar fue:
-“Negro, por eso es necesario que haya salitas y salas del Mensaje diseminadas por todo el mundo
¿verdad?”
- “Claro, si nosotros damos una opción, mucha gente va a participar”.
Título original del documento:
Notas de una conversación con el Negro
Fecha creación del documento:
2004
Título del documento en la base(1):
Notas de una conversación con el Negro
Fecha de introducción en la base(2):
17/07/2006
Código en la base(2):
1051
Fecha en formato PDF:
21/06/2011
Responsable:
Clara Serfaty – [email protected] Caracas, Venezuela
Este material no ha sido modificado en su contenido por la recopiladora.
Las posibles modificaciones han sido: correcciones ortográficas, de puntuación o de formato sin
alterar el texto tal cual le llegó en su momento.
La obra de Silo ha sido extensa y se encuentra impresa en libros publicados por diversas editoriales e idiomas, algunos
de ellos también en forma de audio y/o video. Pero son sus conversaciones (así las hemos llamado porque tienen un
carácter “informal” y a veces casi fortuito) en presencia de uno o muchos de nosotros, los seguidores de su corriente de
pensamiento, lo que abunda como material. Es interés conservarlo como tal porque expresan mucho de la doctrina
siloísta y de algún modo el proceso que Silo fue llevando a cabo. Un material que siempre circuló rápidamente entre
todos en un tipo de formato pero que después de su muerte y por no ser material “oficial” se ha vuelto frágil. Por ello
hemos querido intentar conservar lo que tenemos en un formato que garantice su preservación tal cual circuló en su
momento.
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(2)
Estos documentos se han ido registrando en una base de datos desde el 2005 y para su mejor ubicación y
manejo a la mayoría se les dio otro nombre pero se conservó el original en el documento.
El sistema proporciona automáticamente un nro. de identificación y la fecha en la que se introdujo en la base
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