Uf ''Afio l i l i PUTÍTOS DE SUSCRIPCIÓN ADKINISTIIACIÓK: CÁLLX DX LA LIBERTAD, 16 T I I U l PlIICirAlIS LIIUIIAI DI UAMID I FBOTUCIAI • Pmrtmm—MM. BoyyoaTi et Cheyillet, lue de la Bonque, 22. Anunoiea «apallalas.—A 3M céntimos de peseta linea en cuarta plana. Mam axtranjaroa y realamaa, & precios conTonoionales. Cada anuncio satisfará 10 céntimos do impuesto.— (Ley 14 Octubre 96.) Direooión tdegrifloa: ÉPOOA'—MÁDTLID TXIiÉFOVO HÚH. 39 AFABTABO KÚU. 101 NO SE DEVUELVEN LOS ORIGINALES Domingo 23 de Septlemtet df lÉOO XikBBL 18.0dd PRECIOS DE SUSCRll'ClON LA ÜllfiEAlM \ MADEID.—Vn mes, 4 pesetas; trimestre, If) iKime«> tíe, 23i ailo, 48. PKOVINCIAS.-Un mes, 8 ptas.j trimesko, I l , i 0 l semestre, t 4 | un año, 4 8 . Unió» pomtmim—Cúhmt Puerto Rloa y FUI||inaa>—Un mes, T pesetas; trimestre, S0| semestre, 40i un año, 8 0 oro. Fortugalj Gibraltar y Marruecos, ol mismo precio de provincias. Ntimero del día, 13 céntimos.—Atrasado, SS. La correspondencia de Admini8traúi<Sn & II. n*Ml* m LA mn oimoo Oofonétt, Maocidtt y AdiíiMista'»ci6a: IIBEETAI), 1& •se*» La idea de un Gobierno Providenciaj habilitado para engendrar toda clase d© bienes y para evitar todos los males, es mantenida y propagada entre nosotros, en primer término, por la oposición. Rasgo deplorable, porque revela atraso en cultura política, falta de sinceridad en la Prensa perióaica y en los partidos, junto todo con una buena dosis de pereza, pues nada hay tan cómodo para el escritor 6 el orador como exclamar: «¡No hay Gobierno!» al menor conflicto económico ó industrial que aparezca, á cualquiera oposición de intereses que surja. • Para los Gobiernos, ese género de oposición tradicional en España, qiíe consiste en exigirles las cosas más difíciles,' y aun las imposibles, como si no existiesen en el mundo otros organismos, ni resistencias ni razonamientos, y en hacerle, al mismo tiempo, responsable de todo lo adverso y de todo lo malo, no solamente es inocente, porque ningún efecto inmediato produce, sino que, bien mirado, os ventajoso, pues correr tras de la sombra dejando la carne, huir de los asuntos concretos y del análisis para cultivar las vaguedades y los I)eaimismos, equivale á que no haya verdadera oposición. —Si te acusan de haber hurtado las torres de Nuestra Señora (de París), pon tierra por medio—. Esto dice una frase conocida, que no suena mal; pero es absurda. ¡Qué más quisieran los criminales sino que el fiscal les dirigiese cargos por ese estilo, que se refutan á sí mismos! Pues todas las mañanas y todas las noches estamos viendo á escritores de ingenio y de estilo ensartar columnas de prosa con el objeto de persuadir al público de que el Gobierno es responsable de haberse llevado en el bolsillo las torres de Nuestra Señora, ó reclamando del mismo que suprima los temporalea que destruyen pueblos y términos, 6 el granizo que arrasa campos y viñas; esto último, alegando que ya se ha inventado la artillería rural. El Consejo de ministros celebrado ayer y las manifestaciones hechas á los periodistas or algunos de los consejeros permiten rectioar satisfactoriamente varios de los cargos que contra el Gabinete y sü Jefe, el Sr. Silvela, jse formulan sin base ni razón. Uno de ellos consiste (véase el Heraldo, de anoche) en haber hecho de una Sociedad que vivía alejada de la política, como era el Fomento de la Producción Nacional, de Barcelojia, un centro político, apasionado y dividido. • El espíritu regionalista ha sido el causante de esa variación, y existía desde mucho tiempo ai»<:es de la subida al Poder del partido conservado T*. El Fomento de la Producción se convirtió en político, á pesar del Gobierno, y, aveces, en contra del Gobierno. Esa es la verdad. „ , , ^^ i • Otro cargo consiste en afirmar que el GatoiBete fomenta con sus veleidades la lucha entre el jeito y la traíña eíi las rías de Galicia. SupóneSe, para dar calor á esa censura, que ha sido modificada recientemente la Real orden de 20 de Julio último trazando linderos entre ambas cosas," mas tal aserto carece de exactitud. La Real orden citada subsiste en su integridad, y ra cuidar de su aplicación y para suprimir i choques parciales que en estos días han ocurrido en Vigo, se ha dado orden al cañoiiero de primera clase Vasóa Nuñes de Balboa de que salga de El Ferrol para aquella bahía. ' tanta es la exageración con que las oposiciones desoiiben y abultan los conflictos de intereses, cosa de todas épocas, que censuran la desio^naciótt del Vasco Núñez, barco muy apropiada para el servicio de vigilancia que se le •señala y que estaba próximo á Vigo, so pretexto de que su comandante, muy ilustrado y con Ijuen nombre y crédito entre nuestros marinos, ha escrito á favor de las "íraíílas, como representando un adelanto. Criterio que bien podemos llamar inquisitorial, por el espíritu de desconfianza que revela, y que es inadmisible de todos modos, porque no hay Nación que ignore que las opiniones propias (y más en casos «ue distan mucho de ser de conciencia) se guardan con diez llaves cuando se trata de obedecer uiift orden superior. Sería preciso no ser naarinó Bino alumno de Guesde ó de Malatesta, para proctdér de otra manera. El digno comandante del Va^sco Núñez no ha dado lugar á que se le infiera tal agravio. El Heraldo hace tambi6n responsable al Gobierno de la oposición de intereses entre los Tjpoductores granadinos ó zaragozanos de azúcar de remolacha y los do Navarra y Vizcaya. ¿Fué autor el Sr. Silvela del régimen foral y de lo» ííonoiertos económicos, ó ha inventado la aplicación del vapor á las destilerías de azúcar? t o q u e el público ve, en ese y en otros muiaSDa asuntos de índole contenciosa, es que la acción del Gobierno s© ejercita, según procede, en calmar las pasiones, en conciliar los intereses, manteniendo siempre el respeto á la lev <5 la absoluta libertad del trabajo y de las transacciones, como vemos que lo hace también en Cataluña. E3 su deber; pero de eso al propósito que le adjudican los oposicionistas de oficio o do nacimiento, de exacerbarlos conflictos, hay infinita distancia. Los mismos oposicionistas de oficio, no satisfechos con demandar al Gobierno responsabilidades hasta por los fenómenos de la Naturaleza, han inventado la noticia, bien poco favorable á España, de que las casas extranjeras ouc se habían obligado á entregar á nuestro Gobierno cierto número do baterías de tiro ráoido consideran roto el contrato. La noticia fuá aVer misnao desmentida por el ministro de ift Guerra El contrato subsiste; nuestro GoSerno es quien lo prorroga, con la esperanza S obtener alguba mejora en.las condiciones, al a s e r r a r efpago sin dilaciones de la tota- S K El discurso de Loubet fué interrumpido diferentes veces por los aplausos; al terminar el Presidente se le hizo una calurosa ovación, que continuó hasta su salida para el Elíseo. La única nota desagradable de la fiesta se produjo al levantarse Max Begis á-saladar á la República en nombre de la Argelia. Entonces se produjeron algunas manifestaciones contra Max Regís, que fueron oontestadas en forma violenta por los amigos de éste. La Policía puso término al incidente, llevándose á Max Regís. El desfile de los alcaldes ante Mr. Loubet, en la sala de fiestas de la Exposición, ha durado tres horas. Terminada la recepción, dio principio á la representación teatral organizada en honor de los maires por los artistas de la Comedia Francesa y los coros de la Opera. Esta parte de la fiesta ha resultado tan brillante como el banquete. Muchos alcaldes no asistieron á ella, y se dirigieron en grupos al Elíseo, vitoreando á la Repübliea y á Mr. Loubet. Han llamado mucho la atención los alcaldes de la Alta Saboya, quienes iban cantando coros regionales; fueron muy aplaudidos por el público. En este momento presenta el centro de Paría aspecto animadísimo; las iluminaciones en ambas orillas del Sena son espléndidas. A la fiesta nocturna de la Exposición asisten todos loa alcaldes.—CoM. lili • Martínez Campos como político Rasgo distintivo bajo este aspecto Debe mucho la Nación á D. Arsenio Martínez Campos considerado como militar, ora se fije la atención en la última guerra carlista, en la marcha á través del Baztán, teniendo al flanco á las fuerzas de Férula, y en la parte que tomó en las vlltimas batallas, orase contemplen sus hechos y sus previsiones en Cuba; pero no le debe menos la Monarquía. Desde que se decidió á ger político el general Martínez Campos, f uómonárquico. Dos fechas, en particular, se distinguen bajo este aspecto en su gloriosa carrera: Diciembre de 1874 y Noviembre de 1885. En la primera de esas fechas cúpole al general Martínez Campos la gloria de «hacer Nación>, continuando la interrumpida historia de España, con poner tórpiino al estado anárquico en que vivíamos y á tres guerras civiles, restaurando la Monarquía constitucional é histórica. Interpretó bien el estado de la opinión nacional y el del espíritu que animaba al Ejército; pagó con decisión con su persona; mostróse también moderado en todo y sin ambiciones. En la segunda de las fechas mencionadas, al morir D. Alfonso XII y al comenzar la Regencia de D.* María Cristina, el afecto profundo que el general Martínez Campos tuvo á aquel Monarca, su adhesión y lealtad á la institución, su golpe de vista certero, fueron de grandísima utilidad para dominar rápidamente aíiueíla graii crisis, por más que no íueso el general el cabeza del Gobierno. Baja á la tumba Martínez Campos cuando la Monarquía que, con su brazo, restauró acaba de pasar con fortuna por otra crisis doloroaa, al perder España las colonias. En suá tíltimos días ha podido aquél tener el consuelo, al contemplar las manifestaciones populares do Bilbao, Santander, Coruña y vigo, de advertir que la semilla que él sembró y cultivó había arraigado y producido fruto; que la Monarquía es popular, como en los mejores tiempos, e impotentes sus tradicionales adversarios. UNÜ OJEtDli ii LA EXPOSICIÜN ELPMlLlillDElÍGlUDtDDEPiRÍS II Comienzo mi visita á las instalaciones de la ciudad de París por el Laboratorio, que á simple vista y á ojos profanos, como los míos, muéstrase perfectamente dotado. El sabio, el hombre de ciencia podría decir si es un Laboratorio modelo, como no puede menos de serlo, porque aquí el Laboratorio es una institución de primera necesidad. En ninguna parte del mundo se falsifican los alimentos con tanta frecuencia y con tanta habilidad cojio en París. Pero al mismo ti«mpo que el falsiflcaílor ha aguzado ol ingenio *para burlar al público, el «Argos» del Laboratorio ha extremado sus medios de investigación para perseguir el fraude. Así el consumidor se encuentra siempre bien defendido, y hasta se le facilitan los medios para que él mismo pueda ser el descubridor del propio engaño. Como modelos curiosos pueden citarse los cuadros en que se exhiben los principales huesos—auténticos, naturalmente — del carnero y del perro, para que, ilustrado con la enseilanza da la comparación, pueda luego cualquiera, sin largo análisis, comprobar si en la tonda donde comió sirviéronle chuletas de perro por chuletas de carnero. Lo mismo se hace con los huesos de gato y de conejo, en cuya vulgar sustitución observará cualquiera el fraude sin necesidad de que el gato lo descubra mayando en el plato ó en el estómago. Dos salas que después xjsito ofrecen extensa materia para el estudio: las destinadas á exposición del mobiliario de las Escuelas y Hospitales. Los últimos modelos, lo mejor, lo más útil, se ofrece allí á la vista del curioso, demostrando la gran preferencia que el Ayuntamiento de París concede á estos dos servicios. Tiene el Municipio la plausible aspiración do que sus Hospitales, como sus Escuelas, sean de lo más perfec" clonado, y con sus plausibles trabajos consigue la victoria; médicos y pedagogos tienen mucho que estudiar en ambas instalaciones. La labor, en cuanto á la enseñanza se refiere, es bien fecunda; los datos estadísticos que la Municipalidad presenta sobre sus Es^ «NÓ hay Gobie^no^ escriben los Zoilos des- cuelas comunales de primeras letras y de artos y ofipués de haberle exigido responsabilidades por cios, unidos á las obras de sus alumnos, dan ventajosa lo divino y por lo hutnBfnb.y de haberle pedi- idea de la instrucción que el Ayuntamiento parisiín do la lluvia ó el buen tiempo. Lo que sucede da & loa niños de sus Escuelas. es aue. con tales procedimientos, la oposición Entre las instalaciones del servicio de Beneficencia resulta un juego inocente y un modo de perder el tiempo como otro cualquiera. es una nota interesante y conmovedora la del Asilo de los niños. Sabido es que en Francia no existe el torno • de nuestras Inclusas; se sustituye con asilos especiales, en loa cuales se recoge á les niños á quienes sus (DE NTIESTEO SERVICIO PARTICUÍAE) madres no pueden ó no quieren criar. El sistema de El final del banqnele—Eii i« Exnonlclón.-AU incubadora artificial y de biberón mantiene á los pobres niños la vida; pero ol sistema no es perfecto, y PARÍS 22 (9 noche).-El banciuete de los alcaldes nadie duda do que el ama de cría ofrece más set e r S poco despoé» do las do» de la tarde. La fiesta de los alcaldes franceses guridad. Se ha ido perfeccionando, no obstante, y, á ser exactos los datos estadísticos que se presentan, la mortalidad infantil ha disminuido oonsidérablemente. En esta sección de Beneficencia sei exhiben los retratos de los bienhechores y proteotoref de los Hospitales parisienses, y es tal el número, que basta esta exposición para demostrar que París es la ciudad caritativa por excelencia. Servicio bien organizado y bien montado también es el del Observatorio Meteorológico Municipal. El Observatorio de Montrouge, dotado de excelente material, servido por inteligentes funcionarios, anuncia ya las tormentas y hasta los menores cambios atmosféricos con tanta precisión como los Observatorios de los Estados Unidos. Muy interesante para los iniciados en la ciencia es la sala destinada á la Micrograíía, Presóntanae en ella los diversos preparados, y al mismo tiempo se exhiben los resultados que su aplicación ofrece para la ciencia y para la humanidad, porque los sueros y linfas son siempre excelentes; ejemplo: la vacuna, una linfa que siempre prende, por supuesto. Es un servicio que se practica con saludable rigor, y á ello se debe que en Francia apenas produzca, victimas la viruela, epidemia que sólo se desarrolla y aclimata en paísea como España, donde el servicio de vacunación se hace mal, sin rigor y con linfas que no prenden. - Servicio muy completo os el que presentan las ambulancias municipales. Encuéntrase en la instalación toda clase de aparatos é instrumentos para las múltiples curas que puedan hacerse. Para la conducción de los enfermos á los Hospitales se tien6 allí desde la camilla de mano, último sistema, al coche con ruedas de goma. Es una exposición, en suma, interesantísima, y, como las demás, digna de detenida observación. CAMPOS Datos biográficos Los periódicos de la mañana hicieron circular en las primeras horas del día de hoy la noticia do que el ilustre general Martínez Campos encontrábase enfermo de gravedad en Zarauz, sorprendiendo á todos con la triste nueva, porque aunque se Sabía quo el general hace algunos días no so hallaba bien, no se le suponía enfermo de cuidado. Pocas horas después llegaba la noticia de la muerte del valeroso soldado, que ha producido hOBdo y general sentimiento. Lo inesperado de esta desgracia ha hecho aún más sen» sible li irreparable pérdida. El general Martínez Campos ota, desde la Restauración do D. Alfonso XLI, nuestra primera figura militar. La intervención principal que tuvo en la rost%|iraoión de la Monarquía, unida & los brillantes hechos que realizó en los campos de batalla, habían rodeado su persona de un prestigio especial, dándole una posición eminente en la milicia y en la vida pública. Verdadero'tipo del soldado español, valeroso, franco, llano en su trato, da nobles sentimientos, estaba exento del espíritu de fanfarronería y vanagloria i que suele ser tan expuesto el ejercicio do las armas. »u sencillez y su modestia fueron verdaderamente extraordinarias. Jamás prescindió en sus costumbres de aquella llaneza que era nota principal de su oa-' rácter. En los momentos críticos para el país, al general Martínez Campos acudían «iflinpre los Oobiernos. Así, al suscitarse el confiiáto de Melilla, cuando la situación llegó á ser gravo para nuestros prestigios en Marruecos, Martínez Gatíjipos fué el elegido para mandar aquel ejército, y au sola presencia basto para nosPara el Ayuntamiento do Madrí^ sería de gran in- tablfcer una vigorosa disciplina y hacer renacer la terés un estudio completo y detenido de los planos y confianza, haciendo calnbiar el aspecto de las cosas. modelos expuestos de todo lo qua se refiere al serviÉl fué también el llamado á tratar con el Siiltán de Marruecos cuando la cuestión pasó al terreno diplocio de habitaciones insalubres, servicio, por desdicha, mático. completamente desatendido en Madrid, cuyas pésimas Llegó luego la insurrección de Cuba, y en Martínez viviendas, las de loa suburbios | e loa barrios extre- Campos 80 fijaron todas las miradas, teniendo en cuenmos principalmente, dan á la nií|:talidad un contin- ta, entre otros antecedentes, que él había sido, en 1878, gente que asusta. Una ponencia dlila titulada Oommis- el pacificador de la isla con el convenio de Zanjón, y él el candidato do la opinión entera pai-a el mando do 8i$n dea logements insdlubres presputó un informe, en fue la isla, el único á quien se consideró capaz de resolver el cual se demostraba que, en su ínayoría, las habitael proDlema. No ea necesario recordar la breve épooa ciones de París no tenían buenas oijÉndicioues de salu- de su mando, porque los hechos están en la memoria bridad y se señalaban los modiOs para transformar- do todos; como soldado, cumplió su deber, luchando valerosamente al fronte de las tropas y desaflando las. Esta importante Memoi-ia debería ser traducida en más da una ocasión la muerte. Como gobernante, al español, porque es tan instrutitiva como curiosa. dio nuevas pruebas do su prudencia, rechazando procedimientos violentos, de contraproducentes resulDesde aquella fecha las casas de Ríirís se transforman tados. sin cesar, dándolas buenas condi|lonos de higiene y Cambió luego rápidamente la opinión, y en esta salubridad. ' época fué más discutida que nunca la personalidad de Martínez Campos y combatidos sus actos oon mayor Los pozos negros (en París habÍ|infinidad do pozos apasionamiento. Y, sin embargo, no puede negarse negros, y los hay aún), de los cuales as extraen por la que su actitud en aquella difícil ocasión constituye noche las materias fecales por medió de bombas, sis- una página gloriosa do su historia. Tuvo el valor tema análogo al que en Madrid se emplea, y que aquí do decir la verdad al país, desafiando las iras de una opinión extraviada. El tiempo demostró que el valeestá encomendado á la famosa Sociedad Richer, van caudillo no se equivocaba, pues toda sus previsiendo sustituidos por el ío«í f*2'í¿/„«í, todo S la al- roso siones se cumplieron, desgraciadamente, y así como cantarilla, empleándose para el¡« unos sifones en for- había tenido el acierto do prever los sucesos y el vama de cuello do pato, que evitan el escapa de gases. lor de declarar lo quo pensaba, tuvo luego la modestia do no aludir jamás a aquella clarísima percepción Son muy curiosos los modelos que se proEentan en suya. esta sección de la casa insalubre y de-la casa higiéniEn la vida militar fué el ilustre general el manteneca; esta última se hace aparecer con todos loa innu- dor de los más severos principios de la disciplina. merables tubos que van al subsuelo y la unen á la alPor esto mismo los partidos de la Revolución y tocantarilla. Examinando ambos modelos se perciben dos los elementos que con ellos simpatizaban combatíanle y le echaban en cara lo que olios llapiaban el perfectamente las diferencias. hecho de Sagunto, olvidando quo entonces fué MartíEl servicio de alcantarillado es notable. París tiene nez Campos el órgano de la voluntad del país, y que el Gobierno de eitoncoi no tenía origen legal, puesen la actualidad su red completa. to que había salido del golpe de Estado del 3 de El París subterráneo, que muchos curiosos visitan Enero. Pero on Martínez Campos, á quien so comnavegando en embarcaciones sobre las aguas fecales batía era al soldado leal á la Monarquía, al defensor de la legalidad. que arrastra la alcantarillada on el inmenso vientre La intervención del insigne general en la vida púdo la gran capital, es interesantísimo. La electricidad, blica se inspiró siempre en su lealtad á la dinastía y á aplicada on el alumbrado y como motor para el las instituciones de la Monarquía oonstituoiohal. arrastre de los barcos, ha facilitado todas las operacioAunque educado en las artes do la milicia y QO en la nes do limpieza y saneamiento. Y no hay que decir si ciencia política, tenía Martínez Campos un claro sentida la realidad en lo concerniente á los asuntos políserá Interesante esto estudio para los madrileños, do ticos. Auxiliado por él y guiado siempre por su buena cuando en Madrid casi puede decirse qua no existe fe, su participación en los negocios públicos, así en los propiamente sistema de alcantarillado; en esto no Ministerios como en el Parlamento, fué provechosa adelantan á ia capital de España las grandes capitales para el país; sus actos (sorrespondieron siempre al concepto que gozaba. sólo; dentro de poco, en nuestro país, Sevilla, por La hoja de servicios de Martínez CáUipos era briejemplo, la aventajará también, con un servicio exce- llantísima. lente. Este problema del alcantarillado, del cual apeEn cierta ocasión la publicó LA. ÉPOCA, pfendiendo, nas se habla en Madrid, está en París archirresuelto. por cierto, la modestia del ilustre caudillo, y ocupó Así puede comprenderso que en materia de higiene extensas columnas de nuestro diario, llenas de rasgos de valor y de servicios do guerra. Siu aspirar á hacer esté Madrid á tan larga distancia de París, porque Sin una biografía minuciosa de Martínez Campos, para la alcantarillado la higiene es imposible. cual no dispondríamos de espacio sufleionte, recordaremos brevemente algunos datos de su vida. Siguiendo la serie do los servicios municipales, preséntase á la consideración del visitante el del Había i aiido el general Martínez Campos en Segoalumbrado. El Ayuntamiento de París presenta todqp via el día 14 de Diciembre de 1831. Contaba, pues, en los modelos de los sistemas que usa, el más favoreci- la actualidad, sesenta y nueve años. Con brillante aprovechamiento siguió los estudios do de los cuales es el de gas con mechero Ausr. Tamde Estado Mayor, obteniendo en Abril de 1862 el embién se usan el állwnage a la cuillere y el bruleur I)é- pleo de teniente. Terminados los años do práctica, pasó á ser profesor de la Escuela del Cuerpo. En 1854, naj/roHce, entre otros. En los grandes boulevares y avenidas se emplea el sistema eléctrico de arcos vol- por gracia general concedida al Ejército, ascendió á comandante de Caballería. taicos, como el recientemente inaugurado en Madrid Dos años después, formando parte del ejército que en la calle de Alcalá y Puerta del Sol; pero también al mando del general Dulce fué enviado & Aragón, aquí so podría señalar alguna diferencia, haciendo asistió al bloqueo de Zaragoza, y por los méritos acreditados en aquel hecho de armas fué agraciado oon la notar, por ejemplo, quo los postes son más esbeltos y cruz de Carlos III. elegantes. Los aparatos que el Municipio emplea para gran 1)8 nuevo volvió á su cátedra da la Escuela de Estaapreciar la buena calidad del gas, son los ya conodo Mayor, hasta el año 59, en que comenzó la campaña cidos. do África. Llevóle á Marruecos su deseo de combatir; y en aquella breve y gloriosa lucha asistió á diez y seis Ya que de servicios de la vía pública hablamos, sería acciones, en una de las cuales fué herido. Premio de su valor fueron la cruz de San Fernando de primera necesario escribir un libro para hablar de los paviclase, ol empleo de teniente coronel y una muy enalmentos de las callos, cuestión que en Madrid puede tecedora mención honorífica de sus jefes. ser siempre materia de discusión y objeto de censura. A su regreso á España volvió á encargarse do su En primer término, debería hacírse especial estudio cátedra en la Escuela Militar, abandonando otra vez de las máquinas quo el Ayuntamiento de Paría usa el cargo para marchar á Méjico con el ejército enviado á las ordenes del general Prlml para ensayar los materiales, es decir, las diferentes En 1869 fué destinado, á petición suya, al ejército de clases de piedras que en pavimentar las calles so emCuba, y por acción de guerra y por brillantes serviplean, máquinas que hacen ver con la mayor exacticios lué en 1870 promovido al empleo de brigadier, tud el coeficiente de desgaste. Esta máquina es muy continuando en Cuba hasta la primera mitad del año 1872, dirigiendo personalmente más de outirenta ooíñconocida, pero no estoy seguro de quo la posea el y, según se expresa en sus biografías, pasando Ayuntamiento, y es tan útil como conocida. Ella de- bates diez meses durante los cuales no llegó á penjianecer muestra perfectamente quo el pedernal de Epernon, en población dos días seguidos. que es ol más parecido al que en nuestro país se utiliEn 15 do Marzo de 1873 fué nombrado gobernador za, tiene un coeficiente de desgaste de 1,27, y que la militar do la provincia de Gerona, y tomó parte en la cuarcita de la Mancha, én cambio, tiene un coeficiente guerra carlista, on las operaciones dirigidas por el general Oabrinetty, oon loe batallones de Cataluña y .do 0,98. Con esta máquina se pueden hacer análisis de Cuba. todas las piedras del mundo, y es claro quo así los Acudió al socorro de Berga, luchando con la indisciplina de las tropas, que logró dominar á fuerza do fraudes de los contratistas se hacen completamente imposibles, si ya no lo hubieran hecho los laborato- carácter y energía. encuentros con los carlistas en los primerios que existen también para el ensayo de los mate-, rosSostuvo días de Mayo; y habiendo secuestrado las partiríales.das el día 13 á algunos liberales, pidiendo por su res30.000 duros, fué en su busca, las halló y batió Y no digo nada de las condiciones en que el pavi- cato cu Monaey, rescató á loa secuestrados y evitó que llemento se hace y de sus diferencias con aquel endiagara á poder do aquéllas la gruesa cantidad que do blado pavimento de las callea de Madrid, mal abom- Mataró les llevaban. bado, con baches eternos, porque esto sería hablar de I En Julio del mismo año 73 obtuvo un «lando militar en Valencia, donde se había levantado el cantón, y la mar,.. después do haber publicado una aloouoióu pacífica, [ anunció el día 31 que al siguiente comenzaría el bom- .A^ bardeo. Lo comenzó, en efecto, el 3 de Agosto, y el día 8 entró en Valencia. Pacificada Valencia, marchó á Murcia; declaró esta provincia y las de Alicante, Valencia y CastelMn o« estado do sitio; concertó con el almirante Lobo el bloqueo de Cartagena; regresó á Valencia, porque &, ello lo obligaron los carlistas, volviendo después á contl-' nuar el ataque contra Cartagena, marchando tríja-unüS días más tardo á Alicante para batir á lo» cantonales, que exigían la rendición do l.i diícíad, oponiéndose á toda intervención de los ingleses en nuestros asuntos, contra los deseos de las autoridades do Alicante. Por haber aprobado el Gobierno la oonduoi» éé i»t tas últimas, presentó la dimisión do a» eargow Siendo ya mariscal do campo(ia74), se le confió el mando de una división, con la cual, formando ea el cuerpo de ejército que mandaba el general D..]fiiaael de la Concha, tomó parte principal en las ttetíkattít de Las Muñecas y Galdamés, y sostuvo la retirada del ejército, después de la Imtalla de Monto-Muro. Más tarde sustituyó á aquel ilustre general en el mando del tercer cuerpo do ejército. •Después de aquella batalla—dice una de sus biografías—quiso proclamar Rey en Tafalla al Príncipe Alfonso, ante el cíwMlver del marqués del Dueto; mas no pudo realizar su propósito...» En la noche del 28 de Diciembre do 1874 «alió de Madrid, y al día siguiorite, en las afueras de Sagunto, proclamó Rey de España á D. Alfonso XII. En 1875, alendo ya teniente general, fué nombrado capitán general de Cataluña y jefe del ejército del Principado, variando, por sus oportunas disposlolones, el aspecto de aquella guerra. El día 17 de Enero inició las operaciones, marchando hacia Olot, combatiendo y venciendo á Savall» ftn Santa Pau, organizando una operación que se voriReó en la mañana del» 18, y háoiehdo una rápida marcl» oon 3.500 hombres, que alarmó á los carlistas ó hizo recuperar por las tropas del Gobierno la plaza de Olot. La campaña del general tíartínea Campos en eí Principado fué brillantísima, Arrolló á las partidas, lenzándolas al otro lado do la frontera; tomó a Seo do Urgel después do largo sitio y de repetidos combates: pacificó Cataluña, y realizando luego una atrevida marcha á través do las montaflaa del Alto Aragón y Navarra, contribuyó poderosamente á la derrota y disolución délas facciones carlistas del Norte y ala completa terminación de la guerra civil en la Península. Por estos servicios fué promovido on 27 de Marzo de 1876 á la dignidad de capitán general. Siendo Jovellar capitán general de Cuba, fué nombrado general en jefe del ejercito de operaciones do aquella isla, embarcándose en Cádiz on Octubre del mismo año. «No es posible señalar -dice un biógrafo de Martínez Campos—la seria de acciones por las que obligó á los rebeldes ft suscribir la paz del Zanjón, que puso término á la revolución cubana. Persuadido de que la lucha no s» terminaría por el exterminio, sino máa bien con un espíritu de traBsaooJón y de libertad, fué el más tolerante y humanitario de Iqa jefes de operaciones en la sangrienta guerra de loa diez añog.» Después fué presidente del Consejo do ministros; en 1879, y ministro de la Guerra más tarde, en 1881, presidente del Senado en 1885 y en 1891, y capitán general de Castilla la Nueva y de Cataluña on diferentes ocasiones. Ocupando esto último puesto en 189;i, y no curado aún do las heridas que le causó el atentado dol anarquista Pallas, fué enviado á Melilla. En Abril de 1896 fué á Cuba como gobernador gf>neral y general en jefe de aquel ejército, y tomó parta personaly activa en las operaciones, asistiendo á Jas de Peralejo y Coliseo, en las cuales tuvo en gravo riesgo su vida. Presento está en la memoria do todos el valor y el arrojo demostrado en tales ocasiones por el pundonoroso militar, que no obstante su edad avanzada y ol alto cargo que desempeñaba, y que ciertamente obligábale á mayores reservas, marchaba al frente do las tropas como un soldado do línea y desafiaba irapávldo al peligro, viendo caer á su lado al bravo general Santocildes y sintiendo él mismo muy de cerca las balas. Aquella última acción coronaba brillantemente la paginado sus grandes actos de valor. Digno de enaltecimiento fué en esta campafls el espíritu humanitario que le animaba, induoléndole á evitar inútiles derramamientos de sangre. Ha muerto el general Martínez Campos á lo» Be«enta y nueve años, y hasta hace poco so mostraba vigoroso y no aparentaba su verdadera edad. iDoscanse en paz el ilustro soldado de la Patria y de la Monarquía! Emptúom y irracío»* 1848.—Subteniente do la reserva, ídem.—Alumno de Estado Mayor. 1849.~Subtonlente do Infantería (alumno do Estado Mayor). 1852.~Teniente de Estado Mayor »or término de estudios. l»58.~-Grttdo do Capitán de Caballería. l«r)4.—Capitán do Estado Mayor por anUgñeduil. ídem.—Grado do comandante de Caballería iwr arada gfjneral. * iSáS^Oomandanto do ídem por recompensa reglamontarla. ^ 18G0.—Grado de coronel de Caballería par mérito de guerra. ídem.—Teniente coronel de ídem por mérito de guerra. 1864.—Comandante do Estado Mayor por antigüedad. l!5^~S**ro"?.* <ío ejército por gracia general. 1871.—Brigadier por mérito deunwra. 1873.—Mariscal da campo por sus relevantes servicios do campaña. ^^¡i''~'^íd"'*°^° 8*neral (con antigüedad da 1878) 1876.—Capitán general por ídem id. foaeía las siguientes: Toiaón de Oro; grandes cruces do San temando (pensionada), del Mérito Militar (roja y blanca) y de SÍm Hermenegildo; cruz de segunda clase del Mérito Militar; aenciil¿ de San Hermenegildo; tercera clase do San Fernando (pensiona1%™^ {^lf° contradictorio, y de primera clase de la misma Orden; cruz y encomienda de Isabel la CaióU- También estaba agraciado con las grandes cruces FraiolT Austria y do la Legión de Honor, de ' " ! elegido diputado á Corles por el distrito de Sagunto (Valencia), pero no llegó á jurar el cargo. Desde las Cortes de li877 era senador por dorew^iSf?*"' pues siendo capitán general del Ejercita v t S u e ! **"** ''° '^ " ' " ^^^"^ *" ^n»iit"ci6a Nunca quiso el general Martíuez Campos recibir la •«^ÍL^H^^ única dama de S. M. que no ostenta la distinción n e .