escribir para no perder los recuerdos que guardaba de su

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Mohamad es sudanés, tiene 20 años y huyó de su país
siendo joven, como el legendario fotógrafo Robert
Capa. En pequeño, la somalí Iman Mohamed, viuda de
David Bowie, compagina sus labores humanitarias con
las pasarelas. A diferencia de la mujer somalí que
sostiene su retrato, Iman sí que obtuvo asilo político.
escribir para no perder los recuerdos que guardaba de
su Chile natal. «Al irme, todo lo que yo había hecho no
servía para nada. Tenía que empezar de cero (…) Me sentía sin raíces (...)», señala. «Nunca son bienvenidos, pero
una vez que se integran, traen al país lo mejor que tienen (…). En vez de rechazarlos, tenemos que acogerlos»,
sostiene la escritora, que en su último libro, “El amante
japonés”, habla de una joven judía polaca que es enviada
a San Francisco en los años 40 al estallar la guerra.
Allende cree que «la memoria está viva, la historia de
los 50 millones de refugiados después de la Segunda
Guerra Mundial es bien conocida», aunque «falla la generosidad y el sentido común».
«Vivimos en una era global. El capital, la tecnología,
la información, el comercio, la ciencia, las drogas, las
armas... tienen paso libre internacionalmente, no reconocen fronteras. Solo los seres humanos están limitados por leyes, armas, murallas, alambre de púas.
Mientras exista extrema miseria, guerra y violencia,
habrá refugiados en busca de seguridad», explica la
escritora chilena.
Los niños refugiados también sueñan con ser artistas. El mayor icono cinematográfico de las artes marciales, Jackie Chan, también carga en sus espaldas el dolor del exilio. Cuando tenía 6 años, estalló la Guerra
Civil de China y sus padres decidieron huir a Australia
pero, tras conocer los riesgos del viaje, acordaron venderlo a una escuela de ópera china. Allí aprendió canto
y artes marciales, las dos habilidades que le abrieron
las puertas del cine y de la industria musical como estrella del pop en Asia.
Chan fue víctima del exilio siendo niño, como los
10.000 menores huérfanos que escaparon de las guerras
de Siria, Afganistán e Irak y que hoy se encuentran desaparecidos en Europa, según UNICEF. El drama del viaje
al exilio muestra su lado más áspero en el rostro de los
menores que pierden su infancia y se ven obligados a
crecer prematuramente sin que las políticas europeas
tomen en cuenta su derecho a soñar y a tener un futuro
a salvo. «Están desesperados, asustados, muchos han
pasado por diversos países en manos de los traficantes,
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