BUROCRACIA - WordPress.com

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Burocracia
Burocracia… ¿ Qué saben lo que es la burocracia?. Y ahora, en su nombre
quieren deshacerse de mí.
Los ignorantes de siempre, se llenan la boca con razonamientos falaces y
tratan de justificar su ineptitud, echándole la culpa a la burocracia de las
instituciones estatales.
Ni siquiera se dieron cuenta que los que integramos esta casta, somos los
verdaderos gobernantes. Los que, en realidad conocemos el funcionamiento de
todos los organismos del estado. Ellos apenas son, algo así, como elementos
descartables, con cierto poder heredado del gobierno de turno. Hipócritas
agrandados que normalmente llegan en paracaídas y se van por las ventanas.
Yo sí conozco esto. He visto pasar cientos de estos personajes, que no se
animaron a desecharme, por que soy el único que conozco el trabajo. Cada
expediente de este lugar pasó por mí. Cada memo, cada nombramiento, cada
pase de sección. Absolutamente todo y, a pesar de ello, ni siquiera conocen mi
nombre. Apenas soy un número con historia.
Desde que estoy acá, en el Ministerio, he visto tantos llegar y a tantos
irse, que la lista sería interminable y estoy seguro que me olvidaría de nombrar
a algunos.
Desde aquí podría escribir la historia. Compartí horas de trabajo con
personas de distintas ideologías. Algunos parecían interesantes, otros
absolutamente imbéciles.
Recuerdo a Hipólito. ¡Que joven emprendedor! . Tenía ideas
revolucionarias para la época. De hecho se sentó conmigo y participé en muchas
de sus charlas. Cuando le escuchaba sabía que iba a llegar lejos, y no me
equivoqué. Más tarde condujo los destinos del país. Fue un buen gobierno,
lástima que se olvido de mí. En el fondo pensaba que, después de haber
compartido tanto me iba a llevar con él. Pero no, no fue así, me quedé acá en la
oficina y aprendí la lección. Fue una de las pocas veces en que realmente me
sentí desilusionado. Tampoco fue la última y ante eso, uno se endurece. Por ello
siempre dije que mi espíritu es de roble y eso es lo que me permitió soportar en
pie tanto maltrato y tantos años de injusticias.
Después de Hipólito, el país entró en una época nefasta de graves
enfrentamientos sociales y golpes de estado. Pero yo siempre aquí firme con
mis convicciones. Más de una vez, participé sin quererlo, de reuniones
fragoteras y de organizaciones golpistas contra el gobierno de turno.
Revolucionarios de izquierda o botas pro-nazi. Todos sin excepción, en alguna
medida, incurrieron en esas prácticas tan recurrentes en la historia de nuestro
país. ¡ Habrase visto... Tanta ideología tirada a la basura... Tanta utopía
cercenada y tanto puñal artero después de la mano tendida! . Pero yo seguí
aquí, haciendo mi trabajo, tal vez el único que se tomó en serio sus funciones.
Luego volvió la democracia. Sinceramente pensé que las cosas
mejorarían, pero no fue así. La Globalización y el Primer Mundo entraron por la
puerta grande. Como dije, las cosas siguieron igual, los negociados están a la
orden del día y la corrupción se institucionalizó, hasta en el más insignificante
de los cargos públicos.
La oficina se llenó de jovencitas, con apariencia de modelos, que solo
sirven para alimentar la doble vida que llevan esos inmorales que hoy me
quieren desechar.
Si no fuera por mí, nada en este lugar funcionaría. Así y todo dicen que
estoy viejo, que hay que modernizar y achicar el presupuesto. Y, claro, ¿ Cómo
va a alcanzar, con los sobres que se llevan por debajo de la mesa?. A mí jamás
me dieron nada, nunca les di gastos y ahora que no cierran bien mis cajones, me
quieren tirar en el depósito.
Válgame Dios ¿ A dónde vamos a ir a parar?...
Jorge Asterión
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