Las rabietas son explosiones emocionales que se manifiestan con llantos, gritos, pataletas... y que el niño utiliza para expresar su frustración. Son normales entre los niños de 1 a 3 años, aunque en ocasiones pueden aparecer antes del año o persistir más allá de los tres. A medida que el niño madura, se va viendo a sí mismo como un ser autónomo e individual con voluntad propia, y va a tratar de conseguir controlar su entorno. Este afán le lleva a decir –nocon frecuencia, y como todavía no dispone de un vocabulario fluido para expresar sus necesidades, recurre además a las conductas rebeldes, como las rabietas. Es por tanto una conducta sana y comprensible. A veces, las pataletas son la forma de expresar su disgusto por algo que no ha logrado hacer, como por ejemplo, ensamblar dos piezas de juego. En otras ocasiones, porque quiere llamar la atención de las personas que para él son importantes, o porque no ha conseguido salirse con la suya. También, porque no logra hacerse entender o porque intenta luchar por su autonomía. En cualquier caso, son situaciones que le causan frustración y tienden a aumentar cuando el pequeño está cansado, hambriento, enfermo, por la existencia de sobreprotección o una disciplina demasiado estricta. Estos berrinches irán disminuyendo a medida que el niño madure y enriquezca su lenguaje, ya que al poder verbalizar recurrirá menos a respuestas físicas. Aunque a veces, pueden verse reforzados por la conducta que el adulto muestra ante ellos. Una rabieta infantil puede ocasionarse en el sitio donde el niño se disgusta al punto de lanzar objetos, morder, revolcarse en el suelo o darles alguna patada a sus padres o a las personas que lo están cuidando en ese momento. También pueden agredir a otros niños, amigos o hermanos golpeándolos o mordiéndolos. Con la colaboración del Centro de Isabel García. Psicóloga. Escuela de padres y madres Recuerda: Las rabietas y berrinches son conductas sanas y comprensibles en nuestros menores, pero, establecer límites con coherencia y ser firmes antes las rabietas de nuestros hijos e hijas, es positivo para su buen desarrollo personal. Lo adultos debemos mostrar apoyo a los niños cuando están atravesando por un momento de frustración, esta muestra de comprensión es esencial para que la rabieta termine pronto y se calmen. El apoyo, la paciencia y el cariño son las mejores armas que tiene cualquier adulto para iniciar una comunicación efectiva con sus hijos a cualquier edad. Ante una rabieta infantil como las que hemos mencionado con anterioridad, lo que los adultos debemos hacer es esperar con paciencia a que pase ese momento. Cuando el niño se encuentre mejor, debemos tomarlo en brazos o sentarnos a su lado y aceptar su frustración. Los padres debemos reaccionar con tranquilidad para no favorecer esa conducta de rabieta. No es positivo darle todo lo que quiera para calmarlo. Si éste se da cuenta que lo ocurrido, cada vez que el niño tenga una necesidad o simplemente quiera algo, tendrá una rabieta. Escuela Infantil Garabatos C/ Andorra s/n. Lebrija (Sevilla) 41740. Tlf: 95 597 52 15 Fax: 95 597 37 62 e-mail: [email protected] QUÉ HACER Mantener actitudes coherentes y calmadas ante una situación de rabietas, es muy importante, ya que de ello dependerá en gran parte el comportamiento futuro del niño. Entendemos que es una situación bastante incómoda, sobre todo si existe gente alrededor, pero no debemos caer en la tentación de ceder a sus caprichos, gritarle o ignorarle. Si entendemos los motivos que desencadenan los berrinches podremos ayudarle a recuperar el control. CÓMO PREVENIR Trata que el niño no llegue a situaciones extremas de hambre, sed o cansancio que puedan afectar a su comportamiento, provocando las rabietas. Evita las contrariedades a la hora de ponerle límites y normas y estad de acuerdo ambos padres. Permite que el niño haga pequeñas elecciones -por ejemplo, sobre qué cuento leer -. Explícale lo que esperamos que realice disminuyendo las ocasiones en las que le decimos que “no” (quitando de su alcance lo que no queremos que toque).