la necesidad de sentirse querido y la seguridad en sí mismo

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COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
LA NECESIDAD DE SENTIRSE QUERIDO Y LA SEGURIDAD
EN SÍ MISMO
Claves
• Nuestras actitudes y palabras son fundamentales en la imagen que los niños se
hacen de sí mismos.
• Demostrar interés e implicarse en los sentimientos y acontecimientos del niño le
hará sentirse especial.
• Construir una adecuada imagen corporal es un aspecto básico del conocimiento y
aprecio de uno mismo. Una buena estrategia es usar espejos.
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Es contraproducente usar descalificativos cuando los pequeños se equivocan o
cometan errores. Hay que corregirles con cariño.
Fomentar su autonomía personal con actividades como lavarse los dientes, vestirse,
desvestirse, comer y ordenar sus cosas.
Es muy importante guiarle y enseñarle cómo se realizan todas estas actividades y
darle normas claras, simples y sencillas.
Conviene enseñarle a ser optimista respecto al futuro y a todo lo que aprenderá.
Guiarle para que se sienta satisfecho de lo que hace bien pero también que conozca
sus límites y los acepte.
Enseñarle a intentar todas las acciones por si mismo y a pedir ayuda si no es capaz
de realizarlas.
Un entorno de cariño, confianza y seguridad de ser amado por ser como es, son las
claves para un desarrollo sano y equilibrado,
LAS RABIETAS
El pensamiento del niño en estas edades es egocéntrico, piensa que los demás ven el mundo
como él y que es su voluntad la que marca lo que hay que hacer, cómo, cuándo y dónde.
Todavía no es capaz de manejar sus emociones, no ha aprendido a tolerar la fustración, a
esperar, a aguantarse o a buscar alternativas cuando algo no le agrada.
Claves para manejar las rabietas
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Lo primero es procurar mantener la calma. No debemos agobiarnos por el qué
pensarán del niño y de nuestra forma de educarle.
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Lo más efectivo (por difícil que resulte) es ignorar al pequeño. Debe darse cuenta
que mediante ese comportamiento no conseguirá nada.
Debemos dejar claro al pequeño que no puede tener eso que desea en este
momento. Es necesario que repitamos calmadamente y sin hostilidad nuestra
decisión.
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Las rabietas no son un desafío, un reto. No deben herir nuestra imagen de
autoridad. Hay que ayudar al niño a interpretar los límites y para eso tenemos que
estar seguros de nuestro papel como padres (autoridad moral para los hijos).
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No son útiles las amenazas o insultos, pueden incluso hacer que se enfurezca más y
eso nos aleja de nuestro objetivo.
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Los lloros o enfados no desaparecen de forma brusca y repentina, llevan su tiempo
y es razonable concedérselo.
Cuando todo se haya calmado hay que contarle lo que ha pasado y ayudarle a
interpretar la rabieta.
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Si prevemos que una situación desembocará en una rabieta se puede:
o Parar y distraer la atención del pequeño, por ejemplo en un juego que esta
subiendo de tono.
o Ofrecerle alternativas a esa situación, por ejemplo si esta muy cansado.
o Cambiar bruscamente de ritmo distrayéndole con algún tema totalmente
distinto.
Es muy importante que le transmitamos que nosotros le queremos siempre, pero que
hay cosas que no puede hacer.
LOS MIEDOS
Son una expresión del mundo emocional del niño, que se manifiestan en los momentos de
más inseguridad y desprotección como son a la hora de ir a dormir y la noche.
Los niños a estas edades buscan conocer todo lo que hay a su alrededor pero todavía son
incapaces de comprender muchas cosas, acontecimientos, reacciones de personas.
Tienen una fantasía desbordante y poca capacidad para controlar sus emociones.
Claves para afrontar el miedo
• Es importante trasmitir al niño que es un sentimiento que todos tenemos.
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Explicar que el miedo se pasa y enseñarle estrategias que pueda poner en práctica,
como pensar en otra cosa, en su juguete favorito, en una película o personaje que
les guste.
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Establecer una rutina diaria, hará que se sienta más seguro. Hay que seguir con los
rituales para ir a la cama: Leer un cuento, cantar, pensar en lo que ha pasado
durante el día o hablar de planes para el día siguiente les infunde seguridad.
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Resulta muy tranquilizador, tras las rutinas nocturnas, decirle cuanto le queremos y
hacerle sentir que le valoramos como es y como se comporta.
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Cuando el niño nos llame desconsolado es necesario acudir en su ayuda, podemos
tranquilizarle diciendo que sabemos que tiene miedo, que sólo era una pesadilla pero
que ya se ha pasado.
Debemos esperar a que se tranquilice para abandonar la habitación.
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Es muy útil tratar de hablar con el niño sobre su miedo, directamente o a través de
juegos o dibujos, para averiguar que le asustó (personaje de película, imagen de la
televisión, etc)
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Recordar que determinadas situaciones diarias estresantes pueden hacer que los
niños se sienta inseguros o tensos y eso se refleje a la hora de dormir o en su
sueño.
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