118 REVISTA DE LA A.E.U. - T. 78 (1-6), 1992 supuesto que tendrá prioridad la acción pauliana, debiendo ceder la adquisición en todo caso afectando así al adquirente, cualquiera que sea su estado subjetivo de conciencia, incluso si eventualmente hubiese adquirido a título one­ roso y fuere de buena fe (sicológicamente). En el caso que el sub-adquirente adquiriese antes de inscripta la demanda de acción pauliana, no podrá verse afectado si fuere de buena fe, en­ tendida ésta como desconocimiento del fraude, como creencia en la legitimación y en la lealtad de su causante, como ignorancia que la enaje­ nación determinó para el acreedor el perder la garantía, a efectos de hacer valer la responsa­ bilidad del deudor (daño). Recordando, una vez más, que la buena fe debe ser ignorancia, pero legítima ignorancia, esto es tal que con el uso de la normal diligencia no hubiera podido ser su­ perada, lo que pone en relación a la buena fe con el problema de sus límites internos, ausencia de culpa y dolo. Si el sub-adquirente es de mala fe, deberá ceder su derecho ante el del acreedor perjudi­ cado. 3.- No se violó el tracto sucesivo. 4.- El embargo trabado sobre el promitente comprador -luego cedente- no hace que se vuel­ van inoponibles respecto del acreedor embargante, la enajenación ni la anterior ce­ sión, ya que ambas fueron otorgadas con anterioridad a la inscripción del embargo; que cuando se trabara ya no estaban en el patrimo­ nio del deudor el derecho de promitente com­ prador citado. 5.- Si el sub-adquirente es de buena fe no podría verse afectado por una acción pauliana. Esc. Raúl Anido Informante Montevideo, 27 de diciembre de 1991. La Comisión de Derecho Civil, integrada por los Eses. Enrique Arezo, Carlos Fratta, Augusto Bessouat, Sonia Iwanczuk, Roque Molla y Gabriela Petroni, aprueba el informe que ante­ cede. Conclusiones. Esc. Roque Molla Coordinador 1.- La cesión es oponible. 2.- La inscripción de una enajenación no significa darle publicidad ala cesión de derechos del promitente comprador que la precedió. Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. N9 24.757 de 20 de abril de 1992. 3.1.5. VEHÍCULO AUTOMOTOR. EMBARGO. El embargo genérico trabado contra el cónyuge del enajenante no afecta la enajenación de un bien que administraba dicho enajenante. Si el bien es un vehículo automotor el embargo no afecta si se trabó en virtud de un proceso iniciado antes de la vigencia del Código General del Proceso. CONSULTA I) Por documento privado suscrito el día 20 de julio de 1991, la señora N.S.S., casada en únicas nupcias con G.S., enajenó al señor J.A.T.D. un automotor padrón "X" de Montevi­ deo, habiéndose inscripto la misma en el Regis­ tro respectivo el día 22 de agosto siguiente. II) Con fecha 5 de agosto de 1991 se ins­ cribe en el Registro de Inhibiciones un embargo genérico que afecta al señor G.S. III) Cabe consignar que los cónyuges N.S.S. y G.S. se encontraban en comunidad de bie­ nes. Ajuicio de la suscrita, dicha inscripción no afecta a la enajenación del vehículo referenciado,. debido a que el art. 49 de la ley 10.783 expres¿ que: los acreedores de un cónyuge podrán hacer efectivos sus créditos sólo contra sus bienes'propios y los gananciales cuva nrim/» »WIV.*.A<~ i¿- 119 CONSULTA corresponda por ley opor capitulación matrimo­ nial. Se consulta si la opinión referida es correcta y si hay doctrina en contrario. INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL Hechos. Se dan por reproducidos los he­ chos formulados en la consulta. Informe. Sin perjuicio de compartir el cri­ terio sustentado por la consultante, es preciso realizar algunas puntualizaciones. a) En efecto, el art. 42 de la ley 10.783 se refiere al derecho de persecución de los acree­ dores, es decir, a las relaciones de los cónyuges con terceros y determina cuál de los cónyuges debe pagar una deuda: el que la contrajo, el obligado con el tercero. Pero además, delimita con qué bienes responde el cónyuge deudor, qué bienes pueden embargar los acreedores para obtener el pago forzado: sus bienes propios y los gananciales cuya administración le corresponda por ley o por capitulación matrimonial. Y en nuestro actual régimen de sociedad conyugal, cada cónyuge administra lo que él adquiere. Esta norma se apoya en el sistema de nuestra ley, que hace que la sociedad conyugal funcione como régimen de separación durante su vigencia. Por lo tanto, el acreedor de uno de los cónyuges por deudas contraídas antes o después del matrimonio, podrá perseguir los bienes que dicho cónyuge adquirió antes o du­ rante el matrimonio, sin importar si la deuda es personal o social, ni si el bien perseguido es ganancial o propio. b) Por tratarse de un automotor, corres­ ponde actualmente analizar el alcance del art. 380.2 del Código General del Proceso, debemos recordar que el mismo queda acotado o limitado en su aplicación por otro artículo del citado cuerpo normativo. El art. 547 dispone que dicho Código sería aplicable a los procesos que se inicien a partir de la fecha de su entrada en vigencia y ésta fecha fue el 20 de noviembre de 1989. Por tanto y conforme con lo expuesto por el Escribano Molla en su artículo publicado en el Anuario de Derecho Civil Uruguayo, Tomo XXI, pág. 607: " ... no solamente los embargos gené­ ricos trabados con anterioridad a la entrada en vigencia del Código, carecen de aptitud para crear vínculos de indisponibilidad con respecto a otros bienes que no sean los inmuebles, sino que tampoco tendrá esa posibilidad el embargo tra­ bado con posterioridad a la vigencia del Código General del Proceso, en el proceso iniciado con anterioridad a la misma". Sólo los procesos ini­ ciados a partir de la vigencia del citado Código tienen aptitud para que los embargos genéricos que sean consecuencia de los mismos, alcancen a los vehículos automotores. Debe existir en­ tonces un proceso iniciado luego del 20 de no­ viembre de 1989 del cual emane un embargo genérico para que éste afecte los bienes enu­ merados en el art. 380.2 del Código General del Proceso, entre otros, los automotores. Conclusión. El embargo genérico de 5 de agosto de 1991 trabado contra el señor G.S. no afecta la enajenación realizada por su cónyuge N.S.S., pues se trataba de un bien que admi­ nistraba ésta última, por lo que puede interpretarse de los hechos expuestos. Pero de­ más, podría descartarse dicho embargo si afec­ tara a la cónyuge administradora y hubiera emanado de un proceso iniciado antes de la vigencia del Código General del Proceso. Esc. Silvia Nazábal Informante Montevideo, 31 de marzo de 1992. Reunida la Comisión de Derecho Civil, integrada por los Eses. Silvia Nazábal, Gabriela Petroni, Rosa Giuliano, Monica Amelotti, Raúl Anido, Beatriz Di Rosario, Jacqueline Pamas, Adriana Goldberg, Jorge Pérez, Augusto Bessouat, An­ drés Casaretto, Roque Molla y Ana Olano, aprueba el informa que antecede. Esc. Roque Molla Coordinador Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. N2 24.758 de 20 de abril de 1992.