Llegada de los indianos

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Francisco José Rozada Martínez
Llegada de los indianos
(Discurso del “Indiano de Honor” tras su recibimiento)
Sr. Alcalde, (que como hoy es el 26 de agosto de 1935, usted es don
Amador Llano Corral que, tras 14 años como concejal, ha llegado usted a
la alcaldía el pasado año, y le deseo que tenga usted mucha suerte,
porque el próximo año de 1936 -especialmente allá por el verano- me da
como mala espina y pudiera ocurrirle a usted cualquier cosa…)
Sr. Don Santiago González Romero, director del Archivo de Indianos,
concejales, autoridades, Asociación de Profesionales del Comercio,
Hostelería y Turismo de Parres y convecinos todos:
Representamos hoy aquí a los más de 300.000 asturianos que -entre 1850
y 1950- partieron hacia América en busca de una vida mejor que en estas
tierras se les negaba.
Nací en el barrio de Solavega, en Güexes, y me bautizaron en Nevares en
una fría mañana de enero de 1899. Mis padres, Emeterio y Catalina,
tuvieron otros cuatro hijos. Aunque teníamos alguna fincuca en El
Morgueru y La Forcada, no daban bastante para mantener siete vaques,
una yegua y dos “gües”. Además, trabajábamos para los del Palaciu de
Nevares en sus posesiones de El Uncal, La Cabaña y El Cantu.
No era cosa de seguir toda la vida tras les vaques, a la hierba, entre
patates, maíz y manzanes; de la tenada al horriu con la macona a cuestes;
de forma que conseguí que mi tíu Adriano me reclamase desde Cuba.
Como tantos otros de la zona me embarqué en el puerto de Santander
camino de La Habana en agosto de 1918, un mes antes de la coronación
de La Santina ¡con lo que a mi me hubiese gustado ver pasar por Arriondas
aquel 8 de septiembre a los reyes don Alfonso XIII y a doña Victoria
Eugenia! Ya un tío abuelo de mi madre había partido 43 años antes desde
Ribadesella, en el famoso bergantín Habana, en uno de los últimos viajes
que el barco de dos palos hizo hasta la capital cubana en 1875.
A La Habana llegué con los conocimientos elementales que recibí en
aquella escuela rural donde tantu fríu pasamos. Pero… no sé si por error o
que mi tíu se arrepintió, nadie estaba a esperarme y allí me véis -con 19
años- en lo que llaman El Malecón, sin saber a dónde acudir. Dormí la
primera noche en el pórtico de la catedral y la segunda en el parque
central, donde levantarían diez años después el Capitolio.
Encontré a mi tíu Adriano tres días después y ni él me dio explicaciones (ni
yo se las pedí hasta hoy) del porqué de su retraso. No pintaba bien la cosa,
de modo que en su casa estuve no más de tres semanas, hasta que me
Cronista oficial de Parres
Francisco José Rozada Martínez
contrataron como chico de recados en la sombrerería Compostela (de un
gallego, como es evidente).
Aquel trabajo me gustó y -diez meses después -cuando tenía unos
cuantos pesos ahorrados- envié a mis padres la mitad y con el resto
compré esti anillu con diamante que siempre llevo en el dedu meñique
derechu, y que tantas veces había contemplado en el escaparate de la
joyería Cuervo y Sobrinos, la más famosa de La Habana -fundada por
asturianos en la calle Muralla-. Ya era alguien (o eso creía yo).
Total que -ocho años después- yo era el dueño de una nueva sombrerería
que, además, tenía todo tipo de material para viaje, como maletas, baúles,
etc… (por cierto, que este maletín de viaje que siempre me acompaña es
de mi propia tienda y lo puedo jurar bajo la campana del reloj de esta Casa
Consistorial que tiene 64 años (la campana, no el ayuntamiento), porque
ella misma dice que la fundieron en 1871).
Por acá tengo las fotos de la sombrerería que podéis encontrar en la calle
Obispo nº 32 de la capital cubana. En La Habana dejé a Fulgencio Batista
como Jefe del Ejército reprimiendo duramente las manifestaciones
populares. Ya sé que hoy es 26 de agosto de 1935 y que por aquí las cosas
tampoco pintan demasiado bien, pero es mi intención aportar
económicamente al Ayuntamiento el dinero que precise para la nueva
traída de aguas y para adecentar el puente de la villa sobre el Sella (el de
1860, claro, que ningún otro conocí y…del futuro nada sabemos), así como
para levantar una nueva escuela. Hace tres años -en mayo de 1932- ya le
envié al bendito don Rafael, el cura, unos buenos dineros para terminar la
torre de la iglesia, que sin ella estuvo 27 años, (bueno…anoche mismo
soñé que estaba en el año 2016 ¡qué barbaridad! y que esa torre de
nuestra iglesia parroquial de San Martín llevaba 86 años sin que nadie le
hubiese dado jamás ni una mano de pintura, vaya ¡que ni en los edificios
del viejo Malecón habanero se vio nada igual!).
En fin -y termino- también crearé una fundación para acoger a tantos
emigrantes que en Cuba, Argentina, México y otros países americanos
viven aún peor que en la aldea o el pueblu del que partieron llenos de
esperanza, y al que por pura dignidad personal no quieren regresar,
porque sólo el 5% de los que emigramos acabamos regresando con dinero
y prestigio (aunque son cosas diferentes…).
¡Ah! Me preguntan por aquí que qué fue de mi tíu Adriano…
Pues vino, casose con una sobrina y tuvo dos hijas, a las que les da clase
Juanita Cibrián Miyares, de Bode, tía del famosu Pepe Tereñes; por Güexes
andan, porque allí viven en una casa que llaman “La Nozalera”
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Francisco José Rozada Martínez
Y concluyo: Ya sé que no cogí el acento cubano después de estos 17
años por allá, pero es que seguí practicando el bable de Parres con la
cocinera que tenía en La Habana… que era de Cuadroveña y que me
habían recomendado Herminia la de Ordiales y Lula la de Alfredín, unes
chavalines que andan por ahí entre nosotros con 19 y 20 años
respectivamente… pero, bueno, la vida de Fabiana, la cocinera, es ya otra
historia.
---------------------------------------------Gracias a la muy competente y animosa Asociación de Profesionales del
Comercio de Arriondas, lo mismo que a la Hostelería y Turismo de Parres
por haber pensado en mí para ser el primer “Indiano de Honor”, y a todos
los que de cualquier forma han colaborado en esta recepción, como el
grupo de teatro CIMA, los emprendedores “Selleros”, dueños de los
“haigas”, etc.
De veras que el recibimiento ha rebasado todo lo previsto: ¡gratísimo,
inesperado, emocionante y multitudinario!
¡Larga vida a esta fiesta de Los Indianos que tanto se hizo esperar!
Arriondas
26 de agosto de 1935
Cronista oficial de Parres
Francisco José Rozada Martínez
01.-Recibimiento al ´Indiano de Honor´
02.-Familia indiana acompañante
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Francisco José Rozada Martínez
03.-Recibimiento al ´Indiano de Honor´
04.- Camino del Ayuntamiento
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Francisco José Rozada Martínez
05.-Con la directiva de Profesionales del Comercio de Arriondas
06.- Recepción en el Ayuntamiento
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Francisco José Rozada Martínez
07.-Recepción en el Ayuntamiento.
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