efemeride - manuel gomez morin

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Sesión del 26 de Febrero de 2008
INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO JOSÉ ANTONIO DE LA VEGA
ASMITIA, COORDINADOR DE LA FRACCIÓN PARLAMENTARIA
DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL, CON MOTIVO DEL CXI
ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL LIC. MANUEL GOMEZ MORIN,
FUNDADOR DEL PAN
Con el permiso de la presidencia:
Pocos hombres en la historia de México -dice el historiador
Enrique Krauze- han tenido la claridad de ideas y de horizonte
que tuvo Don Manuel Gómez Morín.
Muy pocos han tenido una noción tan precisa de lo que es
posible y de lo que es utópico; de los instrumentos para lograr
lo posible; del desdén por el romanticismo fácil y por la
filantropía sentimental.
Menos, han sido aquellos que han buscado en todo
momento una obra sólida, consistente, que trascienda y
sobreviva.
Mañana 27 de febrero, fecha inolvidable en nuestra historia
local por la heroica hazaña que hicieron destacados
tabasqueños encabezados por el Coronel Gregorio Méndez
Magaña, al expulsar definitivamente de nuestro suelo a los
invasores
franceses
que
atentaron
contra
nuestra
independencia y libertad; también se conmemora un
aniversario más del natalicio, en Batopilas, Chihuahua, de ese
gran constructor de instituciones del México posrevolucionario
que fue Don Manuel Gómez Morín.
Hago uso de esta alta Tribuna para, a manera de homenaje,
recordar parte de su vida y obra que fue trascendental no
sólo para el panismo nacional, sino para la vida de la
República.
Don Manuel Gómez Morín, nacido en 1897, fue un mexicano
ejemplar y distinguido que colaboró y contribuyó para que en
nuestro país se implantara la democracia como sistema
permanente de vida. Desde su juventud fue un obsesionado
por la “acción” y el “impulso” para participar en la vida
pública.
Estudió durante los años de la Revolución Mexicana la
licenciatura en derecho en la Escuela Nacional de
Jurisprudencia de la Universidad Nacional, y allí como
universitario luchó por la autonomía de su alma mater.
Se inició en el ámbito de las funciones gubernamentales y
luego continuó su lucha en el periodismo, posteriormente en
la administración y docencia universitarias, llegando incluso a
ser rector de la UNAM a partir del 23 de octubre de 1933.
Consagró su vida a la actividad política y adquirió la estatura
de una figura nacional.
Como lo calificaría Carlos Castillo Peraza, Gómez Morín fue un
hombre de estudios serios y de conocimientos vastos, de
sensibilidad para el arte y lo religioso, de raciocinio impecable
y de razonabilidad afable. Su universalidad lo hizo abierto y
tolerante, dialogal y, en el mejor sentido de la palabra,
retórico, es decir político capaz de ceñirse al argumento
probable. Su convicción fue que Acción Nacional era la
mejor opción partidista para los mexicanos, pero nunca exigió
lealtades al PAN a quienes no eran del PAN. En cambio, fue
radical para exigir pleno sentido de pertenencia a quienes
compartían su convicción y militancia, y por eso enseñó a los
panistas que cumplir mal un deber partidista libremente
aceptado es peor que no asumirlo, e incluso podría ser peor
que cumplirlo por coacción.
Es realmente sorprendente ver como Gómez Morín cristalizó
los ideales económicos y sociales de la Revolución Mexicana
en su obra.
Fue pieza fundamental en la instauración de un nuevo orden
económico en México. Participó en la primera reforma fiscal,
en la introducción de sistemas nuevos como el impuesto
sobre la renta, en la formación de un régimen de
presupuestos y de ley de ingresos moderno y eficaz; en la
creación del Banco Central y en la organización del primer
banco de crédito agrícola. Todos ellos fueron pasos
importantísimos en la marcha de México para su crecimiento,
de los que la Revolución se enorgullece con razón.
A diferencia de quienes se autonombraron herederos de la
revolución, como si una Revolución perteneciera a un grupo
nada más, Gómez Morín definió con toda claridad y trató
realmente de llevar a la práctica la justicia social fundado en
ideales como la búsqueda incesante de una vida mejor para
todos, un mejor aprovechamiento del capital humano y
natural del país, un arreglo justiciero de la distribución de la
riqueza y sus productos, una mejor y más difundida
educación y, en la base de todo ello, una organización
política fundada en valores democráticos.
Todos ellos, a la postre, se han convertido en los principios que
guían el quehacer de quienes, desde las filas del Partido
Acción Nacional, procuramos día con día la consolidación de
una Patria ordenada y generosa.
Reconocemos, con pesar, que aún estamos lejos de haber
llegado a esa meta que será de beneficio para todos los
mexicanos, pero proseguimos en el esfuerzo, y conmino a
todos los que me escuchan a hacer lo propio para el
progreso de México, pues como sabiamente sentenció Don
Manuel:
"No olvidemos, sobre todo, que nuestro deber es permanente,
no lucha de un día sino brega de eternidad y herencia para
nuestros hijos. Que la decisión y el esfuerzo próximo sean
episodios solamente en el cumplimiento de ese deber.
Nunca, pues, celebraremos la llegada; cada día, todos los
días, conmemoraremos y reiniciaremos la partida."
Muchas gracias.
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